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¿Cuál es el verdadero significado del sacrificio? Es el costo de creer en las ilusiones. Es el precio que hay que pagar por negar la Verdad. No hay placer en el mundo que no lo exija pues, de lo contrario, se vería al placer como si fuese dolor, y nadie pide dolor si lo reconoce. Es la idea de sacrificio lo que lo ciega. Él no ve lo que está pidiendo. Y por consiguiente, busca el placer de mil maneras y en mil lugares distintos, creyendo en cada ocasión que está allí
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¿Cuál es el verdadero significado del sacrificio? Es el costo de creer en las ilusiones. Es el precio que hay que pagar por negar la Verdad. No hay placer en el mundo que no lo exija pues, de lo contrario, se vería al placer como si fuese dolor, y nadie pide dolor si lo reconoce. Es la idea de sacrificio lo que lo ciega. Él no ve lo que está pidiendo. Y por consiguiente, busca el placer de mil maneras y en mil lugares distintos, creyendo en cada ocasión que está allí
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The true meaning of sacrifice is explored in this chapter of "A Course in Miracles Manual for Teachers." The world sees sacrifice as giving up things, but in reality, it is an illusion that must be replaced by a corrective mechanism. The mind must let go of the belief that sacrificing worldly pleasures is a sacrifice, as they hold no real value. The sacrifice is in believing in illusions and denying the truth. Choosing God and following His word brings true redemption and liberation. Sacrificing for worldly pleasures only leads to dissatisfaction. God calls upon teachers to save His children. Un Curso sobre Milagros Manual para los Maestros Capítulo 13 ¿Cuál es el verdadero significado del Sacrificio? Aunque para la verdad el término Sacrificio no tiene absolutamente ningún significado, para el mundo sí lo tiene. Al igual que todas las cosas del mundo, su significado es temporal, y se disolverá finalmente en la nada, de donde provino, una vez que deje de haber uso para él. De momento, su verdadero significado es una lección. Al igual que todas las demás lecciones, ésta también es una ilusión, puesto que en la realidad no hay nada que aprender. No obstante, esta ilusión debe ser reemplazada por un mecanismo correctivo. Otra ilusión que reemplace a la primera, para que ambas puedan desaparecer finalmente. La primera ilusión que debe ser desplazada antes de que otro sistema de pensamiento pueda arraigarse, es que es un sacrificio renunciar a todas las cosas de este mundo. ¿Qué otra cosa que una ilusión podría ser esto, si el mundo en sí no es más que eso? Se tiene que haber aprendido mucho, tanto para reconocer como para aceptar el hecho de que el mundo no tiene realmente nada que ofrecer. ¿Qué puede significar el sacrificio de lo que no es nada? No puede significar que tengas menos debido a eso. De acuerdo con el pensar del mundo no hay sacrificio que no incluya al cuerpo. Piensa por un momento en lo que el mundo llama sacrificio. El poder, la fama, el dinero, los placeres físicos y ¿quién es el héroe que posee todas esas cosas? ¿Podrían acaso significar algo excepto para un cuerpo? Pero un cuerpo no puede evaluar. Al ir en pos de tales cosas la mente se identifica a sí misma con el cuerpo, oscureciendo su identidad y perdiendo de vista lo que realmente es. Una vez que se ha producido esta confusión resulta imposible para la mente comprender que todos los placeres del mundo no son nada. Pero ¿qué sacrificio, y ciertamente que lo es, conlleva todo esto? Pues ahora la mente se ha condenado a sí misma a buscar sin hallar, a estar por siempre insatisfecha y descontenta, a no saber qué es lo que realmente quiere hallar. ¿Quién puede escapar de esta autocondenación? Sólo a través de la palabra de Dios podría ser esto posible, pues la autocondenación es una decisión sobre la identidad y nadie duda de lo que cree ser. Podría dudar de todo, pero nunca de esto. Los maestros de Dios no se lamentan cuando renuncian a los placeres del mundo. ¿Acaso es un sacrificio renunciar al dolor? ¿Acaso se resiente un adulto cuando entrega los juguetes que tenía de niño? ¿Acaso alguien que ya vislumbró la faz de Cristo mira con añoranza al matadero que se encuentra en su pasado? Nadie que se haya escapado del mundo y de todos sus males mira hacia atrás condenándolo, en cambio si tiene que alegrarse por haberse librado del sacrificio que le habrían exigido, todas las cosas que el mundo valora. Por ellas sacrificaba su paz, por ellas sacrificaba su libertad y, para poseerlas, hubiera tenido que sacrificar su esperanza de alcanzar el cielo y el recuerdo del amor de su Padre, quien en su sano juicio escogería lo que no es nada como sustituto de lo que lo es todo. ¿Cuál es el verdadero significado del sacrificio? Es el costo de creer en las ilusiones, es el precio que hay que pagar por negar la verdad. No hay placer en este mundo que no lo exija, pues de lo contrario se vería al placer como si fuese dolor, y nadie pide dolor si lo reconoce. Es la idea de sacrificio lo que lo ciega, él no ve lo que está pidiendo y por consiguiente busca el placer de mil maneras y en mil lugares distintos, creyendo en cada ocasión que está allí y terminando en cada ocasión desilusionado. Busca, pero no halles. Sigue siendo el decreto implacable de este mundo, y nadie que persiga las metas del mundo puede eludirlo. Tal vez creas que este curso requiere que sacrifiques todo lo que verdaderamente tienes en gran estima. En cierto sentido eso es cierto, pues tienes en gran estima a las cosas que crucifican al Hijo de Dios, y el objetivo de este curso es liberarlo. Pero no te equivoques en cuanto al significado del sacrificio. Siempre significa renunciar a lo que quieres. Y, oh maestro de Dios, ¿qué es lo que quieres? Dios te ha llamado y tú has contestado. ¿Sacrificarías ahora ese llamamiento? Son pocos los que hasta ahora lo han oído, y no tienen a más nadie a quién recurrir sino a ti. No hay otra esperanza en todo el mundo en la que puedan confiar. No hay otra voz en todo el mundo que sea eco de la de Dios. Si sacrificas la verdad, ellos se van a quedar en el infierno, y si se quedan en el infierno, tú los acompañarás. No olvides que el sacrificio es total. No hay sacrificios a medias. No puedes renunciar al cielo parcialmente, no puedes estar en el infierno solo un poco. La Palabra de Dios no admite excepciones. Esto es lo que la hace santa, y que esté más allá del mundo. Es su santidad la que señala hacia Dios. Es su santidad la que te pone a salvo. Te es negada cada vez que, por la razón que sea, atacas a un hermano, pues es cuando esto sucede que te separas de Dios. Una separación que es realmente imposible, una escisión que no puede suceder, no obstante, una escisión en la que seguramente vas a creer porque has establecido una situación que es imposible, y en esa situación puede que lo imposible parezca suceder, y parece suceder a expensas de la verdad. Maestro de Dios, no olvides el significado del sacrificio, y recuerda lo que va a significar cada decisión que tomes en términos de costos. Decide a favor de Dios y todo te será dado sin costo alguno. Decide en contra de Él y estarás escogiendo lo que no es nada, a cosa de la concienciación de todo. ¿Qué quieres enseñar? Recuerda solamente lo que quieres aprender, pues eso es lo único que debería importarte. El redimir es para ti. Tu aprendizaje lo pide, y tu aprendizaje lo da. El mundo no lo contiene, pero aprende este curso y el redimir es tuyo. Dios te ofrece su palabra, pues necesita maestros. ¿Qué otro camino hay para salvar a su hijo?
