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WHAT I WANT VS WHAT I NEED (PREDICADORA: QUEYDI ZAELKE)

WHAT I WANT VS WHAT I NEED (PREDICADORA: QUEYDI ZAELKE)

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The speaker begins by praying and asking God for guidance in delivering a message about the difference between wants and needs. They reference a Bible verse that warns against greed and emphasize the importance of distinguishing between what is necessary for survival and what simply improves quality of life. The speaker shares personal experiences of wanting to minimize material possessions and talks about the tendency to turn desires into perceived needs. They encourage listeners to consider whether something is truly necessary before making decisions and to prioritize needs over wants. The speaker also mentions their own struggle with addiction, particularly to shoes, and how they have learned to let go of unnecessary possessions. They conclude by reminding listeners that God can help them make wise decisions and overcome their desires. Vamos a dar el comienzo, pero vamos a orar, todos inclinando nuestro rostro, vamos a pedir al señor que sea él, hablando por medio de mí, yo sé que es el señor dándonos un consejo más, él siempre tiene mucha palabra para nosotros, tiene muchos consejos, pero vamos a pedirle para que este y todos los que vienen se puedan quedar grabados en nuestro corazón, dile ahí Padre Celestial, aquí estamos una vez más señor, para escuchar tu palabra señor, gracias porque todavía señor, no nos la quitan, todavía Padre Celestial tu palabra la podemos usar, todavía la podemos memorizar, todavía Padre Celestial la podemos hacer nuestra, todavía podemos Padre Celestial escucharla y hablarla Padre, todavía no es prohibido Padre, por eso señor sabemos de que un día va a haber comezón Padre de la palabra, comezón señor, pero ahora que tenemos la oportunidad Padre la vamos a aprovechar Padre, vamos a escuchar cada uno de tus consejos, cada uno de lo que tú quieres Padre, que hagamos señor esta obediencia Padre, todo lo que tú quieres señor, que pueda entrar a nuestra mente, que pueda entrar a nuestro corazón y que lo podamos hacer Padre, viva en nuestras vidas Padre, en el nombre poderoso de Jesús señor, oramos, amén y amén. El tema para hoy se llama What I Want vs. What I Need y esto creanme que va a ser algo que lo vamos a ver a diario, es algo que vamos a tener, ¿quién toma decisiones todos los días? Todos, ¿verdad? Es algo que va a pasar, tal vez un día vas a tomar decisiones más que otros, pero siempre vamos a estar tomando decisiones. Entonces, en la palabra del señor, leyendo Lucas doce quince, lo leemos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, dice, y luego dijo, este era Jesús hablando, tengan cuidado con toda clase de avaricia, la vida no se mide por cuánto tienen. Este verso nos hace saber de que el consejo que Jesús daba en este momento es, no se llenen de cosas vanas, no piensen en tantas cosas que no les van a hacer algo bien. La vida no se mide por lo que tenemos, sino por lo que hacemos y ese consejo yo me lo agarré tan bien para mí, porque muchas veces nos queremos llenar y llenar y es más de las cosas que queremos en vez de las cosas que necesitamos. Entonces, primero aprendamos la diferencia entre esas dos, porque hay mucha, mucha diferencia entre querer y la necesidad, ¿verdad? Lo voy a leer en inglés, dice, a need is something that is necessary to live and function. A want is something that can improve your quality of life. Using this criteria, a need includes food, clothing, shelter and medical care, while wants include everything else. Ahí hay una gran diferencia, ¿verdad? Cuando tenemos esas cosas extras en nuestra vida, siempre va a ser lo que queremos, pero cuando tenemos las cosas, o sea, lo poco, lo que es necesario, como la palabra lo dice, es lo que necesitamos. Y yo he estado en muchas etapas de mi vida cuando he querido minimalizar todo lo que he tenido de tanto que me he estado llenando de tantas cosas, que yo digo, hay un momento en el que llegas y dices, hay que hacer un cambio, porque muchas veces se vuelve como una obsesión, o hasta en una adicción, muchas cosas. Tal vez mi adicción no va a ser la misma tuya, tal vez la tuya no es la misma mía, pero siempre hay algo de lo que te obsesiona, si quieres, si quieres, si quieres más de eso, que te llenas de tanto esto, pero va a llegar un momento en el que tienes que parar. Y es ahí cuando ya te pones en simplicity mode, ¿verdad? Cuando ya quieres como todo más. Y a veces te llega este pensamiento de que entre menos es más, ¿verdad? Aún yo cuando estaba más joven era una de las que llenaba mi cuarto de posters y nunca había, ya no se me daba un pedazo de pared de tanto papel que le metía, de tanto poster que le ponía, y eran de tantas cosas, ¿verdad? De músicos, de actores, de actrices, de tantas cosas que a mí me gustaban. Y yo decía, ¿qué color pintamos este cuarto otra vez? Ya ni se miraba de tanta, esa era una de mis obsesiones back then. Pero cuando vas creciendo también ahí se van quitando esas cosas, esas mañas, esas cosas que tanto que tú anhelas y vas creciendo en tu juventud. Y yo decía, ¡ay no! Ahora, ¿verdad? Que estoy grande y yo digo, menos es más. Más elegancia, más, o sea, vas cambiando hasta tus gustos, ¿verdad? En pocas palabras, una necesidad es algo que es necesario para sobrevivir. Mira, vas a ir a la tienda y no sé si solo es a mí que me pasa, pero ¿verdad que a veces vas por una cosa en específico y sales con diez más? ¿O a veces toda la tienda la llevas? ¿O solo soy yo? Hasta lista llevamos. A veces dicen, no, me voy a enfocar solo en las cinco cosas que apunte aquí. Y llevas veinte siempre, o treinta. Pero, sí, en pocas palabras, cuando vayas a tomar una decisión, ya sea pequeña o bien importante, ponte a pensar en estas preguntas. Primero, ¿me va? ¿Voy a poder sobrevivir con esto? ¿Me está ayudando en algo? ¿O estoy agregando más a la colección? Tantas cosas que podemos preguntarnos en ese momento para parar, para frenarnos, porque una necesidad de verdad es algo que no puedes vivir sin eso. Y es algo que es necesario para sobrevivir. Y lo que quieres es un deseo nada más. Y es algo que tú puedes vivir sin eso, para que me vayan entendiendo. Entonces, muchas veces cuando hacemos de lo malo, ¿qué queremos? Que se haga una necesidad. ¿Verdad? Queremos algo, pero sabemos de qué es malo y decimos, lo voy a convertir en una necesidad para que así se vuelva una adicción. Y a veces decimos, no, no lo puedo dejar, no puedo vivir sin eso, me voy a morir si no lo tengo. ¿Verdad? Cuando son unas cosas malas, a veces lo volvemos. Tal vez no es una necesidad en ese momento, pero nosotros lo volvemos una necesidad para que en nuestra mente se vaya grabando de que es una necesidad y es por eso que no podemos soltar muchas veces, no podemos dejarlas ir. Pero no es una necesidad, lo hacemos así. Y es más, se inclina más en lo malo. Si me pones la balanza ahí. Hay muchos tipos de balanza y muchas veces no podemos medir. ¿Verdad? Siempre nos inclinamos más en lo que queremos, más en lo que necesitamos. Muchos, la mayoría, estamos así como esta. Le gana más, pesa más lo que queremos que lo que necesitamos. Y son pocas las personas que lo tienen even, que lo tienen parejo y que saben decidir y que saben cuando algo es necesario y cuando algo es un deseo. ¿Verdad? Y dicen, no, ya son alguien de carácter, son maduros y pueden tomar esa decisión y dicen, no, I got this, ya me puedo controlar, ya puedo dejar eso, no lo necesito ahora, lo voy a apartar. Y los que están bien, bien maduros, los que ya van creciendo y creciendo, they have their needs in front of the line, at front. Pero eso cambia, eso varía. Y yo no sé cómo está tu balanza ahorita, pero el Señor va a hacer de que esa necesidad sea Él y de que Él siempre pese más y de que Él siempre sea el centro y que sea tu prioridad y que ese sea el peso, que Jesús sea el peso y que esa balanza siempre vaya ganando in your needs instead of your wants. ¿Amén? Y algo que en lo que me costó, muchas cosas me han costado, ¿verdad? Desde que inicié este caminar, yo sé que a ti tal vez también te están costando muchas cosas por dejar, pero el Señor iba, en mí no trabajó del día a la mañana, no. Y yo me asombro cuando el Señor trabaja en unas personas como tipo microwave, cuando trabaja y se le mira el cambio gráfico, pero empezó y a la semana es otra persona. Y yo digo, wow, hubiera deseado que así hubiera trabajado el Señor conmigo, pero conmigo se tomó su tiempo. No sé por qué, tal vez venía con muchas cosas, venía con tantas capas y capas de cosas que yo tenía que ir soltando poco a poco. No sé si a ti te costó, pero aquí está el Señor para recordarte de que Él lo puede hacer. Solo es de que tú te lo permitas, solo es que tú lo dejes actuar en ti. ¿Amén, Nixon? ¿Amén? Entonces, les voy a confesar que de diez adicciones que tenía, una de ellas eran los zapatos. Ya saben las del coro, ¿verdad? Que de eso estábamos hablando esta semana. Y todo comenzó cuando empecé a trabajar en lo de belleza, ¿verdad? De consultora, después directora de belleza, y yo decía, es que yo tengo que andar bien para que pueda vender. Entonces, y yo solo usaba flash, usaba tenis, era una jovencita, y todas las que iban ahí eran como secretarias con su faldita, o sea, iban bien fashion. Y yo decía, bueno, de emo y de punk pasé a bien elegante, ¿verdad? Y yo decía, este es un gran cambio que lo tengo que hacer, pero era, yo estaba en mis 20, 22, 21, 22, y decía, bueno, este es un gran cambio para mí, pero lo hacía porque era mi trabajo, ¿verdad? Y desde ahí me iba llenando y llenando, no les voy a decir la cantidad de zapatos que tengo porque los voy a asustar, pero era aquello de que una necesidad que yo decía, cada semana, cada semana, y esto es algo moderado, un ejemplo moderado el que les voy a dar, lo de los zapatos, ¿verdad? Porque hay otras cosas que el señor fue removiendo poco a poco, pero si él pudo conmigo, créeme que va a poder contigo, ¿saben? Y yo decía, me van a servir, me van a servir todos, aunque solo tengo dos pies, me van a servir. Y a veces he regalado, he donado, cuando hay jar sale los pongo ahí para vender también, yo digo, no. ¿Y qué creen que pasa? Digo, ¿me despojo de cinco? Hay cinco espacios más para cinco nuevos zapatos. O regalo diez y digo, ya hay espacio ahí para diez. Y así vamos nosotros queriendo llenar, queriendo saciarnos de lo que más nos llama la atención, porque hay algo que a ti te llama mucho la atención, y dices, ah, como ya se me está acabando, tengo que agarrar más, ¿verdad? Pero pensemos, antes de entrar a la palabra del señor, estas preguntas, porque siempre te va a pasar, y eso que solo son en las decisiones de todos los días, pero el señor me decía, hay decisiones que ellos van a empezar a tomar, y son las más importantes de su vida, y también ahí tienen que poner la balanza. Pero cuando tú tengas esta cosa, o no sé en lo que tú vas a decidir, en tu mano, there's three things that you have to think about, and the first one is, do I really need this item to live and function? Siempre hace esa pregunta, ¿necesito esto para vivir? Is it possible to fill this need in a less expensive way? Porque muchas veces hasta nos vamos, a veces gastamos más de lo que ganamos, ¿verdad? Y nos vamos y decimos, o hacemos gastar a nuestros papás si es que nos trabaja, ¿verdad? Le dices, esto quiero, esto anhelo, y los hacemos gastar a ellos muchas veces. Y la otra, how would my life be different if this item were not a part of it? ¿Cómo sería diferente mi vida si no tuviera esto? Que siempre te hagas esas preguntas, no solo en las cosas, sino que en todo lo que, en tu carrera, en tu matrimonio, y es a eso a lo que yo quiero entrar. Porque mira, si nos ponemos a pensar en un niño de cuatro a siete años de edad, es cuando se le forma el carácter. Un niño ya se sabe cómo va a ser en esa edad, de cuatro a siete años, y si tú ya lo miras, berrinchudo, y si tú ya lo miras de que no es aplicado o que no hace las tareas y que solo quiere jugar en pie, bueno, uno como madre, ¿verdad? O como hermano, si tú tienes hermanos pequeños, desde ahorita ve analizando su carácter o sus acciones, ¿verdad? Porque es en esa edad en que se le va formando el carácter, apenas. Pero como adolescentes, ahí es cuando ya empiezas a tomar las decisiones de qué quiero hacer con mi vida, qué quiero estudiar, de qué voy a vivir, de qué voy a hacer, cómo voy a hacer dinero, y las otras más importantes es como quién va a ser mi pareja, con quién voy a vivir el resto de mi vida. ¿Verdad que no es una decisión fácil? Porque no es para el momento. Peor si estamos en los caminos del Señor, es algo para toda la vida. Y yo le decía al Señor, bueno, cuando yo decidí por mi pareja, you weren't here, I didn't ask for permission, lo hice alone, I did it on my own, lo hice sola, no tenía el consejo de mi mamá, no tenía, porque ella no estaba, mis hermanas ni sabían que estaba enamorada, o sea, no había nadie, todo, I did it on my own. Y decíaba tanto ahora, que alguien me hubiera aconsejado así como hoy, alguien que me hubiera dicho, piénsalo bien, no decidas solo con los ojos, no decidas tampoco solo con el corazón, y no decidas solo con la mente tampoco, usa las tres. Usa bien los ojos, porque te tienen que usar. Usa el corazón, porque lo tienes que amar. Y usa la mente, porque decirle al Señor, is this what I need, or is this what I want. Porque me va a afectar, o sea, es una decisión que es hasta la muerte, decimos, cuando estamos ahí parados. Y a muchos les ha afectado, a muchos les ha afectado. Y le decía al Señor, bueno, desde ahora en adelante tú vas a decidir todo por mí, porque I've done it really bad. Yo he tomado las peores decisiones sin ti, sin mi mamá, sin mi familia, lo he hecho todo sola, y tal vez por eso, porque no te tenía a ti, es que todo ha ido para abajo. Ese es tu día, ese es tu momento para que tú puedas tomar esas decisiones con el Señor. Todo lo que vamos a hacer de ahora en adelante, que sea Él decidiendo por ti, si es que tú no puedes, pero si tú ya tienes bien, ya estás seguro de lo que quieres con tu vida, si ya estás seguro de la persona con la que, bueno, ahorita no sé el tiempo, pero cuando venga ese tiempo que tú digas, no, ahora sí lo voy a pensar bien, voy a aprender de los errores de los demás, de los fracasos de los demás, para que ya no me pase a mí. Y en la carrera, el Señor me ponía esta palabra en Lucas 12, del 15 al 21. Dice, y luego dijo, es con el verso con que comenzamos, pero lo vamos a continuar, dice, tengan cuidado con toda clase de avaricia, la vida no se mide por cuánto tienen. Luego les contó una historia. Un hombre rico tenía un campo fértil que producía buenas cosechas. Se dijo a sí mismo, ¿qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas. Entonces pensó, oh, ya sé, tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y todos mis bienes. Luego me pondré cómodo y me diré a sí mismo, amigo mío, tienes almacenado para muchos años, relájate, come y bebe y diviértete. Pero Dios le dijo, necio, vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado? Así es, el que almacena riquezas terrenales, pero no es rico en su relación con Dios, es un necio. Entonces vemos ahí en esta persona cómo estaba cumpliendo sus deseos, pero estaba olvidando a Dios. Nunca lo incluyó en esos bienes, nunca lo incluyó aún en la decisión que estaba tomando de destruir lo poco que ya tenía para hacer cosas grandes. Ya lo que tenía ya le estaba funcionando, lo poco que tenía ya le estaba dando de comer, pero no, la avaricia, por eso es que el Señor comenzaba con eso, ¿verdad? Entre más queremos, entre más queremos llenarnos, nos agrandamos de cosas, pero mira lo que le llegó, le llegó la muerte, porque nunca incluyó al Señor, porque nunca pensó para nadie más, solo para Él mismo. Y el Señor le dijo, en vez de preocuparte en esas cosas, preocúpate por la relación conmigo, porque me has abandonado, porque ya no me buscas, ya no te recuerdas de mí. ¿Necesitaba todo eso esta persona? No. Lo que era necesario para él era trabajar en su relación con Dios, así como todos los que estamos aquí. ¿Verdad? Queremos tantas cosas, pero muchas veces nos olvidamos de Dios. Y el Señor nos dice en esta noche, está bien, haz tus planes, está bien, puedes tener deseos, sueños, metas, puedes tener todas esas cosas, pero si no me quitas a mí, entonces te irá bien. Otro personaje del que me llamó mucho la atención fue Salomón, y nos vamos a ir a segunda de Crónicas 1-10. Y sabemos que en ese momento fue cuando el Señor le puso a decidir, ¿verdad? Él ya le dijo, esta era la respuesta cuando se le puso en la balanza a decidir. Y él dijo, este era Salomón, y él dijo, dame ahora sabiduría y conocimiento para que pueda salir y entrar delante de este pueblo, porque ¿quién podrá juzgar a este pueblo tuyo tan grande? Cuando se te da una posición grande o importante, empezamos a pensar en, ay, ¿cuánto me van a pagar? ¿Verdad? ¿Cuáles van a ser los beneficios? No sé los que trabajan aquí o los presidentes, más los corruptos, ¿verdad? Es que no ha habido un presidente que ha hecho todo bien, pero los presidentes me imagino que desde que van ahí a, ¿cómo se dice? Pueden ser parte de, ¿verdad? Que ni los han escogido todavía, pero ni los han elegido ni han votado por ellos y ya están pensando en todo lo que van a agarrarse para ellos. Y solo son el yo, yo, yo, yo, ¿verdad? A excepción de Bukele. Pero cuando te dan algo importante, lo primero que vas a pensar es en cómo vas a salir tú, qué vas a salir ganando tú, cómo te vas a beneficiar de todas esas cosas, ¿verdad? Difícilmente vas a pensar en alguien más, al menos de que tengas una familia o hijos, pero siempre es para ti, ti, ti, ¿verdad? Para yo, yo, me, myself and I. Siempre va a ser esto the first thought, ¿verdad? Pero lo que me agradó de Salomón, como leíamos, es que dice, ¿cómo voy a hacer para guiar o gobernar todo un pueblo, el pueblo de Dios? O sea, que él se estaba preocupando por cómo le iba a hacer, se estaba preocupando, perdón, por otras personas antes que a él, ni le estaba importando de que lo estaban llamando como un rey, que lo estaban dando toda esa autoridad. ¿Qué quieres, le dijo el Señor, qué quieres, qué necesitas? Sabiduría y conocimiento. Y sigue diciendo el once, y dijo Dios a Salomón, después de escuchar esa respuesta, tan buena, le dijo, por cuanto esto estaba en tu corazón, y no has pedido riquezas, ni bienes, ni gloria, ni la vida de los que te odian, ni aún has pedido larga vida, sino que has pedido para ti sabiduría y conocimiento, para poder gobernar a mi pueblo sobre el cual te he hecho rey, sabiduría y conocimiento te han sido concedidos. Y te daré riquezas, y bienes, y gloria, tales como no las tuvieron ninguno de los reyes que fueron antes de ti, ni los que vendrán después de ti. Qué bonito, ¿verdad? Cuando nos inclinamos más en lo que necesitamos, cuando escogemos para alguien más, cuando we worry about someone else antes que nosotros mismos. ¿Has puesto tú a alguien before you, before yourself? ¿Le has dado, tal vez, la comida cuando tenías tanta hambre, pero a alguien hambriento, tal vez, y se la diste? ¿Algo mínimo, pero has hecho algo así? Entonces, cuando hacemos solo lo que nos gusta, solo lo que queremos, empezamos a pensar, o sea, estamos muertos en pecados. Pero lo que me gustó de este salomón es que miró más allá. Él quería esa sabiduría, ese conocimiento, se preocupó por el pueblo de Dios. No era ni siquiera para él este pueblo, no era de él. Sabía de que era de su dueño, de la persona que lo puso a escoger. Sabía también de que si él escogía esas cosas, sabía que su dueño era el dueño de la plata, del oro, de todo. Y de que cuando él tal vez iba a necesitar eso, él podía pedir y él solo iba a dar. Pero dijo, I'm just going to get what I need right now, and I know that he's going to help me later if I ever need anything. Pero el señor en ese me gusta también cómo ve, porque algunas personas obtienen las cosas right away, y a otras el señor como que les toma su tiempo y como que los hace esperar. Pero en esta historia me encantó porque como que tocó el corazón del señor cuando vio lo que él decidió, lo que él escogió, y dijo, escogió algo bueno, escogió algo para mí, para mi pueblo, para gobernar con sabiduría, con inteligencia. Okay, escogió bien, pues también le voy a dar lo que no me pidió, ni estaba pensando en eso, porque ya sabemos que el señor escudriña lo más profundo del corazón, a él no se le puede escapar nada. Y que le dijo, vi tu corazón, conozco tu corazón. Cuando estamos delante del señor, ¿cómo vamos? ¿Con qué intención le pedimos las cosas? En su palabra él nos dice, piden, pero piden mal. Piden para sus propios deseos, piden para sus propias, yeah, desires. Y dice, por eso es que muchas veces no recibimos esas cosas porque no estamos pidiendo para la obra. A veces podemos decir, ay, pero yo no quiero orar, but I know I have to, it's a need, necesito, necesito llegar ahí a este lugar, necesito una cita con mi señor, pero no quiero. O a veces decimos, ay, necesito ayunar, pero me gana el hambre. Y estamos, ¿verdad?, con esa balanza y siempre lo que queremos nos gana. Y son cosas que son necesarias para un cristiano, es lo que nos va a mantener activos, nos va a mantener despiertos. Es algo que alimenta nuestro espíritu, que alimenta nuestro interior, ¿verdad? Y el mejor ejemplo, como siempre, y siempre los vamos a traer a Jesús, porque él fue el mejor ejemplo en todo, en cada historia, lo podemos poner en cada prédica porque él siempre, siempre, hizo algo por nosotros y para nosotros. Y cuando él iba a entregarse, que él ya iba a dar toda su vida, ¿creen que esa fue una decisión fácil? Imagínate que te digan, vas a morir, tienes que dar tu vida, y no va a ser algo fácil de un disparo, sino te van a latigar, te van a clavar, vas a desangrar, va a ser una muerte bien exposed. O sea, you're going to be enfrente de todos, no va a ser una muerte así de que te degollan y te esconden, no, va a ser algo que todo el mundo te va a ver. Y yo, en mi mente humana, no está escrito aquí en la palabra, pero yo digo, si él estuvo en persona, en carne, humanamente, así como nosotros, no pudo haber sido una decisión fácil. Me imagino que en su mente decía, voy a morir, y lo peor que por un montón de pecadores. No sé, ¿verdad?, lo que le pasó en la mente a Jesús, pero no era lo que él quería, pero sí era lo que él necesitaba hacer, lo que el Padre le pidió y le mandó hacer. Tal vez no era lo que quería, como les digo, pero sí necesitaba morir por cada uno de nosotros. Imagínense a Jesús diciendo, quiero morir por todos ellos. Nunca, ¿verdad?, que se ha encontrado esto escrito acá. No se ha encontrado acá. Pero hace más sentido el haber dicho, necesito morir por Dairis, necesito morir por David, necesito morir por Anthony, necesito, porque solo soy yo, una persona, y una persona cubre a muchas. Una persona va a dar vida eterna a un mundo entero, entonces sí. Yo sé que me va a doler. Entonces el Señor dijo, yo soy el sacrificio perfecto, y si mi Padre me mandó, por eso es que cuando estaba ahí, mejor que se haga tu voluntad, Señor, mejor que se haga la tuya y no la mía, porque yo ahorita me bajo de esta cruz. Y nos dio ese regalo, esa vida entera, vino a salvarnos a cada uno de nosotros. Y entonces el Señor, ¿qué pasó? Dios vio esa obediencia. Y claro, así como le pasó a Salomón, también dijo, es mi hijo, él le está dando su vida, claro que voy a responder, claro que le voy a dar algo a él también. ¿Y qué pasó? Al tercer día lo resucitó, al tercer día le dio la vida otra vez, no lo iba a dejar ahí muerto, no lo iba a dejar ahí muerto. Y ahora es que podemos adorarle, podemos alabarle porque él vive, él está vivo, y muchas veces las decisiones que harás no te van a gustar. Solo acuérdate de Jesús cuando estaba ahí decidiendo por cada uno de nosotros, no te van a gustar, van a ser difíciles y te van a costar la vida como a Jesús. Pero si era lo que necesitabas, entonces sí te traerá recompensas. Y a algunos se les tardará, como decía antes, Dios, cuando tomes esas decisiones, tal vez se va a tardar en contestarte, pero a muchos se los va a dar right away. A Jesús solo se tardó tres días. No sabemos el tiempo en que se va a tardar en contestarte o en darte esa recompensa conforme a lo que tú decidiste, pero si es para él, si es para su hora, créeme que va a haber efecto, créeme que va a haber un fruto, ¿verdad? Ahora, con las decisiones personales, ahí es cuando él te dice, Tienes que pensarlo muy bien, tienes que pensarlo, tienes que verlo, tienes que sentirlo, tienes que preguntarme a mí. Pregúntame a mí de ahora en adelante para que no tengas fracasos. Pregúntame a mí de ahora en adelante qué es lo que necesitas. Todos necesitamos de él. Porque entonces créanme que voy a estar segura, voy a estar felicitando, voy a estar ahí en sus bodas, voy a estar ahí en sus graduaciones, voy a estar ahí en todos sus logros. Vamos a estar ahí nosotros felicitándolos por todas esas buenas decisiones porque Dios va a estar ahí cuando las tomes. Dios va a estar ahí. Y te vamos a decir sí. Y si nosotros lo aprobamos es porque Dios lo ha aprobado antes que nosotros. Siempre pide por aprobación. Ponte de pie ahí donde estás. Este tema tal vez tenía una segunda parte porque es bien extenso, pero ahí lo vamos a dejar, pero le vamos a decir al Señor que de ahora en adelante vamos a tomar mejores decisiones y vamos a dejar que Él las tome por nosotros. Antes de hacer el llamado vamos a cantar una canción que nos están preparando ahí, así que pongámonos de pie. Leamos esta letra. Tal vez no te la sepas, pero aquí va a estar la letra, no está la letra. Pero entonces escúchala, cántala, medita en ella y después vamos a tener un momento con Jesús. Vamos a tener un momento con el Padre. Y habla de que Jesús tiene que ser una necesidad en nuestras vidas. Y le vamos a decir ven.

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