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La siguiente es una producción de la Comunidad Olivo Verde, Costa Rica. El centro de todo eres Jesús. El centro de todo eres Jesús. Desde el principio y hasta el fin, tú has sido y siempre serás Cristo. Cristo, tú eres el centro... Como les prometí la semana pasada, tratando de... tratando de ir entendiendo en el orden, más o menos, de cómo es que... Pablo, uniendo las dos perspectivas, la perspectiva de los gentiles y la perspectiva de los judíos, Pablo, uniendo las dos perspectivas, está tratando de hacerle entender a la Iglesia en Roma, en el año 54, del 54 al 56, le está haciendo entender que no hay nada más importante y más clave y fundamental que creer en el Señor Jesús. Entonces, avanzamos a partir del versículo 21, la semana pasada, avanzamos al 22, y Pablo les dice, miren, la verdad es que ni ustedes, por ser judíos, estar circuncidados, tener la Torá, tener... ser el pueblo de Israel, pues la verdad es que ya eso no tiene ningún valor más allá simplemente de lo que implica el gentilicio, y estamos hablando de la Iglesia del Señor, y lo presenta como tal inmediatamente al entrar al versículo 3, perdón, al verso 22, Pablo hace una aclaración sencilla, y que cuando usted la está leyendo en la pantalla, y usted la está viendo en la palabra, usted dice, Dios nos hace justos a sus ojos, Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo, y yo le dije a usted la semana pasada, una de las cosas que le dije es que la fe, poner la fe en Jesús, hasta el diablo cree, usted me entiende, esto de poner nuestra fe en Jesucristo, no es simplemente un asunto de que yo sí creo en Jesús, yo sí creo en Jesús simplemente ya porque hasta el diablo cree en Jesús, entonces tiene que ser algo que más allá de que sea que yo me vaya siempre a hablar de decir que son cosas más, que es algo más profundo, yo creo que tiene que ver con simplemente algo más integral, más racional, en el punto de vista racional de que usted tiene que darse cuenta de que esto tiene cierta lógica, esto no es así nomás, Dios nos hace justos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo, y eso es verdad para que todo el que cree sea quien fuere, para todo el que cree sea quien fuere, entonces esto lo vimos la semana pasada, esto fue lo que vimos, les explicaba la semana pasada que estamos, había tres tiempos, habían tres tiempos, y dijimos que el primer tiempo se llamaba la eternidad pasada, el segundo tiempo se llamaba el tiempo de la creación, y el tercer tiempo se llama la venida del Señor Jesús, y luego estamos aquí en tiempos finales, donde tiempos finales se refiere después del momento de la venida del Jesús, empieza a correr un reloj que nos habla del desenlace de todas las cosas. La explicación de la semana pasada se centró de esta manera, se centró, número uno, la eternidad pasada dijimos el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se reúnen, tienen una conversación, hay un acuerdo entre los tres, hay un pacto entre los tres, diciendo vamos a crear al ser humano, y el Padre en su sabiduría, y el Espíritu en su sabiduría, y el Hijo en su sabiduría, sabían lo que iba a suceder de antemano, ¿cuánto tiempo hay entre la eternidad pasada y la creación? No se sabe, mil años, dos mil, cincuenta mil, en nuestro tiempo los años se cuentan a partir en occidente de trescientos sesenta y cinco días, en ciclos de cien años, y estos de milenios, y en nuestro tiempo de nuestra forma. ¿Cuánto tiempo antes se dio el pacto de redención? No se sabe, pero como les mostré la semana pasada, los textos sin la palabra nos enseñan claramente que el Señor Jesús fue preparado, nótelo, antes de la creación del mundo, quiere decir que en la mente de Dios estaba primero la cruz antes de la creación, sí, la cruz estaba primero antes de la creación. La semana pasada les dije, la semana pasada les dije que en el momento en que don Adán y su señora comen del fruto, en el preciso momento en el que comen, el Padre dice, chanfle, ups, y ahora ¿quién podrá ayudar? No, no, no, ¿qué hacemos? Eso no fue lo que pasó. O sea, el invento de ver qué hacemos y cómo salvamos la humanidad no apareció en el momento en que el ser humano falló. Eso no es cierto. El Padre ya sabía qué hacer, qué había sucedido, cómo había sucedido, ¿por qué había que hacer las cosas de esta manera? Uy, es muy feo lo que voy a decir, pero la única forma de filtrar la iglesia es todo esto. Yo no puedo juzgar desde ningún punto de vista, pero la única forma de filtrar la iglesia con la cizaña, el trigo y la cizaña es con todo lo que usted está viendo. ¿Por qué? Porque la iglesia es una. Yo quisiera decir que en este auditorio el 100% de las personas que estamos hoy aquí somos la iglesia del Señor, pero no puedo. Solo Dios sabe quiénes son la iglesia del Señor en San Ramón. ¿Y de qué depende? De los que vivimos por nuestra capacidad. Ya perdí 3 onzas. Espérense para que vean. Espérense para que vean qué guapo se va a poner el gobernador. Espérense para que vean qué guapo se va a poner el gobernador. O sea, ¿qué van a hacer con un pastor tan guapo, Dios mío? Me voy a entender. Vivimos con las personas que viven de lo que creen que son, o vivimos de la gente que pone su fe en Jesucristo. Al decir su fe en Jesucristo, ¿sabe lo que están diciendo? Mi vida descansa absolutamente en la fe en Cristo. Cuesta entender estas cosas porque la religión nos ha hecho pensar que el asunto es muy fácil. Entonces dijimos que había un pacto de gracia, el pacto de gracia inicia con Cristo, momento de la gracia. Eso fue lo que hablamos y básicamente lo que también mencionamos la semana pasada, dice porque Jesús, Él estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, Jesús estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, pero se manifestó en estos últimos tiempos por amor a nosotros. ¿Por qué se manifiesta Jesús en el tiempo en que se manifiesta? Por amor a nosotros. Nosotros somos la generación que Él quiso que fuese salva. ¿Por qué? Pregúntele a Dios. Por eso la Biblia dice claramente que reinó la muerte entre Adán y Moisés. La ley era una oportunidad para la gente. Y entonces nos lleva a entender que esto no es un asunto simplemente de asistir a un culto o a una iglesia, porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser, ¿cómo? Duro, duro. Transformados. No existe una persona que asistiendo a un lugar donde se hable la Palabra de Dios y se manifiesta el Espíritu Santo aquí, la primera manifestación del Espíritu Santo según la Biblia, no según los apóstoles de hoy, ni YouTube. Ni YouTube. La primera manifestación del Espíritu Santo en la gente, según la Biblia, es ser convencido de pecado, justicia y juicio. Si el Espíritu Santo se manifiesta en este lugar, lo primero que usted está haciendo es pensando y razonando. Si no, no es el Espíritu Santo. Porque eso lo enseña la Biblia, no yo. Entonces hay un proceso de transformación según, un proceso de transformación en donde Tabo Monge va a ser una mejor versión de Gustavo Monge. Gustavo Monge cuando tenía pelo, era más buena gente que ahora pelón. Pero ahora está pelón y está con Doña Silvia y Doña Silvia lo ha hecho a él y es más buena gente. Al Señor no le importa desde ningún punto de vista eso. Dios, vuélvame a ver, Dios no le está formando ni arreglando el carácter a nadie. Está poniendo la imagen de su Hijo Jesús en todos nosotros. Y ojalá me entienda esto. Porque algunos no nos aguantamos ni solos. Y no dijeron a mí. Y no aplaudieron. Entonces, para que Él sea, quien Jesús, para que Él sea Jesús, sea el primogenito entre muchos hermanos. ¿Y qué tienen de característica esos hermanos que están formados a la imagen del Señor? Sí, pero es que los Barbosa y los Méndez junto con los Acuña. Olvídese de los Barbosa, los Méndez, los Acuña y los Monge. Todos estamos siendo formados a la imagen de Jesús. Porque Jesús es el único superhumano que logró vencer nuestra propia naturaleza. Entonces, regreso al 22, lo estamos entendiendo, vamos en el mismo orden, voy despacio, voy despacio. Porque nos dice, Dios nos hace justos. Claro, justos, ¿qué es eso? Justos es de que éramos injustos y culpables. Entonces, usted llega y se encuentra al diablo, y se encuentra al diablo cara a cara, y usted le dice al diablo, este, don Satanás, ¿yo qué hago aquí? ¿Yo qué hago aquí, don Satanás? Yo devolví la plata y el desodorante que me había robado. Es que usted no está aquí por eso. Usted está aquí porque usted pensó que usted tenía que pedir perdón por lo que usted pensaba que la culpa, que veníamos hablando de la culpa, lo estaba cargando usted, y usted tenía que dejarse haber sido transformado por la obra del Señor completamente, de forma tal que usted entendiera que usted puede pedirle perdón a Dios por las cosas que usted se acuerda, por las cosas que usted se imagina, pero necesita estar en manos de Dios 24-7, porque usted no sabe por dónde salta la liebre, por dónde salta la liebre, por dónde usted va a fallar. Entonces sucede que éramos injustos. ¿Por qué no justifica? Porque éramos injustos. ¿Qué es ser justos? Que de alguna forma se ha justificado lo que somos o hemos hecho. Aquello que hemos hecho, alguien lo justificó. De alguna manera, alguien lo pagó. Alguien dijo, yo lo pago, David, tranquilo, tranquilo, yo lo pago. Cuando usted llegó a ver la cuenta del negocio, le dijeron, la señora pagó todo. ¿Cómo? ¿Quién lo pagó y por qué? Una vez estábamos comiendo en un lugar, y cuando nos fuimos a pagar, dijeron, la gente que estaba en aquella mesa pagó todo lo de ustedes. Justos, que ya no se nos culpa de nada. No porque seamos buenos, sino porque alguien asumió la responsabilidad que nosotros teníamos que asumir, que es, atención, téngale cuidado a esto que estoy a punto de decirle, esto es muy complicado. Que yo le diga a Jonathan, que yo le diga a Kender esta mañana, que Dios le perdonó todo lo que había hecho, eso está fácil. Pero que yo le diga a ellos y a Federico, que Dios le va a seguir perdonando todo lo que usted esté haciendo, wow. Jonathan diría eso, yo no, por supuesto. Jonathan diría, pero yo soy un gran chancho. La palabra justificar, es más, yo me voy a devolver para que usted lo vea, la forma en que está el verbo puesto, Dios nos hace, hace justos. No dice nos hizo o nos hará, nos dice qué, nos hace justos. ¿Cuándo? ¿Ven por qué hace 15 días yo no hablé de la culpa? Porque básicamente el problema de la culpa, la culpa es muy fácil. Si usted miente, se le hace una cruza en la cabeza, no fui yo, no fui yo. ¿Me entiende? Nota que la culpa se la está comiendo, perdón, hello, facilísimo. Qué fácil es decirle a alguien que tiene culpa, que algo está mal, qué fácil. Qué fácil es decirle a Gladys, qué difícil es decirle a Gladys, qué difícil es decirle a Jorge o a Beatriz. Dios espera más de cada uno de nosotros. Pucha, qué difícil. Entonces, claro, cuando estamos hablando de la justificación, es una acción permanente. Y finalmente, no sirve, no sirve, venirnos e irnos y salir de este lugar simplemente entendiendo que ya Dios nos justificó y ya. Dice, aquellos cuyos nombres estaban escritos en el libro de la vida antes de la creación del mundo, está en lo del domingo pasado. Apocalipsis. A los que predestinó a estos también. ¿Perdón? ¿Usted entiende ya por qué usted está aquí? Usted está aquí porque Dios permite que usted esté aquí. Porque dice la palabra que Él es quien nos llama. Y no llama a todo el mundo. Sigo. Número uno. Me apuntaron en un libro y yo ni siquiera había nacido. Número dos. Cuando nazco, me llaman. Me llaman. Eso sí, no se le olvide, no se le olvide que a todos nos llaman en tiempos diferentes. No se le olvide. Y usted no puede saber cuándo nos están llamando y cuál va, no se sabe. A los que predestinó, estos también llamó. Y a los que llamó, a estos también, justificó. Páseme a la señora de rojo, por favor. No, no, que no quedes ahí. Mire, es que Él viene conmigo. No, no, es que usted pasa primero. Y eso es exactamente lo que está pasando. Pero no termina ahí. Número uno. Me apuntan en un libro que yo no tengo, ni siquiera había nacido. Número dos. Un día, allá el 15 de julio de 1975, me llamaron. Y luego me justifican. Y a los que... Y aquí viene lo que la gente no entiende, porque claro, y a los que justificó, a estos también, glorificó. Entonces todo el mundo se ve con un arpa aquí, ya con un arpa atá. ¿Qué han decir? Tling, para tling. Sí, con el arpa y con la cosa aquí, y con unas alitas, porque todos quieren alitas. No, no, no, perdone, perdone, perdone. Perdónenme. Dice el texto, que nos glorificó. Pon atención. No se pierda. Número uno, vea. Cuando usted mide metro setenta, y usted quiere parecerse a Shakira, no se puede porque Shakira mide metro cincuenta y cinco. Usted es mucho más delgada que Shakira. No se puede. Usted tiene pelo corto porque su familia es de pelo corto. Entonces usted llega y no puede hacerse los colochos de Shakira, pero usted no se tiña el pelo. ¿De qué nos quedó? Entonces ya pasa Shakira, y usted se cambia por otra persona, y usted quiere ser lo que usted ve, y usted pasa toda su vida tratando de ser lo que usted ve, porque a usted eso lo impresiona, porque a los seres humanos nos impresiona a todos. Y el que no se quiere parecer a Steve Rogers, se quiere parecer a, ¿cómo se llama el otro? A, ¿cómo se llamaba? El otro apóstol que aparece ahí en ACDC. No, no se llama Marvel. Me voy a entender. Hermanos, número uno, la palabra glorificar significa que Dios va a presentar de usted lo que usted es, su esencia, lo que usted es. Porque la mayoría de nosotros somos una copia de algo o de alguien. Número dos, mostrar la realidad completa de lo que usted es. Se lo explico de esta manera. ¿Usted ha visto las plantitas y las matitas, esas que se llaman pastoras? Las pastoras son verdes todo el año y rojas en diciembre. ¿Cuándo usted ve la gloria de la planta? En diciembre. La gloria de algo es su máxima expresión. Es el momento en que la flor sale, escúcheme. Es el momento en que la flor sale y usted dice, ¡qué belleza! Llegamos el jueves de Panamá, estábamos en Panamá, y habían unos árboles de roja y roja sabana, yo no sé ni cuáles, amarillos en Panamá, de una cosa bellísima. Duran como quince días, un mes, con aquel amarillo impresionante. La gloria de cada cosa es su máxima expresión. Dice la Biblia que lo que el Señor está tratando es haciendo que nosotros recibamos su gloria aquí primero, para que nosotros seamos útiles para Él, de alguna u otra forma. Número cuatro, si vamos a llegar delante de Dios, el máximo estado de glorificación del ser humano es el momento en que se encuentra cara a cara con su Creador. Sí, ese es. Pero la gloria del ser humano es ya no depender de su propio corazón, ya no depender de su propia alma, no dejar que sea su alma la que determine sus estados de ánimo, cómo está y cómo se siente, y cómo la está pasando y qué está viviendo. En el momento en que Adán y Eva mordieron la manzana, la mordieron y entonces se hizo aquel alboroto, el Señor los castiga, y lo primero que Dios hace es cubrirlos porque estaban desnudos, y decirles, ustedes no pueden más depender de su propia alma. Entonces, claro, tengo que avanzar. La obra de Dios comienza desde antes de la creación de todas las cosas, desde muchísimo antes, y esa obra hay que entenderla en función de lo que sigue. ¿Por qué? Porque en este análisis del texto romano verso a verso, dice, ahora sí, pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado, y ahora sí lo vamos a entender. ¿Cuál es el pecado? Todo, pero lo más grande es no creer en Jesús, eso es lo único grave. Si yo no creo en Jesús, ¿en quién creo? ¿En Papucho con dos onzas menos? ¡Ahí! Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado, las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Lo explica Él mismo, todo. La vuelta que yo acabo de dar desde el domingo pasado, en el 25 lo aclara. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado. Entonces vemos el mismo texto que ya vimos, pero, claro, Corinto nos da una clave fundamental que usted y yo tenemos que entender, que el orden de las cosas no se ha alterado. Mire, así está escrito, el primer hombre Adán se convirtió en un ser viviente. El último Adán, ¿quién es? Pero note que el último Adán está haciendo referencia al nombre Adán, el último Adán es el espíritu que da vida. No vino primero lo espiritual, sino lo natural, y después lo espiritual. El primer hombre era del polvo de la tierra, el segundo hombre era exactamente del cielo. Virgen I de Juan 3.23 nos sigue explicando lo mismo. Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, noten. Antes éramos como decenas viejitas de antes, como el animalito. Ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a Él. ¿Ven por qué es importante entender que sí es una glorificación? Claro que sí. Porque lo veremos tal como Él es. Todo el que tiene, todo el que tiene esta esperanza en Cristo, se purifica a sí mismo, así como Él es puro. Vean qué cosa más impresionante, y con esto casi que termino. Dice el texto, que solamente la esperanza de confiar en que Dios está procesando mi vida en esta tierra, para que yo en esta tierra sea útil, y de mí no sólo salga mi capacidad de poder parecerme otra persona, sino que yo pueda hacer lo que Dios quiere que yo sea. Solamente la esperanza en mí de querer ser como el Señor dice que tenemos que ser, eso en sí mismo me purifica. Hermanos, perdón que lo diga de esta manera, pero esto es profundo, ahora sí es profundo, porque noten que dice que hay dos tipos de personas, la gente que quiere que les vaya bien y la gente que quiere que sea procesada por todo lo que Dios está haciendo en esta tierra, y perdónenme, solamente lo hace cuando don Ernesto, cuando Alan y cuando Federico tienen fe en la obra de Jesús, nada más. Entonces fíjense ustedes, fíjense ustedes que dice, dice, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, llega la ley, la ley le da una oportunidad a la gente, aún en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es la figura que había de venir. Ajá, ok. Por ejemplo, por ejemplo, es un ejemplo, no me vean con esos ojos, ¿por cuánto le hiciste caso a tu mujer, ojo, y comiste del árbol del que te prohibí comer? Maldita será la tierra por tu culpa, con penosos trabajos comerás de ella todos los días de tu vida. Noten que lo contrario a lo que estás viendo en la maldición, era lo que no iba a cambiar. ¿Me están siguiendo? Lo contrario a lo que estás viendo en la maldición, ¿por cuánto le hiciste caso a tu mujer? Para que no me regañen las mujeres. Quique, no le hagas caso a Alejandra, no, eso no dice no le hagas caso a Alejandra, ahí no dice eso. Luis, no dice no le hagas caso a Amelie, eso no lo dice así. Lo que dice así, es que usted pone los ojos en lo natural o en lo sobrenatural, y lo sobrenatural ya había dicho que era lo que había que pasar, o no. Les dije, es un ejemplo. ¿Me están siguiendo? Veanlo. ¿Quién dio la orden? Dios. ¿Cuál es la orden? Aquí está. ¿Qué prefirió él? ¿Lo natural o lo sobrenatural? ¿Lo natural? Muy fácil decirle, sí, hacerle caso a la doña, ese fue el error. Dios. Adán se quedó con lo fácil. Número dos. Dice, por cuanto le hiciste caso a tu doña, y comiste del árbol que te prohibí. O sea, él podía escoger que obedecer y que no. Número tres. Con penosos trabajos comerás de ellas todos los días de tu vida. El trabajo, siempre iba a haber trabajo. El ser humano siempre iba a trabajar, porque la Biblia dice que Dios trabajó y descansó el séptimo día. Siempre iba a haber trabajo. Es mentira que digan, ahora también dicen que los hijos de Dios no trabajan. Ahí, puede ser. Porque los príncipes del Rey no trabajan. Deben ser un grupo musical. No, no, perdóneme. La Biblia dice que el hombre fue diseñado para trabajar hasta el último día de sus vidas. Y por eso es que la gente deja de trabajar y se deteriora terriblemente. Pero, ¿qué pasó? Que el trabajo sería consecuencia de la bendición, no de castigo. Porque la promesa, ¿cuál era? Multipliquen todas las cosas. Cómanse lo que quieran. Disfrútenlo. Dios puso tres árboles en el huerto del Edén. Tres tipos de árboles diferentes. Y uno de los árboles que puso Dios en el huerto del Edén, lo puso para comer y para disfrutarlo, verlo simplemente. Te ganarás el pan con el sudor de tu frente hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres y polvo volverás. Una pregunta, ¿qué es lo contrario? ¿Qué es lo contrario? El primer ser humano era inmortal. Era inmortal. ¿Ya entienden qué fue lo que vino a hacer Jesús? A recuperar lo que este hombre, primer amante, perdió. La vida. Completamente. Perdón, una pregunta. ¿Usted está diciendo que la gente anda en la calle como zombis? Literalmente. Son zombis. No hay espíritu en ellos. Y todo por poner, pero en el tiempo presente ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y a la vez es el que justifica a los que tienen fe en Jesús. ¿Podemos entonces jactarnos de haber hecho algo para que Dios nos acepte? Nada. Nada. Nada. No. Porque nuestra libertad de culpa, nuestra libertad de culpa y cargo no se basa en la obediencia a la ley. Está basada en la fe. De que todo esto espiritualmente está pasando en nuestras vidas. Y termino 28. Así que somos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe y no por obedecer la ley. ¿Es acaso Dios solo Dios de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Sí. También es Dios de los gentiles. Pues no hay más que un solo Dios. Él justificará por la fe a los que están circuncidados y mediante esa misma fe a los que no lo están. Si usted quiere creer en el Señor, no estamos perdiendo el tiempo. Estamos detrás de la gloria de Dios. Estamos detrás de la imagen de Cristo. Y estamos detrás de la inmortalidad del Hijo. Por eso estamos aquí. Si hay algo más después de esta vida. Si hay algo más después de esta vida. Señor, te doy gracias. Agradecemos su atención. Si este material ha sido útil para usted, le rogamos que lo pueda compartir. Somos Olivo Verde Costa Rica.