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Los alumnos de cuarto C, se han acercado hasta nuestra radio "ONDA PASARELA", para contarnos los cuentos que han escrito para la celebración del Día de La Paz, del próximo 30 de enero. Muy buen trabajo, ¡seguid así!
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Los alumnos de cuarto C, se han acercado hasta nuestra radio "ONDA PASARELA", para contarnos los cuentos que han escrito para la celebración del Día de La Paz, del próximo 30 de enero. Muy buen trabajo, ¡seguid así!
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Los alumnos de cuarto C, se han acercado hasta nuestra radio "ONDA PASARELA", para contarnos los cuentos que han escrito para la celebración del Día de La Paz, del próximo 30 de enero. Muy buen trabajo, ¡seguid así!
Students from fourth grade read stories about Peace Day. Leo fought against a bully named Rodolfo, with the help of his friends. Kira, a girl who was being bullied, moved to a new city and made new friends who stood up for her. Bobosito, a kangaroo, fulfilled his dream of playing basketball with the support of his friends. Manuela and Abril befriend a girl named Martina who was grieving the loss of a loved one. Manuel, who was bad at soccer, improved with the help of his family. The program ends with the hope that the audience enjoyed it. Bienvenidos a un nuevo programa de Onda Pasarela de las GAUNAS, somos los alumnos de cuarto C y os vamos a leer las historias del Día de la Paz. Leo y sus compañeras, y sintió como la fuerza les unía. Fin, dijo el señor chimpancé. El señor chimpancé, que era mi profesor, nos había contado una historia de una jirafa que no llegaba a la comida que había en el árbol. Pi, sonó la campana de ir al patio del colegio de Animalandia. Aquel día, 22 de enero, fue uno de los peores días de mi vida. Rodolfo Cornos, el chulito de clase, me retó, sí, a mí, me retó, a una pelea, y yo no me lo creía. Leo leó luchando contra Rodolfo Cornos, casi, pero no. Bueno, la cosa es que me tenía que enfrentar a él, porque si no, me iba a pegar. Entonces, me tiró al suelo y me dio un par de puñetazos. Después, nos pilló el señor chimpancé y nos castigó contra la pared. Un poco más tarde, nos fuimos a casa y les expliqué todo lo que me había pasado a mis padres. Me dijo mi madre que mañana sería otro día, y me fui a la cama. El día siguiente, vinieron dos niñas nuevas al cole, Cristina Pérezas y Tigre Sáza. Nos conocimos y se hicieron amigas mías. Al rato, nos fuimos al recreo y Rodolfo Cornos tiró mi bocadillo a un charco. No me lo podía creer, Rodolfo metiéndose otra vez conmigo. Entonces, mis amigas me dieron la mano, y de nosotros salió un rayo rosa con forma de corazón, que le dio a Rodolfo y salió volando. Desde aquel día, Rodolfo no volvió a hacernos bullying. La fuerza de la amistad. Y sintió cómo la fuerza de la amistad la ayudó a... Hace una vez, en el parque de Islandia, había tres amigas. Un día, encontró a una chica sola. No tenía amigos. Entonces, Miley dijo, tenemos que hablar con ella. Sofía dijo, sí, sí, debemos. Entonces, Cautar dijo, vamos. Fueron a hablar con ella, y Miley le preguntó, ¿quieres estar con nosotras? Ella quería estar con nosotros. Ella era un poco, solo un poco tímida. Dijo, vale. Sofía le preguntó, ¿cómo te llamas? Ella dijo que se llamaba Kira. Les dijo que tenía doce años. Cautar le dijo que ella también tenía doce años, y sintió cómo la fuerza de la amistad la ayudó a hacer amigos. Dos años después, Kira tenía más amigos, y era muy feliz. La vuelta al mundo. Y sintió cómo la fuerza... El camaleón Leonardo vivía en la jungla, en Camarandia. Estaba en los árboles. Tenían campamentos con mosquitos. Los cazaban con la lengua. Leonardo era muy feliz, pero lo que le haría realmente feliz era dar la vuelta al mundo. Pero su padre no le dejaba. Así que en el cole dijo a sus amigos, David y Manuela, que se despertaría por la noche, se despertaría para dar la vuelta al mundo. Cogerían a la ardilla voladora, y desde lo más alto de los árboles, y darían la vuelta al mundo. En la ardilla voladora se va todo muy rápido. Así que se despertó Leonardo, despertó a sus amigos, cogieron a la ardilla voladora, y dieron la vuelta al mundo en una noche. Para que vean lo rápido que es la ardilla voladora. Y soñaron cómo la fuerza se acompañaba. Y sintió que la fuerza era de una vez una niña de nueve años que iba a cuarto de primaria, llamada Kira. Kira se estaba mudando contra sus padres ya que sufría bullying en su colegio. Y ella no se sentía bien en esa ciudad. Entonces se mudaron a la ciudad de Logroño. Cuando llegaron se fue a dormir, y al día siguiente por la mañana se fue a su casa. Se fue a dormir, y al día siguiente por la mañana se fue a su nuevo colegio, que era Las Raunas. Y solo quedaban tres días para las fiestas. Cuando llegó a su clase, les dijo hola a todos. Pero ellos lo único que hicieron fue reírse de ella. Al rato aparecieron unos niños llamados Eri, Caetana, Sandra, Marco y María. Que la defendieron y le preguntaron si quería ser su amiga. En el recreo jugaron juntos. Así pasaron todos los días hasta que... ¡Son las fiestas del colegio! Ese día cuando llegó a clase estaba muy emocionada, pero se dio cuenta de que sus amigos no estaban. De repente toda la clase le empezaron a tirar basura e insultaron. Resulta que les habían encerrado en el cuarto de la limpieza. Pero lo que la clase no sabía es que los amigos de Kira ya sabían que iba a pasar. Así que pudieron abrir la puerta con una horquilla que tenía María. Cuando llegaron vieron lo que le estaba pasando a Kira y volvieron a defenderla. Kira les dio un abrazo y les dijo gracias. Cuando llegaron a las fiestas toda la clase se disculpó con ella. Y sintió que la fuerza le ayudaba a tener más y más amigos. Y sintió como la fuerza de la amistad le ayudó a... Perdón, he empezado por el final. Érase una vez un canguro llamado Bobosito y que jugaba al baloncesto al suelo contra una sola persona. Y estaba muy triste porque siempre perdía y su sueño era saltar tan alto que llegara a la luna y encestar. Un día Bobosito perdió su ciento décimo partido y se puso a llorar. Pero aparecieron todos sus amigos y dijeron que iban a jugar con él. Entonces desde ese día con el poder de la amistad ganaron todos los partidos. Pero Bobosito todavía estaba un poco triste porque no podía cumplir su sueño. Y sus amigos le dieron un abrazo y le dieron un beso. Estaba un poco triste porque no podía cumplir su sueño. Y sus amigos dijeron que daremos el poder de la amistad. Y Bobosito se preparó para saltar y... ¡saltó! Tardó un mes en llegar a la luna pero lo consiguió e hizo un triple. Después de otro mes gracias a sus amigos cumplió su sueño y Bobosito se hizo jugador profesional de baloncesto con el poder de la amistad. Jugar siempre es lo primero. Y sintió como la fuerza de la alegría le ayudó a jugar. Jugar es lo mejor para el dolor, o eso cree Manuela. Y lo que explica esta historia. Manuela estaba en el patio con Abril, su mejor amiga. Pero ese día Manuela estaba disgustada y no sabía por qué. No se sentía feliz. Manuela le dijo a Abril. Abril, vamos a dar una vuelta. En ese momento vio una niña nueva. Abril dijo, ¡una niña nueva! Manuela respondió, no parece muy contenta. Vamos a ver si le ocurre algo, dice Abril. ¡Hola! Anda, hola, soy Martina, dijo con tono desanimado. Contesto. Manuela preguntó por curiosidad. Martina bajó la cabeza y les contó que había muerto. Martina era muy buena y guapa, y valiente. Se dedicaba a proteger a la gente como bombera. Sin embargo, enfermó de cáncer. Nos hicimos amigas. Se hicieron amigas. Fueron jugando. Y se olvidó lo que estaba sucediendo. Desde entonces, todos los días, Y sintió como la fuerza de la familia le ayudó a jugar mejor. En su equipo de fútbol, Manuel era muy malo jugando al fútbol. Pero malo, malo. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. No se le olvidó. Qué raro que no discutan. Algo les pasará. Seguro que traman algo. Hasta que Zoe les preguntó ¿Os pasa algo? Las dos se miraron y dijeron a la vez No. ¿Por qué? Todos exclamaron. ¿Por qué no discutís? Les dijeron cerebral que no querían hablar del tema. Hasta aquí el programa de hoy. Esperemos que les haya gustado. Nos vemos el próximo día. Pasad buena tarde y sed felices.