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Poema por ahora y para siempre. Lo vi por primera vez aquel 4 de febrero, asumiendo en Gallardía el fracaso del intento. Así me apropié de él, de su fuerza y su talento. Aprendí desde su voz, aquel amor por su pueblo, que fue transformando en obras, que fue concretando en hechos, hasta hacerse eternidad en mi alma y en mi pecho. Lo vi luego perdonar a muchos los agravios y traiciones, de pupilos del imperio que se erigieron señores y asumieron a la fuerza con ansias de dictadores. Y fue cambiando el país con proyectos atrevidos, en salud, en educación, en tierras y en servicios, y posicionó la patria donde nunca se había visto. Pero el imperio malvado no cesó en sus pretensiones, de entompecer a su antojo los sueños libertadores, contando entre sus secuaces a vecinos secundones. Un día fue contaminado de una cruel enfermedad y tuvo que despedirse de ésta su tierra natal, dejando como legado su amor incondicional. Por su patria tan querida y por este pueblo llano, que lo acogió en sus entrañas con el afecto de hermanos y que más allá del tiempo luchará por su legado. Gracias a aquel por ahora que se volvió para siempre, Chávez se volvió conciencia en su pueblo y en su gente, y será revolución en nuestra sangre y nuestra mente.