T02 E15 - La Inquilina updated (ready to publish)

Claudia moves into an old, large house with 6 bedrooms and 4 bathrooms to save money while attending university. She starts experiencing strange occurrences like feeling watched, strange dreams, and a putrid smell. She suspects her roommate, Amelia, of practicing witchcraft. One day, Claudia finds out that Amelia never existed and no one had ever occupied her room. Claudia is left questioning her sanity and is deeply affected by the experience. Aparición, energía residual, manifestaciones extrañas en un lugar con una historia oculta. No todo lo que ves es real. Hola que tal amigos, bienvenidos a otro episodio más del podcast Crónicas de lo Inexplicable. La historia que a continuación les contaré me la hice llegar una amiga del gimnasio. Me quedé en total shock cuando me la portó. Me pidieron no revelar los verdaderos nombres, ya que es una historia bastante fuerte. Quiero agradecer a mi amiga del gimnasio por haberme relatado esta impactante historia. A veces la realidad supera por mucho la ficción. Espero que la disfruten. Hola, me llamo Claudia. Estaba próxima a entrar a la universidad y no pude encontrar dormitorio en la misma institución. Cuando me moví a esa ciudad, una conocida de la familia me había dado alojamiento en su casa. Pero tenía que buscar donde vivir, pues en ese entonces no tenía auto. Tenía que usar transporte público y la escuela me quedaba bastante lejos. Era un ritmo muy pesado. Aparte tenía que trabajar tiempo parcial para mis gastos. Las rentas estaban muy caras cerca de la universidad. Entonces decidí buscar con quien compartir un departamento para así poder ahorrarme un dinero. Me encontré con uno que estaba prácticamente a 10 minutos caminando de donde estaba la universidad. Y decidí mudarme a él. Estaba tan emocionada, pues yo me había ganado una beca porque soy atleta velecista. Pero eso implicaba mudarme de mi ciudad. Dejé todo por perseguir mis sueños. Mi familia es de bajos recursos y no me podía pagar la carrera. Entonces para mí esto era un logro, estaba feliz. A mis escasos 18 años pensaba que tenía la vida resuelta. Bueno, eso era lo que yo pensaba. El apartamento donde yo me mudé era de hecho una casa muy antigua y muy grande. Tenía 6 recámaras y 4 baños. Eran 3 pisos. La habían acondicionado para que en cada piso hubiera 2 recámaras y un baño. La cocina estaba en el primer piso y no era muy grande. Y había que compartirla con las 6 personas que la habitaban. Así que nos turnábamos para cocinar. Y a mí me había tocado estar en la planta baja. Mi compañera de piso era una muchacha que parecía bastante reservada. Vamos a llamarle Amelia. Ella no hablaba mucho, pero me parecía buena persona. No estaba en la misma universidad que yo. Había comentado que estudiaba y trabajaba en India. Nunca fui fan de lo paranormal. Ni nunca me pasó nada inexplicable. Hasta ese entonces. Las primeras dos noches no dormí bien. Me estuve despertando toda la noche. Como tenía entrenamiento temprano, pensé que mi preocupación era mucha que de una u otra forma me afectó. Pero luego empezaron a pasar los días y yo sentía algo extraño en ese departamento. Había algo que en un principio no le di importancia. Un día me desperté a mitad de la noche y empecé a sentir una angustia. Algo muy extraño. Me sentía observada. Volteaba para todos lados. Nunca pude ver nada, pero sentía como que alguien estaba ahí. Traté de volver a dormirme y tuve unos sueños sumamente extraños. Sentí como que mi cuerpo flotaba y a la vez veía desde el techo de la recámara mi cama vacía. De repente abrí los ojos y me quedé pensando. No es nada, es un simple sueño. Otro día me vuelvo a despertar a mitad de la noche, pero esta vez pude percibir un olor a putrefacción. Era bastante penetrante que juraba que enseguida de mi cama había o un animal muerto o una carne en descomposición. Me levanté y trataba de investigar de dónde provenía ese olor. Cuando le hice el comentario a Amelia acerca de este olor y le dije que llamaría al dueño para que revisara, actuó de una forma muy extraña. Me dijo que no, que tal vez era alguna rata o algún animal muerto y que ella lo reportaría. Yo pensando que ese olor era de alguna calmería expuesta o algo así por el estilo, porque era un olor bastante penetrante. Y había días en que ese olor no era perceptible y luego de repente regresaba. Si hubiera sido un animal muerto, el olor siempre estaría. En un par de ocasiones le hice el comentario a Amelia. Oye, ¿ya le llamaste al dueño para que revisara? Y ella me decía que sí. Yo confiaba en que sí lo hacía. Lo raro es que nadie más lo notaba, pero pues como estábamos en el primer piso y había el cuarto de utilería donde estaba la lavadora y secadora, pues pensé que el olor provenía de ahí y era lógico que las chicas en los demás pisos no se percataran de ello. Un día estaba yo a punto de dormir. Y estando ya en la cama, estaba acostada de lado, dando la espalda a la puerta de mi recámara. Claramente sentí que algo o alguien se sentaba enseguida de mí. Cuando siento esto, pensé que sería Amelia. Abrí los ojos, volteé y no había nadie. No lo soné, estaba completamente despierta. Pude sentir como el colchón se hundía. Varios detalles pasaron que en su momento nunca me pasé por la mente que algo extraño estaba pasando en ese lugar. En varias ocasiones durante la noche, llegué a escuchar como que tocaban en la pared de mi recámara. Así, literal, como cuando tocas a una puerta. Me asomaba al pasillo y no era nadie. También en múltiples ocasiones, escuchaba ya estando a punto de quedarme dormida, como susurros a lo lejos, como que alguien hablaba en secreto. A esto obviamente no le di importancia. Como éramos varias personas viviendo ahí, pensaba que serían las muchachas. Un día llegué como a las ocho de la noche. Y recuerdo que no había nadie porque las muchachas se habían ido todo el fin de semana a un campamento. Me habían invitado, pero yo tenía entrenamiento y no pude ir. Así que ese día llegué y Amelia estaba haciendo algo en la cocina. Tenía una olla grande en la estufa y había un olor un poco peculiar, medio extraño. Cuando entré, ella me sorprendía y cuando le pregunté qué era ese olor, ella me dijo que estaba haciendo un té de una receta que le habían pasado porque tenía dolor de estómago. A mí no me parecía que fuera agua para té. Es más, no quiso ni me permitió siquiera asomarme a ver qué había en esa enorme olla que hervía. Apagó la estufa y metió la olla a su recámara. Eso se me hizo de lo más extraño. Después empecé a sospechar que algo hacía en su cuarto. Al principio no me percaté, pero me llegaba un olor como de algún incienso o alguna vela aromática. Era un olor, no sé, no lo puedo describir, diferente. Siempre se encerraba en su cuarto y era raro que las dos coincidiéramos en la cocina o en la sala. Es más, yo llegaba y o ella no estaba o estaba en su cuarto encerrada. Nunca la veíamos en la sala o en la cocina y es que era muy raro que las seis coincidiéramos. Cada quien llevaba su vida, tenían sus actividades. Muchas de las veces solo se escuchaba o la televisión o algún tipo de música. Y muchas otras veces un silencio total. Yo pensaba que no estaba en el apartamento. Sin embargo, de repente se escuchaba algún sonido que indicaba que alguien estaba en su recámara. Tenía unos comportamientos algo extraños. Era muy secretosa. Había algo que no me cuadraba. Había días que yo no la veía. Era como si no viviera ahí. Era muy solitaria y por lo general no salía. Varias veces llegué a invitarla a salir un fin de semana y siempre me decía que tenía cosas que hacer. También varias veces le llegué a tocar la puerta. Y como siempre estaba cerrada, yo no insistía, pero escuchaba que usaba el baño o que abrían la regadera, etc. Empecé a sospechar miles de cosas. La realidad era que yo seguía sintiendo algo extraño en ese apartamento. Algo no estaba bien. Varias veces sentí que me agarraban el cabello en la noche o algún tipo de sensación me sentía observada. Y podía escuchar como dentro de mi recámara rechinaba el piso, ya que este era de madera. Tal pareciera como si alguien se fuera acercando lentamente hacia mi cama. Y en un principio pensaba que era la misma casa. Como es tan antigua, no le daba importancia. Yo empecé a sospechar que Amelia hacía brujería o algo por el estilo. No sé, miles de cosas me pasaban por la mente. Llegué a pensar que quizá la casa, por ser muy vieja, muy antigua, tenía alguna historia que quizá era importante saber. Pero nunca, nunca me pude imaginar lo que realmente estaba pasando. Un día noté en ella un extraño semblante. Tenía como un color pálido. Me llamó demasiado la atención. Por un momento pensé que tal vez estaría enferma. Sin embargo, ella era demasiado cerrada, no externaba nada, no platicaba. Sin embargo, un día me dijo algo que me dejó bastante pensativa. Cuando le preguntaba qué tipo de trabajo hacía, qué le gustaba hacer, cuál era su diversión, cuáles eran sus gustos, ella no respondía. Dejé de insistir porque hasta pareciera que o no me escuchaba o estaba en su propio mundo. Sin embargo, en uno de esos días se limitó a contestarme. No me gusta la soledad. Traté de indagar si tenía familia, amigos o alguien, pero no pude encontrar nada. El día que me enteré de lo que realmente ocurría en ese lugar fue porque recibí una llamada telefónica. Y es que yo había tenido que viajar por cuestiones de un evento en el que participaría. Estuve fuera cuatro días y cuando estaba precisamente en el camión de regreso, me llaman para decirme que tenían que hacer una reparación en el apartamento que yo ocupaba. Pensé, dije, oh qué bien, hasta que van a arreglar el drenaje. Así lo pensé. ¿Cuál sería mi sorpresa que me doy cuenta al llegar que la reparación que estaban haciendo estaba precisamente en el cuarto que ocupaba Amelia? Y como yo tenía sospechas de que ella hacía algo, les pregunté que dónde estaba. En ese momento mi visión se tornó negra. Era como si me hubiera quedado ciega. Fue una impresión que hasta la fecha sólo recordar me afecta. No me dio un infarto porque Dios es grande al saber que no había existido ninguna persona viviendo en esa recámara. Nunca nadie la ocupó. ¿Quién era ella? ¿Por qué yo sólo la vi? Necesitaba respuestas y me sentía muy abrumada. Cuando me regresé a mi ciudad me afectó tanto que estuve deshabilitada por varios meses. No lo podía creer. Me cuestioné mi sanidad pues yo la vi y hablé múltiples ocasiones con ella. Sólo el simple hecho de saber que conviví con una persona que no estaba en este mundo me aterra. Y aunque nunca me sentía amenazada, no deja de ser espeluznante. Amigos, al parecer en ese lugar había muerto trágicamente una mujer joven. Estaba en sus dentes. Eso pasó en los años de 1950. Y era la nieta del original dueño que construyó esa casa. Y que con el pasar del tiempo fue pasando a diferentes dueños hasta llegarla a convertir en lo que es hoy. Y aunque Claudia estuvo escasamente poco más de un mes, fueron varias situaciones las que comenta haber vivido con ese espíritu. Con el pasar del tiempo ella se fue recuperando de tan escalofriante evento. Y luego se enteró que había habido más personas que la habían visto. Pero nunca, nunca se supo de nadie más que haya experimentado lo que Claudia vivió. ¿Qué les pareció el episodio del día de hoy? Si les gustó, favor de comentarlo o calificarme con 5 estrellas en las diferentes plataformas de podcast. Por favor compartanlo con sus amigos o conocidos que sepan les guste las historias paranormales o inexplicables. 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