Salmo 49

The transcription is a psalm that advises people not to trust in their wealth or material possessions. It emphasizes that everyone, regardless of their social status, will eventually die and leave their riches behind. The psalmist encourages the listener not to fear when others become wealthy, as their wealth will not accompany them in death. Instead, they should focus on living a righteous life and trusting in God, who will redeem their soul from the power of the grave. The psalm concludes by stating that those who live in wealth but lack understanding are no different from perishable animals. Salmo cuarenta y nueve, para el director de canto, de los hijos de Korah, Salmo. Oíd esto, pueblos todos, escuchad, todos los habitantes del mundo, así los de humilde como los de encumbrada condición, el rico y el pobre juntamente. Pues mi boca hablará sabiduría, y la meditación de mi corazón será de inteligencia. Inclino mi oído al proverbio, haré patente con la cítara mi problema. ¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis acechadores me cercaren? Los que confían en su fortuna y de sus grandes riquezas se jactan, ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su propio rescate. Porque la redención de su alma es costosa, y no se logrará que viva en adelante para siempre y no vea jamás la sepultura. Pues se ve, los sabios mueren, el insensato y el necio perecen del mismo modo, y dejan a otros sus riquezas. Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas, sus habitaciones hasta la postrera generación, llaman sus tierras de los nombres de ellos. Pero el hombre no permanecerá en su opulencia, es semejante a las bestias que perecen. Este es el destino de quien confía en su riqueza. Con todo, siguen sus descendientes en el mismo camino. Como manada de ovejas son puestos al sepulcro, la muerte los pastorea, pero los rectos tendrán el dominio sobre ellos por la mañana, y su forma, arrebatada de su morada, será para consumirse en la sepultura. Pero Dios redimirá mi alma del poder de la sepultura, porque me tomará él consigo. No temas, pues, cuando un hombre se enriquece, cuando ahuenda la gloria de su casa, porque en su muerte nada llevará consigo, ni su gloria descenderá en pos de él. Porque se jactará con su vida dichosa, y te alabarán aún cuando te tratares bien. Sin embargo, éste entrará a la generación de sus padres, y ellos para siempre no verán la luz. El hombre que vive en riqueza y no entiende, semejante es a las bestias que perecen.