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La plenitud está en Ser, No en Tener - Pr

La plenitud está en Ser, No en Tener - Pr

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Good morning, family! The children are going to their classes. We greet you all with love. The person next to you is so important that God sent His son to the cross for them. We should never harm what God loves. We greet you from Valencia and applaud you. Share the transmission so others can access the word. The wealth that God gives is strange to natural man. It is a wealth that never runs out when you share it. It transforms and enriches. Plenitude is found in being, not having. We have been equipped with everything we need to be on this earth. Things are called additions from God's perspective. They do not bring fulfillment. We should not seek fulfillment in things. We are complete in God. We are His children and have identity in Him. We do not need to strive to be holy or perfect. We are already justified and sanctified. We are made by God and that brings fulfillment. We should not seek fulfillment in things or our own ¡Buenos días, familia! ¡Buenos días, familia! Los niños van a ir a sus clases. Les saludamos a todos con cariño. La persona que está a tu lado es tan importante que Dios envió a su hijo a la cruz por ella. Nunca debemos atentar contra aquello que Dios ama. ...las naciones por las plataformas digitales. Desde aquí, desde Valencia, les saludamos. Y este aplauso es para ustedes. También los hermanos que están aquí pueden tomarse un par de minutos y compartir la transmisión. Estamos transmitiendo por YouTube y por Facebook. Compártala para que otras personas accedan a la palabra. Cada vez que nos sentamos en estos espacios, el cielo nos transfiere riqueza. Cada vez que nos sentamos en este lugar con un corazón abierto, la sabiduría de Dios es transferida. Palabra de ciencia, palabra de entendimiento, riqueza. La riqueza de Dios, la riqueza que Dios te da, es un poco extraña para el hombre natural. Porque es una riqueza que si tú la repartes no se te acaba. O sea, tú das lo que Dios te da y no se te acaba. Tú das y permanentemente tienes. Es una riqueza que transforma. Levanten su mano y digan, fui enriquecido con toda palabra, con sabiduría, con inteligencia espiritual, con ciencia, con una identidad. Todo esto es riqueza, amados. Amén, denle un aplauso al Señor. La palabra que hoy quiero compartirles requiere de mucha atención. Requiere de que, si percibimos el núcleo del mensaje, porta mucha riqueza. ¿Ok? El título que le he puesto es, la plenitud está en ser, no en tener. Uno puede tener muchas cosas y estar vacío. La palabra plenitud es una palabra griega que significa pleroma. Pleroma. La palabra plenitud o pleroma tiene que ver, para que usted tenga en mente, cuando un barco militar iba a una operación, ¿ok? Ese barco iba lleno de todo lo que la tropa, para hacer esa operación, para hacer la conquista y para volver. Ellos no iban a comer la comida en el territorio donde estaban, ni iban a beber el agua. Todo lo que el barco, todo lo que la misión requería, estaba en el barco. Eso se llama pleroma. Cuando hay un portaaviones, un portaaviones tiene médicos, psicólogos, hospitales, quirófanos, restaurantes, fisioterapeutas. O sea, tiene absolutamente todo lo que la misión requería. Fisioterapeutas. O sea, tiene absolutamente todo. Ellos no pueden ir a una misión de conquistar una tierra y si nos hieren a alguien, encontramos un médico por allá. No, no, no. Ellos llevan todo. Diga pleroma. Pleroma, plenitud. Cuando yo te hablo que la plenitud está en ser, es porque Dios a sus hijos los ha equipado con todo lo que usted necesita para ser en esta tierra. Para ser. Por eso Él te hizo. Yo hago ejemplos y algunos son muy escandalosos. Y reconozco antes de decir que este es un poquito... El semen de un hombre cuando fecunda el óvulo, eso tiene todo ya. La cráneo. O sea, tiene carácter. Parece que salió con el carácter del papá. Tiene genética, tiene todo. Porque hay una sustancia. Ahora, es microscópico. El que fecunda es una cosa y tiene todo. Pleno. O sea, si ese papá una vez que engendra parte de esta tierra, ya no necesita nada. La semilla lo tiene todo. Ese papá es Dios. Y tú eres esa semilla. Lo tienes todo. No, padre, la gloria. Dígale al que está a su lado, Dios te hizo para que experimentes plenitud. Lo tienes todo. O sea, dale un aplauso al Señor. Lo tengo todo. Ahora, en este ámbito donde tenemos, necesitamos cosas. Para vivir necesitamos cosas. Incluso para vivir bien necesitamos cosas, como el dinero, por ejemplo. Pero las cosas, desde la visión de Dios, se llaman añadiduras. ¿Ok? Por lo tanto, yo puedo tener, con dinero yo puedo tener una cama grande. Está en que tengas sueño reparador, en que duermas bien. Y eso solo te lo puede dar Dios. La cuenta bancaria te puede comprar la cama grandísima, el redonde pluma de gansos. El sueño, el reposo, viene de Dios. Tú te puedes comprar un buen traje de Armani, pero la salud del cuerpo viene de Dios. Tú puedes, con dinero, conquistar a una mujer, a una esposa. Pero la plenitud de que te honre, de que te respete, de que sea tu compañero. Viene de Dios. O al revés. Por lo tanto, amado, plenitud, para experimentar plenitud, tenemos que entender lo que Dios llama plenitud. Hay un actor muy conocido que se llamó Robin Williams. En su mansión de Beverly Hills se suicidó. O sea, no se suicidó en un rancho. Bueno, que en Estados Unidos rancho es otra cosa, ¿no? Pero rancho en Texas es otra cosa. Caballos, potros, vacas, en fin. Pero no se, en su chabola, no se suicidó. Se suicidó en una mansión de Beverly Hills porque tenía cosas. Las cosas no traen plenitud. Buscar plenitud en las cosas es tener una carencia. Es tener carencia. Ahora, sí es verdad que cuando nos ponemos un perfume y vamos a las mujeres a la pelu y salen preciosas, te sientes mejor. Sí, eso está bien. No está mal. No hay que condenarlo. Pero lo que no podemos es buscar plenitud en las cosas. El que no es siempre va a estar vacío. Pero diga, levante su mano, diga, Dios me hizo. Y Él no hace nada incompleto. Diga, tengo plenitud. Aleluya, dele un aplauso al Señor. Ahora, Dios te hizo para que experimentes plenitud. Pero Dios siempre va a ver lo que hacemos. Los hijos tienen identidad en el padre. Los huérfanos buscan identidad en lo que hacen. Los hijos, como dije la semana pasada, me arrancan un pelo y lo comparan y soy hijo. Pero el que no tiene plenitud en ser hijo, él busca, voy para la iglesia para ser más agradable a Dios. Voy a ayunar para ser santo. Voy a orar más. Me voy a consagrar. ¿Cómo me voy a consagrar? Me consagro yo. ¿Cómo me voy a consagrar? Me consagro yo. Los hijos dicen, Padre, gracias, porque Tú me has justificado. Él me hizo justo por la obediencia de Jesucristo. Fui declarado justo. La Biblia dice que yo fui justificado gratuitamente por su gracia. Me hizo justo. La Biblia dice que Él me santificó. Vosotros, pues, fuisteis santificados en Él. ¿Sabe qué es santo? No es alguien que no peca. Santo es alguien separado de Dios. Dígale al que está a su lado, ¿eres santa? Aunque a veces tú digas, bueno, yo no soy santo, pero... No, eres santo. No es que yo sea santo, pero... ¿Eres santo? Porque santo es separado. Lo que pasa es que la religión dice que santo es el que no mira a nadie. Es mentira. Todos miramos. Entonces, cuando uno entiende que Él nos hizo, empezamos a experimentar plenitud. El que busca perfeccionarse a sí mismo siempre estará insatisfecho. Yo he hablado con personas que me decían, pastor, yo antes de conocer el Evangelio, desde el nuevo pacto, desde la gracia, siempre me relacionaba a Dios por medio de mi sacrificio, de mi oración, y me frustraba cuando fallaba. Y por eso, porque Dios no nos ha dado esa clase de vida. Ahora, cuando tú eres, tú no haces para ser. Ojo con esto. Esto parece un trabalenguas, pero si lo entiendes, bien. Tú no haces para llegar a ser. Tú eres, y por eso haces. Un pájaro no vuela para llegar a ser pájaro. Él es, por eso vuela. Dios nos ha hecho, y por eso hacemos. Pues tú no puedes orar, orar, orar para llegar a ser santo. No, tú eres, y por eso oras. Claro, por eso es la oración de... Si tú te levantas de madrugada a las tres de la mañana, te sacrificas en oración. ¿Cuándo hablar con una persona a quien tú amas puede ser un sacrificio? Si orar es un sacrificio, ¿cómo va a ser un sacrificio hablar con alguien que tú amas? Diga, yo soy. Él me hizo. Salmo 100 dice, cantar alegres a Dios. Dantes de toda la tierra. Servir a Jehová con alegría. Venir a su presencia con regocijo. Pueblos sobrios y desufrados. Él dice, entrar por las puertas con acción de gracia, por sus santos y con alabanza. Venir. No, perdón. Él nos hizo. Cantar alegres a Dios. A Jehová con alegría. Cantar alegres... Ah, ahí entonces. Dice, Él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos. Él nos hizo. Bueno papá, pero mi papá me engendró, ¿no? No, no, no. Él te hizo. Tu papá reprodujo lo que Dios había hecho. Levante su mano. Diga, yo soy. Hermano, tú amas a tu gente porque hay amor en ti. Quiero que leamos Isaías 1.11. Usted va a ver como Dios le reclamaba a su pueblo de que hacían cosas pero no eran. Y no podemos nosotros, no podemos nosotros ver, porque luego ya vamos a ver todo lo que Él ha hecho en nosotros. Dice, reconocer que Jehová es... No, Isaías 1.11. Isaías 1.11. ¿Lo tienen en sus Biblias? Búsquelo, por favor. Isaías 1.11. Búsquelo, búsquelo, por favor. Ok. Dice, ¿por qué... ¿Para qué me sirve? Era para decir lo tenía. ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? O sea, ellos sacrificaban toros, animales, y los sacrificaban a Dios. Y Dios dice, ¿para qué me sirve? Hermanos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios, ¿sabéis más van a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? ¿Venís a ofrecer? Este hombre que va lo ha dicho. Esto era lo que, como Dios trataba con su pueblo. Pero ellos nunca pudieron darle lo que Dios esperaba. Porque no habían sido, no habían sido hechos. Y como el pueblo de Israel nunca podía satisfacer las demandas de Dios, Dios envió a su Hijo, como un cordero, a morir en la cruz. Ahora Dios no dice esto. Estoy hastiado de vosotros. No. Porque ahora somos, fuimos hechos hijos. Todo lo que ellos intentaban hacer, nosotros fuimos hechos por gracia. Fuimos santificados, fuimos limpiados, se nos dio una naturaleza nueva, una naturaleza incorruptible, se nos hizo hijos, se nos sentó en la mesa, y todo fue por su gracia. Amados, la gracia de Dios es lo que nos ha hecho a nosotros. Dígale al que te ve con ojos agradables. Dios se complace en ti. Dios no está, a ver, para castigarlo. No. El castigo ya fue sobre el Hijo. Dios corrige, Dios no castiga a los hijos, Dios corrige, azota todo el que toma por hijo. Castigar es infringirle dolor a alguien. Corregir es darle una enseñanza y después el azote. Se llama amor formativo. Amén. Amén. Pero castigar, los policías castigan a los ladrones. Les pegan, no los enseñan, les dan hasta que... Pero Dios no castiga a sus hijos. Dios corrige, Dios forma. Alguien dice amén. Te enseño, te ilustro cómo opera la gracia de Dios, lo que Dios te hizo a ti. Te hizo, vives agradecido. Mire, hay una historia en la Biblia, en la Biblia las historias revelan realidades del reino, no son historias que están ahí para llenar hojas. Y hay una historia de una familia que había unos enemigos que venían a acabar con su familia y salieron corriendo y la muchacha que cuidaba a un niño salió corriendo con el bebé y se cayó y el niño quedó lisiado. Las piernas eran gelatinosas, lo levantas así, las piernas le hacen así, no pueden. Me imagino que la médula, cuando la médula se rompe usted sabe que el cerebro conecta todo. Y él quedó muerto. David, él se llamaba Mephibo. David, cuando él fue rey, dijo ¿habrá alguien en la casa de Saúl a quien yo le dé herencia por amor, a Jonatán, mi amigo? Le digo, bueno, tú sabes que todos murieron. Que se llama Mephiboset, pues mándalo a buscar. Y lo mandaron a traer y él evidentemente tenían que cargarlo, no había sillas ruedas en ese tiempo, no. Lo mandaron a cargar. Y David lo trajo y lo levantaron y las piernas así le temblaban y lo pusieron ahí en la mesa del rey. Y el rey le dijo, desde ahora vas a comer en mi mesa. Comida del palacio, vas a tener herencia. Por amor a Jonatán, vas a tener. Gente que te atienda, que te sirva. Desde ahora y todos los días vas a comer con el rey. Entonces cuando él intentaba levantarse para alugar, no podía. Alugar que se le había dado no podía por sí solo. Necesitaba que lo levantaran y lo llevaran. Unas personas, ¿no? Pues la gracia de Dios son las personas que te levantan y te ponen en la mesa del Padre porque por amor fuiste llamado pero no puedes acceder solo. Es la gracia la que te trae a él. ¡Aleluya! Porque Mephibocet tenía vestidos. Tenía. Herencia, herencia. Un palacio, un palacio. Ciervos, ciervos. Comida, sí. Tenía. Pero no podía. Estaba privado. Inhabilitado, imposibilitado. La gracia de Dios es aquello que te levanta, te lleva, te trae, te sienta, te levanta, te acuesta, te levanta, te despierta. Es su gracia que opera en nosotros. Levante su mano y diga gracias, Señor, por extender tus favores aquí por la gracia de Dios. La gracia de Dios te ha preservado, dígale. La gracia de Dios te preservará. El mismo Dios que te ha guardado en la misericordia. Ahora, ven lo distinto que era como Dios le decía al pueblo de Israel, ¿no? Y cómo después de su Hijo, del sacrificio de su Hijo, amados, la gracia, el favor de Dios está en lo que Él es. Él es. Dijo, yo soy el pan de vida. Él no, Él no es amor. Él no hace, perdón, Él no ama, no, Él es el amor. Él es amor. Yo soy la verdad. Yo no soy, yo no tengo una verdad. Yo soy la verdad. Yo soy la vida. Yo quiero que comprendamos una cosa. Cuando Jesús habló y dijo, yo soy la resurrección. No dijo, yo voy a resucitar. Naza lo resucitó. Aquel soldado que cayó sobre los huesos del Liceo resucitó. Pero Jesucristo dijo, yo soy la resurrección y la vida. El que en mí cree, no muere jamás. Diga conmigo, este cuerpo es temporal, pero mi vida es eterna. Otra vez, dígalo, este cuerpo es temporal, se va desgastando, se va debilitando, pero mi vida es eterna. Una vez más, diga, este cuerpo es temporal, se puede enfermar, pero mi vida es eterna. Él me dio vida eterna. Amados, es muy importante que entienda, que entendamos esto. Diga conmigo, la vista es una función de los ojos. La visión es una función del entendimiento. Los hombres ven por lo que entienden. Por eso Pablo estaba en prisión. Un cepo le cogía los pies, moho en las paredes y escribía, Filipenses, la carta del gozo, Filipenses. Doy gracias a Dios cada vez que me acuerdo de vosotros sin cesar. Estoy seguro, estoy convencido, que el que empezó la buena obra ustedes la perfeccionará. Todo lo puedo en Cristo, estoy entrenado a vivir cualquiera que sea la misión, porque Él está viendo algo distinto. Él dice, mi cuerpo está barrado, pero la palabra de Dios está fluyendo. Si tú dejas que los ojos sean lo que te define tu realidad, lo que entiendes, gobierne tu vida y describa tu porvenir, tú vas a vivir con inspiración. Nadie puede inspirar si no está inspirado. Por eso la gente habla temor, incertidumbre, desasosiego, porque lo que entiende, lo que entiende determina lo que ve, y lo que ve es algo oscuro y negro, denso. Déjame, los ojos del entendimiento fueron alumbrados por este glorioso Evangelio. Cuando tú ves, hay un libro buenísimo, se los recomiendo, de John Maswell, dice, algunas veces se gana y otras se aprende. Nuevamente mira el título, algunas veces se gana y otras se aprende. Apúntelo y cómpralo, vaya a Amazon, cómpralo. No es como nos enseñan a nosotros, cariño, tienes que aprender a perder. Eres mal perdedor, por supuesto que soy mal perdedor, Dios me dio la vida para ganar. Ahora, que el temperamento me gobierne y me haga tirar laspas, eso es otra cosa. Pero Dios me hizo. Ahora, amados, cuando digo que la vista es una función de los ojos, pero la visión es del entendimiento, cuando una persona, cuando una persona está delante de una oportunidad, requiere visión, la vista no es suficiente para mostrarte una estrategia, el que tiene visión es el que lo ve. Tú puedes llegar a un lugar y no ver nada. Ahí, escuchaba a un predicador que decía, en su país había una isla que le habían puesto el basurero, basurero. Se llamaba así basurero, era una isla grande y había un islote y le ponían basurero y ahí literalmente tiraban la basura. Llegó un empresario de otro país y le dijo al gobierno véndeme el basurero, sí, sí, véndemelo. Y le puso Paradise. Paraíso. Y construyó una cadena hotelera de lo más top que hay en el mundo. Y venían jeques, deportistas, actores, empresarios. Él compró supuestamente un basurero, pero él tenía qué, injustición. Y el país se lamentaba. Usted sabe que Alaska es una de las regiones más ricas que hay en el mundo en petróleo, en recursos naturales, en pesca, en un montón de cosas. Y usted sabe que Rusia se la vendió a Estados Unidos. No quiero errar en el precio, pero... Y hoy se arrepiente porque se puede extraer del subsuelo 70 millones al día. Y ahora se quieren dar con una piedra en los dientes. Pero Aguaspasá no mueve molinos. Aguaspasá no mueve molinos. Pasó y ya está. Ahora lo que está es el lamento. Y en estos días la Duma, que es el parlamento en Moscú, se reunió que reconocemos que fue un error. Devuélvanlo, no hay problema, si es un error. A llorar al valle. Aquí cuando vengan a hablar con nosotros vienen llorados de casa. No vengan aquí a llorar. Porque la vista, las vistas, ellos dijeron tenemos tanto hielo, somos Rusia, ¿qué más da un pedazo de hielo? ¿Más hielo? Aquí no vale nada. Y ahí Alaska, una de las regiones más ricas. Hermano, la falta de visión es falta de entendimiento. ¿Se acuerdan que hace dos domingos visión, visión, visión, visión? Porque la visión se nutre, se alimenta de lo que entiendes. A mayor entendimiento, mayor visión. A mayor formación, mayor visión. A mayor capacidad de oír a Dios, mayor visión. No dejes que los medios de comunicación te muestren el mundo. Estimúlalo a través de la palabra. ¡Hallelujah! ¡Que muera la enfermedad! ¡Dios reina! ¡Él es un rey que reina! A Jordan le dijeron, Michael Jordan, le dijeron, escúcheme, no tiene ni el cuerpo, ni la estatura, vaya a casa. No había visión. A mucha gente. A Harrison Ford le dijeron, usted no sirve para nada, tiene que tener. Usted no vale para esto, lo echaron. Pregúntese cuáles son de las sagas más vistas que hay en la historia del cine. La Guerra de las Galaxias, ¿quién la hizo, Harrison Ford? Y así echaron a mucha gente. Esta división te hará que desprecies las oportunidades que Dios te da. Escúcheme, Albert 1-4 que dice, Aguapasá no mueve molino. Aguapasá no mueve molino. Estimúlate aquí, cómprate una libreta, aprende. Te van a enseñar un sistema decarente, y es verdad, pero es que en la tierra, diga conmigo, en la tierra, convergen, conviven el reino de Dios y el reino de las tinieblas. El mundo es irredento. ¿Qué significa irredento? Que no tiene reparo. Ya el mundo fue juzgado, pero también opera el reino de Dios. Y en el reino de Dios, Dios tiene ideas que nadie ha visto. Y cuando los hijos son entendidos, ven, ven, haga así, ven, por eso, uno ve por lo que entiende. Por eso, nuestra Latinoamérica es explotada por los que entienden. Por eso nos contratan a nosotros de siervos en nuestra propia tierra por los que entienden. Los que entienden se llevan lo nuestro y le agradecemos más bien. Es una pena, pero nosotros, cuando carecemos de visión, por eso Dios, hay un hombre que se llama Pedro y Dios le muestra en una visión, le dice, Pedro mata y come. Y Pedro dice, no señor. O sea, le dice, yo sé que eres Dios, pero no voy a comer. Y le bajó un trozo de panceta a Asada. Come. No señor. Bacon, no. Una paella de conejo, tampoco. Son animales iguales. ¿Por qué lo que él ve se atreve a decirle al Señor que no? O sea, es tremendo. Y lo peor es que le dice, no señor. Señor significa que eres, tienes dominio sobre mi vida. Y le dice, no señor. Porque lo que él ve lo ve desde la cultura, desde el judaísmo, que comer lo que Dios le está dando es pecado. No puede ver como Dios ve. Y Dios le dice, escúchame, lo que yo he santificado, no le llames tú inmundo. Sí, sí, todo lo que tú quieras, pero no voy a comer. Sí, sí. Porque Dios le dice, otra vez, mata y come. Yo lo he santificado. Y le dice, no señor. Hermanos, hay personas que se divorcian por no tener visión de lo que la otra persona es. Hay personas que se van de la congregación por no tener visión de lo que ahí se le enseña. Hay personas que se cambian del lugar donde Dios lo estableció por no tener visión. Diga conmigo, la plenitud está en ser. Cuando alguien es y llega a un lugar, el ambiente del lugar cambia por quien llegó. Dígale al que está a su lado, ¿eres portador de vida? ¿Eres portador de un espíritu que gobierna? ¿Eres portador de las riquezas del cielo en la tierra? Dígale, tu cuerpo es el vehículo donde se mueve la sabiduría de Dios en esta tierra. Escucha, tú eres una persona que vive en ese cuerpo. Tú no eres ese cuerpo. Ese cuerpo se va a deteriorar y está condenado al polvo. Tú no, tú eres eterno porque Dios te hizo eterno. Si tú fueras ese cuerpo, tienes una sentencia de muerte porque si hay algo seguro es que ese cuerpo va a volver al polvo. Pero tú eres. Diga, yo soy. Diga, yo soy. Él me ha hecho. Yo me voy de aquí pero estaré operando en mis hijos. Mi enseñanza, la sabiduría, la palabra, lo que Dios me ha dado será como una plataforma desde donde despeguen generaciones porque yo soy. Dios me hizo. Por gracia, Él me hizo. Eso tenemos que entenderlo, amados. Póngale cuidado. Lucas 7, 28. Voy a ir acelerando porque quiero dejarte algunos pensamientos. Lucas 7, 28 dice Os digo que entre los nacidos de mujer no hay mayor profeta que Juan el Bautista. Diga, pero de los nacidos de mujer antes de la cruz antes de la cruz las personas nacían y morían. Después de la cruz la gente viene a la vida y son eternos. Pastor, pero bueno, el cuerpo sí. Pero Dios, por medio de Jesucristo, hizo que la vida fuera lo que nos definiera. Por eso dice, en el reino de Dios ¿Cuántos fueron trasladados al reino de Dios? Los nacidos de mujer. Juan el Bautista es el mayor. Porque los que están en el reino nacieron de Dios. Diga, yo soy nacido de Dios. Mi mamá fue la herramienta que Dios usó para traerme a la existencia. Pero antes de que ella naciera en las realidades del reino de Dios. Póngale cuidado a esto. La democracia nació en Grecia. Sócrates, Séneca, Platón, Aristóteles. Ellos hicieron, llegaron al pensamiento de la democracia. El reino, diga, el reino nace del Padre. La democracia nos impide creer en el reino. Nos educa. Porque la democracia nos habla de libertad. El reino de Dios. Cuando tú ves, mira, la democracia para hacer una ley lo llevan al parlamento, lo debaten, lo hablan, lo negocian, pactan y después sale la ley adelante. En el reino de Dios la palabra del Rey es la ley. No hay un tiempo en cuando Él la dice y sale la palabra. Es eso. Ya está. La democracia, por ejemplo, usted no está llamado a obedecer al presidente. Ustedes dicen, tú eres libre. En el reino hay que obedecer al Rey. Pero ¿sabe qué pasa? Que la vida del reino te hace vivir en plenitud. La democracia te quita. Tú no puedes hablar y decir que dos hombres son abominación. Tú no lo puedes decir. Entonces, ¿dónde está la democracia? En el reino se vive por un diseño. Tú eres un embajador de un reino. Y cuando al embajador le preguntan, oiga, ¿usted qué piensa de la unión de dos hombres? Bueno, yo no tengo opinión. Pero la posición de mi gobierno es abominación. Operar en el reino te hace un embajador. Usted dice, vosotros sois embajadores del reino. Henry, ven acá un momento. Mira el reino. Henry hoy es un ciudadano. Y si alguien golpea a este hombre, no pasa nada. Bueno, él va a la policía, denuncia, agresión, investigan quién lo... Pero si él, el presidente, lo nombra embajador en España y alguien lo agrede a él, agredieron a un Estado. Él dejó de ser un individuo para ser... Si alguien le tiraba piedras a la casa de Henry, antes de que fuera un embajador, tenía que llamar a la policía, hay unos locos tirando piedras. Si después que es embajador, a la casa del embajador, estás atentando contra un país y ellos tienen un ejército, el territorio de la casa de él, antes la policía podía... Ahora no. A la casa de un embajador, eso es un territorio. Si eres el embajador de Venezuela en España, el territorio, aunque esté en Madrid, eso es Venezuela, eso no es España. El embajador, mira, el presidente se tiene que pagar su casa, la comida, el colegio de sus hijos, el embajador no. El embajador le pertenece al gobierno. Coche, comida, la ropa de su esposa, todo. Al no entender el reino, renunciamos a ser embajadores del reino. Y tenemos que reconocerlo, y a mí también, que es la sumisión. ¿A quién le gusta ser sumiso? Si la democracia me dice que no. Pero cuando tú eres sumiso a un rey que opera en justicia, experimentas plenitud. El mayor, el mayor azote que Henry le puede hacer a su país es pedir comida. Pedirle, denme comida, cuiden mi casa, cuiden mi vida. ¿Dónde voy a comer? ¿Dónde voy a dormir? Es una vergüenza. ¿Tú te imaginas que el embajador de tu país en España esté pidiendo una casita, se apunte en las listas sociales y vaya a Cáritas? Piensa. Piensa el embajador de Colombia en una cola para que en Cáritas le den comida. ¿Te imaginas eso? El embajador, el presidente de Colombia, el gobierno dice, escúcheme, ahora mismo se viene para acá, destituido. Es una ofrenda lo que usted hizo. Tenías hambre, tenías que haber aguantado, tenías que haber hecho cualquier cosa, pero no te podías parar ahí porque tú eres una nación y estás avergonzando lo que representas. Porque hay un gobierno que sabe lo que tú necesitas. Experimenta plenitud. Pero mientras no, señor, no hay nada en la nevera. Para mañana hay un embajador. Padre, tú me enviaste esta misión. Es como el barco que va a hacer la misión, que tiene todo lo que necesita. Yo sé que está suplida todo lo que yo hago. ¿Quién dice amén? Es la realidad para el pasado. ¿Alguien dice amén? Ahí está plenitud. Ahí está plenitud. Por eso yo le digo a usted, la plenitud está en ser, no en tener. Gracias, embajador. Dame un aplauso a ese embajador. Amén. En la cultura donde nacimos, no tiene sentido. O tiene sentido muy escaso porque usted nació, ¿dónde? En países democráticos. Usted no entiende lo que es el reino. Hermano, esta Biblia es la constitución de un reino. En guerras espirituales, ¿por qué yo veo lesiones? ¿Por qué yo veo, qué más, liberaciones? ¿Por qué yo pongo la mirada en eso? Porque yo no entiendo un reino. El centurión, cuando se le enfermó el hijo, fue y le dijo a Jesús, en reverencia, mi siervo está enfermo. Y Jesús dijo, vamos, yo voy a sanarlo. Intencionalmente, porque conoce el corazón. O sea, no es que él dijo, ay, respondió esto, ahora yo digo, no, no, no. No. Antes de que las intenciones de nosotros de decir algo, Dios conoce. Dios no te pide que hagas algo para ver con qué le vas a salir. Él sabe. O sea, cuando Dios le dice a Abraham, dame a tu hijo al único a quien amas, no es, a ver con qué me va a salir. Él sabe y se lo pide por causa de Abraham para que crezca y para que sepa el nivel de justicia en que él opera. Por eso, nosotros no entendemos el reino. Y nosotros, ¿qué vemos? Religión. Religión. Nos vamos para el cielo, nos vamos para el infierno, orar mucho. Cuando todo eso son expresiones de justicia. El reino, ¿cuántos pertenecen al reino? Entonces usted tiene un pasaporte que dice que tu ciudadanía es celestial. Tú estás aquí en esta tierra para representar los intereses del reino al que perteneces. Mira al que está a su lado, Excelencia. Eres un embajador del reino. Total. Amados, el reino es una realidad. Y la mente democrática en la que operamos nos impide caminar en el reino. Las palabras, el sentido de las palabras la determina la cultura en que tú operas. Por eso el reino no te dice a ti nada. Pero cuando España iba hacia India y se dio cuenta se llegó ahí. O sea, no quiero que pongas tu mirada en la historia que si la historia negra, que si la blanca, que si la gris. No. Es el reino. Porque es que si no nos distraemos y empezamos a decir ay, Pastor, pero se llevaron... No, no, no, no, no. Escúcheme. Ahí habían puros indígenas. Ahora yo soy venezolano. ¿Por qué? ¿Por qué tengo esta apariencia y soy venezolano? Porque hubo un reino que llegó a la tierra donde yo nacería y llegó con una genética, con una cultura, con un tumbre, con unos valores, con una religión, con un entendimiento y lo impuso porque los reinos no dicen por favor, ¿será que ustedes pueden adoptar mi lenguaje? No. Los españoles llegaron allí y dijeron lo primero que el reino hace en tu vida es que erradica tu forma de hablar. Código de reino, cultura de reino. Hablas justicia. Hablas verdad. Hablas en cuanto a eternidad. Declaro ilegal el lenguaje de que me duele aquí un multico, yo no sé, estoy en la prueba, estoy en el desierto. Es ilegal si te vuelvo a hablar así. ¿Cómo está, hermana? Pastora, afligida, pero ahí vamos. En la prueba, en el desierto, en la aflicción, lo declararon ilegal en la Cruz del Calvario, oíste. Lo declararon ilegal, eso no pertenece al reino. Al conocer la realidad del reino, amados, esto nos habla de un reino, de una familia real, de un rey. Esta es la constitución de una nación que se llama Iglesia. Y somos miembros de la familia de Dios. Amados, en los años 1490, los españoles llegaron a América. Hubo un reino que extendió su influencia y hoy tenemos Cuba, Venezuela, Centroamérica, Nicaragua, Honduras, a los hermanos catrachos, al que no sabe, ore, a que Dios le diga cuáles son los catrachos, a los hondureños. México, Brasil, Portugal, el reino de Portugal extendió su influencia. Tenemos Brasil, otros países, Francia extendió su dominio, su influencia, y tenemos Haití, Argelia, Marruecos, Costa de Marfil, el reino de Inglaterra, Canadá, Estados Unidos, bueno, a Inglaterra, el 90% de la tierra ha estado en su poder. El reino de los cielos extendió su influencia y tenemos la tierra. Tenemos la tierra. El reino de los cielos extendió su influencia. Usted sabe que siempre en el pensamiento de Dios, la tierra es una colonia del cielo y Dios envió a sus hijos, ¿dónde están? Levanten sus manos. Diga, yo pertenezco al reino de los cielos. Fui enviado a traer los intereses del reino a esta tierra. Ahora, amados, cuando tú operas, tú viniste a la existencia por causa de una misión y es que Cristo, la plenitud de Dios, sea visto, sea predicado, sea honrado, sea conocido. Esa es la misión. La gente que busca plenitud en las cosas terminará estafado por él mismo. Mira lo que dice el rey. Vamos a leerlo, dos, tres, juntos. Eso lo dijo el rey. España conquistó América. Eso es mío. En un reino no pueden haber intereses paralelos al rey. Eso es una traición. Ojo, ojo, ojo con esto. En un reino no pueden haber intereses paralelos al rey. Eso es una traición. Ojo, ojo, ojo con esto. Ojo, ojo, ojo con esto. En un reino no pueden haber otras agendas. Si el rey, si el rey entiende que hay intereses distintos a los de él, eso es traición en el reino. Por eso, por eso, cuando uno comprende el reino de Dios, tu vida es revitalizada. Tus hijos operarán en una realidad gloriosa. En la democracia tú tienes el poder de decir la última palabra. En el reino, el rey dijo, sea la luz, y no dijo, venga la luz, ¿dónde estás? No, sea la luz, es sea la luz. Hermano, hay un engaño. Hay un engaño en decirte, tú tienes la última palabra. En tira, ¿qué vas a estar teniendo tú la última palabra? La determina el sistema. Pero cuando tú te sometes a la palabra del rey, experimentas plenitud. Porque es un rey en justicia. Amados, Jesucristo, diga conmigo Jesucristo, no es un presidente. Él no es un primer ministro. No es un gobernador. No es un senador, él es un rey. Él es un rey. Los reyes no dan sugerencias. Tómate tu tiempo, estoy en un proceso, pastor. Ya deben llegar a mi tiempo. Eso es posponer tu riqueza. ¿Cómo podrías querer dormir una vez más incompleto? Por eso a veces nos acostamos y no tenemos la fuerza para levantarnos. Porque lo que vemos es tan sombrío. Hay gente que dice, pastor, me voy a vivir al campo, donde no llegue el pecado. Si es que se nota el pecado y te vas tú. No lo dije yo, lo dijo Luis. Si usted vive en democracia, usted no está viviendo en el reino de Dios. Si usted tiene la última palabra, usted no está viviendo en el reino de Dios. Usted sí es evangélico, pero no está viviendo en el reino de Dios. Porque en el reino de Dios, el rey determina todo. El rey determina todo. No te dejes engañar, tú eliges, tú mismo. Tú tienes la última palabra, no es verdad. Póngase sobre sus pies, por favor. Mira el que está a su lado. ¿Lo ve cómo está en fluencia de un reino? Porque en Colombia no se vestían así. Se vestía el taparrabo y ya está. Y las mujeres vivan alegres. Llegaron y dicen, no, no, no, no, ahora se van a vestir de esta forma. Usted sabe que hay la santería, la religión que llevaron los africanos para América. Los españoles dijeron, no, no, no, eso se acabó. Pusieron a cada santo que los españoles tenían, le pusieron un nombre oculto. Y además ya, mucho humo, no recuerdo todo, mucho humo, no recuerdo cómo hoy se llama, chambó. Todos esos eran nombres africanos y ellos dijeron, escúchame, no, no, no, se acabó. Ahora, el niño de Atocha. San Martín de no sé dónde. San Pablo, San Pedro. Y los indios decían, o los negros africanos decían, como quieran, pero por dentro le ponían el sobrenombre. Pero eso sí, delante de los españoles no podías decir Ochum, ni Yemayá, porque el reino lo declaró ilegal. Hermano, cuando tú entiendes eso, cuando tú entiendes eso, ¿en qué lenguaje estamos hablando? ¿De Anomami? ¿Arahuacos? ¿Yanomamis? ¿Indígenas? ¿Guajiros? ¿Guayú? ¿Yupac? ¿Qué más? Ajá. Todo eso, declarado ilegal. En español. En español, mire dónde llega el reino. Díganle al que está a su lado, el reino de Dios vino a transformar tu vida. Un nuevo lenguaje, una nueva cultura, una nueva realidad, una forma nueva de ver la vida, de comer, de entender, de hablar. ¡Aleluya! ¡Aplaudan esa realidad! ¡Eso es el reino! ¡Eso es el reino! ¡Se da cuenta la plenitud! ¡Se da cuenta que la plenitud no está en tener cosas! ¡La plenitud no está en tener cosas! ¡Está en ser! Amados, ¿sabes por qué? ¿Sabes por qué a veces por qué uno no da al reino? Porque la democracia te enseña que tienes menos. El reino es un principio. Te pierdes el principio del reino. ¿Sabes por qué a veces no servimos al Señor? Porque la democracia nos enseñó ya tú tienes bastante con tus problemas. Duplicar secos. Es cuando tú quieres duplicar un árbol, sacas la semilla y la siembras. Tú tienes la capacidad de duplicarte. Tú sabes que en el reino somos semillas. Se le dice, ¡qué bruto que eres! Te sembraste una semilla. Es que mirá que eres torpe, otra semilla. Pero cuando tú eres consciente de que tus palabras son semillas, ¿qué vas a sembrar en tus hijos? Es más, de ti mismo. Hay personas que no hablan mal de nadie pero no se pierda eso. Y tu mente es como el buscador de Google. Si tú pones beneficios del café, sale beneficios del café. Prejuicios del café, sale los prejuicios del café. El café, pros y contras, te salen los pros y los contras. Lo que tú busques, ellos te lo dan. Beneficios de beber agua. Por eso, la visión es una función de... Perdí la prédica. ...entendimiento. Uno ve por lo que entiende. Si uno saca una ofrenda y dice, tengo menos. Porque eso lo entiende. Pero si tú, el rey te dice, escúchame, mire lo que le decía... Hay un texto que está en Ageo. Lo leí y dice, Dios mío, Padre, mire lo que dice el rey. Ageo. Es un libro de la Biblia. Uno, cinco. Ageo, uno, cinco. Mire lo que él le decía. Venga, apágame la luz de este lado. Así para que lo lean todos. Dice, así ha dicho Jehová de los ejércitos, meditar sobre vuestros caminos. ¿Usted piensa en lo que está pensando? Eso es lo que te está diciendo. Piensa en lo que estás pensando. Cuando usted piensa, usted tiene que decir, ¿de dónde viene este pensamiento? ¿Del reino o de lo que declararon ilegal? Meditad en vuestros caminos. Todas las personas llegan a la cama en la noche y piensan. Hay personas que si dejaron un trabajo medio, dicen, mañana, cuando llegue, reviso si esto está pensando. Porque la cama estimula el pensamiento. Meditad en vuestros... Meditad bien sobre vuestros caminos. ¿Avanzamos? Sembráis mucho y recogéis poco. Coméis y no os haciáis. Está hablando a campesinos, no a gente en un entorno. Coméis y no os haciáis. Bebéis y no os quedáis satisfechos. Os vestís y no os calentáis. El que trabaja jornal recibe su jornal en saco roto. O sea, la Biblia está diciendo, escuchen, hay gente que tiene los bolsillos rotos y no saben. Hay gente... Usted sabe que duele que usted meta 20 euritos para tomarse por allá una tizana con calor. Bueno, tizana, a ver. Usted no sabe qué es tizana, pero... ¿Cómo se llama aquí en Macedonia? Salpicón. Cuando en verano hace mucho calor y usted ve ese salpicón, esa ensalada de fruta, eso le llamamos en Venezuela tizana. Y tú cuando vayas, el bolsillo estaba roto. Bendito sea el Señor. Y Él dice, trabajáis a jornal, trabajáis a jornal y recibe, perdón, y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Hermano, tú te imaginas que metas tu sueldo en un saco roto. Así ha dicho Jehová de los ejércitos. ¡Ah, Señor! Hermano, por favor. Eso ya lo leímos hace 20 minutos. Avancemos. Te perdono, como dice Sofía. Ella cuando tiene que pedir perdón que se equivoca y dice, vale, papá, te perdono. Entonces, subida, subida al monte y traed madera y redificad la casa. Redificad lo mío y pondré en ella mi voluntad y seré glorificado, ha dicho Jehová. Buscáis mucho y halláis poco y encerráis en casa y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? Dice Jehová de los ejércitos. Porque cuando mi casa está desierta y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé a la sequía, oiga, Dios llamó a la sequía, sobre esta tierra y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre todos los hombres y sobre todas las bestias, sobre todo el trabajo de manos. Y oyó Sorobabel y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios y las palabras del profeta Ajeo como le había enviado Jehová su Dios y te vio el pueblo delante del Señor. Entonces Ajeo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo diciendo, yo estoy con vosotros, dice el Señor. Hasta ahí vamos a... Usted sabe que Amados, el reino no puede esperar. No puedes tener un proyecto de vida donde el reino sea secundario. No puedes. O sea, tenemos que morir a cualquier proyecto de vida como prioridad. El reino de Dios, porque somos embajadores, porque vinimos a esta tierra. Tú no eres miembro de una religión. El rey, el rey te da la vida. Te da para que administres tu tiempo. Y te dices, voy a hacerlo en... múltiplo que pueda identificar, ¿no? Yo te doy a ti, pero yo tengo que tener mis horas donde tú te sientes a entender mi corazón. No es para irte para el cielo. Es para que experimentes plenitud. Porque tú ves por lo que entiendes. Por eso la gente se deprime. Escuche esto. No importa que estés parado un ratito, yo tengo una hora para vos. Escuche esto. La depresión, no se cae en depresión. Supiste que cayó en depresión. La depresión no es un hueco donde se cae. La depresión se construye a través de una forma de ver la vida. La depresión se construye a través de una forma errónea de ver la vida. No te ves futuro. Ves que trabajas y estás en un saco roto. Ves que siembras mucho y recoges poco. Ves que el esfuerzo no se da. Y eso es una forma de ver la vida. Cuando te alineas al Rey, el Rey te da las dos horas diarias para que veas una plédica, para que leas la Escritura, para que medites en ella, para que compartas a otros. Tú no puedes administrar veinticuatro horas al día y no tener diez minutos para el Rey, porque Él no lo acepta eso. Y no es que te va a castigar, tampoco te va a mandar para el infierno. Pero no vas a experimentar la plenitud de vivir en Su Reino. Él te da a ti el dinero. Y Él te dice, cuando cuentes los euros, de cada diez uno es mío, pero administra lo tuyo. Espero que tú gestiones con fidelidad a lo que yo te doy. Así funciona el Reino. Yo te doy los hijos tuyos, te los di yo. Dejas de amarlos más. Dejas de amar más la bendición que el que bendice. Yo te los di. Pero yo te tengo que dar la sabiduría, los códigos, los principios para que tú los formes, para que vivan para mis intereses. Ese esposo te los di yo, esa esposa te las di yo. Amados, el Rey no podemos someterlo a la espera porque estamos en nuestra agenda. Eres un embajador. Eres un ciudadano del Ciel. Eres un mayordomo. ¿Tú sabes qué es la palabra mayordomo? Alguien que administra los bienes del Señor. No nos confundamos. Mía es la tierra. Mío es el oro. Mío es la plata. El mundo, los que en él habitan, son míos. Tu tiempo es mío, tu vida es mía. Ese es el Reino. Y cuando tú te sometes a esa realidad vas a experimentar plenitud. No vas a tener bolsillos rotos. No vas a sembrar mucho y a recoger poco. Vas a vivir pleroma. Diga, pleroma. Vida de plenitud. En Cristo se experimenta la plenitud. Bienvenido, dígale al que está a su lado, bienvenido a las realidades del Reino. Denle un aplauso al Señor. Aleluya. Aleluya. Venga el grupo de la alabanza. Denle un aplauso al Señor. Apláudanle a él. Gloria a Dios. Aplaudan.

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