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Desayunando con Jesús 1 Corintios 2

Desayunando con Jesús 1 Corintios 2

Fernando Montoya FrancoFernando Montoya Franco

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En este podcast seguiremos descubriendo el Mensaje de Cristo Jesús entregado por el Apóstol Pablo a los Corintios.

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Transcription

In this transcription, the speaker discusses the city of Corinth and its moral degradation. They emphasize that the community of Christians in Corinth should prioritize unity and not be divided by different leaders or doctrines. The speaker also highlights the importance of preaching the message of the Gospel, rather than relying on human wisdom or knowledge. They mention that knowing Christ is extraordinary and that the revelation of the Holy Spirit is crucial in understanding this knowledge. The speaker warns against boasting or taking credit for this knowledge, as it is the work of the Holy Spirit. They also mention the need to preach the truth of Christ without judging others. The speaker concludes by stating that the power of the Spirit is seen in the construction of the Bible and that preaching should be done in the power of God, not in human wisdom. Bendiciones familia, muy buenos días, hoy en Desayunando con Jesús nos vamos a introducir al capítulo 2 de primera de Corintios 1, no sin antes hacer un breve resumen de lo que ya habíamos visto acerca de esta carta a los corintios recordaremos que Corinto era una ciudad que estaba en el peleponeso, una ciudad muy próspera, de muchos recursos, de mucha riqueza, de mucha estrategia política, estrategia comercial, ubicada en un lugar privilegiado donde se dividía el norte y el sur de Grecia y donde se conectaba tanto hacia el Asia como hacia Europa por el mar, bueno, tenía tantas virtudes en el sentido de riqueza material que todos ansiaban vivir ahí, al punto que llegó a ser tan exclusivo como lo comparábamos hoy por hoy con Mónaco, una ciudad llena de riquezas pero que difícilmente uno puede llegar a acceder a vivir en esos lugares, pero claro, contrastaba todo esto la denigración y la bajeza moral y de valores con las que se vivía, había una gran diversidad de culturas, gran diversidad de expresiones artísticas, culturales, pero todo esto llevaba a una degradación moral y ética, si podemos comparar la corrupción que había en Corinto es semejante a lo que podría describirse en el Antiguo Testamento como Sodoma y Gomorra, e incluso hasta peor. En ese ambiente, en ese lugar, vive una comunidad cristiana a la que Pablo le predica y le recuerda de entrada que ellos son de Cristo, son apartados, son los que han recibido ese privilegio de tener la salvación de Cristo, no porque tengan ningún mérito o se haya encontrado ningún mérito en ellos, sino todo es por medio de la fe y el mérito y toda la obra es de Cristo Jesús. Luego de eso, les empieza a exhortar Pablo porque hay problemas en Corinto y les habla sobre la unidad que deben mantener en la iglesia, que ninguno debe separarse por doctrinas o pensamientos de tal o cual líder o de tal o cual apóstol, porque ninguno de ellos murió en la cruz dando su vida para ser y hacer salvo y hacer los pueblo exclusivo de Dios. Entonces, también Pablo habla y les dice que no va a hablarles con un discurso elocuente, porque Dios mismo dice que destruirá la sabiduría de los sabios y desechará la inteligencia de los inteligentes. Entonces él habla y dice dónde quedan los filósofos, los estudiosos, los especialistas en debates de este mundo. Dios ha hecho que la sabiduría de este mundo parezca una ridiculez y habla también a sí mismo del mensaje del Evangelio que es locura para los judíos ridiculez para los judíos porque ellos piden señales y para el gentil también es una ridiculez porque ellos quieren que sea tal cual como cuadra en la sabiduría humana. Y Pablo exhorta y les dice no, no es así, Dios no ha querido sino por esta locura del Evangelio transmitir la enseñanza y la verdadera sabiduría que es por medio del Espíritu Santo de Dios. Bien, con este breve resumen nos vamos a introducir ya a lo que nos compete el día de hoy que es primera de Corintios capítulo 2 y lo voy a revisar esta vez en la traducción de la nueva versión internacional pues creo que su lenguaje es muchísimo más compatible en este capítulo para llevarlo hacia ustedes. Y dice Pablo, yo mismo hermanos cuando fui a anunciarles el misterio de Dios no lo hice con gran elocuencia y sabiduría me decidí más bien estando entre ustedes a no saber de cosa alguna excepto de Jesucristo y de este crucificado. Bien, entonces Pablo empieza esta parte de la carta en el segundo capítulo donde hace una referencia muy fuerte al decir yo hablo lo que me han mandado hablar de Cristo Jesús. Ya no hablo de nada más más que el mensaje de arrepiéntete y ven a los pies de Cristo Jesús y recibe la gracia de Dios para que tengas el Espíritu Santo y empieces a honrar la maravillosa obra de salvación de Cristo Jesús. Esto en resumen es la idea que presenta Pablo a los Corintios. Pero esto es algo que también lo ha dicho Pablo en filipenses y lo vamos a ver de una manera más amplia cuando él está discutiendo con personas que defendían la liturgia judía, defendían la doctrina judía, la forma de llevar a cabo los ritos y costumbres judíos como el medio para ser salvo. Y de hecho de esto se han valido muchas veces para desviar la atención en el tiempo de Pablo y decirles a los cristianos están perdiendo el tiempo, Cristo no sirve si no eres circuncidado. Entonces Pablo se refiere acá y empieza a decirles cuídense de esos perros, cuídense de esos que hacen el mal. Estoy leyendo el capítulo 3 del verso 2. Cuídense de esos que mutilan el cuerpo porque la circuncisión somos nosotros los que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos. Yo mismo tengo motivos para tal confianza, dice Pablo. Y aquí quiero referirme y es la parte que quería llegar. Si cualquier otro cree tener motivos para confiar en esfuerzos humanos, yo más. Circuncidado al octavo día del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín, un verdadero hebreo, en cuanto a la interpretación de la ley, fariseo, en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia, en cuanto a la justicia que la ley exige, intachable. Sin embargo, dice Pablo, todo aquello, lo que acaba de nombrar, que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús mi Señor. Por Él lo he perdido todo y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarme unido a Él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe. Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en Su resurrección, participar en Sus sufrimientos y llegar a ser semejante a Él en Su muerte. Ahí espero alcanzar la resurrección de entre los muertos. Miren qué maravilloso mensaje de Pablo. Pablo no habla solamente por querer explayarse en un lindo discurso, en un sermón muy emotivo. No, él busca solamente transmitir el mensaje del Evangelio. Y créanlo o no, el mensaje del Evangelio parte en dos. Es decir, está hecho para acabar con el hombre en la carne. Por eso Pablo dice, miren, si ustedes están buscando una explicación teológica, explicación litúrgica, apologética, lo que quieran, es bueno tener un conocimiento de estos. Pero no es la base de la salvación de Cristo Jesús. Si ustedes, al tener estos recursos, se quedan enmarcados únicamente en su conocimiento humano, se pierden de la maravilla de la revelación del Espíritu Santo de Dios. Ahora, no con esto estaba diciendo Pablo que no merece haber tenido este conocimiento. No, sí, pero Pablo lo que está expresando es que el conocer a Cristo es algo extraordinario. O sea, si él se queda solo con su conocimiento humano, es como estiércol. Pero ese conocimiento humano, con el Espíritu Santo de Dios, por medio de la salvación de Cristo Jesús, se transforma en una revelación majestuosa donde entendemos que no es nuestra inteligencia la que tiene la capacidad de percibir ese conocimiento, sino es el Espíritu Santo de Dios que nos revela. Pero es tan extraordinario el trabajo, y tan delicado, y tan hermoso, que hasta pensamos que lo hemos logrado nosotros. Y el Espíritu Santo nos deja, porque esa es la experiencia íntima con Él. Y no es para llegar y salir y jactarnos de este conocimiento, sino más bien de contarlo como debe ser contado, indicando que el Espíritu de Dios ha sido tan bueno con nosotros, que nos ha mostrado en este capítulo de Corintios algo relevante para que el resto de personas, con el trabajo del Espíritu Santo de Dios, también obtengan su propio mensaje. Y es ahí donde brilla el poder del Espíritu de Dios, y es así como se construyó la Biblia, porque es el Espíritu Santo de Dios que fue revelando capítulo tras capítulo, letra por letra, todo lo que han escrito los más de 40 autores de los libros de la Biblia. Entonces, ¿qué es lo que quiere decir Pablo con esto? No se jacten, no pierdan el tiempo. Miren, yo tengo la capacidad para hablarles muy bien, pero no lo voy a hacer porque quiero que el mensaje de Dios sea transmitido por el Espíritu Santo. Y es más, dice, me presenté ante ustedes con tanta debilidad que temblaba de miedo. Esto es hermoso porque es en verdad cuando uno tiene la conciencia de que no puede alterar nada, ni dejarse llevar por sus emociones, ni por su carácter, para hablar de la palabra de Dios. Es lo que Pablo manifiesta y se tenía tanta, tanta debilidad. ¿Por qué? Porque Pablo estaba acostumbrado a mutilar y acabar con el rigor de la ley a todos los que se le cruzaban en el camino. Por eso era respetado. Es más, por eso fue escogido por los líderes judíos para perseguir a cristianos. Entonces Pablo dice, no les hablé ni prediqué en el verso 4 con palabras sabias y elocuentes, sino con demostración del Espíritu, del Espíritu Santo, para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría humana, sino del poder de Dios. Lo que acabamos de explicar, la honra, la gloria y el honor es para aquel que nos está forjando. Si alguien toma algo del Espíritu Santo de Dios y se apropia como para tener un título, como para, no sé, envanecerse y decir que es aquel que Dios ha enviado para hablar al pueblo, está en serios problemas. ¿Por qué? Porque Dios es celoso de su palabra. Nosotros debemos, como predicadores, y al hablar de predicadores, no hablo solamente los que hemos ido a un seminario, sino de todo cristiano, predicar la verdad de Cristo es predicar acerca de lo que Él ha hecho en mí, sin fijarme ni poner el dedo, indicando en otro lo que Cristo podría hacer o debería éste dejar de hacer por amor a Cristo. No, ese no es nuestro trabajo. El trabajo es del Espíritu Santo de Dios. Y les puedo volver a recordar que muchas veces nosotros, leyendo la Biblia, podemos ver que Pedro sanaba con la sombra y él ni siquiera se enteraba. Y era el trabajo del Espíritu Santo de Dios, orando por Pedro, que era simplemente obediente. Pero nosotros, como seres humanos, comunes y silvestres, sin tener a Cristo en el corazón, no podemos obedecer la palabra de Dios, por más que lo intentemos, por más que levantemos las manos y dancemos y oremos. No, no, no se puede, no se puede. Por eso se necesita a diario reconocer que el Espíritu Santo de Dios, que Dios mismo, Dios Padre y Jesucristo, nuestro Señor y Dios, son los que actúan en nosotros. Y es ahí donde el enemigo es derrotado. Porque ese no se va a cansar de irse en contra del pueblo de Dios, por supuesto que no. Porque sabe que contra Dios no puede irse. Ya lo intentó, ya fue sacado de su presencia, ya está condenado, ya está derrotado. Vino Cristo, pagó el precio de la justicia de Dios y ahora, con la fe en Él, es que nosotros podemos ir venciendo y transformándonos en más que vencedores, conociendo la paz que sobrepasa todo entendimiento, que entendimiento humano, por supuesto. Yo no entiendo cómo puedo estar bien si estoy en un torbellino de pasiones y de problemas y de situaciones. Bueno, es ahí pues donde se revela el poder magnífico de Dios. Porque es ahí donde mi fe debe ser puesta a los pies de mi Señor y Dios. Este mensaje que empieza en la primera de Corintios 2, hemos leído desde el verso 1 hasta el verso 5, creo que nos deja pensando que muchas veces buscamos más bien el sentido filosófico del mensaje, pero no el sentido bíblico del mensaje, el sentido real. La verdad que tiene el mensaje del Evangelio ante la humanidad es algo que muchas veces choca con todo lo que el hombre cree que merece tener. Y esta es una de las falencias más grandes que podríamos encontrar en la humanidad actualmente. Todo el mundo se cree merecedor de algo, porque piensa que ha hecho lo suficiente como para tener algo. Y la verdad es que la Biblia nos enseña que el hombre no es capaz ni siquiera de cavar su propia tumba, porque ni siquiera sabemos del día en que vamos a morir. Pero en verdad el mensaje del Evangelio lo que nos presenta es una real esperanza de saber que vamos a estar en la presencia de Dios y que de Él siempre ha dependido todo, a pesar de que Él pudo habernos destruido porque no estamos de acuerdo a su santidad. Es decir, Pablo habla y pone muy en claro, el conocimiento humano no es el mismo conocimiento a nivel Dios. La santificación y la pureza que Dios exige es a su nivel, no al nivel que yo creo tener para llegar a su presencia. Es por esto que se hace imprescindible, y es por esto que Cristo es el único camino, único, no el que podría yo optar en medio de otros, no. El único camino, verdad y vida. No hay otra forma. Por más bonito que suene algunos otros pensamientos o digamos así filosofías, pero no llegan al nivel de garantizar la eternidad con Dios. Solamente una vida de bienestar. Y para tener una vida de bienestar en este mundo, Dios nos dio sus mandatos. Los mandatos están hechos para convivir con las personas bien y poder ponernos como el pueblo de Dios que es obediente a su palabra. Pero en medio de todo este universo de cosas que nosotros tenemos a disposición para llevarnos bien, pues el hombre ha generado doctrinas, costumbres y ritos que hacen que si no se cumplieran de esa manera, pues no estaríamos bien con el hombre, peor con Dios. O sea, la hemos embalado por donde la vemos. Entonces es por esto que Dios conociendo nuestro carácter y nuestra debilidad, es que provee en medio de la salvación que escrito Jesús. Perfecto, sin pecado, ni siquiera en la concepción. No tiene nada, nada, nada por donde haya que decir esta persona es falible como yo. Tuvo la misma posibilidad de fallar porque se hizo humano, pero no falló. Sostenido por el poder del Espíritu Santo de Dios, él no falló. Igual que nosotros, cuando tenemos a Cristo Jesús, tendremos al Espíritu Santo de Dios y veremos la promesa de Ezequiel 36 cumplida en nosotros y seguiremos. Pero nuestra falencia es que nuestra tendencia siempre va a ser hacer el mal. Con el Espíritu Santo de Dios nos va a direccionar a hacer el bien, pero la resistencia de nuestra carne va a estar ahí. Por lo tanto, el libre albedrío es, obedezco la voz de Dios, obedezco mi propia voz. Si sigo pensando que yo tengo méritos delante de Dios por mí mismo, obedeceré mi propia voz y no la del Espíritu Santo. Con esto cierro el día de hoy y les dejo, reflexionando en que nosotros somos hechura de Cristo Jesús. Para cerrar, quiero volver a leer el Salmo 121 porque quiero dejarlo sentado para los momentos en que está viviendo Israel. Al contemplar las montañas me pregunto, ¿de dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene del Señor, Creador del cielo y de la tierra. Nunca permitirá que resbales, nunca se dormirá el que te cuida. No, Él nunca duerme, nunca duerme el que cuida a Israel. El Señor es quien te cuida, el Señor es quien te protege, quien está junto a ti para ayudarte. El sol no te hará daño de día, ni la luna de noche. El Señor te protege de todo peligro. Él protege tu vida. El Señor te protege en todos tus caminos, ahora y siempre. Bendiciones. Hasta pronto. Más información www.alimmenta.com

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