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Once upon a time, there were two mice - country mouse and city mouse. They were different but became friends and realized that friendship is more important than where you live. They explored each other's worlds and learned to appreciate their differences. In the end, they understood that true wealth lies in the bond they shared. Their story teaches us the value of friendship and acceptance. Había una vez un ratoncito llamado ratón de campo. Era un ratón muy sencillo y bondadoso que vivía en una humilde madriguera en el campo. Lugar muy especial, lleno de flores y risas. Este ratoncito junto con sus amigos pasaban sus días saltando y jugando bajo el sol, disfrutando del simple placer de estar juntos. Hola amigos, bienvenidos al campo. Aquí vivo feliz y no me hace falta de nada. Tengo una cama de hojas con nueve metros. Aquí hay diversión y alegría. Apareció un ratoncito muy diferente. Se llamaba ratón de ciudad y venía de un lugar lleno de edificios altos, luces brillantes y mucha brisa. Tenía una corbata muy elegante y modales, muy fino. Saludos queridos amigos, soy el ratón de ciudad. No entiendo por qué te gusta vivir así. Es incomprensible para mí que prefieras bosques y campos en vez de calles llenas de gente por todas partes. Pero estoy emocionado por explorar este lugar tan encantador. Vamos a descubrir juntos las maravillas que tiene el campo y la ciudad para ofrecer. Ratón de ciudad decidió aventurarse en el campo de ratón de campo. Aunque eran diferentes, pronto descubrieron que tenían mucho en común. Jugaron, se rieron y compartían historias formando una amistad única. Bienvenido al campo amigos. Aquí tuve siempre el hermoso atento, una sopa de hierbas. Estoy acostumbrado a otro tipo de comida, pero me gusta. En la ciudad no hay nada así. Campos y ciudades, juntos nos abrazamos. Diferentes mundos, nuestros corazones, la verdadera riqueza y la unión. Para devolverles la amabilidad, ratón de ciudad invitó al ratón de campo a visitar la ciudad. Juntos exploraron calles boniciosas y altas rascacielos, descubriendo la emoción de la vida urbana. Te invito a comer quesitos. Aquí la vida es toda rápida y emocionante. La comida es diferente, pero no sabe nada mala. Lo único es que hay mucho alboroto. Es cierto, aunque extraño la tranquilidad del campo. Pero, aventura tan divertida estamos teniendo juntos. Juntos exploramos sin más tardar la vida en la ciudad a disfrutar. Al final comprendían que la verdadera riqueza no está en el lugar donde viven, sino en la amistad que comparten. Aunque eran diferentes, estos los hacían especiales el uno para el otro. La amistad es común y es algo que encontramos juntos. La ciudad y el campo nos unen, juntos somos hombres con felicidad. Es maravilloso tener un amigo que entienda y aprecia nuestras diferencias. Diferentes somos, pero eso es genial. La amistad es bien principal. Así concluye la historia de ratón de campo y ratón de ciudad. Dos amigos que descubrieron que la amistad va más allá de las diferencias. Siempre recordaron que lo importante no es el lugar en el que viven, sino con quien lo comparten. Amistad es nuestro canto. Campos y ratos, juntos en canto. Nuestra historia hoy termina, pero la amistad siempre dura.