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Predicación del domingo 23 de junio 2024 Horizonte Tequisquiapan Predicador: Hugo Ventura
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Predicación del domingo 23 de junio 2024 Horizonte Tequisquiapan Predicador: Hugo Ventura
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Predicación del domingo 23 de junio 2024 Horizonte Tequisquiapan Predicador: Hugo Ventura
The speaker is a pastor addressing the congregation. They mention that they will continue their series on the Book of James and read verses 9-11 of chapter 1. They discuss the importance of wisdom and how it relates to the kingdom of God. The sermon will focus on living wisely, whether one is poor or rich. The speaker highlights that money can be dangerous and corrupting, and that the church should have a correct perspective on wealth. They emphasize the unity of believers and the need to understand one's position before God. The context of the letter is that the believers were facing economic difficulties, and the speaker wants to provide guidance on how to navigate financial challenges. Somos una iglesia que confía, camina y comunica a Cristo. Acompáñanos domingo a domingo. Te esperamos. El día de hoy vamos a retomar nuestra serie en la carta de Santiago que suspendimos hace ocho días por este mensaje especial que tuvimos. Así que vamos a ver capítulo 1, versículo 9 al 11 de Santiago. Estos tres versículos que te voy a pedir que pongas de pie, por favor, para leerlos juntos y comenzar de lleno en el estudio del pasado. Ponte de pie, por favor, vamos a leerlos juntos. Quiero el versículo 9 que es el 10 y juntos terminamos leyendo el versículo 11. Recuerda que va a aparecer ahí en pantalla la versión que estoy utilizando que es la Nueva Biblia de las Américas. Dice, pero si el hermano de condición humilde se gloría en su alta posición, y el rico en su humillación, pues él pasará por la flor de la hierba. Juntos, porque el sol sale con calor abrazador y seca la hierba y su flor se cae y la hermosura de su apariencia perece. Así también se marchitará el rico en medio de sus empresas. Vamos ahora. Padre bueno, gracias por el día que nos regalas, Señor. Padre bueno, gracias por el privilegio que nos das de conocerte, de cantarte, de ver a nuestros hermanos, Señor. Y al final del día, lo más glorioso es escuchar tu voz. Gracias, padre, porque nos has revelado tu voluntad, te has revelado a nosotros, Señor. Y padre, es un privilegio tremendo el poder escuchar tu palabra, Señor. Te ruego que nos ayudes, Señor, principalmente en nuestro corazón. Que nos des corazones humildes, enseñables, y renueve nuestra mente conforme a tu palabra, Señor. Y todo lo que tienes que hablarnos el día de hoy respecto a este tema tan importante, Señor, del dinero, del estatus social incluso, Señor. Y cómo todo esto aún en tu palabra nos has instruido a cómo vivirlo de una manera sabia, Señor. Así que padre, ayúdanos, glorifica a Cristo, renueva nuestro entendimiento, Señor, porque te necesitamos. En el nombre de Jesús, amén. Ok, ¿podemos tomar nuestro asiento, hermanos? El título del sermón es, ¿Vive sabiamente siendo pobre o siendo rico? ¿Vive sabiamente siendo pobre o siendo rico? Me gusta que la Biblia también toca estos temas. Y nada más como contexto recordar, o como reengancharnos respecto a la Carta de Santiago. Es una carta sumamente práctica. Está dirigida a una serie de iglesias, no en una en concreto, sino es conocida como una carta universal. Dirigida en sí para todas las iglesias, todos los creyentes. Hace quince días, que fue la última vez que estudiamos esta carta, hablábamos de que Dios intencionalmente permite las pruebas en nuestra vida. Y que a través de ella busca dar fruto de piedad, hacernos más como Cristo, darnos paciencia. Pero hablábamos también de que en medio de las pruebas era necesario que tuviéramos sabiduría. ¿Cuántas veces tú y yo nos enfrentamos a la prueba y no sabemos qué hacer? Pero la palabra nos instruía que si necesitamos sabiduría, se la pidamos a Dios y que tenemos un Padre que es tan bueno que nos da abundantemente y sin reproche. Y entonces hablábamos de que la sabiduría tiene que ver todo con el reino de Dios y no con nuestro propio reino. Y poníamos, como quise resumir un poquito lo que veíamos, puse esta definición. La sabiduría, está ahí en pantalla, es el comportamiento que surge como el resultado de creer lo que Dios dice en su palabra y hacer lo que Dios pide buscando su reino. Entonces lo ilustramos con esta escena que aparece en Mateo 7, del 24 al 27. ¿Recuerdas estos dos hombres que escuchan la palabra, pero uno decide ponerla en práctica? Y entonces dice ahí que lo compara a un hombre sabio, que cuando vinieron situaciones difíciles en su vida, su caza permaneció firme porque estaba establecida sobre una roca. Pero en cambio había otro hombre que aunque escuchó la palabra, no la puso en práctica. Y contrario al primer hombre, cuando vinieron las situaciones complicadas, su caza fue derribada porque estaba cimentando sobre arena. La sabiduría, mi hermano, es escuchar la palabra de Dios, vivir acorde a eso, buscando el reino de Dios antes que el mío. Ahora, ¿de qué va a hablar Santiago respecto a esto? Viene hablando de pruebas, viene hablando de sabiduría, y de repente Santiago pareciera que da un giro, pero viene hablando sobre el mismo tema, y ahora va a hablar como en este aspecto que muchas veces atravesamos, que son pruebas en nuestras finanzas, en nuestros recursos materiales, pero también Santiago va a aprovechar para darnos mucha esperanza si estamos en una condición humilde, pero también dar sabiduría a aquel que Dios le ha permitido tener más recursos. Mis hermanos, si somos honestos, no sé si hablar en nombre de todos, pero yo creo que la gran mayoría, si hay un tema que nos da como cierto, o que impone cierto respeto, es el dinero, ¿no? Si ya en Cristo dices, híjole, lo estaré utilizando sabiamente, si es la manera correcta, ¿qué es lo que dice Dios del dinero? El dinero, no lo digo yo, lo dice la palabra de Dios, hay elementos que incluso lo vuelven peligroso, es capaz de corromper a los hombres, de hecho Cristo habla, ¿recuerdas? Cuando Él dice que no podemos servir a dos amos, no podemos servir a Dios y a la riqueza, porque cuando prefieres las riquezas, entonces terminas desviándote de ser fiel al Señor. Me gusta Proverbios 30, viene este pasaje tan conocido que dice Proverbios 30, versículo 8 y 9, pidiéndole a Dios esto, le dice, dos cosas te he pedido, y primero comienza diciéndole que lo libre de falsedad y de engaño, pero luego dice, mira, versículo 8, no me des pobreza ni riqueza, dame a comer mi porción de pan, no sea que me sacie y te niegue, y diga, ¿quién es el Señor? Es que no me des tanto que yo después me crea tan autosuficiente, tan poderoso, que controlo todas las cosas, que después no olvide de ti, Señor. O que se amenazeroso y robe y profane el nombre de mi Dios. También cuando hay escasez de dinero, pareciera que el corazón es elegido a intentar hacer cosas ilícitas, pecaminosas, aquí dice, Señor, no me des tampoco tan poquitito, que yo sea pobre. Ahora, tú no estás justificando que, ah, bueno, pues si Dios te ha dado poquito, entonces tienes derecho a robarme, no es lo que está diciendo, pero si tú y yo somos honestos, el dinero es peligroso, porque así como cuando Dios nos da mucho, nos puede inclinar a desviarnos, también cuando estamos atravesando situaciones complicadas, apretadas, también el corazón intenta buscar cosas que al final del día terminan profanando el nombre de nuestro Señor. Santiago conoce nuestro corazón, Santiago conoce la tendencia que tenemos, amar es dinero. Y me gusta pensar el contexto en el que está escrita la carta. Aquí en este escrito, debemos de recordar esto, versículo uno dice que es a las doce tribus que están en la dispersión, decíamos en el primer estudio que son creyentes, que habían salido de Jerusalén, y entonces para muchos de ellos, en el contexto que vivían, que era el Imperio Romano, habían perdido sus posesiones, habían perdido las cosas que quizá habían obtenido a base de su trabajo, y básicamente la vida se les había puesto complicada, porque ahora estaban viviendo una situación económica difícil. Si tú estudias un poquito la historia en ese tiempo, en el Imperio Romano había muchísima pobreza, para los creyentes sobre todo eran despojados. Ahora, como en todas las etapas de la historia, siempre ha habido un grupo que tiene mayores recursos. Y en aquel momento también había. Entonces, a grandes rasgos, la iglesia se veía como el día de hoy, hermanos que están atravesando momentos difíciles económicamente, pero también al lado de sus hermanos, a lo mejor en la silla de al lado, hermanos que Dios les está prosperando de una manera grande, que tienen muchos recursos, y es interesante y necesario como iglesia dar un enfoque correcto al dinero, a lo que Dios piensa, tanto de un hermano como del otro, porque honestamente desde las iglesias esto es algo que hasta puede crear división, el tema de que, ah, yo no tengo tantos recursos, y entonces mira los que tienen recursos como con envidia, o contrario, yo sí tengo recursos, igual que uno que no tiene tantos recursos, como un hermano que no tiene tanta fe, lo que le falta es fe, o entonces no me junto tanto con hermanos que no tengan a lo mejor mi clase social, y busco más bien con alguien que sea más o menos de, y esto aplica de los dos bandos, tanto el que tiene más recursos, que dice, ah, yo no me junto con aquel hermanito que no tiene la misma, no usa la misma ropa que yo, como aquel hermano que no tiene, también a veces los que no tenemos tantos recursos tendemos a decir, ah, yo no me junto con aquellos porque son muy creídos, y sucede mi hermano, y Santiago de la palabra de Dios quiere, y nos llama a la unidad, y entonces va a poner el fundamento claro respecto a lo que la palabra de Dios dice, respecto al dinero, Santiago quiere hacernos ver como creyentes, que en medio de la prueba económica, o cuando hay escasez financiera, la solución no es tener más dinero, te acuerdas que decíamos hace 15 días, yo creo que si yo preguntara así, y fuéramos bien honestos, a ver, ¿qué necesitas tú para que tu vida esté mejor? Dinero, y si es tema de salud, pues sí, pero para tener salud necesito dinero, para pagar doctores, no, pues es que para que mejore mi matrimonio necesito dinero, para consentir más a mi esposa o a mi esposo, oye, pero es que para todo generalmente diríamos que con dinero se solucionan las cosas, Santiago nos quiere hacer ver que la respuesta no está precisamente, o nada que ver incluso en aspirar a tener más dinero, una más alta clase social, sino más bien entender la posición que como creyentes tenemos delante de nuestro Padre Celestial, Santiago va a hablar varias veces en su carta respecto a este tema, porque es un tema importante, mira lo que va a decir, lo vamos a ver en un par de semanas, en Santiago capítulo 2, versículos 5 y 6, mis hermanos míos amados, escuchen, no escogió Dios a los pobres de este mundo para ser ricos en fe, y herederos del reino, que él prometió a los que lo aman, versículo 6, pero ustedes han despreciado al pobre, no son los ricos los que los oprimen, y personalmente los arrastran a los tribunales, entonces Santiago es bien claro, ya explicaremos este pasaje cuando lleguemos ahí, y puedes pensar entonces, bueno, entonces Santiago, Jesús, era algo así como un comunista, un socialista, no, no era nada de eso, de hecho, él está hablando con la verdad del Evangelio, y quiere realmente llevar nuestra mirada, tanto de aquel que tiene recursos, como el que no tiene tanto, a que nuestra gloria verdadera es lo que somos en Cristo, fíjate lo que dice capítulo 5, del 1 al 3, va a volver a exhortar fuertemente a los ricos, dice, oigan ahora ricos, duermen y aúllen por las miserias que vienen sobre ustedes, sus riquezas se han podrido y sus ropas están comidas de polilla, su oro y su plata se han oxidado, su errumbre será un testigo contra ustedes, y consumirá su carne como fuego, es en los últimos días que han acumulado tesoros, y a lo mejor dices, ya ves la Biblia como que se la trae contra, contra los ricos, o Santiago como que se la trae contra los ricos, pero mis hermanos, algo que quiero dejar bien en claro, es que el problema no es tener dinero, el problema no es tener recursos, el problema es cuando ese dinero tiene nuestros corazones, cuando ese dinero nos domina a nosotros, la Biblia claramente habla, vamos a ver más adelante, de que la raíz de todos los males es el amor al dinero, pero déjame decirte esto, quiero ponerlo como fundamento mi hermano, el dinero es amoral, el dinero es neutral, el dinero en sí mismo lastimosamente, creo que se ha creado también una falsa cultura, aún dentro de la iglesia, que decir, híjole yo prefiero vivir en la súper, súper, súper pobreza, porque eso es más espiritual, y la palabra de Dios, no habla de que en sí tener dinero, sea fecaminoso, podemos decir que los recursos son neutros, pero la manera que nosotros los utilizamos, va a determinar si están siendo, de una manera piadosa, o de una forma, que realmente muestra que somos, nuestros propios dioses, pero el dinero, por sí solo, no es bueno ni malo, es el uso que le damos, y entonces Santiago ve a estos hermanos, como nos podría ver el día de hoy, y dice, mira yo sé que hay hermanos, que están atravesando situaciones bien duras, y que están a lo mejor súper aguitados, o a lo mejor están envidiando a aquellos, que ven que les está yendo mejor, y necesitan sabiduría, y vamos a empezar, en el primer elemento del mapa, yo lo dividí simplemente en dos situaciones, sabiduría para el hermano de humilde condición, y sabiduría para el hermano rico, el primer elemento entonces, la sabiduría para el hermano de humilde condición, versículo 9 de Santiago 1, dice, pero que el hermano de condición humilde, se gloríe en su alta posición, entonces es algo como, contracultural, así como decía Santiago, que en medio de la prueba nos gocemos, como que onda con esto, es como, suena súper loco, ahora cómo puede decir, que en medio de estar en una condición humilde, esta palabra, condición humilde, habla de una persona que tiene escasos recursos, que tiene, pocos ingresos económicos, y le está diciendo, alégrate, alégrate, en qué, en su alta posición, de qué está hablando Santiago, mis hermanos, bueno, que como creyentes, a un creyente que tiene una condición social humilde, o baja, o de escasos recursos, tiene que comenzar a pensar de una manera sabia, de una manera bíblica, y debe recordar que su posición, aunque económicamente, no sea la mejor, hablando terrenalmente, su condición espiritual, es tan alta, por la gracia de Cristo, que es digna, de que viva gloriándose en esa posición que tiene, en él, ahora, esto no es algo que Santiago, está diciendo, no fue que Santiago, como que de repente dijo, híjole, ahora veo como que están pasando situaciones complicadas, financieramente, vamos a, hacer que los hermanos mejor piensen en Cristo, y se olviden del dinero, de hecho Jesús, y quiero tocar algunos vertículos, Jesús, habló bastante del dinero, y es mi anhelo mi hermano, porque, realmente, si somos bien honestos, te repito, eso es un área que, perdóname si, a lo mejor no es tu caso, pero todos batallamos con eso, tanto el que no tiene, como el que tiene, sigue batallando, de alguna manera, o de alguna otra forma, como veremos más adelante, y Jesús habla, en este Sermón del Monte, respecto a cuál debe ser nuestra postura, como hijos de Dios, sobre el dinero y los recursos, dice Mateo 6.19 al 21, dice, no acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban, sino acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran y roban, porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón, fíjate lo que dice el artículo 25, por eso les digo, no se preocupen por su vida, qué comerán o qué beberán, ni por su cuerpo qué vestirán, no es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que la ropa, pero Jesús desde el inicio con sus discípulos, deja mucho ahora la perspectiva, y es la perspectiva para el día de hoy, y cómo relacionarnos respecto a los bienes materiales, y Jesús dice, esta vida no se trata de acumular tesoros aquí, es muy directo, me sorprende, cómo Jesús habla sin anestesia, y le dice, mire, la vida no se trata de lo que tienes aquí, de que estés acumulando cosas, no se trata de hacer tesoros en la tierra, ahora, en nuestra sociedad, si hay algo que constantemente escuchamos, por lo menos, yo veo cómo aparecen constantemente reels, videos, publicaciones, todo dirigido a acumular dinero, de hecho, muchos de los grandes sueños de los hombres el día de hoy, es tener cuentas bancarias con mucho dinero, y entonces, oye, ¿cuál es tu proyecto de vida? No, terminar el año teniendo 20 mil pesos, y el siguiente, invertirlo y tener ahora 200 mil pesos, el sueño de muchos, es este tipo de acumular cosas, o no solamente acumular el dinero, sino también acumular bienes, y entonces, llegan estas épocas del buen fin, y ahí andamos viendo a ver qué nos conviene, ni necesitamos cosas, pero bueno, pues hay que cambiar ya la pantalla, hay que cambiar la ropa, el celular, porque estamos, el mundo nos orilla constantemente a estar consumiendo, ahora, ya ni siquiera tienes que salir de tu casa, ya te aparecen ahí en internet un buen de publicaciones, de Amazon, de Temo, y ya está tan bombardeado, para que después consume, consume, consume, y si decías, no, entonces está muy caro, bueno, pero ahora ya hay opciones chinas, y compro más barato, pero estamos en una cultura, que nos enseña, que lo importante es acumular, dinero, bienes, posesiones, y Jesús nos deja muy claro, que como hijos de Dios, debemos vivir diferente, con una perspectiva eterna, era lo que hablaba el tema de la sabiduría, con el reino de Dios, enfrente de nosotros, siempre guiándonos, no de acumular tesoros a ti, dice Lucas 12 15, también les dijo, estén atentos, y cuídense de toda forma de avaricia, avaricia, en esencia, es este deseo de siempre querer más, más, más, más, más, y Jesús dice, no se trata de eso, ¿qué ha sucedido? que en este mundo, alguien dice muy, comúnmente se tratan como te ven, estamos, por la cultura educados, a que las personas, muchas veces, las calificamos, o son calificadas en base, a los estudios que tiene, a los títulos que tiene, a la empresa donde trabaja, a los negocios que tiene, a cuánto es su sueldo, la casa que tiene, el carro que tiene, la marca de ropa que utiliza, el tipo de calzado, el tipo de celular, el día de hoy, también, y todas esas etiquetas, muchas veces, comienzan, a intentar definir nuestra vida, y mi hermano, déjame decirte esto, esto es muy esperanzador, si tú estás en este momento, así, porque la vida sin Cristo, te inclina allá, y si te has fijado, la vida sin Cristo, te llega a estar consiguiendo vanidades ilusorias, y ahora que obtenga este título, y ahora que tenga más dinero, y ahora que obtenga mi casa, y ahora que tenga el carro, y ahora que tenga el iPhone 20, o ya no sé ni cual, y entonces, y entonces, estás comprando, y compras lo más nuevo, y lo más nuevo, y son vanidades ilusorias, es decir, llegas, y son como una burbuja, que las truenas, y no hay nada, no hay nada, que sustente, por eso dice, ahí Jesús, y me encanta, que Jesús, no nos define, escúchame bien hermano, Jesús no te define, por lo que tú tienes, o por lo que no tienes, no son las cosas materiales, lo que te definen, por eso Jesús dice, aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste, en sus bienes, es importante mis hermanos, recordar eso, porque en diarios, vivimos de repente, pensando en eso, y que voy a dejar, a mis hijos, que voy a dejar, y creo que en otro tema, también hay elementos de mayordomía, y planeación dentro de la Biblia, pero a veces vivimos tan afanados, por el, y que voy a dejar, que va a decir de mi la gente, que cuánto acumule, cuánto estudié, cuánto compré, cuánto todo, que va a decir de mí la gente, que cuánto acumule, cuánto estudié, cuánto compré, cuánto todo, que va a decir de mí la gente, que cuánto acumule, cuánto estudié, cuánto compré, cuánto todo, que va a decir de mí la gente, y vivimos como si la vida se tratara, del tiempo que vamos a estar aquí, únicamente, y mis hermanos, no es así, el día de hoy, cuando la gente, y muchas veces, aún como cristianos, nos dejamos llevar, por la corriente de este mundo, somos capaces de incurrir en cosas, que de verdad, híjole, es cada día más, vergonzoso, el ver como, por primera vez en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi vida, en mi 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