episodio 3

Florencia Marciani introduces herself as a guide on a journey of self-discovery and personal growth towards emotional independence. She explains that emotional independence doesn't mean not feeling emotions, but rather using them to our advantage. She discusses the importance of recognizing and acknowledging our emotions, and suggests taking a moment to breathe before reacting impulsively. She encourages finding activities or tools to help navigate negative emotions and learn from them. Florencia emphasizes the normalcy of emotional fluctuations and concludes by urging listeners to embrace their emotions and manage them with confidence. Hola a todos y bienvenidos a Ruta de Emociones. Soy Florencia Marciani, tu guía en este emocionante viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal. En este viaje que tratamos de encontrar la independencia emocional, ¿y qué significa la independencia emocional? ¿Significa no sentir emociones? No, no. Significa ponerlas a trabajar a nuestro favor. ¿Que me enojo? Obvio que me enojo. ¿Que tengo miedo? Más de una vez. Pero lo que estoy aprendiendo todos los días, y quiero acompañarlos a ustedes también, es a poner a trabajar a las emociones a mi favor. A que no me tengan, a que no me hagan actuar, sino que yo pueda elegir cómo actuar. De eso se trata ser independiente emocionalmente. Y hoy tenemos un episodio que se llama Gestión de las mareas emocionales. Y justamente por eso, porque variaciones emocionales vamos a seguir teniendo por muy independientes emocionalmente que seamos. Entonces, lo primero que tenemos que entender es eso, que es totalmente normal tener emociones variables, porque todos pasamos por momentos de felicidad, de tristeza, de enojo. A veces hasta nos sentimos en una montaña rusa. Pero bueno, es lo que le pasa a todo el mundo. Entonces, como te invito siempre, el primer paso es aprender a reconocer lo que estás sintiendo. Cuando te das cuenta que esa emoción te está teniendo, pregúntate, ¿qué emoción estoy experimentando en este momento? Solamente ese acto de reconocimiento y de ponerte ese instante en ese lugar, va a empezar a darte el control de la situación. El segundo paso es respirar. Y vos me decís, Flor, pero yo estoy en ese momento, me voy a poner a respirar, y te aseguro que con la constancia se puede, se puede en ese momento en que reconozco el enojo, antes de reaccionar como hubiera reaccionado antes, qué sé yo, mandando a alguien a freír churros o mandar un mensaje del que después me puedo arrepentir, respirar y ponerme en eje. Seguramente eso va a ayudarte a reducir la intensidad emocional. ¿Lo vas a poder hacer de una? No. ¿Vas a mandar mensajes que no quisiste? Sí. Pero la idea es que cada vez sean menos. A eso es a lo que te estoy invitando. Cuando puedes reconocer las emociones, te vas a dar cuenta cuando estés en una emoción negativa, como el enojo, la tristeza, y entonces ese es el momento de elegir no quedarse ahí. ¿Qué hago cuando estoy ahí? Me muevo, me muevo. ¿Qué hago? ¿Qué me gusta hacer? Escuchar música, pasear, una caminata, llamar a un amigo, a una amiga. Tené esas herramientas como posibilidades a la hora de experimentar una emoción negativa. Por último, acuérdate que lo que estamos tratando de lograr acá, queriendo lograr acá, buscando lograr, es que nuestras emociones sean nuestras guías. Entonces ponerte a pensar ¿qué fue lo que desencadenó esa emoción de ira, de enojo? ¿Cuál es el patrón que tengo que atacar la próxima vez? Aprender de esas experiencias es lo que nos va a hacer crecer emocionalmente. Y así llegamos al final del episodio de hoy. Hoy lo que hice no te editaría, pero tenés para pensar. Acordate de anotar en el cuadernito qué te pasó, qué emoción sentiste, qué te trajo esa emoción, si utilizaste alguna herramienta para salir de ahí, si te sirvió, si no te sirvió. Es un viaje hermoso de autodescubrimiento en el que nos encontramos con un montón de cosas adentro nuestro y de las que vale la pena hacerse cargo. Espero que todo lo que hablé hoy te ayude a manejar tus emociones con más confianza. Acordate que es normal tener los altibajos, es normal que las emociones aparezcan, y bueno, hay que estar ahí para navegarlas con destreza. Gracias por escucharme en este tercer episodio de Ruta de Emociones, y nos vemos o nos escuchamos en el próximo episodio.