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CAFE PENDIENTE - DORA

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Dora Castañeda is a professional from Boyacá, Colombia, and works for AES Colombia in the field of social management for their operation projects. She values her family and is passionate about social work. Dora believes that people should have more vocational guidance to make informed career choices. AES Colombia is an American company dedicated to sustainable energy generation through hydraulic, solar, and wind systems. Dora emphasizes the importance of being conscious of our energy consumption and its impact on the environment. She encourages using public transportation whenever possible. Dora also shares a lesson she learned from her mother when she was young, highlighting the importance of accountability and consequences. Muy buenos días, buenas tardes. Estamos aquí en nuestro Café Pendiente, nos acompaña Juliana Quintero y tenemos una súper invitada que se llama Dora Castañeda. Dora, bienvenida al Café Pendiente. Gracias, profesor Alberto. Muchas gracias a ti y a Juliana por la invitación. Debo aclarar que me agarraron en un alzalba. En el Café Pendiente. Sí, teníamos un café y el profesor ya nos había preguntado si le gustaba el café y yo le había respondido. Exacto, entonces aquí en el Café Pendiente queremos conocer a la gente, ¿cierto? Queremos que la institución conozca a la gente y la gente conozca a la institución, ¿listo? Entonces, con Dora vamos a hacer la misma dinámica que siempre venimos manejando y es la primera pregunta y es ¿quién es Dora Castañeda? Bueno, ¿quién es? Voy a ser un poco romántica para no irme porque no me están preguntando qué profesión tengo ni qué hago. Bueno, Dora Castañeda es una mujer de origen boyacense, hija de unos padres campesinos, soy profesional y creo que soy una persona apasionada de la labor social y en el momento, en términos profesionales, pues represento la compañía AES Colombia desde el área de gestión social para los proyectos de operación que tenemos en el municipio de Castilla, Lanhuay. En términos familiares, pues soy la segunda de cuatro hijos volvidivos de una familia boyacense, mis padres son de origen boyacense del norte de Boyacá, estudié Comunicación Social en la Universidad de Boyacá, luego hice una especialización en Gerencia de Entidades Territoriales, que es un poco más del tema del sector público y bueno, eso es lo que les puedo contar acerca de Diego. Me parece muy, no sé, que estás enfocada en el tema y lo nombraste como tres veces de vengo de familia boyacense y no de familia boyacense. ¿Por qué tanto de familia boyacense? ¿Estás muy desvaigado en eso? Sí, creo que los boyacenses somos muy conservadores y para nosotros el núcleo familiar es muy importante. Cuando conozco otras personas, además, soy de las que siempre pregunto, ¿y tú de dónde eres? ¿Tú eres de acá? ¿De dónde vienes? Porque me parece que esa es una de las condiciones o de la información que te ayuda a hacerte una idea de quién es esa persona o de cómo es su forma de ser. Pero sí, repito que soy boyacense porque me siento muy orgullosa de mi tierra y porque los boyacenses somos muy familiares, muy conservadores. Juliana, ¿quieres preguntarle algo? Sí. ¿Qué consejo te hubiera gustado que te dieran cuando eras joven? Me hubiese gustado recibir mayor orientación vocacional. Yo me gradué del colegio con 15 años, no pasaba por mi mente quiero ser esto, quiero ser aquello. De pronto esos sueños que uno tiene de niño, primero quería ser enfermera, luego quería ser profesora, luego quería ser analfata, pero me vi enfrentada a terminar el colegio y no tenía ni idea qué quería ser o que alguien me hubiera dicho, mira, yo veo antivocación para esto. Entonces, estudié comunicación social como por descarte, estudié gracias a una beca, pero sí, cuando estaba joven me hubiera gustado recibir mayor acompañamiento en esas decisiones que definen el futuro. Tú mencionaste ahorita que en este momento estás trabajando con AES Colombia. Coméntanos así rápidamente ¿qué es AES Colombia? Porque de pronto algunos de los que están viendo no tienen ni idea. AES, ¿qué significará? ¿Qué es AES Colombia? Bueno, AES Colombia es una empresa dedicada a la generación de energía a través de métodos sostenibles o sistemas renovables, generación a través de sistemas hidráulicos, solares y también de energía eólica. Es una compañía que ya cumple casi dos becas en el país, es de origen americana, pero ya hace, digamos, casi que se nacionalizó. Por eso, entre otras cosas, cambió su nombre y ahora se llama AES Colombia. Y AES Colombia es propietaria de la central hidroeléctrica de Chivor, de dos parques de generación de energía solar acá en el municipio de Castilla la Nueva. Tenemos otro parque solar de generación en Huila y tenemos en desarrollo otro proyecto también para el departamento de Tolima y un proyecto de energía eólica que se ha desarrollado también en el departamento de la Guajira. Entonces, nuestra línea o la línea de negocio de la compañía es la generación de energía. Bastante interesante. ¿Cierto Juliana? ¿Algo más que le quiera preguntar a Dora, Juliana? Esa pregunta es relacionada a lo que usted me dice de la energía sostenible. Si usted pudiera cambiar algo en el mundo, ¿qué sería y por qué? ¿Lo relacionado con la energía? Con el medio ambiente, con la energía sostenible. La percepción que tenemos y me incluyo de que las cosas ocurren porque sí o de que las cosas se dan de forma natural. Todos consumimos energía todos los días, en el televisor, en la plancha del cabello, en la plancha de la ropa, en la ducha, en el cargador de celular, pero no tenemos la conciencia de uno cómo se genera, de dónde viene y cuál es el impacto que yo estoy generando al medio ambiente o a otros sistemas cuando hago consumo de energía. Y doy por hecho de que como cuando yo nací y me crié y crecí, era normal oprimir el obturador y que se vendiera la luz, pues para mí eso es, o para muchos eso es casi que una condición natural, ¿cierto? Es como el aire o como la lluvia. Entonces no tengo conciencia de que detrás de eso hay todo un sistema y tal vez por eso no la uso suficientemente ni trato de ahorrar, porque no soy consciente de todo lo que el bombillito allá conlleva detrás. Entonces si pudiera cambiar algo es de pronto la percepción o la falta de conocimiento de muchos de nosotros los usuarios. Vale, ya que tocaste ese tema del consumo y el impacto que cada uno de nosotros genera en el medio ambiente, porque casi nunca tenemos eso en cuenta, una pregunta muy personal. ¿En algún momento de tu vida te has hecho una medición de huella ecológica? La tuya, la propia. Sí, la propia, sí. Hacemos el ejercicio en algunas páginas web donde puedes medir tu huella de carbono, resolviendo preguntas tan sencillas como que si conduces o cuántas horas en el día o cuántas horas en la semana cuando uses un vehículo, cuántos viajes en avión haces en el mes, que otras preguntas. A ver si consumes carne, si no consumes carne. Si tienes refrigerador en casa, el tamaño del refrigerador. Exactamente. Sí la he hecho, pero si me preguntas el refrigerador ya no me acuerdo. Hasta allá no llegamos. Pero no, yo soy de las que a pesar de que tengo la posibilidad de tener mi propio carro, yo soy de las que si tengo chance uso transporte público y debo el carro en casa. Pero no solo por el impacto que tiene sobre el medio ambiente, sino porque digo, si este bus lleva cuatro puestos disponibles y va para el mismo lugar donde yo voy, pues porque llevo mi carro, si me puedo ir ocupando un espacio de un vehículo que de cualquier forma va a ir al mejor sitio donde yo voy. Entonces a veces el uso de algunos aparatos o equipos es mera vanidad. No digo que yo no use el carro, que no lo use, pues que a veces también es práctica, comodidad, o porque llevamos mucho equipaje o porque llevamos al bebé. Pero hay situaciones, por ejemplo, como vivir en la ciudad y voy a ir al centro, pues caramba, ¿por qué llevo el carro si ahí hay chance y hay transporte público? Y mira que hace poco leía una reflexión, no sé si será de esas frases que se intentan en el canal que le ponen autores que no tienen nada que ver, pero decía que las civilizaciones o las sociedades más desarrolladas no son aquellas donde todas las familias puedan tener un automóvil propio, sino donde incluso las personas de mayores o de mejores condiciones económicas tengan la conciencia de usar el transporte público. Y eso me caló mucho y yo dije, bueno, cada vez que no sea obligatorio, voy a usar el transporte público. Yo no había escuchado esa frase, pero la verdad que sí, cuando uno analiza y dice, wow, hay conciencia ambiental, conciencia del impacto en ese tipo de sociedades. Ojalá algún día podamos llegar allá, porque como mencionaste, ahorita todos somos muy, si tengo carro tengo que usarlo, si tengo 10 ventiladores tengo que encenderlos, si tengo aire acondicionado tengo que estar todo el día encendido. Y a veces no somos conscientes del impacto que estamos generando en el medio ambiente. Yo he estado en casas en las que tienen mascotas, y cuando vamos a salir de la casa, vean el televisor encendido, para que los perritos vean. Porque los perritos o los gatitos no se sientan solos o sientan ruido, y eso es algo pues, desde el amor a la mascota, pues es algo hasta tierno, pero digo, caramba, si es necesario. Gracias, usted lo hace. Bueno, ahora nos encantó tenerte aquí en el café pendiente, no sé si Bolívar tiene algo más para preguntarle a Dora. Una preguntita chiquita. ¿Cuál ha sido la lección más importante que te ha dado la vida? La lección, ush, caramba. Pues, hay una lección que nunca se me olvida y es una cuetera que me dio mi mamá. Como a los 14, 15 años. Porque me escapé de la casa a una fiesta. Había pedido permiso para esa fiesta y no me dijeron que podía salir. Y sin embargo, en medio de mi ingenuidad dije, uy, espera que mi mamá se duerma y yo me voy. Y ella no se da cuenta, ¿no? Ella se está dando cuenta de todo. Pero mi mamá llegó a la fiesta y no entró a hacerme un escándalo ni nada. Solamente se paró en la puerta del sitio donde estábamos. Y una de mis amigas me dijo, llegó su mamá. Y yo me quedé petrificada mirando a mi mamá. Pero mi mamá no entró, ni me pegó, ni me mencionó, ni me gritó. Ella solo se quedó mirándome. Y yo salí por la otra puerta. Llegué a la casa, claro, ya en la casa, pues me dijo de todo. Me pegó fuertísimo. Y para mí fue muy duro porque yo acababa de terminar el colegio. La fiesta fue como un 2, 3 de enero. Y yo entraba a la universidad el 18 de enero. Es decir, me quedaban 15 días para estar todavía en mi pueblo disfrutando de mis amigos, disfrutando de mi casa. Y el otro día me dijo su mamá, alguien lista sus maletas en un instante y se va para Tunja. Pues estoy en Tunja. Y yo le digo, ¿qué me voy a ir a Tunja si yo entro a la universidad dentro de 15 días? Y me dijo, ese es su castigo por haberse salido anoche sin mi permiso. Y me fui para Tunja 15 días antes de entrar a la universidad. Pero mi anhelo era quedarme en el pueblo, poder despedirme de mis amigos del colegio, de mis vecinos, de que... Y yo digo que esa vaina a mí me empujó casos como estos, que mi mamá es una persona muy dura, pues. De carácter duro y como muy... Pero digo, el carácter de mi mamá y todas las reglas que nos obligó a cumplir y los castigos como esos, pues son los que me ayudan realmente a forjar también carácteros. Y nunca se me olvida esa juetera y ese castigo que me dio. Bueno, ahora sí nos despedimos. Dora, muchas gracias por estar aquí en Café Pendiente. Juliana, muchas gracias. Y nada, pues seguimos en un siguiente podcast. Gracias a todos. Chao. Adiós. Muy amable. Gracias.

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