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The speaker discusses the differences between promises, vows, and oaths in the Bible. They explain that promises are one-sided, while vows involve an exchange or agreement between a person and God. Vows are considered serious and must be fulfilled. The speaker also mentions the concept of oaths, which were used to close agreements in the past. They emphasize the importance of making resolutions with a sincere heart, as instructed in the Bible. The speaker refers to specific Bible passages to support their points. nuevo, cada uno usualmente tiene resoluciones, y una resolución es un poco difícil de explicar, puede ser vista como una promesa, puede ser vista como un propósito de mente, propósito de corazón, y quiero, antes de comenzar, hablarles de diferentes palabras, ok? Algunas son mencionadas en la Biblia, y algunas van a requerir más versículos que otras, pero por ejemplo tenemos la palabra promesa, una promesa. ¿Qué es una promesa? ¿Usted ha hecho alguna vez una promesa? ¿A alguien? ¿Sí? ¿Y la ha cumplido? Esperamos que sí. Pero una promesa es muchas veces unilateral, solamente de aquí para allá. O sea, que usted le puede prometer algo a Dios de aquí para allá, o usted le puede prometer algo a su esposa o a su esposo de aquí para allá, y sin esperar nada para acá. Yo te prometo que el próximo fin de semana te llevo a comer a fulano de tal restaurante. All right? Una promesa. Sí que eso no es fácil de entender, y usted lo va a encontrar muchas veces en la Palabra de Dios, pero hay otra palabra que es diferente, y esta es un voto. ¿La ha leído en la Biblia usted? Un voto. ¿Y qué viene siendo un voto? ¿Una promesa? Vaya conmigo mientras lo piensa al libro de Génesis, que es donde se menciona por primera vez, y vamos a ver esa palabra en un contexto. Capítulo 28, versículo 18. ¿Ok? Dígame cuando esté ahí. Dice, Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, ¿se acuerda de esta historia cierto? Que en la noche soñó que ángeles subían y bajaban, y la alzó por señal y derramó aceite encima de ella, y llamó el nombre de aquel lugar Betel, aunque luz era el nombre de la ciudad primero. ¿E hizo Jacob qué hermano? Voto. Hizo voto. ¿Y cuál fue el voto? Dice aquí. Diciendo, Si fuera Dios conmigo, y me guardaré en este viaje en que voy, y me diere pan para comer, y vestido para vestir, y si volviera en paz a casa de mi padre, se lo va a hacer a mi Dios, y esta piedra que he puesto por señal será casa de Dios, y todo lo que me diere es el diezmo apartaré. ¿Qué le va a entender eso? ¿Que un voto es qué? O sea, que no es una promesa unilateral, sino que, si esto sucede, entonces yo, así, así. Un intercambio de, hay un interés de por medio. Jacob dijo, si Dios estuviese conmigo, ok, bueno, ¿qué sucedió? ¿Estuvo Dios con Jacob o no? ¿Y lo prosperó o no lo prosperó? Ok, vaya conmigo entonces a Génesis 31, 31, versículo, versículo 13. 31, 13 de Génesis. ¿Está ahí? Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste ¿qué? Ah, Dios se acordó de ese voto, no se salió de contexto ni nada, él estaba escuchando el voto que estaba haciendo Jacob. Y entonces, después de que Dios cumplió su parte, ahora le dice, levántate ahora y sal de esta tierra y vuelve a la tierra de tu nacimiento. Entonces usted puede ver que un voto entonces es de las dos partes. Dios lo escucha, y el hombre entonces hace su parte, Dios hace la suya, y un voto, la Biblia lo llama, o se menciona esta palabra, se paga. Los votos se pagan. El voto se paga. ¿Qué otro voto se le viene a la mente? No tenemos que ir a la Escritura, ya con ese ejemplo tiene, pero por ejemplo, ¿se acuerda de Jepté? ¿Se acuerda de Jepté? ¿Cuál fue el voto que hizo? ¿Se acuerda cómo hizo la promesa? Si me dieres la victoria sobre los Samonitas, esa fue, si ves el voto, entonces yo te entregaré quien salga primero de mi casa. ¿Y quién salió? La hija. ¿Y él qué hizo? Pagó el voto. Así que los votos son serios. Vaya conmigo a Deuteronomio 23-21 para que vea usted la seriedad del asunto acerca de un voto. Deuteronomio capítulo 23. Dígame cuando esté en el 23 ya. ¿Seguro? Mira que dice Deuteronomio 23-21. Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en qué? ¿Qué se hace con el voto? Se paga. Porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti y sería pecado en ti. Más cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado. Si ve que están, les digo que las palabras son difíciles pero se diferencia una de la otra. Promesa es solamente hacer, pero voto es entre usted y Dios. Pero el voto se paga y Dios dice que Dios lo va a demandar de ti, tómelo seriamente. Pero vamos a ir a otro. Bueno, no tenemos que ir ahí. ¿Se acuerda de otro voto? Samuel 1-11. ¿De quién fue ese voto? ¿Cuál fue el voto? Alguien que lo diga. Levanten la mano. Hermana Alba, le vamos a dar la oportunidad. Fue una promesa. Si tú me das un hijo, yo te lo doy. Y dice, e hizo voto diciendo Jehová de los ejércitos, si te dignares a mirar la flexión de tu sierva y te acordaras de mí y no olvidaras de tu sierva, sino que dieras a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaría a Jehová todos los días de su vida y no pasará navaja sobre su cabeza. Y cuando ella la destetó, entonces ¿qué sucedió? Lo llevó al templo y le dijo bye bye. Ese fue el voto que hice ante Dios. Su promesa, hay otra palabra en la Biblia que se llama juramento. Y vuelvo y repito, cuando usted lee la palabra, a veces está promesa, voto, juramento, pero el juramento es ¿qué? ¿Cuál es la diferencia entre eso y eso y eso? Un juramento es, un juramento es un libro de hebreos que se usaba para cerrar todo asunto. Te lo juro. O sea, te lo juro, y cuando se decía esas palabras, yo tengo que hasta tener cuidado cuando lo digo, o sea, como ilustración, pero te lo juro por Jehová, decía la gente. Uy, cuando usted decía eso, usted estaba, imagínese que por Jehová. No, hoy en día la gente jura por cualquier cosa. No, te lo juro por mi mamacita, te lo juro por mi padre. Que se muera mi mamá, dicen. No, que se muera, que ni que se muera. Hoy los juramentos son así nomás. No, antes un juramento era. Es más, el sermón del monte, vaya conmigo. El sermón del monte, capítulo 5 de Mateo, capítulo 5, en el sermón del monte, ¿cierto? Versículo 33, ahí habla del perjurio, o sea, es no cumplir un juramento. Además, habéis oído que fue dicho a los antiguos, versículo 33 del capítulo 5, no perjurarás sino cumplirás al Señor tus juramentos. Ok, y todo está ahí envuelto también, el juramento se podía utilizar como un voto, dice, pero yo os digo, no juréis de ninguna manera, ni por el cielo, porque es el trono de Dios. O sea que usted no puede decir, te lo juro por Dios, eso está mal. Ni por la tierra, que es el estrado de sus pies. Ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni por tu cabeza jurarás, que me muera si no lo cumplo. No, no, no, no. Dice, ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar, sí, sí, no, no. Porque lo que es demás de esto del mal, procede. Así que, cuidado con esta, cuidado con esta, cuidado con esta, pero hay una que es un poquito menos, en la cual nos vamos a centrar el día de hoy, un poquito más leve, y eso es un propósito de corazón. Ok, es un propósito de corazón. Muy diferente a una promesa, le estoy enseñando eso para que cuando usted vaya a hacer algo, no haga ni esto, ni esto, ni esto. Puede hacer algo más sencillo. Algo que no le va a traer serias consecuencias si usted no cumple. Y quiero que vaya conmigo por favor al Evangelio de Lucas, Lucas capítulo 14, versículo 28, Lucas 14, 28, y cuando llegue ahí, por favor, pone su listoncito ahí para que no se pierda, y entonces va a Hechos, Hechos capítulo 11, versículo 23, y después entonces volvemos a Lucas, ok? Hechos 11, versículo 23. Está ahí? Hechos 11, 23, dice, éste cuando llegó y recibió la gracia de Dios, se regocijó hablando de Bernabé, y exhortó a todos, a que qué? A que con propósito de corazón, permaneciesen fieles al Señor. Con propósito de corazón. En el año nuevo lo que usualmente se hace es, vamos a poner como, no igual pero se parecen muchísimo. Resolución. Y yo se lo estoy trayendo ahorita porque si lo agarro en el último día del año, a lo mejor ya la hizo, y la hizo mal, hizo un juramento, hizo algo malo. Entonces, una resolución, un propósito de corazón, ok? Ahora si vaya conmigo a Lucas y vamos a ver aquí como Dios espera que se hagan las cosas, porque Dios da principios en su palabra para que tengamos cuidado de como vamos a proceder en nuestras acciones. Y versículo 25, 14-25, está ahí? Grandes multitudes iban con él y volviéndose les dijo, si alguno viene a mí y no aborrece a su padre y madre y mujer e hijos y hermanos y hermanas y aún también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Entonces ahí explica, dice porque quien de vosotros queriendo edificar una torre, note la palabra queriendo, ok? Queriendo edificar una torre, no se sienta primero, y que hace? Y calcula los gastos a ver si tiene lo que necesita para acabarla. No sea que después de que se haya puesto en movimiento no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él diciendo, este hombre comenzó a edificar y no pudo acabar. O que reí al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con 10 mil al que viene contra él con 20 mil, y si no puede, cuando el otro todavía está lejos le envía a una embajada y le pide condiciones de paz. Así pues cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Hermanos, si podemos nosotros llegar al sí, sí y no, no. Y el día de hoy yo quiero que aprendamos que si se pueden cumplir, no los votos, no los juramentos, pero una resolución. Una resolución que tiene que ver con algo espiritual que nosotros nos propongamos. Un propósito de corazón. ¿Ha hecho usted una resolución? Ahora sí, no promesa, olvídese de las promesas, ya dijimos. ¿Ha hecho usted una resolución? ¿Si ha hecho una? ¿Y si le ha salido? Este año, diciembre ya estuvo, se está acabando, ¿la cumplió o no la cumplió? ¿O se quedó a medias en mayo? ¡En mayo! Que bueno, si usted la pudo cumplir, o si usted no pudo, no es el único, hay otros que no lo hicieron tampoco. Pero este pasaje que usted acaba de leer conmigo, nos dice la manera en que Jesús aconseja que se hagan las resoluciones, lo que queremos hacer. Y lo está comparando con el querer seguirlo a él. En este pasaje había multitudes que querían, hermano, seguirlo a él, habían resuelto seguirlo, pero antes de que ellos vayan con él, ya, no, yo quiero seguir a Jesús. Entonces él se voltea y le dice, si me quieres seguir, déjame te digo lo que te va a costar. No puedes amar a más a tu mamá, ni a tu papá, ni a tu hijo, ni a tu hija, ni a tu hermana, a nadie, si no, no eres digno de mí. Tienes que tomar tu cruz cada día y entonces seguirme. Y les pone entonces la ilustración. ¿Quién de vosotros, si se piensa hacer una cosa, no primero se sienta y calcula? Así que, ¿cuáles son las características para una resolución? El querer hacer algo, como aquellos que querían seguir al Señor. Bueno, número uno, debe de ser una resolución racional, escríbalo por favor, escríbalo. Una resolución tiene que ser racional, o sea, lógica. Y dice aquí que si alguien quiere y está resuelto, por decirlo así, a construir una torre, primero se calcula. Y calcular, ¿qué significa? Pues echarle cabeza, darle cabeza, calcula los gastos, calcula qué se va a gastar. Por ejemplo, cuando usted va a comprar una casa, hermana Gabriela, ¿cierto? Una casa que le gusta, y le dicen, no, pues esta casa vale 300 mil dólares. Y le dicen a usted, usted está aprobado. Uy, estoy aprobado, ¡qué tremendo! Entonces ustedes le dicen, el pago va a ser de tanto, y usted dice, ¡guau! No, pues yo gano así, así, así. No, sí, sí, sí, sí la compro. Pero usted no está calculando que hay biles que pagar, que usted debe un carro, que usted... Y al final, como llega el cheque, así se va, ¿cierto? No hay para ahorro, no hay para nada, y el banco simplemente, lo mío es mío, ¿cierto? Entonces, el que quiere hacer algo, primero se sienta y calcula. Cuando usted va a hacer una resolución espiritual para Dios, usted se tiene que sentar, antes de hacerla, y calcular. ¿Ok? ¿Calcular qué? Calcular los gastos. Por ejemplo, usted no se ponga a decir una resolución, yo me voy a proponer este año a leer la Biblia una vez por mes. ¿Verdad que no? ¿Por qué? Eso que estaríamos haciendo. No estaríamos, ¿qué? Calculando. No estaríamos calcular. No estaríamos calculando los gastos. ¿Por qué? Porque usted tiene que trabajar, usted tiene que ir a la escuela, usted tiene que cuidar a los niños, usted no puede leer la Biblia en un mes. ¿Qué sería una buena idea? En el año sería más sensato, ¿verdad? Bueno, ya calculo los días, el tiempo que la voy a leer, y entonces la puedo terminar. Pero no solamente dice ahí, que calcula los gastos, porque en el siguiente ejemplo, en el de la guerra, dice, o qué rey al marchar contra la guerra con otro rey, no se sienta primero y considera. O sea, estos dos casi son iguales, pero considerar. Considerar, ¿qué tenía que considerar el rey? Levante su mano y responda. ¿Qué iba a considerar? Diez mil contra veinte mil, ¿qué estaría considerando? Ok, ¿alguien más? Porque van a la batalla. Y dice, yo me tengo que sentar a considerar, ¿qué? ¿Hermano Juan? Se sentaría a considerar si es capaz, o sea, ya lo he hecho antes, o es la primera vez, yo no sé, pero veinte mil contra diez mil, dos a uno, no, mejor hay que paz, ¿cierto? Y nosotros cuando vamos a hacer una resolución tenemos que calcular, considerar, si soy capaz. Escuche bien lo que le voy a decir. Si soy capaz. ¿Sabe por qué no bajé de peso? Porque no fui capaz. Me puse de más, ¿cierto? Y yo le dije, yo dije, no vuelvo a comer mole de mi suegra. No, volví a comer, no fui capaz. No fui capaz de decirle a mi suegra que no. El pozole, las flautas, todo eso, y mire, no me senté, no calculé, no consideré, y mire otra vez, aquí estoy. Pero, ya me entendió, ¿verdad? Entendido con eso, ok. Entonces, por ejemplo, un buen cálculo y una buena consideración fue la que hicimos con los jóvenes, ok. Estoy trayendo un buen ejemplo con esto. Ya dije un mal ejemplo, ahora un buen ejemplo. En septiembre nos sentamos en el salón de Escuela Dominical y hablamos entre los jóvenes. ¿Amen jóvenes? Ustedes son testigos todos. Y dijimos, vamos a luchar en contra de la carne y vamos a sacrificarnos en la mañana. Pero si yo hubiese dicho, lo vamos a hacer de por vida. Entonces ahí, ay, sí, amén, vamos a hacerlo. Pero usted cree que lo hubiéramos hecho de por vida. Quizás sí, quizás no, pero lo más probablemente es que no. Así que, ¿qué dijimos? Vamos a hacerlo de aquí hasta diciembre. Eso fue más qué, más racional. Vamos a levantarnos. Y los jóvenes se sentaron y dijeron, yo creo que hasta diciembre yo sí puedo. Entonces pusimos la hora. No, que a las seis de la mañana, no, que eso no es sacrificarse, ¿por qué no? Pues yo me levanto a esa hora. No, pues que a las cinco entonces. Y quedamos que a las cinco, ¿qué? Y media. Y todos calcularon. Todos decimos, y todos dijimos, ok, cinco y media es el devocional. ¿Me creerá que los jóvenes ahí están? Ahí están. Y van a terminar el año. Porque se sentaron, calcularon, consideraron, hicieron una resolución lógica, racional y calcularon todo. Ok. La iglesia también, amén, hermano Fernet. Nosotros también dijeron, no, porque no todos nos quedamos atrás. Hicieron algo más racional. Seis y quince de la mañana. ¿Y sabe qué? Se estaba haciendo. Pero, ahora vamos a tener que parar en diciembre. Porque yo no los quiero quemar. Ok. Y le vamos a dar un pequeño break por unos dos meses y medio por ahí. Para que lo haga usted solito. Porque no quiero que de repente ya diga, ah, ya me tengo sueño, ya, ya. Mañana sí me conecto. En dos días me conecto. Ahorita todos están. Mejor todos paramos y todos volvemos a empezar. Una resolución racional. Ya no me vio bien el hermano Fernet. Es que la razón del hermano Fernet es diferente a la de todos nosotros. Muy diferente. Y las excusas no van con el hermano Fernet, pero... Entonces, consideramos y calculamos, ¿cierto? Ok. En segundo lugar, ya dijimos, en primer lugar debe ser una resolución racional. En segundo lugar debe ser una resolución que demande, escuche, responsabilidad. Tiene que demandarle responsabilidad a usted. Y los ejemplos que usted ve aquí es que la persona se sentó primero a calcular porque dijo, yo no quiero que se burlen de mí, que no acabé. Así que la resolución, volviendo acá, debería ser una resolución, mi hermano, que otra gente sepa su resolución. Porque si nadie sabe, cuando usted pare, nadie supo. Cuando usted cumpla, pues nadie supo, nadie lo ve. Las resoluciones privadas usualmente no funcionan. Las resoluciones que rendimos cuentas, esas son las que más funcionan. ¿Sí lo vio usted? Al otro le demandó la responsabilidad que había consecuencias. Entonces, si yo voy con este rey a la guerra con 20 mil y yo con 10 mil, me va a ganar. Y voy a perder mi ejército, voy a perder quizás hasta mi trono, voy a perder lo que sea. Entonces había un precio que pagar. ¿Escuchó eso? Cuando usted hace una resolución, yo le estoy dando lo que yo estudié para hacer una resolución y que está en la Palabra de Dios, escuche. Cuando usted va a hacer una resolución, tiene que haber un precio que pagar. Si usted no tiene un precio que pagar, rápido la tira al suelo. Rápido. Si usted no tiene a quien rendirle cuentas y no hay un precio que pagar, dice usted, ya, ya estuvo. Mucho sacrificio, mucho esto, mucho lo otro, se acabó. ¿Ok? Pero alguien di un buen ejemplo de cómo se puede llevar a cabo una resolución buena entre un matrimonio o entre la familia. ¿Listo? Que haya un precio que pagar. Ponga una caja. ¿Cuánto vale un deseo de un hombre aquí o un deseo de una mujer? Yo no sé. ¿Un deseo de un hombre qué sería, hermano Sosa? ¿Una herramienta quizás o qué será? Algo caro, algo que diga uno, me gustaría tener eso. ¿Una moto? No, no tanto, no tanto. ¿500 dólares qué le parece? 500 dólares, es una buena cifra. Es algo que duele y algo que le ha gustado adquirir, ¿cierto? Bueno, ponga una caja, ponga una caja, no sé, 200 dólares, 500 dólares, y dígale a su esposa y a su esposo, hagan un convenio, yo tengo esta resolución de leer la Biblia, por ejemplo, en el año. Y si yo no lo hago consistentemente, entonces, mi amor, tú puedes tomar esos 500 dólares y gastarlo. Pero si tú no lo haces, entonces yo puedo tomar esos 500 dólares y agarrarlo. ¿Usted cree? Imagínese que fuera a leer la Biblia. Su esposa le va a echar el brazo y le va a decir, no, hoy no tienes que leerla, mi amor. No, yo me tengo que levantar y leer mi Biblia. ¿Por qué, por qué? Porque no quiere perder esos 500 dólares, ¿cierto? Pero si no hay nada que perder, entonces, no lo hice y se acabó. El día de hoy, antes de que se vaya, yo tengo aquí algo para usted. ¿Y qué es esto? Lectura de la Biblia en un año. Esta es una buena resolución. Una buena resolución con su fecha, los capítulos que tiene que leer, que no es nada cargado, y que está a través hasta diciembre, oiga. Hasta diciembre y sin forzarse. Lógica, se puede sentar a calcular y le van a salir bien. Pero en tercer lugar, y último, ya terminamos aquí, la resolución no solamente debe de demandar responsabilidad, debe de ser racional, pero en tercer lugar, tiene que ser una resolución, si es espiritual, que tenga el propósito de honrar a Dios. Amén. Y ponga ahí como nota Colosenses 3, 23. ¿Usted conoce el versículo? ¿Qué dice? ¿Lo conoce o no lo conoce? Así que le vaya ahí, Colosenses, capítulo 3, versículo 23. Y todo lo que hagáis, hacerlo de corazón, como para el Señor, y no, ¿para quién? Para los hombres. Si va a ser una resolución, dice ahí, todo lo que hagáis, hacerlo para el Señor y no para los hombres. ¿Para qué quiere bajar de peso? ¿Para verse bonito y chulo? ¿Bonita y chula? No. Es para tener salud y para que su cuerpo, que es templo del Espíritu Santo, esté en buenas condiciones. Amén. ¿Sí ve cómo cambió de enfoque el asunto? Ya no es el espejo, ahora es hacia arriba. ¿Para qué la casa nueva? ¿Para qué el carro nuevo? ¿Para usarlo para la obra de Dios? ¿O solamente para que la gente sepa, ah, mira, ya tiene? No, no, no. Si usted toma esto en cuenta, estas tres cositas, lo hace racionalmente, demanda responsabilidad de alguien más, rinde cuentas a alguien más, y lo hace para la gloria de Dios, el próximo diciembre de 2024 vamos a estar contando diferentes historias. Probablemente yo voy a estar usando talla 32, en vez de... Imagínese. ¿Quién quiere ser aquí la persona a la cual le rinde el pastor cuentas? No, no, no. A mi esposa nada más. Entonces, ¿una resolución hermano? Ahí está, hágala. Hermano Milton pase por acá, hermano Oscar pase por acá, y le voy a entregar esto. Si lo quiere hacer, hágalo. Si no lo quiere hacer, no lo haga. Le estoy dando hasta tiempo para que ore al respecto, no lo tiene que hacer ya, pero aquí está, la Biblia... La Biblia en un año. Y yo por ahí tengo una Biblia extraviada, una Biblia cronológica que yo presté. ¿A quién se la presté? Hermana Nubia, ¿usted tiene mi Biblia? ¿La leyó o no? Me la devuelve por favor antes de que empiece el año porque tengo una resolución. ¿Ok? Hermano, pásela por ahí, déselo a cada uno hermano, la Biblia en un año, ore al respecto y dígale al Señor, Señor yo lo quiero hacer. Siéntese, cálcúlelo, y véalo, véalo que no es difícil, vea los números ahí. Véalo, por favor. Que el 2024 sea el año en el que usted diga, leí la Biblia completa. Dígame hermana. ¿Pero la terminó completa? Pero si la leyó completa. Qué bueno hermana, qué bendición. Qué bendición, no se preocupe. Eso es para aquellos que no lo han hecho. No, es una solamente. Ah, esta fue la que hice copias, de dos a una. Y ya las demás están en una sola. Es sencillito, ¿verdad hermana? Si se puede o no se puede. Sí, porque le doy más tiempo y ya va a tener otras resoluciones. Se saturaría. Mucho. ¿Copiarlo y pegarlo todo en WhatsApp? Ese alumno son capítulos. Se saturan los teléfonos. Eso sí podemos hacer. ¿Acompletaron todos hermanos? ¿Todos tienen una? Bueno, la hermana tuvo una idea ahí, no creo que sea la más conveniente, pero... ¿Hubiera alguna manera antes de despedirnos en la cual todos pudiéramos animarnos... ...a saber que lo está haciendo usted o no lo está haciendo? ¿Cuál sería una buena manera? Rapidito antes de irnos, y ya terminamos porque ya son las 8.20. ¿No? ¿No se le viene a la mente algo? Bueno, vamos a inclinar nuestro rostro hermano. Ahí está una buena resolución, ore al respecto. Y entonces toma una decisión al final del año. Espero que lo haga, le va a ser de bendición. Y hermana Nubia, recuerde mi Biblia antes del fin del año, gracias. Oremos al Señor y... ¿Están los platos de la ofrenda ahí atrás, hermano Milton? Yo creo que van a estar en la oficina. Órale, ¿qué pasó? Sí, hermano, está abierto. Y vamos a orar mientras el hermano va entonces por la...
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