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Desayunando con Jesús David y Betsabet

Desayunando con Jesús David y Betsabet

Fernando Montoya FrancoFernando Montoya Franco

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En este podcast miraremos como las palabras dichas por nuestro Señor Jesús citadas en el evangelio de Marcos Cap 7 versículos 20 al 23, se explican al revisar la historia de David y Betsabet.

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In this message, the speaker discusses the topic of temptation, using the stories of David and Bathsheba and Solomon to illustrate how Jesus handled temptation. The speaker emphasizes that what comes from within a person is what contaminates them, listing various sins that originate in the heart. The speaker highlights how David succumbed to temptation and committed adultery with Bathsheba, ultimately leading to Uriah's death. The speaker concludes by stating that our minds and thoughts should be focused on things that draw us closer to God, as sinful thoughts are the source of evil desires. The speaker acknowledges that God allows these stories to happen to teach us about the consequences of sinful actions. Bendiciones familia, muy buenos días, hoy en Desayunando con Jesús vamos a continuar revisando el tema de la tentación y vamos a ver cómo Jesús manejó tan magistralmente todo esto lleno del poder del Espíritu Santo de Dios y citando el texto no solamente como una respuesta aprendida de memoria sino como algo que nace natural de él para frenar el ataque intenso e intempestivo del enemigo, pero para esto vamos a utilizar la historia de David y Bethsabeth y también vamos a revisar un poco el tema de Salomón y un salmo que es, si ojalá nos alcance el tiempo para revisarlo, vamos a leer bastante la Biblia para poder mirar cómo es que un hombre común como David no puede ser comparado con la grandeza de Jesús que siendo hombre supo vencer la tentación, el pecado, la adversidad. Bien, sin más entremos en detalle, vamos a irnos a Marcos 7 20 23 donde leeremos lo que dice el texto, luego dice Jesús añadió lo que sale de la persona es lo que contamina porque de adentro del corazón humano salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el hibertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. Todos estos males vienen de dentro del hombre y contaminan a la persona. Estas son palabras citadas desde el Evangelio de Marcos de Cristo Jesús nuestro Señor. Ahora vamos a revisar la historia de David y Betsabe y vamos a poner atención recordando este versículo que acabamos de leer, estos versículos de Marcos sobre todo para entender que lo que está dentro del hombre y sale es lo que contamina a la persona. Veamos lo que dice el texto en segunda de Samuel 11. En la primavera, este detalle no se olviden, en la primavera cuando los reyes suelen salir a la guerra, David envió a Joab a su comandante general de sus ejércitos, sobrino de él, y al ejército israelita para pelear contra los amonitas. Destruyeron al ejército amonita y sitiaron la ciudad de Rabá. Sin embargo, David se quedó en Jerusalén. No salió con su ejército. Se quedó. Una tarde después del descanso de mediodía, es decir, de una siesta, David se levantó de la cama y subió a caminar por la azotea del palacio. Mientras miraba hacia la ciudad, vio a una mujer de belleza singular que estaba bañándose. Luego envió a alguien para que averiguara quién era la mujer y le dijeron, es Bethsabé, hija de Elían y esposa de Uriah Selitita. ¿Quién es este Uriah Selitita? Es uno de los comandantes del ejército de David. Así que David, empieza a maquinar aquí, envió mensajeros para que la trajeran y cuando llegó al palacio, se acostó con ella. Luego ella regresó a su casa, Bethsabé recién había terminado los ritos de purificación posteriores a su periodo menstrual. Tiempo después, cuando Bethsabé descubrió que estaba embarazada, le envió el siguiente mensaje a David, estoy embarazada. Entonces David envió un mensaje a Joab, a su comandante general y le dice, mándame a Uriah Selitita, el esposo de Bethsabé, quien estaba en el campo de batalla. Así que Joab se lo envió. Joab no puede negarle un pedido a su ley. Cuando Uriah llegó, empieza a maquinar nuevamente a David. David le preguntó cómo estaban Joab y el ejército, y cómo marchaba la guerra. Pausa. David debió estar ahí, no debió preguntar cómo están las cosas, debió estar inmerso ahí. Después le dijo a Uriah, ve a su casa a descansar. David incluso le envió un regalo a Uriah, apenas ha estado dejado el palacio. Pero Uriah no fue a su casa, sino que durmió esa noche a la entrada del palacio con la guardia real. Al enterarse David de que Uriah no había ido a su casa, le mandó a llamar y le preguntó, ¿qué pasa? ¿Por qué no fuiste anoche a tu casa después de haber estado fuera por tanto tiempo? Uriah le contestó, el arca y el ejército de Israel y el de Judá están viviendo en carpas, y Joab y los hombres de mi Señor están acampando a cielo abierto. ¿Cómo podría yo ir a casa para beber, comer y dormir con mi esposa? Juro que jamás haría semejante cosa. Pausa. David lo que intentaba era cubrir su acto, es decir, apenas enterado de que Bezabé estaba embarazada, manda a traer a Uriah para que éste llegue y lo adula, le dice que está bien, que cómo están las cosas, le da un regalo, lo manda a la casa. Y era lógico, después de una jornada tan extensa de guerra y no estar presente en su casa, pues iba a disfrutar del regazo de familia, del regazo conyugal con su esposa. Pero éste, David, no contaba con la fidelidad de Uriah. Y la respuesta que le da, le dice, ¿cómo? Yo no puedo estar en estas situaciones cuando todavía el ejército y todos estamos guerreando por el nombre de Dios y por usted, mi Señor. Yo no puedo darme ese lujo. Y se arruinan los planes de David. Bien. En la mañana siguiente, David escribió una carta a Joab y se la dio a Uriah para que se la entregara. La carta daba las siguientes instrucciones a Joab. Joab, el comandante general del ejército de Israel, que estaba peleando contra los amonitas. Y le dice, David, pon a Uriah en las líneas del frente, donde la batalla sea más violenta. Luego retrocedan para que lo maten. Así que Joab asignó a Uriah a un lugar cerca de la muralla, de la ciudad donde sabía que peleaban los hombres más fuertes del enemigo. Y cuando los soldados enemigos salieron de la ciudad para pelear, Uriah, elitita, murió junto con varios soldados israelitas. Luego Joab envió a David un informe de la batalla. Le dijo a su mensajero, informa al rey todas las novedades de la batalla. Pero tal vez se enoje y pregunte, ¿por qué las tropas se acercaron tanto a la ciudad? ¿Acaso no sabía que dispararían desde la muralla? ¿No fue Abimelech, hijo de Gedeón, muerto en Tebes por una mujer que le tiró una piedra de molino desde la muralla? ¿Por qué se acercaron tanto a la muralla? Esto era lógico porque David era un hombre de guerra y sabía cómo eran los peligros y cuáles eran las estrategias que utilizaban los israelitas. Y una de estas era no acercarse a las murallas porque corría un peligro inminente que se han atacado, incluso con cosas muy simples, y que mueran. Entonces Joab le dice que le diga al rey, si es que se enoja por estos actos de haberse acercado tanto a la ciudad, dile, murió también Uriah, elitita. Por lo tanto el mensajero fue a Jerusalén, le dio el informe completo a David y le dijo exactamente lo que había pasado. Y entre esas cosas le dijo que murió Uriah elitita. Bien, dice David, dile a Joab que no se desanime, la espada devora a este hoy y a aquel a mañana, es decir, mata hoy a uno y a otros mañana, la próxima vez esfuércense más y conquistarán la ciudad. Cuando la esposa de Uriah se enteró de que su marido había muerto, hizo duelo por él. Una vez cumplido el periodo de luto, David mandó que la trajeran al palacio y pasó a ser una de sus esposas. Luego ella dio a luz a un hijo, pero el señor estaba disgustado con lo que David había hecho. Vamos a dejar hasta aquí la historia y vamos a volver a leer el versículo que nos habla Cristo Jesús. Lo que sale de la persona es lo que la contamina. Porque de adentro del corazón humano salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el hibertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. Todos estos males viven de adentro y contaminan a la persona. Leyendo este texto nos damos cuenta de que Cristo Jesús muestra incluso su Deidad al tener una lectura clara de cómo somos los seres humanos. Y también muestra que Él nunca ha actuado de esa manera porque conoce exactamente cuáles son las situaciones que envuelven el pensamiento del ser humano. Y esto es lo que se relata en la trama de David, Betsabé y Urias. Pero esto también tiene un lado por donde Betsabé, la mujer involucrada en esto, que no es parte principal del relato porque el principal relato se da concentrado en lo que hizo David. Un rey, que al tener 43 años de edad en ese tiempo, porque esto se da en el año 13º de su reinado, David fue hecho rey a los 30 años, y David había venido guerreando y haciendo todo lo que hacía un rey. Es más, fue aclamado como rey. Pero la verdad es que en este tiempo David se siente seguro, se siente afirmado, se siente dueño del mundo prácticamente. No va a la guerra, ya no sale, ya no le ve objeto, ya tiene un ejército bien formado, los manda, los ordena, y él se queda. En la primavera, inicia el relato, un ambiente muy agradable, un ambiente donde posiblemente era el mejor momento para tomar unas vacaciones, pero David ya tenía esposas. Y esto, volvemos al punto. Dios no es que ha permitido que la bigamia, la poligamia, se hagan presentes en la vida de los reyes de Israel. Esas eran las costumbres, esa era la normalización de ese tiempo. Pero Dios es tan grande y misericordioso que deja que estos hechos sucedan para mostrarnos ahora las consecuencias de unos actos tan fuertes como los que acabamos de narrar, pero que en el día de hoy también se dan, se dan continuamente. Y no es que Dios permite, ¿por qué Dios, siendo un Dios tan grande y misericordioso, tan fuerte, tan justo, permite que existan estas cosas? Bueno, la respuesta es muy simple, porque si Él decide actuar ahora, como tendría el derecho de hacerlo por el ser Dios, pues no quedaría un ser humano, no quedaríamos ninguno de nosotros con vida, porque todos seríamos hallados culpables. Este relato de David nos enseña y nos muestra que todo el tiempo nuestras mentes, nuestros cuerpos, nuestros pensamientos deben estar ocupados en cosas que nos ayuden a acercarnos a Dios. Los malos pensamientos son la fuente natural de los deseos y de los instintos más perversos del ser humano. El momento en que nosotros, que no tenemos una costumbre de llegarnos a indagar en todo lo que es las historias y la belleza, la riqueza de todo el conocimiento que está en el texto bíblico, nuestras vidas empiezan a ser moldeadas por situaciones y pensamientos del común de la gente. Y claro, cuando tenemos dificultades, cuando tenemos problemas, muchas veces pensamos, ¿por qué yo si hago las cosas bien? La pregunta es, ¿estás seguro de que haces las cosas bien? ¿O piensas que estás haciendo las cosas bien porque eso te educaron, te enseñaron y te mostró, no sé, el cotidiano vivir? Pero la Biblia es clara en estos aspectos. Es muy fuerte. Cristo Jesús afirma estas palabras y este relato calza exactamente porque David en su pensamiento, igual que Bethsabé, porque aquí tenemos que ver que todos colaboraron, David, Bethsabé, Joab, todos maquinaron para poder lograr un objetivo, satisfacer sus propias necesidades. David quiso tener esa mujer cuando sabía que no era esposa de él, ni tampoco podía tomarla, porque el rey, por más rey que sea, no podía tomar la mujer de otro hombre. Joab pudo detener todas las intenciones del rey, pero decidió mantener su estatus de poder y complacer al rey. Y Bethsabé, sabiéndose una mujer casada, se dedicó a sostener una relación con el rey, porque le interesó más ser la esposa del rey que ser la esposa de un soldadito, como habrías un hombre fiel. Estos textos nos muestran que todo el tiempo el hombre, por naturaleza, todos sus pensamientos están hacia hacer lo incorrecto, hacer el mal. Es por esto que nosotros, como personas, no podemos llegar a cumplir con los niveles de justicia que reclama el hecho de haber sido expulsados del Edén y tratar de volver a estar en la presencia de Dios. No podemos. Nuestros pensamientos de continuo, dice la Biblia, que son pensamientos de hacer lo contrario a lo que manda la palabra de Dios. El día de mañana vamos a cerrar este capítulo, pero les quiero dejar con el texto que inicié, en las palabras de Cristo Jesús, cuando dice en Marcos 7.20-23, Lo que sale de la persona es lo que la contamina, porque de adentro del corazón humano salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona. Cristo Jesús nos ayude a estar en la presencia del Espíritu Santo y guiados por Él, a no dejarnos llevar por todas estas cosas que contaminan muchas veces nuestros pensamientos, nuestra existencia, nuestra vida. Bendito sea Dios, nos vemos el día de mañana. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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