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This is a conversation between the host and a guest named Gonzalo Álvarez. Gonzalo is a 50-year-old man who has been involved with a rugby club called Alumni his whole life. He talks about how his parents introduced him to the sport from a young age, and how it has shaped him as a person. He also discusses his experiences going on rugby tours and how his father was involved in his rugby journey. Gonzalo emphasizes the positive impact that sports, specifically rugby, have had on his life and how he now shares that love for the sport with his own children. He expresses his deep connection to the club and how it has always been a place of happiness and peace for him. The conversation ends with Gonzalo describing Alumni as his home and a source of tranquility. Hola, buenos días a todos, ¿cómo están? Estamos en un nuevo episodio de Charla y Vino. Muy contenta de estar acá con todos ustedes compartiendo una vez más un encuentro. Hoy tenemos un invitado especial que se llama Gonzalo Álvarez. Le vamos a dar la bienvenida y le agradecemos por estar acá con nosotros. Gonzalo es un hombre de 50 años que durante toda su vida fue parte y es parte de un club de rugby que se llama Alumni y tuvo el deporte en su vida todo el tiempo. Le puso mucha dedicación, mucho empeño, mucho amor. Y hoy le vamos a hacer unas preguntas para que él nos cuente un poco su vida y su trayecto con este club. ¿Cómo estás, Gonzalo? Hola, Milagros. Bueno, muchas gracias por la invitación. Hola a la audiencia. Y, bueno, acá estoy para aportar todo lo que consideres que puedo darte a la entrevista. Gracias. Contanos un poco de quién sos vos, qué hacés. Una presentación personal. Bueno, yo soy Gonzalo Álvarez. Ya me presentaste. Tengo 50 años, tres hijos. Y, bueno, trabajo. Soy profesional, ciencias económicas. Bueno, me gusta mucho el deporte, el rugby en especial. Y lo practiqué desde muy chiquito, desde casi que desde la panza de mi madre. Porque ya llegamos al club cuando mi padre era jugador de ese club. Así que desde que estoy en la panza ya soy parte de esa institución y de este deporte tan lindo. Bueno, muchas gracias. Ahora sí vamos a arrancar con la entrevista. Lo primero que quiero preguntar es, ¿vos creés que tus papás te inculcaron este deporte desde que sos chico? Sí, totalmente. Porque yo nací y me llevaban todos los fines de semana, en el verano, íbamos sábado o domingo, veíamos la primera del club. Y, sí, desde chiquitito ya estaba en una pelota con unos pantalones cortos y con la remera circulando suelto por el club con mis amiguitos. Y, entonces, desde muy temprana edad ya era parte de mi vida ir ahí, compartir, ver a todos corriendo, hacer deporte y disfrutar de estar al aire libre. ¿El colegio sentís que también fue parte como de tu vida, tu proyecto en el deporte? ¿O no sentís que te has influido tanto? El colegio también fue un colegio irlandés que también tenía el deporte de rugby como primer deporte. Y también era muy organizado y nos motivaban mucho. Hacían buenos grupos de amigos que se divertían jugando al deporte y entrenando. Y teníamos torneos que se llaman sevens, cuando éramos chicos de primaria y más aún en secundaria. Y más avanzado jugamos en la semana, porque en el fin de semana casi todos iban a sus clubes. Y cuando estábamos en tercer año, nos fuimos de gira con el colegio a representarlo a otros países, lo cual fue una experiencia de vida espectacular. Así que también el colegio ha hecho su aporte en el deporte. Genial. Bueno, como sabemos y como nos hiciste contando, vos jugaste al rugby en alumni desde muy chico. ¿Eso sentís que influyó en tu crianza y en la persona que sos hoy en cuanto a vos como persona íntegra? Sí, sí, sí. Sí, totalmente. Porque como cualquier deporte, en particular el que yo he practicado, transmite un montón de valores de amistad, de perseverancia, de insistencia, de nunca bajar los brazos, de pensar en el otro, de trabajo en equipo, entrenar y jugar con sol, con lluvia, con barro, con canchas duras, taclear a la gente más grandota, más chiquitita. Bueno, lo que es la vida. Todo diferente, adaptarse y siempre pensando en el otro, porque sos parte de un grupo. Así que sí, totalmente. Me ha ayudado a formarme como persona. Seguramente me dio un montón de herramientas que las aplico en mi día diariamente. Muchas gracias. También nos comentaste antes acerca de las giras, hace poquito, que dijiste que fuiste a distintas giras. Tu padre te acompañó en eso. Contame un poco, nada, qué lugares recorriste, qué experiencias te acordás de diversión allá, qué culturas viste distintas de acá a Argentina. Bueno, como bien decís, parte de lo más lindo que tiene este deporte son las giras de rugby, donde vas cuando sos chiquitito, empezás a partir de los 10 años más o menos, 9, 10, y vas a distintas provincias, conocer distintos lugares. Te alojas, en mi tiempo nos alojábamos en casas de familia, entonces conocías otras familias nuevas, tenías que ser educado, tenías que ser prolijo, eras como un representante de tu familia y del club en ese espacio. Y sí, fuimos a giras a Tucumán, a Entre Ríos, a Santa Fe, a Córdoba, a Mar del Plata, a Salta, y eso localmente. Y después con el colegio y con mi club, alumni, también fuimos a Europa con cada uno de ellos una vez. Genial. ¿Y tu padre te acompañó en esas giras? Papá me entrenó muchísimo. Yo tengo un hermano que también es parte del club. Me entrenó desde los 6 hasta los 10, más o menos, y después me entrenó mi hermano hasta los 14. Así que él siempre estuvo muy presente en la vida de los dos, niña y de mi hermano, inculcándonos y compartiendo juntos el deporte. Sí, ha venido a giras con nosotros cuando éramos chiquitos y en otras he ido con otros entrenadores o con otros acompañantes. Genial. Bueno, y por ahí viendo un poco hoy en día, siendo vos papá, ¿el deporte es parte del vínculo con tus hijos? Absolutamente. Es una muy sana manera de vincularte con tus hijos, varones o mujeres, porque es un ambiente sano, es un ambiente de distracción, de actividad, donde uno puede volcar un montón de cosas a la idea libre o de amistades o de una actividad muy divertida. Y sí, incluso a Ignacio, mi hijo varón, lo he, más grande, lo he entrenado 8, 9 años a toda la camada de él y fue una experiencia espectacular. O sea, pude hacer lo que mi padre hizo conmigo cuando era chiquito, lo hice con mi hijo. Así que fue como una especie de devolución al club y un legado que vamos mandando de generación en generación. Genial. Y ahora, hoy en día, vos con 50 años de edad, ¿seguís visitando el club, tus amigos, el lugar? ¿Es un lugar a donde vos sos y te sentís feliz? Sí, totalmente. El club es mi lugar, mi lugar en el mundo, desde que nací hasta hoy. Y están mis amigos, está mi lugar, mis olores, todo. Así que sí. Siempre voy al club, voy a ver la primera, me encuentro con amigos, como, ahora voy a almorzar, voy a entrenar, voy con mi hija mujer también, con Milagros, vos, mi entrevistada, mi entrevistadora, que has venido muchísimo conmigo también y compartís ese lugar con mucho amor. Y sí, totalmente. Creo yo que me va a acompañar hasta el último día de mi vida mi club. Genial, muy lindo lo que decís. Y ahora sí, vamos a cerrar esta entrevista con una última pregunta, a ver si me la podés contestar. Si vos tuvieses que describir a Lummi con una sola palabra, ¿qué dirías? Y que es mi casa, que es, no sé, es paz. Bueno. Es eso. Es el lugar donde yo encuentro paz. Bueno, muchísimas gracias. Le doy las gracias a Gonzalo por haber venido, por haber tomado su tiempo y haber venido acá a charlar con nosotros un rato. A ustedes los veo en el próximo capítulo, en el próximo episodio que vamos a estar teniendo dentro de poco. Muchísimas gracias por siempre estar tan atentos, por escucharme, por ser oyentes reales. Y, bueno, espero verlos dentro de poco. Gracias por estar del otro lado. Chau. Bueno, muchas gracias, Mili. Saludos para todos y un placer haber compartido un rato en el programa. Adiós.