The speaker, Diana Castro, discusses the importance of protected areas within cities, specifically focusing on the city of BogotĆ”, Colombia. She highlights the lack of awareness and appreciation for these areas and the challenges they face due to urban development. Castro shares examples of environmental conflicts in BogotĆ”, such as the construction of infrastructure in wetlands and the encroachment on small green spaces. She emphasizes the need for stronger legal protection and management plans for these urban ecosystems. Castro proposes that urban ecology should be prioritized as a public policy to ensure the conservation of biodiversity and improve the quality of life in cities.
Las Ć”reas protegidas dentro de las ciudades son muchas veces imperceptibles a los ojos de los ciudadanos. El desconocimiento de su función ecosistĆ©mica y categorĆa tĆ©cnica nos sitĆŗa en un rol de simple observador, donde vemos mayas en las ciudades pero desconocemos la riqueza de su interior. Hola a todos y todas, mi nombre es Diana Castro y en este podcast les darĆ© a conocer un tema de gran interĆ©s para mĆ que es la ecologĆa dentro de las ciudades urbanas o como tĆ©cnicamente se le dice la ecologĆa urbana.
Toda mi vida he vivido en la ciudad, entre el estrĆ©s y el ruido de los carros y su contaminación, entre querer ver los atardeceres pero con cada aƱo que pasa las grandes urbanizadoras levantan edificios enteros y me arrebatan la oportunidad de recibir los Ćŗltimos rayos del sol del dĆa. Vivo entre una urbe donde todos los dĆas emerge la lucha ambiental, un humanidad que quiere desaparecer, una zona dura que quieren construir en los cerros, un puente que se atreven a atravesar en un rĆo sin respetar su zona hĆdrica, Ć”rboles que quieren talar para sus grandes proyectos viales.
Estamos en emergencia climĆ”tica y para nadie es un secreto que vivimos en una localidad en donde respirar se ha vuelto peligroso. La ciudad que les comento es BogotĆ”, la capital, y mi localidad es Kennedy, una de las localidades con la misma población que Barranquilla, que en donde en los Ćŗltimos aƱos su habitabilidad se ha vuelto hostil y peligrosa. Mi tema de investigación busca un lugar que se merezca las Ć”reas protegidas dentro de la ciudad, dentro de cualquier ciudad, lugares que tanto para la ciudadanĆa como para las instituciones han sido subvalorados.
Son pocos quienes resisten en su defensa ante cualquier amenaza y que gracias a esos pocos que hoy resisten estos pequeños relictos dentro de las urbes se han conservado. Es el Plan de Ordenamiento de BogotÔ quien define y categoriza las Ôreas protegidas de la ciudad y su última modificación se dio hace poco en un debate ciudadano muy Ôlgido y es el decreto 555 de diciembre del 2021, quien define absolutamente todo, todo sobre los ecosistemas que resisten ante la depredación de la ciudad.
Y es que si bien las Ć”reas protegidas a nivel nacional se conservan dentro del Plan de Ordenamiento Territorial con todos sus usos restringidos, como son el Parque Nacional Natural de Sumapaz y la Reserva Forestal Protectora del Bosque Oriental de BogotĆ”, las Ć”reas protegidas de orden distrital, las cuales son parques distritales ecológicos de montaƱas, reservas distritales de humedal y el sistema hĆdrico, parecen verse sumergidas en un sinfĆn de vacĆos jurĆdicos y tĆ©cnicos que han permitido destenir la verdadera importancia ecosistĆ©mica de estos relictos.
Tanto asĆ, mis queridos oyentes, que en los Ćŗltimos aƱos, y sobre todo con la reciente administración distrital que pasó, se vivieron los aƱos mĆ”s Ć”lgidos de lucha ambiental en BogotĆ”. Y solo les voy a comentar un par de historias para que logren entender la magnitud de lo que les hablo. En primer lugar, tenemos el Humedal Tibabuyes, en el cual se tenĆa proyectado construir un sendero de 12.5 kilómetros para peatones y bicicletas, ademĆ”s de un camino elevado de 1.2 kilómetros.
Obras que irĆan en contra de la normativa ambiental vigente, la cual prohĆbe la construcción de zonas duras dentro de los humedales, y que afortunadamente la lucha de las organizaciones sociales dio frutos con la detención de las obras, pero estas lograron avanzar casi el 70%. En este momento el Acuerdo de BogotĆ” presenta multas multimillonarias por este proyecto que tiene que pagar a la ciudadanĆa. Otro caso que les quiero comentar es el humedal de techo, uno de los humedales mĆ”s pequeƱos de BogotĆ”, y lastimosamente uno de los mĆ”s olvidados.
Cuenta aproximadamente con 11 hectĆ”reas, pero la mitad de este ecosistema, la mitad de estas 11 hectĆ”reas, se encuentra ocupado por un barrio ilegal, un barrio que se construyó algo mĆ”s de 30 aƱos. La negligencia de la alcaldĆa local, de la SecretarĆa y FiscalĆa de la Acueducta de BogotĆ”, han llevado a este ecosistema al borde de su asfixia. Pues no solamente es el barrio, sino la construcción de planes parciales en sus cuatro costados, cerrando toda posible conexión ecosistĆ©mica con el exterior.
Un verdadero homicidio, un verdadero ecocidio con este ecosistema. Y por Ćŗltimo les quiero presentar el caso del Bosque de Bavaria, un tema que dio a hablar a nivel nacional hace aproximadamente dos aƱos. Es un pulmón verde, aproximadamente 47 hectĆ”reas de bosque ubicado en la localidad de Kennedy, la localidad con la peor calidad de aire en Colombia. Se debe tener en cuenta que no estĆ” categorizado como un suelo de protección, y que por esta razón el distrito proyectó en el aƱo 2017 el Plan Parcial Bavaria, un proyecto de 14 mil viviendas que significarĆa la tala de cientos de Ć”rboles y el aumento de la densidad poblacional en la localidad que estĆ” a punto del borde del colapso.
Y en este Ćŗltimo caso del Bosque de Bavaria es el que me quiero centrar. ĀæQuĆ© pasa con los ecosistemas que no se encuentran dentro de la normatividad como Ć”rea protegida? ĀæAcaso a ninguna institución le importa? Y si este ecosistema es muy pequeƱo, no tan grande como el Bosque de Bavaria, sino algo totalmente inmuto, pero en Ć©l habitan diferentes especies, Āæninguna norma lo protege? EstĆ” demostrado cientĆficamente que se necesitan generar puntos, nodos, de conexión entre grandes ecosistemas si queremos conservar el macroecosistema y que nuestra biodiversidad se conserve.
Sin embargo, en las ciudades como BogotĆ” se han empeƱado en destruir estos conectores. Los microecosistemas mĆ”s olvidados dentro de las ciudades son los famosos parques de bolsillos, pequeƱas zonas verdes que la norma las categoriza como espacio pĆŗblico y que en donde no cuenta con ningĆŗn plan de manejo ambiental para su protección. Por esta razón terminan convirtiĆ©ndose en puntos crĆticos de basura o zonas inseguras del barrio. ĀæPero quĆ© pasarĆa si a estas pequeƱas zonas verdes le diĆ©ramos la importancia que se merecen? ĀæQuĆ© pasarĆa si la ecologĆa urbana dentro de las ciudades se convirtiera en polĆtica pĆŗblica?