Details
Nothing to say, yet
Details
Nothing to say, yet
Comment
Nothing to say, yet
On an unspecified day, a strong underground noise was felt, followed by a powerful vertical shake, causing disruptions in communication and leaving people uncertain about what was happening. As the day went on, more strange noises added to the fear and confusion. It was noticed that the stars in the sky were not in their usual positions, and the sunrise occurred from a different direction. The day extended longer than usual, and after almost 30 hours, the sunset began. This was seen as a new beginning, a new creation. Con exactitud no se supo cuándo comenzó todo, pero cierto es de que algunos youtubers, noticieros locales e incluso algunas radios comenzaron a transmitir casi a los minutos después de ocurrido el gran evento. Todo empezó con un simple zumbido subterráneo muy tremendo. No sabíamos que lo que era. Como en nuestro hábitat estamos acostumbrados a temblores constantemente, a sismos de prolongada duración y también a terremotos muy fuertes cada cierta cantidad de años, era algo natural, era algo normal para todos nosotros. Es decir, ya teníamos una cultura impuesta por la rigurosidad y la adversidad permanente que vivíamos como país, como cultura urbana en sus distintos núcleos dispersos a lo largo de un territorio muy extenso. Sin embargo ese día aquel ruido subterráneo fue bastante, bastante prolongado y después vino el gran sacudón de manera vertical, fue demasiado fuerte. De acuerdo a nuestra costumbre, indudablemente pensamos que podría ser grado 7 u 8. No supimos en detalle pues las comunicaciones se cortaron de inmediato. No había radio emisoras al aire, la señal de la TV abierta dejó de existir prácticamente al instante. Internet también cayó. Los whatsapps que iban y venían al cabo de algunos minutos dejaron de ser receptivos. No se podía enviar ni tampoco recibir mensaje. Por lo tanto ya al término del segundo gran sacudón todos ya revisábamos nuestras casas y conversábamos afuera en las calles, en las esquinas, todos agolpados tratando de buscar información respecto a lo que estaba sucediendo. No teníamos seguridad exactamente de nada y así fueron transcurriendo las obras y otros ruidos subterráneos bastante permanentes nos generaba mayor inquietud, mayor temor. Cierto es de que ya entraba la noche, estos sacudones seguían y el cielo estaba totalmente estrellado. Muchos comentábamos ya que era debido al excesivo calor de ese verano. Habitualmente, de acuerdo a nuestra cultura, a la cultura popular, cuando había cambios de temperatura muy bruscos, de mucho calor y en veinticuatro horas mucho frío, era como que la estructura de las rocas, de las montañas, de la tierra, de la corteza se resquebrajaba como hacen los muebles de madera cuando reciben esos cambios bruscos del aire frío. En pleno invierno, estando en una habitación bastante climatizada, eso fue algo popular que siempre se fue considerando y alimentaba todo tipo de especulaciones, pero eran la respuesta adecuada para ese momento y había sido siempre esa respuesta para poder justificar ese tipo de cambios bruscos y de los movimientos terrestres abruptos e inesperados. Sin embargo, esa noche, esa primera noche, algunos pocos nos dimos cuenta, pues el cielo estaba luminoso, pero la ubicación de las estrellas del verano, el cielo estrellado no eran igual. La tradicional constelación conocida como las Tres Marías o la Gran Cruz del Sur ya no estaban, habían desaparecido, la constelación de Orión ya no estaba sobre nuestras cabezas. Fue increíble y a la vez fabuloso, pues otro universo luminoso de estrellas desapareció y al cabo de muchas horas, considerando que ya debiera estar amaneciendo la noche próxima y la temperatura comenzó a bajar, y al cabo más o menos de unas 28 horas calculadas de acuerdo a nuestros relojes tradicionales a cuerda mecánica, no a los digitales, pues éstos también habían dejado de funcionar. Consideramos de que algo había sucedido y ahí estaba el problema, tal vez algo vinculado a la rotación del planeta o a sus ejes, no Pero el cielo era distinto y el sol ya no amaneció por donde debía salir, el amanecer no fue por donde debía ser, por detrás de las montañas, por detrás de la cordillera de los Andes, en nuestro caso, no. Ahora se veía el amanecer desde el norte y eso fue lo extraordinario y fabuloso, fue un amanecer esplendoroso, extraordinario. Y ese día fue un día peligroso como era de esperar en esa época, pero ese día se extendió bastante, bastante de lo normal y casi 30 horas después comenzó el atardecer. Fue extraordinario, fue un nuevo comienzo, un nuevo inicio, una nueva creación. Probando, 1, 2, 3, 1, 2, 3.