Home Page
cover of Orando la Biblia
Orando la Biblia

Orando la Biblia

00:00-25:25

Pasar tiempo con Dios a traves de la oracion deberia de ser el mayor deseo de cada cristiano. Aunque muchas veces la oracion la volvemos repetitiva porque no sabemos como orar, en este episodio te enseñamos a orar con la Biblia. Espero sea de bendicion para tu vida.

7
Plays
0
Downloads
0
Shares

Transcription

The speaker discusses the topic of praying the Psalms, emphasizing the use of different words in our prayers to avoid repetition and boredom. They explain that God invites us to use His word, specifically the Psalms, in our prayers. The speaker provides an example of how to pray using Psalm 23, emphasizing the importance of personalizing the prayers and adding specific requests. They also mention the importance of honoring God's command to love our enemies and not using certain Psalms against others. The speaker encourages using the Psalms as inspiration to improve our prayers and have a more meaningful conversation with God. Entonces, empezamos este tema de Orando los Salmos, que también significa como orar la Biblia. ¿Por qué si orar con la persona más extraordinaria, que en este caso es nuestro Señor? ¿Por qué muchas veces nos llega a aburrir? ¿Por qué divagamos? ¿Por qué decimos las mismas palabras aun cuando oramos cosas que son importantes para nosotros? ¿Verdad? Sabemos que a todas aquellas personas a las que Dios nos ha llamado, a todas aquellas personas que hemos nacido de nuevo, Dios nos pone ese deseo en nuestro corazón, que es el hablar con Dios. Dios nos pone ese deseo en nuestro corazón de permanecer, de pasar en presencia con Él a través de la oración, de la adoración en su iglesia, pero muchas veces esta experiencia de la oración llega a ser aburrida y no siempre sentimos el deseo de hacerlo. ¿Por qué? Porque nuestra mente divaga o porque empezamos a usar el mismo vocabulario en nuestras oraciones y entonces se vuelven repetitivas, se vuelven vacías. Entonces, recuerdan en Mateo, que es lo que veíamos el miércoles pasado en la oración que Jesús nos enseñó en Mateo 6, te voy a leer lo que dice el versículo 7. Dice Cuando estén orando, no hagan como los paganos que se ponen a repetir la misma oración, porque piensan que mientras más palabras usen, más los va a escuchar Dios. Dios nos está diciendo no repita las mismas palabras. ¿Y qué quiere decir? O sea, como que nosotros nos ponemos a repetir y a repetir. Dios no nos está diciendo que probablemente no pidamos por las mismas cosas, ¿verdad? Porque eso va a ser algo normal, va a ser algo normal que pidamos por nuestra familia, claro, por nuestros hijos, por nuestro futuro. Es normal que pidamos a Dios por nuestras finanzas, por nuestro trabajo, por nuestras preocupaciones. Es lo normal, ¿verdad? Y a Dios sabemos que le encanta que nos pidamos, pero lo que pasa es lo que Dios nos está diciendo aquí es que el problema no es que oremos por las mismas cosas, sino que usamos las palabras, las mismas palabras cada vez que oramos por estas cosas. Y usamos las mismas palabras y entonces es eso que se vuelve repetitivo y aburrido, ¿verdad? Entonces, como sabemos que nuestro espíritu nos dice, ok, vamos a orar y tiene que ser algo que debemos perseverar, entonces, ¿cómo lo podemos hacer? ¿Sí? Saben que la solución es esta. Dios nos invita a todos nuestros hijos, sus hijos, a todos sin importar edad, sin importar educación, sin importar recursos, a que oremos de una forma simple. Por eso empecé este tema porque muchos me han dicho, es que no sé cómo orar, es que no sé si lo hago bien, ¿verdad? Pero, ¿por qué ustedes creen que a lo mejor Dios hizo que la oración fuera algo tan confuso y difícil? A lo mejor eso es lo que creemos nosotros, pero Dios hizo la oración fácil y por un lado nos dio esto en Mateo 6 y por otro lado nos está dando también los salmos. Perdón, estaba admitiendo a otra chica. Por eso también nos está dando los salmos. Dios nos está invitando a que usemos su palabra para que oremos los salmos. Entonces, hablar con el Señor, usando los salmos, vamos a tener como que otra perspectiva de la oración, porque entonces vamos a usar la palabra misma que ha sido inspirada por Él. Hay una frase de John Piper, te la comparto aquí, que dice, abre la Biblia, empieza a leerla, haz una pausa en cada versículo y conviértelo en una oración. Hablar con el Señor acerca de todo lo que viene en nuestra mente mientras leemos la palabra sin prisa y con calma. ¿Por qué? Porque probablemente, a lo mejor yo soy de esas que tenía el error de pensar que orar era cerrar mis ojos y ya no abrirlos, porque entonces me desconcentraba. Pero fíjate como nos lo está explicando aquí John Piper, abre tu Biblia, léelo, haz pausa en cada versículo y conviértela en una oración. No necesariamente la oración va a ser como que ya cierro mis ojos, me concentro y ya no. Dios nos está invitando a que nos inspiremos de su palabra y específicamente ahorita estamos usando los Salmos, porque hay 150 Salmos y Dios nos dio los Salmos, ¿por qué? Porque estos son las alabanzas que el pueblo judío estaba dando a Dios. Sabemos que también fue el Rey David quien escribió estos Salmos. Entonces, Dios nos dio su palabra para que nosotras se la devolvamos a Él. Sabemos que todo esto es inspirado por Él y entonces vamos a estar usando estas palabras y vamos a estar agregando nuestras peticiones. Ahorita al final vamos a ver un ejemplo con el Salmo 23. Entonces, cuando lleguemos a un texto que no entendamos, por decir estoy en el Salmo 23, no entiendo esta parte, no pasa nada, entonces sigo al siguiente verso. Si vienen pensamientos también de pecado, también podemos orar por ellos, porque en estos Salmos vamos a encontrar de adoración, vamos a encontrar Salmos de David de arrepentimiento, de ayuda. Hay tanto en los Salmos, simplemente son 150 Salmos. Creo que el Salmo 119 tiene como 165 versículos, imagínate. Realmente nos vamos a poder inspirar para hacer que nuestras oraciones sean mejores. Y te pongo aquí un ejemplo con los Salmos y Precatorios. Te comparto aquí la diapositiva. ¿Qué son los Salmos y Precatorios? Esto era cuando David en los Salmos estaba invocando el juicio de Dios contra sus enemigos. Hay un ejemplo en el Salmo 58.6 que dice, oh Dios, rompe los dientes de su boca, porque no sé si se acuerdan que David estaba siendo perseguido por sus enemigos, pero aquí lo que nos está enseñando es que este tipo de Salmos no lo usemos contra personas. ¿Por qué? Porque necesitamos honrar la palabra de Dios que nos dice en Mateo 5.44 que dice, amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en los cielos. Entonces, ok, si alguien me dice una injusticia o si alguien me está tratando mal, pues yo no voy a orar pidiendo a Dios que le haga malo, ¿verdad? Porque yo quiero honrar el mandamiento de Dios de que voy a amar a mis enemigos. Entonces, un ejemplo con este tipo de Salmos lo podemos utilizar para esos deseos malos que hay en mi corazón, para destruir la ciudad en mi maldad. O sea, te ponía este ejemplo que decía en Salmo 58.6, oh Dios, rompe los dientes de su boca. Pues obviamente no vamos a decir eso, ¿verdad? ¿Pero qué vamos a poder decir? Señor, rompe los deseos malos que hay en mi corazón. Señor, destruye la maldad en mi ciudad. Señor, rompe con la delincuencia en mi país. Rompe con las malas costumbres en mi familia. Señor, deseo tu justicia, deseo tu rectitud. Te das cuenta que probablemente estamos orando por muchas cosas que oramos cotidianamente, pero usando palabras inspiradas por Dios. Entonces, es lo que yo quería ver ahorita con ustedes. Un ejemplo, ¿cómo podemos orar los Salmos? Vamos a poner un ejemplo que es el Salmo 23, y que creo que muchos de nosotras no lo sabemos, ¿verdad? Voy a empezar con estos tres versículos y luego lo vamos a poner en ejemplo como una oración. El Salmo 23 dice, primero, el Señor es mi pastor y nada me faltará. Segundo versículo, en lugares de verdes pastos me hace descansar. Junto a aguas de reposo me conduce. Tres, Él restaura mi alma, me guía por senderos de justicia, por amor de su nombre. Entonces, yo estoy con mi Biblia, y yo estoy en el Salmo 23, y bueno, voy a leer, el Señor es mi pastor, y yo voy a empezar a usar esta palabra para inspirarme y voy a empezar a orar lo que se venga en mi mente. Padre, gracias porque me has pastoreado a lo largo de mi vida. Gran pastor, enséñame a cómo pastorear a mi familia hoy. Guárdalos de las costumbres de esta generación. Llévalos a ser tus ovejas dóciles, que te amen como su pastor. Señor, pastoreame a mí en las decisiones respecto a. Entonces, ahí agrego con qué decisiones tengo que tomar, ¿verdad? Señor, pastoreame en mis decisiones. Pastorea a tus pastores de la iglesia, y ahí es cuando podemos orar por nuestros pastores de la iglesia. Señor, pastorea a esos hombres que están delante de las iglesias mientras ellos conducen y hacen su iglesia, ¿verdad? Y entonces, bueno, si ya nada más vino a mi mente con este versículo, continúo con el que sigue. Nada me faltará. Amado Dios, gracias porque cada día hay alimento en mi casa. Todo lo que soy y todo lo que tengo viene de ti. Sé que te agrada que traiga mis cargas ante ti y por eso te pido que proveas para pagar las cuentas de la escuela. Señor, tú dices que nada me faltará y por eso te pido, Señor, que me proveas para pagar. ¿Qué necesitas pagar? Necesito pagar, no sé, los salarios, por decir en mi caso. Bueno, necesito pagar los salarios de los empleados. Necesito pagar las rentas. Necesitamos pagar la tarjeta del metro. ¿Qué es lo que necesitamos pagar? La renta en esto. Señor, tú dices que nada me faltará. Entonces, qué hermoso, ¿no? ¿Te das cuenta cómo estamos agarrando sus palabras y nosotros le estamos contestando? Entonces se vuelve realmente una conversación porque Él me habla primero porque estoy usando su palabra y luego entonces yo le contesto con oración, ¿verdad? Y no es malo, como decimos, no es malo que pidamos a lo mejor por las mismas cosas todos los días, pero vamos a estar usando entonces diferentes palabras, ¿verdad, Señor? En este mismo caso, Señor, nada me faltará. Acuérdate de tal X persona, ¿no? También lo importante va a ser que podamos agregar nuestra lista de oración. A lo mejor en esta semana yo estoy orando por tal persona, ¿no? Señor, por favor, que nada le falte a esta persona. Tráele provisión. Señor, que nada les falte a mis niños. Señor, que nada le falte a estas personas. Y entonces seguimos. Bueno, ya se me acabaron las ideas. No pasa nada. Sigo con el siguiente versículo. En verdes pastos me haces descansar. Señor, que cada vez que abra tu palabra encuentre tranquilidad para mi alma. Llévame a pastos verdes, Señor, a descansar en ti. Lléva a Tatiana, llévate a Tania, Señor, llévame a Yosa a descansar en tu presencia. Enséñales que en ti hay descanso y enséñales, Señor, que tú eres nuestro pastor. Gracias porque nos permite descansar en tus manos pederosas. Muéstranos las formas en las que yo también no te permito a ti darme descanso. Muéstrame, Señor, las formas en las que yo estoy tomando el control de mi vida y no te permito a ti, Señor, tomar el control de la mía. A lo mejor eso se me vino ahorita a la mente. No sé qué es lo que a ti se te estaba viniendo a la mente con este versículo. Me sigo al siguiente. Junto a aguas de reposo me conduces. Padre, te ruego que conduzcas mi vida. Señor, por caminos de mentiras no me permitas andar. Condúceme a hacer tu buena voluntad. Quiero hacer tu voluntad. Dirígeme, Señor, en esta decisión. Dirígeme en esto, Señor. Calma las aguas de ansiedad de mi alma en esta situación. Permíteme experimentar tu paz. Permíteme experimentar el reposo, la quietud de tu presencia. Que la turbulencia, Señor, de mis pensamientos se aquiete por la confianza en tu soberanía sobre todas las cosas y personas. Da reposo, y yo agregué esto, por decir, da reposo, ¿verdad? Porque dice, junto a aguas de reposo me conduces. Señor, da reposo a mi esposo, porque yo sé que está pasando por trabajo, por estrés en su trabajo, ¿verdad? Señor, condúceme en mi matrimonio. Que tú seas, Señor, el que conduce mi matrimonio. Que tú seas, Señor, el que conduce a mis hijas en sus decisiones, ¿verdad? Y me sigo con el siguiente versículo. Él restaura mi alma, que era el versículo 3. Porque a lo mejor y en ese momento nos encontramos en un momento de desánimo. Entonces necesitamos decirle al Señor que restaure nuestra alma. Necesitamos decirle, Señor, a lo mejor tengo una sequedad espiritual. Probablemente ahorita no siento tu presencia. Necesito que restaures mi alma. Lléname de tu gozo. Restaura, Señor, la relación que yo tenía contigo. Y refiriéndonos a nuestra familia, Señor, restaura la vida de mi hijo. Restaura la vida de mi cónyuge. Restaura el orden en mi familia. Dame la sabiduría, Señor, a mí para ser instrumento de restauración en mi trabajo. Para ser instrumento de restauración en la vida de todos aquellos que tú me envíes. Ayúdame a no ser ciega en las áreas de mi vida que necesitan ser restauradas. ¿Se dan cuenta cómo estamos usando, aunque sea una palabra? ¿Verdad? Dame reposo. Me haces descansar, Señor. Nada me faltará, Señor. Tú eres mi pastor. ¿Cómo estamos usando las palabras de los salmos, específicamente ahorita, para que Dios nos permitamos guiar por su Espíritu Santo, nos permitimos guiar por su palabra y entonces las hacemos circular en nuestro corazón, en nuestra mente? ¿Se las regresamos a Dios? Entonces, ahora nuestro momento de oración va a ser diferente. ¿Por qué? Porque ya simplemente no me voy a asentar y voy a orar por las mismas cosas y voy a usar las mismas palabras. Eso es algo que a mí me encantó aprender ahora. Y por ejemplo, hablando de orando la Biblia, porque no simplemente a lo mejor vamos a usar los salmos, probablemente nos vamos a ir a otra parte de las Escrituras que necesitemos poner en nuestra vida, ¿no? O en la vida de alguien más. No sé, por ejemplo, necesito, bueno, pongo el ejemplo, ¿no? De una compañera de nosotros que sus papás están pasando por una situación en su matrimonio. En este caso, podemos usar Primera de Corintios 13, que habla sobre el amor. Entonces, utilizamos esta parte de la Escritura para poder orar por ellos, ¿verdad? Que el Señor quite todo orgullo de su vida, que ellos puedan encontrar perdón, que ellos puedan restablecerse, que ellos puedan perdonar. Y así empezamos a orar por ellos. Y por eso es algo que yo empecé a experimentar desde que lo aprendí hace, ¿qué? ¿Dos días? Creo que les dije el lunes. Y la verdad que me encantó porque, sí es cierto, o sea, llega un momento en el que nuestras oraciones se vuelven lo mismo, lo mismo, lo mismo. Entonces, por eso nos encontramos en ese momento en como que, pues ya no tengo ganas de orar. Y si oro, pues a la mejor y oro un ratito y ya. Y cuando estamos orando Su Palabra, o sea, realmente nos vamos a dar cuenta de que por cómo podemos orar y diferente. A la mejor y puede pasar hasta media hora y ni siquiera nos dimos cuenta. Y es bonito, la verdad. El próximo miércoles les voy a pasar una tabla, les voy a enseñar algo que va a ser, bueno, va a ser más bien la segunda parte. ¿Por qué? Porque tenemos 150 salmos, ¿verdad? Tenemos 30 días por mes o a lo mejor, bueno, 31 días por mes. Entonces, por decir, ayer yo lo que me he ido es por día. Me tocó el 18, fue el que empecé. Ayer 19, yo oré conforme el Salmo 19. Esta mañana oré conforme el Salmo 20. Si quieren, ahorita nosotras lo leemos el Salmo 20. Y lo que estoy haciendo es escribirlo. ¿Por qué? Porque yo ya tenía como que ganas de regresar a este hábito de escribir en mi diario, porque yo antes tenía un diario y yo creo que por las ocupaciones y todo lo dejé de un lado. Pero ya lo retomé como un diario de oración en donde hablo a través de su palabra, con su palabra y le hablo a Dios. Y entonces, bueno, yo te animo que si tú quieres también lo puedas escribir. ¿Por qué? Porque puede que pasen, no sé, unos meses y regresamos a ver lo que yo escribí. Y yo escribí, por decir, el 20 de septiembre y le daba gracias a Dios porque ese día me había curado de mi enfermedad. Realmente hace unos días estaba muy enferma y me sentía muy mal. Y yo escribía eso. Entonces, a lo mejor vamos a poder escribir por cosas en las que estemos pasando en ese momento. Y como les mencionaba ahorita, vamos a encontrar Salmos de arrepentimiento, Salmos de adoración, Salmos por súplica de valentía, etcétera. Y es lo que vamos a ver el próximo miércoles. ¿Por qué? Porque, por decir, si hoy es el día 20, perdón, yo lo estaba manejando así, por decir, el día 19, este Salmo, pues a lo mejor y no se relaciona con la situación que yo estoy pasando en mi vida, le agregamos 10 días. Bueno, entonces ya no voy a leer el 19, a lo mejor el 29. Bueno, el 29 tampoco. Bueno, me voy al 39. Realmente tenemos tanto de dónde inspirarnos para nuestras oraciones. Así que, eso yo se los comparto a ustedes ahorita y les voy a compartir un poco del Salmo, no sé si alguien lo quiera leer. Si pueden, si no, yo lo leo, chicas. El Salmo 20, que es el del día de hoy. Si alguna puede hablar, adelante. Si no, yo le sigo. A ver, aquí está, lo estoy buscando en una versión que se entienda. Bueno, yo voy a seguir. Yo sé que están a lo mejor y no pueden hablar, están ocupadas en sus tareas del hogar, de la casa. Entonces, les voy a leer este Salmo 20, que me gustó mucho. Fíjense, déjenme ver aquí, está en el Salmo 140, porque lo que me gusta de la Biblia es que en el Salmo nos dice el título al inicio. Por eso les digo que prácticamente en su día a día pueden ver así como que a este Salmo no me corresponde. Bueno, me voy al otro, leyendo los primeros versículos, leyendo el título. Este Salmo del día 20 se llama Oración pidiendo la victoria. Entonces, yo se los leo. Que el Señor esté contigo en el día de tribulación. Que el Dios de Israel te libre de todo mal. Que desde sus santuarios te envíe ayuda. Que desde Jerusalén te fortalezca. Si se dan cuenta, como que a veces lo leemos y bueno, ok, pero cuando lo convertimos en una oración realmente está bonito. Digo, yo lo experimenté ayer y hoy. Y yo le escribía, Señor, gracias porque siempre estás en mi vida, porque me sostienes en estos días de tribulación. Gracias porque me libras del mal. Y bueno, así empecé, ¿verdad? Y luego que te recuerde con agrado lo que le has brindado tus sacrificios y ofrendas quemadas. Bueno, a lo mejor nosotros no le hemos dado ofrendas quemadas, pero Señor, recuerda esos sacrificios en donde yo he estado sirviéndote a ti en tu iglesia. Señor, recuerda en donde yo he estado fiel a ti cada día o cada mañana orando a ti. Señor, recuerda eso. Señor, recuerda mis sacrificios. Señor, y luego sigo el versículo 4, que Él conceda lo que tu corazón anhela y haga realidad todos tus planes. Qué bonito, ¿no? Señor, concede todos los deseos de su corazón, de Tania, de Tatiana, de Yosef. Señor, concede los deseos que hay en su corazón, porque Él los conoce. Él mejor que nadie conoce esos deseos que hay en tu corazón. Y esta mañana podemos pedir al Señor que Él conceda esos deseos que hay en ti, que Él prospere los planes que tú estás haciendo. Que haya júbilo en tu vida, Señor. Que sepamos que la noticia de tu victoria, que se agiten las banderas en alabanza a Dios por todo lo hecho en favor tuyo. Que Él responda a todas tus plegarias, Señor. Que tú respondas hoy, esta mañana, a todas nuestras oraciones. Dios salve a su ungido Rey, y yo sé que lo salva. Él le escucha desde el alto cielo y lo rescatará con su gran poder. Algunas naciones se vanaglorian de sus ejércitos y armamento, pero nosotros nos gloriamos en el Señor nuestro Dios. Esas naciones caerán y perecerán. Nosotros alzaremos y permaneceremos firmes y a salvo. A salvo. Otorga la victoria a nuestro Rey, Señor, y escucha nuestra oración. ¿Verdad? Como veíamos también el miércoles pasado, que decíamos siempre terminar adorando a Dios una vez más por lo que ha hecho nuestra vida, por lo que sigue haciendo, adorándolo por lo que Él es. ¿Verdad? Otorgándole la victoria por sobre todas las cosas. Y bueno, este es un ejemplo, así que es lo que yo aprendí y yo espero que para ustedes haya sido de bendición, porque realmente va a cambiar nuestra forma de orar. Entonces nos va a dar realmente como que todavía más ganas de levantarnos en la mañana y ponernos a orar, ya sea en la mañana, en la tarde, en la noche, en su momento de oración con Dios. Y sí, vamos a poder inspirarnos a través de su palabra y eso es lo que vamos a estar viendo también el próximo miércoles y después me gustaría que lo pudiéramos poner en práctica juntas, ¿verdad? Que juntas podamos empezarlo en práctica. Por otro lado, también no te desesperes si a lo mejor tú estás orando y a lo mejor solo se te vienen, te usan las palabras de Dios y tú simplemente le agregas tres palabras, cuatro palabras, está bien. Creo que la práctica hace al Maestro, creo que así se dice, ¿verdad? Realmente, a lo mejor ya ahorita estamos aprendiendo de su palabra y creo que eso nos va a ayudar también a meditar en su palabra, lo que también era importante por decir. Sí, una noche anterior, no sé, el 19, me quedé con un versículo, nada más, no tiene que ser todo el capítulo 19, simplemente agarro un versículo de ese capítulo que medité en la noche y al día siguiente me pongo alarmas, por decir, una alarma en la mañana y medito en ese versículo, en lo que Dios quiere hablarme y luego otra alarma en la tarde, otra alarma en la noche para estar meditando en su palabra. Algo muy importante que yo también una vez escuché fue, ¿qué pasaría si nos quitan las Biblias? O sea, realmente le doy gracias a Dios porque aun cuando estamos en un país musulmán tenemos la oportunidad de tener nuestras Biblias, de poder leerlas, pero no sabemos, ¿no? Dice el Señor que mientras Él venga, ¿no? Cuando se acerque su venida, cosas peores vendrán. Entonces, ¿qué pasará si ya en algún momento aquí que estamos en este país y nos dicen, ya no puedes usar la Biblia y nos quitan las Biblias? O sea, ¿cuánta Biblia se habrá quedado en tu mente y guardada en tu corazón? O sea, ¿cuánta Biblia, cuánta de su palabra se habrá quedado en nuestro corazón? Por eso creo que es un buen momento para empezar a meditar en su palabra, usándolo para nuestra vida, para nuestra oración y para seguir memorizando también su palabra.

Listen Next

Other Creators