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Resureccion Matrimonio Saduceos Fariseos Escribas Jesus el maesias el Cristo
Resureccion Matrimonio Saduceos Fariseos Escribas Jesus el maesias el Cristo
The speaker invites the audience to open their Bibles to Mark chapter 12 and discusses how religious leaders are attacking Jesus. He explains that the leaders asked Jesus about his authority and he responded with a question. In another incident, they asked him about paying tribute to Caesar. Now, the Sadducees come to challenge Jesus on the topic of resurrection. They present a hypothetical case about a woman who had been married to seven brothers. Jesus responds with wisdom and authority, teaching about the nature of resurrection and the importance of interpreting scripture correctly. The passage can be divided into two parts: the critics' question and Jesus' response based on scripture. The speaker emphasizes the need for a correct interpretation of scripture when responding to critics. The Sadducees did not believe in resurrection and tried to trap Jesus, but he proves them wrong with his interpretation of scripture. The speaker encourages readers to read and reread scripture and un Hermanos, los invito entonces a que abran sus Biblias ahà a Marcos capÃtulo 12, al versÃculo número 18 al 27, y hoy hemos llegado a una porción de las Escrituras en donde los lÃderes religiosos continúan atacando al Señor Jesucristo. Si ustedes le ponen atención al contexto del capÃtulo número 12, es decir, en el capÃtulo número 11, en los versÃculos 27 al versÃculo número 33, se acercan los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos, y en el versÃculo 28 le hacen una pregunta al Señor Jesucristo, y es la siguiente, ¿con qué autoridad haces estas cosas y quién te dio autoridad para hacer estas cosas? Noten que es una pregunta, y el Señor les responde diciéndoles que Él también les hace una pregunta, y como ellos no le respondieron, Él tampoco les responde a ellos. Más adelante, en el capÃtulo número 12, hemos llegado a otra porción en el versÃculo número 13 hasta el versÃculo número 17, donde vienen y le hacen otra pregunta, pero ahora vienen dos grupos especÃficos. Los lÃderes del pueblo de Israel envÃan a dos grupos especÃficos, los fariseos y los arrodeanos, dos grupos que no se querÃan entre sÃ, no tenÃan acuerdo entre sÃ, y vienen y le hacen una pregunta en el versÃculo número 14, al final, ¿es lÃcito dar tributo a César o no? ¿Daremos o no daremos? Y el Señor le responde de una manera, en una sabidurÃa infinita y tan completa, donde les dice que le den a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios, respondiendo de esta manera, sin afectar a ninguno de los grupos, o echarse contra sà alguno de los grupos. Ahora hemos llegado a esta porción de la Escritura en el versÃculo 18 al 27, donde otro grupo, el grupo de los saduceos, viene al Señor Jesucristo, y vienen con el propósito de hacerle otra pregunta, en el versÃculo número 23 ustedes ven la pregunta, donde dice, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer? Y el propósito de esta pregunta es hacer caer al Señor Jesucristo, es tenderle una trampa. Asà que en estos versÃculos encontramos las tres confrontaciones del Señor Jesucristo contra los lÃderes del pueblo de Israel, y ahora en esta porción, en el versÃculo 18 al 27, el Señor enfrenta las objeciones de los saduceos, pero especÃficamente contra una doctrina que el Señor Jesucristo enseñaba, y era la doctrina de la resurrección. Los saduceos no creÃan en la resurrección, y ellos estaban intentando desacreditar a Cristo y desacreditar su enseñanza, haciéndole una pregunta sobre múltiples matrimonios, y que cuál de los esposos de esta mujer serÃa su marido en la vida futura. Sin embargo, el Señor Jesucristo respondiendo a esta pregunta, lleno de sabidurÃa y de autoridad, enseña acerca de la naturaleza de la resurrección y de la vida después de la muerte. Y este es un pasaje poderoso que nos sirve a nosotros como un ejemplo para poder responder a todos aquellos que vienen a nosotros y nos desafÃan en cuanto a las cosas que nosotros creemos. Y si quisiéramos tomar un principio fundamental de esta porción de la Escritura, serÃa que el elemento principal para responder a los crÃticos del Evangelio, es una correcta interpretación de las Escrituras, para que nosotros las conozcamos y las interpretemos correctamente al responder a nuestros crÃticos. Es decir, si alguien viene a demandar razón de la esperanza que hay en nosotros, o alguien viene a contradecir una doctrina que nosotros enseñamos, que creemos que es bÃblica, que está fundamentada en las Escrituras, la forma de responder no es presentando argumentos filosóficos o lo que otras personas creen acerca de esto, sino más bien ir a la Escritura citando la Escritura. Y eso es lo que vamos a ver en toda esta porción. Vemos al Señor Jesucristo que vienen a cuestionarlo acerca de la doctrina de la resurrección porque ellos no la creÃan y quieren tenderle una trampa, le presentan un caso ficticio, no parece ser una historia real, como para meterlo en el problema y que no puede explicar la doctrina de la resurrección. Y usan una porción de la Escritura que, de acuerdo a la interpretación de ellos, no enseña acerca de la resurrección. Ellos creen solamente en los primeros cinco libros de la Biblia, en el Pentateuco. Y ellos dicen, el libro del Pentateuco, Moisés nunca enseñó la resurrección. Y el Señor Jesucristo les va a probar que están completamente equivocados porque Él sabe interpretar correctamente las Escrituras. Entonces el principio fundamental para responder a las crÃticas de nuestros enemigos o del Evangelio, de aquellos que vienen contra el Evangelio, es una correcta interpretación de las Escrituras. Saber qué dice la Biblia en cuanto a un tema. Y esta porción de la Escritura la podemos dividir en dos partes, dos encabezados. El primero es la pregunta de los crÃticos, ese es mi primer punto, la pregunta de los crÃticos, versÃculos 18 al 23. El segundo es la respuesta de Jesús basada en las Escrituras, versÃculo 24 al 27. Asà que vamos a dar comienzo a la primera parte, y para eso quiero pedirles que leamos los versÃculos 18 al 23 para tenerlos frescos en nuestra mente. Yo sé que ya lo leÃmos en la lectura bÃblica, pero no hay como leer y releer las Escrituras, versÃculo 18. Entonces vinieron a Él los saduceos que dicen que no hay resurrección. Y le preguntaron diciendo, Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muriera y dejara esposa pero no dejara hijos, que su hermano se case con ella y levante descendencia a su hermano. Noten que ellos están citando las Escrituras, y especÃficamente están citando Deuteronomio 25.5. Ahora en el versÃculo número 20 al 23 ellos van a plantear una pregunta que se encuentra en el versÃculo 23, pero no sin antes plantear un caso hipotético. VersÃculo número 20. Hubo siete hermanos. El primero tomó esposa y murió sin dejar descendencia, y el segundo se casó con ella, y murió y tampoco dejó descendencia, y el tercero de la misma manera. Y asà los siete y no dejaron descendencia. Y ahora dice, y después de todos murió también ella. Y aquà viene la gran pregunta, el gran acertijo según ellos. En la resurrección, pues, cuando resuciten, habla de todos, de los siete hermanos y de la mujer, ¿de cuál de ellos era ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer? Ellos están presentando un caso donde quieren hacerlo al Señor caer. Es como un caso donde hay una expresión que cuando alguien hace una pregunta que cuando creen que nadie la va a poder responder, dicen, ajá, se agarramos, ¿no? Nadie puede hacer eso contra el Señor Jesús. Absolutamente nadie. Y eso nosotros lo vamos a observar en la forma en la que el Señor responde. Vamos a ir versÃculo por versÃculo. VersÃculo 18. Encontramos aquà la pregunta de los adusados en otros versÃculos, pero en el 18 nos presenta un escenario en el cual nosotros debemos de conocer el contexto. Dice, entonces, cuando usa esta palabra, está hablando de la secuencia de los eventos. Ya en el contexto hemos visto que le hacen una pregunta acerca del tributo, no lo hicieron caer, pero siguen los ataques. Entonces vinieron a él los saduceos. La primera pregunta que nos hacemos es, ¿quiénes son los saduceos? ¿Qué creÃan los saduceos? ¿Por qué vinieron los saduceos a Jesús? Y la respuesta que nosotros debemos de dar es, ¿quiénes son ellos? Pero aquà Marco nos dice que los saduceos vienen al Señor Jesús y después de la discusión que tuvo con los fariseos y los herodianos, ahora viene este grupo. Y Marco nos dice que ellos no, según tenemos un entendimiento, ellos no creen en la resurrección. Por eso la palabra resurrección se menciona aquà dos veces. Una donde ellos, donde Marcos comenta acerca de la resurrección y otra donde ellos preguntan acerca de la resurrección. No se sabe mucho acerca de estos hombres, de los saduceos, y ellos solo se inclinaban a creer en las cosas que podÃan ver. O sea, si a ellos les dice, mira, ocurrió un milagro, Jesús resucitó a un muerto. Ellos dicen, no, no existe la resurrección de los muertos. Si alguien se acercaba y decÃa, mira, Jesús echó fuera a un demonio. No, no existen los demonios. Ellos eran naturalistas, solo en lo que veÃan y en lo que podÃan tocar y palpar, solo en eso creÃan. La mayorÃa de ellos eran aristócratas de la sociedad, eran ricos. La mayorÃa de ellos estaba en influencia en el pueblo de Israel y no creÃan en la resurrección. Ese era uno de sus puntos y de sus conflictos con los saduceos. Cada vez que se juntaban los grupos iban a discutir entre sÃ. Entonces, esos aristócratas que se alinaban con el gobierno romano, estaban, por decirlo de esta manera, de acuerdo que el gobierno los gobernara, se aferraban firmemente al Pentateuco. Ellos decÃan que solo los primeros cinco libros de la Biblia eran inspirados por Dios. Y su interpretación de esos cinco libros es que no existe la resurrección. Entonces ellos se acercan y citan el Antiguo Testamento, lo que vamos a ver aquÃ. Pero note que estos se acercan al Señor y dice el versÃculo ahÃ, vinieron a él los saduceos y luego Marco nos hace una nota para que entendamos quiénes son. Dice que dicen que no hay resurrección y vienen y le hacen una pregunta diciendo, versÃculo 19. El versÃculo número 19, ellos citan la Escritura y citan una tradición que habÃa entre los pueblos antiguos, no solamente entre los judÃos, sino entre todos los pueblos donde decÃan que si un hermano en una familia se casa y toma a una mujer por esposa y no tiene descendencia, el hermano que le sucedÃa tenÃa que casarse con ella hasta que tuviera descendencia con el propósito de que el nombre de la familia no se perdiera. Entonces encontramos en el versÃculo 19, aquà vemos que citan la ley del matrimonio y esta ley se llamaba el matrimonio levirato, el matrimonio liberato. Busquen los que quieran en Google y van a encontrar toda la información sobre la historia del matrimonio liberato. Los saduceos entonces solo creen en la, no creen en la resurrección, solo creen en los primeros cinco libros de la ley de Moisés y citan Deuteronomio 25.5. En esta porción de las Escrituras ustedes sabrán de recordar que ya lo leÃmos en esta mañana, pero me gustarÃa que lo pudiéramos recordar hermanos porque creo que va a ser de mucha ayuda para nosotros el recordar. Vayan a Deuteronomio capÃtulo número 25 y ahà en este versÃculo vamos a ver qué es lo que la Escritura dice y qué tan claro dice la Escritura. Al leerlo vamos a comparar lo que ellos están diciendo al Señor Jesucristo y vean ahà en este 25.5 que dice de la siguiente manera, dice cuando hermanos habitarán juntos y muriera alguno de ellos y no tuviera hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con otro extraño. Su cuñado se llegará a ella y la tomará por mujer y hará con ella parentesco. O sea, esta es la ley del liberato que se ordena en las Escrituras. Entonces ellos dicen y ven el versÃculo, dice maestro, Moisés nos escribió que si algún hermano de alguno muriese, dejar esposa, pero no dejar hijos, que su hermano se case con ella y levante descendencia con su hermano. Y la pregunta que nos hacemos es, ¿estaban ellos citando mala Escritura? Y la respuesta es, no, estaban citando la Escritura correctamente. Pero el propósito aquà es como lo que hizo Satanás en la tentación del desierto. Cuando Satanás viene con Jesús en Mateo 4 y en Lucas 4 y le presenta la primera tentación del Señor cita la Escritura. Luego Satanás viene y le cita, le mal cita la Escritura a Jesús para hacerlo caer. Ellos aquà están citando a Moisés porque creen a Moisés y están citando esto creando un problema ficticio para hacer caer al Señor Jesucristo. Y bueno, ustedes ya leyeron el versÃculo en el Antiguo Testamento y ya lo leÃmos aquà y hay algo que debemos de entender en un contexto cultural y es lo siguiente. Un comentarista dice lo siguiente, las culturas del Medio Oriente estaban llenas de prácticas que para nosotros son extrañas y algunas hasta nos pueden parecer absurdas. Una de estas es la ley del liberato, una costumbre de los tiempos bÃblicos que consistÃa en que una viuda sin hijos debÃa contraer nupcias con su cuñado, el hermano de su esposo recién fallecido. Y citaban la Escritura desde Deuteronomio 25, versÃculos número 5 al versÃculo número 6. Y esto es lo que aquà se acercan a hacer los fariseos, a citar la Escritura. Pero noten ahora cómo los versÃculos 20 al 22 se expanden planteándole un problema que ellos dicen, si eso es asÃ, entonces ¿cómo podemos creer en la doctrina de la resurrección? Hay un problema, la doctrina de la resurrección no aplica para este problema que ellos van a plantear. Y el problema en los versÃculos 20 al 22 dice hubo siete hermanos, el primero tomó esposa y murió sin dejar descendencia, el segundo se casó con ella y murió y tampoco dejó descendencia, el tercero de la misma manera y asà recorren toda la familia. Aquà los saduceos están proponiendo una situación hipotética, es decir, algo que podrÃa ser que ocurriera pero que no hay forma de confirmar si es una historia real. Entonces presentan esta situación con el propósito de presentarle un problema a Jesucristo para decirle que la resurrección no existe. Y aquà ellos terminan preguntando de la siguiente manera, ya leÃmos el versÃculo donde ellos preguntan, ¿de cuál de los hermanos o de cuál de ellos será esposa? Ellos creen que han metido al Señor Jesús en un problema, dice el versÃculo 23, ¿de cuál de ellos será ella mujer? Ya que los siete la tuvieron por mujer. Y ellos están pensando, hermanos, en una forma carnal, en una forma humana, en una forma donde ignoran el poder de Dios, porque eso es lo que dice más adelante, en una forma donde malinterpretan las Escrituras y simplemente en su mente carnal y su mente limitada ellos dicen, preguntan, ¿de cuál de ellos será esposa en la resurrección? Lo que ellos están planteando es que creer en la resurrección es absurdo, ya que llevarÃa a situaciones materiales ridÃculamente complejas tras la vida, después de la muerte, como para ser en este caso la poligamia. Lo que ellos están diciendo aquà es esto, si existe la resurrección, entonces en el cielo vamos a tener un caso de poligamia, pero a la inversa. No un hombre con siete mujeres, sino siete hombres con una mujer. Entonces si la resurrección existiera, ¿tú te imaginas Jesús cómo el cielo estarÃa lleno de perversiones? Están actuando de una manera carnal, pero ellos creen que son muy astutos, pero ellos no conocen, no entienden el poder, la sabidurÃa de Dios, porque eso es lo que se va a probar en las Escrituras en este momento, y eso es lo que debemos de considerar. Hay un comentarista bÃblico que se llama Brooks, y hay un comentario del Evangelio de Marcos, y en la página 195 dice lo siguiente, es posible que se trate de una historia real o de un caso hipotético extraÃdo de algún libro de ficción. Algunos creen que este es un caso que viene de un libro apócrifo del libro de TobÃas. Marcos no lo dice, y la cuestión se plantea sin saber a ciencia cierta de dónde procede la historia, y este comentarista sigue señalando lo siguiente, dice, suponÃan falsamente que Jesús sostenÃa la misma doctrina materialista de la resurrección que muchos fariseos. Esta doctrina sostenÃa que los defectos del cuerpo fÃsico y las diversas relaciones terrenales se trasladarÃan a la vida futura, y eso es algo que muchas personas todavÃa creen, y el Señor Jesucristo nos va a mostrar que en la resurrección el cuerpo es nuevo, el cuerpo es glorificado, el cuerpo no tiene ninguna relación con el pecado, el cuerpo no resucita con todas las relaciones interpersonales de la tierra, entra en un nuevo estado a ser como los ángeles. Eso es lo que vamos a ver más adelante. Asà que ellos en el versÃculo 23 plantean la pregunta, y esta pregunta dice asÃ, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer? Hermanos, la pregunta aquÃ, la pregunta pretendÃa dar una imagen mala a Jesús para que Él llegara a una encrucijada y no supiera cómo responder. La pregunta en realidad es una pregunta absurda. Para los que creÃan en la resurrección, en los que no creÃan en la resurrección, ellos pretendÃan mostrar la imposibilidad de la resurrección, porque ellos, por ejemplo, algo que no dice aquà el versÃculo, pero esta era su mentalidad. Si en el dÃa de la resurrección un creyente está disgustado con otro creyente, y los dos de repente viene el Señor, se los lleva y lo transforma, sus dificultades terrenales serán exportadas al cielo, si existe la resurrección, y vas a tener dos creyentes resucitados con un problema. En el cielo uno se va a inclinar hacia la derecha, y otro se va a inclinar hacia la izquierda, porque los dos aman a Cristo, pero no se pueden ver las caras. Esa era la mentalidad de los fariseos, y decÃan, por consiguiente, es imposible que exista la resurrección. Ellos dicen, no lo hemos leÃdo en el libro de Moisés, no puedes probarlo que en el libro de Moisés exista la resurrección. Entonces Jesús les responde, y él entiende las Escrituras, entiende el poder de Dios, y la respuesta del Señor Jesucristo es una respuesta centrada en una interpretación correcta de la Palabra de Dios. Una interpretación que no da lugar a que se contradiga la doctrina de la resurrección. Hermanos, hay personas que creen que ciertas partes de la Biblia son verdad, y ciertas partes no, porque contradicen. Por ejemplo, hay una parábola de la semilla de mostaza, que se encuentra en los Evangelios Sinópticos, y Jesús dice en esa parábola que la semilla de mostaza es la más pequeña de todas las semillas, la más pequeña de todas las semillas. Si un cientÃfico que conoce las plantas, ¿cómo se llama un ingeniero agronomo? Le dices tú que la semilla de mostaza es la más pequeña, él te va a decir, no, la semilla más pequeña es la de la orquÃdea, es la más pequeña de todas las semillas. Pero bueno, Jesús no tenÃa conocimiento de eso. Jesús no tenÃa conocimiento de eso, y quizás la Biblia está equivocada en eso. Hermanos, la Biblia no tiene un solo error, porque el mismo texto especifica que es la más pequeña de su clase, y la mostaza está clasificada entre las hortalizas, y si es la más pequeña de todas las semillas de las hortalizas. Entonces, si entendiendo un poco el contexto de lo que se está hablando, entendiendo lo que la Escritura dice, no hay errores en la Biblia, y todos los crÃticos que llegan y dicen, no, es que la Biblia está llena de errores, nuestra primer respuesta debe ser, mencióname un error, solo uno, y pruébame el error, no lo repites como un periquito verde que lo escuchó a otro incrédulo, porque la mayorÃa de las veces es eso, es una repetición de algo que nadie comprende, pero todos afirman. Es como en el dÃa de hoy, alguien va a decir, es que ser homosexual no se nace, perdón, ser homosexual se nace, no se hace. Cuando está probado cientÃficamente que cada hombre y cada mujer nace con una clase de cromosomas que son, que es imposible atentar a hacer un cambio, y que eso define el masculino o el femenino, y está probado cientÃficamente, pero alguien viene y dice, no, es que hay un nuevo descubrimiento, hay una nueva, hay un nuevo descubrimiento, y ahora sà se sabe que eso es asÃ. Amados hermanos, eso no es asÃ, no es asà porque la escritura entonces tendrÃa un problema muy serio, no podrÃa juzgar a los pecadores con ese tipo de inmoralidad, no podrÃa, y la escritura nos dice claramente en primera de Corintios 6, no os engañéis, Dios no puede ser burlado, lo que el hombre siembra eso cegará, y luego viene a mencionar los tipos de pecados, y entre ellos menciona dos clases de pecados que tienen que ver con los afeminados, el pasivo y el activo, el que toma el rol de la mujer, el que toma el rol del hombre, y Dios los va a juzgar, entonces Dios tendrÃa un grave problema con eso, pero no existen para el Señor los problemas. La respuesta del Señor Jesucristo a los fariseos y a los herodianos fue una respuesta muy sabia en el contexto de este pasaje, pero ahora le responde a esos que no creen en la resurrección, y es una respuesta que les dice, ustedes no entienden porque no conocen las escrituras, y erran en su conocimiento de las escrituras, vean la respuesta hermanos. Ahora vamos a nuestro segundo punto, y es la respuesta de Cristo, recÃculo 24, entonces respondiendo Jesús les dijo, ¿no erráis por esto? ¿porque ignoráis las escrituras y el poder de Dios? Él en primer lugar está acentuando que ellos erran, y les dicen, ¿no erran por esto? Porque ignoran las escrituras, es decir, no las conocen bien, y el poder de Dios, dos cosas de los cuales los fariseos eran completamente ignorantes. Ahora sigamos leyendo, recÃculo 25, porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán, ni serán en casamiento, o sea, no existen las relaciones terrenales exportadas al cielo, sino serán como los ángeles que están en los cielos. Los ángeles no se casan, los ángeles no serán en matrimonio, los ángeles están para ser mensajeros de Dios, servidores de Dios, adoradores de Dios, en ese sentido nosotros seremos como los ángeles. No seremos ángeles, seremos hombres y mujeres redimidos por la sangre de Cristo, transformados con un cuerpo glorificado, sin relación al pecado, pero no seremos ángeles, no nos van a salir alitas, no tenga pendiente por eso, no va a haber ninguna clase de alas. Entonces aquÃ, vean estos versÃculos, 26, versÃculo número 26 ahora, dice, pero con respecto a que los muertos resucitan, recuerden que ellos le citaron al Señor Jesucristo de Deuteronomio, la ley de Moisés, y ahora Cristo les va a aprobar, ustedes erran porque desconocen las Escrituras, y les voy a aprobar con los libros que ustedes creen, que el libro de Moisés sà enseña la resurrección. Nuestro Señor es maravilloso, hermanos. Vean la respuesta de nuestro Señor. Dice, ¿no habéis leÃdo en el libro de Moisés, citando Éxodo 3.6? Dice, dice, ¿cómo le habló Dios en la zarza, diciendo, yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Saac, y el Dios de Jacob? VersÃculo 27, Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, asà que vosotros mucho erráis. Desconocen las Escrituras, no las pueden interpretar correctamente, por esa razón ustedes no creen en la resurrección. Desconocen el poder de Dios para saber que, si el Señor ordenó la resurrección, cuando vayamos de la resurrección al cielo, las relaciones personales no se transferirán hacia el cielo. Asà que, hermanos, esta es una noticia un poco triste. Yo digo, le dije ayer a mi esposa, cuando llegué a casa en la tarde, le digo, Tere, te tengo malas noticias, y ella está en la cocina, no estamos viendo la cara. Y le digo, si sabes que en el cielo tú y yo ya no vamos a estar casados. Y no me contestó. Le dije, no me escuchó. Le dije, Tere, no me escuchaste, ¿verdad? Dijo, cállate, no digas esas cosas. Pero uno tiene, yo tengo más de 30 años de casado, tenemos más de 30 años de casados. Ya pasamos desde recién casado a las etapas de los ajustes, de que no me gusta esto, no me gusta lo otro, los pleitos, ya creamos hijos, ya estamos en un estado donde uno va aprendiendo a amarse más, a recibirse más tal como es, a acostumbrarse. Yo no puedo dormir solo en la cama. Si mi esposa se va a visitar a su esposa a 4, 5 dÃas, me cuesta dormir porque el espacio está vacÃo. Si yo estoy muy cansado y quiero ir a dormir, le digo a mi esposa, ya vente a acostar porque si no, no me puedo dormir. Está el amor, la costumbre, y luego me sale el Señor un que en el cielo, nada. No va a haber Tere. Sà va a haber Tere, pero no con Ramón. Pero, ¿saben hermanos? Que eso no nos debe de preocupar. Les voy a decir por qué. Porque la explicación para esto está en la respuesta que el Señor Jesucristo dice. Dice, serán como los ángeles. Necesitamos entender esto hermanos, que ningún placer terrenal se compara con los placeres celestiales. Amén. Por más hermosa que sea una relación aquÃ, por más vida hermosa haya habido aquÃ, lo que importa es la vida eterna. Estar en la presencia de Dios. Hermanos, el cielo es tan magnÃfico y tan maravilloso, que Tere no va a extrañar nada de esto. Ni Ramón, nada de Tere. Ni ustedes, nada de sus esposos, ni nada de sus esposas. Es que, hola hermana, ni me voy a recordar que estamos casados. No va a haber nada de eso hermanos. Lo que nos espera es tan glorioso, que nosotros simplemente tenemos una mirada como por espejo y espejo pañoso. Se recuerdan los espejos de plata que tenÃan antes, que los pulÃan para poder verse donde la imagen no era clara. Pero un dÃa vamos a ver en realidad lo que realmente es la esperanza de la vida eterna. Y cuando estemos en la presencia del Señor, seremos como los ángeles en el sentido de que no hay relación con el pecado, no hay enemistades, no hay espleitos. Estamos para servir, para adorar a Dios, para glorificarlo. Y eso será tan glorioso, que con todo nuestro celo recibiremos y nada de lo que habÃamos dejado en esta tierra tendrá sentido. Absolutamente nada. Nadie va a estar en el cielo y dice, qué bueno está aquÃ, pero cómo extraño mi Ferrari. Nada, nada en este mundo, o mi casa tan hermosa, o mis hijos tan bellos, o no sé, usted ponga, agréguenle lo que quiera, que considera que es de valor, es hermoso. Ah, mi joyerÃa de oro. Nada, absolutamente nada. Seremos como los ángeles, seremos como los ángeles. Los fariseos están engañados, los saduceos están engañados. Ellos amaban más la vida terrenal que la vida futura. No creÃan en la resurrección y deliberadamente no creÃan en ella. Entonces, vamos a ir por partes, me adelanté un poco, pero en el versÃculo, vean el versÃculo 25, el Señor Jesucristo, no hay matrimonio tras la resurrección. Este es un versÃculo difÃcil y ha causado muchas contenciones entre la gente. Dice, por ejemplo, algunos comentaristas dicen esto. Algunos han interpretado como que el cónyuge que una persona tiene cuando muere es el cónyuge que le quedará en el cielo. Entonces, ella serÃa el marido del último de los hermanos. Otros dicen esto. Esta interpretación, dice uno, esta interpretación es sin embargo llevada demasiado de este punto a algo que no tiene sentido. Algunos otros intérpretes han interpretado la referencia a los ángeles como en el cielo, como que los humanos pasarán todo su tiempo adorando a Dios y tendrán alas como los ángeles. No tendrán tiempo para relaciones terrenales. Otros interpretan que creen que la relación es puramente espiritual y que no hay ninguna clase de emoción. Otros comentaristas dicen que la resurrección no tiene razón de ser, hablando de los incrédulos, porque llevarÃa todas nuestras relaciones personales y serÃa un caos en el cielo. Pero ninguno de ellos tiene razón. ¿Por qué razón? Porque ignoran las Escrituras y el poder de Dios. Y el Señor Jesucristo siendo el exegeta a la perfección, no como Calvino. Calvino se dice que es el más grande de todos los exegetas, excepto del apóstol Pablo, pero Calvino tenÃa muchos errores en algunas interpretaciones. El exegeta por excelencia es el Señor Jesucristo, porque no habrá una sola palabra mal interpretada, no habrá una sola palabra mal aplicada, y Él nos da una muestra de la interpretación correcta de la palabra de Dios. Dice en el versÃculo número 26, pero respecto a que los muertos resucitan, ¿a quién va a probarles a ellos que los primeros cinco libros de la Biblia realmente hablan de la resurrección? Y les dice, ¿no habéis leÃdo en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza diciendo, yo soy el Dios de Abraham, noten que está hablando de alguien que está vivo, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Y el Señor confirma, dice, Dios no es Dios de muertos, o sea que ellos están vivos, sino Dios de vivos, asà que vosotros mucho erráis. En esos versÃculos 26 al 27, el Señor está llevando a los saduceos a una enseñanza profunda, lo está llevando a la escuela. Hay un dicho en inglés entre los jóvenes que cuando usted le corrige a un joven algo le dicen, me llevaste a la escuela. Aquà el Señor Jesucristo se los está llevando a la escuela y se los lleva a la escuela del éxodo 3.6 y les cita esta escritura y les dice, les lleva a la observación y dice el versÃculo aquÃ, dice el versÃculo mostrándoles el Señor, dice, vean lo que Dios dice, Dios mismo con su propia boca, de su propia palabra, está hablando de los patriarcas como vivos. Él es Dios de vivos. Los tres están vivos y Él es Dios de ellos. La resurrección existe. Entonces las últimas palabras de Jesús aquà a los saduceos reprenden su escasa o poca o nada comprensión de la Biblia. Y esto nos lleva a nosotros a entender algo, hermanos, que mientras más comprendamos de las escrituras, nuestro amor por Dios y nuestro deseo por estar en su presencia será mayor. El problema nuestro de quedarnos en esta vida y decir, es que mi casa, es que mi carro, es que mi esto, es que mi otro, es porque tenemos una visión corta del cielo. No entendemos lo que está en el cielo. Y Pablo nos da una interpretación correcta de esto. Dice él, estoy puesto en extremo. Quisiera estar en la presencia del Señor, pero por causa de ustedes, para servirles, para enseñarles, para amarlos, me quiero quedar acá. Me siento asÃ, como una mitad arriba y otra mitad abajo. Estoy partido a la mitad. Porque la visión, el amor de Pablo por los hermanos era tan grande que querÃa quedarse para servirles. Y el amor y el conocimiento de Pablo, por Dios, es tan grande que querÃa estar allá, ausente del cuerpo, presente con el Señor. Como decÃa el salmista, como dice el salmista, es mejor un dÃa en tu presencia que mil fuera de ellos. Hermanos, esto nos ayuda a nosotros no burlarnos de los pobres saduceos, que si da risa, me arriesga, pero nos debe a nosotros de mover, autoexaminarnos en esta mañana y decir, qué corta es mi visión del cielo de Dios. Qué poco sé. ConsÃgueme un libro de los atributos de Dios. ConsÃgueme un libro que habla de la vida, de la vida venidera. Pastor, recomiéndame un libro. Yo quiero leer, yo me quiero empapar de Dios. Quiero conocer las perfecciones de Dios para desear estar con Dios. Y no estar tan aferrado a esta vida. Tan aferrado al punto de que uno está acá y dice, caramba, ¿por qué tanto apego a estas cosas? Si al final, hermanos, todo el apetito por las cosas del mundo se termina. Absolutamente todo. Yo no tengo el estómago de cuando estaba joven, no me refiero al tamaño, sino a ganas de comer. Tampoco muchos de ustedes lo tienen asÃ. No me vean feo. Yo me refiero, hermanos, verdad que uno, yo salÃa a pasear, llegaba a la casa a las 10 de la noche, una cena increÃble y a dormir. Y dormÃa como un bebé toda la noche. Hoy me tomo una cena asà y no duermo toda la semana. El deseo por las cosas de este mundo se va acabando, va cesando. El cuerpo cada dÃa deja de desear, ya no tiene placer por las cosas como las tenÃa anteriormente. Todo se va acabando, todo mengua, todo cesa. Y lo único que nos queda en este mundo es el placer futuro de la vida eterna, hermanos. Entonces yo les animo a ustedes en esta mañana, como me exhorto a mà mismo, decir, yo quiero crecer, Señor, más en mi entendimiento de Ti. Quiero tener una ambición y deseo de irme al cielo. Amo a mi esposa con todo mi corazón, a mis hijos, los amo a ustedes, pero prefiero estar en el cielo. Y si en el cielo no hay ninguna relación, gloria a Dios, estamos felices en el cielo. Amén. Porque es mayor. Aquà el punto no es que pensemos, ya no voy a ver a mi esposa, ya no voy a ver a mi esposo. Ese no es el punto. Lo que el Señor quiere mostrarnos es que las delicias del cielo son tan infinitamente mayores que vamos a aparecer perros mordiendo un hueso. ¿Ha visto un perro clavado en un hueso y que lo muerde y lo muerde, y usted lo quiere distraer y no lo puede distraer? ¿Está tan clavado en el hueso que ya le salió sangre al hueso, pero es la sangre de la encÃa del perro, y ya cree que le está sacando sangre al hueso? Hermanos, perdón la ilustración tan fea, ¿no? Lo que quiero decir es que tanto será nuestro anhelo estar en el cielo, que nada nos importará de lo que llevábamos de esta tierra. Nada, absolutamente nada. Nada. Por eso nosotros debemos en esta mañana de pensar en lo que la Escritura dice y conformarnos a lo que la Palabra dice. El Señor aquà está buscando exhortar a estos hombres. Y en este versÃculo número 28, ya le cita la Escritura y se los interpreta correctamente. Y ahora en el versÃculo número 26, y ahora en el versÃculo número 27, vean cómo el Señor dice, Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Dios, si no creen en la resurrección, no verán a Dios. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Aquà y en la resurrección, y en la vida futura. Aquà está citando tres personajes del Antiguo Testamento, y los cita como vivos. Él es Dios de ellos. Y si nosotros habremos de querer que Dios sea nuestro Dios, tenemos que confiar en el Señor y creer en la doctrina de la resurrección. Ahora yendo a una nota de aplicación. Hay muchas personas que se rÃen del Evangelio, critiquen el Evangelio, critiquen lo que creemos, y la mejor manera de responderles a ellos no es ir con sus argumentos, es responder sus argumentos con la Palabra de Dios. Es el mejor argumento que existe. Y entrando a esto, a la doctrina de la apologética, a la defensa de la fe, hay dos tipos de apologética. Una que es la evidencialista. Por ejemplo, yo tengo un reloj aquÃ, y yo les digo, miren, este reloj, bueno, este reloj me lo regaló el hermano GarcÃa. Este reloj, hermanos, yo voy por la calle, y estoy viendo el suelo, y en el suelo no hay nada, pero de repente apareció. Nadie va a creer eso. Este reloj tiene un diseño, un diseñador, un diseño, y detrás un diseñador, y quién lo hizo, ¿no? Esa es una apologética evidencialista. Prueban pruebas evidenciales de que un diseño tiene un diseñador. Este mundo está diseñado y tiene un diseñador y un hacedor que es Dios. Y están buenas esas pruebas, pero no hay como las pruebas de la Escritura. Es la apologética fundamentada en la Escritura. Cristo nunca respondió con una apologética evidencial. Siempre citó las Escrituras. Siempre. Y eso es lo que nosotros debemos de responder siempre. Hay personas que llegan y dicen, mira, uno se muere y te sepultan, y eso es todo lo que es. Y uno tiene que citar la Escritura. Está establecido para el hombre que muera una sola vez, y después de esto, el juicio. Y si yo tengo razón, lo cual tengo razón porque esto es lo que dice la Escritura, y tú resucitas, te vas a juzgar Dios por la eternidad. Arrepiéntete. Créeme, el Señor Jesucristo es de librar del juicio venidero. Eso en las Escrituras. Hebreos 4.12 dice que la palabra de Dios es como una espada de doble filo. Es potente, es poderosa. Penetra a los lugares que nada puede penetrar. Penetra hasta lo más profundo del ser humano. Discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. En lo que yo estoy predicando, habrá palabras que los van a perseguir a ustedes si están resistiéndose a la palabra de Dios, pero no porque yo tengo poder persuasivo. Es la palabra de Dios que es penetrante. Cuando usted va a un doctor y que le van a hacer una cirugÃa, si usted ve que en el plato de los utensilios está un cuchillo de plástico y le van a abrir el pecho, ¿no se deja abrir el pecho con un cuchillo de plástico? DÃgale al doctor, ¿qué usted no ocupa un bisturÃ? La palabra de Dios es tan precisa que corta con tanta precisión como un bisturÃ. Y en las manos del Señor Jesucristo hemos visto que cortó con una perfección que sus enemigos quedaron avergonzados. Les probó que su problema es ignorar las Escrituras y el poder de Dios. Y de esa manera nosotros cuando, en primer lugar, nuestra atracción a Dios, a Jesús, debe de crecer, hermanos. Nuestra fascinación por Cristo debe de ser mayor. Nuestro amor por Él debe de ser mejor. Nuestra sumisión a Él debe de incrementar. Este es el propósito de la predicación de los Evangelios, que nuestro amor por Cristo crezca a tal punto que no queremos estar separados de Él. Amamos a Cristo. Deseamos a Cristo. Cristo es nuestro todo. Como Pablo dijo, para mà el vivir es Cristo y el morir es ganancia. ¿Por qué? Porque va a la presencia del Señor. Nosotros leemos asÃ, ¡ay qué emocionante! Y la pregunta es, ¿tú puedes decir lo mismo? TodavÃa no. Quisiera, pero todavÃa no. Y debe de haber esa libertad y esa libertad va a crecer en la medida que conozcamos a Cristo. Hermanos, cuando terminemos Marcos 16, ustedes no van a ser los mismos en su relación con Cristo. No van a, jamás volverán a ser los mismos. Su amor por Cristo va a incrementar y su obediencia a Cristo y su sumisión a Cristo aumentará porque sabrán que Él es el Hijo de Dios, quien tiene poder para enseñar con autoridad, para echar fuera demonios, para sanar a los enfermos, poder para perdonar pecados, poder para dominar la naturaleza, poder para responder a sus crÃticos, autoridad para hacer todo lo que Él quiere hacer porque Él es el Señor. Y su perspectiva y su amor y su visión por Cristo será mayor cada dÃa. No se pierdan ningún estudio del EspÃritu. No cometan la hora de decir, no, yo me lo leo en casa. Hermanos, créanme, no es lo mismo. Usted lo puede leer en casa, pero que estemos juntos, pensando, estudiando. Usted no solamente absorbe lo que yo estoy diciendo. Usted mismo está viendo. El EspÃritu de Dios lo está moviendo. Está pensando cosas. Oh, esto yo no lo habÃa visto. Ni siquiera lo dije, pero usted lo vio. Y hace una nota. Porque la dinámica de estudiar la Escritura juntos no la reemplaza ninguna otra. Ustedes saben que esto lo inventó Dios. Este es el invento de Dios. A Dios, al Señor le agradó salvar al mundo por la locura de la predicación. Al Señor le agradó edificar a los creyentes a través de los pastores maestros. O sea, esta es la dinámica de Dios. Esto no es el invento de una religión. Esto es lo que Dios ha dejado para nosotros, para que juntos crezcamos en el conocimiento y la gracia del Señor Jesucristo. Amén, hermanos? Gracias por esa manera, hermanos, con convicción. Me ayuda a predicar. No, gracias a todos ustedes, hermanos. Que el Señor nos ayude en esto, hermanos, a crecer en el conocimiento y en el amor de Él y en el conocimiento de la Escritura para responder a nuestros crÃticos. Amén? Vamos a dar, hermanos. Gracias, Señor, por la lectura de tu palabra. Gracias por el estudio de tu palabra. Ruego, Señor, que si alguna palabra que salió de mi boca o quizás las ilustraciones a veces que pueden venir a mi mente, como la del perro con el hueso, puede ser un poco áspera. Señor, Tú sabes que mi intención es dar una ilustración natural para que nos aferremos a las cosas de arriba. Y ayúdanos, Señor, ruego que esa intensidad y ese amor por Ti crezca y que nuestras almas añoren el cielo y no las cosas de esta tierra. Que añoremos estudiar las Escrituras para enseñarles a otros las Escrituras y para probar a nuestros crÃticos que están equivocados porque desconocen las Escrituras y el poder de Dios. Gracias, Padre, por este tiempo juntos. Ruego, Señor, que nos ayudes a crecer en nuestro amor hacia Ti, Señor Jesús. Ruego, Padre, que nos ayudes a crecer en nuestra sumisión hacia Ti. Que seamos hijos obedientes, que seamos creyentes que te desean, que te anhelan, que desean pasar tiempo en la comunión contigo a través de Tu Palabra, a través de la oración, a través de las reuniones que tenemos, y tanto en una forma individual como en una forma corporativa. Gracias, Padre, por este tiempo que nos permites juntos. Y ahora, Señor, rogamos que Tú bendigas el resto de nuestras actividades con las hermanas que se van a reunir para este baby shower que van a tener y luego inmediatamente el servicio con nuestros hermanos en mandarÃn, en inglés mandarÃn. Gracias, Padre, por Tu misericordia. En el nombre de Cristo Jesús oramos. Amén.