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Desayunando con Jesús 1 Corintios 2 Parte II

Desayunando con Jesús 1 Corintios 2 Parte II

Fernando Montoya FrancoFernando Montoya Franco

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En este Podcast seguimos mirando el mensaje de Pablo a los Corintios en el capítulo 2.

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In this segment, the speaker continues discussing the message of Paul in 1 Corinthians chapter 2. Paul emphasizes that he only preaches about Christ Jesus and relies on the power of the Holy Spirit. He contrasts human wisdom with the wisdom of God, stating that worldly wisdom is forgotten, while the wisdom of God endures. The speaker also references Isaiah 64, where it is said that no eye has seen, no ear has heard, and no mind has imagined what God has prepared for those who love Him. Finally, the speaker mentions Ezekiel 36, which speaks about God cleansing and transforming His people. The key message is that human wisdom is fleeting, but the wisdom and salvation found in Christ Jesus endure. Peticiones familia, muy buenos días, hoy en Desayunando con Jesús vamos a seguir mirando la primera carta a los corintios en el capítulo 2, donde habíamos quedado revisando el mensaje de Pablo a los corintios, anteriormente habíamos hecho un resumen pequeñito sobre lo que decía el capítulo 1 y para enlazarnos con este 2 recordemos que al final Pablo empieza a exhortar a la congregación para que no se dividan por pensamientos doctrinales o pensamientos de conocimientos muy elevados, es por esto que empieza diciendo en el capítulo 2 dice, amados hermanos, la primera vez que los visité, no me valí de palabras elevadas ni de una sabiduría impresionante para contarles acerca del plan secreto de Dios, Pablo es muy elocuente en esta parte al decirles que él solo predica acerca de Cristo Jesús, no predica de nada más y todos los conocimientos que él tiene anteriores lo somete al Espíritu Santo de Dios quien abrirá un nuevo amanecer de conocimientos si cabe el término para que él pueda decir exclusivamente el mensaje que el Espíritu Santo de Dios entrega para hablar de Cristo Jesús y de su obra magnífica en la tierra. Bueno, recordamos que incluso dice, decidí que mientras estuviera con ustedes olvidaría todo excepto a Jesucristo y nos divamos hacia Filipenses 3 donde Pablo también utiliza esta misma forma de explicación con una forma en Filipenses 3 más ampliada donde él dice, bueno, si quieren medirme por temas de conocimiento pues yo tengo mucho más de que jactarme que ustedes porque recordemos que Pablo fue muy respetado siempre en la comunidad judía y él le dice, yo he sido circuncidado al octavo día, soy ciudadano de Israel de pura cepa y miembro de la tribu de Benjamín, un verdadero hebreo, fui miembro de los fariseos quienes exigían la obediencia más estricta a la ley judía, era tan fanático que perseguía con crueldad a la iglesia y en cuanto a la justicia obedecía la ley al pie de la letra. Pero bueno, dice Pablo, antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho, ha hecho en donde, ha hecho en mí. Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús mi Señor. Por amor a Él he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo y llegar a ser uno con Él. Ya no me apoyo en mi propia justicia, por medio de obedecer la ley más bien llego a ser justo por medio de la fe en Cristo, pues la forma en que Dios nos hace justos delante de Él se basa en la fe. Pablo está ratificando también aquí en Filipenses lo que les dice de una manera concisa a los corintios, y claro por eso les dice, en lugar de usar discursos ingeniosos y persuasivos, citando textos o Talmud o Mizná, Guemara, cualquiera de los libros que estaban vigentes en el tiempo, bueno les dice, yo confié solamente en el poder del Espíritu Santo, lo hice para que ustedes no confiaran en la sabiduría humana, sino en el poder de Dios. Miren la maravilla de mensaje de Pablo. Entonces, para continuar con este análisis y este aprendizaje de lo que Dios nos presenta a través de la carta a los corintios, nos dice en el verso 6, sin embargo, cuando estoy con creyentes maduros, sí hablo con palabras de sabiduría, pero no la clase de sabiduría que pertenece a este mundo o a los gobernantes de este mundo, quienes pronto son olvidados. Hacemos una pausa, y es cierto, todo el mundo ha tenido o tendrá un referente humano para decir que es un gran orador, un gran científico, una gran persona, etc., etc., etc., y pueden ser líderes, líderes magníficos, pero que al fin y al cabo pasan y son olvidados. La historia recuerda ciertos detalles de uno u otro, pero en general la tendencia es a ser olvidados. Entonces, Pablo al referirse de esta manera dice, si es sabiduría humana, esto no va a prevalecer, va a ser olvidado. Pero como esto es obra del Espíritu Santo de Dios en nosotros, de Cristo Jesús para darnos salvación y redención, por el plan perfecto de salvación de Dios Padre, esto va a permanecer. Bueno, la prueba es que han pasado miles de miles de años y tenemos vigencia en el Evangelio, en la Palabra de Dios, y esto no va a pasar de largo como el conocimiento humano pasa de largo y ni siquiera deja huellas perecederas en nosotros. En cambio, Pablo se refiere y le dice, bueno, la sabiduría que pertenece a este mundo, que tienen los gobernantes de este mundo, pronto son olvidados. Ahora, la sabiduría de la que hablamos, dice Pablo, es el misterio de Dios. Su plan que antes estaba escondido, aunque Él lo hizo para nuestra gloria final, aun antes de comenzar el mundo de este plan hablamos, dice. Pero los gobernantes de este mundo no lo entendieron. Si lo hubieran hecho, no habrían crucificado a nuestro glorioso Señor. A eso se refieren las escrituras, dice Pablo, cuando dicen, ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado lo que Dios tiene preparado para quienes lo aman. ¿Dónde dice esto la escritura? En Isaías 64, 4. Y aquí nos vamos a trasladar hacia ese pasaje, a Isaías 64, para leer y entender el contexto que aplica Pablo, y saber por qué Él se refiere a estas palabras dichas por Isaías, y dadas por el Espíritu Santo, para que se manifieste al mundo. Dice, oh, si irrumpieras desde el cielo y descendieras, ¿cómo temblarían los montes en tu presencia? Estoy leyendo Isaías 64, 1. Así como el fuego hace que arda la leña y que hierva el agua, tu venida haría que las naciones temblaran. Entonces tus enemigos se enterarían de la razón de tu fama. Cuando descendiste hace mucho tiempo, hiciste obras temibles por encima de nuestras mayores expectativas. Y cómo temblaron los montes, se está refiriendo Isaías a cuando Dios entregó las tablas de la ley en el monte Sinay. Desde el principio del mundo, ningún oído ha escuchado, ni ojo ha visto a un Dios como tú, quien actúa a favor de los que esperan en Él. Esto tradúzcanlo o pónganlo como sinónimo de fe, quien actúa a favor de los que tienen fe en Él, de los que esperan en Él. Tú recibes a quienes hacen el bien con gusto, a quienes siguen caminos de justicia, pero has estado muy enojado con nosotros porque no somos justos. Miren bien, clarísimo, no somos justos. Pecamos constantemente. ¿Cómo es posible que personas como nosotros se salven? Estoy leyendo Isaías 64, 5. Voy a volver a repetir. ¿Cómo es posible que personas como nosotros se salven? Pregunta Isaías. Estamos todos infectados por el pecado y somos impuros. Aquí voy a hacer una pausa. Esto es lo que habla Pablo y esto es lo que se predica y esto es lo que vino a predicar Cristo Jesús. No hay un solo justo. No hay nadie que por sus propias obras y justicia llegue a la presencia de Dios. Todos estamos infectados por el pecado y somos impuros. Cuando mostramos nuestros actos de justicia, no son más que trapos sucios, como las hojas del otoño nos marchitamos y caemos, y nuestros pecados nos arrasan como el viento. Tan claro como esto ya se hablaba en el tiempo de Isaías, cuando todo el mundo pensaba que a través de sacrificios y a través de todo el cumplimiento de los mandatos la gente llegaba a tener justicia y salvación. Pero en el libro de Isaías, Isaías habla muy claro y dice, cuando mostramos nuestros actos de justicia no son más que trapos sucios, como las hojas del otoño nos marchitamos y caemos, y nuestros pecados nos arrasan como el viento. Esto es claro. Lo dijimos anteriormente. Si creemos que por medio de nuestro conocimiento, de nuestra forma de pensar, de nuestro entendimiento humano, nosotros vamos a lograr subir de nivel ante Dios, pues estamos muy equivocados porque se dice que no son más que trapos sucios. Porque el hombre no puede llegar a dar la talla para estar delante de un Dios perfecto. Y sólo por medio de Cristo Jesús es que logramos entrar a ese nivel, pero para que no nos jactemos y nos pongamos como los hijos de Aarón en su momento, y llegar a la presencia de Dios impuros y nos cueste la vida, es porque necesitamos la obra magnífica de salvación de Cristo Jesús, su redención, y dejarnos a cuentas con Dios por su muerte y su resurrección, el pago al precio de su justicia, y por ese pago y precio de su justicia, tener la bendición de recibir al Espíritu Santo de Dios. Miren bien, y finalmente voy a citar el verso 8, donde dice, y a pesar de todo, oh Señor, eres nuestro Padre. Nosotros somos el barro y tú el alfarero. Todos somos formados por tu mano. Bien, entendiendo este contexto, Pablo está diciendo, la sabiduría del hombre no entiende cómo es este Dios tan magnífico y perfecto, que la tierra, todo va a temblar cuando él esté aquí con nosotros. Nada, nada va a permanecer sin conmoverse ante la presencia magnífica de un Dios todopoderoso. Entonces dice, Pablo dice, fue a nosotros a quien Dios reveló esas cosas por medio de su Santo Espíritu, pues su Espíritu investiga todo a fondo y nos muestra los secretos profundos de Dios. Nadie puede conocer los pensamientos de una persona, excepto el propio Espíritu de esa persona, y nadie puede conocer los pensamientos de Dios, excepto el propio Espíritu de Dios. Nos vamos a ir otra vez a Ezequiel 36, 26, y aquí es donde vamos a entender un poquito más, cuando el profeta habla, y dice y manifiesta lo que Dios va a hacer con nosotros. Primero dice en el 25, lo rociaré con agua pura y quedarán limpios, lavaré su inmundicia y dejarán de lendir culto a sus ídolos. Esta es la respuesta que da para lo que está refiriendo Isaías en el capítulo 64, cuando dice, ¿cómo? Nos salvaremos. Bueno, aquí está la explicación. Pero, para entender lo que Pablo les dice a los corintios, sobre todo en la parte cuando él manifiesta que nadie puede conocer los pensamientos de una persona, excepto el propio Espíritu de esa persona, y nadie puede conocer los pensamientos de Dios, excepto el propio Espíritu de Dios, es que nos vamos a referir a esta parte donde se habla de la restauración de Israel, de nosotros. Les daré un corazón nuevo y pondré un Espíritu nuevo dentro de ustedes. ¿Por qué es necesario esta parte? Porque lo anterior sigue mostrando a Dios íntimamente lo que somos. Ese Espíritu que teníamos antes, que era un Espíritu débil, que se dejaba vencer por la carne, porque no tenía un soporte ni una forma de sostenerse por su naturaleza propia, como ser humano, bueno, es por esto que ahora Dios dice, para dejar de mirar toda esa inmundicia que tenías antes, te voy a dar primero un entendimiento nuevo. Y luego voy a poner un Espíritu nuevo dentro de ustedes. Renaceremos, como hemos renacido en Cristo Jesús. Les quitaré ese eterno corazón de piedra, ese entendimiento que los tiene y los sostiene, metidos en pensamientos y razonamientos humanos, de sabiduría humana, que va a pasar de largo por ustedes sin dejar nada que sea valioso para estar en mi presencia. Y dice, les recordaré un corazón tierno y receptivo. Es decir, nos va a llevar a mirar que sólo Dios tiene el poder y la autoridad, y que sólo Él ha sido siempre quien ha tenido la decisión de si vivimos o no, si estamos con Él o no, por siempre. Pondré mi Espíritu en ustedes, para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas. Entonces, miren el regalo precioso de Dios. Vamos a tener un Espíritu nuevo, como ya lo tenemos, y éste ya va a estar en intimidad con Dios. Y nosotros vamos a saber, presentarnos delante de Dios con una conciencia que simplemente ya no va a haber nada oculto, porque todo va a estar ahí. Tenemos esa conciencia de que todo lo que nosotros somos íntimamente, bueno, delante de Dios, ya es de conocimiento público. Todas las acciones que el humano no ve, son expuestas en el cielo de manera pública. Y es por esto que Pablo dice, no es que simplemente tienen un Espíritu, sino que éste hace que se conozca la intimidad que ustedes guardan en ustedes delante de Dios. O sea, un Espíritu conoce lo que tiene cada persona por dentro. Y Dios dice, les pondré mi Espíritu, mi Espíritu Santo, para que conozcan quién soy yo. Por eso Pablo habla y dice, los pensamientos de Dios son conocidos sólo por su propio Espíritu. Y finalmente Pablo dice, y nosotros hemos recibido el Espíritu de Dios, no el Espíritu del mundo, de manera que podamos conocer las cosas maravillosas que Dios nos ha regalado. Qué magnífico mensaje. Este es el refuerzo que pone Pablo para explicar a los corintios que no pierdan el tiempo en tanta vanidad de decir, vamos a hacer esta forma de pensamiento que sea la base para identificarte como cristiano. Y de hecho, por eso no estoy de acuerdo con el pensamiento ecuménico, en el sentido de que todo vale. Todo converge hacia un pensamiento, entonces todos los caminos conducen a Roma. Este pensamiento no es el que está hablando Pablo aquí. El pensamiento de Pablo es decir, si quieren unidad en Cristo, pues deben dejar que Cristo actúe, que el Espíritu Santo de Dios actúe, que Dios Padre actúe, y ni siquiera permitir, sino no ofrecer resistencia, porque esta es la parte más álgida de todo esto. Como seres humanos nosotros vamos a tener siempre esa tendencia de irnos a hacer el mal. Pero para esto es que Dios nos ha provisto de un espíritu nuevo, de un corazón nuevo, y nos ha puesto su Santo Espíritu. Esto no es, para entenderlo desde un punto de vista racional, humano, con sabiduría humana. Por eso Pablo cita a Isaías 64, cuando dice ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado. Y en el capítulo 1 dice, para los judíos es locura todo este hermoso, hermoso Evangelio de salvación. La ridiculez de la salvación del Evangelio para algunos es porque no cuadra en sus pensamientos humanos. ¿Cómo puede pasar esto? ¿Quién me puede probar, puede decir a alguien, que has cambiado en espíritu, que te han dado un corazón nuevo, un conocimiento nuevo? Bueno, esto es un tema de intimidad con Dios, que se va manifestando todo el tiempo en que vas leyendo la Biblia, vas aprendiendo, y vas conociendo de las maravillas de Dios. Toda esta conexión que vivimos ahora, de Corintios con Isaías 64, con Ezequiel 36, con Filipenses 3, esto no es porque alguien ha visto y ha hecho un esquema de toda esta maravilla de mensaje. No, es el Espíritu Santo de Dios. Porque así como lo vemos hoy nosotros, lo verá mañana otra persona, y tendrá exactamente la misma forma de pensar si está guiada por el Espíritu Santo. Y no es que Dios quiera pensamientos uniformes, sino que hay una base, que es la Biblia, por donde cada uno de nosotros puede descubrir y redescubrir la enseñanza que nos tiene preparado para nosotros, y nos fortalece. Por eso este corazón sensible que tenemos ahora, se alegra de saber todo el tiempo que tenemos un Dios maravilloso, un Salvador extraordinario como es Cristo Jesús, y un Espíritu Santo de Dios, que nos lleva por el camino para guiarnos hasta la presencia de Dios, al momento justo cuando seremos juzgados, sentenciados, pero pagado el precio por Cristo Jesús, tendremos acceso hacia la presencia eterna de Dios, pero ya habremos conocido, por lo menos como una sombra, lo que va a venir después. Porque la maravilla y el esplendor de lo que significa y es Dios, sólo lo conoceremos cuando estemos en su presencia. Bendiciones. Hasta pronto. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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