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Un Servicio Memorable

Un Servicio Memorable

El Puente

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The speaker thanks the Lord for the opportunity to be there and explains that they were unable to be present last week due to the passing of their father. They express gratitude for the prayers and support received. The speaker discusses the importance of service in the Christian faith, highlighting that Jesus himself came to serve. They mention a specific act of service by a woman that Jesus praised and deemed memorable. The speaker encourages listeners to seek ways to please the Lord through their service. Muy buenos días, que el Señor me les bendiga una vez más y a aquellos que han venido llegando le damos la bienvenida a este tiempo. Le doy muchas gracias al Señor por la oportunidad que nos da de estar nuevamente aquí. La semana pasada no pudimos estar como familia, como ustedes saben, el sábado en la tarde, en la final de la mañana estábamos terminando el taller o el encuentro de parejas cuando recibimos la noticia de la partida de mi papá y bueno, tuvimos que tomar decisiones urgentes, obviamente no previstas y salir para Guanares el día sábado y estuvimos con la familia el sábado y el domingo y les doy gracias al Señor porque, bueno, pudimos regresar con tranquilidad, un viaje un poquito tortuoso de regreso, pero gracias a Dios todo bien, llegamos el lunes. Agradezco mucho sus oraciones, agradezco mucho sus palabras también en este tiempo y bueno, le damos gracias al Señor como familia porque sabemos que mi papá ahorita está en la presidencia del Señor, está en un lugar mucho mejor que nosotros y siempre es motivo de, aunque da tristeza pues por la pérdida, por la partida, pues siempre es un motivo también de agradecer al Señor, mis hermanos, entonces Dios me les bendiga. Saludo del Pastor David que está de viajes, ellos salieron el día miércoles, miércoles si mal no recuerdo, el jueves, ya recibimos señales de vida también porque el viaje era largo, tenían que hacer tres escalas y esperar un tiempo en el aeropuerto, pero gracias a Dios ya están en Arizona, el Pastor David con su mamá y su familia y bueno, les manda sus saludos y bueno, nosotros aquí seguimos adelante, ¿no? Le damos gracias al Señor por su palabra y hoy quiero compartir con ustedes una porción de la Escritura que está en el Evangelio de Marcos, pero quiero en las próximas semanas, Dios mediante, vamos a estar hablando de una virtud cristiana como lo es el servicio, el servicio es una virtud cristiana y aunque muchas personas pueden dedicar su vida a servir, aunque muchas personas les puede gustar el servir, pues como cristianos yo creo que no tenemos opción, el servicio tiene que estar en nuestro día a día. Alguien dijo una vez que el cristiano que no sirve, no sirve, no sé si entienden el juego de palabras, cristiano que no sirve, no sirve, porque el servicio forma parte de nosotros y si hay algo que le da sentido a la vida del ser humano, incluso hasta personas no cristianas lo han dicho en algún momento, es que si hay algo que le da sentido a la vida es el servir y especialmente servir a otras personas, sentir que estás viviendo una vida útil para otras personas, pero cuanto más cuando hablamos de servir al Señor, el que merece todo nuestro servicio, y la Biblia está llena de llamados del Señor a servirle, todo el Antiguo Testamento, en diversas partes del Antiguo Testamento el Señor habla de servirle, y de hecho cuando Dios llamaba a alguien, lo llamaba como siervo suyo, cuando Dios llamó a Abraham, cuando Dios llamó a los patriarcas, cuando Dios llamó a Moisés, cuando Dios llamó a los profetas, el título que más se repite en el Antiguo Testamento y después también en el Nuevo Testamento, del cual los discípulos se identifican como siervos del Señor, hasta el Rey David, que era el Rey, era el principal Israel, se identifica en diversas oportunidades como siervo del Señor, entonces qué privilegio es poder servir al Señor, pero es una demanda que Dios nos hace, y Jesús cuando estuvo aquí en la tierra, dijo muchas cosas sobre el servicio, pero si hubo algo importante que el Hijo fue, yo no vine para ser servido, sino para qué, para servir, entonces si Jesús siendo el Hijo de Dios, vino a esta tierra a servir, cuanto más nosotros no tenemos que tener presente esa virtud cristiana, y ojalá, algo que le da mucho sentido a la vida también, porque sabemos que el día a día está lleno de trajines y de cosas y de decisiones que tenemos que tomar, pero algo importante también que le da sentido a la vida, es saber que todo lo que hagamos, lo hacemos como un servicio al Señor. Ahora la pregunta es, ¿qué implica que todo lo que nosotros hagamos, sea un servicio al ¿Y cómo sabemos nosotros que al Señor le agrada mi servicio? Alguien podrá decir, bueno, pero al Señor le agrada todo lo que hagamos para Él, sin embargo, en la Biblia tenemos algunas evidencias de que hay cosas que, aunque fueron hechas con muy buena intención, tal vez todas, hubo cosas que Dios dio con más agrado que otras. ¿Se acuerdan del incidente entre Caín y Abel? Caín y Abel ofrecieron una ofrenda al Señor, los dos lo hicieron, tal vez con la buena intención de hacer un servicio al Señor, pero el Señor se agradó más de una ofrenda que de la otra. Y así, a lo largo de las Escrituras, en varias oportunidades, por ejemplo, Jesús elogia el servicio de una viuda por encima de lo que estaban haciendo los demás. Jesús también compara el servicio de María, de Marta, perdón, cuando Él fue a visitar a Lázaro, con el servicio de María que fue diferente, pero dijo que ella había escogido la mejor parte. Entonces, hay servicios en la Palabra de Dios que Jesús o Dios mismo los exalta. ¿Y por qué? Probablemente hay algo en ese servicio que es significativo, y hay un acto de servicio en la Biblia que podemos definir como un servicio memorable, y por eso el título del mensaje de esta mañana, un servicio memorable. ¿Y por qué es un servicio memorable? No porque lo diga yo, sino porque el mismo Jesús dijo que había sido un servicio memorable. Yo le invito a que busque su Biblia, Marcos, el Evangelio de Marcos capítulo 14, los primeros versículos, aunque vamos a ir viendo en la diapositiva, pero usted puede ver el versículo 9 que Jesús dice después de este acto de servicio, les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el Evangelio, se contará también en memoria de esta mujer lo que ella hizo. ¿Qué les parece? Jesús mismo dijo, de alguna manera lo profetizó, en cualquier parte del mundo donde se predique el Evangelio, se contará en memoria de esta mujer lo que ella hizo. Es decir, Jesús estaba profetizando que yo hoy les iba a hablar de esta mujer. ¿Por qué? Porque Él dice que esto se iba a seguir hablando, se iba a seguir proclamando, se iba a seguir enseñando. Entonces, este acto de servicio de esta mujer, que vamos a analizar dentro de un momento, provocó en un sentido figurado los aplausos de Jesús. Y Jesús la hizo tan memorable que dijo que ese servicio de esa mujer se iba a seguir contando por todos los lugares donde se predicara el Evangelio. Ese acto de servicio de esta mujer es tan relevante que de los cuatro Evangelios, por lo menos aparece esta historia en dos de los Evangelios. En el Evangelio de Mateo y en el Evangelio de Marcos y Lucas, si mal no recuerdo si es el otro. Aunque también en Juan hay un relato muy similar a este y hay quienes dicen que probablemente sea el mismo relato. Aunque en el Evangelio de Juan hay algunas pequeñas diferencias, por eso suele sucedernos en los Evangelios. Los que vinieron a la película del caso Cristo quizás recordarán que uno de los argumentos de los verídicos de los Evangelios son precisamente esos detallitos donde una historia en esencia es contada igual, pero hay detallitos que algunas personas la ven desde una perspectiva diferente. Y que resultaría más sospechoso que tres personas digan exactamente lo mismo, porque eso es como cuando se va a investigar un crimen, que si vienen tres personas y dicen exactamente lo mismo, los criminalistas más bien sospechan. Esto es como que se pusieron de acuerdo para decir lo mismo. Pero en los Evangelios tenemos el mismo relato en dos de los Evangelios y en el Evangelio de Juan, que se escribió unos cuantos años después, hay una pequeña diferencia con respecto al día, sin embargo algunos piensan que pudo haber sido otro evento, otros dicen que pudo haber sido el mismo. Por eso, de pronto para nosotros no es tan relevante hoy. ¿Pero qué fin es importante para nosotros hoy? ¿Por qué Jesús hizo este servicio de esta mujer tan memorable? ¿Por qué Jesús aplaudió este servicio? Y probablemente ella tiene algo que enseñarnos a nosotros, si realmente, si sinceramente usted quiere agradar al Señor con lo que hace. Por eso mi pregunta en esta mañana, ¿realmente usted quiere servir al Señor? ¿Usted quiere que el Señor se agrade de lo que usted hace? ¿Que el Señor pueda decir, wow, estoy complacido con lo que está haciendo él, con lo que está haciendo ella? Entonces vamos a prestar atención a algunas cositas que hizo esta mujer y que seguramente tienen enseñanza para nosotros. En primer lugar, en este texto, tenemos un derroche de amor genuino, y utilizo la palabra derroche intencionalmente, ustedes lo van a ver por qué, pero el relato nos habla de que un día estaban sentados en la mesa comiendo, y uno tiene que trasladarse unos cuantos años atrás, más de dos mil años atrás, para imaginarse el escenario y que en ese tiempo, pues la gente cuando se sentaba a comer no era como hoy en día, que había una mesa con una silla. Generalmente las personas se recostaban, se sentaban en el piso o con una especie de cojines, se podían recostar en una mesa a una altura no tan alta, y las personas se sentaban a comer alrededor de la mesa. Entonces el escenario era algo más o menos así. Hay un relato en Lucas que se parece a este, pero ese sí es muy diferente, porque es una casa diferente y hay una cosa diferente que se dice de la mujer, pero también estaban comiendo, en el relato de Lucas, una mujer entra a lavarle los pies, pero aquí es diferente, aquí entra una mujer, y por decirlo de alguna manera, rompe el protocolo de una cena de aquellos tiempos, porque ¿qué era lo que se estilaba en ese tiempo cuando se tenía un invitado especial en una cena? Pues se estilaba que se le daba la oportunidad de lavarse los pies, de lavarse las manos, eso era algo normal para poder sentarse a la mesa y compartir, y cuando era un invitado especial, a veces el dueño de la casa le ofrecía unas goticas de un perfume, pues para, como un gesto de cortesía para tenerlo allí sentado en la mesa. ¿Pero qué hace esta mujer de Betania? Dice el versículo 3, en Betania, mientras estaba él, hablando de Jesús, sentado en la mesa en casa de Simón, el que había tenido una enfermedad en la piel, llegó una mujer con un frasco de alabasto lleno de un perfume muy costoso, hecho de nardo puro, rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Y a mí me gusta cuando yo, a mí me gustan muchísimo los evangelios, y yo disfruto mucho de escuchar los evangelios porque trato de trasladarme en el tiempo, y trato de imaginarme el escenario. Estaba el grupo de personas allí, comiendo, en una cultura donde predominaban, pues, los hombres, probablemente los hombres estaban sentados en la mesa comiendo, o si no, la mayoría de los que estaban allí eran hombres, y de pronto entra una mujer. Eso no era normal, eso llamaba la atención, esta mujer está rompiendo el protocolo. Si Jesús hubiese sido como esa gente de hoy en día que anda con escoltas y con personas, hubiesen salido corriendo a agarrar a esa mujer allí, porque ¿qué es eso? Pero entra la mujer y hace algo significativo. Dice que ella entró con un frasco de alabastro, el frasco de alabastro era un frasco de una piedra, el alabastro era una piedra, y el frasco de alabastro se utilizaba para guardar algo muy costoso, algo de mucho valor para protegerlo. Y esta mujer llega con un frasco de alabastro lleno, dice, de un perfume muy costoso, sabemos lo que significa eso, lleno de nardo puro, en otras versiones dicen nardo genuino. El nardo es una flor, a lo mejor usted ya la conoce, que tiene un olor, a mí me gusta mucho el olor del nardo, es una flor blanca que a distancia se siente el olor. Bueno, se fabricaba o se fabrica un perfume con el nardo, pero en este caso dice que era nardo puro. ¿Y qué hace esta mujer? Rompe el frasco y lo derrama el perfume sobre la cabeza de Jesús. Y ahí vamos viendo lo que hace significativo el acto de esta mujer, porque ella le está dando al Señor Jesús, le está ofrendando al Señor Jesús, está haciéndolo por el Señor Jesús, con algo que es muy costoso, algo genuino, algo puro para el Señor. Y muchas veces una de las cosas que tenemos que aprender para saber que nuestro servicio tiene que ser agradable al Señor es cuando nosotros le damos al Señor lo mejor, cuando nosotros le damos al Señor algo que nos cueste, se lo damos a Él. Hay un relato de la Biblia que es cuando David va a ofrecer un sacrificio al Señor en un lugar, porque Dios le manda ofrecer un sacrificio para que cese la mortandad en el pueblo, para que cese el hambre en el pueblo, y Dios le dice dónde él tiene que ir a ofrecer su sacrificio, y cuando él llega, como es el rey, el dueño del lugar, le dice al rey, rey, lo que usted quiera, la tierra se la doy, le doy todo lo que usted quiera para que haga el sacrificio. ¿Y qué hizo David? David le dijo, no, yo te lo voy a pagar, porque, y ahí viene la frase que me gusta, Jesús le dice, David le dice, no le ofreceré sacrificio al Señor que no me cueste nada, no le ofreceré servicio al Señor, no le ofreceré sacrificio al Señor que no me cueste nada. Entonces, nuestro servicio al Señor es más loable en la medida que nos cueste más a nosotros. En la medida que hagamos el esfuerzo para darle al Señor lo mejor, no estoy hablando necesariamente de dinero, porque a veces se nos va la mente solamente a eso, es que cualquier cosa que hagamos, si queremos que el Señor se agrade, tenemos que hacerlo de la mejor manera, con el mayor esfuerzo, como lo mejor para el Señor, para que el Señor se agrade. Luego dice que esta mujer rompió el frasco, y ahí hay un simbolismo, porque ese frasco se podía usar para otra cosa, pero ¿por qué se rompe el frasco? Porque es una manera de dedicarlo exclusivamente a Dios, dedicarlo exclusivamente a Jesús. Lo que se hacía en aquel tiempo, lo que hizo esta mujer, otras personas lo hacían, con personajes importantes, con reyes, a personas que querían honrar, pero lo que quería decir cuando se rompía el frasco, es que más nadie iba a usar ese frasco, ese frasco había sido, con lo que había en ese frasco, había sido consagrado al Señor, solo para Él. Y es otro principio que aplicamos nosotros a nuestros servicios, si queremos que Dios se agrade en nuestros servicios, tiene que ser un servicio consagrado a Él, que el Señor sienta la exclusividad de lo que le estamos dando a Él. Yo le doy gracias al Señor, porque en el tiempo el Señor me fue dando habilidades con los conciertos de instrumentos musicales, y aunque mi papá fue músico, y mi papá insistió mucho en que yo aprendiera a tocar los instrumentos musicales, lamentablemente tengo que decirlo, que mientras estuve en la casa no fue cuando más los aprendí, los aprendí más fue cuando salí de casa. Pero había un instrumento que me costaba mucho, yo lo veía muy difícil de tocar, y era el piano, o el teclado, yo veía ese instrumento muy difícil, y yo practicaba, y practicaba, y practicaba, y me costaba mucho, y yo le hice al Señor una oración hace unos cuantos años atrás, me acuerdo que lo dije, le dije Señor yo quiero aprender a tocar piano, y si yo aprendo a tocar piano Señor, al único que yo le voy a tocar, es a ti, esa fue la oración que yo le hice al Señor, y lo he cumplido, yo creo que ni a mi esposa le he dedicado una canción con piano, pero fue una decisión que yo tomé de consagrarle eso al Señor, un gesto de exclusividad para el Señor, bueno eso fue lo que hizo esta mujer, agarró ese frasco, lo derramó sobre Jesús, y rompió el frasco para que estuviese consagrado, y dice que lo derramó sobre la cabeza de Jesús, y el Evangelio de Juan, en el otro relato dice que la casa se llenó del perfume, que hermoso ¿no? que lo que ella hizo el olor se regó por toda la casa, y en la palabra de Dios, en algunas oportunidades en la Biblia, cuando se habla del olor que se esparce, es un gesto, es un sinónimo, un simbolismo de adoración, como un olor que se esparce al Señor, entonces esta mujer lo que está haciendo con Jesús, es un acto de adoración al Señor, dándole lo mejor para el Señor, siendo exclusiva, consagrando al Señor, lo que le está presentando a Él, haciendo con toda la mejor intención del mundo, no lo está haciendo para que la vieran, al contrario, esta mujer pudo haber sido sacada por romper el protocolo, pero ella quiso hacerlo para agradar al Señor, no le importó lo que pensaran los demás, a veces nuestro servicio, a veces queremos hacer cosas para el Señor, pero queremos que otras personas nos vean y nos digan lo bueno que lo estamos haciendo, ay porque si no me dicen nada, entonces me siento mal, pero el que se debe agradar con lo que estamos haciendo, es el Señor, esta mujer no hizo lo que hizo para sentirse mejor ella, para ser tomada en cuenta entre los discípulos, lo hizo porque quiso deleitar al Señor con su acto, y esa debe ser nuestra motivación de servicio al Señor. Ahora, seguimos viendo el relato y encontramos un genuino cuestionamiento, y la palabra genuino aquí está entre comillas, porque usted puede decir después, bueno pero no era tan genuino, bueno pero era razonable, tiene sentido lo que dijeron las personas que estaban allí, que cuestionaron lo que hizo la mujer, por eso decimos un genuino, entre comillas, un genuino con un genuino, perdón, cuestionamiento. Dice que algunos de los que estaban presentes, comentaban indignados, para que este desperdicio de perfume, podía haberse vendido por el salario de más de un año de trabajo para dárselo a los pobres, y la reprendían con severidad. Entonces vean el contraste, vemos todo lo que hizo la mujer, cuál fue la reacción de las personas, le empezaron a criticar, a cuestionar, dice indignados, otras versiones dicen se enojaron, y que hubiésemos hecho nosotros, nosotros decimos no, no, nosotros ya estamos de acuerdo con la mujer, quien sabe, quien sabe, porque, y sobre todo por el razonamiento de ellos, cuál es el razonamiento de ellos, dicen que desperdicio de perfume, ahora será que ellos no querían que le hubiesen dado algo de perfume al Señor Jesús, no, ellos dicen desperdicio de perfume por el valor del perfume, ¿cuánto costaba el perfume? 300 denarios, por eso la nueva versión internacional lo traduce y nos dice, el salario de más de un año de trabajo, porque cuando un jornalero trabajaba por todo un día, le daban un denario, este era su, el costo de su trabajo por un día, o sea 300 denarios es más de lo que un obrero normal hubiese ganado en un año, en ese perfumito, y ellos dicen, con eso se hubiese vendido por 300 denarios y se hubiese ayudado a los pobres, o sea desperdicio, por eso digo, tal vez nosotros hubiésemos estado ahí, y a lo mejor no nos hubiese gustado tanto el olorcito del perfume, hubiésemos dicho, ay, tanta gente pasando hambre en Venezuela, y mire ese desperdicio de perfume, por eso su cuestionamiento parece, parece lógico, ella quiso hacer algo agradable para el Señor, pero a nadie le gustó lo que hizo, aparentemente, las personas probablemente estaban pensando, ay, pero si en mi casa no hay comida, y esta mujer botando 300 denarios ahí, y tanta gente pobre, y tanta gente que tiene necesidad, y esta mujer botando este perfume, y la situación tan difícil que estamos pasando como pueblo, eso es mucho, y a veces luchamos con eso, cuando le vamos a dar algo al Señor, a veces cuando es mucho en cantidad, a veces nos cuesta un poco, porque decimos, opra, esto es mucho, porque es fácil de pronto darle al Señor una ofrenda, darle los diezmos de 10 dólares, de 20 dólares, de 50 dólares, pero si nos ganamos un millón de dólares, estaríamos capaces de dar el diezmo de eso, no, eso es mucho, yo mejor lo voy dando poquito a poco. Entonces, lo cierto es que aquí tenemos una confrontación de dos pensamientos, el acto de una mujer que quiso hacer lo mejor para el Señor desde su corazón, y el pensamiento de otros que están aplicando más a la razón, y la actitud de ellos muchas veces refleja la perspectiva que tenemos de lo material, que no nos damos cuenta a veces, muchas veces nos pasa que valoramos más lo material que lo espiritual, y eso es lo que está pasando, ellos están valorando más lo material, los 300 denarios, que lo espiritual, el acto de adoración al Señor, y a nosotros nos cuesta a veces ver la diferencia, y hay un relato también del Rey David, por cierto, que me gustó mucho, que lo leí esta semana, que está en el Libro II de Samuel, capítulo 23, cuando el Rey David llega a un momento donde tiene mucha sed, y dice, ay, si pudiera beber de las aguas del pozo de Belén, y dice el relato que tres de sus guerreros más fuertes salieron corriendo, uy, el Rey quiere tomar agua, salieron corriendo y resulta que Belén estaba rodeado de filisteos, pero ellos arriesgaron su vida por traerle agua al Rey, y buscaron agua en el pozo y regresaron con el agua al Rey, y ¿qué hizo David con esa agua? ¿Conocen la historia? Dice que David derramó el agua en la tierra, imagínense la cara de esos hombres que arriesgaron su vida para llevarle agua al Rey David, dice II de Samuel 23, 16, los tres valientes se metieron en el campamento filisteo, sacaron el agua del pozo de Belén y se la llevaron a David, dice, pero él no quiso beberla, sino que derramó el agua en honor al Señor, porque David dijo, yo no me merezco esto, esto es mucho, y la botó, y uno dice, pero la botó, pero es que no es que la botó, dice que es que la derramó en honor al Señor, y a veces nos cuesta entender eso porque le damos más importancia a lo material que a lo espiritual, hay un acto espiritual, de entrega al Señor de esa agua, te explico, no estamos muy acostumbrados a eso, a mí a veces me cuesta creer, y eso se ve en el Antiguo Testamento, el sistema de sacrificio, cuando alguien llevaba un corderito al Señor, había varios tipos de ofrenda, pero había un tipo de ofrenda, que era que le llevaban el animal, lo ponían en el altar, y el animalito se consumía por completo, ahí no quedaba nada, pero nosotros que somos más materialistas decimos, no podemos sacar aunque sea un pedacito ahí para hacer unos vistecitos, pero era un acto de adoración al Señor, por eso se entregaba completo al Señor, entonces lo que le da valor al servicio, es lo que esta mujer estaba haciendo de corazón, ahora gracias a Dios, porque este relato no queda aquí, sino que tenemos un genuino veredicto, y es que Jesús nos ayuda a entender lo que pasó, Jesús nos ayuda a entender que hay dos dimensiones en el servicio, y que Él quiere que nosotros comprendamos, y Él nos va a ayudar, si usted quiere darle siempre al Señor lo mejor, si usted quiere que su servicio al Señor sea memorable, no se preocupe, el Señor le va a ayudar a entenderlo, primero dice, déjenle en paz, dijo Jesús, porque la molestan, ella ha hecho una obra hermosa conmigo, la respuesta de Jesús fue fuerte, no fue simplemente, ay pobrecita, déjala tranquila, no, en el idioma original, el sentido de las palabras en el idioma original, Jesús está regañando a las personas, le está diciendo, déjenme en paz, déjenme en paz, no la molesten, porque ella ha hecho una obra hermosa, me gusta como lo traduce la nueva versión internacional, en otras versiones dice, ella ha hecho algo bueno, pero es que la palabra bueno allí, en el griego hay dos palabras para bueno, y en este caso la palabra que se está utilizando es la palabra kalos, que significa bueno, pero también significa algo adorable, loable, algo maravilloso, entonces por eso la nueva versión internacional lo traduce, ella ha hecho una obra hermosa conmigo, lo que ella está haciendo es hermoso, y ahí si yo me pongo en el lugar de la mujer, y como nos sentiríamos nosotros, de ver que todo el mundo está criticando lo que yo estoy haciendo, pero el Señor diga, no, no, lo que ella está haciendo es hermoso, lo que él está haciendo es hermoso, es loable, y hermanos, y eso es lo que realmente nos debería interesar a nosotros, y eso es lo que nos debería interesar cuando hagamos algo para el Señor, que el Señor diga, estuvo bien, estoy contento con lo que hiciste, lo que hiciste fue hermoso, tal vez otros no nos lo digan, no nos debería importar más eso, a algunos parece que les importa más eso, que nos vean, que nos aplaudan, que nos reconozcan, pero lo que nos debería importar es que Dios diga, qué bueno con lo que estás haciendo, me gusta, me agrada lo que estás haciendo, te esforzaste, me diste lo mejor, te consagraste, valió mucho para mí lo que tú estás haciendo, entonces cuando hagamos algo para el Señor, ahí es donde nosotros tenemos que apuntar, hacerlo de esa manera, ya sea que me toque dirigir, me toque predicar, me toque servir la mesa, me toque atender a los visitantes que están llegando, sea que estoy dando ofrendas al Señor, sea que estoy ayudando a alguien que tiene alguna necesidad, sea que usted esté dando consuelo a alguien, le esté dando abrazos, le esté dando palabras de ánimo a alguien, o hasta esté reprendiendo a alguien, lo que nos debe importar es que Dios diga, estoy contento con lo que estás haciendo. Es hermoso lo que estás haciendo, es loable lo que estás haciendo. Ahora, ¿por qué Jesús la defendió con tanta vehemencia? Jesús añade, los pobres siempre los tendrán con ustedes, podrán ayudarlos cuando quieran, pero a mí no me van a tener siempre. A Jesús como que no le gustaban los pobres, ¿qué cree usted? O en otras partes de la Biblia Jesús habla de los pobres, entonces pensar que a Jesús no le interesaban los pobres es contrario al Jesús que vemos en la Biblia, por supuesto que le interesaban los pobres, pero ¿qué es lo que está queriendo decir aquí el Señor Jesús? Los pobres siempre van a haber, pero aquí pasan dos cosas, y una nos lo comparte el otro evangelista que cuenta el relato, en Mateo, y era que lo conecta con lo que dijo Judas, porque dice que fue Judas el que dijo, ¡ay qué desperdicio! Jesús se pudo haber vendido por 300 denarios y ayudar a los pobres, pero Juan dice, perdón, el evangelista Juan es el que dice, que Judas no lo dijo pensando en los pobres, perdón, Judas lo dijo porque él era el que manejaba el dinero y él agarraba de ahí, entonces el único pobre es el que estaba pensando en él en realidad, y esto me hace pensar hermano que a veces hay personas que practican la beneficencia no pensando necesariamente o por lo menos no pensando sólo en el beneficio que le traen a otras personas sino el beneficio que les trae a ellos mismos, hay personas que practican la beneficencia pensando en lo que obtiene por ser bueno, por ser bondadoso, y eso lo vemos mucho con las personas famosas, con las estrellas de cine, de televisión, del deporte que ganan mucho dinero y tienen gestos de servicio con la gente, pero ¿cómo son esos gestos de servicio con la gente? Bueno, dan una contribución grande, jugosa, significativa y el montón de cámaras ahí tomando fotos y ellos ahí entregándole, y es ¡ay qué buenos son ellos porque me están ayudando a la gente que no se muera de hambre! Bueno y están ayudando a la persona seguramente que sí, pero ¿qué están obteniendo ellos? Fama, aplauso, reconocimiento, que la gente diga ¡ay qué bueno es ese actor, mire cómo está ayudando! Y ojo, no estoy diciendo que bueno, si trae algún beneficio construir un pozo de agua en un pueblo, dar comida en un pueblo, gloria a Dios por esas cosas porque al fin y al cabo la gente recibe algo de ayuda, pero lo estoy comparando con un acto de servicio que tú no lo haces pensando en el beneficio que te trae, porque inclusive hay instituciones de beneficencias que han sido creadas pensando ¡ah porque yo de aquí puedo agarrar también! Hay fundaciones que han sido creadas por eso, pero el gesto de esta mujer no está pensando en el beneficio de ella y por eso Jesús trae a colación a los pobres siempre los van a tener y los pueden ayudar cuando ustedes quieran, pero a mí no me van a tener siempre y Jesús hace alusión a otra cosa, y es algo que Jesús venía diciendo desde hace rato varias veces en los evangelios y era que Él iba a morir en la cruz, pero aparentemente nadie estaba entendiendo lo que Él venía diciendo y por eso Él dice ustedes a mí no me van a tener siempre. La pregunta es si sabemos que Jesús nos está diciendo, pensando nosotros hace dos mil años atrás y hubiésemos estado ahí, si Jesús nos viene diciendo que va a morir en una cruz, que va a dar su vida por nosotros, ¿qué necesita el Señor Jesús en ese momento? El unir a una persona con aceite y con perfume era un acto relacionado con la muerte, es más se unían a los muertos, pero esta mujer quiso unir al Señor Jesús vivo, como un acto de adoración al Señor Jesús pensando en lo que Jesús necesitaba en ese momento y la pregunta para nosotros es, ¿a usted le preocupa, qué le preocupa más, lo que necesita usted o lo que necesita Jesús? Y usted dirá, bueno, pero el Señor Jesús no necesita nada, sí hay cosas que conmueven el corazón de Jesús y yo tengo que preguntarle al Señor qué es lo que Él quiere que yo haga, porque lo que Él quiere que yo haga tiene que ver con lo que Él necesita que sea hecho y en ese momento Él necesitaba ser unido por esta mujer. ¿Saben que hay personas que pueden estar haciendo cosas buenas, pero no necesariamente maravillosas para Jesús? Hay personas que pueden estar haciendo cosas para el Señor buenas, pero no necesariamente está haciendo lo que el Señor quiere que haga, no necesariamente está haciendo algo loable para el Señor. Para algunas personas la única manera de servir y ayudar es ayudar a los pobres, para algunas personas eso es lo único, pero Jesús nos está diciendo que hay muchas maneras y lo importante es hacer lo que Él quiere que nosotros hagamos, porque somos siervos de Él y tenemos que ser sensibles a lo que Él quiere. Tal vez lo que yo vaya a hacer no va a ser tan notorio como lo que haga otro, pero lo importante es que lo que yo haga el Señor se agrade de eso. Y Jesús sigue diciendo, ella hizo lo que pudo, ungió mi cuerpo de antemano para la sepultura. Y esa frase, ella hizo lo que pudo, en la versión de la Biblia textual dice, ella hizo lo que tenía a la mano. Tal vez esta mujer no podía ayudar a los pobres, pero ella quiso hacer algo con lo que tenía a la mano. El Señor no nos va a pedir cuenta por lo que hicimos, sino, no por lo que hicimos en comparación con otras personas, sino que el Señor nos va a pedir cuenta con lo que hicimos, con lo que teníamos a la mano, con lo que Él nos ha dado. ¿Y qué nos ha dado el Señor? Sí, nos ha dado sus palabras, pero nos ha dado también talentos, nos ha dado habilidades, nos ha dado capacidades, nos ha dado recursos, nos ha dado oportunidades, nos ha dado una familia, nos ha dado amistades, nos ha dado un trabajo. Y el Señor no te va a pedir cuenta por otras cosas, pero sí, seguramente te va a pedir cuenta por lo que hiciste con lo que Él te dijo. Y ahí es donde podemos preguntarle al Señor, Señor, ¿qué quieres que haga con lo que tengo a la mano? Esta mujer fue la única que captó el sentido de lo que Jesús venía diciendo, que iba a morir en una cruz. Los otros estaban pensando en otra cosa, hasta los discípulos de Jesús estaban peleándose unos días antes sobre quién se iba a sentar al lado de Él en el reino. Otros estaban pensando en invitarlo a comer, Jesús recibió varias invitaciones, bueno, porque era la persona del momento, era la persona famosa, ¿quién no le iba a querer tener en su casa? Pero esta mujer fue la única que entendió lo que realmente el Señor necesitaba. A veces creemos que sabemos lo que hay que hacer, pero tenemos que ser sensibles a lo que Dios quiere que nosotros hagamos. Lo que esta mujer hizo fue un acto de entrega, fue un acto de devoción y fue un acto de amor. Por eso Pablo dice, si reparto entre los pobres todo lo que poseo y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. No vale de nada, si lo que hago no lo estoy haciendo con el verdadero amor. Por eso el servicio de esta mujer fue memorable y por eso Jesús termina esta historia con el versículo que leímos al comienzo. Jesús le da el sello de aprobación a lo que hizo esta mujer. Esta mujer no lo hizo para ser famosa, pero Jesús la hizo famosa. ¿Por qué? Porque hay una promesa en la palabra del Señor que dice que el que se humille, ¿qué va a hacer? Va a ser exaltado. En cambio el que quiera hacer las cosas para el Señor, por exaltarse, para que me vean, para que otros digan, probablemente va a hacer lo contrario, va a ser humillado. Esta mujer fue recordada, dice el Señor Jesús, por todo el lugar del mundo donde se predique el Evangelio vamos a recordar lo que ella hizo. Esa es una pregunta muy sincera para nosotros. ¿Por qué queremos nosotros ser recordados cuando ya no estemos en esta tierra? ¿Cómo nos gustaría que nos recuerden? A mí me gustaría ser recordado como alguien que hizo algo loable para el Señor, que hizo algo maravilloso para el Señor. Y ojalá esa sea tu oración, y ojalá esa sea tu deseo. El salmista dice en el Salmo 16.12, ¿Cómo puedo pagarle al Señor por tanta bondad que me ha mostrado? Yo creo que esto era lo que había en el corazón de esta mujer. 300 denarios, un perfume de 300 denarios, eso no era nada, comparado con las bondades que Dios ha hecho por nosotros. Que esa sea nuestra actitud de servicio, porque eso fue lo que hizo Jesús por nosotros. Jesús dio a su Hijo, que era lo más valioso que tenía, para morir en una cruz, para que nosotros fuésemos salvos. Entonces ya nos dio el ejemplo. ¿Qué le podemos dar al Señor que nosotros digamos que el Señor diga? Eso es mucho. Nada. Porque Él lo hizo todo. ¿Y lo hizo todo por qué? Por amor a nosotros. Padre amado, te doy muchísimas gracias por tu palabra en esta mañana. Ayúdanos, Señor, a que nuestro servicio refleje, Señor, nuestro amor hacia ti. Que lo que hay en nuestro corazón, Señor, sea agradarte en todo lo que hagamos. No solamente aquí en la iglesia, Señor. Por todo lo que hagamos en el día a día, en nuestro trabajo, en nuestras relaciones, en nuestra casa, en nuestra familia. Que todo lo que hagamos, Señor, lo hagamos porque queremos honrarte a ti. Queremos que tú te agradezcas. Nunca vamos a poderte pagar lo que tú hiciste por nosotros, Señor. Pero ayúdanos a corresponderte con nuestro amor, con nuestro servicio, con nuestra adoración, Señor. Ahora que vamos a participar de la cena del Señor, Señor Padre, disponemos nuestro corazón para acercarnos a ti, para acercarnos a tu mesa, Señor. Con la mejor actitud de deleitarnos delante de ti. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

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