The speaker discusses the recent political developments in Las Heras, where a candidate from a centenary party switched to a different alliance. They express surprise and disappointment at this decision, emphasizing the importance of party loyalty and ethical behavior in politics. They also criticize the trend of politicians prioritizing personal interests over the well-being of the people and the erosion of democracy caused by such actions. The speaker mentions the expulsion of the candidate from their party and criticizes the culture of political opportunism. They highlight the need for discipline and ethical values within political parties. The conversation touches on various topics, including inflation, crime, and the importance of public service. The speaker emphasizes the need for a focus on the common good rather than personal gain in politics. The conversation ends with a discussion about the vice-gubernatorial candidate proposed by another political party, highlighting the lac
Hola, bueno, muchachos, empezamos, ¿no?, ¿sabes? Firme, acá. Dejen de hablar un poquito, porque están hablando mucho. Doctor, ¿cómo le va? Muy bien, muy contento de estar acá entre ustedes. Y, sobre todo, ya lo decía con mi colega y amigo, e hincha del mismo equipo, el más grande. Dígalo, dígalo. Ok, ok, por favor. Teréstico, boca llena. Pónganse de pie, por favor. Por favor. Muy bien, somos todos bocachinchos. Doctor, eh, queremos, yo le quiero hacer una pregunta personal y técnica.
En Las Heras ha sucedido algo que es que Orozco es el candidato a vicegubernador de Demarchi. Se ha ido de cambio a Mendoza. Y usted es radical. ¿Qué ha sucedido ahí? Si usted nos podría explicar. Lo que sí sé que es el mal micrófono. Eh, yo la verdad que, cuando me enteré, la verdad que no lo podía creer. Digo, no puede ser. Porque el señor Intendente de Las Heras no es, no ha llegado a la política en la actualidad.
Fue candidato, yo no me acuerdo si fue en el año 95, 96 a Intendente. Entonces me extrañó mucho que un hombre de su experiencia pudiera dar un paso tan abrupto de pasar de un partido centenario que tiene sus defectos, que ha tenido sus virtudes, que ha perdido lamentablemente la identidad, a una, a un, a una, diríamos, a una alianza que es contraria a donde está el partido. Yo le confieso. Yo no estoy de acuerdo que el partido esté donde esté.
En la derecha, cambiemos juntos por el cargo, como quieran llamarlo. Yo no estoy de acuerdo. Pero bueno, soy respetuoso de la decisión de la mayoría. Porque a mí me enseñaron de chico que la mayoría en Gualeguaychú dijo que había que ir con un partido vecinalista y, que no lo quiero nombrar, pero, y bueno, estamos acá. ¿Qué vamos a hacer? A mí no se me ocurriría. Yo tengo 53 años de vida partidaria. Intensa. Y he ocupado cargos 16 años.
O sea, cuatro mandatos. Siempre me eligió el pueblo. Y bueno, este, pero como decía Don Hipólito Yrigoyen, que los cargos son un medio, son un instrumento para beneficiar a la sociedad. No constituyen un fin en sí mismo. No son un fin en sí mismo los cargos. Porque es lo que ha pasado ahora. Hay personas, de todos los partidos, que desde el año 83 no se han perdido una quincena. Pero han pasado por boletería. O sea, se han jubilado de políticos.
Y no lo digo con resentimiento. Lo digo con desazón. Porque eso va socavando las bases de la democracia. Porque el hombre que no tiene trabajo, el hombre que, por distintas circunstancias, se ha convertido en pobre, en el hombre que, con desazón, ve que sus hijos no tienen futuro. Y bueno, ¿qué ejemplo le puede recibir ese señor o esa familia, cuando ve que sus funcionarios se cambian de partido como si se cambiaran de carneta? ¡Claro! Entonces esto es lo grave.
Y entonces aparecen todos estos pretendidos salvadores que antes eran los militares, con los golpes de Estado. Y ahora son, del mismo vientre de la democracia, aparecen estos hombres milagrosos que, indudablemente, tendrían que ir más que nada al psiquiatra y no tendrían que dedicarse a lo más exceso que es la, por más que hoy esté devaluada, que es la política. La política viene de la época de los griegos. Y es, precisamente, el bien común. Buscar el bienestar general.
Pero parece que buscan el beneficio de tipo personal. Por eso nosotros hemos solicitado la expulsión del partido. Porque en alguna vez... ¿Expulsión del partido de Orozco? Claro, y a Martín Bustos. ¿Por qué? Porque han transgredido el artículo 15, inciso E de la Carta Orgánica, que dice que cuando un funcionario se pasa a otro partido que está en competencia con la Unión Cívica Radical, es causal de expulsión. Y esto, en algún momento, tiene que terminar. Esto de que pasan Tomás Pavos y dale a Braulio, me voy acá, vuelvo allá.
Ya ha pasado. Ya pasó con el Cristina Cobos y vos. Ya pasó en otras épocas también. Y bueno, nunca se ha tomado una tarea así, diciendo, bueno, señores, que en algún momento, si al menos tuvieran hasta la dignidad de renunciar antes al partido, que renuncien antes, bueno, ya está. Pero después vienen y pretenden ser más radicales que los que nos hemos quedado toda la vida en él. No hace falta que, si yo no tengo ninguna aspiración, ya está, ya fui yo.
Soy un sol apagado, digamos. Pero... me da pena, me da tristeza. No solamente por lo que ha pasado en las eras. Por lo que pasa en distintos partidos con la especulación y con proyectos personales. ¿Cuánta gente habrá que ha trabajado? Incluso yo. Me acuerdo que fui en el 2015 a trabajar a la acera para darle una mano, porque yo lo conocía de antes, éramos del mismo sector interno de Causa Nacional. Y me dio tristeza, más que nada.
Pero también en el radicalismo hay que hacer imperar alguna disciplina, algún contenido ético que debe tener toda persona. Si no, uno se va a la casa. ¿Cuántos radicales o cuántos del justicialismo, cuántos se han ido a la casa y no se han ido del partido ni nada, pero se han ido a la casa, tranquilos. Yo conocí mucha gente muy importante dentro del radicalismo. Hablo de los que conocí. Que tuvieron diferencias personales o discrepancias personales, o no, o política.
Y la gente antes no se cambiaba del partido, se iba a su casa y se quedaba en su casa y hacía su vida. Pero ahora parece que es lo que decía Milojan Gilas, que fue un gran amigo de Tito, del líder yugoslavo, que fue uno de los importantes hombres de los países no alineados. Milojan Gilas tiene un libro muy interesante que se llama La Nueva Clase, que hoy en día viven del Estado y han vivido del Estado siempre.
No es el caso de Orozco, porque creo que Orozco no ha vivido... Alguna vez trabajó. No, no, no. Era médico y un buen médico. Pero no puede ser el cargo, como decía Don Hipólito, no puede ser un cargo, un fin en sí mismo. No puede ser. Porque si no, cerremos la puerta y sigamos con las reelecciones, no terminamos nada. Yo fui reelecto una vez y me pareció ya está. Y me fui a mi casa. Acá me llegó un mensaje, doctor, que dice, a Cobos lo echaron y después de la 125 lo llamaron de vuelta.
Sí, es verdad. Más le voy a decir. Le voy a contar una anécdota personal. No fue con eso... Lo que yo le voy a contar fue cuando Cobos dijo... Yo fui muy amigo de Alfonsín, de Ricardo... De Ricardo también soy amigo. Pero fui muy amigo de Raúl Ricardo Alfonsín, del presidente de los argentinos. Y yo me acuerdo que una vez yo cuando venía Alfonsín acá yo le presentaba los libros, él me presentaba libros a mí, yo tengo un libro de la constitución argentina comentada y el prólogo es de Alfonsín, de Raúl Alfonsín.
Me hice muy amigo de él. Y una vez vino Alfonsín acá a Mendoza y me decía Juan, porque a mí me decía... Yo me llamo Juan Fernando. Me decía Juan, por favor conseguime una audiencia con el gobernador Cobos. Entonces, bueno, se la conseguí, bueno, lo atendió muy bien. Y bueno, me acuerdo que... Bueno, señor presidente de acá, señor presidente de allá... Y dije, claro, quizá la inexperiencia de Cobos, no sé qué, le podría haber anoticiado a Alfonsín que al otro día iba a salir en el diario de las casas de molde, decía Cobos, Alfonsín fue el peor presidente de los argentinos.
Lo llamo a Alfonsín, le digo, mire, mire lo que le han dicho. Mira, Juan, me dijo, hay que saber perdonar. Como diciendo, ya está, ya fue, y ya está. Por eso le quiero decir que el radicalismo, sí, el radicalismo también ha perdonado a mucha gente. Pero yo creo que alguna vez... Los candidatos. Me autoproclamo yo y soy candidato a lo que sea, a la NASA, a las Naciones Unidas, cualquier cosa, a la OEA, no hay ningún problema.
Antes yo recuerdo, con esto termino. Yo recuerdo que antes a los candidatos a gobernador, a las fórmulas, se hacía una asamblea y había alguien que lo proclamaba y venían los candidatos y aceptaban el cargo. Como el cargo de defensor en el derecho penal. Lo proponía la asamblea. Por lo menos en mi partido era así. Entonces, hoy en día eso no es cualquiera. ¿Por qué? Porque se ha transformado la democracia de partido en democracia de candidato. Y esto es lo grave que tiene la democracia.
Que encima lleva a sus enemigos en su propio vientre. Porque nadie dice, yo soy antidemocrático, yo soy fascista, yo tengo un beneficio de corte personal. Bien. Fernando. Bueno, justamente como está diciendo, y bueno, más claro imposible con respecto al tema de esto de cómo quedan atrás los partidos políticos inclusive en su estructura ideológica, ¿no? Acá hay una pregunta que habla un poquito de eso. Quería leerla al aire. Y dice, ¿qué opina de que el partido que llevó a juicio a las juntas militares lleve como vice a Ebe Casado a la dictadura? Bueno, eso habría que preguntárselo a las que la han nominado.
Yo la verdad... No, la opinen. Dice, ¿qué opina? Ya estaba más que claro la opinión. ¿Qué va a hacer? Hemos llevado a un candidato. No, digo que esto, por ejemplo, despierta también otro debate porque justamente se ha habido un partido... Yo no sabía eso. La verdad es que me entero ahora que ha negado el... De todas maneras... Sí, hizo declaraciones muy polémicas en su momento que fueron puestas en el tapete y todo lo demás. A mí lo que sí, también a mí me llama un poco la atención eso, pero más que nada por la cuestión de lo que hablaba recién Fernando con respecto al tema de las cuestiones ideológicas en los partidos.
Se acabaron. Es una cuestión... Si usted me pregunta a mí por qué soy radical, yo le voy a decir, por Irigoyen. Porque... El nacionalismo que tuvo Irigoyen frente a las potencias extranjeras. Acá vino la flota norteamericana y quiso entrar de prepo en el Puerto Nuevo, en Buenos Aires. Y Irigoyen dijo, mire, señor almirante, primero voy a tener que pedir permiso al presidente, si usted quiere pasar. Porque estableció en la sociedad de las naciones el principio de igualdad jurídica de las naciones.
Donde... los aliados, Francia, Estados Unidos, Inglaterra, en la Primera Guerra Mundial no convocaron a los vencidos. Entonces le ordenó a Honorio Puigredón y a Marcelo Torcuato de Alvear, que era un embajador y el otro era... no sé qué cargo tenía Alvear. Le dijo, pregunte si están los vencidos. No, no están los vencidos. Bueno, la delegación argentina se retira. Estableció la igualdad jurídica de las naciones. Soy radical porque cuando Ilia estuvo en el gobierno, terminó con los contratos petroleros que era una entrega del señor Frondizi.
Y no habían pasado por el Congreso. Y soy radical también porque todo el mérito que tuvo Raúl Alfonsín en juzgar a las juntas militares. Que eso realmente es inédito en el mundo. Ni siquiera la revolución de los claveles en Portugal ni Karamanlis en Grecia pudieron ponerle este coto digamos a la dictadura militar. Y él lo prometió en la campaña. No fue que después se dio vuelta ni nada. ¿Por qué no nos aclara que fue la revolución de los claveles? Claro, no.
Portugal estuvo como 40 años en una dictadura como la de Franco, más o menos igual, con Oliveira y Salazar. Llegó un momento en el año 74 cuando venía toda la concepción de los países no alineados. Con Tito, Josip Broz Tito, Nasser en Egipto, Tito en Yugoslavia, ¿cómo se llama? Nerú en Mao Zedong. Bueno, todos los países no alineados. O sea, no alineados detrás de Estados Unidos o detrás de la Unión Soviética. Entonces, la revolución de los claveles Portugal tenía colonias en la India, como Goa, y tenía también colonias en China, como Macao.
Entonces, se levantó un golpe de Estado, pero en vez de que hubiera que fuera cruento el golpe de Estado, los soldados marchaban con un clavel en el fusil. Por eso se llamó la revolución de los claveles. Pero no pudieron juzgar a los militares de Oliveira y Salazar porque fue la tranza, igual que en España. En España hablan todos de Franco, cuando se puso el rey, le dijo, mira, acá tiene la monarquía, después hagan lo que quieran.
Pero fue una tranza. Acá no. Acá Alfonsín dijo, vamos a juzgar y lo juzgó. Que después vino lo que vino, es otra cosa. ¿Puedo hacerle alguna pregunta? No, simplemente era para comentarle ahí a Fernando que, bueno, digamos, como él decía que no desconocía las declaraciones de Casado, que era para que el contagio de COVID de Fernández, el actual presidente, contagiara a Cristina y pasaban dos pájaros en un solo tiro. Lo estaba leyendo justamente acá que fueron que inclusive la denunciaron en el...
No, no, la denunciaron ahí en la Cámara para... No, que decía que en primer lugar las manifestaciones de Casado, del PRO, en el Frente Cambio a Mendoza, se incluyen en las ideologías que desconocen el genocidio de las manifestaciones de los mismos sectores antidemocráticos que en la década de 70 cometieron crímenes de lesa humanidad. Eso fue más o menos la... sintetizado lo que se planteó en ese momento. Era nada más que para comunicarse lo que era ese...
Y no, porque también había entrado otro mensaje reciente, el mes pasado, pero hablaba más o menos lo mismo. Y tampoco lo hemos invitado fuera de acá para que defienda la elección de Cornejo con respecto a quien lo va a acompañar en la fórmula. Simplemente era una opinión. Claro, era una opinión. A Cornejo. Si yo la veo por la calle, no la conozco. La verdad, ahora tendrá sus motivos y tendrá su espacio político y tendrá su fuerza y tendrá por algo...
No quería... No quería dejar que Miguel, que es la persona que hizo la otra pregunta también, que decía buenos días, muy buen programa, lo felicito. Quisiera preguntarle al doctor Fernando al maníaco, ¿qué opina de la vicegobernadora que propone Cornejo? Muchas gracias, Miguel. Era justamente para no dejar el mensaje en el aire que también se había repetido Yo la verdad que yo he dado a esta altura en mi vida. Y a lo mejor, doctor, es para hacerle una mela de Marchi, digamos, también.
Y seguramente, también puede ser un pedido de Buenos Aires. También puede ser un pedido de Buenos Aires. Para el curioso que dijo Claudio. La opinión suya de lo que ha hecho de Marchi, ¿te dice? ¿O se usa una estrategia de ello o no? ¿Qué? ¿Una estrategia de Cornejo y que Marchi se abra por otro lado? No, no creo. Yo la verdad que no sé. Yo estoy ajeno a esas cuestiones. Yo la verdad que no sé. Pero no creo que sea una estrategia entre de Marchi y Cornejo.
Que haya un pacto secreto. No, no creo. Sinceramente no creo. No creo. ¿Qué opina de lo que se ha abierto? Y bueno, si se ha abierto, yo no sé. ¿Qué sé yo? Se hablen tanto. Si es una estrategia, no es una estrategia muy válida, digamos, tampoco. Yo le incorporaría al Germán en la definición a ver qué opina él también. Yo, en defensa de mi colega y amigo, tengo que decir que no se le pueden pedir respuestas racionales ante la irracionalidad que nos toca vivir en las últimas horas.
Porque ciertamente... No, y lo que puede venir más tarde. Yo la verdad que no sé. Le confieso que habiendo tanta gente pobre, yo no es que me quiera tampoco ser el demagogo, pero con tantos problemas que tiene nuestro país, estar pensando que si han... Yo la verdad que no tengo palabras. Te agradezco, Germán, la defenso. La verdad que no la necesito, pero... No, no, pero a mí ya esto... Qué sé yo, uno sale a la calle y se encuentra con la realidad de la inseguridad, de la gente pidiendo.
Entonces, qué sé yo... Y aparecen los grandes salvadores. Eso es lo que a mí más también me molesta. Los que están fuera de la política y que pretenden ahora ser política. Eso yo no lo puedo... Pero acá, perdoname que te interrumpa, Fernando, como si estuviéramos en el ascensor de un piso. Y de paso pasamos el tío. No, no, no. Dijimos solo la numeración municipal. La nomenclatura. No dijimos ni piso ni nada. Ciertamente, fíjate cómo se produce este efecto que de repente el gran problema que tiene con la inseguridad Mendoza...
Vos recién, Alfredo, decías hoy el tema de la canasta básica, pero ciertamente los indicadores inflacionarios son en Mendoza siempre más altos, uno o dos puntos que en la Nación. Sí, Mendoza siempre fue más cara. Y todos los desbarajustes que está exhibiendo la gestión actual de gobierno, de repente se dilucen en los personalismos, como decía recién Fernando, de este candidato u otro, y la gente al final no logra entender cuál es la propuesta. O sea, la propuesta de Hebe Casado que es una propuesta a ver quién se puede contagiar y listo, se acabó.
¿Cuál es la labor legislativa que va a tener? ¿De qué manera va a ordenar un Senado que se le va eventualmente a presentar ahora sí realmente con una discusión y la búsqueda de consensos que amerita? ¿O qué, lo va a mandar a todo enfermar cuando algo no le guste? Entonces, esas cuestiones creo que son las que pierden centralidad ante esta cociuntura. Perdón que te interrumpa. No querido, no, sí estamos conversando, tampoco no hay mucho para conversar en este tema.
Pero yo debo confesar que yo jamás había visto una cosa igual. Yo no sé. ¿Será que es muy duro volver a agarrar la pala? Puede ser, a mí me pasó. Yo fui diputado en el 83 provincial y del 87 al 91 fui diputado nacional. Fuimos a la interna y el BITI, que en paz descanse y que vayan mis recuerdos, nos ganó la interna. Entonces yo iba en primer lugar de diputado nacional pero entré tercero y entraron dos porque vino Bordón y nos ganó.
O sea, fueron tres justicialistas y dos radicantes. Y bueno, de pronto me empecé de nuevo. No le pedí a nadie, nada. Digo, Fernandito, vos no naciste en una banca, hermano. Así que a empezar a remar de nuevo. Y yo me acuerdo, hago mal en hablar de mí, pero que me había olvidado hasta de hacer una sucesión. ¿Qué es lo más fácil que hay? Hacer una sucesión, hacer el escrito. Me había olvidado del arte, de la profesión.
Entonces es duro. Pero a uno, como decía Don Hipólito, el llano purifica. Purifica el llano. No me vino mal, me hicieron un favor a mí. Porque empecé otra vez a agarrar el estudio y dije, Fernando, nunca más. Yo tengo dos hijos. No es que yo sea un descastado. Tengo dos hijos que son abogados. Yo siempre les he dicho, mira, no tienen de no meterse en cargos públicos porque van a estar un tiempo y va a venir otro y le va a decir, flaco, correte que ahora me toca a mí.
Entonces yo les digo, che, no, papá, nosotros no. Yo les he enseñado a que no estén en los cargos públicos. ¿Por qué? Porque se pierde la, ¿cómo le puedo decir? La garra. La garra y las ganas de vivir. Eso es la, digamos, la esencia del ser humano. ¿Cuál es? Ganarse el mango, como pueda. Y bueno, ahí estamos. Nosotros estamos ahí en la profesión. A mí me encanta la profesión porque me encuentro con Germán. Hacemos los comentarios, nos agarramos la cabeza cuando pierde boca.
Pero bueno, nos amargamos, nos alegramos. Pero esa es la vida. No se puede estar todo el día en la asesoría. No se puede. No lo conseguiría para mí mismo. Pero bueno, hay criterios, por supuesto. Perfecto. Bien. Raulito. No, no, yo decirle al doctor que justamente al lado suyo, su amigo, su... Colega e hincha. ...su colega e hincha de boca es uno de esos que usted dice, digamos. Es uno de los que tiene garra y que va y hace la función pública pero que sigue en la profesión.
Y que no la abandona. Pero sigue trabajando en el territorio. Claro. Realmente por ahí... En la época me acuerdo del proceso. Que a mí me tocó todo el proceso y defendiendo a los presos políticos. Salíamos del estudio a las nueve y nos íbamos a comer a algún lado con algún departamento. Y seguíamos como si estuviéramos en política. Como si no hubiera pasado nada. Éramos locos. Terrible. Y teníamos 23 años, 24. Y acá estábamos. Con Genú, con Maglini, con Julio Petra.
Sí. Todos otros momentos de la política. Digamos donde sinceramente se jugaba por... Por los ideales. Por sus convicciones. Pero por supuesto. Hoy es cierto lo que plantea usted. Yo lo decía al principio. Ese tema. El individualismo, el egoísmo, el hacerlo para uno. Son del movimiento TPM. Todo para mí. Vamos a un corte. Y ya volvemos.