Home Page
cover of Podcast N° 2 -SUERTE
Podcast N° 2 -SUERTE

Podcast N° 2 -SUERTE

00:00-01:04:37

Nothing to say, yet

Podcastclickingspeechinsidesmall roomchewing
1
Plays
0
Downloads
0
Shares

Transcription

The speaker and their friend discuss the concept of luck. The friend believes that luck is a result of merit and actions, while the speaker does not believe in luck and thinks it is an excuse to avoid taking responsibility. They discuss examples of people attributing their successes or failures to luck. The friend believes that luck is when talent and opportunity align. They also discuss the idea of control and responsibility in life. The speaker believes in effort and discipline rather than sacrifice. They conclude that luck is not a significant factor in success or failure. Bueno, buenas, bienvenidos a Ovejas Verdes, hoy contamos con la presencia de nuestro amigo Pablo Ceballos, que ya estuvo la vez pasada, ya lo van a ir conociendo, hola hermano. Hola amigo querido, gracias, una noche más, un encuentro más, muy feliz por poder acompañarte en este hermoso espacio, Ovejas Verdes. Bueno, te cuento amigo, hoy tenía ganas de hablar de un tema que me venía resonando, que lo estoy escuchando en la radio, solo escuché radio, me gusta la radio, bueno, por algo también estoy haciendo esto. Si, sin duda que es coherente. Y hablaban de la suerte. Uff, que tema hermano querido, que tema es ese. Hablaron de la suerte, bueno, comentaron que, por ejemplo, hay personas que, son teorías ¿no?, que dicen que vienen como enjeladas, otras personas que, bueno, viste que uno se pregunta ¿por qué le sale todo bien? y a mí no, porque o sea, es como, viste, esa comparación creo que viene de ahí, no sé si es una contracción social, si es un paradigma, creencias, no sé de dónde viene, no sé qué opinas vos de la suerte, pero hay personas que vienen como, viste, con una especie de, como que si tuvieran ya el camino, viste, abierto ¿no? Bueno, ahora es una pregunta bastante abierta, yo no creo en la suerte amigo, así que, desde el vamos, nos metimos en líos, yo creo que la suerte es como un premio al mérito, es como que le decimos que suerte que tiene a esa persona que tuvo un mérito por lograrlo, y entonces yo diría, ¿por qué alguien no tiene suerte?, porque está haciendo las cosas de una forma que, entre comillas, no son de la mejor manera, porque le falta información a la persona, porque no tuvo la oportunidad de aprender nuevas habilidades personales, porque viene con paradigmas familiares que también tienen que ver mucho con esto de la suerte. Si, es como que cada uno tiene una interpretación, una idea ¿no?, del suerte. Totalmente, ¿por qué no creo en la suerte?, porque yo no he logrado hacer cosas por suerte, es decir, no creo en eso, porque yo conozco muchas personas, incluido vos, que este podcast que es orgánico, humilde, que está empezando y lo haces con mucho amor, esto no lo haces por suerte, tuviste que ir a comprar tus micrófonos, comprar los adaptadores, comprar los auriculares, comprar todo el estético, comprarte tu atril para la cámara, es decir… ¿Sabes lo que hice hoy?, caminé para buscar el trípode que estaba ahora el celular filmando, 3 kilómetros de ida y 3 vueltas. Bueno, eso no es suerte, la suerte parece, no sé si coincidís conmigo hermano, y si la gente que está ahí, que nos están acompañando y que le agradecemos de todo corazón, que se puedan prender y puedan acompañarnos… Las orejas verdes. Las orejas verdes, claro. Yo creo que muchas veces cuando no nos sale algo, decimos que mala suerte, y cuando nos sale algo, para el otro que no tuvo suerte supuestamente, tuvimos suerte nosotros. Quiero que podamos conversar a ver qué piensas y qué piensan los que nos están acompañando, es decir, pon un ejemplo, yo tengo un amigo que tuvo un ascenso en su trabajo. La típica. Y a mí me echaron. Entonces yo digo, qué mala suerte la mía de que me echaron. Porque yo gano con un mango y el otro gana un jeren. Ahí va. Entonces qué suerte que tiene este tipo o esta tipa, porque yo, como estoy pasando un mal momento, digo que para mí mala suerte. Pero fíjate que los que siempre hablan de mala suerte, hablan de los que logran cosas con suerte. Y para mí, las personas que logramos hacer poco o mucho, no tenemos suerte. O sea, como que estamos en la suerte o en la mala suerte, digamos, como que no hay un punto medio, siguiendo esa línea. De acuerdo a los paradigmas, sí. Claro. Como yo te vuelvo a recalcar ahora, yo no creo en la suerte ni en la mala suerte, creo en las acciones. Y los resultados de... A ver, una cosa es una persona que está en una guerra, que le alcanza una esquirla de una bomba y mata a la mitad de la familia. Es una desgracia eso. Eso es una desgracia. Eso no es mala suerte. Bueno, creo que eso ya es una situación muy extrema. Una guerra es catastrófica. Claro, pero lo pongo como en términos de que muchas personas dicen, uy pobrecita, qué mala suerte, le tocó nacer en Ruanda, en África. Yo no creo que sea mala suerte, yo creo que es una desgracia. Hay medio variantes. Creo que eso es algo muy doloroso, como para poner en términos de suerte. Creo que para mí la suerte no existe y hay un dicho que yo siempre lo tengo y se los comparto, la pereza es muy lenta y la pobreza es muy rápida. Entonces tenemos que tener cuidado con eso, porque muchas veces nos ponemos en una posición en nuestra zona de confort, nos ponemos muy perezosos, la pobreza nos alcanza y decimos que eso es por mala suerte. Y empezamos a culpar a la familia, al gobierno, a las exparejas, al tío, a los de trabajo, y siempre es porque hay una mala suerte y si no nos alcanza es culpa de Dios o que no se crean. Si, si, siempre hay alguien afuera que tiene la culpa de lo mal que me va a venir, la política, la economía, el país. Totalmente, entonces digo, no será que esto de la suerte o de la mala suerte también es un argumento como para buscar afuera un culpable o un responsable, porque digo, las cosas no me pueden ir por suerte. ¿A vos te van por suerte las cosas? Bueno, te doy mi opinión de la suerte. ¿Qué piensas sobre eso? Para mí la suerte es cuando se encuentran la oportunidad, esto lo escuché, es con lo que más me resuena sobre la suerte, es cuando se encuentran la oportunidad, mejor dicho el talento y la oportunidad, cuando se encuentran. Uno está capacitado para algo, tiene el talento para algo y se encuentra con esa oportunidad y la toma. Creo que, no sé, es mi definición o mi idea de la suerte. Bueno, si vos sentís que eso es suerte, para mí sigue siendo una oportunidad y una persona con talento que junta esas dos cosas y con mucha inteligencia se pone a trabajar, se pone a desarrollarse en eso, a mí no me cierra mucho el tema de la suerte, porque si fuera mala suerte, ¿cómo sería? Y si fuera mala suerte... No tendrías talento y no habría oportunidad. Claro. Y ahí es lo que no me cierra. Bueno, pero hay personas que creen en eso. No, totalmente, lo que pasa es que a mí... Que creen que no tienen talento, que no son buenas para nada, que nunca van a triunfar, que siempre van a ser pobres, que nunca van a conseguir una buena pareja, etc, etc, etc. Entonces vos pensás que la suerte, que está bueno esto que decís, es una oportunidad y un talento, los unís y trabajas sobre eso para lograr un resultado X. Sí, lo consideramos, digamos. No estamos muy lejos, pero no creo en la suerte. Porque creer en la suerte es como algo mágico. Hoy se me va a dar esto, o me pasó esto, por suerte. ¿Cuántas veces nos habrá pasado, igual que ustedes que están de aquel lado, no sabemos los rangos de edades que nos estarán viendo o nos vayan a ver, y les volvemos a agradecer mucho por el aguante, cuántas veces nos habrá pasado alguna vez en nuestra vida que nos quedamos sin laburo, sin trabajo, sin chamba, sin camellito, bueno, depende de los países que nos vean, ¿no? Sin curro, si están en España. ¿Cuántas veces nos pasó que nos pasó esto en un invierno? Y un día martes que sabemos que estamos sin dinero, que las cuentas llegan, que el alquiler lo tenemos que pagar nuestra renta, y nos pasan un montón de cosas en lo que habíamos acostado en la cama la mañana, porque no tenemos ganas de ir a buscar trabajo porque estamos un poco bajoneados, y lo primero que hacemos es, ojalá que hoy tenga suerte, decimos. Claro, creo que ya lo tenemos programado, ¿no? Ya lo tenemos ahí como impregnado en el subconsciente, esa creencia. Sí, o no nos preparamos para un examen, y entonces nos va mal en ese examen, que puede ser de la preparatoria, de la universidad, de algún examen académico, de trabajo, y nos va mal porque no nos preparamos bien, y llegamos angustiados a casa y le contamos a nuestra pareja, o a un amigo, o a nuestro padre, nuestra madre, me saqué un 3, no regularizé la materia, me fue mal, ¡qué mala suerte que tuve! No, sino cuando vos le contás que te fue mal en algo, ¿cómo te fue hoy en tu primer día de labor? Y vos le dices, no, mal, no sabe, mi jefe, un pelotudo, laudo de mierda, ¿qué te dice el otro? ¡Qué mala suerte! Bueno, estamos hablando de un tema en el que empezamos a coincidir, porque yo creo que la suerte no existe, como una gran excusa, por momentos es un chido expiatorio, que se lleva mi dolor, y por momentos es como el oráculo de mi vida, al cual yo tengo que agradecerle, y en realidad, si yo pudiera decir en otro término que es la suerte, es lo que yo hago, son las pelotas que pongo, son las acciones que implemento, y cuánta ayuda pido, y cuando me va mal, no le echo la culpa a la mala suerte, me hago responsable, y me siento, cuando estamos los dos sentados, y agarro mi cuaderno de reflexión y me pongo a ver en dónde yo no estuve ajustado, no estuve atinado, no fui preciso, y eso creo que es lo más importante, ¿no? Sí, claro, hermano. Creo que hay muchas cosas de las cuales no tenemos el control, digamos. Muchas sí, muchas sí somos responsables, y no digo que no, pero hay muchas cosas de que no es el resultado de ciertas cosas, no tenemos el control, digamos. ¿Y si la empresa no logra cierra? Pero bueno, si uno le pone todo lo que tiene que poner, empeño, esfuerzo, bueno, yo creo en el esfuerzo, hablando un poco de esto, no creo en el sacrificio, porque mi vieja me decía, sacrificio, sacrificate, sacrifico, y yo decía, Jesús lo sacrifica, yo no me quiero sacrificar. ¿Qué palabras? Te lo tomo la fuerza, la disciplina, que no me lo di, no, a mí no me educaron de esa forma, diciendo, esfuerzo, disciplina, no, me decía mi vieja literalmente... ¿Sacrificio? Sacrificante, bueno, sacrificante. Es parte de la cultura nuestra transgeneracional, ¿no? Las palabras sacrificio, sí, sí, es muy dura esa palabra también. Bueno, nos vamos de la suerte, que creo que tiene que ver con eso también, ¿no? Vamos a ir amalgamando los temas. Sí, sí, son creencias que tenemos programadas, de todos. Yo no quiero creer en la suerte, porque no quiero poner algo externo a mí, si bien es una idea que está dentro de mí, pero nos hace sentir que está por fuera. Como que hay algo por fuera que tiene que ser responsable, o pagar las consecuencias, la suerte, o... No, es siempre hablando de lo que nos pasa a nosotros, porque recién ahí tocamos un puntito de que no podemos controlar esto de acuerdo, porque hay situaciones que nos pasan en la vida que no podemos controlar. Seguramente, y te dije como un ejemplo, si trabajas o tienes algún trabajo dependiente relacionado a independencia, si esa empresa por cuestiones financieras se funde y tienen que despedirte, ¿qué has podido hacer para que eso no suceda, no? Es un hecho que se escapa de tus posibilidades de poder controlar. Claro, pero convengamos que son las probabilidades más bajas, digamos. Sí, pero hay personas que, no quiero ser dramático, pero hay personas que un vecino los llama porque se les prende fuego la casa, y eso no es mala suerte, es decir, fue un accidente, una desgracia, no puede ser mala suerte eso. Si a alguien se le rompe el carro, el auto, uy, qué mala suerte, no, no es mala suerte, se rompió, se puede romper por dos cosas, porque no tiene mantenimiento... Si se te rompe el auto en un camino que es todo campo, que no hay nada, no sé, en un desierto, y tenés un pueblito o una gomería, no sé, un mecánico, un vecino a diez kilómetros. Y una desgracia. Mala suerte, como decimos en Córdoba, en esta ciudad, mal orto, quema el culo. Y hay, o sea, vos decís, ¿por qué me pasa esto? Bueno, mira, yo hice un viaje, no hace mucho tiempo, y cuando iba en el coche, en el auto, un neumático, una rueda, explotó y casi me mato. Y como no faltó otra oportunidad para vivir ese sinsabor, después cuando volví se me rompió el radiador del auto. ¿Por qué fue eso? Porque no fui una persona previsible, no chequé el auto, el carro, antes de tiempo, no lo llevé a un profesional mecánico que me lo pueda revisar, aunque era un viaje a 300 kilómetros de donde estoy, pero no importa. O sea, lo podré haber evitado, digamos. Lo podré haber evitado, y eso no es mala suerte, eso es irresponsabilidad de mi parte. Negligencia. Negligencia. Pero yo ahí me podré haber enojado y haber dicho, Dios, ¿cómo puede ser que no me tiras una bendición? Porque empezamos con este lamento. O el hiperreligioso, ¿no? Bueno, por algo Dios quiso que sea así, siempre Dios por algo quiso que sea así. Sí, claro. Yo no creo que… Perdón, siempre acá, creo que lo hemos conversado antes de hacer el podcast, que si tocamos algún tema religioso, algún tema político, o de deportes de fútbol, que se generan muchas pasiones en muchos lugares, lo vamos a hacer sin ánimo. Con mucho respeto, claro. Sin ánimo. Pero vamos a poner nuestras opiniones y nuestros puntos de vista, porque también somos seres libres y podemos darnos la oportunidad de hablar como querramos y como sentimos, pero nunca es para faltarles el respeto, porque lo hacemos con amor. ¿Estás de acuerdo, Totó? Yo respeto, y creo que vos también, respeto todas las religiones, todas las personas que tienen una ideología. Tanto las que tienen, como las que no la tienen. También una ideología. Como lo que estamos buscando, no intentamos, o por lo menos yo, como ser humano y como persona que intenta ser consciente todo lo posible, y me faltará muchísimo, por supuesto, no intento, desde lo que opino, generar convencimientos, ni vender banderas, nada. Yo expreso lo que siento, con libertad, y si se arma un debate, buenísimo, para poder aprender y crecer, pero nunca es para querer convencer a nadie ni querer cambiar la forma de pensar. Ni para generar polémica, ni para entrar en un debate caliente, no buscamos eso, no. Parece que en los programas de chimento, en los programas de noticias... Sí, porque aparte la opinión de cada uno que esté viendo esto, así mismo yo con vos, Totó, no tengo las opiniones todas a favor, ni coincidimos en todo, ni vos me decís... Está bien que así sea. Claro, porque si no, es una cuestión, me parece que en algún momento hay un límite, en una fecha de chimento, que tengas relaciones, que todo lo que digas van a decir que sí, y bueno, me parece que ahí, no sé, a mí no me parece que uno pueda crecer desde ese punto. Pero bueno, volviendo a lo de la suerte, no creo en la suerte, creo en las personas que hacemos, que nos equivocamos, que nos pasan cosas, que nos ayudan a crecer, que nos angustian... ¿Usted cree en la meritocracia? Sí, claro, sí creo en la meritocracia. Creo en la meritocracia siempre y cuando las personas... porque la meritocracia justamente es lo que quiere decir, que te puedas ganar a través de tu conocimiento y tu esfuerzo, que vos puedas demostrar que sos capaz de ocupar ese lugar laboral... Y que te mereces eso. Y te lo mereces, por sobre todas las cosas. No creo que sea por suerte. No, no, no, no. Una canción, que la habrás escuchado, no sé si los que nos están viendo conocen el grupo Non Palideses, que es un grupo de música argentino, de Buenos Aires, que hacen reggae, es un estilo de música que a nosotros nos gusta mucho, seguro que a ustedes les va a gustar también. Hay una canción, no me acuerdo cómo es el nombre, pero dice... La suerte es amiga de la acción. Sí, de Los Cafres. Ay, perdón. Perdón, Opa. Disculpen, amigos. Bueno, son... Me equivoqué. Son dos grupos hermosos, muy grandes de aquí. Ese tema de Los Cafres dice... Y yo siempre dije, guau, no creo en la suerte, pero si algo me arrimaría un poco a la hipótesis de la suerte es que está mi amiga de la acción y si mi amiga de la acción está cerca de algo, a mí ya me motiva a ser mi amigo de la suerte. ¿Me das cuenta? Qué tema, la acción. Bueno, sí, a mí no me quiero ir del tema, pero... Vamos. Pero sí, sí, la acción es lo que me hizo estar acá hoy. Ahora la acción. La acción. Si no hubiese tomado la acción, estaré todavía, viste... Uy, sí, que quiero hacer un podcast, que quiero hacer esto, que... La verdad que gracias a la acción... Totalmente. Vos sabés que... Es muy potente eso, lo que quiero decir. Sí, vos sabés que te voy a dar... Sabés que hablamos antes del podcast que no íbamos a hacer como análisis muy profundos y técnicos. Yo, que soy terapeuta, humildemente lo digo, no quiero entrar en esos detalles técnicos. No, bueno, pero... ¿Sentiste libre de hacerlo cuando vos creíste que podías? Sí, esto que dijiste de la acción. Sabés que existen dos tipos de acción. Definidas, medibles, estudiadas. Acciones indirectas y acciones directas. Cuando estás pensando, es una acción indirecta. Indirecta. Indirecta, subjetiva, una acción subjetiva. Nunca la he escuchado. Y hay muchas personas que son de mucha acción indirecta o acciones subjetivas, es decir, piensan mucho. Uf, yo soy súper indirecto. Cuidado, estás aprendiendo a ser directo, ¿eh? Sí, bueno, estoy aprendiendo. Y a mí me honra saber que lo estás haciendo y cómo fue tu proceso. Pero nunca escuché esa teoría de que es una acción o algún tipo de acción, digamos. Claro, y cuando nosotros pensamos, tenemos una ideación, tenemos una cadena de pensamientos que nos hace, de alguna manera, empezar a darle forma a un proyecto. Todo empieza desde una idea, ¿no? Desde un concepto racional que nos ayuda a empezar a darle forma mentalmente, ¿no? Esa es una acción subjetiva, una acción indirecta, ¿ok? El punto es que muchas personas se pasan mucho tiempo en acciones subjetivas. Están convencidos de que eso que están pensando lo van a hacer en la realidad. Claro, es como que ya lo estuvieran haciendo. Claro, están soñando. Mentalmente, digamos, es como si ya lo estuvieran... Es que la mente, creo que viene por ahí, ¿no? Que la mente no distingue de lo real y lo irreal. Y no, es todo plenamente subjetivo. Claro, si vos solo tenés en la mente la idea, pensás en eso, ya lo estás haciendo. Lo estás haciendo en tu mente. Claro. Y es el primer paso de poder hacerlo en el mundo material, en el mundo real. Vamos a poner entre comillas y en algún momento lo podremos profundizar a eso. Pero digo, hay personas que tienen muchas acciones subjetivas. Por ejemplo, amigo, ya está, lo decidí. Semana que viene empiezo el gimnasio. Voy a ir a un nutricionista. Voy a bajar los cargos. Voy a bajar los azúcares. Dejo la birra, la cerveza. Dejo las harinas. Duermo temprano. Mirá que ya estoy, amigo, convencido de eso porque está todo acá en la mente. Lo leí en un libro de desarrollo personal. Estoy viendo en YouTube los videos que hablan de esto. Semana que viene lo veo a mi amigo. Usted es experto en eso. Sí, todos tenemos un máster de eso. Y la semana que viene lo veo y me digo que la panza... Ojo, cada uno puede tener la panza que quiera. Esto es simplemente un ejemplo. Eh, amigo, ¿qué pasó? No, es que... Es que... Es que... No, que es tan frío. Es que... Es que ahora no puedo pagarlo. Es que el mes que viene... Es que... Es que... Y ahí arranca... La dieta... Exactamente. Y ahí arranca, hermano querido, el problema de las personas que viven de acciones indirectas. Se vuelven esquerosos. ¿Ah? Los esquerosos. Son personas esquerosas. Que todo el tiempo... Es que... Es que el frío... Es que el dinero... Es que tal... Es que tal... Tal... Entonces nos quedamos en una acción absolutamente subjetiva. Y tenemos que aprender cómo lo haces tú, cómo lo haces vos, amigo. Has tenido un pensamiento o una acción subjetiva por lo menos los últimos tres, cuatro meses de podcast. Sí, sí, sí. Sí, fácil. ¿Cómo lo hago? ¿No me animo? ¿Me da miedo que me vean? Yo ya lo estaba haciendo. ¿En tu mente? Sí, yo ya lo estaba haciendo. ¿En tu mente? ¿En tu mente había una acción indirecta? Sí, yo ya había soñado, imagínate. ¿Pero cuándo fue el punto que más ansiedad te dio? El día que estuve por hacer... O sea, el momento previo a hacerlo. ¿Y qué pasó antes de eso, que tuvimos una conversación? Y estaba cagado en las patas. Y te diste cuenta que... Te diste cuenta que era muy fácil soñar, ¿verdad? Pensarlo de esa forma. Y cuando te diste cuenta que había que hacer una realidad, te angustió un poco. No sentía angustia. Bueno, yo te noté, bueno, ansioso, te noté como... Sí, angustia, no pasa nada, la angustia tampoco es mala, después la podemos... No, no, no. No, no, sentía mucha ansiedad, nervios, así, estaba muy tenso. Eso es lo que, por lo menos, conscientemente se entiende. Sí, sí, sí, igual a mí también me pasa, ¿no? Exponernos y que nos conozcan y nos vean personas que nunca nos vieron, también nos da un poco de miedo, de inseguridad. Por ejemplo, ahora, estos días, sabiendo que íbamos a hacerlo nuevamente, me da mucha ansiedad, me da mucha ansiedad. Sí, pero bonita. Sí, no, una ansiedad que te da... Hermoso, una gran motivación. Claro, una ansiedad que te da energía, que te da vida, que te carga el espíritu y te hace tomar acción. Totalmente. Bueno, esa acción, para volver al tema, fue una acción directa. ¿Cuánto te costó? Y les pregunto a ustedes si nos ven 20, 30, 100 o 500 personas, nos dejan ahí, si te parece, un comentario. Díganme en la caja de comentarios, ahí en el chat. Exactamente, ahí abajo escriban lo que ustedes piensen sobre este tema. Por ejemplo, ¿cuánto te costó tomar la decisión directa? ¿Cuánto me costó tomar la decisión directa? ¿Y varios meses? No. No. La pregunta es, ¿cuánto te costó tomar la decisión directa? Ah, directa, perdón. O sea, la indirecta fue... Directa... Fue un momento. De un día para el otro. Claro. De un día para el otro, porque yo fui testigo de eso, porque estuvimos cenando cuando lo hablamos. Fue un momento que... ¿Cuánto tiempo estuviste tomando acciones indirectas? Y meses. Entonces, ¿qué es más fácil? Y viéndolo desde esa perspectiva, es más fácil tomar una acción directa. Una acción directa. Porque lo único que intenta hacer una acción indirecta es prevenirnos del riesgo de sentir cosas. Recuerdo que me decías, no, es que yo no tengo el podcast ese que tienen todos ahí los famosos, es que no sé si mi voz me gusta, no sé si estoy... Como mi cuerpo de una forma, mi cara... Sí, mi cara, mi voz, mi casa, el fondo... Todo, esa basura, no vas a estar tomando acciones indirectas todo el tiempo, porque ahí adentro de la cabeza podemos poner un montón de cosas fantasiosas. O sea, podemos poner el living súper espectacular, que nos empiece a dar como comodidad, no sé, pero sabemos que en la realidad no está eso. Claro, lo que pasa es que yo consumo ese tipo de contenidos. Sí. Lo veía y lo veía, entonces... Totalmente. En mi mente estaba esa, esa imagen, con esas... Estructuras, fotografías... Claro, con esa iluminación, con esa profesionalidad, porque son gente que lo hace, digamos, de una forma profesional, bien editado, bien enseñado, bien pensado. Y bueno, en mi mente ya estaba eso, ya estaba a mi forma, haciéndolo yo, digamos, en el lugar estando yo, como acá, pero ya lo tenía en la mente. Y ya soñaba con la radio también, soñaba, viste, que estaba en radio... Ok. Si me permitís. Estabas mucho tiempo pensando, tomando acciones indirectas sobre un proyecto. Esas acciones indirectas se dividen en dos. Las que nos pueden ayudar a tomar la decisión final de hacerla directa, la acción. Claro. O la que nos puede llevar al camino de no tomar la decisión y estar cuatro años más tomando acciones indirectas. Yo haría el post cuando tenga todo el dinero del mundo, que no sé cómo lo voy a ganar, porque no lo estoy teniendo ahora, para hacer el podcast de esta forma con los micrófonos espectaculares. Eso es una norma de seguridad que yo tengo porque me da miedo hacerlo. Seguramente ahí los que nos están viendo en cualquier otra actividad les puede estar pasando lo mismo, que se levantan todos los días con un sueño, un proyecto, y toman muchas acciones indirectas. Pero no están tomando las acciones directas. Un emprendimiento. Totalmente. Bueno, creo que hay muchas personas que están en ese lugar. O cambiar de un trabajo a otro también puede ser. O dejar la pareja. Cuidado, chico, no quiero meterme en un tema que es una bomba. O decirle al chico o la chica que te gusta, no doy más, te amo, estoy enamorado. No puedo estar más pensando todo el tiempo. Uy, qué feo estar en ese lugar. Bueno, qué feo no, está bueno, pero no tanto tiempo. No por mucho tiempo. Pero nos pasó todo alguna vez. Un montón de veces. De que nos gusta una mujer, que no sabemos si somos correspondidos o no. Y ahí en el proyecto mental de la acción indirecta hasta nos imaginamos de la mano. Uy, no, yo no imaginaba que me presente la familia. Te lo juro que sí. Caminando en la costanera un día de la tarde y éramos felices como en una película, ¿viste? Y los pajaritos, ¿viste? Y nos abrazamos y nos amábamos, ¿viste? Una escena... Muy romántica. Claro, claro. Y luego le besas a la chica o al chico, obviamente, y no podés ni siquiera expresar lo que te pasa por miedo, ¿ok? ¿Por qué? Porque quizás en esas acciones indirectas, la parte, esto que te dije de que se divide en dos, pro-positivo y pro-negativo, la parte pro-negativa te puede decir no sos suficiente, ya le conocí a algunos otros chicos, evidentemente yo no soy el tipo de chico, ella tiene un muy buen laburo, un muy buen trabajo, una muy buena chamba, yo no lo tengo ahora, estoy ahí como remando y ella es más bien, para mi juicio de valor, más materialista, y yo hoy no tengo como el dinero suficiente como para darle ese confort que quiere. Te sentís menos. Y te vas sintiendo menos, cada vez te achicas más, y a lo mejor esa mujer, esa piba, quiere un tipo como vos. Ojalá encuentre a alguien así, me gustaría encontrar a alguien así, la verdad. Pero te juro que te pasa, te juro que te pasa, hermano, porque ¿cómo podés saber desde tu acción indirecta que esa mujer realmente no está interesada en vos? Tenés que pasar a la acción directa. Sí, no lo podés saber, la única forma es haciendo el choque. Chocar con la realidad, para mí la verdad, si vos me preguntás a mí que es la verdad, la verdad es la realidad, es eso que me está pasando. Bueno, pero la realidad también tiene que ver con la interpretación de uno, es también muy mental. Por eso te digo, para mí la verdad es la realidad de lo que me está pasando a mí. Mi verdad, y no estamos yendo de tema, todo tiene que ver con todo, gente linda, mi verdad es mi realidad. Porque ahí vuelvo al principio, hermano, no puedo echarle la culpa a la suerte. Yo no puedo hoy echarle la culpa al presidente que tengo, o echarle la culpa al presidente anterior. No, porque no tenemos el control de quién va a ser, o sea, nos hacen creer que si votamos o no votamos va a llegar a alguien a ser presidente, pero no tenemos el control de eso. No, para nada, creo que no, y en eso coincido plenamente con vos, y seguro que ahí coincidirán o no, después humildemente se nos quieren escribir un tema de conversación, este u otro. Y ojalá, perdón, pero ojalá Argentina, yo tengo mucha expectativa de que va a mejorar, ojalá que pase eso. Claro, obviamente que nos afectan gestiones de un gobierno, porque impactan en la economía. Recontra, efectivamente. Ok, pero digo, yo, y esto lo digo con mucho respeto, no quiero subestimar a alguien que lo esté pasando mal, y que sienta que esto que sucede en este país, o en cualquier país latino o de Europa, que lo esté pasando mal, a ver, no quiero yo faltar el respeto a la necesidad y el dolor de cualquier persona. Lo que yo estoy hablando plenamente es de mí, de mi verdad. Mi verdad es la realidad de mi vida. Y yo necesito trabajar y generar todas las madures opciones y oportunidades dentro de mis capacidades, y si yo entiendo que me falta, bueno, me voy a preparar, voy a buscar ayuda, me voy a poner a estudiar, voy a hacer todo lo posible para poder saber cómo desarrollarme y no depender tanto de terceras formas, porque ahí es cuando nos metemos en problemas, porque yo no puedo dejar a mi vida en manos de otros seres humanos y después echarle culpa a la suerte, o echarle culpa a Dios, o echarle culpa a mi madre. No, tenemos que hacernos responsables. Por ejemplo, digamos, podríamos decir que si una persona quisiera cambiar de trabajo, quizás tendría que adquirir nuevas habilidades, o en este caso capacitarse, como decían, en algo, para poder tener la oportunidad, o que se le abra esa oportunidad y lograr cambiar esa realidad, y cambiar de trabajo. Totalmente de acuerdo. ¿Cómo quiero que me contrate una empresa para tener un puesto? Es decir, el que le guste trabajar en una empresa y ser empleado y esto, que está buenísimo. ¿Cómo puede una persona trabajar en una mejor empresa si no tiene los conocimientos para estar en un puesto del cual sueña tener en esa acción indirecta que tiene, porque en la mente está tomando esas acciones de que se imagina yendo al trabajo nuevo, ganando un montón de dólares, ordenando una empresa, pero ni siquiera tiene un título terciario de administración de empresa. Entonces, eso no es suerte, eso no es mala suerte, que no estás haciendo lo que deberías hacer para conseguir eso que quieres hacer. Que es, justamente, tomar acciones directas y hacerte cargo de tu realidad. Sí, también otro caso que si me viene a la mente, que me toca muy cerca, ¿no? Por ejemplo, en el caso de cambiar de trabajo, por ahí uno quiere dejar ese trabajo, porque no le gusta, porque le pagan poco, por lo que sea, y en tu mente decís, bueno, yo quiero dejar este trabajo y quiero hacer, no sé, quiero ser electricista. ¿Por qué me va a gustar el electricista? No sé, porque me doy maña con eso, pero nunca trabajé de electricista, ¿no? Conozco a alguien que trabaja de electricista, le va muy bien. ¿Seguro? Sí, vive dignamente, digamos, gana dignamente, y a mí me gusta, y es independiente, entonces, a mí, personalmente, yo admiro esas personas que, digamos, que se autogeneran en el empleo, que son independientes, autónomos, que no dependen de una empresa. Pero bueno, para eso, es como decimos recién, uno tiene que tomar acción directa y capacitarse en eso para poder entrar ahí en ese nuevo o dar el timón ese, el volantazo, y dejar ese trabajo. Pero bueno, hasta que llega eso, uno tiene que... El tema es que igual no nos bancamos el proceso ese, ahí está el problema. También me parece que no todas las personas vienen diseñadas para ser autónomos. Creo que las personas cuando están cansadas de la explotación o de trabajos mal pagos, tienen como el impulso de decir, bueno, dejo todo y me voy a abrir mi propio negocio, pero también yo creo que no todo el mundo está preparado para ser independiente. Creo que no todo el mundo tiene un diseño personal de ser emprendedor, porque, perdón, es como que hoy todo está como, viste, en las redes todo el mundo está rengando y agitando esto de que tenés que hacer patear el escritorio de tu trabajo y ponerte tu empresa, patear el jefe ese y andar... No sé si todo el mundo... Sí, como si fuera tan fácil, ¿no? No sé si todo el mundo puede hacerlo, no sé si todo el mundo está capacitado psicológico y emocionalmente y espiritualmente para ser un emprendedor. No es algo para todo el mundo, parece. No, yo creo que... No sé, voy a tirar una opinión personal, ¿no? Claro, hombre. Creo que los emprendedores están un poco locos, ¿sabes? Y yo creo que sí. Porque se obsesionan con algo, viste, y le dan, como dicen los españoles, le dan caña, viste, le dan duro y le friegan, como dicen ahí los mexicanos, tú le friegas duro, viste, y hacen hasta lo imposible para llegar a donde quieran llegar. Sí, sí, de acuerdo. Y fracasan un montón de veces, ¿eh? Yo he visto, conozco casos, bueno, veo en YouTube historias de emprendedores que han fracasado una y otra vez y se han quedado en el suelo y lo han intentado de vuelta con otra cosa o de otra forma hasta que en algún momento Sí. Bueno, que también es el punto, porque yo humildemente creo, por lo que escucho, es que muchas personas tienen una fantasía de que primero que nosotros psicológicamente cuando estamos muy estresados, podemos tomar acciones indirectas, ¿ok? Estamos en un trabajo donde no estamos bien pagos, no nos sentimos bien cómodos con nuestros compañeros, hay problemas en el trabajo, ¿no? Hay problemas con algún compañero, con algún jefe, con algún gerente. Sí, a uno le gusta, un trabajo muy pesado. Yo creo que el 90% de las personas que trabajan no están conformes con los trabajos que tienen. Ahora un día es que sí, pero hay un 90% en la realidad latinoamericana que los trabajos que tienen no son trabajos que hacen felices al ser humano, sino que lo hacen por necesidad para llevar el alimento a la familia y pagar las cosas. Ni cerca. Pero lo que quiero es plantear esto. Cuando uno tiene este problema en el trabajo, se siente que no está cobrando el dinero suficiente como para poder tener márgenes de divertirse, hacer un viaje, comprarse otra cosa, cambiar el coche, el auto, el carro. Bueno, todo ese estrés, para bajar un poco el estrés, se nos vienen a la cabeza estas ideas de que vamos a emprender. Es que, si prendemos la tele, nos venden eso todo el tiempo. Internet, más que nada, ¿no? Totalmente. Es como una válvula de escape imaginaria para bajar el estrés. Es decir, la persona muy estresada, enojada con su trabajo, se empieza a imaginar, pero esto es una fantasía que quizás no la lleve a cabo nunca, pero solamente con imaginar que podría irse del trabajo y abrirse una verdulería, un negocio de venta de pollo, no sé, de lo más pequeño a una empresa, no sé, a nivel internacional, que es una fantasía. Pero solo esa mujer, ese hombre que está sentado en su sillón, en su sofá, muy estresado, muy angustiado por la situación, solo imaginarlo le baja el estrés. Sí, sí, sí. Después que lo haga. Es como un momento de adicción que te sentís. Es necesario. Vienes tarde y dices, mira, si yo me pusiera, no sé, en tal negocio y te imaginas que sos ahí el gerente, que manejas todo, que ya tenés un personal que a vos te gusta, que te llevas bien con todo y que no dependen de vos, encima crees que te autoengañas, que tenés más tiempo. Y el emprendedor, no sé si me equivoco, pero no tiene más tiempo el emprendedor. No, en un momento no, pero después, bueno, esto es un tema, después tenemos que prender los autónomos a empezar a hacer una gestión de tiempos porque de verdad, gente, seguro que debe haber personas independientes, yo lo soy, y bueno, obviamente tiene un desafío, al principio son muchas horas que hay que dedicarle, porque primero, no tenés un jefe, sos vos, tu propio jefe, y tu propio jefe, esto es todo de ánimo, y ese jefe hay días que no se siente bien, ese jefe hay días que no se siente bien, ese jefe hay días que está peleado con su pareja, ese jefe tiene una pérdida familiar, ese jefe está con gripe, con gripa, como dicen en México o en Colombia... ¿Y cómo hacemos ese día? ¿Cómo haces? Estás triste, estás cansado, estresado, no te va como vos pensabas, para mí es la parte más dura de la emprendedad. Claro, porque nosotros lo que emprendemos o nos hacemos autónomos tenemos que saber muy claro de que cuando uno trabaja en una empresa, o tiene un socio, cuando yo tengo mi estado de ánimo que cae, tengo mi socio que tiene su estado de ánimo un poco más elevado para empujarme a mí, y cuando a él se le caiga su estado de ánimo yo voy a estar ahí para decirle vamos, hombre, arriba, vamos. Pero cuando uno está solo y depende de ese jefe, que es un jefe emocional, es un jefe emocional, el jefe del emprendedor es emocional, y tenemos que trabajar justamente en eso, porque imagínate, imagínate, que si la primera, vamos a poner en términos concretos, el primer semestre de tu proyecto, no fue como vos lo tenías en tus acciones indirectas, en tus fantasías, ese jefe emocional quiere irse de la empresa. Quiero renunciar. No, me gustó, no gané el dinero, porque muchachos y muchachas con un emprendedor. Y sabes que lo más seguro que te diga, si vos venís del mundo del empleado, del cuadrante, hablando del flujo, del cuadrante, del dinero, bueno, esto viene que yo saque, viste que podés ser empleado, autoempleado, inversor, empresario, venís del cuadrante del empleado y te pasa a ser emprendedor y te pasa esto, lo más seguro que tu mente diga, no, ¿para qué te metiste en esto? ¿Por qué no ir más seguro? ¿Por qué no volver a la empresa? ¿O volver a buscar el auto? ¿Quieres volver a ser empleado? Y te interrumpo, hay una palabra mágica para eso, que es el pensamiento mágico que muchos hemos tenido por mucho tiempo. A lo mejor habrá algún pibe de 20 años que hoy está en un momento espectacular para poder aprender y tener de alguna manera una visión más clara que nosotros no tuvimos en esos tiempos, porque no había nada de esto para aprender. Estabilidad. ¿Y emocional? Las personas cuando empiezan, sí, por supuesto emocional, claramente, cuando empiezan un proyecto, lo primero que están pensando es lo económico, porque de verdad, lo que mueve el mundo es lo económico, es una realidad, no la podemos disfrutar y negar. Pero cuando no te va bien, en los primeros meses, quisieras, en lo económico, te sentís inestable, y entonces decís, uy, pero yo con mi interior trabajo no ganaba tanto, pero lo tenía todos los meses. Pero se asegura. La estabilidad, la seguridad, la supuesta seguridad. Pero yo creo que esa sería la enfermedad, simbólicamente, y si estás diseñado o diseñada para emprender y ser una persona autónoma, sería como la medicina para eso. Porque como empleado, podés crecer hasta un punto que le decimos nosotros techo de cristal. Vos un techo de cristal, claro, ves el cielo, la luna, las estrellas, pero cuando querés ir más allá, ¡pum! Ahí, el techo, no podés ir más allá. Entonces el juego de esto, ¿no? Es decir, bueno, sí, tengo una estabilidad laboral, no tengo una estabilidad emocional, me siento frustrado porque no hago lo que quiero, empiezo a tener problemas interpersonales, me puedo deprimir. ¿Y no se puede ir aprendiendo eso durante la mar? ¿Vos crees que eso uno lo va aprendiendo o hay que aprenderlo antes de llegar a emprender? Para mí, para mí una persona que quiera emprender o hacerse autónomo tiene que ir, por lo menos, haciendo un proceso un año antes. Digo un año antes como una estructura. Un año antes, si pudiera empezar la persona mucho antes a desarrollarse personalmente, fantástico. Saber de finanzas, de autoconocimiento, sanar emociones, conflictos no resueltos, poder ir a terapia, es muy importante. Poder analizarse. Empezar a saber que no todo es ganar, no todo es triunfar, no todo siempre va a ser el éxito, porque eso es mentira. Eso es todo mentira, todo lo que nos vende el marketing. Y empezar a ver, mientras que yo trabajo, ¿a qué me quiero dedicar? ¿Cómo lo voy a hacer? ¿Qué recursos voy a tener? Empezar a hacer micro ahorro para los momentos difíciles, porque mucha gente deja el trabajo de manera impulsiva, le dice al jefe jefe, se va a la mierda, no lo quiero ver más, y no miren las consecuencias de alquiler, mantener los hijos, ayudar a la mujer, y le dicen a la mujer amor, hoy renuncie porque me voy a hacer empresario. No, te tenés que hacer autónomo e independiente antes. Tener más o menos ya la cosa un poco más concreta. Conocer. Y tener un respaldo. Y tener un pequeño respaldo. Por supuesto. Para emprender necesitas invertir también, ¿no? No es que tenés una idea y tomas una opción y ya está, ya emprendes. No, por supuesto que no. Y aparte para mí un emprendedor o una persona que se quiere independizar laboralmente, quiere ser autónomo, tiene que empezar a independizarse emocionalmente antes. Es un punto de vista para mí. Y ya ir trabajando sus miedos, sus inseguridades. Trabajar en el tablero de, no digo fracaso, a mí la palabra fracaso es un tema discutible. No, bueno, pero lo nombran mucho, digamos, está en el léxico de los que hablan de emprendedurismo, de emprender, de ser independiente, de renunciar y hacer... Sí, yo siento como que fracaso no da opciones, ¿no? Es como que un fracaso no da opciones. Y yo creo que no salió no salió esto como hubiera querido, pero que me llevo de la experiencia. Es que es inevitable, o sea, creo que el proceso fracaso, llámenosle, no sé, no se dio como esperaba, no cumplió las expectativas, no tuvo el resultado que esperaba, no sé, busquemos otra palabra, es parte del proceso. Es que nos viene pasando... Nos viene pasando hace 42 años, Toto. Venimos de tropiezo en tropiezo, pero siempre nos levantamos más fuerte. Siempre... Bueno, si aprendemos... Es que inevitablemente, es que yo creo que el aprendizaje es inevitable. Por lo menos desde mi punto de vista, el aprendizaje es inevitable. Para mí, no hay ningún ser humano en el mundo que no pueda aprender, porque el aprendizaje es inevitable. Es inevitable. No hay nadie que la pase mal, que no haya aprendido. Esto de fracaso, a mí la palabra fracaso me parece muy violenta, como que nos hace disminuir el tamaño del ser humano. Sí, sí, entonces sentir muy chiquito Fracasado, porque por no haber podido hacer las cosas como yo hubiera querido... Estimatizo, ¿no? Como que te achica un tamaño de no tener salida. Yo creo que, bueno, nos pasó en, como decís, a nivel de contexto no pude controlar, no tenía la capacidad o la capacitación esperada para poder desenvolverme en mi negocio, en mi trabajo, este emprendimiento. Fui soberbio. Cuidado con eso. Hay mucha gente que quiere emprender con mucho soberbio, ¿eh? Yo agarro ahora... Claro, que se lo sabe todo. Y en dos años sabe como lo estoy juntando y en dos años lo encuentro nuevo trabajando en un call center. Digo, no para faltar respecto al que trabaja atención al cliente en un call center, pero yo creo que esto es, es como lo dice, es un desarrollo personal. El emprendimiento tiene que ir también de la mano de tu desarrollo personal, de tus habilidades personales, de tus nuevos criterios, de formarte para emprender lo que sea. Tendréis que formar. El hecho de emprender te pone en prueba todas tus capacidades. Totalmente. Mentales, emocionales, físicas. Te pone en prueba todo el tiempo. Sí, aparte tenés que trabajar mucho sobre tu gestión emocional porque, como te vuelvo a decir, y ahí seguramente los que nos están viendo deben coincidir, es tu jefe. Esto es todo de ánimo. Entonces, nosotros no podemos tener todos los días un estado de ánimo y todo el día el mismo estado de ánimo. Vamos a fluctuar. Nuestro cerebro de hemisferio derecho a hemisferio izquierdo cada 3 horas cambia ciclos anímicos. Nos ponemos más reflexivos y nos ponemos mucho más viscerales. O sea, digamos, fracaso es muy valiente, ¿no? Empecemos hablando de la suerte. El tema que estamos hoy, digamos, el tema puntual hoy es la suerte. La suerte podría ser el éxito también, ¿no? Tener éxito es la contrapartida del fracaso. El fracaso es más la suerte, el éxito es la buena suerte. ¿Y qué sería el éxito, por ejemplo? No creo en el éxito. No creo en el éxito, ¿sabes por qué? Porque esta es como las típicas palabras, ¿no? Fracaso, suerte, éxito. No creo en el éxito porque a mí me da a mí me da angustia la palabra éxito porque es como que siento que el éxito es un final. Como que se terminó algo. Y yo no quiero que se terminen las cosas. Es muy existencial esta reflexión, Toto, y igual para la gente que está viendo. Es decir, fíjense que el éxito siempre es un punto de salida hacia el éxito. ¿El éxito es un punto de salida? Claro, las personas quieren ser exitosas y tienen que llegar a un lugar que se llama éxito. Y cuando llegan ahí, ¿qué pasa? Se terminó. Es muy filosófico este análisis. A mí me parece que... Es que creo que nunca se termina. Porque siempre queremos algo más. Muchas personas se suicidan cuando llegan a este supuesto éxito. Está comprobado, ¿eh? Llegaron a la cima de ser el actor famoso de Hollywood. Llegaron a la cima de la economía. Llegaron a la cima de tener los hombres más lindos y las mujeres más lindas. Fue el éxito. Vacíos. No saben qué hacer y terminan... Es un tema fuertísimo esto que acabo de tocar. Con mucho respeto. Porque el ser humano y más el argentino es súper exitista. Si gana Messi el partido es un semidiós. Pero si Messi no hizo el gol es un hijo de puta. ¿Cuántas veces lo trató de fracasado Messi? ¿Cuántas veces lo trató? Hablamos de la hinchada argentina. Pero alguna vez al fútbol... ¿Cuántas veces lo trató de que camina el cancha? Que no juegue. Que si fuera de Barcelona se haría otra cosa. Que Maradona se juegue con el tobillo así. Se pone el equipo al hombro. Bueno, eso es parte del exitismo, ¿no? De todo calificarlo de esa manera tan exagerada del éxito. O es todo o no es nada. Bueno, pero si te pones a ver Messi comparado con Maradona tiene miles más de trofeos y copas ganadas y millones de dólares o euros. Sí, bueno, pero ahí estamos haciendo la evaluación de algo personal de él en relación a lo que él ha logrado él y está perfecto. Y quizás él, no sé si se sintiera tan exitoso. Yo no lo conozco. Me parece una persona extremadamente humilde y lo admiro mucho y creo que no sé cómo él verá el éxito. Nunca lo he escuchado hablar del éxito de él tampoco, de decir soy exitoso. Nunca lo he escuchado decir eso. Qué buena pregunta. Lo que yo estaba diciendo y creo que era lo que estaba hablando era el análisis que hacemos nosotros sobre lo que sería el éxito. Me parece violento porque hay muchas personas que intentan, intentan, intentan y no se sienten exitosas y esa puta palabra como la del fracaso hace que la persona se angustie y se deprima y sienta que no pertenece a un mundo de esto que nos intentan vender ahí afuera. Que si no sos exitoso no sos nadie. Y yo creo que ya siendo lo que somos, si tuviera que decir ya es un éxito. Es un éxito eso. Para mí... ¿Siendo lo que somos? ¿Y qué somos? Esto, existir, tener todo lo que tenemos que estamos en una posición privilegiada ante otros seres humanos. Es decir, para mí una persona exitosa entre comidas es una persona que se puede permitir agradecer que está conforme y vamos a hablar después de lo conforme y lo inconforme, que está conforme con una serie de cosas que le están pasando en su vida, que se siente conforme. Se siente gusto con su vida. Claro, que puede calmar ese deseo. Que esté en paz. Con sí mismo y con su alma. Totalmente. Viste que ahí afuera estos coach, estos gurú dicen no te mantengas nunca conforme. ¿Sabes lo que es una persona que no puede estar conforme? Una persona depresiva. Una persona con trastornos de ansiedad. Una persona que no está conforme. Claro, o sea que está totalmente luchando contra su realidad todo el tiempo. Está luchando porque no le gusta su vida y está en el futuro buscando desde las acciones indirectas a algún sueño reparador que le alive el dolor de lo que vive. Y mejor de a cada dos años capaz que encuentre en el mundo una persona para que me quiere y para quererla. Porque lo que estoy viviendo hoy es una mierda todo y no estoy conforme con nada. ¿Cómo no van a dar esos mensajes? ¿Cómo estar conforme del punto de decir, bueno, a ver me faltan muchas cosas que yo quiero lograr ganarlas porque todos nos merecemos estar en un momento de abundancia pero digo también tengo que sentir la conformidad de poder tener un gran amigo, poder compartir con vos este diálogo. No sé. Hoy me di una ducha, comí un plato de comida caliente, lo pude pagar de mi bolsillo. Todo debe ser un éxito. Eso es éxito, bro. Ese es el éxito, vivir, ser conscientes de que tenemos una vida y que por sobre todas las cosas para mi el éxito es espiritual. Es la esperanza. Es intentarlo. Es intentarlo. Es la esperanza. ¿Y qué significa esperanza? Esperar. Es una palabra que tiene... Espero mientras agradezco significa. Espero en alabanza. Los que son más religiosos entenderán en ese punto los que somos más seguidores del Maestro Jesús vamos a decir que la palabra esperanza es espero siendo agradecido. ¿Por qué? Porque el que no agradece está desesperado. Ahí está. Está ansioso. Está inconforme. Inconforme. No le gusta su cuerpo. Está luchando todo el tiempo. Lucha todo el tiempo, hermano. Sufre. Y entonces se busca al coach estos mentirosos que hacen sufrir a la gente porque parece que con estos cinco ítems vos sos millonario y mañana tenés el cuerpo fit y tenés la mujer y el hombre de tu vida y el yate. No se puede, gente. Es muy frustrante porque las personas que vivimos en estos países latinoamericanos es decir, se viven con mucho dolor porque hay personas que no pueden. No pueden. No van a lograrlo. Mucha gente no lo va a lograr. No va a poder ese sueño de dolor de la realidad. Entonces, ¿no le podemos dar ese mensaje de que no te mantengas conforme con nada porque de esa forma vas a lograr ser exitoso? Te vas a enfermar. Te vas a enfermar. Vas a terminar mal, depresivo. ¿Vos crees que si una persona si viviera con ese anhelo o sueño por ser exitoso, viviera en Estados Unidos o hubiese nacido en Estados Unidos ¿vos crees que tuviera muchas más probabilidades de lograrlo? Yo creo que Estados Unidos es una fábrica de sufrimiento. Una fábrica de dolor crónico. Porque es un país absolutamente exitista. No hablo de todos los americanos porque no conozco realmente tanta gente allá pero si tengo la fortuna de atender a cinco personas en Estados Unidos que son dos personas americanas que hablan el idioma castellano y tres personas que son latinas que viven ahí. Y el nivel de racismo, el nivel de materialismo, el nivel de locura que existe ahí. Es como Japón, Tokio. Una demencia total. Y ahí está el problema. Ponen el tener por encima del ser. ¿Qué es esto? El éxito, este éxito que estamos hablando está por encima del ser. Está por tener. Y yo hablo del éxito por el ser. Bueno amigos, la verdad que tuvimos una muy buena charla me pareció muy interesante muy instructiva muy productiva espero que la gente les pareció lo mismo y bueno, te propongo continuarla en otro episodio para poder desarrollar explotar más, como más te guste fundizar más y meterle caña. Con todo, con todo papá. Sí, la verdad que bueno Toto Gracias por la invitación y bueno, gracias a todos los que nos acompañaron nos van a estar viendo gracias por sumarse al proyecto y bueno, humildemente te agradezco Toto por el espacio que me das la intención es que podamos conversar desde lo que sentimos y ser honestos no intentamos ser otra persona más de la que somos normalmente y gracias por el espacio de verdad que estoy muy agradecido y muy feliz yo estoy más agradecido gracias hermano gracias a la gente y bueno, nos vemos la próxima esto fue OVEJAS VERDES vamos gracias

Other Creators