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The transcription discusses the 2008 financial crisis, its causes, and its impact on the global economy. It also includes an interview with an economics professor who shares his personal experience during the crisis and the lessons learned. The professor emphasizes the role of greed, ignorance, and lack of regulation in causing financial crises. He believes that another crisis is possible if governments, companies, and individuals do not practice prudence and learn from past mistakes. The crisis had a lasting impact on the global economy and highlighted the need for stronger financial regulation. Estátil, onda cóclea. Hola oyentes, bienvenidos a la primera entrega de Ludopatía Ursátil, economía fácil para todos. Hoy vamos a sumergirnos en un tema que dejó una marca indeleble en la historia económica, la crisis financiera del 2008. Estamos hablando de un momento que sacudió los cimientos del sistema financiero mundial. Pero, ¿cómo comenzó todo? ¿Cuáles fueron los factores clave que llegaron a esta crisis? Bueno, la crisis del 2008 tuvo sus raíces en el colapso del mercado inmobiliario en los Estados Unidos, la burbuja inmobiliaria impulsado por los préstamos hipotecarios de alto riesgo. Finalmente estalló, y este estallido tuvo un impacto en cascada. Los bancos que habían invertido fuertemente en estos préstamos tóxicos se encontraron con enormes pérdidas debido a gran número de impagos de las hipotecas. Hablando de economía y temas financieros, tengo el placer de presentarles al profesor de economía de nuestro centro, Rafaero Tírmido. Hola Rafa, muchas gracias por aceptar esta invitación y acompáñanos a saber más sobre temas económicos. Pues, muy buenos días a todos los oyentes del cole, muy buenos días Paul y muchísimas gracias por tu invitación. Disparamos la primera de nuestras preguntas. Como experto en economía, ¿cómo recuerdas la crisis del 2008? Bueno, cada uno obviamente recibe esta situación en un contexto determinado de edad, profesión y situación personal. En mi caso, recuerdo que veníamos de una recta de mucho crecimiento desde el 2001. Yo además había estado trabajando profesionalmente en el sector de la construcción, con lo cual vi muy de cerca la formación y crecimiento de la burbuja inmobiliaria. Todos queríamos ganar dinero, era relativamente fácil comprar y vender inmuebles, sobre todo pisos destinados a la vivienda. Recuerdo perfectamente que los pisos se revalorizaban a una velocidad terrible y me llamaba la atención cómo colaboraban a este hecho las propias tasadoras bancarias que prácticamente trimestre en trimestre revalorizaban la tasación, la valoración de los pisos y esto permitía que nuevos adquirientes pudieran generar plusvalías con cierta facilidad. Así que, supongo que en esto compartíamos un poco esa sensación triunfalista donde todos podíamos ganar dinero fácilmente con respecto a las familias norteamericanas del año 1929. ¿Por qué crees que se convirtió en una crisis económica global? Bueno, tenemos un fenómeno que conocemos todos que es Internet, es un sistema de comunicación que permite interconectar todas las sociedades, todos los pueblos del mundo prácticamente y si alguien está especializado en la interconexión desde luego son los mercados financieros. Si ahora es fácil hablar con una persona que está en otro punto del planeta y es fácil comprar en tangible, que se encuentra muy lejos de nuestro domicilio, imagínate Poblo que es hacer una tasación que es puramente digital o una tasación electrónica, es sumamente fácil y los mercados están muy conectados. Si miramos en el mercado común, en la actual Unión Europea en el año 85-86, se decía que iba a haber libertad de movimientos de capitales, de personas y de mercancías. Bueno, por esta tripleta de libertades, sin duda alguna quien con más facilidad se ha movido son los capitales, no solo a nivel intereuropeo sino a nivel mundial, sin duda. ¿De qué manera afectó la crisis a tu situación financiera personal o profesional y qué aprendizaje te dejó a ti como economista? Bueno, uno no deja nunca de aprender, creo que tenemos que tener la inquietud siempre de observarnos alrededor, analizar nuestra situación, nuestras decisiones y aprender de nuestros errores. En mi caso, la crisis del 2008 no tuvo una afectación sustancial o notable, también quizás porque no tenía posiciones de inversión significativas. A nivel patrimonial no tuve mayor problema que, bueno, dentro, por ejemplo, de mis pequeñas inversiones, sí que recuerdo, y esto sí que reconozco que me perjudicó haber comprado una vivienda en el 2007, obviamente la había comprado en la reta más alta de precios, y en ese sentido, bueno, si hubiera tenido la necesidad de tener que deshacerme de esa inversión en los años posteriores, habría pagado las terribles consecuencias que muchas familias tuvieron que pagar, y es que habían comprado un activo en la parte más alta de su valoración, hablamos de los años 2006, 2007, 2008, y luego el mercado inmobiliario, como sabéis, se hundió y pues había mucha gente que había perdido un porcentaje muy grande de estos valores. No fue mi caso, gracias a Dios, porque no he tenido, no me he visto en la situación de vender. Pero, por ejemplo, en la cartera de inversiones, en la cartera de bolsa, de acciones en bolsa, así que, bueno, pues me pasó como a muchísimos pequeños inversores, y es que tuve posiciones que sí vinieron abajo por la crisis del 2008, singularmente, además, en España, esta crisis financiera se agravó por la crisis, como muy bien has dicho, inmobiliaria, la burbuja inmobiliaria, y entonces, pues mi cartera se depreció, como la de muchos inversores, y tuve que esperar prácticamente hasta el 2013-2014, que es cuando hubo un punto de inflexión, para recuperar con plusvalías esos activos. Es importante destacar que la crisis del 2008 tuvo un impacto duradero en la economía global y dejó lecciones importantes sobre la necesidad de la regulación financiera más sólida y la supervisión adecuada para prevenir futuras crisis. La crisis del 2008 es la mayor crisis económica a la que se ha tenido que enfrentar, y una crisis económica a partir del cual el mundo nunca volvió a ser el mismo. Sin embargo, una década y media después, muchas de las consecuencias de todo aquello que aconteció en aquel fatídico año 2008 continúan vigentes y han dado forma al mundo tal y como lo hacemos actualmente. ¿Qué arrastra al mundo actual desde ese 2008? Bueno, mira, hay elementos casi antropológicos, como es la codicia humana, que se basa en un legítimo deseo de querer crecer, todos tenemos derecho a crecer, a mejorar nuestra calidad de vida, eso pasa por acumular más dinero que nos permite hacer más cosas, eso es legítimo. Lo que sucede es que cuando ese deseo, como digo, legítimo, se convierte en codicia y se acompaña de falta de conocimiento específico o técnico, como es el mundo financiero, pues se juntan dos ingredientes muy peligrosos, que es la codicia y la ignorancia. Si a esto le sumamos falta de rigor por parte de los reguladores de la economía, pues tenemos una situación muy peligrosa que se va a volver a repetir tantas veces como se den estas situaciones, estos ingredientes. Con lo cual, hemos hablado de grandes crisis y te apuesto lo que quieras, Paula, que si dentro de unos años tenemos la ocasión de volver a encontrarnos, seguro que podemos repetir este programa con otras circunstancias muy parecidas. ¿Cómo afectó la crisis a España y a personas como tú? Bueno, en cuanto a la afectación personal ya te he comentado que no ha sido sustancial, yo soy una persona que invierto modestamente en mercados variables, pero siempre contemplando muy bien o conociendo las posibilidades de riesgo en donde estoy. Hay una regla de oro cuando invertimos dinero en prácticamente cualquier activo y es saber cuándo lo vas a poder recuperar, de tal manera que si invertimos en activos de riesgo, la regla de oro sería invertir dinero que no nos vaya a hacer falta, al menos de forma inmediata o de corto y medio plazo. Esto es fundamental para dar tiempo al mercado a que se recupere, en caso de que haya un bache o incluso una situación como esta, para poder recuperarlo en el futuro. Por lo tanto, regla de oro, no invertir un dinero que vamos a necesitar. Por otro lado, sí que te puedo decir que he aprendido desde el 2008 a ser mucho más reactivo en las operaciones. Creo que vamos hacia un mundo que evoluciona muy rápido, está muy interconectado, es un mundo muy reactivo y, por lo tanto, el inversor tiene que ser igualmente rápido, con acciones muy flexibles y, sobre todo, un enfoque muy cortoplacista. Por desgracia, lo que yo vi en mi casa a través de mi abuelo, mi abuelo viene de la banca, mi padre viene de la banca, y era otro tipo de inversores, eran inversores que se basaban más en los hechos fundamentales y, si las empresas iban bien, las cotizaciones subían, si las empresas iban mal, sucedía lo contrario y eso era algo lógico y que todo el mundo podía entender. Ahora mismo se dan varias circunstancias, todas ellas sometidas a la complejidad de los productos financieros, a las distorsiones informativas, a la especulación de los grandes fondos financieros que rompen cualquier lógica y que, bueno, pues se convierten en un acto prácticamente de azar el invertir con un poquito de sentido común en mercados. Son mercados muy rápidos y, por lo tanto, hay que ser muy reactivo. ¿Crees que otra crisis como esta es posible? Por supuesto, es cuestión de tiempo. Como digo, la codicia humana es un elemento antropológico, siempre hay gente que quiere ganar más y siempre hay gente con el suficiente grado de creencia en los demás, credibilidad, que permite que unos aprovechen de otros. En la medida que no haya honestidad en los organismos reguladores, en la medida que no haya eficacia y seriedad en los supervisores de los mercados, siempre va a haber un espacio, siempre va a haber una falla en el sistema que va a permitir que unos aprovechen de la, bueno pues el exceso de confianza, la ignorancia, el atrevimiento y la codicia de muchos inversores. ¿Cómo se deberían preparar los gobiernos, empresas y las personas? Pues quizás mirando un poco más a la sabiduría del campo, de los bebedinos del desierto, que se guían siempre por aspectos muy sencillos, el principio de prudencia, el principio de prudencia nos dice, lo dice el propio Plan General Contable en las empresas, siempre hay que ser más pesimista tanto en las varias esperadas, es decir, pensar siempre que no vamos a ganar lo que creemos que vamos a ganar, siempre esto es bueno, y pensar que podemos perder lo que creemos que no vamos a perder, es decir, adoptar posiciones más conservadores de lo que habitualmente podríamos pensar y como he dicho antes, sobre todo ser muy reactivo, saber que si hacemos una inversión, que esta puede ser fácilmente irreversible, si hacemos apuestas a largo plazo estaremos en manos de un mundo que cambia muy rápido y que por lo tanto puede ser muy peligroso para nuestros intereses. Y así concluimos nuestro viaje a través del tiempo, explorando los recuerdos y lecciones de la crisis financiera del 2008, queridos oyentes, ha sido un honor acompañarles en este análisis retrospectivo. Hemos escuchado historias impactantes, reflexiones valiosas y aprendizajes que perduran hasta el día de hoy. La crisis del 2008 dejó una marca imborrable en la historia económica, pero también nos recordó la resistencia humana y la capacidad de aprender de las adversidades. A medida que nos despedimos, llevamos con nosotros las voces y experiencias de aquellos que vivieron esos tiempos turbulentos. Recordemos siempre que incluso en medio de la crisis hay oportunidades para el crecimiento y la renovación. Agradeceros sinceramente su sintonía y esperemos que hayan encontrado en este viaje a través de la historia edificante y agradecer mucho a Rafa por acompañarnos en este día de hoy. Rafa, muchas gracias. Paul, muchísimas gracias a ti por tu iniciativa, por tu interés y felicitaciones por este viaje. Invito al resto de alumnos a que sigan el ejemplo de Paul, que yo creo que es un ejemplo de creatividad, de esfuerzo personal, de implicación y que estamos aquí para enseñaros pero también para provocaros este tipo de iniciativas. Felicidades a ti y al resto de compañeros. Nos despedimos con la esperanza de que el conocimiento del pasado nos guíe hacia un futuro más sólido. Hasta la próxima, queridos oyentes. Gracias por ser parte de esto. Os esperamos en el próximo podcast. Estás en Onda Cóclea. Estás en Onda Cóclea. Estás en Onda Cóclea.