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A friend was put in charge of a computer room and enjoyed it because they had a passion for technology. They had self-taught knowledge about networking and troubleshooting. They noticed that some equipment was malfunctioning, including printers. They kept a log and realized that the malfunctions occurred whenever a teacher asked for help. They also noticed strange occurrences in the room, such as flickering lights and electrical surges. One day, a cat entered the room and the friend learned that cats are believed to remove negative energy. After the cat's visit, the malfunctioning computers and printer started working perfectly. The friend concluded that bad luck or negative energy can affect technology. They advised being cautious of people or neighbors who may bring bad luck. Un dÃa, un amigo estaba a cargo de una sala de computación. Lo pasaba muy bien porque a él le gustaba el manejar estos equipos. No era un programador, no era analista del sistema, era un profesor común y corriente. Y lo dejaron a cargo de la sala de computación. Y él quedó realmente encantado, pues siempre habÃa estado pensando en algo asÃ, con todo esto de la tecnologÃa, redes sociales. HabÃa estado investigando mucho, era muy autodidacta, y habÃa ido descubriendo cómo enlazar equipos por cable, cómo construir un pequeño servidor virtual, cómo instalar pequeños softwares que permiten controlar las distintas estaciones de trabajo. Es decir, se manejaba en el asunto. Y desde la época de los diskettes, de esos grandes de 5 pulgadas prácticamente, a los pequeños, luego pasó por el pen-read y ahora con las memorias sólidas que les llaman, tenÃa una gama de conocimientos, de autodidacta por supuesto, que le permitÃan sortear algunos pequeños problemas de conectividad que de repente sucedÃan en la sala de clases. Se defendÃa bien. Ayudaba a sus colegas cuando iban con un curso, un grupo de alumnos, y también a los estudiantes cuando ingresaban a las distintas aplicaciones que tenÃan que utilizar. Lo tÃpico del paquete Office, o de Open Office, que es la competencia en cierta medida de Microsoft. Y bueno, él trabajaba bien, le gustaba su trabajo, y de pronto descubrió que algunos equipos fallaban. Fallaban, es decir, no encendÃan, por ejemplo, o no se conectaban a la intranet que él habÃa elaborado, que junto a un técnico especialista habÃan cableado todos los equipos para que no se perdiera todo el potencial de la Wi-Fi. HabÃan instalado cableados, que era más seguro y un control más férreo de cada estación de trabajo. Por lo tanto, él indudablemente comenzó a investigar por qué. Después, la impresora comenzó a fallar. Le pareció extraño. Siempre habÃa funcionado. Siempre habÃa estado ahÃ. Pensó que tal vez ya a los años la impresora ya no estaba dando bien, y solicitó que le cambiaran la impresora. Le pusieron otra de una marca mucho mejor y con muchas más caracterÃsticas para mejorar la impresora. Y funcionaba bien hasta que un dÃa, también, la impresora dejó de funcionar. Él llevaba una bitácora. TenÃa el hábito de escribir todo lo que sucedÃa, con los cursos, qué equipos habÃan fallado, etc. Y comenzó a darse cuenta, viendo su registro, que las fallas se producÃan siempre cuando un profesor iba a solicitarle algo. A veces una herramienta, un destornillador, a veces que le permitiera imprimir algo en esa nueva impresora o en la antigua impresora, a veces a solicitar un martillo o un alicate. Ustedes dirán, pero ¿y por qué tengo yo todas esas cosas? ¿Por qué este profesor tiene todas esas cosas? Bueno, porque como buen profesor en este tipo de artes, habÃa que estar dispuesto a arreglar de manera imperiosa todo lo que sucediera en esa sala para que estuviera operativa cien por ciento. Esa era la instrucción básica de la dirección del colegio. Y cada vez que habÃa un problema, él aparecÃa y algo fallaba. Él empezó a pensar que a lo mejor el profesor era yeta, tenÃa mala suerte, porque como era posible, vez que venÃa, algo malo sucedÃa. Vez que a veces se asomaba solamente para mirarse, habÃan estudiantes. Algo malo sucedÃa en la sala. Una de las luminarias comenzaba a tintinear. De pronto, uno de los enchufes, ¡pah!, estallaba por una especie de sobrecarga de electricidad. Un dÃa, entró un gato. Y el gato se dio unas vueltas por la sala vacÃa, y estando el profesor ahÃ, lo vio entrar por la ventana. El gato lo observó, saltó de la ventana hacia el suelo, se paseó por toda la sala, olfateando. Este profesor pensó que a lo mejor el gato iba a hacer alguna cagada ahÃ, pero no. Se paseó por todos los rincones, y él observándolo desde su silla, desde su puesto de trabajo. El gato se dio vueltas, vueltas, y luego regresó a su punto de acceso, saltó por la ventana y se fue. Y él quedó extrañado. Tiempo después, leyendo por aquÃ, escuchando infinidad de videos que hay en Internet, y textos de cosas extrañas, descubrió que los gatos, cuando ingresan a un lugar, ingresan para sacar las malas vibraciones. Y ahà comprendió que ese gato, en realidad, le habÃa limpiado la sala energéticamente, pues esos dos computadores que yacÃan ahà sin poder encender por alguna cosa extraña, al otro dÃa cuando él encendió uno por uno, estos dos se encendieron sin ningún problema. La impresora, de pronto, cuando él la enciende, rápidamente comienza a imprimir todo lo que habÃa estado pendiente de dÃas anteriores. Alguien dirá, alguien que conoce de este mundo, dirá, eh, pero habÃa que establecer tal vez los drives del equipo, o tal vez la memoria del computador se saturó, quedaron todas las señales ahà atascadas, por asà decirlo, habÃa que reiniciar el equipo para que éste se limpiara, limpiara su memoria, su RAM, y listo, y soltó toda la información. Pero habÃan pasado muchos dÃas, no era una cosa de un dÃa para otro, no. Pasaron varios dÃas. Entonces, eso fue lo extraño. Hay veces que hay compañeros que están en mala suerte, y ese foco, esa luminaria que encendÃa y apagaba, de pronto dejó de pestañear. Ustedes saben que estas luminarias actuales comienzan a pestañear y producen problemas visuales. Afortunadamente, donde él estaba no sucedÃa eso, pero sà al fondo de la sala. Ya muchos estudiantes habÃan quejado. Él habÃa tenido que subir a la luminaria y soltar un poco ese tubo para que no produjera más daño. Pero ese dÃa cuando él regresó, después de un fin de semana, esa luminaria se encendió sin siquiera hacer referencia a lo malo que estaba antes. Son cosas curiosas que pasan y suceden. La importancia del gato en una sala de computación, o la mala suerte que trae un profesor cuando se asoma y viene a preguntar por alguna cosa inverosÃmil. Por ejemplo, si uno tiene un gato para arreglar un motor, un gato o una gata para levantar un vehÃculo, o viene a preguntar por herramientas que tienen que ver con motores y que no es habitual tener en una sala de computación. Son cosas extrañas que suceden. Yo le puse el profe que trae mala suerte y eso sucede. Creo que sucede y en todas partes nos vamos a encontrar con personas que acarrean esa energÃa negativa, la descargan a donde están, a donde llegan y luego se van y uno no se da cuenta, pero existe, es verdad, es real y sucede, sucede en muchas partes. Y eso es súper importante tenerlo presente. La mala suerte existe, o el profesor mala suerte, o la mala energÃa que llega y se queda, o el gato que limpia la mala suerte olfateando todos los rincones y se va. Eso fue tal vez más factible que sucedió y es real, es real. Es una cosa curiosa, pero sucedió porque ese profesor soy yo, ese profe que tomó la sala de computación, aceptó el reto y me pasó a mÃ. Sucede, suele suceder. Uno dice no, no puede ser, pero sÃ, pasa. Asà que cuidado con los vecinos, con los vecinos que tengan, sean vecinos de aula o vecinos en las casas donde vivamos porque de repente traen la mala suerte. Un saludo cordial y estamos en contacto. Bye, bye.
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