Details
Nothing to say, yet
Big christmas sale
Premium Access 35% OFF
Details
Nothing to say, yet
Comment
Nothing to say, yet
Olivo Verde is a community focused on the systematic and respectful study of the Word of God. They have been studying the book of Romans verse by verse for 57 weeks. They discussed how some people try to justify themselves through their own beliefs and actions, but the importance lies in understanding the true message of God. The transcript also emphasizes that religion alone cannot transform a person's life, but rather it is the belief and understanding of God's teachings that matter. The passage highlights the idea that humans have a natural inclination to follow what is morally right, even if they are not aware of the specific religious laws. It emphasizes that God has placed a desire for something more in each individual. The focus is on understanding and obeying the true message of God, rather than adhering to religious practices. Olivo Verde es una comunidad enfocada en el estudio sistemático y respetuoso de la Palabra de Dios. El contenido de su producción se basa en el trabajo verso a verso del texto bíblico. La Palabra de Dios es la palabra de Dios. La Palabra de Dios es la palabra de Dios. La Palabra de Dios es la palabra de Dios. La Palabra de Dios es la palabra de Dios. La Palabra de Dios es la palabra de Dios. Semana 57. Esta es la semana 57. Durante 57 semanas hemos caminado verso a verso en el libro de Romanos. Semana 57. La semana pasada vimos que Pablo inicia el capítulo 10, Pablo inicia el capítulo 10 diciendo que mis hermanos judíos no se convierten, no quieren, no creen. Solamente un 10% de los judíos realmente es un judío practicante, lo que llaman judío ortodoxo. Un 10% no son ni dos millones y medio en este momento. Y en el momento en que Pablo está escribiendo la carta, Pablo está diciendo que los judíos son gente que tiene un celo por Dios, un celo. Un gran entusiasmo, dedicación, pero que están muy mal orientados. Pablo inicia los primeros cuatro capítulos diciendo esto. Entonces esto nos dio pie para entender que los seres humanos vamos a buscar la manera de tratar de creer en algo. Yo quiero que esta mañana usted le ponga atención a esto para que de alguna forma podamos juntos entender que vamos a demostrar, por decirlo de una forma tal vez un poquito, pues así como violenta, vamos a demostrar que si usted no está siguiendo por definición lo que la palabra nos enseña, usted está siguiendo su propia religión. Y eso es muy complejo, porque de alguna forma lo que Pablo nos lleva a entender a través del versículo 1, versículo 2, el 3 y el 4 que nos lleva a entender es que la gente está buscando creer que de esa manera se justifica, que de esa forma se justifica. Y cuando estamos entendiendo que la gente está creyendo que se justifica de la forma en que lo está haciendo, pues entonces es muy complicado porque estamos hablando de la justificación. Y cuando una persona cree, cuando una persona cree que es buena, ya no hay nada que hacer. Dice que llegó el nuevo director de la cárcel a la cárcel y entonces encontró a Federico Acuña en el primer cubículo, en la primera jaula se encontró a Federico Acuña y le dice, Federico, ¿qué está haciendo usted aquí? Y le dice, no, es que es una injusticia lo que me hicieron a mí. Es una injusticia, usted no se imagina lo que me hicieron a mí. A mí me hicieron una cama y claro, cuando me montaron a la cama, el culpable soy yo, el que está en la cárcel soy yo. Ah, ¿en serio? ¿En serio? Y sigue el siguiente, sigue el siguiente, va a la siguiente jaula, ¿verdad? Y en la siguiente jaula se encuentra a Tabo Móngel y le dice a Tabo Móngel, le dice, mire don Gustavo, ¿qué está haciendo usted aquí? Ah, no, es que me acusan de un crimen que yo no he cometido. ¿Cómo es posible? Y le dice, la bala se perdió y mató a los chiquitos y me acusan a mí de un crimen que yo no he cometido, yo no he cometido ese crimen. Se van a la tercera jaula y se encuentran Ernesto Escalona. Y en la tercera jaula, Ernesto Escalona les dice, no, es que es un fraude fiscal y en el fraude fiscal el único que hacía la contabilidad era yo y entonces me cae todo a mí, pero yo no he hecho nada. Y claro, el nuevo director de la cárcel, cuando llega a la cárcel de Víctor Villalobos, le pregunta a don Víctor, Víctor, usted qué hace aquí? Le dice, nada, yo soy el único culpable de que yo realmente necesito estar aquí, yo soy un desgraciado, yo merezco estar aquí. Y entonces vino el gobernador y cuando se va a la oficina, llama al alguacil, que tiene las llaves del... llama al alguacil, llama y le dice, Jorge, ven, hágame un favor, sáqueme a Víctor Villalobos de esa cárcel, no ve que se va a curtir con esa gente tan pura que está ahí. Se va a infectar de ser tan bueno. O sea, yo quiero que usted me entienda que lo que está en juego es su alma. Yo quiero que usted me entienda que lo que está en juego es su salvación. Y realmente técnicamente, técnicamente no se sabe el momento de cuando usted ha sido salvo. Lo que se sabe es que usted empezó a creer, eso es lo que sí se sabe. Usted empezó a creer. Usted empezó a creer las palabras que el Señor le dice. Y yo quiero que usted me entienda que sin ninguna mala intención, usted fue formado por Dios. Y Dios no miente. Cuando Dios dice en Ecclesiastes 3.11, sin embargo, Dios lo hizo hermoso, todo lo hizo hermoso para el momento apropiado. Él sembró la eternidad en el corazón humano. Con solamente esto, usted tiene que tener en su corazón alguna inquietud, ¡alguna, alguna inquietud! Porque la Palabra de Dios dice que es Dios quien puso en usted la idea de pensar que hay algo, hay algo más allá. ¿Qué valor o qué sentido tiene la vida a partir del hecho de entender que Dios existe? Pero aún así, y aquí viene la bronca, damas y caballeros, aquí viene el problema, aún así el ser humano no puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin. Si la Palabra dice que Dios ha puesto en usted la idea de que hay que creer en algo, de que usted no está solo en este mundo, que usted no se inventó solo, ¡que tiene que haber algo más allá! Dice la Palabra que sí, que es Dios quien puso en usted eso. Ahora, yo quiero que usted me comprenda que lo que yo estoy tratando es de que usted capte de que lo que Pablo inicia diciendo en Romanos 1, en Romanos 10.1, en Romanos 10.2, en Romanos 10.3, en Romanos 10.4, es que de lo que la gente haga con esto, dice, ¿a dónde va a pasar? ¿A dónde va a pasar la eternidad? Estamos entendiendo, y lo que para mí es importante, es que usted entienda, que Pablo da por sentado que usted entiende esto. Y se lo digo así, porque es el Espíritu Santo quien está hablando a través del apóstol Pablo. Y para la gente de Roma, Pablo está diciendo, lástima, esta gente tan dedicada que es. Yo les explicaba la semana pasada que la religión judía es perfecta. La religión judía no se les va absolutamente nada. Los judíos saben cuántos pasos dar, no pueden dar más de mil pasos, porque si dan esos mil pasos ya pecaron. Yo les conté el cuento del ascensor, el sábado no hay quien opera un ascensor, porque no hay quien pone a trabajar a nadie. En fin, mil cosas. Ellos creen, ellos al día de hoy creen que ellos son salvos por ser judíos, y que ellos son salvos por las obras que tienen, por causa de la ley, de la ley judía. Entonces, lo siguiente que me interesa que usted me entienda, hermanos y hermanas, y hermanos, esta mañana, es que la Biblia dice que si una persona no sabe qué hacer, con eso, con esa realidad de la eternidad que Dios ha puesto en cada uno de nosotros, si usted no sabe qué hacer, usted va a buscar por sí mismo, se va a hacer su propio enredo. Se va a hacer su propia forma de creer. Se va a hacer su propia forma de creer. Véalo, dice así, Romanos 2, 14, Cuando los gentiles, que no tienen la ley, ¿Cómo sé yo que esto lo escribió el Espíritu Santo? Porque es demasiado inteligente, es demasiado perfecto, la forma en que está escrito, en donde inmediatamente surge la pregunta, ¡Ay, pero una persona que nunca oye hablar de Cristo! Dice la palabra, que cuando los gentiles, que no tienen la ley, ¡no la tienen! Recuerde que estamos hablando de la ley de Moisés. Hacen, por naturaleza, lo que es de la ley. ¿Ustedes saben por qué dice que las personas sin la ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley? ¿Saben por qué dice eso? Porque la ley es perfecta. Porque la ley no se sale de la realidad dinámica de Dios, no se sale de eso. Entonces, ¿qué pasa? Que cuando una persona tiene la oportunidad de tomar algo ajeno, voy a decir un ejemplo que me sirve para ilustrar esto. Cuando una persona tiene la oportunidad de tomar algo ajeno, y no conoce la ley, y dice, No, yo creo que yo no debería de quitarle algo a una persona que no es mío. Está funcionando, está actuando conforme a la ley. ¿Por qué? Porque la ley obedece a esa lógica dinámica absoluta de Dios, que no tiene nada que ver con religión. Absolutamente, el peor error, el peor error de la gente, es seguir creyendo que la religión va a transformar su vida. Que la religión lo va a hacer buena gente. Entonces, no sé qué texto dice. Cuando los gentiles, que no tienen la ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, estos, aunque no tengan la ley, ¿son qué? Ok, pero recuerde que estamos hablando de los aspectos naturales que se parecen, que se comparan, que se dan, que tienen que ver con la ley. Y eso está fácil. Y Pablo dice, pues entonces, Romanos 2.15 Mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones. Noten que es aquí donde el peligro tan grande de querer seguir viendo, es que ellos son evangélicos, ellos no creen en eso. Ellos son católicos, ellos creen en esto y en esto. Es muy peligroso, porque note que en el versículo 15 dice, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones. Pero note que dice que es escrita en el corazón. Vea que dice que la ley es escrita en sus corazones, pero note que en el 14 dice, cuando los gentiles no tienen la ley. ¿Está viendo? ¿Lo está viendo conmigo? O sea, está diciendo en el 15, que está escrita en el corazón, pero que también en el 14 dice que no la tenemos. O sea, vean que en ninguna parte, en ningún lado Dios está hablando de religión. Noten que simplemente lo que Dios está haciendo es mostrándonos que un ser humano tiene en su corazón la posibilidad, de alguna manera, de obedecer a lo que naturalmente Dios ha escrito sobre una realidad que tiene que ver con la vida de todos y funcionar de una manera sana. Eso es lo que la palabra está diciendo. Ni siquiera está hablando de que los evangélicos o los católicos, no, no. Fíjense que nada más está diciendo una persona no mata a un chiquito, una persona no mata a un animal por matarlo simplemente por el gusto, el placer de ver al animal sufrir. Hay algo malo ahí cuando alguien hace eso. Una persona no agarra un bebé delante de sus papás y lo mete al horno y lo cocina para que los papás sufran. Eso no, eso no, eso no. ¿Por qué? Porque dice, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio, su conciencia. Y aquí viene la parte que me interesa que usted se dé cuenta que cualquiera de nosotros o se encausa hacia lo de Dios o se mete en lo que quiera. Véanlo. Dice, y acusándolos o defendiéndolos sus razonamientos. La semana pasada, cuando terminamos los versículos que nos tocaban ver, Pablo termina con esta frase. Pablo termina con esta frase. Sin embargo, Cristo ya cumplió el propósito por el cual entregó la ley. O sea, le estoy mostrando que la ley de Dios en el corazón humano es algo que no tiene nada que ver con religión y que si la gente obedece a su conciencia a partir de entender que lo que hace, lo hace, está bien, está mal, su conciencia lo acusa, su conciencia lo defiende y la sigue. La palabra dice que está siguiendo la ley de Dios que está en su corazón. Pero dice la palabra que hasta esa ley ya fue abolida. Vea lo complicado de querer yo pensar que yo le puedo decir a Dios cómo yo veo las cosas. Sin embargo, Cristo ya cumplió el propósito por el cual se entregó la ley. Obviamente, una persona que vivía allá en no sé en dónde, que no tenía la ley, nos robó, nos mató, nos mintió, pero no hizo nada. De que falla en una, falla en todas. Vea qué versión más interesante. Biblia de lenguaje actual. Dios ya no nos acepta por obedecer la ley. Vea qué interesante eso. Qué forma de decirlo. Ahora sólo aceptan los que confían en Cristo. Punto. Con Cristo la ley llegó a su cumplimiento. Aquí tengo otra versión que es la versión de Ina Valera que la mayoría de ustedes conocen. Pues noten. El fin. Esa palabra fin no es fin de término. Es fin de propósito. Si están viéndolo. No es fin de término. El fin de la ley es Cristo. O sea, a ver, armemos aquí porque yo sé que esto junto se presta para que uno diga qué raro, qué, qué, qué, está muy cantinfriado. Vea. Pablo viene hablando de los judíos. Pablo dice que los judíos son muy lindos, que él los ama con todo su corazón y que tienen unas ganas y un entusiasmo por Dios pero hacen de todo menos lo que hay que hacer. Entonces Pablo está diciendo que lamentablemente lo que no entienden es que ya ninguna ley funciona. Ni la ley de la religión, ni la ley de Moisés, ni ser evangélico, ni ser católico, nada sirve. No sirve para nada. Porque Cristo lo es todo. El Señor Jesús lo es todo. Porque lo que usted necesita es ser salvo. Usted necesita ser salvo, primero, gracias a Dios, gracias a Dios, usted necesita ser salvo del monstruito que vive en usted. Qué bárbaros más pentecostales. No, yo no tengo ningún monstruito. Eso es mentira. Yo soy una persona buena, gente. Ese es el monstruito. Ese es el monstruito. De ese monstruito estoy hablando. Que lo hace usted creer que porque usted trabaja mucho, porque usted se ordenó, porque usted es buena gente, porque no dice malas palabras, usted es bueno. Y la palabra dice al final que si usted no hizo nada malo y tampoco hizo nada, tampoco sirvió para nada. Entonces, usted entendió que el asunto es por el Señor. Usted entendió que el asunto no es un asunto que usted pueda cumplir con algo. A muchos, a muchos de nosotros, incluyéndome a mí, nos hace mucha falta orar más y ayunar más. Y el que me diga, men, no viene a la fiesta de Navidad. Hermanos, a nos hace mucha falta muchas cosas. Pero no es cierto que una persona que ora cinco horas está mejor que una persona que oró diez minutos. Eso no es cierto. Cuando una persona necesita orar cinco horas, es muy probable que el peso de su corazón sea tan grande que necesite orar bastante para poder estar en una condición de catarsis, para poder sentirse bien consigo misma y pensar que ya Dios lo liberó. Yo lo veo de otra perspectiva. Yo no lo veo como algo que necesariamente sea así. El problema es, damas y caballeros, que la gente se impone una cantidad de rituales y de cosas que tratan de imponérselas a otras personas. Lo malo no es que usted no ore. No, no, eso no está mal. Todos tenemos que orar y buscar de Dios. Lo malo es que usted ore, ya sea diez horas o dos minutos, y Dios no le conteste. Pregúntese por qué. Si usted ora a las dos de la noche, usted ora a la una de la mañana y dice, porque usted dice que el Señor me levantó. El Espíritu Santo me levantó a la una de la mañana y yo empecé a orar y me dieron las siete. Y va a pasar todo el día con sueño. Eso está mal. Mire, si Dios le habló y le contestó y le dio respuesta a su vida, dice, sígalo haciendo. Está rudo, está rudo. ¿Por qué Dios lo hace? Es un asunto suyo. Pero noten que muchas de estas respuestas alrededor de estas cuatro preguntas dicen cuál es la ley o cuál es la religión que usted está siguiendo. Y yo no sé, yo no sé qué, yo no sé por qué, porque he estado conversando con una persona que quiere venir a la iglesia y nos contactó por medio de, nos contactó por medio de Facebook y ya está viniendo desde, hoy estamos en diciembre, como yo empezamos a hablar como, como en qué, como en agosto y no ha venido una sola vez. Hermanos, por favor, entendamos algo. La gente está cansada de la religión, está harta. Aquí vino una pareja, un día de estos, este, casualmente estaban aquí donde estaban sentados este, Graviela y Víctor, estaban sentados ahí y en un momento del culto, ella le dijo a él, yo lo vi, porque yo lo escuché, estaba aquí adelante, estaba aquí parado adelante, le dice, ¿por qué no piden plata? O sea, hermanos, perdón, yo quiero que usted me entienda que la gente está harta de la religión. O sea, a mí no me dice nada bueno que nos digan a nosotros que somos una iglesia que no pedimos plata, eso no me dice a mí nada bueno de nosotros, ¿sí me va a entender? Pero, yo oigo a la gente, ayer hablé con un famoso, famosísimo líder de jóvenes de este planeta, San Ramón, porque San Ramón ya es un planeta en otro país, ¿verdad? Este, ayer hablé con un famoso líder de jóvenes, fue muy famoso, Don Adrúa lo conoce, este, y él me decía, ¿cómo hago, Dios mío, cómo hago? Es que, es cierto, mire, hemos pasado tanto tiempo haciendo cosas que no había que hacer y nunca frente a la Palabra de Dios, que el día que intentamos pensar en volver a la Palabra de Dios, el asunto es puesto en mundo. Entonces, estas cuatro preguntas que están aquí, son las cuatro preguntas que de alguna forma tienen que hacernos entender qué es, o qué, o para qué o para qué, por qué, cuál es la razón, y eso va a revelar cuál es la ley que yo estoy siguiendo. Cuando a mí me dicen, es que no puedo ir a la iglesia, ahí llego, cuando pueda, así llaman, así llaman, así siguiendo la ley, la ley del tiempo libre. Cuando le dicen a uno, es que yo leo la Biblia, pero yo no le encuentro nada así como, es que me da mucho sueño, es que yo me pongo a leer y no sé por dónde empezar y me enredo y entonces, cuando yo oigo eso, esa gente está siguiendo la ley, se llama la ley del cómic. Como no es un cómic, no es interesante, no es bonito, se llama orgullo, se llama soberbia. Nosotros leemos la palabra de Dios y seguimos la palabra de Dios para quitarnos nuestros propios pensamientos de la cabeza. ¿Alguien me está escuchando? Si alguno de ustedes está pensando que nosotros leemos la Biblia para pensar bonito, se equivocó. No. Estamos buscando sustituir el pensamiento nuestro con el pensamiento de Dios. Porque el pensamiento nuestro falla muchísimo. Vieran el mío. Aquí está. El problema es esta ley. El problema es esta ley, damas y caballeros, la que nos tiene a nosotros viendo las cosas. Entonces Pablo, Pablo lleno, lleno, miren, perdónenme, lleno de ternura porque yo no podría verlo de otra manera, lleno de cariño, lleno de ternura, lleno de una forma, lleno del Espíritu Santo, dice, miren gente, cualquier ley, cualquier ley que usted siga exige obediencia. Pues, Moisés escribe que la ley exige obediencia a todos sus mandatos para que una persona llegue a ser justa ante Dios. Pero el único que ha podido cumplir con la única ley perfecta que existe, adivinen quién es, Cristo. Entonces, a partir del verso 5, en adelante, Pablo dice, miren, vean, vean, vean qué fácil que es esto. Esto es muy sencillo, gente. Usted no puede, usted tiene que dejarse llevar por Dios, usted no puede seguir metiéndose en la cabeza que usted le va a decir a Dios qué es y cómo Dios tiene que hacerlo a usted, cómo Dios tiene que cambiarme a mí. Porque dice, pero la justicia que se basa, la justicia que se basa en la fe afirma. Oigan, que, me gusta mucho esa nueva traducción viviente por lo sencillo de la expresión, pero la justicia que se basa en la fe afirma. No digas en tu corazón. Cállese internamente. Cállese. No digas en tu corazón. Ahí está. Yo no vengo a culto, estoy usando los ejemplos de la iglesia porque son los más comunes a nosotros y con las cosas que más les díamos, pero realmente podrían ilustrar de qué estamos hablando. Yo no voy, yo no voy, yo no llego al culto, a la música porque a mí no me gusta cantar. Si me queda tiempo me congrego. Yo no doy plata en la iglesia porque la iglesia tiene mucha plata. Yo no hago nada en la iglesia porque a mí no me gusta que me pongan a limpiar baños. Yo llego a la iglesia, oigo la palabra y me voy porque a mí me interesa que nadie me hable. Usted está oyendo el corazón de Federico, el corazón de cada uno de nosotros. Lo está viendo conmigo. No digas en tu corazón. ¿Qué es lo que pasa? Que en mi corazón yo digo voy a ir a la iglesia. Pero es que no es ir a la iglesia. Usted sabe que estamos hablando de Romanos verso a verso. El libro de Romanos fue el libro que produjo la reforma protestante. Usted sabe que el Espíritu Santo quiere hacer algo con usted, pero usted la lleva al paso que usted está. Usted lleva las cosas al paso que usted quiere llevar las cosas porque usted piensa que está bien. Ahora, Pablo se va todavía más profundo y Pablo dice, no digas en tu corazón tengo que ir hasta el cielo a ver cómo se resuelven las cosas. Aquí entran todos los que religiosamente pagamos penitencias para decir para bajar a Cristo. Verso 7 ¿Quién bajará desde el abismo? ¿Para qué? Para hacer subir a Cristo. Es la gente que cree que puede hacer algo. Por eso es tan peligroso cuando una persona dice, yo ya no fumo. Vieran que yo fumé 40 años y vieran que ya no fumo. Entonces, vieran ustedes que, perdón, usted no está en función de que la... Por eso es que mejor quedarse callado porque Dios no está pensando. Dios dice, qué tirada lástima. Mejor hubiera seguido fumando porque cuando estaba fumando era más tranquilo. ¿Me doy a entender? Cualquier cosa que produzca no propia justicia es muy peligrosa porque ahí está. Este edificio fue testigo por muchos años de personas que venían a contar de las cosas que no hicieron y sí hicieron y ya no están ni siquiera siguiendo al Señor porque no se trata de la justificación de las cosas que no hicimos. ¿Acaso fue Dios quien nos metió en las cosas? ¿Todo por qué? Por mi propia ley. ¿Mi propia ley? ¿Cuál es mi propia ley? ¿Qué dice la Biblia? Tampoco sirve. Entonces viene Pablo y dice, miren, vean que fácil es esto. Es sencillo. Vean que fácil. Vean, el mensaje está muy cerca del corazón de cada uno de nosotros. En realidad, dice, el mensaje está cerca de ti. Está en tus propios labios en tu corazón. Ese mensaje es el mismo mensaje que nosotros predicamos acerca de la fe. Entonces, Pablo está diciendo, primero dice, no le digas, no digas en tu corazón. Recuerden, no digas en tu corazón. ¿Qué dijo? No digas en tu corazón, voy a llorar cinco horas, voy a dejar de fumar, voy a dejar de, voy a, no digas en tu corazón que yo tengo la respuesta. Dice, está en tus labios en tu corazón. Ese mensaje es el mismo mensaje que nosotros predicamos acerca de la fe. Y viene un texto muy mal usado por nosotros los evangélicos, por nosotros los cristianos. Si confesamos con tu boca que Jesús es el Señor y creas en tu corazón que Dios lo envió de los muertos, serás salvo. ¿Ven qué fácil? Se ve muy fácil. Ahí dice que se va a salvar todo el mundo. No. No. Ahí no dice eso. Ahí dice que una persona que pueda confesar a Cristo es una persona que creyó algo en su corazón que antes no creía. Eso es lo que dice ahí. Pero, ¿por qué no? Ahí no dice eso. Véanlo. Vean el verso 11. Verso 10. Pues, es por creer en tu corazón que eres declarado justo a los ojos de Dios. Y hasta que vos no crees en tu corazón, de tu boca no sale la invocación a Cristo. ¿Por qué todo el mundo dice? Pues, la gente igual dice fue mi alma y fue tal que decir Cristo Jesús por Jesucristo. El nombre de Jesús, el nombre del Señor Jesús, todo el mundo lo dice. Y esa gente lo dice no son salvos. ¿Alguien me está escuchando? Aunque esté medio dormido. Pero, ¿no que es como una cáscara de bananos y confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó ante los muertos, serás salvo? Y lo que pasa es que creer eso en el corazón se las trae. Se las trae. Pues es por creer en tu corazón. Es más, ¿quieren que les diga algo? Entre la primera parte del versículo 10.10 y la segunda parte del versículo 10.10 hay al menos de 5 a 7 años. ¿Alguien me está escuchando? Y Pablo sigue. Pablo profundiza más porque Pablo dice creer para Dios, creer para la Biblia, creer para el Espíritu Santo. Cuando yo estoy hablando de creer, cuando yo estoy hablando de qué significa creer, cómo Dios quiere que yo entienda creer, es que yo renuncie completamente a mí y confíe, todo el que confíe en Él, jamás. Y noten la palabra que usa esa versión. Me parece interesante esa palabra. La palabra que usa Reina Valera es avergonzado. Y esa usa la palabra deshonrado. Son sinónimos en algún sentido. Pero noten que para la Biblia, para Dios, para el Espíritu Santo, para Pablo, todo el que confíe en Él. A ver, ¿confía en quién? Ven porque dice el que diga, no digas en tu corazón. ¡No lo digas! En el momento que usted le dé su corazón. Yo ya... andaba en un supermercado y me ponen una alcancía y me dicen, es que estamos ayudándolo no sé qué, no sé cuánto. Ya di. Di la vuelta, hicieron un mandado, volví a entrar y me dice la muchacha, es que estamos ayudando a la siguiente capa, es que vamos, estamos ayudando otra vez la alcancía. Ya di. La tercera vez que tuve que, la día siguiente ya me sentí mal, tuve que volver a dar. O sea, entiéndanme, o sea. La religión nos está matando. Pero la peor religión de Mauren, la peor religión de Flory, la peor religión de nosotros. Por ejemplo, ¿quién le dijo a usted que Dios quiere que usted cruce al 2024 pensando que todo le va a salir bien? No. Dios quiere que usted cruce al 2024 confiando en las promesas de Dios y en el Evangelio. Y el Evangelio nos promete que todo lo que suceda en el 2024 va a ser, ¿para qué? Para la gloria de Dios, no para mi beneficio. Me vaya bien o me vaya mal. Y muchas veces cuando me va mal es cuando mejor me está yendo. Entonces, cuando a usted le están diciendo en una iglesia que el 2024 está blindado, está sellado y le va a ir de maravilla, póngale cuidado porque le están mintiendo. Porque le están centrando las cosas en quién. En mí. Y todo lo que sea para la gloria de Dios es lo único que Dios va a hacer. Entonces fíjense que ya tenemos que Pablo dijo, mire, el problema con ustedes es que la ley, ya la ley ya cumplió su propósito. Número dos, usted no puede hacer nada ni orar 10 horas. ¿Para qué orar 10 horas si yo no contesté? Ora una y le contesté, ore una. Ore cuando, ore de forma tal que Dios le conteste. Y si no le contesta, pregúntese, ¿por qué será que a mí Dios no me contesta? Ya, ya entendí, ya entendí. ¿Qué hago? Nada, entienda lo que estamos hablando. Ninguno de nosotros puede hacer nada. Tenemos las cosas claras. En nuestra boca y en nuestro corazón. Lo que tenemos que hacer simplemente es creer lo que hay que creer. Permitir que la palabra de Dios esté en el corazón de cada uno de nosotros para que cada vez que nosotros vivamos la vida, las cosas que podamos vivir, podamos decir simplemente el Señor Jesús es mi Señor y eso me hace ser salvo. Por lo tanto, verso 12, ya no hay diferencia. Usted sabe lo que hace un judío decirle a otro judío, hermano, los judíos se creían, dicen la gente que los alemanes al hacer la raza aria, pensaban que ellos eran la mejor raza del mundo. No, perdón, los judíos hasta el día de hoy piensan que ellos son la mejor raza del mundo porque son la raza de Dios. Acuérdense que cuento una historia, yo les conté eso hace poco, cuento la historia de un judío que estaba tirando piedras a una persona. Estaba tirando piedras a Víctor y le preguntaron ¿por qué le está tirando piedras a él? ¿A quién? Ahí no hay nadie. Un judío. Que Pablo dijera ya no hay diferencia entre los que oran 10 horas y ayunan 15 horas o diezman mucho, diezman poco, ofrendan mucho, no hay ninguna diferencia porque se trata de la convicción del corazón entre los judíos y los gentiles. En ese sentido, ambos tienen al mismo Señor quien da con generosidad y aquí viene el cierre majestuoso maravilloso de Pablo a quienes lo invocan. Invocar, vea. Acuérdense que en el texto original no hay números. No existe el 12. Lo que existe es una sola idea. No hay diferencia entre los judíos ni gentiles. En ese sentido, ambos tienen el mismo Señor quien da con generosidad a los que lo invocan pues todo el que invoque el nombre del Señor será salvo. Pero la palabra invocar es una super cáscara de banano. ¿Por qué? Porque la invocación la confesión es la afirmación de algo. Tengo hambre, afirme algo. Tengo sueño. Es una afirmación simplemente. Hermanos, invocar es reconocer que hay algo superior a mí y que yo dependo de ese algo superior a mí. Pablo Sierra diciendo que solamente, solamente Pablo Sierra diciendo todo el que invoque claro, ¿quién es ese todo? ¿Ese todo es todo el mundo? No. Cualquiera puede confesar pero no todo el que confiesa invoca. Solo el que invoca también confiesa. La invocación al Salvador es la respuesta de la convicción de un corazón agradecido, perdonado, procesado y solo quien ha sido agradecido, perdonado, procesado, limpiado, oído. ¿Saben qué dice? Bendito sea mi Dios. Bendito sea mi Señor. ¿Saben qué dice? Gracias Señor por lo que me diste, por lo que me quitaste. Eso es un corazón agradecido. Eso es un corazón procesado. Eso es un corazón que logra invocar el nombre de Dios. O sea, Federico, usted está diciendo que cuando en una iglesia le dicen levante la mano y pase adelante y repita conmigo a las pruebas me remito llevamos 50 años haciendo eso y toda la gente que nosotros hemos visto que levanta la mano y pasa adelante y hace eso si toda esa gente estuviera aquí hoy en la mañana aquí no cabría la gente en este lugar porque recuerden que cualquiera puede confesar pero la palabra dice que el que invoque el nombre del Señor. Es más, miren que la palabra invocar tiene una raíz muy interesante y la invocación el uso de la palabra invocar implica que la persona se encuentre en un estado de necesidad. Estos textos al 13 de Romanos son sencillamente impresionantes. Pero aquí termino. El año 2024 es un año donde Dios no los va a dejar en paz a ninguno de ustedes. A mí tampoco. Y a cada uno de ustedes Dios le va a poner una responsabilidad porque hay mucha gente que no conoce al Señor. Si usted me pregunta a mí ¿cuál es el mejor lugar para encontrar cómo hablarle a una persona del Señor? Romanos 10 completo. ¿Habla de la religión? No sepa nada. ¿Habla de la ley? No sepa nada. ¿Habla de nosotros? No sepa nada. Pero habla blinda de blindaje de caja fuerte blinda la opción de la salvación en personas que se atreven a confiar en el Señor más que cualquier otra cosa. Eso es Romanos 10. Señor, te doy gracias.