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Esta fabula es un libro de valores, es para niños
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Esta fabula es un libro de valores, es para niños
A lamb has a strange dream about freedom and becomes unhappy and restless. The other sheep mock him and he becomes even more troubled. He continues to have dreams but cannot remember them when he wakes up. The lamb starts to lose weight and eventually dies. The shepherds speculate that he must have seen in his dreams what life is like as a free lamb. One of the shepherds ponders if it is better to remain ignorant and content like the other sheep or to seek freedom, even if it means death. El Cordero y la Libertad Fábula Una vez a un cordero le sucedió un gran desastre. Mientras dormía, tuvo un sueño, que se trataba de un sueño. El cordero no lo podía comprender. Sólo comprendía que este sueño hacía referencia a su vida y que por este motivo se sentía triste e inquieto. El redil era siempre el mismo. También el alimento. La misma grey de las ovejas. Pero él parecía no darse cuenta de ello. Andaba por el redil como perdido, palando. ¡Ovejas! ¡Eh, ovejas! He tenido un sueño muy extraño que hablaba de nuestra vida. Pero las ovejas no sentían ninguna simpatía por sus preocupaciones. Y hasta se burlaban de él, llamándolo filósofo, que en el lenguaje ovejuno equivale al peor insulto. Desde aquel momento los sueños no lo abandonaron más. Y sin embargo, despierto no le era posible reconstruir aquello que había soñado. Recordaba una serie de visiones que desfilaban ante sus ojos, procurándole sensaciones deliciosas, pero al despertar las imágenes se desvanecían y él volvía a sentirse un cordero común, con la diferencia de que antes desempeñaba su función de cordero alegremente, mientras que ahora vagaba como un tonto buscando quién sabe qué cosa. El cordero había intuido que el momento no termina con los muros de un redil. Había entrevisto la luz, el espacio, la libertad, pero no llegaba a comprender qué eran. A medida que continuaban los sueños, el cordero se volvía cada vez más inquieto. No encontraba ni piedad ni simpatía a su alrededor. Día tras día empezó a adelgazar. Dormía cada vez más y un día no despertó más de un sueño. Los pastores hablaban entre sí de aquel extraño cordero ya muerto afortunadamente. Antes era un cordero como todos los demás y después de golpe, como si hubiera vuelto loco. Nikita, tú eres el pastor desde hace 50 años, ¿qué crees que le haya sucedido? Seguramente habrá visto en sueños cómo es la vida de un cordero libre, respondió Nikita. ¿No sucede alguna vez también a nosotros los humanos? ¿Es mejor permanecer como un cordero estúpido, como los otros? ¿No? Entonces no te faltará nada. Tienes hierba, hieno, un lugar en el redil y las ovejas serán amigas. ¿Digo bien, Nikita? Dices bien, Iván. Pero de vez en cuando hay un cordero que prefiere morir. Morir. Morir. Guau. De éstico, serín. Vaya. Qué fuerte.