Details
Nothing to say, yet
Big christmas sale
Premium Access 35% OFF
Details
Nothing to say, yet
Comment
Nothing to say, yet
This is a production from the community Olivo Verde, Costa Rica. The Book of Romans is considered a powerful letter that transformed history and divided the Catholic Church. Being righteous means living according to God's design, not religion. God glorifies us by allowing us to fulfill our true potential. Only God can guarantee a fulfilling life. We need to realize that we live by our own laws and establish our own priorities. We must present ourselves before God daily and prioritize our relationship with Him over everything else. La siguiente es una producción de la comunidad Olivo Verde, Costa Rica. Como les dije, los tres primeros capítulos, realmente hasta el capítulo 6 del Libro de Romanos la carta es muy preparatoria, la carta de los romanos es muy preparatoria, muy muy preparatoria. La carta de los romanos es considerada una carta sumamente, voy a usar una palabra que no debería utilizar porque por esto va la Biblia es igual, potente. La carta de los romanos es una carta escrita de una manera en donde definitivamente ha sido la responsable de la transformación de la historia, esta carta transformó la historia. Esta carta dividió a la iglesia católica, esta fue la carta que tenía Martín Lutero de cabeza, es una carta muy poderosa, el Espíritu Santo tiene cierta particularidad con esta carta. Y yo debería de haber empezado hoy el capítulo 4, hoy deberíamos de estar empezando el capítulo 4 pero no lo voy a hacer, no voy a empezar el capítulo 4 por motivo de que hay elementos muy importantes e inclusive hay hermanos que no estaban la semana pasada. La semana pasada dijimos que cuando la Biblia se decía que somos justos, decir que somos justos es una forma de identificarnos, decir que somos justos es una forma de identificarnos de manera tal de que nos demos cuenta que ya no se nos culpabiliza de nada, no se nos culpabiliza absolutamente de nada. Ahora, siempre hay una confusión, siempre hay una confusión aquí importante porque la gente está pensando que la confusión se da en el hecho de entender que Dios está pensando en una lista de mis pecados y la lista de mis pecados los tiene a mano y entonces Dios está pensando que esos son los pecados que Él me borró, sí, eso también, pero cuando el Señor se refiere a justos, se está refiriendo a las personas que decidieron vivir ya no de sus propios pensamientos, de su propia fuerza, de sus propias ideas, de sus propias habilidades. Estamos hablando de que son personas que estamos haciendo lo que sea para depender de Dios de una u otra manera, eso es lo que esencialmente el Señor nos está tratando de hacer entender a todos, justos somos aquellos, las personas que de alguna forma hemos decidido poner a Dios y que Dios sea, oigan lo que les voy a decir, que Dios sea lo único en nuestra vida, no lo más importante, es muy peligroso decir Dios es lo más importante en mi vida porque las cosas importantes cambian y no están en función de lo que yo pueda afirmar, las cosas importantes están en función de como yo me comporto, si me estoy comunicando, Dios no es prioridad nunca, escúcheme, Dios no es prioridad nunca, Él es todo en todo, Él es todo, no tiene nada que ver con prioridad. Bueno, voy a hacer esto primero, y esto segundo, y esto tercero, esos son prioridad, Dios no lo es, Dios es todo, absolutamente todo, Él quiere estar en el primero, en el segundo, en el tercero, en el cuarto, Él está en todo. La otra cosa que vimos la semana pasada fue que, o entendemos, o tenemos que entender que ser justo es una condición de vida que no tiene nada que ver con religión, los justos son los que saben amar, el amor no es una decisión, el amor no es un sentimiento, el amor es el estado de identidad del Hijo de Dios, escúcheme, esto no lo enseñan en Netflix, y tampoco en las canciones en, como se llama esa cosa, en Youtube Music, el amor no es un sentimiento, el amor no es una decisión, el amor es la definición de la identidad del Hijo de Dios. ¿Quién puede amar un Hijo de Dios? ¿Quién puede perdonar un Hijo de Dios? No, no, la gente en la calle perdona, no, se la aguanta. Las personas justas son las personas que esencialmente Dios quiso que poblaran la tierra, y no por su condición moral, sino por su capacidad de poder lograr llenar la tierra en cualquier lugar, ser personas capaces de administrar lo que Dios había puesto en sus manos. Nosotros somos un saco de celos, inseguridades, temores, andamos llenos de un montón de cosas, estamos llenos de, de que mi abuela, es que el problema fue mi abuela, ustedes no se imaginan, mi abuela era bruja, mi abuela era bruja, y entonces echaba matas de ruda, se bañaba en ruda, mi abuela se bañaba en ruda. Entonces la gente vive un montón de cosas, escúcheme, la palabra de Dios dice que los justos son la gente que vive en esta tierra a partir del diseño de Dios para la vida, no para la religión. Dios nunca soñó meter a nadie en este lugar, nunca, nunca, nunca. La otra cosa que vimos la semana pasada fue, hablamos de la palabra glorificar, gloria, glorificar, Dios nos está glorificando, lo que Dios nos está glorificando no es que nos esté dando unas alitas, y unas rueditas aquí en la cabeza porque nos está haciendo glorificando, eso no se llama glorificar. Uno de los ejemplos que pusimos la semana pasada tiene que ver con una flor, la flor florea en un tiempo específico, esa es la gloria, esa es la gloria de la planta, en el momento en que sale la flor, es el momento más importante, pero sale lo que viene de la planta, sale lo que la planta es, ninguna planta, ninguna flor, una flor que tiene que salir, que es una flor de, no sé de qué, de, dicen que la flor de ayote es muy linda, la flor de ayote nos saca una flor, nos saca una flor de aguacate, para que ustedes me entiendan, no entendí, que algunos de nosotros queremos florear con la gloria de otras personas y queremos parecernos a otras personas, por eso es que es tan compleja la humanidad, muy compleja, porque estamos imitando a gente, estamos imitando lo que nos gusta, lo que nos parece, lo que es. El jueves, el viernes tuve la oportunidad de trabajar en un gimnasio en Ciudad Quesada, con el equipo de instructores, es impresionante lo que la gente les cuente, lo que la gente les dice, pobres muchachos, porque oyen de todo, son instructores de gimnasio, y de un pronto a otro le dicen a la señora, venga Doña Ana, súbase aquí y haga ocho mil, haga ocho mil, entiendes, para que vea si alcanza la Doña Ana. Y cuando empieza, cuando ya lleva cuatro mil seiscientas de esas, ay, le está llorando a la señora, entonces le dicen, no, no, no llore, le faltan dos mil, tú me pienses, verdad, y entonces, no, no, es que estoy llorando porque es que viera que yo me metí al gimnasio porque mi marido me dejó, y empieza la historia. Por Dios, pobres muchachos, para mí fue una experiencia lindísima trabajar con los instructores del gimnasio el viernes, por las cosas que escuché de ellos, de algunos de ellos están a punto de hacerse pastores, otros psicólogos, otros. La gente cambia, cuando la gente pesaba ochocientas, noventa libras, y después pesa ciento veinticinco, aunque le cuelgue todo, la gente cambia, la actitud es otra. Está mal cambiar, no, está mal bajar de peso, no, hoy ya llevo dos onzas y media, por ejemplo, o sea, pero yo quiero que usted me entienda que lo que estamos tratando de entender es que la Palabra de Dios dice que Dios nos glorifica, y cuando nos está explicando que Dios nos glorifica, es que al poner su vida en nosotros, hace que nosotros demos en la realidad en la cual estamos, no aquí, todo el potencial de lo que verdaderamente nosotros somos. Eso significa glorificar, eso es lo que Dios entiende, eso es lo que de alguna forma tenemos que entender, pero lo más importante es que usted entienda que es Dios quien garantiza, es Dios quien garantiza cualquier proceso de vida, nadie lo puede garantizar, ninguno de ustedes puede decir que usted va a ser absolutamente y completamente realizado o feliz, para decirlo bonito, con su carrera, nadie. Yo le tengo pánico cuando alguien me dice que Dios, ojalá Dios le mande un marido a Amanda, o como, Dios no le manda maridos a nadie, ¿dónde ha visto usted? Ojalá Dios le mande una esposa a Ignacio. Ellos van a tener que escoger, como cada uno de nosotros, porque a uno le toca escoger, Dios en eso no se mete. Dios no, Dios libre, ni Adán, ni Adán tuvo la opción de decir, lea la Biblia, ¿qué le dio Dios a Adán primero? Vacas y animales de granja, y Dios dijo, ninguno de esos me gusta, y cuando vio a la mujer dijo, mira, esta sí, y él escogió. Dice la Biblia, esta sí. O sea, a uno no le mandan el marido al cielo. Solo Dios garantiza un proceso de vida. Solo Dios hace que un cáncer valga la pena. Solo Dios hace que una violación, un accidente como el de Sergio, que se partió la madre hace 15 días. Al carro de Sergio le dieron pérdida total, no porque el carro se despedazara, no lo encontraron, usted me entiende. Se desapareció el carro, lo despedazó tanto que no quedó nada. Se perdió. Pero yo necesito que esta mañana usted me entienda que yo no puedo avanzar al capítulo 4 hasta que usted no se dé cuenta que nosotros vivimos también de nuestras propias leyes, y hemos establecido nuestras propias leyes. Está la ley del frío, por ejemplo. ¿Voy a ir a la iglesia? No, porque va haciendo mucho frío. La ley del predicador. ¿Usted predica hoy? Yo nunca contesto. ¿Por qué? Una vez pregunté, ¿por qué? Me dice, porque si usted no va yo no llego. Qué mal que estamos. Se llama la ley del predicador. La ley de la ofrenda, la ley de la congregación, la ley de servir, la ley para orar. Algunos de ustedes no oran. Nunca. Nunca. ¿Y usted cómo sabe que no oramos nunca? Porque yo tampoco. Porque somos iguales. Porque andamos buscando cómo entretenernos. Porque es la realidad que usted y yo vivimos. No pasamos pegados al teléfono y al aparato ese. No me digan amén porque... Yo no voy a decir lo que les dicen algunas gentes. Si usted orara al tiempo por... Si usted orara al tiempo, ¿qué pasa metido en el teléfono? Yo no voy a decir eso porque si yo no lo hago. Y si paso metido en el teléfono. Usted y yo tenemos que encontrar la forma de presentarnos delante de Dios todos los días. Y aquí me dicen amén por las buenas todos. Gracias. Saque el momento. Guarde el teléfono y preséntese delante de Dios. Y dígale a Dios, aquí estoy. Y si no le dice nada más, él se lo va a agradecer más que las dos horas que el pastor le dijo que agarrara y dejara el teléfono a un lado y se pudiera hacer feo. Amados hermanos, para poder entender lo que sigue en el libro de Romanos, tenemos que entender que nosotros también tenemos leyes y nos hemos puesto leyes. Y son esas propias leyes. Hace unos días me encontré a alguien y le digo, ¿por qué no has vuelto a la iglesia? Y me dice, es que no me hace falta. Linda. Linda. Mi propia ley. Les dije, empezamos, esta es la semana 18. Betty, estoy bien, 18, 17. Esta es la semana 18 del tema de Romanos, el libro de Romanos, usted no lo había leído todo. Estamos tratando de entrarle al libro completo con alguna seriedad, con alguna frecuencia, con alguna secuencia. Y hay gente que le pregunta, ¿y de qué habló el pastor hoy? ¿De qué habló el pastor hoy? Estuvo muy bueno. Hay que ver la canción, ahora que cantaron aquí, ustedes saben, alabaré. Yo me acuerdo, estábamos felices así, cantábamos la canción, hay que ver. Ahora nos establajadísimos con la música, ahora ahí. Yo quisiera tener problemas con la ley. Pero estoy a punto de enseñarles algo que ustedes ni se imaginan. Ni se imaginan. En el versículo 31, al terminar Juan con el versículo 31, Juan quiere decir que anulamos la ley con la fe. Y Juan dice, pero don Pablo dice, no, no, de ninguna manera, confirmamos la ley. Al decir esto, Juan lo que está diciendo es que la ley tiene ciertas características. Por ejemplo, la ley es lógica, la ley es inteligente, la ley es adecuada. Es más, es perfecta, dice la Biblia. La ley tiene características que usted no se imagina. Tiene cosas que usted no se imagina. Pero hay un problema con la ley. Y cuando estamos hablando de esta ley, esa palabra ley es la ley de Moisés, claro que sí. Estamos hablando mucho de las primeras cinco, estamos hablando de los cinco libros del Antiguo Testamento. La persona que vive a partir de la ley, la Biblia dice que la persona queda en margen de la suerte porque no se sabe qué pasa con ella. Porque no se puede. Dios mismo da la ley sabiendo que el ser humano no iba a ser capaz de poder cumplir la ley, pero Dios sabía que tenía que regular al ser humano de alguna manera. Ahora, hay algunos detalles importantes, eso no puede perderse. Le estoy hablando de una ley que tiene cuatro mil años de haberse, habersele dado a las personas. Cuatro mil años. En la lengua que hablaban los hebreos era una lengua que era un hebreo un poco antiguo, era un hebreo muy reducido, sumamente reducido. No había papel higiénico, no había agua potable, no había un montón de condiciones, y esta gente tenía la ley de la mano de Dios para regular sus corazones. Ahora, yo les voy a decir una cosa. Si una mamá en su casa ve que cada vez que van a entrar al baño es un pleito porque solo hay un baño, y el que no se queda tres horas se echa todos los champúceses, y el que no se echa todos los champúceses se echa todas las cosas encima, y el que no se echa todo encima, ve como aquel que tenía la panza blanca, blanca, que estaba con el pan de jabón así de él y de él, y de él, y de él. Si me estoy dando a entender. Entonces, ¿qué pasa? Que la mamá llega y dice, no, no, un momentito, a partir de ahora el asunto es así. Siete minutos, quinto el break, el que se apague el agua fría, el que sigue. Y la mamá establece una ley, producto de una experiencia. Vuelvame a ver, la mamá establece una ley, producto de una experiencia. Yo le estoy contando a usted que está una ley, pero no había experiencia. Dios sabe cómo es el corazón humano. Ahora, la propuesta de Dios es, el ser humano no puede depender de ninguna ley, ni la ley de Moisés, ni la ley suya de mi congreso cada vez que me acuerdo, ni la ley suya de, de, ah, mira, eh, todas las cosas que nosotros hacemos, no oro, no me interesa, estoy ocupado, estoy en otras cosas. La palabra dice que nosotros somos salvos, que el Espíritu Santo y la Palabra, juntos, nos producen una vida de Dios en nosotros, es una V de vida, y que la vida es la vida de Dios y es la vida que hay que vivir. Punto. Así de sencillo es lo que está tratando de decirnos. Pero, claro, obviamente, obviamente vamos a partir de un principio. Y el principio, perdón, es muy sencillo. Le agradecería, por favor, que lo repita conmigo. Una sola fe, duro, una sola fe. Vamos, una sola fe. Una sola Escritura. Sólo por gracia. Sólo por Cristo. Y sólo para la gloria de Dios. Acá hay cinco afirmaciones que hablan de la experiencia de Dios en cada uno. ¿Cuál es? Una sola fe. Una sola Escritura. Solamente por la gracia de Dios. Sólo por Cristo. Y todo lo que soy y lo que hago, para la gloria de Dios. Entonces, claro, eso lleva a hacernos a entender que Dios es justo siempre, y por eso es que el libro de Galatas, entonces, ¿para qué sirve la ley? Noten. Entonces, ¿para qué sirve la ley? Pues después de hacer de su promesa a Abraham, Dios dio la ley para mostrarnos lo que estábamos haciendo. Mal. ¿Para qué sirve la ley? Pues después de hacer de su promesa a Abraham, Dios nos dio la ley para mostrar lo que estábamos haciendo mal. Pero esa ley servirá sólo hasta que viniera el descendiente de Abraham, a quien Dios le hizo promesa. Le hizo la promesa. Dios le dio la ley a Moisés, por medio de los ángeles, para que él nos la diera a nosotros. De manera que la ley, de manera que la ley, ha venido a ser nuestro guía para conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe. Ahora, aquí sigo hablando de la ley, y la ley, y la ley, y usted no sabe de lo que le estoy hablando. Entonces, claro, tenemos que hacernos la pregunta todos, ¿de qué está hablando Federico? Y cada vez que hablan de la ley, ¿de qué está hablando? Aquí tengo conmigo las 613 leyes de Moisés. Aquí están, aquí las tengo, 613. Lógicamente, no las voy a leer todas. Pero necesito que le ponga atención a esto. Póngale atención a la inteligencia que Dios revela hace cuatro mil años. Póngale atención a cómo Dios dice que es el ser humano, cómo es el cerebro humano, cómo se va a comportar la gente. Póngale atención al detalle sanitario. Póngale atención al detalle legal. Póngale atención a la inteligencia, como esto fue redactado. Por ejemplo, voy a darles un ejemplo. Lógicamente, aquí me brinqué un montón. Entró la ley número 18. Cada persona debe tener un rollo propio de la ley para sí mismo. Deuteronomio 31.19. Deuteronomio 8.10. Se ha de alabar a Dios después de comer. Les recuerdo que les estoy leyendo la ley que Dios les dio en el desierto al pueblo de Israel. Yo no les estoy diciendo que ustedes tienen que hacer esto. Les estoy diciendo que fue lo que Dios les dio y Dios no nos pudo hacer cosas tontas. Inquénse en maíz quince minutos. Aquí no necesitas cosas. Oiga, ley 21. Todos deben respetar a Dios. Levítico 19.30. Voy a ahorrarme la cita para no hacerlo tan largo. El sumo sacerdote solamente puede casarse con una virgen. Ley 38. Ley 56. Oigan esta, pero ley 62. Todas las ofrendas de carne deben ser saladas. ¿Por qué? ¿Por qué deben ser saladas? Porque la carne cuando se sala no se pudre. Ley 62. Ley 68. Si el pueblo se equivoca en una decisión, sus miembros deben ofrecer una ofrenda por el pecado. Wow. Ley 69. La persona que peca por hierro también debe llevar esta misma ofrenda. Ley 70. Esto es impresionante. A mí me parece impresionante. Espérense que pase esa moto. Cuando hay duda sobre haber cometido un pecado de este tipo por ignorancia, se debe llevar una ofrenda por culpa. Levítico 5.17. Ley 73. Se deben confesar los pecados ante Dios y arrepentirse de ellos. Ley 96. Todo el que toca un cuerpo muerto se vuelve ritualmente impuro. Ley 104. El hombre con flujo es inmundo. Ley 108. El agua purificadora purifica lo inmundo, pero hace lo limpio ritualmente inmundo. Ley 114. Esta es la ley de Ananías y Zafira. Por esta razón aquí hay. Hubo bronca con esta gente y murieron. Por esta razón. Por el corazón. Dice así. Si una persona decide dar su propio valor al templo, debe hacerlo. Ley 118. Si alguien deriva beneficios, si alguien recibe beneficios de la propiedad del templo involuntariamente, si alguien recibe beneficios de la propiedad del templo involuntariamente, debe hacer restitución plena más la quinta parte. Oigan qué interesante. Oigan qué interesante. Hasta dónde se mete Dios con las cosas. Al recoger un campo, se deben dejar los rincones para los pobres. También se deben dejar el espigueo. También se deben dejar las gavillas olvidadas. También se deben dejar los ramos de uva mal formados para los pobres. Ley 134. En el séptimo año, nada de lo que crece tiene dueño y está dispuesto para que todo el mundo se sirva. Ley 138. En el año de jubileo, toda la tierra debe ser devuelta a sus dueños ancestrales. Debe ser devuelta a sus dueños ancestrales. Ley 141. En el séptimo año, se anulan todas las deudas. ¡Guau! ¿Usted se imagina una sociedad viviendo a partir de esto? ¡Guau! Sigo. Ley 142. Oiga, en el séptimo año, se anulan todas las deudas. Ley 141. Ley 142. Sin embargo, se puede cobrar la deuda debida por un extranjero. Ley 175. Póngale atención. En caso de división... Oigan, en caso de división... No dice quién tiene la razón. Oiga lo que dice. En caso de división, no siga la mayoría para ser mal o agravio. Éxodo 23.2. Ley 179. Se deben examinar a fondo los testigos. Ley 181. Todo asesinato no resuelto requiere el sacrificio de una vaca. Alguien tiene que pagar por el muerto. Ley 182. Se deben establecer seis ciudades de refugio. Ley 184. Se debe construir. Esto es impresionante. Oigan esto. Ley 184. Se debe construir un pretil en el cerrado de la casa para proteger a los demás de posibles peligros. Hermanos, oigan. Esto es impresionantemente lógico. Perdónenme, ¿dónde está la religión? Ni evangélico ni católico aquí. O sea, ¿saben lo que ellos están diciendo? Cuando usted haga una casa y tenga techo, hágale un pretil para que si alguien se sube, no se desnuque. Wow. Ley 194. Se debe devolver la propiedad robada al dueño. 196. Oigan, cuando un esclavo hebreo quiera libertad, el amo debe darle presentes. Aquí está la ley de las prestaciones. ¿Están listos para este? Ley 197. Los pobres debían recibir préstamos sin intereses. Éxodo 22-24. Por Dios. Ley 200. Se debía pagar el salario a los trabajadores a tiempo. Ley 201. También se le debe permitir comer el alimento con el cual se está trabajando. 202. Se debe ayudar a descargar un animal cuando haga falta. 205. Se debe arrepender a la persona que está pecando. 206. Se debe amar al prójimo como a uno mismo. Ley 210. Se debe honrar al papá y a la mamá. Se debe temer a los padres. 213. El matrimonio debe regirse por la palabra de Dios. 218. El que viola a una virgen debe casarse con ella. Oigan esto. El que viola a una virgen debe casarse con ella. Y nunca puede divorciarse. Ley 219. Si un hombre acusa injustamente a su mujer de promiscuidad, prenucial, debe ser castigado y nunca puede divorciarse. Voy a adelantarme. Está prohibido volver a Egipto y vivir allí permanentemente. No da rienda suelta a pensamientos o a vistas impuras. Está prohibido destruir los árboles frutales aún en tiempos de guerra. No se puede permitir que el cuerpo de una persona colgada permanezca en el mar. No se puede permitir que el cuerpo de una persona colgada permanezca así durante la noche. No se deben hacer altares con piedras labradas. La subida hacia él no puede ser por gradas. ¿Por qué? ¿Por qué? Porque la mayoría de gente lo que usaban eran túnicas. Y las gradas lo que le enseñaban a la gente era el trasero de la otra persona. Por Dios. Todo tiene... hermanos, estoy leyendo 40, 30... No faltara su palabra. Ley 157. El sacerdote no puede casarse con una divorciada. No se deben comer insectos salados. No se puede comer un animal que ha muerto por causas naturales. No se puede comer sangre. No se puede comer el fruto de los árboles durante los primeros tres años. Se prohíbe la glotonería y la embriaguez. Linda, aquí está la mía. Aquí está la mía. Esta es la mía. Las pasas son del diablo. Véanlo, aquí está. Aquí está, hermanos. ¿Cómo le va a echar pasas a un tamaño? Hablémoslo de una vez. Eso es pecado, hermanos. Aquí está. No se pueden comer uvas secas. Linda. Yo sabía que era bíblico. Aquí está. No se pueden comer uvas secas. 210. No se puede cegar todo el campo sin dejar los rincones para los pobres. No se pueden recoger las uvas que caen. No sembrar diferentes especies de semillas juntas. No trabajar con dos especies de animales al mismo yugo. Una pregunta. ¿A ustedes les suena esto a religión? No. Hermanos, hay 613 leyes para que la gente aprenda a vivir con otras personas. Por Dios sea. Ley 233. No despedir a un esclavo hebreo con las manos vacías cuando termina su periodo de servicio. No apremiar a un deudor cuando se sabe que no puede pagar. No prestarle a otro creyente con intereses. Uy. No atrasar el pago del salario. No aguardar en prenda a un hombre cuando la prenda la necesita. Nunca tomar una prenda de una viuda. No, oigan esto. No quitar una señal geográfica. Quique, oiga esto. No negar el recibo de un préstamo por un depósito. Wow. No engañar a nadie en un negocio. No engañar a nadie ni siquiera verbalmente. No perjudicarlo. No devolver a un esclavo que ha huido de la tierra de Israel a su amo. No aprovecharse de ese esclavo. No se debe guardar un artículo perdido que se encontró. No negarse a ayudar a una persona o un animal que se está desplomando bajo su propia carga. No se pueden usar pesas falsas. Está prohibido tener pesas falsas. No se debe favorecer a los pobres. Está prohibido escuchar a un litigante sin que el otro esté presente. No puede decidirse un caso de pena de muerte por una mayoría de uno. Por Dios, hermanos, ¿qué están oyendo? Esta es la ley. Esta es la ley de la cual les estoy hablando. Pero yo no estoy hablando de esta ley porque lo que les estoy hablando es muy lógico, con razón. Es que los judíos no se convierten si son buenísimos. Pablo nos está hablando de esta ley, hermanos. Pablo nos está diciendo el problema de esta ley es que usted no va a poder cumplir los 613. No tener relaciones sexuales con una mujer menstruando. No tendrá relaciones sexuales con un animal. No podrá tener relaciones con el sobrino, la tía, la esposa, la nuera, la esposa del hermano y la hermana de la esposa. Uno dice, qué raro, ¿por qué lo pone? Usted no se imagina en el campo. Los hombres tienen sexo. Bueno, ¿qué es lo que son los sexos? Por Dios, por el amor de Dios. Los hombres violan gallinas. Hermanos, esta es la ley de Dios. Dígame, ¿dónde le hablé? ¿Dónde le hablé de hinquese en maíz? Rece 10 horas. Si existe esta lógica y esta bondad y esta inteligencia en esta ley, y yo esta mañana quisiera que usted me entienda que yo no estoy hablando de esta ley necesariamente, pero sí lo estoy introduciendo a usted que entienda que Pablo está diciendo que si Dios mismo nos dio esta ley y nosotros no somos capaces de cumplirla, ¿cómo se le ocurre a usted pensando o pensar que usted no es parte del cuerpo de Cristo? Hermanos, empieza febrero. Yo no tengo ninguna bronca con esta ley. Esta ley, es una ley muy interesante. Yo quisiera que usted me escuche y usted me entienda que yo estoy haciéndole a usted pensar que cualquier cosa que le imponga a usted un pensamiento en función de lo que usted tiene que hacer para Dios se convierte en ley en su vida. Hermanos, aquí hay dos abogados en esta mañana con nosotros y ellos saben que yo estoy hablando de la norma, la ley natural y la ley natural esencialmente nos lleva a convivir. Pero yo le estoy hablando a usted de la ley que lo hace a usted asistir. Asistir y no ser parte. Seiscientas trece leyes y es que no me, jamás, yo no puedo ponerle, me matan ustedes si no pongo a leer esto. Pero en ninguna encontré nada que fuera gravoso, que fuera terrible, que fuera, es más, es más gravoso ponerse a decirle a la gente que no usted es orante en la iglesia. Yo crecí en las iglesias donde le decían a las mujeres, a los hombres que el que se ponía de sobrante estaba bloqueando el olor grato al Señor. La mujer que usa pantalones está condenada al infierno porque la mujer no debe usar pantalones, son leyes. Y existen cualquier cantidad de burradas, perdónenme con el respeto terrible a los burros, verdad, burradas que les hicimos creer a las personas por muchísimos años en muchos sentidos. Decirle a una persona que debe orar dos horas al día, eso no es cierto, hermanos. Pero yo quiero que usted me entienda que el problema no es esta ley porque ya se la leí, es lógica, es inteligente. El problema es la que lo hace usted congregarse una vez cada dos años. Nosotros no le pedimos a usted, mi hermano, que dé cincuenta mil colones ni siete millones ni veinte millones por semana, simplemente que aporte, como la palabra lo dice, lo que ponga en su corazón sea constante y lo haga. Hermano, hoy se acaba el mes y Dios está esperando todavía que usted reaccione. No por mí, ni por la iglesia, por la congregación, esto es un edificio. Hay compañeros de trabajo que necesitan al Dios en el cual usted está creyendo. Pero la ley que usted tiene en su cabeza es... Pablo sigue hablando de la ley y nos dice, bien sabemos que cuanto dice la ley lo dice a los que están bajo la ley y luego, la ley está en función de que la gente acepte y respete lo que está bajo la ley. Con razón los judíos son perfectos para que toda boca se calle y nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda, ninguno de nosotros. La ley sencillamente nos muestra los pecadores que somos. Sin embargo, los que dependen de la ley para hacerse justos ante Dios están bajo maldición. Para mí es muy fácil hacerles a ustedes entender la ley de la cual está hablando la palabra y es cierto, está hablando de esta ley. Los 613 mandatos. Pero hay un problema, estos 613 mandatos son más inteligentes que pensar que usted no necesita su iglesia, sus hermanos, congregarse, jurar, buscar del Señor, ser un canal de bendición esa es su ley. Y le estoy hablando no en contra de la ley de Moisés, le estoy hablando en contra de la ley de Federico, de la ley de Gustavo, de Francisco. Porque las escrituras dicen maldito es todo aquel que no cumple ni obedece cada uno de los mandatos que están escritos en el libro del arte de Dios. Ahora bien, es evidente que por la ley nadie ha justificado del arte de Dios. Porque el justo con la fe vivirá. Voy a entrar al capítulo 4, hoy no, hoy no. Pero yo necesito que usted tenga en mente cuando está hablando a la gente de la ley lo que Dios hizo con el pueblo hace cuatro mil años es mucho más lógico que muchas de las tonteras que nosotros hacemos por estar viendo Netflix, por estar buscando nuestros propios intereses. Hermanos, si nosotros no leyeramos la palabra en este lugar usted no obedecería en toda la semana. Hermanos, los dejo con esta pregunta. ¿Y qué pasa si yo no tengo ni ley ni justicia? Bienvenidos al capítulo 4 del libro de Romanos, iniciamos de hoy en 8. Comprometase con usted mismo, con su vida. Yo no estoy mandando a nadie a quitar Netflix, a no pagarlo. Yo no estoy mandando a nadie a no ir a la playa, a no ver Facebook. Yo no estoy haciendo eso. Le estoy diciendo haga que lo de Dios también funcione en su vida. Señor, te doy gracias.