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Proverbios 21:31
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Proverbios 21:31
In this devotional, the speaker emphasizes the importance of remembering the victories that God has given us, even in times of affliction. They encourage their friend not to let temporary battles erase the memory of past triumphs and to trust that God is still with them, fighting on their behalf. They remind their friend that God has the power to overcome any obstacle and that they are more than conquerors through Him. The speaker ends with a prayer of gratitude and asks for God's guidance and strength. Es el hombre que tuvo poder de andar por sobre el mar. Buenos días, Dios te bendiga, y te guarde en esta mañana, que el Señor, el Dios creador, el Todopoderoso, sea él en esta hora, revistiéndonos a través de su amor y misericordia, guardando él nuestras vidas, así como también nuestra familia. El devocional de esta mañana está sustentado en el libro de Proverbios capítulo veintiuno a la altura del verso treinta y uno. Esta es leída en la comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Nosotros cada día nos preparamos para alcanzar diferentes objetivos, todos y los cuales debemos previamente poner en la mano de Dios, sabiendo que de Él dependemos en lo absoluto. Si bien es cierto, como dice Salomón, el caballo sea lista para la batalla, mas Jehová es quien da la victoria. Tenemos que tener algo siempre presente, y es que donde hay victoria es porque previamente hubo batalla. Tenemos que saber que vamos a enfrentar batallas en este caminar con nuestro Señor Jesucristo, pero que aquellas batallas no sean las que determinan nuestro avanzar en la fe. En muchas ocasiones, por las estrategias planteadas por el adversario, a veces pretende como robarnos las victorias. Así es, cuando llegan a nosotros esos momentos de aflicción, cuando llegan a nosotros esos momentos en que en ocasiones recibimos algún diagnóstico no favorable, de inmediatamente nos olvidamos de todas las victorias, de todas las batallas en las cuales el Señor nos ha entregado la victoria. Comenzamos a sentirnos como derrotados, como si nunca hemos vencido, como si nunca hemos ganado una batalla. Y lo que yo te quiero decir en este día, es que le enrostre al adversario las victorias que Jehová te ha dado. No permita que por esta simple batalla que hoy enfrenta, se vaya de tu memoria todas aquellas victorias que el Señor te ha entregado. Salomón, un hombre de gran sabiduría, de grandes riquezas, con un reinado próspero, reconoce aquí que por más que se aliste el caballo, Jehová es quien da la victoria. Entonces, el Señor te ha hecho ver cómo ha vencido a tu favor en diferentes circunstancias. ¿Acaso no podrá ir a hacerlo nuevamente en tu vida? No permita que las aflicciones momentáneas roben aquellos momentos de grandes victorias que el Señor te ha entregado, aquellas que Él ha puesto en tus manos. No es tiempo de que te levantes por fe, creyendo y confiando de que Dios no se ha ido de tu lado, Él continúa peleando por ti, Él continúa entregándote la victoria de aquella batalla que hoy tú enfrentas. No te detengas, ni permitas que el enemigo borre de tu memoria aquellos momentos en los que el Señor te entregó la victoria, hazle entender que Dios aún sigue contigo, y que así como le venciste en aquel momento, también hoy le vencerás nuevamente, porque Dios sigue siendo Él mismo, y nosotros seguimos siendo Sus hijos. Oramos Amantísimo y eterno Padre, Dios Todopoderoso, en esta hora, Señor, en la que nos presentamos delante de Ti, lo hacemos para pedirte que nos perdones, si en algún momento hemos dudado de ese poder y autoridad con el cual Tú no os has librado de aquellas situaciones y circunstancias, y hoy, por la aflicción que podamos estar enfrentando, hemos sentido el temor, nos hemos preocupado o afanado a destiempo, te pedimos que nos perdones, porque reconocemos en este momento que eres Tú quien pelea nuestras batallas, y pone en nuestras manos la victoria, fuiste Tú Señor quien dijiste que en Ti somos más que vencedores, por ende, absolutamente nada ni nadie podrá detenernos. Te damos gracia, Señor, porque como Tus hijos cada día establecen un manto de cobertura sobre nuestras vidas, agradecemos Tu amor y misericordia para con nosotros, Tu perdón y reconciliación, Señor. Te damos gracia, porque hoy podemos levantar nuestras manos y cantar nuevamente, himnos de victoria, porque declaramos que no hay octáculo que no podamos vencer, que no hay muros que no podamos derribar, que no hay montañas que no podamos escalar, porque Tú va adelante nuestro. Eres Tú nuestro Señor, nuestro Salvador y Redentor, y hoy te decimos gracias, Señor, gracias por la victoria que has de poner en nuestras manos en este día. Enséñanos a siempre entender y recordar que Tú has vencido a nuestro favor, que ya nos hiciste vencedores, y que no hay nada que pueda detenernos. Dios te bendiga. Todo esto te lo pedimos en el nombre de Tu Hijo amado Jesús. Dios te bendiga y te guarden esta mañana. Recuerda que es tu amigo y hermano Luis Bertré en Devocionales que transforman. Caminar por entre las alas del barro