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Soy cancerbero y estas son mis últimas horas. El 19 de enero de 2015 estaba en Maracay, trabajando con mi amigo y bajista, Carlos Monnar, en nuevos proyectos musicales. Esa noche, después de un largo día de trabajo, decidimos relajarnos en su apartamento. Algo se sentía extraño, como si estuviéramos siendo observados. De repente, hubo un golpe fuerte en la puerta. Carlos abrió, y entraron dos hombres que no reconocí. Dijeron que querían hablar. La conversación se tornó tensa rápidamente. Los hombres comenzaron a hacer preguntas incómodas sobre nuestras letras y nuestras posturas políticas. Carlos trató de calmar la situación, pero uno de los hombres lo empujó. Intenté intervenir, pero fui golpeado y caí al suelo. En medio del caos, los hombres empezaron a amenazarnos. Dijeron que sabían cosas sobre nosotros y que debíamos tener cuidado. La violencia escaló. En la confusión, me golpearon y me llevaron a la fuerza hacia el balcón. Intenté resistirme, pero era inútil. Sentí un empujón fuerte y, antes de darme cuenta, estaba cayendo desde el décimo piso. La versión oficial decía que fue un suicidio, pero los testigos vieron algo distinto. Vieron sombras moviéndose rápidamente en el balcón. Después, los hombres desaparecieron. La policía llegó tarde y no hizo muchas preguntas. Todo parecía estar preparado. Carlos, devastado y asustado, fue encontrado muerto poco después en circunstancias misteriosas. Siempre me pregunto, ¿quiénes eran esos hombres? ¿Por qué vinieron por nosotros esa noche? Hoy, la verdad sigue siendo un enigma. Pero sé que mi legado sigue vivo en el corazón de mis seguidores. ¿Quieres saber más sobre lo que pasó esa noche? Soy Cancerbero y estas son mis últimas horas.