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Como actuamos y reaccionamos son decisiones de la voluntad, empujada por los deseos que son afectados por los pensamientos y las creencias en lo interior, en el corazón.
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Como actuamos y reaccionamos son decisiones de la voluntad, empujada por los deseos que son afectados por los pensamientos y las creencias en lo interior, en el corazón.
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Como actuamos y reaccionamos son decisiones de la voluntad, empujada por los deseos que son afectados por los pensamientos y las creencias en lo interior, en el corazón.
In this transcription, the speaker begins by thanking God for the opportunity to gather and study His word. They discuss how humans tend to blame others for their problems instead of taking responsibility. They refer to the story of Adam and Eve to illustrate this behavior. The speaker then introduces the topic of examining our hearts and understanding why we act the way we do. They mention a verse from Hebrews that highlights the power of God's word in examining our thoughts and desires. They also reference a passage from Ezekiel that talks about idolatry and the consequences of turning away from God. The speaker emphasizes the need to identify the idols in our hearts and how they can lead to sin. They provide an example of a woman fantasizing about a coworker and how it eventually led to infidelity. The speaker encourages self-reflection on our own desires that may be outside of God's principles. They stress the importance of focusing on God's truth and not substituting it with lies Gracias Señor por estos momentos, gracias porque nos permite reunirnos a través de esta plataforma, ponernos en tus manos estos momentos para que seas Tú quien hable a través de Su Palabra a nuestra vida, que podamos ser conscientes, que Tu Espíritu Santo nos dé discernimiento, entendimiento, y que podamos poner en práctica lo aprendido el día de hoy. Te rogamos que nos ayudes a seguir creciendo nuestra fe y que sobre todo nos sigas dando esas ganas de ser fieles a Ti. Te lo pido en el nombre de Tu Hijo Jesús. Amén. Y bueno, entonces hoy vamos a hablar sobre el corazón, de cómo podemos hacernos un rayo X en el corazón, porque es tan necesario que lo hagamos y se los cuento un poquito rápido porque la mayoría no escuchó la reunión que tuvimos el martes presencial en Dubái, solo Yoza, y porque tenemos esa naturaleza de que por nuestros problemas, por las situaciones, tendemos a echarle la culpa a las demás personas. Por lo que pasó en mi matrimonio le echo la culpa a mi esposo, lo que pasó en mi trabajo le echo la culpa a mi compañero, a mi jefe. Si tengo el estrés por faltas económicas, tendemos la naturaleza de echarle la culpa a las demás personas. ¿Por qué? Porque esto viene desde el inicio, en Génesis, cuando Adán y Eva pecaron. Y llega Dios y le pregunta a Adán, Adán, ¿qué hiciste? Y lo primero que le responde Adán es decirle, la mujer que me viste, o sea, no fue capaz de decirle, Señor, perdóname, yo hice mal, hice algo que no debería haber hecho. Igual a Eva, ¿no? Eva, ¿qué hiciste? La serpiente, o sea, le echo la culpa a la serpiente, la serpiente me engañó y yo hice esto. O sea, cuenta entonces cómo por nuestros hechos culpamos a las demás personas. Entonces, bueno, ya quería darles como que esta introducción para por eso saber y entender a través de este estudio, o sea, el por qué hacemos lo que hacemos. Dios nos va a ayudar a través de su Palabra a entender, o sea, por qué reaccionamos de tal manera ante cualquier circunstancia. Y para eso pues tenemos su Palabra que está en Hebreos 4.12 que dice, la Palabra de Dios es viva y poderosa y es más cortante que una espada de dos filos que penetra hasta lo más profundo de nuestro ser. ¿Y qué es lo que hace su Palabra? Examina los más íntimos, o sea, mis pensamientos y los deseos de nuestro corazón. O sea, ¿qué es lo que vamos a ver? Por eso tenemos, gracias a Dios, su Palabra que nos va a ayudar a entender esto, o sea, por qué actuamos de tal manera, por qué soy así, por qué pasa esto, ¿no? Y bueno, hay un versículo en Ezequiel, el libro de Ezequiel, capítulo 14, del 1 al 5. Se los leo y luego ya, como siempre se los leo y luego ya vemos así versículo por versículo o lo entendemos con ejemplos, ¿no? Dice, entonces, algunos de los sabios consejeros de Israel me visitaron para pedirme un mensaje del Señor y este es el mensaje que me envió para entregarles. Dicen, hombre mortal, estos hombres tienen en su corazón lleno de idolatría, su único interés es sacar ventaja de sus mentiras, ¿no? ¿Debería yo permitirles preguntarme algo? Diles que el Señor Dios dice, yo el Señor me ocuparé en forma personal de castigar a cualquiera en Israel que rinde homenaje a los ídolos y que sólo habla mentiras y luego viene para solicitar mi ayuda, ¿no? Pues yo castigaré a todos aquellos que se aparten de mí y van tras los ídolos, ¿no? O sea, es como prácticamente un estudio de Ezequiel 14, 1 al 5, ¿no? ¿Por qué? Porque las cosas realmente en ese momento se veían bastante mal. Entonces, Dios les estaba diciendo, si vengan a mí, oren, pídanme, pero ¿qué les estaba diciendo? O sea, el Señor les dijo, me ocuparé de forma personal de sus ídolos. ¿Se dan cuenta? O sea, Dios no les estaba diciendo, o sea, ven a mí, oren a mí y yo me ocuparé de esa persona que tú crees que te está haciendo daño, ¿no? O sea, yo me ocuparé de esa situación por la que estás pasando, sí, pero sabemos que lo que Dios quiere es ver primero nuestro corazón, ¿no? Que es esta parte. O sea, yo me ocuparé de los ídolos, ¿no? Porque es algo que nos está diciendo, ¿no? Como que a veces para mí digo, ay, realmente a veces es difícil o no, o sea, o nos cuesta querer aprender su palabra porque nos está diciendo prácticamente, sí, o sea, esos ídolos empezaron en ti y tú los estás poniendo, ¿no? Ahorita vamos a ver por qué, ¿no? Entonces, ¿por qué? O sea, es algo que también Dios nos irá enseñando de que cuáles ídolos porque no es algo en lo que nos debemos estresar en saber, ay, o sea, qué ídolos me están afectando o qué ídolos están en mi corazón que están afectando en mis relaciones, ¿no? Por eso es algo que debemos aprender con su gracia y mientras más pasemos tiempo con él vamos a ir aprendiendo, ¿no? ¿Por qué? Porque muchas veces una pasa que pues como apenas estamos empezando este libro pues no sabemos ni siquiera que era un ídolo, que ya lo vimos, ¿no? Cualquier persona o cosa que esté primero en nuestra vida antes que Dios. Segundo, porque realmente no sabemos si tenemos ídolos o no, también eso nos va a ayudar a ver esto, ¿no? Porque, pues sí, o sea, podemos decir es que pues yo no tengo ídolos o a lo mejor sí tengo pero no sé cuáles, entonces, bueno, eso es lo que nos dice este versículo 3, o sea, sí, tú estás poniendo los ídolos en tu corazón. O sea, te leo otra versión para que la entendamos mejor, dice, hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón, o sea, escucha esta parte, o sea, ellos han puesto los ídolos en su corazón que sabemos que pues es lo mismo que Dios nos está diciendo a nosotros, ¿no? O sea, nosotros somos quienes lo pusimos, no fue nuestra mamá, no fueron nuestras amigas, no fueron nuestras esposas, nosotros pusimos esos ídolos o deseos, que también lo podemos llamar, que luego nos van a hacer tropezar, o sea, o esos ídolos nos van a hacer pecar, ¿no? Y luego nos podemos preguntar, ok, pero ¿cómo es que yo puse esos ídolos que ni siquiera me di cuenta? Y te pongo aquí una pregunta que es la que vamos a reflexionar realmente, o sea, ¿cómo es que yo puse esos ídolos? Y la pregunta que nos hace el escritor es esta, o sea, ¿alguna vez tienes pensamientos acerca de desear algo que está fuera de los límites, de los principios, preceptos y mandamientos de Dios? O sea, ¿alguna vez hemos estado pensando en algo que está fuera de sus mandamientos, de su palabra, de lo que Él dice? Y entonces voy a poner un ejemplo, ¿no?, para ir como que entendiendo mejor. Es un ejemplo que pone en este libro sobre una mujer, ¿no? Esta mujer se encuentra fantaseando con su compañero de trabajo, se encuentra fantaseando y pensando, es que pues sí, realmente mi compañero sí me entiende, es que él me escucha, es que él sí me mira a los ojos, me habla bonito, es amable, es cariñoso, es muy diferente a mi marido. Y ella, esta persona, esta mujer, pues siguió con esos pensamientos y ¿qué pasó después? Pues la infidelidad, ¿no? Pudieron haber pasado muchos meses, años, poquitos meses, realmente no sabemos, pero al final cayó en eso, ¿qué? O sea, que ese deseo, esos pensamientos la hicieron tropezar, ¿no? Entonces, realmente es lo que podemos ir entendiendo, o sea, que esta mujer no se levantó un día y decidió de un día para otro arruinar su matrimonio, ¿no? O sea, pero realmente tenía ídolos en específico que estaban sirviendo, ¿no? A lo mejor ese ídolo para ella era, es que necesito afirmación, necesito amor, necesito que me animen y pues mi esposo no me lo da, entonces pues lo busco en otro lado o empiezo, ¿no? Como decimos en México, ¿no? Empezamos a dar rienda suelta a nuestros pensamientos y deseos, ¿no? Que es lo que le pasó, ¿no? Por eso es lo que vimos también el miércoles pasado, ¿no? En Romanos 1.25, o sea, cambiamos la verdad de Dios por alguna mentira, por sustitutos, ¿no? Ella decidió cambiar la verdad por la mentira, ¿no? Y cuál verdad, o sea, ella decidió cambiar la verdad de que Dios todo lo puede, de que en el matrimonio todo es posible con la ayuda de Dios, porque muchas veces no es que no, o sea, ya estamos cansados, es que mi esposo no me entiende, es que, si me explico, esa naturaleza que ya vimos anteriormente, echamos la culpa a las circunstancias, a las personas, pero no nos estamos enfocando en la verdad de Dios, porque es lo que Dios nos dice, o sea, yo hago nuevas todas las cosas, o sea, para mí nada es imposible, si me explico, entonces empezamos a cambiar su verdad por mentiras y empezamos a enfocarnos en otros, pues, en los deseos malos prácticamente y empezamos a vivir con los sustitutos, ¿no? Poniendo ídolos en nuestro corazón, poniendo algo antes que a Dios, en vez de poner a su palabra, sus preceptos primeros, ¿verdad? En vez de enfocarnos, pues, en su palabra, por eso realmente es tan importante y cada vez aprendemos tanto. Lo que comparto aquí son sus versículos para que tú los puedas anotar y después los busques y puedas meditar en ellos, ¿no? Es lo que dice en Santiago 1.14, te lo comparto aquí, dice, al contrario, cada uno es tentado por sus propios malos deseos que lo arrastran y seducen, o sea, que otra vez nos está diciendo Dios, o sea, tú eres tentada por tus malos deseos, ¿no? Por tus malos pensamientos, o sea, no es como que, ah, mi compañero de trabajo me tentó, no, es que aquí me tentaron y pues caí, ¿no? O sea, eso empieza en nuestro corazón, en nuestros pensamientos, ¿no? Que nos llevan a tomar acción y caemos una vez más, ¿no? En el pecado, ¿no? Por eso es que, o sea, nos explicaba este libro, o sea, realmente no es suficiente con saber que, ok, pues sí, sabemos que la pornografía es pecado, ¿no? O que el adulterio es pecado, no soy infierno, debemos de ser conscientes de los ídolos en nuestro corazón, o sea, que nos hacen susceptibles a cometer ese tipo de pecados, ¿no? Y te lo explico a través de este también, este versículo en Marcos 7, 20, 21, o sea, que dice, lo que sale de la persona es lo que contamina, y fíjate en esta parte, en efecto, de adentro del corazón humano salen los malos pensamientos, y luego ya dice, la inmoralidad sexual, los robos, los asesinatos, ¿no? Pero se está enfocando otra vez, del corazón salen los malos pensamientos, o sea, ahí es el centro, ¿no? Ahí están nuestros pensamientos, afecciones, emociones, tenemos que tener y reconocernos, ser conscientes de que todo está conectado, ¿no? Mis pensamientos, mis emociones, mi corazón, entonces la tentación viene por medio de mis pensamientos, y luego esto me conmueve a las emociones, y qué tipo de emociones, ¿no? Depende de qué tipo de pensamientos tenga, de miedo, de inseguridad, de tristeza, y luego me siento, pues, triste, me siento enojada, la ira, etc., ¿no? Y luego, ¿para qué? Para entonces encontrarnos tomando acción de algo que, pues, nunca pensamos que fuéramos a hacer, ¿no? ¿Y qué pasó? Todo empezó en el corazón y luego en mis pensamientos, o sea, por eso Dios, y bueno, este capítulo, perdón, se está diciendo, o sea, hace un rayos X, ¿no? Del corazón, porque como actuamos y reaccionamos, son decisiones de la voluntad, o sea, empujadas por los deseos que son afectados por los pensamientos, las creencias en nuestro interior, en el corazón, ¿no? Y otro ejemplo, o sea, que vemos aquí, o sea, de un hombre o una mujer que tienen serios problemas con la ira, o sea, no sé, creo que, bueno, no sé si han conocido o conozcan, o alguien así, un hombre, de esos tipos de hombres que se enojan, y golpean las cosas, o sea, que se enojan y tienen, sí, un problema serio con la ira, pero, ¿qué pasa? O sea, que no van a poder vencer la ira, o sea, esa reacción, hasta que entiendan que detrás de esa ira hay un deseo o un ídolo que gobierna su vida. Sí, vamos, me voy explicando por ahí, ¿verdad? Entonces, ¿qué es lo que dice? O sea, a lo mejor, ese deseo de ese hombre que explota en ira es el querer ser admirado, ¿no?, el querer ser respetado, el querer tener el control de las cosas, y entonces, pues, cuando no se le respeta, ¿qué pasa? La ira es su reacción, o sea, se dan cuenta, o sea, nuestra reacción es la ira, ¿no? Entonces, su venganza, por no tener el respeto, la admiración que deseaba, pues, es eso, ¿no?, es su venganza, es la ira. Entonces, ¿qué pasa? Que en nuestra batalla con el pecado se va a hacer más clara cuando empecemos a ver realmente lo que hay detrás de nuestro corazón, que en este caso, ¿no?, pues, es su ira, ¿no? Entonces, se dan cuenta que hay algo detrás de su ira, ¿no? Y entonces, va a haber un avance en su batalla cuando entienda que ese es su ídolo, ¿no?, y que en lugar de simplemente memorizarse cinco versículos sobre la ira, ¿no?, vaya detrás del corazón, o sea, vaya realmente a examinar su corazón. Por eso es que Dios nos dice, o sea, no es necesario ir contra el pecado, o sea, necesitamos ir contra lo que hay, o sea, al fondo de nuestro corazón. Y creo que lo más bonito de todo esto es que no luchamos solas, o sea, que tenemos a nuestro Señor, o sea, que no nos va a dejar descarriarnos demasiado tiempo. Y es algo que mencionaba en el versículo 5, que el Señor decía, o sea, iré por el pueblo de Israel y les enseñaré, y, o sea, pues sí, los regañaré prácticamente por esos ídolos. Y es lo que nos está diciendo Dios, o sea, nosotros somos sus hijos, nosotros somos su pueblo, y no va a pasar mucho tiempo para que Dios use circunstancias o personas para decirnos, hey, así no es, oye, lo estás haciendo mal, o sea, regresa a mí. Y ahí es cuando nos encontramos de nuevo a solas con Él, ¿no?, porque a veces intentamos de hacer las cosas a nuestra manera, o pues, no le tomamos importancia a nuestro tiempo con Dios, y luego ¿qué pasa? Pues problemas en el matrimonio, o en el trabajo, o en esto, entonces son circunstancias que Dios está usando para enseñarnos, o sea, que hay que regresar a Él, que hay que pedirle, o sea, realmente que nos perdone, arrepentirnos de todos esos ídolos que estamos haciendo nuestro corazón, ¿verdad? Y por eso voy a usar este versículo como ayuda, que es Efesios 2, Efesios 2, 22, 24, Efesios es un libro que está muy bonito, por si no lo han leído, hay que leerlo, Efesios, me encanta, y dice, Por ello, quítense, como si se tratara de ropa vieja, su naturaleza tan corrompida por los malos deseos. Renueven sus actitudes y pensamientos, sí, revístanse de la nueva naturaleza que Dios creó, para que sean como Él, verdaderamente justos e íntegros. Aprendimos al principio que sí, o sea, realmente somos nosotras quienes ponemos esos pensamientos, esos deseos en nuestro corazón, pero entonces ahora lo que vamos a aprender a través de este versículo es que no va a ser suficiente con frenar esos pensamientos, necesitamos ir ponerle un alto, pero necesitamos también renovarlos y reemplazarlos, ¿no? Entonces lo que, lo puse aquí como en números, ¿no? Primero, quítense, quitémonos los malos pensamientos, o sea, pongamos un alto en nuestros deseos incorrectos. Y luego dos, renovemos nuestros pensamientos, renovemos nuestras actitudes, o sea, renovarlo con lo que dice Dios en su palabra, con lo que dice en la Biblia, en su verdad. Y luego, tercera, revistámonos. ¿Qué quiere decir? O sea, reemplacemos, o sea, los hechos que ofenden a Dios por hechos que lo glorifiquen, ¿no? Para que seamos, como dice, justas e íntegras, ¿no? Para que podamos llegar a ser santas como el es santo, ¿no? Y eso es lo que tenemos que poner en práctica de ahora en adelante. O sea, pedirle a Dios, una, sí que examine nuestro corazón, o sea, creo que es algo que siempre debemos de poner en nuestras oraciones, examina nuestro corazón, ¿no? Porque sabemos, y ya lo vimos, que ahí es de donde salen nuestros malos pensamientos, nuestros malos deseos. Y dos, tomarnos el tiempo de nosotras mismas, examinar nuestras reacciones, ¿no? Y nuestros pensamientos y nuestros deseos, o sea, no simplemente, o sea, como enfocarnos realmente en el problema, ¿no? Si tuve una discusión con mi esposo, si tuve una discusión en el trabajo, no enfocarme en el problema, sino realmente ponerme, o sea, a tomarme el tiempo, a examinar, o sea, mi reacción, ¿por qué reaccioné así, no? Para no encontrarnos después en situaciones de crisis, en situaciones graves, que porque, o sea, no puse un alto cuando debí de haberlo hecho a esos deseos o a esos pensamientos, entonces me llevaron a tropezar, ¿no? Me llevaron a caer otra vez en el pecado, ¿no? ¿Qué tipo, realmente qué tipo de pensamientos le estamos dando vueltas y vueltas? O sea, ¿qué tipo de pensamientos estamos permitiendo más en nuestra cabeza, no? Porque, pues sí, o sea, probablemente no estamos pasando por una situación de infidelidad en nuestro matrimonio, y gracias a Dios por eso, pero es necesario realmente que nos podamos tomar un tiempo para reflexionar, o sea, que realmente digamos, o sea, ¿qué es lo que vino a nuestra mente después de escuchar la palabra de hoy? O sea, ¿qué es lo que puede estar causando que yo tropiece, que reaccione de esta forma? ¿Qué es lo que puede estar causando que las cosas en mi trabajo, pues, no vayan bien? O que mi matrimonio ya no sea el mismo, ¿no? Porque realmente, o sea, si te das cuenta, pensamos en tantas cosas todo el día, o sea, mientras cocinamos, estamos pensando, mientras limpiamos, estamos pensando, mientras manejamos, mientras vamos en el taxi, o sea, todo el tiempo estamos pensando, y tenemos una vida tan ocupada que no nos damos el tiempo de detenernos y de reflexionar, que no nos damos el tiempo de detenernos y pedirle a Dios, ¿no?, de decirle realmente, o sea, necesito que examine mi corazón, ¿no?, para ver, o sea, a qué le estoy dando cabida a mi mente. Entonces, probablemente pase que tenemos pensamientos de inseguridad, ¿no? Creo que, no sé, pasan a las mujeres, ¿no? Es que no me siento a gusto con mi físico, no me siento a gusto con cómo me veo, y por eso, a lo mejor, reaccionamos con nuestros esposos, ¿no?, porque hasta pasó una mujer de frente, o por eso reaccionamos con los celos, pero realmente es porque yo estoy permitiendo, o he estado permitiendo esos pensamientos de inseguridad, ¿no?, y por eso reacciono así, o sea, pensamientos de orgullo, pensamientos de envidia. Pensamientos de miedo, de duda, o sea, realmente creo que es nuestra esperanza de saber, o sea, que solo Dios conoce nuestro corazón, o sea, que por eso nos debemos animar a las unas a las otras, o sea, acerquémonos a Dios a decirle sinceramente necesitamos tu ayuda, o sea, porque quiero cuidar de mi corazón primeramente para cuidar de mi relación contigo y después de seguir cuidando mi relación. De arrepentirnos de esos malos pensamientos, de esos malos deseos que están fuera de los principios de Dios, o sea, de pedirle a Dios que nos ayude a saber cuáles son los ídolos que nos están afectando a nuestra vida y a nuestras relaciones, ¿no? Y creo que es algo que, o sea, sí, necesitamos tomar acción ahora, o sea, de no que ya la reunión terminó y ya nos vamos, o sea, que realmente nos lo pongamos de tarea para esta semana, o sea, ¿por qué?, porque realmente, o sea, sí pasa, o sea, que volvemos a Dios ya cuando, ya, o sea, ya cuando después las cosas no van bien, ¿no? Por eso yo pienso que necesitamos tomar acción porque también pasa que, o sea, para que más bien, para que no vaya a pasar, o sea, que nos encontremos, por decir, en nuestro matrimonio después de pocos años de casados y ya estar pensando en el divorcio, ¿no? Y decir, ay, pues es que yo nunca lo veía, yo nunca lo veía venir, ¿no? Es que yo nunca vi venir este divorcio, ¿no? O decir, es que nunca pensé que me fuera a pasar esto a mí en mi matrimonio, y es que yo nunca lo vi venir. Pero ¿por qué no lo vimos venir? O sea, porque nos estamos enfocando, como lo vimos al principio, en el pecado tal cual o en la otra persona, ¿no?, sin enfocarnos en el problema realmente que es lo que hay detrás de nuestros corazones, ¿no? Por eso yo pienso que es importante que busquemos ayuda antes, o sea, ya desde ahora. Creo que es de sabios, dice Proverbios, es de sabios pedir el consejo, es de sabios acudir a los que saben, ¿no? No buscar ayuda ya cuando hubo infidelidad en mi matrimonio, no buscar ayuda ya cuando tengo problemas en mi trabajo, cuando ya no aguanto a mis hijos, cuando estoy llena de deudas, cuando ya estoy caída en problemas, no. O sea, creo que es de mujeres sabias también empezar a buscar ayuda desde ahorita, ¿no?, para poder hacer lo que Dios quiere, ¿no?, para poder también glorificarlo con nuestras acciones. Y bueno, eso es lo que les quería compartir y como último versículo les leo lo que está en Proverbios 4.23 que dice, con toda diligencia guarden su corazón porque de él brotan los manantiales de la vida. Entonces, es realmente un tema como que me llamó mucho la atención porque es un poco relacionado a lo que habíamos visto el martes pasado en nuestra reunión presencial. Sí, o sea, tendemos a echarle la culpa a los demás. O sea, cuando Dios nos está diciendo una vez más que los ídolos los pusimos nosotras, que el problema está en nuestro interior y que necesitamos, ¿no?, examinar qué hay detrás de nuestras reacciones, ¿no?, y que podamos realmente tomar acción con ayuda de su palabra, con ayuda de Dios, con ayuda de las personas de nuestra iglesia, ¿no?, para poder mejorar en cualquier área de nuestra vida. Y como ejemplo yo les digo, yo le dije a Gabriel hace unos dos, tres meses más o menos, por las vacaciones, yo le dije, sabes qué, yo siento que algo, o sea, como que pasa eso en nuestro matrimonio, es que ya las cosas no son como al principio. Y yo digo que, yo le dije, yo pienso que deberíamos de pedir ayuda porque, gracias a Dios, nos ha dado un matrimonio bonito, pero yo sé que podemos mejorar esto, ¿no?, que haya algo, yo pienso que es a través también de lo que hemos leído en este libro que Dios puso en mi corazón, eso, ¿no?, como de pedir consejería matrimonial para hacer mejor las cosas con él, ¿no? Y gracias a Dios ya empezamos el viernes, eso es una buena noticia, porque siento que va a ayudar mucho a, bueno, complementar nuestros otros estudios que estamos viendo sobre el matrimonio, de límites en el matrimonio, pero es eso, o sea, que no esperemos realmente a que estemos pasando por situaciones difíciles para decir, ahora sí necesito ayuda, o sea, creo que es prepararnos desde ahorita, o sea, leer desde ahorita, porque sí es verdad, o sea, que mientras más veamos de su palabra, mientras más pasemos tiempo en su presencia, lo vamos a notar cuando lleguen las dificultades, porque entonces vamos a decir, ah, esto, o sea, ya estaba preparada, ¿no?, o sea, como que Dios ya me había preparado para lo que estoy pasando ahorita o para lo que ha de venir. Así que, bueno, es lo que les quería compartir.