Alicia Puff always falls down everywhere. Her grandpa finds her stuck in various places like a clock, a bottle, and a drawer. One time, she couldn't respond as she fell asleep in a drawer. Eventually, Alicia gets tired of waiting and starts knocking to get their attention. When they find her, she has drawn all over her face.
Alicia Puff, esta es la historia de los trapÃes de Alicia Puff, que Puff se caÃa siempre y por todas partes. El abuelo iba a buscarla para llevarla al parque. Alicia, ¿dónde estás Alicia? Estoy aquà abuelo. ¿Dónde? ¿En el despertador? Pues sÃ, habÃa abierto la portasola del despertador para curiosear un poco, y habÃa ido a parar entre los embalajes y los resortes. Y ahora tenÃa que ir saltando continuamente de un punto a otro para que no la arrastrasen todos esos mecanismos que se disparaban haciendo tic-tac.
En otra ocasión, el abuelo la buscaba para darle la merienda. Alicia, ¿dónde estás Alicia? Estoy aquà abuelo. ¿Dónde? Justo aquÃ, en la botella. TenÃa sed y me he caÃdo dentro. Y allà estaba, nadando afanosamente para mantenerse a flote. Por suerte, el verano pasado en Esperlonga, habÃa aprendido a nadar dando brazadas. Espera que te saco de ahÃ. El abuelo metió una cuerdecita dentro de la botella. Alicia se aferró a ella y trepó hasta la boca con destreza.
Era buena en gimnasia. En otra ocasión, Alicia desapareció. La buscaba su abuelo, la buscaba su abuela, la buscaba una vecina que iba siempre a leer el periódico del abuelo para ahorrarse dinero. Pobre de nosotros si no la encontramos antes de que burlan sus padres del trabajo, murmuraba la abuela, asustada. ¡Alicia! ¡Alicia! ¿Dónde estás, Alicia? Esta vez no respondÃa, no podÃa responder. Un miembro de la cocina se habÃa caÃdo en el cajón de los manteles y de las servilletas, y se habÃa quedado dormida.
Alguien habÃa cerrado el cajón sin reparar en ella. Al despertarse, Alicia se encontró oscura, pero no tuvo miedo. Tiempo atrás habÃa caÃdo dentro de una canilla, y allà sà que hacÃa frÃo. TendrÃan que poner la mesa para cenar, meditaba Alicia, y entonces abrÃan el cajón. Sin embargo, nadie pensaba en la cena, precisamente porque Alicia no aparecÃa. Sus padres habÃan vuelto del trabajo y retaban a los abuelos. ¡Asà como la cuidan! Nuestros hijos no se caÃan adentro de las canillas, protestaban los abuelos.
En nuestros tiempos se caÃan solamente de la cama y se hacÃan algún chicho en la cabeza. Finalmente, Alicia se cansó de esperar. Escaló entre los manteles, encontró el fondo del cajón y comenzó a golpear con el pie. ¡Tum! ¡Tum! ¡Tum! ¡Cállense todos! dijo el padre. Oigo que se dan golpes de alguna parte. ¡Tum! ¡Tum! ¡Tum! se amaba Alicia. ¡Qué de abrazos y qué de besos cuando la encontraron! Asà que Alicia aprovechó enseguida para caerse en el bolsillo de la chaqueta de su padre, y cuando la sacaron asÃ, le habÃa dado tiempo para escribirse toda la cara jugando con la lapicera.