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The speaker, Daniel Garcia, is a teacher who discusses the challenges of teaching in virtual environments. He highlights the importance of adapting teaching practices and promoting dynamic personal learning environments. Garcia shares his experience of transitioning from traditional classrooms to a hybrid model of 70% in-person and 30% virtual learning. He emphasizes the need for autonomy in student learning and the importance of incorporating technological and pedagogical aspects in digital learning environments. Garcia also discusses the dimensions of informative, practical, communicative, and tutorial and evaluative aspects proposed by Adel. He focuses on the communicative dimension and the challenge of providing tutorial support and evaluation in virtual classrooms. Garcia concludes by emphasizing the need for teachers and students to acquire new knowledge and skills in navigating virtual and physical learning environments, while also rethinking traditional teaching and learning pr Profe, no entiendo nada. Profe, ¿qué significa esta palabra? Profe, ¿me podría decir mi nota? ¿Cuándo va a entregar los parciales? La presencialidad nos invitaba y nos invita a una escucha activa que posibilita el aprendizaje. Hay una presencia simultánea del estudiante y el docente. Ahora bien, ¿qué sucede en los entornos virtuales de enseñanza-aprendizaje? ¿Cómo ser presencia detrás de una pantalla? Mi nombre es Daniel García, soy docente de nivel superior en dos institutos de educación superior de la provincia de Mendoza y te invito a que me acompañes a pensar juntos y juntas la comunicación en escenarios digitales. Bustos y Col nos invitan a pensar que un entorno no presencial o virtual de enseñanza y aprendizaje no es una mera réplica de un salón de clases convencional, sino un nuevo espacio de interacción social que plantea demandas diferentes tanto a los estudiantes como a los profesores. En mi caso particular, la pandemia me condujo junto a mis colegas a un desarrollo acelerado de mi PLE, es decir, mi entorno personal de aprendizaje en los escenarios digitales. Este camino de conformación, que fue concretamente la conformación de mis aulas de Moodle, han sido y son actualmente un camino de construcción permanente. Ahora, creo que lo importante es cómo poder reemplazar esa presencialidad que demandaba la educación en nuestro trayecto educativo, en nuestra propia trayectoria educativa, y cómo poder transformar, cómo poder producir actos comunicativos verdaderos desde la perspectiva de Castel en un entorno que es volátil, que es efímero y que es un escenario que ocupan cotidianamente las personas hoy en el siglo XXI. Mi experiencia en el IES, particularmente el IES 9029, me invitó a hacerme presente en la presencialidad, generando un modelo híbrido que actualmente se traduce en un 70% de presencialidad y en un 30% en aulas virtuales. Entonces, tuve que hacerme de una transformación de viejas prácticas en nuevas prácticas de aprendizaje. Y aquí creo que hay un factor fundamental a tener en cuenta que hemos transitado en este espacio curricular y que además plantean diferentes autores como Adel, y es aquel factor que por ahí en el pasado, en la trayectoria educativa desde los inicios de la escolaridad en adelante, que es el de la autonomía estudiantil. Entonces, acá necesitamos desarrollar la posibilidad de promover entornos personales de aprendizaje dinámicos que implica incorporar consideraciones tanto de aspectos tecnológicos, es decir, un aprendizaje del entorno digital, de todas aquellas herramientas que nos brinda la tecnología para poder aplicar en los procesos educativos, pero también analizar la pedagogía, es decir, cómo realmente generar procesos de aprendizaje válidos en un contexto que no es el presencial. Y aquí nos encontramos, y creo que es para mí el aporte fundamental de este espacio curricular para pensar mi perspectiva docente, que son las dimensiones pedagógicas en los entornos digitales de aprendizaje. La dimensión informativa, la dimensión práctica, la dimensión comunicativa y la dimensión tutorial y evaluativa propuestas por Adel. En mi caso particular, cada una de estas dimensiones que yo no he nombrado como tal a lo largo de mi desarrollo particular en mis aulas de Moodle, han sido una preocupación permanente. Ponerle nombres y poder encasillarlas en ciertos objetivos o misiones a desarrollar, son fundamentales a partir de ahora en este tránsito por esta maestría. Considero que la dimensión comunicativa ha sido la que más atención le he prestado porque, de alguna manera, poder desarrollar recursos y acciones de interacción social en los escenarios digitales ha sido una preocupación por mí y, de alguna manera, poder desarrollar un lenguaje coloquial para que el estudiante pueda entender mi presencia en el entorno digital es fundamental. Donde sí encuentro un desafío importantísimo es en la dimensión tutorial y evaluativa, es decir, desarrollar funciones o roles para poder hacer un seguimiento y un acompañamiento grupal y o personal que permita realmente un aprendizaje por parte de mi grupo de estudiantes. En conjunto es aquí donde encuentro personalmente un mayor desafío. Fui y soy un estudiante formado en las aulas tradicionales con docentes que desarrollaban y siguen desarrollando clases magistrales y expositivas. Entonces considero que el desarrollo de un nuevo perfil docente en demanda creciente de entrados en el siglo XXI que incorpore la idea de un estudiante activo, protagonista de su proceso de aprendizaje y que además debe al aula de herramientas tecnológicas innovadoras es para mí un camino que inicié como autodidacta pero que he ido aprendiendo entre pares a partir de la pandemia y actualmente y que considero fundamental en mi desarrollo profesional en el campo de la docencia de aquí en adelante. Como conclusión y aporte fundamental Nos y los invito a pensar cómo moverse en escenarios requiere de nuevos saberes por parte de docentes y estudiantes ya que plantean nuevas tensiones entre lo presencial y lo virtual. Esto es lo que nos invitan a pensar Barroso y Melkin y que para mí es importante entender que los EBEA nos enfrentan no solo a la necesidad de ampliar un PLE sino también a resignificar procesos de enseñanza y aprendizaje tradicionales. A la luz de este concepto de autonomía estudiantil. Ese viraje pedagógico es el que siento que me interpela más y que me conduce a adquirir herramientas pero sobre todo a repensar la función docente en el siglo XXI.