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Predicación - La Belleza Que No Tiene Comparación - 28Ene2024 No. 122

Predicación - La Belleza Que No Tiene Comparación - 28Ene2024 No. 122

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The speaker begins by asking the audience to open their Bibles and raises the importance of having a Bible with them. They then proceed to read from Psalm 1, emphasizing the joy and prosperity that comes from delighting in the law of the Lord. The speaker encourages the audience to avoid the counsel of the wicked and instead find delight in God's word. They mention the negative consequences of being influenced by sinners who do not repent. The speaker then leads a prayer, asking for the Lord's help in finding delight in His word. The topic transitions to discussing counterfeit products and how they are inferior to the original. The speaker compares this to Satan's strategy of falsifying the glory, grace, and truth of God to distract humans from seeking Him. They emphasize that true glory, grace, and truth can only be found in God and His Son, Jesus. The speaker reads from John 1, highlighting that Jesus is the embodiment of God's glory, grace, and truth. They explain that through Vamos a abrir nuestras Biblias, por favor, abran sus Biblias. Bueno, los voy a poner en evidencia. Levanten la mano los que trajeron Biblia. Muy bien. ¿Cómo? Ah, pero se la llevaron, se la llevaron. ¿Quién más trajo Biblia? ¿Quién más trajo Biblia? Muy bien. ¿Se valen los celulares? ¿Se valen los celulares? ¿Se valen los celulares? Ah, bueno. OK, listo. Muy bien. ¿Qué hacemos lo mismo que hacen los chicos abajo? ¿Puntuar, dar puntos para los que traigan Biblia? Muy bien. Listo. Les invito, por favor, a buscar el Salmo número uno. Salmos número uno. Salmos número uno. Versículos uno al tres. Salmos. Salmos capítulo uno. Versículos uno al tres. Dice este Salmo, dice, ¿Qué alegría para los que no siguen el consejo de malos? ¿Qué alegría para los que no siguen el consejo de malos? No se juntan con pecadores y se juntan con burlones. O con gente que solamente piensa en el placer y la alegría y la juerga. Sino que se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche. ¿Por qué? Porque son alegres. Porque son como árboles plantados a la orilla de un río que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan y prosperan en todo lo que hacen. Prosperan en todo lo que hacen. ¿A ustedes les gustaría ser como esta descripción? ¿Ser como un árbol frondoso que no importa si hay sequía? Si no importa el clima, siempre está dando fruto. Siempre está bello. Siempre está listo para dar sombra. Que crece, que sus hojas nunca se marchitan por más de que el tiempo pase. ¿Les gustaría ser prosperados en todo? ¿Qué hay que hacer? Según este salmo, ¿qué hay que hacer para tener esto? No escuchar consejo de malos, ni andar con pecadores. Obviamente todos somos pecadores, ¿verdad? Pero hay pecadores que no se arrepienten. Pero hay pecadores que no se arrepienten. Hay pecadores que disfrutan su pecado y que están de cabeza en el pecado y lo disfrutan. Y no quieren salir de ahí. Es de esos pecadores los que deberíamos cuidarnos. ¿Y qué dice? Y más bien se deleitan en el Señor. En la ley del Señor. Miren, yo creo que... Adultos, ¿cuántos de ustedes hubiesen querido escuchar algo como esto en la época de su juventud? Levántela más. ¿Por qué? ¿Porque será que hoy estamos cosechando algo de lo que hicimos en nuestro tiempo de juventud? ¿Cuando andábamos con pecadores y andábamos en consejo de malos? Sí. ¿Qué hay que hacer? Deleitarnos en la ley del Señor. Deleitarnos en la palabra de Dios. Deleitarnos en el Señor. Así que yo quiero animarles a que esta mañana le pidamos al Señor, Señor, Señor, ayúdame a deleitarme en tu palabra. Ayúdame a deleitarme en tu palabra. Ayúdame. Tengamos un tiempo de oración personal. Papá, gracias por esta mañana. Gracias porque has dispuesto tu iglesia. Tu iglesia es una congregación de hijos tuyos. Pero además, un lugar donde nos podemos reunir como iglesia para deleitarnos en tu palabra. Y en ti. Es en ti en quien nos deleitamos. Señor, gracias por tu... por tu palabra. Porque ella nos guía, ella nos muestra el camino de la verdad. Ella nos muestra ese camino por el que podemos andar con libertad. Disfrutando las cosas hermosas que tú hiciste. Disfrutando todo lo que nos das. Porque todo lo que nos das es para que lo disfrutemos. No para que nos sintamos con culpa. No para que nos sintamos avergonzados. No para que nos sintamos mal. No para que nos sintamos con culpa. No para que nos sintamos avergonzados. Es para que lo disfrutemos. Para que lo compartamos. Para que seamos de bendición para otros. Y todo eso es un espectro muy amplio en el que yo me puedo mover como hijo tuyo. Sabiendo que todo ese espacio, todo ese espectro en el que yo me puedo mover va a ser bueno para mí. Va a ser muy bueno para mí. Los límites que tú has establecido no son que quieran amargarnos la vida. Son porque si los transgredemos nos van a hacer daño a nosotros mismos. Van a hacer mal para nosotros. El mundo nos dice que no. El mundo nos dice que no. Que no debemos atender a los límites. Que no hay nada de malo en transgredernos. Pero sí, sí lo hay. Tal vez no lo veamos hoy. Tal vez lo veamos más adelante. Por favor, yo te pido que tú nos des deleite en tu palabra. Amén. Yo no sé, el sonido yo lo siento como regular. ¿Está bien o está? ¿Está bien? Como que se está cortando. Bueno, probemos y no intento con el micro. Listo, muy bien. Gracias por estar acá. Y vamos entonces arrancando. Y les invito a buscar en sus Biblias, por favor, Juan capítulo 1. El Evangelio de Juan capítulo 1. Versos del 14 al 18, ¿ok? Antes de que arranquemos, yo quiero hacerles una pregunta. Y es, ¿ustedes han comprado alguna vez algún producto pirata? ¿Algún producto falsificado? ¿Algo que no es el original, pero se parece al original? ¿Imitación? ¿Y puede funcionar? ¿Alguna vez han comprado algo así? ¿Qué? ¿Qué han comprado? ¿Qué han comprado así? ¿Zapatos? ¿Tenis? ¿Pero cuáles zapatos? Estamos hablando de cualquier zapato, ¿verdad? Yo creo que sí, porque uno puede ir a Springsteep. Bueno, que allá también es caro, pero Springsteep. O al centro y comprar así unos zapatos útiles. Zapatos que pueden funcionar. Pero, ¿qué zapatos han comprado imitados? ¿De imitación? Nike. Sí, yo no sé por qué Nike es tan caro, hija. Uy, Dios mío, pero es que Nike es muy caro, ¿no? Oiga, ¿pero es que se pasan? Bueno, listo. Nike. ¿Qué más? ¿Qué otros zapatos han comprado? ¿Imitación? ¿Alguno no ha comprado unos Jordan imitación? ¿No? Ah. ¿Sí? ¿Sí? ¿No? ¿Sí? Ah, bueno. ¿Qué más han comprado de imitación? ¿Qué más? Por ahí. ¿Tecnología? ¿Tecnología? ¿Relojes? Ah, sí. Muy bien. ¿Los Apple Watch? ¿Los Apple Watch? Que, ay, tengo mi Apple Watch. ¿Dónde lo compró? En San Andrés. ¿Cuánto le costó? Eh, imitación triple A. Imitación triple A. OK. ¿Relojes qué más? ¿Qué más? ¿Libros imitación? Ah. OK. ¿Libros imitación? Sí. Por favor, no compre una biblia pirata. ¿Qué más han comprado? ¿Qué más han comprado? A ver, a ver, a ver. Bolsos. Perfumes. ¿Perfumes? ¿No? Perfumes también, ¿verdad? OK. Cosas caras, ¿no? Cosas que en su original, en su versión original, son cosas muy costosas, ¿verdad? Cosas de más de un millón de pesos. Porque hablamos de zapatos que pueden costar más de un millón de pesos. Hablamos de relojes que pueden costar más de dos millones de pesos. Hablamos de perfumes que pueden costar más de quinientos mil pesos. Cosas caras que uno quiere tener, pero pues, que uno a veces no tiene todo el presupuesto para comprar las originales. ¿Cierto? Listo. Pero, pregunta. ¿El original, o más bien, lo pirata, es igual al original? Siempre tiene algo diferente. Algo. Así sea mínimo. Mínimo, ¿verdad? Lo importante es esconder eso. Que no se vea lo mínimo, pero que parezca original, ¿verdad? O sea, está bien. Listo, listo. Al final nadie sabe dónde lo compré. Yo puedo andar con mi Apple Watch y nadie sabe dónde lo compré. Entonces no hay problema. Va a parecer original, pero no es original. No es exactamente igual, ¿verdad? ¿Por qué? Porque los productos más piratas, los productos piratas, o la lógica de los productos piratas, es identificarse como los originales, pero en su esencia ser muy inferiores al original, ¿verdad? ¿Para qué? Para algo más económico, más accesible. Muy bien. Ahora, ¿por qué hablo de esto? No les voy a vender nada. ¿Por qué hablo de esto? Lo hago porque la falsificación, ojo, la falsificación, es una de las estrategias más exitosas de Satanás para desviarnos de Dios. Si hay una estrategia que le ha funcionado toda la historia a Satanás para distraer al ser humano, para desenfocarlo de Dios, es la falsificación. Es falsificar lo que Dios nos puede dar con algo que se parece, pero que no es igual a lo que Dios nos puede dar. De ahí, que Satanás está muy interesado en falsificar la gloria de Dios, la gracia de Dios y la verdad de Dios. Esas tres cosas, la gloria de Dios, la gracia de Dios, la verdad de Dios, proveyéndonos cosas, experiencias o ideas que parecen ofrecernos la misma gloria, gracia y verdad de Dios, pero que en esencia no se comparan en nada, nada, nada con la gloria, gracia y verdad de Dios. De ahí, que sea tan pertinente lo que Juan testifica acerca de Jesús en su prólogo, en su primer capítulo, sobre la vida de Jesús, ¿por qué? Porque necesitamos comprender que la verdadera gloria, la verdadera gracia, la verdad se hallan solamente en Dios y en su Hijo Jesús. No hay más. Todo lo demás es una copia pirata, falsificada, hecha por Satanás. Entonces, pensando en esto, quiero animar a ustedes en sus Biblias, capítulo 1 de Juan, versos 14 al 18, y vamos a leer. Dice, Y aquel verbo, hablando de Jesús, fue hecho carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, dice Juan, vimos su gloria, gloria como el unigénito del Padre, lleno de gracia y lleno de verdad. Juan dio testimonio de él, hablando de Juan el Bautista, Juan el Bautista dio testimonio de él y clamó diciendo, Este es de quien yo decía, y que viene después de mí es antes de mí, porque era primero que yo, porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia hemos tomado. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Ojo con este pasaje, pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás, el unigénito Hijo que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer. La idea principal de este pasaje, queridos amigos, es que Dios, Jesús, es Dios, se hizo hombre, primero, y que los hombres vimos la gloria de Jesús, recibimos su gracia y su verdad, y que por medio de Jesús conocemos a Dios, entendemos quién es Dios, porque ¿alguien ha podido ver a Dios? Díganme, ¿alguien en la historia del mundo ha podido ver a Dios? Díganme, ¿sí o no? ¿Dios tiene cuerpo? ¿Dios es un ser material? No, Dios es un ser espiritual, y vemos a Dios y conocemos a Dios cuando entendemos quién es Jesús, cuando conocemos quién es Jesús, ¿ok? De ahí que nuestro propósito esta mañana es que comprendamos la verdadera gloria, gracia y verdad que necesitamos, y que se haya únicamente en Dios y en su Hijo, para que no nos dejemos deslumbrar por glorias baratas, por gracias baratas, por verdades baratas, y que simplemente conozcamos la verdad de Dios. Y Juan, quien tiene plena autoridad para hablarnos acerca de Jesús, ¿por qué? ¿Porque Juan qué fue? ¿Juan qué fue Jesús? Un apóstol de Jesús. ¿Juan vio a Jesús? ¿Juan escuchó a Jesús? ¿Juan compartió su vida con Jesús? Juan tiene toda la autoridad para hablarnos acerca de Jesús, ¿verdad? ¿Por qué? Porque anduvo con Jesús durante su ministerio, y fue testigo suyo en muchos momentos muy importantes de la vida de Jesús. Y entonces, él nos habla acerca de la gloria de Jesús, y nos habla en el versículo catorce, Acuérdense, aquel verbo, aquel logos, aquel que tiene el poder, aquel que lo gobierna todo, aquel que su palabra actúa, su palabra opera, su palabra tiene poder. Dios mismo se hizo hombre. Primero que Juan quiere que entendamos acerca de la gloria de Jesús, es que Jesús es Dios, pero él se despojó de su gloria como Dios, para hacerse hombre, para hacerse como tú y como yo, para sentir cansancio, para sentir tristeza, para sentirse defraudado, para sentirse traicionado, para ser tentado también, porque Jesús fue tentado, y Jesús fue tentado con lo mismo que tú y yo somos tentados, exactamente con lo mismo, comida fue tentado Jesús, los deseos de los ojos fue tentado Jesús, con la vanagüenza de la vida, con las cosas pasajeras que prometen gloria en la vida, pero que no traen gloria, sino traen muerte, fue tentado Jesús. Para que Jesús te comprenda muy bien a ti, me comprenda bien a mí, sea como yo. Y entonces yo me pueda sentir identificado plenamente en él. Y dice Juan, y vimos su gloria, versículo 14, vimos su gloria, gloria como el unigénito del Padre. Dice Juan, vimos su gloria, gloria como el unigénito del Padre. Miren Juan, vio a Jesús transfigurarse. Juan vio un momento en el que Jesús se volvió a cubrir de su gloria, de su belleza, de su majestuosidad. Jesús andaba por la tierra como un hombre cualquiera, como tú, como yo. Pero hubo un momento en el que Jesús reveló su gloria, su majestuosidad, su grandeza. Y Juan vio ese momento. Juan fue testigo ocular de los hechos. Y Juan dice, vimos su gloria, vimos su belleza, vimos algo que nadie más tiene, vimos algo que de nadie hemos visto antes. Y dice Juan, vimos su gloria, gloria como el unigénito del Padre. ¿Qué es esto de unigénito? ¿Qué significa esto de unigénito del Padre? Significa que Jesús es uno igual a Dios. Significa que Jesús es único, único, único como Dios. Tiene la misma esencia que Dios. Es la imagen perfecta de Dios. Porque Jesús es en esencia igual a Dios. Igual. Y dice, hablando de la gloria de Jesús, Juan, hablando del testimonio de Juan el Bautista, en el versículo quince, dice, Juan el Bautista dio testimonio de Jesús y clamó diciendo, este es de quien yo decía, que viene después de mí, es antes de mí, porque era primero que yo. ¿Cómo puede ser? ¿Cómo puede ser que Juan diga, a ver, antes de que yo existiera, ya existía Jesús? Antes de que yo naciera, ya había existido Jesús. Antes de que yo fuera concebido ya Dios, ya Jesús existía. Pero acaso, ¿quién nació primero, Jesús o Juan el Bautista? ¿Quién nació primero? Juan. ¿Cómo así? ¿Cómo así que si yo nací primero, es como si Juanita dijera, antes de que yo fuera, Juan José ya era? ¿Cómo? No. Pero sí. Porque Jesús, no. Bueno, Jesús sí. Juan el Bautista no existía en el cielo, pero Jesús sí. ¿Jesús desde cuándo existe? ¿Desde el principio? O sea, ¿entendiendo el principio como el momento de la creación? ¿Jesús existe desde el momento de la creación? Antes. Jesús es eterno. Jesús es eterno. Él no está limitado por el tiempo. Él no tiene principio, Él no tiene final. Y eso revela la gloria de Jesús, que es la misma gloria de Dios. Díganme, algo que ustedes conozcan que sea eterno. ¿Las deudas? Una que otra. Algo que sea eterno. ¿Conocen ustedes algo? Nada. Todo se acaba. Todo tuvo un principio. Y todo va a tener un final. ¿No tiene gloria Jesús siendo Él eterno? Claro que tiene gloria. Claro que Él es superior a todos. Y eso revela, ¿quién es Jesús? Revela la belleza de Jesús. Pero Juan nos habla de dos cosas que expresan la gloria de Jesús. Su eternidad. Su eternidad. Que Él se hizo hombre. Que Él siendo Dios, teniendo la gloria de Dios, se hizo hombre para sufrir. ¿Eso no revela la gloria de Jesús? ¿Belleza de Jesús? Claro que sí. Pero yo quiero hacerles una pregunta. Si Jesús tiene gloria, belleza, majestuosidad, ¿Ustedes en algún momento han percibido la gloria de Jesús? ¿La gloria de Dios? ¿Sí? ¿Algo de la gloria de Jesús la han percibido? ¿De la belleza de Jesús la han percibido? ¿La hemos percibido? Miren, la gloria o belleza de Dios o de Jesús es lo mismo, si hay en la creación. Una vez, yo tuve una amiga, yo tenía unos 16 años, y tenía una amiga que no creía en Jesús, no creía en Dios. Su papá era ateo, y ella también se identificaba como atea. Pero yo tenía una carga muy grande por ella, y yo venía orando y orando y orando por ella. Y un día, nos fuimos para un parque, y yo sentía en mi corazón el deseo de hablarle a ella acerca de Dios. Ya lo habíamos hecho antes, pero ella siempre me había rechazado, siempre había dicho, No, no, yo en eso no creo, no, no, no, no me importa, eso no me interesa, eso es un puro cuento chimbo. Pero ella era alguien muy sensible, ella era alguien muy sensible. Y era un día como de estos, así, caluroso, bonito, chévere. Bueno, pues tipo sol de 9 de la mañana, de 8 de la mañana, 10 de la mañana, porque ya después ya se pone muy fuerte. Pero, era un día muy bonito, muy soleado, lindo. Y yo le dije, mira, quiero que cierres tus ojos, quiero que cierres tus ojos, y experimentes a Dios, sientas a Dios. Y fue un momento que en serio yo recuerdo, lo tengo grabado en mi mente, porque fue como que Dios me escuchó, y hizo un montón de cosas que en serio nos conectaron con Él de una manera impresionante. Yo decía a ella, sienta el viento, sienta el viento, sienta. En ese momento empezó un viento hermoso, un viento cálido, fresco, y le dije, escucha los pájaros. Y ella, como era bien sensible, estaba haciéndolo. Los pájaros se escuchaban, todo se sentía, el ruido del viento se sentía. Y ella ese día, tuvo una experiencia con la gloria de Dios. La creación habla de la gloria de Dios, de la gloria de Jesús. ¿Han experimentado por medio de la creación la gloria de Dios, la gloria de Jesús? ¿Se han hallado en un momento de la creación hermoso que ustedes dicen, quiero guardar este momento en mi corazón para siempre? Eso es la gloria de Dios, eso es la gloria de Jesús, la gloria de Dios. O sea, ya cuando estamos acá, unidos, cantando, reunidos, en medio de canciones, cuando ustedes alaban a Dios, han sentido algo que los llena, algo que los completa, algo que les hace sentir como que están bien, están llenos. Eso es la gloria de Dios, eso es la gloria de Jesús, eso es. ¿Alguna vez han orado? ¿Han orado fervientemente por algo, hasta las lágrimas tal vez? ¿Cómo se han sentido en un momento así? ¿Termina uno consolado, fortalecido, animado? ¿Si? Eso es la gloria de Dios, eso es la gloria de Jesús. Pero Satanás tiene un propósito, ¿saben cuál es? Falsificar esa gloria, falsificar esa belleza, falsificar eso que solo Dios nos puede dar. Nos hace sentir llenos, extasiados y totalmente enamorados de Dios. Él lo quiere falsificar, ¿por qué? Porque basta con sentir algo de la gloria de Dios, para quedar uno enamorado, conectado con Dios. Y Satanás no quiere eso, y nos quiere deslumbrar con otras bellezas, con otras cosas que parecen maravillosas, pero que son falsificaciones. ¿En qué? ¿En qué el mundo te ofrece gloria? ¿En qué? ¿En el dinero? El mundo te ofrece gloria teniendo dinero, el poder que da el dinero, el placer. Satanás te ofrece belleza, gloria y placer. Y entonces como hombres nos sentimos satisfechos y tenemos una dama hermosa a nuestro lado. Hombres de 40, 50, 60 años se sienten jóvenes, si es que andan con una chica, joven y hermosa. Mujeres se sienten muy bien, si es que se sienten bellas. ¿Eso es gloria? ¿Como la de Dios? No. El mundo nos ofrece gloria en los viajes. No, es que hay que viajar. Lo único que uno se lleva en la vida es lo vivido. Viaje, disfrute, vaya. Ok, me voy, me voy para la playa, estoy allá rico, pero me voy para allá y lo voy a disfrutar y me va a durar un poquito más el disfrute si es que no me fui a crédito. Pero y si voy allá en medio de la playa y me emborracho y le digo cosas a mi esposa y termino peleando con mi esposa y mis hijos. Hombre, ¿viajar en serio tiene la gloria de Dios? No, tampoco. Pues claro, no les digo que no viajemos, ¡viajemos! Pero eso no es una gloria que se compare a la gloria y belleza que Dios nos ofrece. ¿Quiénes han ido al estadio? Al estadio. Y han disfrutado del poder de las madras, de sentir que hay miles de personas adorando, amando, apoyando algo. ¿Ahí se siente gloria? ¿Ahí se siente algo chévere? Bastante. Los jóvenes, el concierto de Coldplay, todos con su manillita. Y el estadio todo se ponía rojo y todo el mundo, ¡eh! Todo el estadio se ponía azul. Y entonces había un juego de colores, con la música, con el ambiente, con todo. Y el show es espectacular, o sea, la gente sale ¡wow! Sí, pero esa gloria, esa llenura, ¿dura? ¿Dura? Es temporal. La gloria de Dios, la belleza de Dios, dura. Es para siempre, es eterna. Y ahora, ¿qué pasa? Es temporal. La gloria de Dios, la belleza de Dios, dura. Es para siempre, es eterna. Y ahí vemos la gloria de Dios, ¿ok? Pero entonces Juan nos dice, hablando de Jesús, que Jesús no solamente tiene gloria. Jesús nos ofrece una gloria mayor. Una gloria mayor al placer, una gloria mayor al dinero, una gloria mayor a la diversión, una gloria mayor a la belleza, una gloria mayor a los amigos, una gloria mayor a los eventos multitudinarios, una gloria muy superior, una belleza maravillosa que todos podemos alcanzar y disfrutar y nos puede llenar. Pero Juan, versículo 16, dice que Jesús además de gloria tiene algo más. Dice, porque de su plenitud tomamos todos y gracia sobre gracia. ¿Qué es gracia? Gracia es lo que recibimos sin que lo merezcamos. ¿El mundo te ofrece algo sin que lo merezcas? ¿Qué es lo que decimos? En el mundo no hay nada que grabe. Pero Satanás y el mundo nos quieren convencer de que sí. No hay problema, ve con tus amigos, no va a pasar nada. Es gratis, es un momento de placer. ¿Es gratis? No. Pero Jesús, en cambio sí, nos da todo gratis. ¿Saben qué nos da gratis? Vida, vida, vida. Y no nos da vida cualquiera, nos da vida abundante, vida que nos llena, vida que no nos da vergüenza, vida que no genera en nosotros culpa, nos da perdón. ¿Cuántos sufren con cosas que han hecho que los siguen atormentando? ¿Y Jesús qué te da? Verdad. ¿Gratis? Sí, gratis. Jesús te da una nueva identidad. Para sentirte alguien tienes que ser bello, bella, tienes que ser acuerpado, tienes que ser acuerpado grande para que te respeten. ¿Y qué pasa si eres panzoncito? ¿No eres nadie en la vida? ¿Qué pasa si no tienes tanto dinero? ¿No eres nadie? Jesús te dice, no importa si tienes dinero, eres mi hijo, yo estoy contigo. Jesús te dice, no importa si eres alto, flaco, popular en la escuela o en la universidad, no importa. Tú eres mi hijo y yo te amo. Y eso no va a cambiar nunca. Jesús nos da nueva identidad. Y nos da Su Espíritu. Jesús nos da Su Espíritu. Imagínense, ¿saben cuál fue el poder que operó en Jesús para que Él curara ciegos, sordos? ¿El poder de quién? El poder del Espíritu Santo. ¿Cuál fue el poder que le permitió a Jesús resistir el momento de su crucifixión, el momento de más dolor, de más tensión en su vida? ¿Cuál fue el poder? El poder del Espíritu de Dios. ¿Y qué nos ofrece Jesús? El Espíritu de Dios. ¿Qué tenemos en Jesús? El Espíritu de Dios. ¿Pagaste algo por el Espíritu? Gratis. Es más, en la historia de la iglesia hubo un hombre que vio el poder del Espíritu de Dios y lo quiso comprar. Le dijo a Pedro, Pedro, véndemelo, véndeme el poder que tienes, dame, dame ese poder, estoy dispuesto a pagar por ello. Pedro inmediatamente lo reprendió. Le dijo, fuera de acá. El Espíritu de Dios no se compra, se recibe por fe en Jesús y nada más. Eso es gratis. Y el mundo mientras tanto nos cobra todo, y Satanás mientras tanto nos pasa factura por todo. El Señor nos ofrece algo muchísimo mejor. ¿Saben qué nos ofrece? Libertad. Libertad. Libertad. ¿Quiénes se creen esclavizados por él? ¿Quiénes están esclavizados por él? ¿Quién se siente esclavizado por el trabajo? ¿Quién se siente esclavizado por las deudas? ¿Quién se siente esclavizado por el cuerpo? ¿Mi cuerpo está enfermo? Yo no quiero estar enfermo pero mi cuerpo está enfermo. Y estoy esclavo en la enfermedad, no me puedo liberar de eso, no me puedo librar de eso. ¿Quién está esclavo de un vicio? ¿Quién está esclavo de una adicción? Jesús ofrece libertad. Libertad. Libertad. Pero miren, la mayor libertad que Jesús nos ofrece es la libertad que hay en el perdón de Dios. Porque tú y yo somos deudores ante Dios por nuestro pecado. Y por eso cosechamos la muerte. Por eso lo que le espera a alguien que no cree en Jesús es la muerte, la condenación eterna. ¿Saben de qué nos libera Jesús? De esa condenación, de esa muerte. Y nos da verdadera libertad. Satana hace un cambio. ¿Saben qué quiere? Tenernos esclavizados. Tenernos subyugados a lo que Él nos ofrece. En cambio Jesús nos ofrece libertad. ¿Libertad? Hombre, eres Hijo de Dios. Y tú en serio no quieres pecar. Pero cometiste un pecado muy grande. Cometiste un pecado muy grande. ¿Tienes perdón de Dios? ¿Puedes tener perdón de Dios? Sí. La Biblia dice que si te arrepientes y lo confiesas delante de Dios, tienes su perdón. ¿Eso te da libertad? Claro. Claro. Eso es lo que más necesitamos y lo que Jesús nos ofrece. Libertad. Y yo quiero que cantemos esta canción que justamente habla de la libertad que hay en Jesús. Vamos a cantarla. Las cadenas de la muerte me quito. Para mí ya no hay condenación. Hay libertad. Libertad. Libertad. Libertad. Siendo esclavo del pecado me libró. En la cruz encontró mi redención. Y libertad. Libertad. Rompió mis cadenas, me dio vida nueva. Y al fondo del mar me echó a matar. Lavó mis pecados y me ha perdonado. Sólo en el nombre de Jesús hay libertad. Siendo esclavo en la cruz por mí murió. Y cambió mi duro corazón por libertad. Libertad. El poder del Evangelio me salvó. Y no me avergüenzo del Señor. Y libertad. Libertad. Rompió mis cadenas, me dio vida nueva. Y al fondo del mar me echó a matar. Lavó mis pecados y me ha perdonado. Sólo en el nombre de Jesús hay libertad. Al creyido hace libre. Es libre en verdad. Al creyido hace libre. Es libre en verdad. Al creyido hace libre. Es libre en verdad. Al creyido hace libre. Es libre en verdad. Rompió mis cadenas, me dio vida nueva. Y al fondo del mar me echó a matar. Lavó mis pecados y me ha perdonado. Sólo en el nombre de Jesús. Rompió mis cadenas, me dio vida nueva. Y al fondo del mar me echó a matar. Lavó mis pecados y me ha perdonado. Sólo en el nombre de Jesús hay libertad. Hay libertad. Hay libertad. Hay muchas formas de libertad. Tú eres libre cuando tú, hombre, no tienes dinero. Y estás tranquilo. Porque sabes que sí tienes a Dios contigo. Eres libre y eso es la libertad que Jesús ofrece, que tú y yo podemos tener. Eres libre cuando tal vez no eres amada por un hombre. Pero estás tranquila. Porque sí te sientes amada por Dios. Y Él sí te ama. Muy bien. Gracias, gloria, pero vamos a hablar de algo más. Verdad. Verso 17. Pues la ley por medio de Moisés fue dada. Pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. La gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Y Juan quiere enfatizar la majestuosidad de Jesús y lo compara con Moisés. Moisés era alguien muy importante para los judíos. Era alguien tremendamente importante para los judíos a los que Juan les está hablando. ¿Por qué? Porque Moisés los liberó de Egipto. Moisés hizo milagros. Moisés recibió la palabra de Dios y Moisés la dio al pueblo. Por medio de Moisés el pueblo conoció algo de la gloria de Dios. Moisés era alguien muy importante para el pueblo judío. Y Juan quiere comparar a Jesús con Moisés para que entendamos la majestuosidad de Jesús. Y él dice algo. Miren, con Moisés recibimos la ley. ¿Qué significa la ley? Mandamientos. No mentirás, no robarás, no matarás. Mandamientos. Mandamientos que el pueblo era llamado a cumplir. Pero resulta que rápidamente el pueblo entendió que estaban esclavizados a la ley. ¿Por qué? ¿Quién puede cumplir todos los mandamientos? Dígame. ¿Quién? Nadie. Nadie. ¿Cómo así? Entonces, ¿por qué Dios le dio a Moisés los mandamientos? ¿Dios acaso no sabe que ninguno de nosotros podemos cumplirlos todos? ¿Ninguno de nosotros puede cumplirlos todos? ¿Dios sabe que ninguno de nosotros puede o no puede cumplirlos? Sí, Él sabe. Entonces, ¿por qué nos dio los mandamientos? ¿Por qué nos puso ese yugo en la espalda, en el cuello, para dejarnos ahí, contra la espalda y la pared, diciéndonos que teníamos que cumplirlos pero no podemos? Sin embargo, los judíos estaban felices con Moisés, siendo Moisés el instrumento que Dios usó para esclavizarlos, para generar culpa en sus corazones. Pero los judíos estaban felices con Moisés. ¿Los judíos tenían libertad en la ley? ¿En el cumplimiento de la ley? No, porque no podían cumplirla. Y Juan dice, de Moisés recibimos la ley, lo que nos esclavizó, lo que nos mostró nuestro pecado. Pero en Jesús recibimos, ¿qué? Gracia. ¿Qué es gracia? El perdón inmerecido. Es que en Jesús, por medio de la vida de Jesús, que fue el único que cumplió todos los mandamientos, Jesús nos ve a nosotros justos. No porque nosotros seamos justos, sino porque Él nos imputa la justicia de Jesús. Y en Jesús tenemos gracia. En Jesús tenemos gracia. Y Juan quiere que andemos un poquito más en el tema de Moisés. Moisés para el pueblo judío fue un mediador entre Dios y ellos. Pero Juan, interesado en hacer entender la majestuosidad de Jesús, compara su ministerio y el ministerio de Jesús con el ministerio de Moisés. Y las diferencias saltan a la vista. Porque mientras con Moisés recibimos la ley de Dios, con Jesús recibimos gracia. Pero la ley, la ley tuvo el propósito de mostrar el pecado. La ley no tiene el propósito de que la cumplamos, porque no podemos. La ley tiene el propósito de mostrar el pecado. De hacernos entender que pecamos. ¿Por qué? Porque transgredimos la ley de Dios. La ley tenía el propósito de remitir los pecados por medio de una promesa. ¿Cuál era esa promesa? Jesús. Y mientras Moisés no vivió una vida justa, ¿Jesús qué? Jesús sí lo hizo. ¿Moisés fue pecado? Jesús no. Mientras Moisés entregó el yugo que condena, Jesús se entregó a sí mismo. ¿Para qué? Para salvarnos. Mientras Moisés fue un intermediario indirecto entre Dios y el pueblo, Jesús es la expresión perfecta de Dios. Mientras Moisés liberó al pueblo de Egipto, a los judíos de Egipto, Jesús nos libera a ti y a mí del infierno. Nos libera a ti y a mí del poder del pecado. Juan tenía razón al decir que la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesús, de nuestro Señor. Y que por medio de Él ahora tengamos acceso a Dios, al Padre. Tengamos al Espíritu de Dios con nosotros que nos libra del poder del pecado. Y todo eso lo obtuvimos gracias a Jesús, no a Moisés. Miren, hay dos historias. Y con esto quiero ya ir terminando. Un endemoniado. Un endemoniado en un sitio. En un sitio que se llamaba Gadara. Le decían el endemoniado gadareño. Tenía miles de demonios. Tenía miles de demonios. El endemoniado gadareño tenía miles de demonios dentro de él. Era una persona que vivía en los cementerios, que andaba en la muerte. Tenía una fuerza poderosísima, pero una fuerza destructiva. Era alguien a quien todo el mundo temía. Era el loco de la ciudad. Al que nadie era capaz de acercársele, porque si se le acercaba, ese endemoniado lo iba a matar. Era alguien dominado por los demonios. Esclavizado, subyugado, vueltonada. Y un día Jesús se encontró con él. Y los ángeles, los demonios, reconocieron a Jesús. Y le dijeron a Jesús, ¿qué haces aquí? Y Jesús expulsó los demonios de ese hombre. Y cuando los expulsó, ese hombre quedó libre. Y todo el pueblo se asombraba al ver a ese hombre. Le decían, ¿es este? ¿Este era el que antes? ¿Era así el loco? ¿Por qué? Porque estaba transformado. ¿Quién lo había transformado? Jesús. El apóstol Pablo. ¿Qué hizo antes de ser convertido al conocimiento de Jesús? El apóstol Pablo perseguía cristianos y los mataba. ¿Alguien así merece el perdón de Dios? ¿Merece? ¿Alguien que mata a los creyentes en Jesús, merece perdón? No, no lo merece. No lo merece. ¿Pero Jesús se lo otorgó? Sí. ¿Y cómo terminó el apóstol Pablo? ¿Siendo qué? Siendo el discípulo de Jesús y un predicador maravilloso de Jesús y un siervo de Jesús. Y su vida se transformó, su vida se cambió. Hay algo en común. Ambos hombres, el endemoniado y Pablo, estaban enfocando en una gloria barata. En una gracia barata. En una gracia barata. En una verdad falsa. Pero cuando conocieron a Jesús, vieron la verdadera gloria, recibieron la gracia, entendieron la verdad y su vida se transformó. Amigos, Satanás no quiere que creamos en Jesús y por eso nos miente y nos atrae para que creamos sus mentiras y falsificaciones. ¿La religión será de Dios o de Satanás? Díganme. La religión. Esa religión que nos dice que tenemos que cumplir cosas para tener el perdón y la aceptación de Dios. ¿Eso es de Dios o de Satanás? Esa religión que te dice que tienes que bautizarte porque si no entonces pierdes algo de la gracia para salvación, que tienes que hacer la primera comunión, que tienes que confesar tus pecados, si no te pierdes. Esa religión que dice que tienes que adorar animales, como las vacas en la India. En la India adoran las vacas. ¿Por qué creen que no matan las vacas en la India? Porque para ellos las vacas son dioses. Y entonces tú no puedes matar una vaca porque es Dios. Pero mientras tanto, ¿qué pasa en la India? Se están muriendo de hambre. ¿Teniendo qué? Vacas por montón que comer. Eso es una religión. ¿Eso es de Dios? No, eso es de Satanás. El humanismo. El humanismo. Nosotros podemos, nosotros mismos podemos, somos autosuficientes, somos autónomos, venimos del mono, somos seres evolucionados, pero en valor iguales a los demás animales. ¿Eso es de Dios o de Satanás? No, no podemos hacerle daño al perrito, el perrito no, venga. ¿Y por qué? Es que no, el perrito no. O sea, el perrito te está haciendo sufrir, el perrito ya está muy enfermo, el perrito ya está con una vida que ya no da más. Y entonces tú tienes que seguir esclavizado al perrito porque el perrito es igual de digno a ti. ¿No? ¿Quién dijo que un animal es igual de digno, tiene la misma honra que yo? Para Dios, un animal es inferior a nosotros. Para Dios tú y yo somos más importantes que un animal. Esas ideas vienen de Dios, vienen de Satanás. La tierra es Dios, entonces tenemos que cuidar la tierra, no podemos talar un árbol. Pero a ver, necesitamos madera para algunas cosas, Dios creó los árboles para darnos madera para algunas cosas. No, el calentamiento global. ¿Ok? ¿Pero en qué nivel un árbol es tan digno como yo? ¿Quién es más digno a los ojos de Dios? ¿Quién tiene más honra a los ojos de Dios? El hombre. Pero el mundo nos está vendiendo verdades chingadas. El placer, el progresismo, el progresismo. Debemos cuidar la tierra porque dependemos de ella. ¿Dependemos de la tierra? Díganme. ¿Dependemos de la tierra? ¿Vivimos gracias a la tierra? Piénsenlo bien. Piénsenlo bien. Miren, los lugares menos fructíferos en el mundo son los lugares en los que no se adora a Dios. ¿De dónde viene nuestra prosperidad? ¿De dónde vienen nuestros frutos? ¿De dónde viene lo que necesitamos para vivir? No es de la tierra. El canal es la tierra, sí. El canal es la tierra. El medio es la tierra. Pero dependemos de Dios. Dependemos de Dios. La justicia social, todos deben tener lo mismo. Todos tienen que tener lo mismo. Todos tienen que tener lo mismo. ¿Es lo que Dios dice? ¿No? ¿No? ¿Qué dijo Jesús? Habrán pobres. ¿Entonces yo tengo que ser obligado a dar lo que yo tengo, lo que yo trabajé por otros? ¿Obligado? ¿No? ¿Que Dios me llama a compartirlo con amor? Sí. ¿Por la gloria de Dios? Sí. Pero todos no tenemos que tener lo mismo. Ideas falsas que el mundo está promoviendo hoy. Que Satanás quiere que creamos. Pero la verdad es la verdad de Jesús. La verdad es la verdad de Dios. No me malinterpreten. No estoy diciendo que acabemos con la tierra. No estoy diciendo que acabemos con la creación. No estoy diciendo que acabemos con los animales. No. Mira, un cristiano que ama a Dios va a cuidar la creación. ¿Por qué? Porque la creación ¿de quién la hizo? Dios. Un cristiano que ama a Dios va a cuidar la creación. Porque ella refleja la gloria de Dios. Un cristiano va a ser compasivo con el otro. Por naturaleza. Pero ojo con las mentiras que el mundo nos está ofreciendo. Entonces, ¿con qué concluimos? Versículo 18. A Dios nadie le vio jamás. El unigénito Hijo que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer. Miren, la gloria, la gracia y la verdad se hallan en Dios. Únicamente en Dios. Y para conocer a Dios necesitamos conocer a Jesús. Necesitamos entender que nada puede compararse con la gloria de Dios, con la gracia de Dios, con la verdad de Dios. Y para tener vida plena, si todos queremos tener vida plena, el camino está en Jesús. Nada más. Nada más. Es lo único que nos va a libertar. Es lo único que nos va a liberar. Es lo único que nos va a dar vida plena. Nos vemos. Papá, gracias. Gracias por esta mañana. Gracias por este tiempo que nos has dado. Y ayúdanos, porque andamos por el mundo con un montón de flashes que nos están disparando. Glorias, brillos, cosas que nos deslumbran. Pero que nos deslumbran porque no te conocemos tanto a ti. Porque si te conociéramos más a ti, estaríamos deslumbrados por ti. Viviríamos extasiados de ti. Viviríamos llenos de ti y nada nos llenaría igual que tú. Pero andamos por el mundo y el mundo se aprovecha de nuestra ingenuidad, de nuestra ignorancia. Y nos llenamos con experiencias, con cosas que nos ofrecen algo barato. Que no se compara nada contigo. Ayúdanos, Señor, a poner nuestra mirada en ti. Ayúdanos a deslumbrarnos de ti. Ayúdanos a entender quién eres tú. Para que nada más capture nuestro corazón, sino solamente tú. Ayúdanos a poner nuestra mirada en ti. Esta canción dice eso. Cantemos esta canción. Pon tu mirada en Cristo, tan lleno de gracia y amor. Y lo que le dan sin vano será a la luz del glorioso Señor. Pon tu mirada en el mundo, verá su justicia y favor. En aquella cruz entre Dios y Jesús, nuestra deuda inmensa voló. Cristo, mis ojos pongo en ti. Cristo, mi gloria y alabado. Te adoro, te ameo, eterno salvador. Con Cristo, mis ojos pongo en ti. Pon tu mirada en el día que Dios a Jesús levantó. Y no temerás a la muerte, pues su vida eterna nos dio. Cristo, mis ojos pongo en ti. Cristo, mi gloria y alabado. Te adoro, te ameo, eterno salvador. Con Cristo, mis ojos pongo en ti. Pon tu mirada en los cielos, Jesús volverá por su Rey. Todo traerán y confessarán toda gloria a Cristo el Rey. Cristo, mis ojos pongo en ti. Cristo, mi gloria y alabado. Te adoro, te ameo, eterno salvador. Con Cristo, mis ojos pongo en ti. Cristo, mis ojos pongo en ti. Cristo, mi gloria y alabado. Te adoro, te ameo, eterno salvador. Con Cristo, mis ojos pongo en ti. Con Cristo, mis ojos pongo en ti.

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