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Historias sin fronteras. Ep.1 - El locutor que migró [Pt.1]

Historias sin fronteras. Ep.1 - El locutor que migró [Pt.1]

Hendrik HeiermannHendrik Heiermann

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Escucharán el primer episodio con Marcos Montenegro, un docente venezolano que migró hace unos años hacia Barranquilla. Tengo el privilegio de conocerle por su programa la voz del migrante en lo cual trabajamos juntos. Facebook: lavozdelmigrante_ Link: https://www.facebook.com/lavozdelmigrantecolombia?mibextid=ZbWKwL Instagram: lavozdelmigrante_ Link: https://www.instagram.com/lavozdelmigrante_?igsh=MTV6ODg2NmV3dTRoZQ==

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I decided to emigrate due to the economic crisis in my country. Seeing my son drinking a bottle without milk or sugar made me realize that I had to make a decision. According to the International Organization for Migration (IOM), over 35 million people have emigrated globally in 2023. I am one of them, currently living in Barranquilla, Colombia. My name is Henrik Heijerman, a German journalist. This podcast aims to shed light on the realities of migration and fight against xenophobia. In the first episode, I interview Marcos Montenegro, a Venezuelan teacher who migrated to Barranquilla. Marcos shares his reasons for leaving Venezuela, including the economic crisis and the struggle to find basic necessities like food and medicine. He decided to come to Colombia to provide a better life for his family. Marcos' story is just one example of the many reasons why people choose to leave their countries. Decido emigrar, ciertamente, es por la gran crisis económica, en lo particular al ver a mi hijo, a mi menor hijo, tomarse un tetero sin leche, sin azúcar, solamente con una vena y con el agua de poca higiene, y sin embargo ver a mi hijo tomarse ese tetero con esa alegría, con esas ganas de comer, evidentemente me hizo a mí reflexionar. Yo diría que yo emigro es por ese tetero, esa imagen que está en mi mente y que dice que sencillamente yo debía tomar una decisión. Según la OIM, la Organización Internacional para las Migraciones, durante el año 2023 han emigrado más de 35 millones de personas a nivel global y yo soy uno de ellos. Viví en México trabajando con migrantes en la frontera con Guatemala y ahora estoy aquí en Barranquilla, Colombia. Me llamo Henrik Heijerman y soy un joven periodista alemán. Creo que de cierta forma todos somos migrantes y por eso este podcast lo realizo como una voz en contra de la xenofobia y para visibilizar las realidades de un migrante. En este podcast Historias sin Fronteras entre Caracas y Tijuana, quiero contarles historias sobre migración, pero también quiero dejar que las personas protagonistas narren la situación migratoria aquí en esta costa caribeña. Además, entrevistaré a personas que trabajan en el día a día con y para los migrantes. Ahora escucharán el primer episodio con Marcos Montenegro, un docente venezolano que migró hace unos años hacia Barranquilla. Tengo el privilegio de conocerle por su programa La Voz del Migrante en lo cual trabajamos juntos. Bueno, estamos aquí con el primer episodio de este podcast y agradezco mucho por haber aceptado esa invitación a Marcos y quiero hablar en este podcast sobre migración y historias de migración, sobre todo de migración venezolana hacia Colombia. Estamos en la ciudad de Barranquilla y estoy trabajando con Marcos. Me está explicando muchísimas cosas. Agradezco mucho por esa oportunidad y quería presentarte y preguntarte quién eres. Explícame la cosa, qué tal Marcos. Bueno, agradecido, agradecido por esta deferencia que me hace. Bueno, Marcos Montenegro, Marcos Tulio Montenegro Adrianza, 52 años, migrante venezolano, abogado, docente universitario y locutor de radio en Venezuela por muchos tiempos, por dos décadas y pico, 23 años en radio en Venezuela. Decido por supuesto estar aquí en Colombia en esta condición de migrante desde el 24 de diciembre del 2016. Decido emigrar y vengo con todo el ímpetu, con unos sueños y con todo lo que significa ser migrante en un país que aun cuando somos hermanos con el mismo devenir histórico siempre existen factores muy diferenciales. Pero básicamente eso es lo que soy. Hice una especialidad en derecho penal y en derechos humanos en Venezuela y desde luego aquí estoy para sumar a este país hermano como lo es Colombia. Perfecto, gracias. Y te quería preguntar un poco, o sea, después tu formación, después cómo creciste, en qué ciudad en Venezuela y luego cómo fue tu proceso migratoria, por donde ya migraste y cómo te fue. Bueno, fíjate lo siguiente, yo soy de la ciudad de Maracaibo del estado Zulia, es una ciudad fronteriza, es una ciudad petrolera con todos los yacimientos petroleros de Venezuela que están justamente en el estado Zulia y eso nos ha llevado a nosotros a tener como una especie de identidad el marabino, también conocido como el maracucho, siente que ese estado de Venezuela como lo es Zulia es como un país aparte por las características interesantes, de hecho se llama la república del Zulia nosotros decimos en una manera jocosa de darle identidad a ese estado, pero por las riquezas que tiene, el clima, es un estado que tiene petróleo, tiene lago, tiene mar, tiene todos los elementos necesarios para ser un país aparte, ¿no? Sin embargo, por supuesto, el estado Zulia es interesantísimo, es un estado muy acogedor que se parece mucho a la ciudad de Barranquilla en términos de integración, en términos de los rasgos de las conductas de los ciudadanos y evidentemente decido viajar o decido emigrar ciertamente porque previamente no lo había creído conveniente, no lo había ni siquiera pensado en emigrar, digamos en el 2005, 2007, nada de eso, yo decido emigrar ciertamente después de la muerte de Hugo Chávez Frías, quien muere ciertamente en el 2012 creo, sí, en el 2012 y se profundizó en Venezuela una gran crisis, ¿no? Decido emigrar ciertamente es por la gran crisis económica, en lo particular al ver a mi hijo, a mi menor hijo, tomarse un tetero sin leche, sin azúcar, solamente con una avena y con el agua de poca y de poco higiene y sin embargo ver a mi hijo tomarse ese tetero con esa alegría, con esas ganas de comer, evidentemente me hizo a mí reflexionar, yo diría que yo emigro por ese tetero, esa imagen que está en mi mente y que dice que sencillamente yo debía tomar una decisión, no era justo que siendo yo profesional, que teniendo yo un estatus, teniendo yo un país rico como lo es Venezuela, mi hijo esté pasando esas situaciones, igualmente para conseguir medicinas, es prácticamente un imposible o era un imposible en Venezuela, no sé si habrá mejorado ahora, pero era sumamente difícil en pocas palabras conseguir medicamentos, conseguir leche, conseguir azúcar, conseguir tantas y tantas cosas, entonces en ese sentido es precisamente por eso, por la crisis económica, por el hambre y porque siendo yo profesional yo creí en mi corazón que evidentemente pudiese hacer algo mejor en un país y el más cercano fue Colombia. Las razones para salir de su país pueden ser muy diferentes. Durante las elecciones primarias del 22 de octubre para un candidato para la presidencia el próximo año en Venezuela que Marcos también organizó, pregunté a varias personas venezolanas por sus mitos de emigrar a Colombia. Porque ya no había posibilidades de trabajo allá en Venezuela, ya las empresas estaban cerrando, ya no se podía trabajar allá, no hay forma, inclusive ahorita mismo trabajando allá en Venezuela en cualquier trabajo el sueldo no te alcanza para nada, no te va a alcanzar, aquí tienen un poquito más de posibilidades para obtener los ingresos y poder sobrevivir, tanto para que ahí pueda apoyar a la gente allá en Venezuela. Cuando llego amanecido de alguna presentación, en ese cuarto... Lo que ganamos acá queremos ayudarle pero no nos alcanza tampoco, entonces la necesidad de Venezuela es muy grande, entonces ya queremos algo que podamos nosotros ayudar bien a nuestra familia que dejamos allá. Yo llego aquí en el 2018 y tampoco he regresado más. Emigré por el problema de que yo siempre he sido luchador social, siempre me ha gustado colaborar con las personas, para personas de bajos recursos, personas enfermas y protesté, protesté y protesté, protestaba por el agua, por la electricidad, por la luz y fui preso. ¿Cómo fue entonces el proceso migratorio? ¿A dónde fuiste? ¿Cómo te fuiste? ¿Cómo fue todo eso? Se me facilitó un poco, un poco, se me había puesto las cosas muy claras porque mi esposa es colombiana y yo conocí a mi esposa cuando Venezuela era Venezuela, la Venezuela saudita, la Venezuela rica, cuando ciertamente la migración era al revés, cuando los colombianos iban a Venezuela a buscar nuevos futuros y nuevas oportunidades. Allí conozco a mi esposa, la que es ahorita, y yo dije, bueno, negra, porque es morena, y allí yo le dije, bueno, vamos a tomar la decisión de irnos a tu país, Colombia, porque es lo más cercano que tenemos. Y así hicimos, vinimos con nuestros hijos venezolanos, dos hijos, yo tengo tres varones, los tres son venezolanos, están aquí conmigo, pero básicamente cuando tomamos la determinación de venirnos, aun cuando yo tenía mi pasaporte, las relaciones entre Colombia estaban cerradas, la frontera estaba cerrada y solamente estaba la vía de la trocha, es decir, la vía de los caminos verdes fue bastante traumático porque fue lluvioso ese día, y las fronteras, esa trocha duraba el trayecto 45 minutos, de una alta peligrosidad porque allí nos encontramos nosotros, no solamente con una vía de difícil acceso, sino que también habían paramilitares, armados, estaban allí en esa zona, y el chofer que nos estaba trasladando para pasarnos hacia Colombia, él hacía sus trámites, hacía sus pagos en los mecates, los mecates son alcabalas muy cercanas una a una, en el cual sencillamente había que pagar dinero para poder pagar, para poder acceder, y eso fue uno de los episodios quizás más difíciles, tuve oportunidad de grabar, pero también el propio chofer me dijo, no grabe más porque está en peligro la vida de nosotros, y si un paramilitar de ellos se da cuenta que estamos grabando, evidentemente hubiese habido un factor de riesgo allí. Yo emigré el 26 de junio del 2021, y crucé a través de la frontera de la Guajira, con el estado de Zulia, y fue prácticamente a pie, ya cuando pasé, que llegué acá, me recibió mi hermano, que ya tenía tiempo acá, y comencé a trabajar. Hace años acá en Colombia, me dejó mi madre en Venezuela, fue muy difícil la trayectoria hasta acá, mucho dolor, pero bueno, adelante, sí señor, y luchar hasta el final, es lo importante. Afortunadamente tengo las dos nacionalidades, entonces fue muy sencillo, yo simplemente tengo familia acá, siempre he tenido las dos nacionalidades, y en 2018 tomé la decisión de venir. Después que me recupero, me paro como un campeón, en cambio que ella en el otro. Entonces se fueron directamente por acá, a Barranquilla, o se fueron a otros lados, y como se integraron así a la ciudad, y lo que me interesa es como tu, con tu formación profesional que tuviste como abogado, y también como profesor en la universidad allá en Venezuela, quería preguntar cómo te enteraste en el mercado laboral aquí, y a dónde se fueron primeramente, tú y tu familia. Sí, decidimos llegar a Barranquilla, y en hecho así llegamos, llegamos aquí a Barranquilla, con la posibilidad cierta de conseguir un empleo, conseguir un trabajo, consono con lo que yo era, o abogacía, trabajar en algún bufete, o trabajar en alguna universidad dando clases, o trabajar en una emisora de radio, en ninguna de esas opciones tuve éxito. Fue muy difícil realmente, y allí realmente nosotros, es cuando nosotros, yo particularmente decido volver a intentar otras posibilidades en otras ciudades, y decido irme yo solo, mi esposa se queda aquí en Barranquilla, pero yo decido, digamos emigrar, o mejor dicho emigrar internamente, correcto, en términos de tránsito, o de movilidad humana, entonces en ese caso particular me voy a la ciudad de Barranquilla, me rectifico, a la ciudad de Bogotá, clima frío, una ciudad hermosísima, me encantan las ciudades grandes particularmente, una verdadera metrópolis, y allí duré viviendo seis meses, en esos seis meses ¿qué hacía? vendía café, en esos seis meses tuve la oportunidad de vender tinto, en las madrugadas a los camiones que llegaban en ese espacio donde yo estaba viviendo, pero siempre con ese dolor implícito que significa, bueno ¿qué estoy haciendo yo aquí? ¿qué es lo que realmente estoy yo invirtiendo en cuanto al tiempo? ¿qué ejercicio o qué enseñanza me puede traer el haber tenido un estatus, digamos muy holgado en Venezuela, digamos con un estatus más o menos normal, y sencillamente ahora encontrarme vendiendo en las madrugadas, lloviendo, café? Evidentemente pasaba algo muy importante Hendrick, que es bueno recalcar, y es que sencillamente alguien dirá, bueno pero todo el mundo vende café, o mejor dicho, el hecho de vender café es un éxito en Bogotá por el frío, es decir, allá se consume mucho café ¿no? o bebidas calientes, y bueno, para sorpresa mía, yo era una de las personas que casi no vendía café, pero yo me pregunto ¿era porque el café que hacía era malo? No, evidentemente no era por eso, era porque no estaba preparado para vender café, esa energía que debe haber entre un vendedor, ese contacto directo no lo tenía, y realmente eso se transmitía y se traducía en que mi café siempre terminaba lleno, en vez de vender, es decir, en pocas palabras, encontraba yo en un ejercicio de vender café, que era un negocio sumamente fácil, y se convertiría en algo difícil, no precisamente por las circunstancias, sino más bien porque no estaba preparado para vender, y al no estar preparado obviamente jamás ibas a tener un resultado muy positivo o productivo. Me imagino, muy impactante, y así uno se aprende mucho de cómo es ser migrante ¿no? y migrar hacia otro país te deja confrontar mucho con tu nacionalidad, y cómo es migrante y encontrar esas nuevas realidades ¿no? Lo que me fascina de ti es como, y quiero llevar un poco hacia ese tema contigo, de que tú como locutor, que trabajas en Boca Ribe y en los colectivos radiofónicos, que tienes el derecho de autorrepresentarte como migrante, ahí me interesa un poco, cómo te interesa entonces vender el café, y con todo tu desarrollo laboral hacia eso, cómo te das cuenta como que tu voz es una voz para los migrantes ¿no? con tu emisora ahora, La Voz de Migrante, cómo fue ese proceso y cómo ves tener el derecho, el deber, esa oportunidad de autorrepresentarse, y también a otros migrantes ahí. Sí, evidentemente he trabajado en proyectos, en proyectos para población altamente vulnerable, he conocido personas que realmente me han llevado a participar directamente, caso particular del padre Sirido Swing, que es una referencia, un factor integrador aquí en el suroccidente de la ciudad de Barranquilla, él ha desarrollado muchos proyectos importantes, y yo trabajé con él en un proyecto que se llama Proyecto Villa Caracas por dos años, que es un asentamiento que está ubicado en el suroccidente, donde el 76% de la población son migrantes venezolanos, en un estado de vulnerabilidad grande, y que bien pudiera darse entrada a un episodio particular ¿no? Y por supuesto, también yo decido vender café, es porque sencillamente es el estado de necesidad en el cual me encontraba, y desde luego, allí en la ciudad de Bogotá, yo sentí el duelo migratorio como nunca antes lo había sentido, y sentí el dolor de lo que significa encontrarme solo, alejado de la familia, mi esposa en otra ciudad, en la costa, yo ubicado en el centro, y eso trajo como consecuencia un retorno otra vez a la ciudad de Barranquilla. Cuando yo llego aquí a la ciudad de Barranquilla, evidentemente ya vengo como más preparado, como más aterrizado acerca de lo que debía yo afrontar, y es cuando me dedico a trabajar en los proyectos sociales. Siempre observé que la desinformación era un aspecto muy importante, y era una debilidad que tienen los migrantes venezolanos. Entonces, en ese sentido, ¿qué hago? Hago y trato por todos los medios de buscar la información y tratar de difundirla. Ese es el objetivo de este proyecto que tengo aquí, que es La Voz del Migrante, que es una plataforma digital, comunicacional, interactiva, que promueve la integración, la solidaridad, no a la discriminación, no a la xenofobia, y por supuesto también no a los discursos de odio. Al tener este espacio, me sirvió para conocer, evidentemente, las organizaciones internacionales que hacen parte o que intervienen en diversos proyectos, como por ejemplo la ACNUR, FUPAD, la Organización Internacional para las Migraciones, OIM. Es decir, con todos ellos he tenido ese contacto y esa articulación que es el que me ha permitido ser conocido hoy día en Colombia y por supuesto también fuera de este país. Aquí termina la primera parte de la entrevista con Marcos Montenegro. En el próximo episodio vamos a seguir con la segunda parte de la entrevista con él, y así voy a seguir a entrevistar y hablar con personas que cuentan un poco más las historias migratorias entre Caracas y Tijuana. La música utilizada era la canción El Cuarto de Terror, de Alejandro Cejas. Esto fue Historias Sin Fronteras, entre Caracas y Tijuana. Una producción mía con el apoyo de Boca Ribe Radio, la Deutsche Welle Akademie y el programa alemán Kulturwelt. La producción fue realizada entre octubre de 2023 y febrero de 2024. Yo soy Ender Cayaman, y hasta la próxima.

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