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EP#46MENTIRASBLANCAS

EP#46MENTIRASBLANCAS

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Y Marina Astorga. Buenas tardes, como dijeron por la mañana. Como siempre, con una actitud positiva. Fíjate, sí, ya en nuestro episodio número 46, mentiras blancas, cómo las pequeñas falsedades afectan nuestras relaciones. Qué interesante el tema, ¿verdad? Sí, de verdad, que no por eso va a dejar de tener un impacto, nada más porque es supuestamente una mentira blanca. Me parece muy bien. ¡Guau, qué hermoso! Así es, y bueno, pues estas pueden ser con la intención de proteger a alguien, o perseverar la paz, o evitar tensiones, ¿verdad?, según con ese propósito, pero como bien lo dices, no dejan de ser mentiras. Oye, ¿qué te parece si nos aventamos, me gustó tu ejemplo, nos aventamos otros ejemplos comunes para empezar allí a generar conciencia, ¿verdad?, porque yo creo que todas, todos decimos, yo creo que todas tenemos que aceptarlo, todas hemos dicho, pero bueno, esperemos y después de este episodio ya no seguir diciéndoles, ¿verdad? Mira, yo aquí tengo una que dice, me encanta tu nuevo corte de pelo, y lo dice, aunque no te guste del todo, decides elogiarlo para evitar herir los sentimientos de tu amiga o amistad, ¿verdad?, en el caso de los varones no creo que se anden chuleando mucho, que qué bonito tu corte de pelo, ¿no?, pero nosotras sí es muy común, ¡ay, amiga, qué bonito te quedó tu corte!, y en realidad parece uno el soldadito tranquilado, ¿no?, el burro. Y luego también hay que mirar si hay la confianza con esa persona o no, pienso yo, mira, porque por ejemplo la persona puede interpretar como que, ah, me tiene envidia, por eso como que hizo su cara, o lo puede interpretar de otra manera diferente, aunque la persona honestamente esté dando su punto de vista, ¿no?, su opinión. Entonces yo creo que por eso es que se cae tanto en esto de lo de las mentiras blancas, ¿no?, para no herir, como bien lo mencionaba anteriormente, para no herir los sentimientos de la persona, pero bueno, ahí como dices tú, ¿qué se pudiera decir?, pues a lo mejor nada más decirle, oh, mira, ya querías cambiar de look, ah, pues está bien los cambios, ¿no?, pero no decirle, ay, qué hermoso se te mira, ¿no?, pues sí, no, no, no, no, ah, pues está bien los cambios, pero no decirle, ay, qué hermoso se te mira, ¿no?, pues sí, no lo sientes, sí, sí. También, por ejemplo, está bien común que allí yo creo que vamos a estar las dos manos de nuevo, claro, estoy en camino, y decir esto cuando en realidad aún estás preparándote sólo para evitar parecer impuntual, sí, todavía son los rolos, sí, y ya pasaron, quién sabe cuántos cinco minutos que ya hicieron dos horas, no, claro que sí, para evitar parecer impuntual, es justificándose. Sí. Fíjate y tener ahí. Bueno, pero le estamos faltando al respeto a la persona por su tiempo, que es valioso, ¿no?, si hacemos esperar. Fíjate que yo antes era súper impuntual, ahorita para todo este tema, pues ahí estás tú, ¿no?, para mirar que las dos, no voy a decir que nada más yo, hemos trabajado mucho en esa parte de la puntualidad, siempre estamos allí exactitas o si no, hasta poquito tiempo antes, y yo como ya sabes hasta dónde vivo, pues prefiero darme extra unos 40 minutos o casi la hora para poder estar a tiempo, porque yo nunca sé que me voy a encontrar en el camino con un tráfico, ¿verdad?, que se tanque, que porque hubo un choque, que porque lo que sea, ¿no?, o construcción. Entonces pues trato de hacer esto, pero fíjate que todavía me voy a declarar culpable, aflojo mucho el paso cuando tengo citas familiares o alguna fiestita o algo así, allí sí como que me relajo, digo, pues tampoco voy a llegar a limpiar, ¿verdad?, antes de la fiesta, y allí sí no llego así tan puntual que digamos, pero sí me gustaría también trabajarlo en lo personal, no nada más como en la parte profesional. Sí, la típica. Sí. Sí. Sí. Sí. Te lo dije. Písele. Sí, fíjate que así. No, y luego la típica, ¿no?, que vamos regañando a la gente. Ay, este que no le pisa, este que no le pisa. O sea, como si esa persona fuera la culpable de la negligencia de nosotras, ¿no? Me recuerdo la vez que íbamos a entrevistar a por allí a una muy buena amiga tuya. ¿Te recuerdas cómo íbamos? Sí. Sí, se parece. Nosotras íbamos bien, pero la gente del plano no se aplicaba. Oye, ¿qué tal esa otra, la de no recibir tu mensaje? ¿Verdad? En lugar de admitir que lo leíste y olvidaste responder, optas por esa pequeña mentira para evitar malentendido. Y déjate tú, Lupita, poquito más peor el caso ahora con estas aplicaciones que dicen leído y releído. Y todavía no leí tu mensaje. Sí, sí, no. Adiós. Es mejor admitirlo, la verdad. Estos ejemplos nos muestran cómo las mentiras blancas a menudo se entrelazan en nuestras conversaciones diarias. Aquí es donde hacemos aquí conciencia de decir, okey, ¿en qué parte yo sí le he dicho? Y pues la muy común es la del cabello, ¿no? La de decirle a alguien, ¡ay, te ves bien! Y que no sé qué tanto, porque es poquito más incómodo si la persona te pregunta porque te está poniendo en esta situación donde tú vas a dar un punto de vista, una respuesta. Entonces, si como quiera la persona no te preguntara, igual pues tú no haces mención. Pero si te preguntan, pues sí, es como que, híjole, ¿qué le digo, no? A mí en realidad no me gusta, le va más esto y esto otro, cosas así. Oye, está así como que, ¿la verdad, la verdad, la verdad? Esto es lo que importa, así es. Sí, así es. Oye, y una pregunta importante que se deriva de esta conversación, ¿cómo afecta la confianza y la comunicación? O sea, estamos pensando ahí por la ligera, pero esto tiene un impacto, ¿verdad? De lo que es la confianza y pues la comunicación con esta persona. Marisa, la fregaste, Marisa, con toda la C y la H. Así es. No. Por eso decía yo al principio, tiene mucho que ver con qué persona estás hablando. Y también la otra cosa es si esa persona te pidió un punto de vista, si te pidió tu opinión. Porque a veces ahí vamos, como lo comentabas, a dar nuestra opinión sin que nos la pidan y salimos de allí, ¿verdad? machacados por andar de metichas donde no nos llamaron. No, y luego porque a veces no nos alcanzamos a ver bien. O sea, como en muchos lugares sí tienen espejos que te agarran de todos los ángulos y ya tú dices, ay, de frente se me mira bien, pero de atrás no, o del lado no, o lo que tú quieras no. Entonces es muy válido esto de pedir esa opinión a las personas. No quiero decir que seamos dependientes de lo que otras personas decidan, sino que estamos confiando en alguien para que nos apoye y pues sentir esa confianza de saber que elegimos la prenda correcta. Muchas gracias. Sí, fíjate que sí. Allí se crea ese impacto en la confianza, ¿no? Que cada mentirita que se diga, incluso las más pequeñas y supuestamente blancas, crean esta grieta en la base de la confianza, ¿verdad? Y una vez está dañada, pues puede ser difícil de restaurar o incluso puede que ya no se restaure. Sí. Ah. Sí. Sí. Esa confianza. Pues fíjate, allí tú la estás inculcando entre los valores importantes, ¿verdad?, para la familia, lo que tú consideras como importante, ¿verdad?, el ser honesto, la honestidad. Otro quemadón. Pobre de sus papás. Oye, me imagino la risa. Bueno, ya no sé si les dan ganas de rirse a sus papás o de llorar. Ya, ya, ya. Ya lo trabajamos. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. 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