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"Sometiéndonos en el temor de Cristo" (Efesios 5:21)

"Sometiéndonos en el temor de Cristo" (Efesios 5:21)

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Predicación del domingo 8 de octubre 2023 Horizonte Tequisquiapan. Predicador: Hugo Ventura

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Somos una iglesia que confía, camina y comunica a Cristo. Acompáñanos domingo a domingo. Te esperamos. De versículo 21. Entonces, ponte de pie, por favor. Vamos a leer desde el versículo 19. Va a aparecer ahí en pantalla. Acuérdate que estoy utilizando la NVLA o Nueva Biblia de las Américas. Entonces, como para agarrar el contexto de lo que vamos a ver el día de hoy, es necesario retomar un poquito desde el versículo 18. Entonces, va a ir apareciendo ahí en pantalla. Yo voy a leer versículo 18. Estoy en el 19. Y así terminamos leyendo el versículo 21. Dice versículo 18 de Precios 5. Y no se embriaguen con vino, en lo cual hay disolución, sino sean llenos del Espíritu. Ven siempre, gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Adiós, el Padre. Sométanse unos a otros en el temor de Cristo. Padre, te damos gracias por tu fidelidad y por el privilegio que nos das de verdad, Señor, de estar reunidos como iglesia, con toda libertad. Estudiar tu palabra con toda libertad. Y gracias porque tú eres un Dios que sigue hablando, que tu palabra es verdad, que todo pasará, Señor, pero tu palabra no pasará. Y gracias porque a lo largo de estos meses en Efesios, ya nos has hablado de la identidad que tenemos en Cristo, de la salvación tan gloriosa, pero también nos has ido guiando, Señor. Y como este buen Padre instruyéndonos, mostrando el camino por el que debemos andar, conforme a tu palabra, Señor. Y el día de hoy nos traes a este elemento de la sumisión. Y Padre, te quiero rogar desde una perspectiva, reconociéndome honestamente, Señor, que hay áreas en las que debo crecer, que tú quieres llevarnos precisamente a eso, Señor, a crecer y a conocer conforme a tu palabra. Probablemente hay mucha distorsión en este concepto, más aún el día de hoy en esta sociedad, Padre. Y yo te ruego que porque tu palabra es verdad, Señor, amolde nuestras mentes y nuestro andar y nuestro caminar conforme a lo que tu palabra dice respecto a este tema de la sumisión, Señor. Así que, Padre, gracias porque no hay que inventar cosas. Gracias porque tu palabra es verdad, Señor, y nos santifica. Así que te rogamos que Cristo sea exaltado, Señor, y que nuestras vidas puedan ser permeadas de tu palabra, Señor, para dar gloria a tu nombre. En Cristo Jesús lo pedimos. Amén. ¿Podemos tomar nuestro lugar, hermanos? Si hay un concepto, honestamente, hermanos, que... Fue un concepto incómodo durante esta semana y me quedé en este versículo 21 porque creo que es importante dejar en claro lo que la palabra de Dios habla respecto a la sumisión. Al día de hoy, en la sociedad, si hay un concepto que es como incómodo, que pareciera como lastimar incluso a las personas o hacer enojar a las personas, es precisamente el tema de la sumisión, el tema de respetar a las autoridades establecidas por Dios. Hay algunos que pudieran someterse a las autoridades, pero también lo hacen con un corazón incorrecto. Pero, por otro lado, vemos cada día más a personas que dicen mira, a mí nadie me tiene que decir nada, yo no tengo que respetar a ninguna autoridad y pareciera que estamos en una sociedad cada vez más anárquica, en el cual cada cual cree que puede gobernarse a sí mismo. Es triste ver, mis hermanos, si somos honestos, cómo crece cada vez más la falta de respeto de los hijos a los padres, de parte de los ciudadanos a las autoridades civiles, de parte de los alumnos a los maestros, y lo que es más preocupante es que muchas veces incluso se celebra eso el día de hoy. Ahora, entendemos, y quiero dejar claro, que evidentemente también dentro de la sociedad y dentro de las esferas de la sociedad ha habido muchos abusos de autoridad, muchos malos usos de autoridad, y entonces muchas veces eso pareciera ser un justificante para que nosotros decidamos vivir de una manera anárquica en la cual pasemos por alto a las autoridades que Dios ha establecido. Ahora vamos a ver en el pasaje del día de hoy cuál es el patrón diseñado por Dios. Es un versículo importante, Efesios 5.21, porque va a poner los cimientos o los pilares fundamentales sobre los cuales se va a desarrollar toda la vida práctica dentro de la familia. Ya vimos la vida práctica desde Efesios capítulo 4 dentro de la sociedad, también dentro de la iglesia, pero ahora vamos a ver cómo funciona dentro del hogar y dentro de la sociedad, y vemos en este versículo 21 acerca de la sumisión mutua. Sométanse unos a otros en el temor de Cristo. Mira lo que dice, y me gusta esto, porque antes de entrarle lleno al versículo, quiero remarcar, porque a lo mejor estás acá de visita por primeras veces, no fue un versículo como aleatorio que yo quise agarrar. Llevamos meses estudiando la carta de los Efesios y ya estudiamos que la salvación es únicamente por los méritos de Cristo. Fue él el que nos eligió desde antes de la fundación del mundo. Es que somos aceptos en el amado, es decir, únicamente por los méritos de Jesús. Fuimos sellados con el Espíritu Santo. Él nos dio vida cuando estábamos muertos en delitos y pecados, y eso fue únicamente porque él es rico en misericordia y por su gran amor con que nos amó. Dice Efesios 2, 8 y 9 que fue por su gracia que hemos sido salvados, que la fe fue un don que Dios nos dio, y esto es para que nadie se gloríe de la salvación, sino para que nuestra única gloria sea a Cristo. Nos ha mostrado nuestra identidad y la salvación de una manera tan asombrosa, pero a partir del capítulo 4 nos ha mostrado cuáles son las evidencias prácticas en la vida de una persona que realmente ha abrazado esta salvación. A partir del versículo 18 de Efesios capítulo 5, hemos visto cómo Pablo nos instruye a ser llenos del Espíritu Santo y ha mostrado evidencias de una persona que es llena del Espíritu. Hemos dicho que una persona llena del Espíritu no es aquella que pierde el control de sí mismo y cae derrumbado. El día de hoy lamentablemente la iglesia en muchos lugares hasta es una burla porque eso es lo que se ve en Internet. Ah, llenura del Espíritu, gente perdiendo el control de sí mismo, hablando sin ningún control, haciendo cualquier cosa. Y hemos visto que la palabra de Dios nos habla que la llenura del Espíritu más bien consiste en elementos puntuales de que es una vida cada vez más conforme al carácter de Cristo, es decir, del Espíritu, del fruto del Espíritu. Y en Efesios capítulo 5 hemos visto elementos muy puntuales de una persona llena del Espíritu. La semana pasada te acuerdas que hablábamos de dos elementos puntuales. Decía que una persona llena del Espíritu es una persona que adora a Dios, que alaba a Dios a través de salmos, de himnos y de cantos espirituales, pero también es una persona que se caracteriza por ser agradecida, agradece a Dios por todo. Es una persona que tiene constantemente un sentido de que lo que él merece no es la gracia de Dios en su favor, sino que merecería su desprecio por su pecado y entonces puede ver todo lo que sucede en su vida como gracia y por lo tanto es una persona que vive constantemente agradecida. Finalmente en versículo 21 da este tercer fruto de la llenura del Espíritu y habla entonces de la sumisión. Ahora te reitero, no voy a entrar de lleno, y quise detenerme ahí en hablar de la sumisión, porque va a establecer la base de todo lo que va a hablar las semanas próximas respecto al matrimonio, respecto a la crianza, respecto al trabajo, pero quiero responder algunas preguntas claves acerca de la sumisión para dejar en claro este concepto. El mapa del día de hoy lo dividí en seis preguntas. La primera es, ¿en qué consiste la sumisión bíblica? Segundo, ¿quiénes deben someterse? ¿Cuál es el motivo de esta sumisión? Cuarta pregunta, ¿cuál es la fuente de esta sumisión? Quinta pregunta, ¿cuál es el límite de esta sumisión? Y sexta pregunta, ¿qué se espera de aquellos que están en autoridad? Y antes de comenzar, me escuchaste orar y quiero reiterártelo, hermano. Yo no te estoy hablando acá como una persona de, ah, mira, yo soy la autoridad bíblica encarnada y tienes que aprender todo de mí. Mi hermano, tuve que ser de verdad moldeado, aprender, recordar, y necesito, y creo que necesitamos definitivamente todos, acatar y dejar que el Espíritu Santo nos moldee para vivir conforme a lo que su palabra dice respecto a la sumisión y a las autoridades. Primero, ¿en qué consiste la verdadera sumisión bíblica? ¿En qué consiste? Versículo 21, Sométanse unos a otros en el temor de Cristo. ¿En qué consiste esta sumisión? Yo no sé qué concepto tienes tú de la sumisión, pero hay muchas personas que rechazan por completo en cuanto escuchan este concepto de sumisión. ¿Por qué lo rechazan? Porque lo asocian inmediatamente con una idea de debilidad o de inferioridad y entonces una persona sumisa es una persona débil o tiene un bajo concepto de sí mismo o se siente inferior, se deja pisotear por los demás y entonces rechazan ese concepto de sumisión. Dicho sea de paz es un concepto que no es bíblico. La verdadera sumisión, mi hermano, no tiene nada que ver con la debilidad de carácter. La verdadera sumisión no significa esclavitud ni significa inferioridad. Puse en pantalla esto. La Biblia enseña que todos los seres humanos son igualmente dignos porque todos fueron creados a la imagen de Dios y todos son iguales en naturaleza porque todos comparten la misma humanidad. No es un tema, la sumisión no es un tema de inferioridad ni de esclavitud. De hecho, cuando Dios creó a Dan y a Eva, recuerdas esta parte cuando Dios crea a Eva y a Dan la ve y entonces a Dan queda asombrado porque era algo diferente a lo que había visto en el huerto del Edén y entonces lo que Dan dice es mira esto es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada varona o mujer, ya también la mencionan en la NBLA porque de mí fue tomada y entonces repercute como no hay una superioridad. Mi hermano, es importante dejar esto bien en claro. Dios no ha dado al hombre Dios no ha dado al hombre superioridad por encima de la mujer. Esto es importante recordarlo. Dios no promueve en su palabra que la mujer sea denigrada o que sea tratada como un ciudadano de segunda categoría. El machismo, mis hermanos, no tiene lugar en la vida en Cristo, no tiene lugar en la palabra de Dios. Es una perversión que se ha hecho. Sin embargo, y esto es importante también destacar, aunque el hombre y la mujer son iguales en dignidad y naturaleza, como leíamos, ambos son distintos en género. Son iguales pero son diferentes. Puse esto en pantalla. Dios hizo al hombre y a la mujer con ciertas características físicas y emocionales que nos distinguen unos de otros. Características que distinguen la masculinidad de la femineidad, así como asignó distintos roles en la sociedad. ¿Qué quiero decir con esto? La gloria de un hombre es ser hombre. Dios nos creó de una manera, dice Pablo en primera de Corintios 16, 13, cortados varonilmente. Ahora, la gloria de una mujer es ser mujer. Aunque tenemos la misma dignidad y naturaleza, Dios nos ha hecho diferentes en género, en roles dentro de la sociedad. Por otra parte, y es aquí donde entra este concepto de la sumisión, aunque Dios ha asignado al hombre y a la mujer roles distintos en la sociedad, no significa que uno es superior a otro. Es un tema de diseño, es un tema que Dios creó ese diseño. Ahora, este término que Pablo utiliza aquí, de sométanse, es un término que en los tiempos de Pablo era un término militar que conllevaba la idea de subordinarse. Puse en pantalla sumisión, voy dando algunos elementos de la sumisión. Sumisión es colocarse bajo el rango de autoridad correspondiente, someterse voluntariamente, es una palabra destacar, voluntariamente al liderazgo de otro. El concepto de sumisión, a la luz de la palabra de Dios, presupone el reconocimiento de que algunos han sido colocados en una posición de autoridad y que aquellos que están dentro de esa esfera, bajo estas personas que están en la autoridad, deben someterse voluntariamente a dicha autoridad. Escucha bien esto, mi hermano. Eso no quiere decir que los que se someten son inferiores o menos inteligentes o menos espirituales. Ya pasados como, yo sé más que él, yo podría ser lo mejor. De hecho, a la luz del término que Pablo está utilizando, que es en base como a un ejército militar, podría darse el caso en un ejército que un soldado raso incluso sea más inteligente o más capaz que un sargento. Pero el sargento posee un rango mayor y entonces el soldado raso debe someterse. Primera de Corintios 11.3 mira lo que dice y nos da la muestra como Cristo nos modeló esto. No fue un tema de inferioridad el que Cristo se sometió voluntariamente al Padre, que se despojó de su gloria para hacerse obediente al Padre. Mira lo que dice Primera de Corintios 11.3 Pero quiero que sepan que la cabeza de todo hombre es Cristo y la cabeza de la mujer es el hombre y la cabeza de Cristo es Dios. Pablo dice que así como Cristo es cabeza de todo hombre y el hombre es cabeza de la mujer así también Dios el Padre es la cabeza de Cristo. Mira lo que puse en pantalla. Dios el Hijo se sometió voluntariamente a la autoridad de Dios el Padre y eso no hizo al Hijo menos Dios ni menos digno ni menos glorioso. ¿Te fijas? No fue que él dejó de ser Dios o que pasó a un rango inferior. Ahora hay una escena que me encanta a mí de la sumisión voluntaria de Cristo sin importar que se sometía a personas que honestamente eran más incapaces que él. ¿Te acuerdas esta imagen en Lucas capítulo 2 versículo 51? Habla de que Cristo se somete a sus padres terrenales. Dice Lucas 2 51 descendió con sus padres y vino a Nazaret y continuó sujeto a ellos. ¿Qué nos habla de esto mis hermanos? Puse en pantalla el que es evidentemente más grande más inteligente, más glorioso, más sabio se sometió a padres terrenales que eran muchísimo menos que él. Sumisión no significa inferioridad. En Jesús vemos que se somete y él no era inferior pero él reconocía un orden establecido por Dios. Cristo se sujetó a la autoridad de sus padres y él lo hizo de una manera voluntaria. Voluntaria. La sumisión no se trata de ser sometido sino más bien de alguien que se somete entendiendo que es el diseño de Dios y entonces voluntariamente se coloca bajo el liderazgo de las autoridades que Dios ha puesto en su soberana voluntad. Ahora, hay dos elementos básicos dentro de la sumisión. ¿En qué consiste la sumisión? Hay aspectos también prácticos y del carácter y esto me sacudía bastante honestamente. La sumisión contiene dos elementos básicos o dos componentes esenciales que son la obediencia y la honra. La obediencia y la honra. ¿Qué quiere decir esto? Bueno, también una cuestión interna y en nuestra actitud en cómo respondemos a las autoridades. No solamente obedeciendo sino también dando honra y dando respeto. A veces pudiéramos obedecer pero como tronando los dientes, arrastrando los zapatos y la palabra de Dios nos llama a honrar. Mira lo que dice 1 Pedro 3. Es un pasaje muy conocido que habla de estos roles dentro del matrimonio y dice versículo 1 de 1 Pedro 3. Dice, así mismo ustedes, mujeres, estén sujetas a sus maridos. Está hablando de mujeres que se sujeten a sus maridos. Aun en el caso, si tú lees a detalle ahí en la palabra este capítulo de 1 Pedro puedes ver que también habla de mujeres cuyos maridos son inconversos. No está hablando únicamente que se sometan a maridos creyentes sino también a maridos que son inconversos. Y ahora Pedro, ahí en ese pasaje de 1 Pedro 3 pone el ejemplo que estas mujeres deben seguir. Mira lo que dice versículo 5. Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios estando sujetas a sus maridos. Así obedeció Sara Abraham llamándolo Señor. Y ustedes han llegado a ser hijas de ella si hacen el bien y no tienen miedo de nada que pueda aterrorizarlas. Hablando de la sumisión de Sara Pedro nos dice que ella obedecía Abraham llamándole Señor. Ahora, hay un pasaje único dentro de las Escrituras en el cual Sara llama Señor Abraham. ¿Cuál es ese pasaje? Bueno, ese pasaje está en Génesis 18. Lo más seguro es que Pablo, perdón Pedro está haciendo alusión a este pasaje de Génesis 18. ¿Recuerdas? Es el momento cuando Dios le revela a Abraham que va a tener un hijo y entonces Sara está escondida ahí como detrás, escuchando nada más. Y entonces, después de que Dios le promete a Abraham que iba a tener un hijo ¿Qué es lo que hace Sara? Versículo 12 de Génesis 18. Dice, Sara se rió para sus adentros diciendo, ¿Tendré placer después de haber envejecido siendo también viejo mi Señor? O sea, ella se ríe dentro de sí. Ahora, noten que Sara no estaba hablando con Abraham. Estaba hablando consigo misma, dentro de sí misma. Pero ella tiene una clara perspectiva de la autoridad que Dios le ha dado a Abraham y entonces, por eso le llama Señor. Quiero poner un paréntesis aquí. Yo no estoy diciendo, mis hermanos hombres, que entonces lleguemos a la casa el día de hoy y diga a mí ya no me vas a decir gordo. Ni me vas a decir bebé. O no sé cómo le digas. A mí me tienes que llamar Señor. No es lo que estoy diciendo. No es lo que estamos diciendo ni es lo que está diciendo aquí. Lo que estamos viendo aquí es que era un asunto cultural. En aquel tiempo se manifestaba el respeto de esa manera. El punto que Pedro quiere destacar es la actitud interna que tiene que haber en una mujer hacia su marido. Él es digno de respeto, a pesar de que Abraham, Sara Abraham también tuvo varios elementos ahí que podrían cuestionar su autoridad, pero ella tenía un respeto porque entendía que había sido establecido por Dios y por lo tanto él es digno de respeto porque ocupa una posición legítima, una posición que le fue dada por Dios. ¿Qué es entonces la sumisión? Ponía aquí otra definición a la luz de esto. Ya vimos que es someterte voluntariamente, pero ahora lo resumí así. Es una actitud interna de respeto o de honra a las autoridades establecidas que se manifiesta a través de la obediencia. No habla nada más de la obediencia, le repito, a veces, y es algo también a trabajar en nuestros niños y en nosotros, porque honestamente muchas veces podemos obedecer y sujetarnos a las autoridades establecidas, pero por dentro es rechinando dientes y si bien va haciendo o proclamando un montón de queja y por qué, si yo soy mejor, y habla aquí de un tema de honra también, a pesar de la persona que Dios haya puesto en la autoridad y vamos a ver que está hablando en la esfera de esposos, de padres, de amos, o de, en este caso, de jefes en los empleos, entonces es una actitud interna de respeto que se manifiesta externamente a través de la obediencia. Mis hermanos, obediencia sin honra no es sumisión. Obediencia sin honra no es sumisión. Esta parte de decir, bueno, sí, me voy a someter, pues porque es, pero, y con queja, con amargura, eso no es sumisión. Como decíamos anteriormente, la sumisión implica el reconocimiento de un orden establecido por Dios y los que han sido colocados en autoridad deben ser respetados. Es lo que está hablando aquí Pablo. Algunas personas pudieran decir, pero es que mi esposo, mi jefe, el presidente, el pastor, yo podría ser lo mejor que ellos. ¿Por qué él? Puse en pantalla esto. No es la superioridad del individuo lo que lo hace respetable. Es la posición que Dios le ha dado. Dios lo puso ahí. Y es entender y respetar que Dios lo ha establecido así. Alguien ha dicho, me gustaba esto y decía que si una mujer piensa que su esposo no es digno de respeto, debería respetarle entonces por el uniforme que Dios le dio. Ahora vamos a hablar ahorita también al final, mujer, tranquila. También hay elementos que Dios espera de los que están en autoridad. Nosotros vamos a llegar para allá. Sí, ya vi varias que, ah, sí, sí. Pero es entender, Dios lo puso ahí. No es un tema, yo podría ver a mi esposa y hay un montón de cosas que ella es muy superior a mí, muy superior a mí. Y ella tiene que entender, y veremos ahorita elementos, que hay límites también dentro de esta autoridad. No es un autoritarismo y hacer entonces nuestra voluntad a costa de lo que sea. Pero sí es un tema de entender el diseño divino y vivir y actuar conforme, no a la superioridad o inferioridad de la persona que Dios ha puesto en autoridad, sino a la confianza en la soberanía de que Él ha decidido establecer a esta persona en autoridad. Segunda pregunta, quienes deben someterse a, ahora sí que a autoridades, dice versículo 21 nuevamente, sometanse unos a otros en el temor de Cristo. ¿Esto no significa, mis hermanos, que esté diciendo, bueno, entonces, el hombre se debe someter a la mujer, y así como los hijos a los padres, los padres a los hijos, y así como los siervos a los amos, a los jefes, entonces los jefes también. ¿Por qué eso eliminaría el concepto de sumisión? ¿Estamos de acuerdo? Sería algo que no habría realmente rangos de autoridad. El punto aquí, en este texto, es que lo está poniendo como base en todos los roles que Él va a comenzar a hablar dentro del matrimonio, dentro de los trabajos, dentro de la crianza, y más elementos así. En este caso, te voy a dar algunos ejemplos que vamos a estar estudiando y de verdad espero que podamos estar escuchando su palabra las próximas semanas porque va a hablar específicamente también de estas responsabilidades, pero también de esta manera de ejercer autoridad bíblica y también de someternos bíblicamente dentro del matrimonio, dentro de la crianza, y dentro de más esferas de la vida. Mira lo que dice Efesios 5.22. Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos. Ya dijo, primeramente, en temor a Cristo, pero es una instrucción. Efesios 6.1. Hijos, obedezcan a sus padres del Señor porque esto es justo. Otra vez, los hijos sometanse a sus padres. Efesios 6.5. Ciervos, obedezcan a sus amos en la tierra. Pablo y Dios nos creó de una manera, mis hermanos, que estamos diseñados para funcionar bajo autoridad, que cada uno respete el rango de autoridad sobre el cual o bajo el cual ha sido colocado. Ahora, es importante recordar esto. A diferencia de lo que la sociedad dice, y entonces cada uno que haga lo que quiera y resistirnos a las autoridades gubernamentales, y en mi casa, y en mi trabajo, y a los maestros, eso es algo opuesto a lo que la palabra de Dios dice. Es opuesto al diseño divino. Dios ha establecido que la sociedad humana funcione adecuadamente siguiendo una línea de autoridad. Ha establecido que la nación funcione sometiéndose a los gobernantes. Mira lo que dice Romanos 13.1. Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan porque no haya autoridad sino de Dios y las que existen. ¿Por quién son constituidas? Por Dios. Por más que digas, es que voto por voto y casilla por casilla. Mira, Dios lo estableció ahí. Él estableció. Tito 3.1. Recuerden que estén sujetos a los gobernantes, a las autoridades, que sean obedientes, que estén preparados para toda buena obra. Primera de Pedro 2.13. Me gusta porque tienen que recordarlo, o sea, nos conocen, cómo somos desnados a estar ahí criticando y cuestionando a nuestras autoridades gubernamentales. Pablo le dice en Romanos, le dice a Tito, Pedro, para que digan, no, no es una onda de Pablo, nada más. Dice, sométanse por causa del Señor a toda institución humana, ya sea el rey como autoridad. No solamente autoridades gubernamentales, aún dentro de la iglesia los miembros somos llamados a someternos a los pastores. Mira lo que dice Primera de Pedro 5.12.13. Pero le rogamos, hermanos, que reconozcan a los que con diligencia trabajan entre ustedes y que los dirigen en el Señor y los instruyen y que los tengan en muy alta estima con amor por causa de su trabajo. Vivan en paz los unos con los otros. Ahí está la honra también dentro de la iglesia. Tito 2.15. Pablo le dice a Tito, mira, Pablo conoce cómo somos y dice, versículo 15. Esto habla, exhorta y reprende con toda autoridad que nadie se menosprece. Pablo está hablando a Tito y sabe que la autoridad pastoral en este caso no siempre es respetada. Algunos no se sienten bien porque, ah, es que debería de hacer esto, lo otro, no ven por mí, o entonces por qué decidió esto y por qué ahora no me consultí. Y somos dado, mi hermano. Yo no nací siendo pastor, también fui oveja y sigo siendo oveja. Tengo mis pastores también y esta carne se levanta y comenzamos a cuestionar. Y Pablo dice aquí, mira, exhorta y reprende que nadie te menosprecie. Ahora, quiero decir esto y no es una queja, es una realidad. Y si tú estás en una posición de autoridad, lo entenderás. Tan solo hombre si eres padre y Dios te ha puesto ahí una autoridad. Todo aquel que estamos en una función de autoridad seremos criticados. Eso es inevitable. Estar en una función de autoridad traerá crítica, no es un pie para criticar. Ahorita vamos a ver que también hay elementos para evaluar y también para pensar. No es que entonces ya no podemos decir nada ni pensar nada de ninguna autoridad. Vamos a ver ahorita algunos elementos. Pero lo que está diciendo Pablo y nos está advirtiendo como iglesia es que hay personas que hacen de la crítica un estilo de vida. El descalificar a las autoridades es un estilo de vida. El burlarse, el menospreciar, no solamente en iglesia, sino gubernamentalmente. Y él dice, ¿sabes qué? No permitas que esto se siga haciendo. La sumisión no puede ser selectiva. Lo que la Biblia plantea es que los creyentes debemos someternos a todas las autoridades que Dios pone en todas las esferas de nuestra vida. Y mi hermano, digo esto, comencé hablando de esto porque siendo bien honestos, y yo creo que aquí hay papás ya de hijos grandes y varios crecimos con otro tipo de disciplina. Algunos ni siquiera necesariamente bíblica la disciplina, pero si era una disciplina que te enseñaban a qué? A respetar a tu autoridad. A respetar a tu autoridad. Yo no estoy justificando. Si hubo alguien por ahí que te lastimó y que utilizó la violencia, eso no es lo que estamos hablando. Pero lo que estoy tratando de decir es que cuando nosotros menospreciamos el concepto de autoridad estamos haciendo un daño terrible no solamente en nuestra familia, sino en nuestros hijos. Mira lo que puse en pantalla. Cuando se menosprece el concepto de autoridad no solo se peca contra Dios, que es el que lo estableció, sino que se está rompiendo uno de los pilares que sostiene el buen funcionamiento de la sociedad humana. Padres, si queremos preparar adecuadamente a nuestros hijos, hagámosles un bien. Y ese bien que podemos hacerles es que se enseñen a respetar a sus autoridades. Y nota que no estoy diciendo tu autoridad. Estoy hablando de otras autoridades. De que respeten a sus maestros, que respeten a personas mayores. Cuando un padre permite que su hijo le falte al respeto a su profesor en la escuela, dice, hermano, le está haciendo un daño terrible. O cuando ese mismo padre menosprece a la autoridad de los maestros, de algunas otras autoridades que pudieran tener. Como papá le estamos haciendo un daño tan grande. Mis hermanos, es triste. Y te repito, como empecé al inicio, es algo que también me tuvo que sacudir a mí, revergudir a mí, por lo cual tengo que arrepentirme. Muchas veces caemos en conversaciones que creemos que nuestros hijos no están escuchando. Y es un sinfín de críticas sobre las autoridades. Llámese maestros, llámese presidentes, llámese pastor, llámese tu jefe, llámese tus papás. Y entonces creamos en ellos un menosprecio hacia las autoridades y es algo que implícitamente estamos inclinándolos a menospreciar el diseño de Dios. Es algo grave lo que sucede ahí. Ahora, no quiere decir que entonces no escuches a tu hijo. No te estoy diciendo eso. Cuando él viene y te expone alguna queja, alguna situación, no estoy diciendo ni te atrevas a mencionar a tu maestro o a tu autoridad. Cállate, no estoy hablando de eso. Por amor a nuestros hijos debemos escucharles, debemos examinar objetivamente, prestarles atención, pasar tiempo con ellos, pero no podemos permitir de ninguna manera que ellos falten al respeto. Ahora, ¿sabes por qué faltan al respeto? Lamentablemente porque muchas veces lo ven en quién, en nosotros. Ahora, honestamente, yo no conozco más partes del mundo que México, pero a la luz de la palabra veo como Pablo exhortaba en otros lugares, a Tito, de que también se criticaban y menospreciaban, pero conozco a mi gente. Y si los mexicanos tenemos algo en nuestro sentido del humor, es la crítica a las autoridades, el menosprecio, el burlarnos, el a mí qué me va a enseñar, yo sé más, qué exagerado, y solemos ser así. Y pareciera ser algo inofensivo, pero a la luz de la palabra de Dios estamos moldeando un carácter de nuestros hijos en nuestra familia que está implícitamente menospreciando y minando la voluntad de Dios porque Él ha colocado a esas autoridades. Tercera pregunta, ¿cuál es el motivo o el motor o el impulso de esta sumisión? ¿Qué es lo que nos motiva? ¿Por qué hacerlo? Efesios 5.21 nuevamente, Sométanse unos a otros en el temor de Cristo. Con el temor de Dios, dice la reina Valera, que al final Cristo es Dios, Él es la imagen del Dios invisible. Ahora, temor, recuerda que no es un espanto, no es que sentimos una amenaza y que queremos huir porque algo terrible puede dañarnos. La palabra temor más bien habla del sentido de reverencia que tenemos ante Aquel que es Rey de reyes y Señor de señores, y que algún día tendremos que darle cuenta de nuestra vida. Y entonces, cuando entendemos su gloria, cuando entendemos lo que Él ha hecho y cuando entendemos que tendremos que dar cuenta de nuestra vida, puse esto en pantalla, entonces respetaremos su señorío y nos someteremos al esquema de autoridad que Él ha diseñado. Es en respuesta a quien es Él, a lo que Él ha hecho. Y entendemos, no, no es un tema de inferioridad, no, no es un tema tampoco de hacerlo con queja y por qué y cuestionar, sino es un tema de reconocer Él es Dios, Él es Rey de reyes y Señor de señores, Él tiene derecho a establecer el diseño de cómo funcione la sociedad, el hogar, el estado, la iglesia, porque Él es más sabio que nosotros, Él es dueño de todos. Dice Romanos capítulo 13 versículo 1 y 2, quiero reiterar esto, mi hermano, porque Aquel que resiste a la autoridad establecida por Dios, está resistiendo a Dios mismo. Dice Romanos 13 1 y 2 Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan, porque no hay autoridad sino de Dios y las que existen por Dios son constituidas. Por tanto, el que resiste a la autoridad, al ordenado por Dios, sea opuesto. Y los que sean opuestos recibirán condenación sobre sí mismos. Hermano, no es cosa ligera irrespetar las autoridades superiores. Dios lo ve como un intento de ningunear su propia autoridad divina. Ahora tú puedes decir, ah, pues tú eres pastor, tú ni te metes en ese tema, déjame compartirte algo, Dios me salvó de ser una persona totalmente izquierdista. En algún momento yo llegué a ir a estos movimientos del S.A.L.N., ¿recuerdas? Y venía este tal Marcos, encapuchado, bueno, llegué a andar yo así, y criticando, y me encantaba el... Y es como, me acordaba de esto y dije, guau, Dios ha obrado. Y es bueno también mirar atrás y decir, oye, tal vez no sé lo que debería hacer, pero Dios también ya me ha ido transformando de situaciones. Aquí no está hablando de que no hay elementos para crítica, para desprecio, para menosprecio, está hablando de un tema de piedad y de entendimiento, reconociendo que Dios es el creador, que Él es soberano, y Él actúa mejor que nosotros. Así que, mira lo que ponía en pantalla, no es cosa ligera irrespetar a nuestras autoridades. Dios lo ve como un intento de ningunear su propia autoridad divina. Guau, yo leo esto y es como, ah, caray, ya no es tan gracioso esa bromita, ya no es tan chistoso este meme. Implícitamente estoy diciendo, ay, eres un tonto Dios, cómo se te pudo pasar y poner a esta persona en ese lugar. Cuando hablo de criticar, mi hermano, nuevamente, no me refiero a que como creyentes no pudiéramos tener una conversación seria y prudente respecto a evaluar lo que se está haciendo. Dios nos ha dado también cabeza para pensar y para evaluar las situaciones, yo no estoy hablando de entonces ya no pensar nada y no opinar nada, pero estamos hablando de una actitud interna de respeto, de una actitud de respeto, de honra, y mientras lo que se esté estableciendo sea legítimo, obedecerlo de una manera honrosa. Ahora, yo pienso en esto y de verdad, veremos ahorita, solamente una persona llena del espíritu puede someterse bíblicamente, con honra, no someternos a regañadientes. Honestamente, muchas veces creemos que pudiéramos hacer mejor las cosas que Dios. Ah, si cambiar esa persona, si otro esposo, otro maestro y cuestiones así. Mis hermanos, ¿qué nos hace pensar que nosotros somos mejores que Dios? Dios es más bueno que nosotros, más sabio que nosotros, y Él ha establecido que las cosas funcionen de esta manera. La cuarta pregunta, ¿cuál es la fuente de esta sumisión? Es algo importante. ¿Cómo podemos ir nosotros en contra de este orgullo natural? Pensaba, hablaba con una persona la semana pasada y me decía él, es que yo no puedo, yo no puedo estar en un trabajo en el cual tenga jefe, porque mi personalidad no me permite recibir órdenes. Y es como, pues, ah, caray, yo nunca, o sea, nunca he conocido a alguien que llegue y me diga, guau, me encanta tener un jefe y que se la pase dándome órdenes. Si somos bien honestos, por causa del pecado, todos nosotros tenemos lucha con este tema de sumisión. Todos tenemos esta batalla en contra de la sumisión. Somos orgullosos, somos egoístas, somos soberbios, creemos que podemos hacerlo mejor. No queremos someternos a la dirección de otro, honestamente. No queremos reconocer que ellos tienen la autoridad que yo debería tener, porque yo sé más, yo podría hacer lo mejor. Hay algo de nosotros que honestamente nos grita y dice, ¿por qué me estás pidiendo eso? Que respete a esta persona, que respete... Si yo soy igual de digno, ¿no me estás diciendo eso? ¿Sí? Pero a la luz de la Palabra de Dios, hay un diseño. Ahora, ¿cómo podemos ir en contra de esa tendencia natural que hay en nosotros de resistirse a la autoridad? Y Pablo da la respuesta desde el versículo 18 y es por el poder del Espíritu Santo. Recuerda que Pablo ha hablado de los frutos del Espíritu, ya habló en temas de frutos de la lengua, de cantar salmos, himnos y cánticos espirituales, de dar gracias a Dios por todo y dice versículo 18, sean llenos del Espíritu. Un fruto del Espíritu es que nos sometemos voluntariamente y honrando a las autoridades que Dios ha establecido. Y digo esta parte porque es importante la actitud interna, mi hermano. Todos podríamos en algún momento someternos artificialmente y si eres hijo, este es el ejemplo puntual, yo lo vivo constantemente con mis hijas, es tiempo de recoger. Bueno, hay días que por gracia de Dios lo hacen con una actitud correcta, pero hay días en los que pues ya lo hice, ¿no? Ya no era eso lo que quería, eso no es su misión. Y a veces así nos comportamos también como adultos. Pero solamente un creyente lleno del Espíritu, puse en pantalla, puede ceder y colocarse voluntariamente bajo el liderazgo de otro con la conciencia de que esa es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios. Fijate, un fruto del Espíritu no es andar haciendo ahí lo que era y mere, tirándote, ¿no? Un fruto del Espíritu es una vida que se coloca voluntariamente bajo el liderazgo de otro con la conciencia de reconocer que esa es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios. Solamente una persona llena del Espíritu puede someterse a autoridad sin llenarse de amargura, sin llenarse de resentimiento por la persona que esté ahí. El cristiano lleno del Espíritu piensa de este modo. Ve a la persona que esté en autoridad, probablemente él pudiera hacerlo mejor o tiene otra manera de hacer las cosas, pero el creyente lleno del Espíritu piensa esto. Al final del día, él dará cuentas a Dios por el ejercicio de su autoridad. Yo daré cuentas a Dios por mi obediencia. Si lo que él me pide no es pecado y está dentro de sus límites, yo haré lo que él me dice y dejaré en manos de Dios los resultados. Eso es lo que piensa un creyente lleno del Espíritu. Por eso, en el pasaje que veíamos de Pedro, que leíamos que las santas mujeres del pasado esperaban a Dios sometiéndose a sus maridos, ellos no esperaban en sus maridos, ellos esperaban en Dios. ¿Qué quiero decir con esto? Contrario a que solamente una persona llena del Espíritu y un fruto del Espíritu es que se coloca voluntariamente bajo autoridad, la falta de sumisión revela algo, mi hermano. Puse en pantalla esto. La falta de sumisión revela falta de fe. No es un problema de temperamento, es un problema de piedad. No es un problema de temperamento, es un problema de piedad. Hay personas que dicen, pero es que yo nací así y desde chiquito, pues no. Hijo, que respete, yo no me puedo callar nada. Yo tengo que decir todo y tengo que decir y a quien le llueva. Habla de una falta de piedad. El creyente lleno del Espíritu se somete con gozo porque el Espíritu controla su carácter y su temperamento. Puse en pantalla esto. La sumisión a las autoridades establecidas por Dios es un claro indicativo de nuestra madurez espiritual. ¿Qué es lo que está hablando aquí Pablo? El someternos a Cristo y realmente andar en temor a Él, traerá como consecuencia que andemos en sumisión a las autoridades. Y yo te pregunto y me preguntaba, mi hermano, en este tema, en este fruto de una vida llena del Espíritu, ¿cómo estás tú espiritualmente? Analiza tu vida a la luz de lo que estamos viendo aquí. ¿Cómo es el nivel de tu vida espiritual? ¿Cómo está tu honra, respeto y obediencia a las autoridades que Dios ha puesto encima de ti? Ese es un indicativo fuerte de nuestra madurez espiritual. No es lo que hacemos para Dios. Tú puedes decir, mira, al final sí critico y me burlo, pero yo sirvo a un buen en la iglesia. Yo estoy compartiendo un buen en el Evangelio. Aquí Pablo nos está mostrando un indicativo de nuestra madurez espiritual y una persona llena de Cristo y no habla de actividades evangelísticas. Habla de un tema de sumisión a las autoridades establecidas por Dios. Eso es espiritualidad. Pablo nos está hablando de que solamente por miedo del Espíritu Santo, lo cual viene de una vida relacional en intimidad con Dios Cuando nosotros permanecemos en su palabra, cuando nosotros habitamos en él, en constante también obediencia y atendiendo a lo que nos va mostrando y su espíritu fluye o se manifiesta a través de nosotros, se manifestará a través de la sumisión y honra a las autoridades que Dios ha puesto. Quiero reiterar esto, mi hermano. Para Dios es algo serio el que nosotros faltemos al respeto a las autoridades. Faltar al respeto a un padre o a una madre, hijo, si estás aquí, o a un esposo, faltar al respeto a un profesor en la escuela, a alguna autoridad en la iglesia, a nuestros jefes en el trabajo, a alguna autoridad en el gobierno, denota un problema espiritual. Pero hay personas que han ido más allá y dicen no, al contrario, la Biblia me llama a examinar todo y se agarran de mí. No. Para reventar a cuanta autoridad se le pone enfrente, perdóname, Satanás también torcía la palabra de Dios y lo utilizaba para beneficios propios que iban en contra de la voluntad de Dios. El cristiano o el creyente controlado por el espíritu se somete y manifiesta honra y obediencia a las autoridades superiores. Puse en pantalla esto. Cuando un superior o alguien en autoridad, esto me sacudió bastante, mi hermano. Cuando un superior o una autoridad se encuentra con un creyente lleno del espíritu, esta autoridad debería sentirse honrado por esa persona. Eso no es inferioridad, es espiritualidad. Te lo estoy hablando acá como una oveja también, que tengo autoridades. Y yo me preguntaba, y te pregunto, ¿hago sentir así a una persona en autoridad? ¿Lo hago sentir realmente honrado con mi presencia? ¿O más bien es como, híjole, me vi venir y pues mejor se quiere esconder porque viene la crítica? ¿Otra vez no estoy diciendo que no hay espacio para hablar cosas y todo ese tema? ¿Cómo hacemos sentir a las personas en autoridad que están en nuestra vida, a nuestro esposo, a estos maestros de tus hijos, al gobierno, a tus jefes? ¿Lo haces sentir honrado o siempre es menospreciar, sin criticar, que podrías hacerlo mejor y olvidas implícitamente que Dios los ha puesto ahí? Quinta pregunta, ¿cuál es el límite de esta sumisión? ¿Hay límites? Claro que hay límites. Pablo los va a estar explicando en Efesios 5.22 en adelante. Y el primer límite que pone es que esa autoridad solo actúa dentro de cierta esfera. Por ejemplo, ¿qué quiero decir con esto? Efesios 5.22 Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. Efesios 6.1 Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor, porque esto es justo. Versículo 5 de Efesios 6 Ciervos, obedezcan a sus amos en la tierra con temor y temblor, con la sinceridad de su corazón como a Cristo. Lo que Pablo está diciendo aquí es que Dios me ha conferido a mí como hombre autoridad sobre mi esposa y sobre mis hijas. Ahora, no por ser yo hombre y por tener el título de esposo tengo esa misma autoridad sobre todas las esposas de aquí, de la iglesia. Yo tengo mi esfera que actúa dentro de mi casa, al igual así con los hijos. Yo tengo esta responsabilidad y esta autoridad delante de ellas, pero eso no lo hace delante de las demás personas. Ya estaremos explicando a detalle esto cuando veamos también temas de la crianza, pero se limita a la esfera, así como una autoridad gubernamental se limita a decisiones gubernamentales. Él no llega a su autoridad a meterse a la esfera de mi hogar, por ejemplo. Así cada uno tiene límites. El segundo límite, y este creo que es el más importante, es que el límite o el filtro primario es que Dios es su propia autoridad. Él es la máxima autoridad. A ninguna autoridad se le ha dado autoridad por encima de la autoridad de Dios, por encima de la palabra de Dios. Debemos someternos por eso unos a otros en el temor de Dios bajo su autoridad. Ahora, ¿qué sucede cuando una de estas autoridades nos está llevando a pecar? Puede ser desde tu esposo, puede ser desde alguna autoridad gubernamental, pero que esté incitándote a pecar, a hacer algo en contra de la palabra de Dios. Bueno, dicen Hechos 5.29 que debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. Pero, mis hermanos, esto es importante. Aún en esos casos que se esté actuando en contra de la palabra de Dios, la palabra de Dios no nos da el permiso de faltar al respeto a las autoridades. Una cosa es desobedecer lo que va en contra de la palabra de Dios, pero otra cosa muy diferente es ya faltar al respeto a las autoridades, aun cuando se nos instruye a actuar de una manera opuesta a la palabra de Dios, porque para Dios no es un juego el tema de las autoridades. Y aun cuando diferimos de la autoridad que va en contra de la palabra, debemos seguir respetándolos. Hay un pasaje que me encanta, estudiaba este y dije, gracias por la palabra porque pone una foto de esto. En Daniel capítulo 1 recuerdas esta historia gloriosa de Daniel cuando son llevados a Babilonia junto a sus amigos, y entonces se les quiere dar de comer unos alimentos que para ellos eran impuros dentro de la ley mosaica. Respetuosamente Daniel va a las autoridades y le ruega a los jefes que no lo obliguen a eso. Dice Daniel 1, 12. Te ruego que pongas a prueba a tus siervos por 10 días y que nos den legumbres para comer agua, para comer y agua para beber. Te ruego. Él no se levanta y oye, lo que tú estás diciendo es en contra de la palabra de Dios, y eres un ipapa. Te ruego, va con humildad. Entiende que Dios lo puso, pero de alguna manera, él tampoco obedece porque iba en contra de la palabra de Dios, pero no es un derecho a faltar a la autoridad. Mis hermanos, no tenemos a la luz de la palabra de Dios derecho a faltarle al respeto a una autoridad. Hay veces que por obediencia a Dios hay que ir en dirección opuesta, desobedecer, pero no tenemos derecho y respetar cualquier autoridad, ni en el hogar, ni en la iglesia, ni en la escuela, ni en el gobierno, ni en ningún sitio, porque Dios lo ha establecido. Última pregunta. Y iremos viendo a detalle esto en cada uno de los roles que Dios ha establecido. ¿Qué se espera entonces de aquellos que están en autoridad? Dos cosas. Primero, que la ejerzan. Si se le pide a las esposas en versículo 22 que se sometan a la autoridad de sus esposos y en Efesios 6 que los hijos se sometan a sus padres, ¿qué está implicando Pablo aquí? Que ellos deben ejercer su autoridad. Lamentablemente mucho del... Y otra vez te lo repito, mi hermano. Tienes aquí a alguien que te pido que ores por mí, como papá, como autoridad en mi hogar, tengo mucho que crecer, fue algo que también me instruyó mucho. Pero ¿sabes por qué muchos hogares, muchas casas están hechas un desastre? Un desastre, una falta de respeto, porque son un cuerpo sin cabeza. Tienen una cabeza que pareciera que sufrió una embolia cerebral, y no funciona. Las personas que han sido colocadas ahí para guiar no están dando direcciones claras, y muchas veces ni siquiera están ahí, ni siquiera están presentes. Son esposos ausentes, padres ausentes, madres ausentes, y cuando están en la casa, lo único que quieren es pasar tiempo en la televisión, que nadie les moleste, y eso es una caricatura de lo que Pablo nos está ilustrando respecto a lo que es autoridad. Veremos esto a detalle, de lo que implica ser un hombre en Cristo, y lo que espera como papás y como esposos. Pero hombres, de una vez, y es algo que me ha estado sacudiendo bastante, tus hijos y tu esposa no son responsabilidad de la iglesia. Tu esposa y tus hijos son responsabilidad tuya. A ti te ha puesto ahí para pastorearlos, para modelarles el carácter de Cristo, y para instruirlos en la palabra de Dios. Los maestros de tu escuela no son... Mis hermanos, es lamentable, ayer estábamos en el taller de papás y compartía un maestro de allá, y decía llegó un punto en el que me frustré tanto porque parecía que no estaba dando el ancho con los alumnos hasta que entendí que no es mi responsabilidad. La responsabilidad es de ti, papá. Y a veces hemos delegado esa responsabilidad a los maestros, cuando a la luz de la palabra de Dios, la responsabilidad es del hombre. Y Dios espera que ejerzamos esa autoridad. Los que han sido colocados por Dios en posición de liderazgo, debemos saber que tenemos una gran responsabilidad y daremos cuentas a Dios. Y debemos ejercer esa autoridad, y ¿sabes qué? Eso requiere de tiempo. Eso requiere de sacrificios. Requiere que te sientes a hablar, a dar dirección. Requiere que te alimentes de la palabra de Dios. ¿Sabes qué? No sé qué decirles. ¿Y qué estás leyendo? ¿Cómo te estás alimentando? ¿Cómo te estás...? No, pues hay que que vayan a su placecita en la iglesia. Se requiere ser intencional, mis hermanos. Eso no es algo que se da por accidente. En segundo lugar, ¿qué se espera de aquellos que están en autoridad? Que ejerzan su liderazgo para el bien de aquellos a quienes han sido colocados bajo su autoridad. La Biblia no muestra en ningún lado esta imagen en temas de autoridad, como del tirano. Ya sabes que llega a la casa y se quita los zapatos. Entonces, hijos, vengan y denme mi masaje en mis pies, porque fue un día muy pesado. Y entonces, ¿por qué no está la comida? Y llega a dar órdenes, a meter amenazas, a meter cuestionamientos. Eso no es lo que vemos en la palabra de Dios. A la luz de la palabra vemos un liderazgo de un hombre que ama a su esposa como Cristo ama a su iglesia. Que instruye a su familia en el temor de Cristo y, por lo tanto, cuando este líder espiritual toma una decisión, lo está pensando en base a la santificación de su familia. Mira lo que dice nuevamente Efesios 5, 25 y 26. Maridos, amen a sus mujeres así como Cristo amó a la iglesia y se dio el mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra. Efesios 6, 4. Y ustedes, padres, no provoquen a ir a sus hijos, sino críenlos en la disciplina e instrucción del Señor. Es su responsabilidad, papás. Dice versículo 9, también habla de los jefes o los amos respecto a servir a los siervos o a los empleados de buena gana, sin amenazas, de buena voluntad, haciéndoles el bien. Ponía esto en pantalla. El que esté en autoridad debe ejercerla y debe hacerlo bien para la gloria de Dios y para el bienestar espiritual de aquellos que han sido puestos bajo su cuidado. Si alguno no lo está haciendo así, ya sea por abuso o por negligencia, tendremos que darle cuentas a Dios delante de su tribunal algún día. Para concluir, voy a dar tres aplicaciones breves. Pero antes quiero recordarte, no estamos entrando de lleno a los roles de la mujer y el hombre y cómo funciona esta interacción de la autoridad bíblica, de la sumisión bíblica. Lo estaremos viendo las próximas semanas. Estamos hablando simplemente del concepto de autoridad y de sumisión. Un concepto que lamentablemente hoy en día es cada vez más menospreciado. Es más, muchas veces es hasta celebrado. Y es algo que realmente es pecaminoso y es diabólico porque va en contra de lo que Dios ha diseñado. Tres aplicaciones breves. Ponía primero, para los que están en autoridad, si tú estás en autoridad en cualquier rango, en alguna escuela, en la iglesia, en tu casa, si eres papá, si estás en alguna, aún si eres mamá, también habla esta parte, eres autoridad delante de tus hijos también cuando tu esposo no está, si eres madre soltera por alguna situación, también habla esta parte. Entonces, si tú eres papá, si eres mamá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, si eres papá, iglesia que confía, camina y comunica a Cristo. Acompáñanos Domingo a Domingo. Te esperamos.

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