The speaker is explaining that the Gospel is like training and preparation for living in the kingdom of God. They use the example of being incorporated into the royal family to illustrate the need to learn the ways and codes of the kingdom. The Gospel is seen as a continuous formation by the Holy Spirit to equip believers for their assignments and missions. The speaker emphasizes that perfection comes from the work of the Spirit in us, not from our own efforts. They also highlight the importance of being teachable and relying on the Spirit for guidance and transformation. The passage being studied is Romans 5, which speaks about justification by faith and the peace and hope that come through Jesus Christ. The speaker encourages the audience to embrace their new identity in Christ and the ongoing work of the Spirit in their lives.
Ok, se pueden ubicar en Romanos, capĆtulo cinco. Los dĆas viernes, para las personas que se suman, los dĆas viernes operamos como un aula, un aula de capacitación, ok? Un centro de entrenamiento. AhĆ hay un joven que se suma hoy, Āæcómo se llama? Natanael. Natanael, imagĆnate que tĆŗ fueses, imagĆnate, Natanael, que tĆŗ fueses incorporado a la familia real aquĆ en EspaƱa, ok? Que de un dĆa a otro tĆŗ seas incluido en la familia real. TendrĆas que aprender a vivir conforme ellos viven.
Ellos no comen como nosotros, Āæno? Ellos se sientan en banquetes, hay un protocolo, saludan de otra forma, se comportan de una forma, se visten de otra forma, tienen una responsabilidad. O sea, tendrĆas que aprender, Natanael, a vivir en palacio, bajo los códigos del reino de EspaƱa. El Evangelio, diga conmigo, el Evangelio es el entrenamiento y la capacitación que el EspĆritu nos da para aprender a vivir en el reino. Ahora dĆgale usted y se gana un pollo asado, a ver.
Dios les habrĆ” entendido, yo no. Otra vez, diga, el Evangelio es el entrenamiento, la capacitación que el EspĆritu nos da para que aprendamos a vivir en el reino. Es decir, es toda una formación. O sea, seguimos con Natanael, se va a asustar el muchacho, dice, Āæde dónde me metĆ yo? Natanael, sĆ, Natanael, mira, una vez que tĆŗ eres llevado al reino, te empiezan a enseƱar a hablar. No es que, pastor, ya yo sĆ© hablar, soy mayor, no, no, no.
Hablar de una forma determinada, Āæok?, a relacionarte, a saludar, te enseƱan los protocolos, o sea, vas a estar frente a tutores, a gente que te va a preparar, te va a equipar para que sepas conducirte. Amados, eso es lo que hace el Evangelio, eso lo hace el EspĆritu Santo en nosotros. Si Natanael no se somete bajo la instrucción de esos tutores, de esos maestros diplomĆ”ticos, gente que te va a capacitar, amados, no vas a saber vivir, porque los códigos de reino no es por instinto, sino que necesitamos ser afirmados y entrenados.
Mucha gente, mucha gente vive en el reino, pero no tienen un corazón enseƱable a la hora de ser instruidos, y quieren vivir por instinto, por estados de Ć”nimo, por emociones, y por eso es que a veces sufren en el sentido de que no disfrutan esta plenitud. Pero levante la mano, diga, Padre, con un corazón enseƱable, con un corazón humilde, quiero ser entrenado, que tu EspĆritu Santo me enseƱe a vivir bajo tu realidad de gobierno, porque yo sĆ© que fui trasladado al reino, que tengo una vida de palacio real, no de estos palacios terrenales, sino celestial.
AmĆ©n. ĀæPara quĆ© somos capacitados? ĀæPara quĆ© el EspĆritu nos enseƱa, y nos capacita, y nos entrena, y nos afirma, y nos establece? Para que un dĆa podamos recibir asignaciones, misiones, tareas, y que podamos llevar a cabo estas misiones. Y Dios necesita luz, Dios necesita entrenarte. Para que seas una mujer confiable, para que seas un hombre confiable, necesitamos ser enseƱados. AmĆ©n. Y la obra la hace el EspĆritu en nuestros corazones. AmĆ©n. ĀæAlguien dice amĆ©n? ĀæAlguien dice amĆ©n? Ok.
Estamos estudiando Romanos, y hoy nos toca el capĆtulo 5. Romanos 5. Ahora, antes de leer, yo quiero poner algunas ideas en sus mentes. La Biblia, creo que son mĆ”s de siete veces que nos llama a nosotros, vosotros que habĆ©is sido perfeccionados, quiero que andĆ©is como perfectos. Y perfecto, cuando la Biblia nos llama a que fuimos perfeccionados por la sangre de Cristo, perfecto no es el que no comete errores. Pero perfecto no es el que no comete errores.
Diga conmigo, Dios, a la obra que el EspĆritu hace en nosotros, le llama perfecto. Por lo tanto, nadie es perfecto porque alcanza Ć©l ser perfecto, sino que Dios llama a la obra del EspĆritu, eso es una obra perfecta. Y el EspĆritu trabaja en nosotros perfeccionĆ”ndonos. Y Pablo tambiĆ©n dice que la obra del ministerio, Āæverdad? Para que presentemos a los hombres, ĀæquĆ©? Perfectos delante de Dios. O sea, para que el EspĆritu, trabajemos por la palabra, y que el EspĆritu trabaje en nuestros corazones.
Por lo tanto, Dios, yo quiero que estamos estudiando, Āævale? Cualquier duda usted puede levantar la mano. Amados, Dios, la obra que el EspĆritu hace en nosotros, nos hace hombres y mujeres perfectos delante de Dios. Es decir, Dios no nos llama perfectos cuando alcanzamos un nivel de perfección. Dios nos llama perfectos desde un punto de vista termo, que el EspĆritu estĆ” haciendo la obra en nosotros. Nosotros no tenemos que esperar que en nuestra mente nos consideremos perfectos, porque si esperamos que nuestra mente nos diga, ya te puedes empezar a llamar perfecta, Nelia.
Te estĆ”s acercando. Porque si esperamos que nuestra mente nos llame perfectos, ahĆ entra el orgullo, a contaminar lo que Dios ha hecho. No sĆ© si me estoy explicando. Bueno, pastor, yo no soy perfecto porque usted no me conoce. Yo tengo tantos errores. Y le digo, Dios no estĆ” esperando que usted no cometa errores. Dios estĆ” esperando que la formación de Cristo en ti avance dĆa a dĆa. Que el caminar de los justos es como la luz de la aurora que va, ĀæquĆ©? En aumento.
Y va en aumento. Entonces, diga conmigo, hay una formación permanente que el EspĆritu estĆ” haciendo en mĆ. AmĆ©n. Pero usted no tiene que terminar la obra para levantar las manos y decir gracias. Sino que desde ahora, levante su mano y diga, desde ahora, Padre, yo te doy gracias. Padre, yo te doy gracias. Porque el que comenzó la buena obra en mĆ, la perfeccionarĆ” hasta el dĆa de Jesucristo. Aplauda esa verdad. Pastor, Āæy cuĆ”l es la intención? ĀæPor quĆ© Dios estĆ” trabajando en mĆ? Porque Dios quiere equiparte, Dios quiere prepararte para que seas Ćŗtil en su propósito.
El Evangelio no es otra cosa que la formación permanente que el EspĆritu va dando en nuestro interior, equipĆ”ndonos, preparĆ”ndonos para que seamos Ćŗtiles al propósito de Dios. Ya vamos a leer Romanos 5, lo que pasa es que quiero dejar algunas ideas en mente. Si el EspĆritu Santo no es quien nos prepara, nunca estaremos aptos, nunca estaremos aprobados delante de Dios. Yo puedo hacer muchas cosas, consagrarme, leer, estudiar, orar, Āæverdad? Pero si la obra del EspĆritu no es la que estĆ” produciendo todo eso en mĆ, nunca voy a ser apto, confiable para Dios.
Diga conmigo, todo lo que nace del EspĆritu glorifica a Dios. Todo lo que nace del EspĆritu honra a Dios. Por eso es necesario, no que nosotros⦠hermanos, aquĆ hay sillas, miren, aquĆ hay sillas desocupadas, pasen adelante. Entonces, Dios quiere formarnos para que estemos y seamos Ćŗtiles para Ćl. De eso trata el Evangelio, por eso nos reunimos aquĆ, Āæok? Romanos capĆtulo 5, dice, justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro SeƱor Jesucristo, por quien tambiĆ©n tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos en la esperanza de la gloria.
Y no solo esto, sino que tambiĆ©n nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, y la paciencia prueba y la prueba esperanza. Diga conmigo, la esperanza no avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, ĀæquiĆ©n es el que trabaja en nosotros? Por el EspĆritu Santo que nos fue dado. DĆgame al que estĆ” a su lado, Āæte fue dado el EspĆritu Santo? Por medio de la obra de Cristo. Ahora, cuando Pablo dice, justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios, le estĆ” hablando a un hombre que fue recuperado.
Le voy a hacer una ilustración, un campo de esclavos, Āæverdad? Y ahĆ llegaron y dijeron, oye, aquella esclava que estĆ” allĆ”, Āæcómo se llama? Miriam. Ok, la quiero comprar. Y aquella, la que estĆ” allĆ”, Iliana, tambiĆ©n la compro. TambiĆ©n la compro. Y aquel, ese es Pedro, un esclavo famoso que estĆ” aquĆ, lo compro. Ok, fuimos recuperados, levante su mano, levante su mano, diga, fuimos recuperados de un campo de esclavitud. Ćramos esclavos, luz, Ć©ramos esclavos del pecado.
Y el SeƱor nos recupera, nos compró, nos recuperó y dice, y ahora los voy a llevar a vivir en un reino. Claro, necesito que aprendas a vivir bajo códigos de reino. El esclavo dice, bueno, pero yo no sĆ© nada de reino. Yo no sĆ© nada de este campo de esclavitud. Mi papĆ” tambiĆ©n. Yo tambiĆ©n, yo no conozco nada. Le digo, no pasa nada, te vamos a dar a un maestro interior, que es el EspĆritu Santo. Ćl te va a formar, Ćl te va a guiar a toda verdad y Ćl te va a ayudar en tus debilidades.
No va a ser como un maestro que vas a tener los martes y los lunes ocho horas. No, no, no, Ćl va a vivir contigo, va a dormir contigo, te va a administrar, te va a enseƱar, te va a instruir, te va a equipar, te va a firmar, te va a consolar, te va a asistir, va a estar contigo veinticuatro siete para formarte. Ahora, cuando dice justificados, es absueltos. Justificado es declarado un nuevo hombre. Justificado es alguien que era culpable y se absuelve, pero ahora es necesario que se le trate con la dignidad de cualquier ciudadano que nunca ha cometido un delito.
Esa es la obra que Dios hace en usted. Ahora, ĀæquĆ© ocurre? Que el que sale de un campo de esclavitud le quedan los recuerdos, le queda la idea, Āæverdad? Porque le queda la cultura de donde creció, pero el SeƱor dice, no te preocupes, que para eso te he dado al EspĆritu Santo que Ćl te va a enseƱar. Ćl te va a dar un nuevo lenguaje, una nueva forma de vida. Ā”Wow! Yo celebro al SeƱor por esta nueva realidad que en Cristo se nos hace.
Ā”Wow! Y tenemos paz para con Dios. DĆgale al que estĆ” a su lado, el que nació en Cristo no tiene pasado. Porque es un nuevo hombre. Porque nació de nuevo y nadie nace con un pasado. Entonces, justificado por la fe, tenemos paz para con Dios. Por medio, es importante que entendamos que es una paz, diga conmigo, es una paz por medio de Jesucristo. ĀæOk? Es una paz por medio de Jesucristo, es una paz a la que no se puede acceder solo, sino que es por medio.
Es como decir un puente que une dos partes que estaban separados. Cristo es ese puente que unió dos partes que estaban separados. Y por medio de Ćl tenemos acceso a esa gracia gloriosa. Ā”Aleluya! Diga conmigo, es por medio de Ćl. Por eso la gloria es de Ćl. Diga, es por medio de Ćl. Por eso la gloria, la honra y la alabanza es para Ćl. Por eso la gloria, la honra y la alabanza es para Ćl. Diga, lo que soy es por medio de Ćl.
Ā”Aleluya! Amados, Āæpor quĆ© es importante que sepamos que es por medio de Ćl? La religión y el reino son dos cosas muy distintas. La religión es el esfuerzo de los hombres, es el esfuerzo que los hombres hacen para domar a ese viejo hombre. Es el esfuerzo que el hombre hace para agradar a Dios. Por eso reprime al viejo hombre, por eso dice, Ā”Ey, cĆ”lmate! Dice, Ā”Ey, cĆ”lmate! O sea, Ć©l reprime porque estamos en la iglesia. O sea, prepĆ”rate porque Cristo viene.
Hermano, una pregunta. Si alguien se tiene que preparar porque Cristo viene, es porque no estĆ” preparado, Āæno? No estĆ” andando como Ćl. No estĆ” andando como Ćl. Si alguien se tiene que preparar, Āæpero quĆ© es el reino? Diga conmigo, el reino nos traslada y nos equipa para ser Ćŗtil a Dios, para servirle a Dios. Es la obra que el EspĆritu hace en nosotros. Es la obra que la Palabra hace en nosotros. Es la obra que el Hijo hace en nosotros.
Es la obra que Ćl hace y esa obra empieza dentro de nosotros. No empieza con una imagen de nosotros de rectitud. Es una obra interna que luego empieza a reflejarse en nuestro caminar, en nuestro hablar, en nuestro proceder. Por eso, en el reino, el que se gloria, se gloria en el SeƱor. Porque Ćl es el que lo hace. AmĆ©n. Gloria al SeƱor. Entonces, justificados pues por la fe, tenemos paz por medio de Jesucristo. Por quien tambiĆ©n tenemos entrada.
O sea, porque tambiĆ©n por medio de Cristo, diga conmigo, tambiĆ©n por medio de Jesucristo, por medio de Jesucristo, dĆgalo de nuevo, tambiĆ©n por medio de Jesucristo, tenemos entrada por la fe a este regalo en el cual estamos firmes. Aleluya. Y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. AmĆ©n. Anterior. El dos, el dos. Cada vez que usted escuche gloria de Dios, yo se lo explico. La gloria de Dios no es, estĆ” cayendo aquĆ, estĆ” cayendo, estĆ” cayendo la gloria.
No, no, no se trata de la gloria de Dios, es la realidad. Todo el peso de la realidad de Dios. Todo el peso de su amor. Todo el peso de su gracia. Todo el peso de su bondad. Todo el peso de su justicia. Todo el peso de su obrar. Todo el peso de su propósito. Todo el peso de su amor, de su bondad. Esta es la gloria de Dios. Por eso cuando un hombre conoce todo el peso del amor, todo el peso del amor.
Amados, Āæusted se ha puesto a pensar la magnitud del amor con que Dios le amó a usted? Entonces el apóstol estĆ” diciendo, tambiĆ©n por medio de Jesucristo, tenemos las chaves, el acceso a este regalo. La gracia es un regalo de Dios, en la cual estamos firmes. DĆgalo conmigo, estamos firmes. Firmes es inamovible. Diga, nadie me mueve de esta realidad. Diga, nada me mueve de esta realidad. Ni tribulación, ni hambre, ni pestilencia, ni muerte, ni principado, ni potestad, ni ninguna cosa creada, ni lo alto, ni lo profundo.
Nada me puede mover de esta gracia, porque estamos firmes. Sin fluctuar en Cristo JesĆŗs. Esas fueron las palabras que JesĆŗs dijo, que el que edificaba una casa sobre la roca. Levante su mano y diga, mi vida es frĆ”gil. Por eso necesita ser edificada sobre la roca que es Cristo. Cuando vienen los vientos, cuando soplan, cuando vienen los rĆos, cuando viene la lluvia, no cae. No cae, pero no por mi fuerza, sino por la roca que garantiza que permanece para siempre.
Aleluya, gloria al SeƱor. AmĆ©n. Y no sólo esto, sino que esta realidad es tan grande que aĆŗn ni en las tribulaciones nos gloriamos. Hermano Pablo estĆ” diciendo que cuando nosotros estamos en Cristo, la tribulación produce. O sea, escuche esto, Ć©l estĆ” diciendo, toda tribulación, los que apuntan, apunten esto, toda tribulación tiene la semilla de una nueva temporada. Por favor, escrĆbalo. Toda tribulación, todo aprieto, todo momento difĆcil tiene la semilla de una nueva etapa, de una nueva temporada.
Amados, en el reino nadie pasa por una tribulación sin que le deje algo. En el reino nadie pasa por un momento desafiante sin que te deje algo que valga la pena. A veces, a veces hermano, a travĆ©s de la tribulación es que conocemos esa otra parte de nosotros. Hermano, quiero hacerte un ejemplo. Miren, cuando yo vivĆ en Caracas e iba a trabajar, en la entrada del metro habĆa una seƱora que no veĆa. Se habĆa quedado cieguita.
Hermano, y esa seƱora vendĆa cafĆ©, cigarros, cafĆ© y tal, y contaba con una habilidad pasmosa el dinero sin ver. Tocaba y daba cambio y servĆa cafĆ©. Pero con una habilidad impresionante. El cafĆ©, ta, ta, cobraba, te falta, pum, pum. O sea, era impresionante. ĀæSabes quĆ© pasa? Que cuando la mente humana se ve limitada por algo, empieza a desarrollar otras habilidades. Por eso la persona que se queda ciega, limitada de la vista, desarrolla mĆ”s oĆdo o desarrolla mĆ”s tacto, desarrolla mĆ”s instinto, mĆ”s habilidades.
ĀæHa conocido usted personas que no tienen manos y tocan la guitarra con los pies? Esa persona, cuando tenĆa los pies, ya tenĆa la capacidad de tocar la guitarra con las manos. Pero no la desarrolla hasta que no estĆ” en esa situación. ĀæQuĆ© quiero decirte con esto? Hay capacidades dormidas dentro de nosotros que en las limitaciones, en los aprietos, es que uno las descubre. Cuando yo lleguĆ© aquĆ, yo se lo he contado casi 900 veces, estĆ” la de 901, cuando yo lleguĆ© aquĆ, en EspaƱa, hace 16 aƱos, yo me quedĆ© sin dinero, no conocĆa a nadie y me puse a vender bolĆgrafos, hermano.
TenĆa 5 euros y me metĆ en unos chinos, comprĆ© unos paquetes de bolĆgrafos, los abrĆ, se los vendĆ, dos por un euro al que venĆa, dos por allĆ”, volvĆ a vender, me fui para el chino, comprĆ© mĆ”s, volvĆ, me fui, me fui, volvĆ, me fui, volvĆ. Y en la noche yo tenĆa mercado, hermano. TenĆa mĆ”s de 100 euros en el bolsillo y una seƱora me habĆa regalado un montón de bolĆgrafos. O sea, ĀæquĆ© quiero decir con esto? Hay capacidades en nosotros que si no es en medio de un aprieto no las desarrollamos.
Diga conmigo, Āæes sabio no esperar el aprieto para desarrollarlo? Levante su mano y diga, Padre, no quiero estar en el aprieto, pero sĆ quiero desarrollar las capacidades que TĆŗ me has dado. AmĆ©n. Ā”Aleluya! Diga conmigo, la tribulación en Cristo produce, y no produce heridas, no produce desĆ”nimo, ĀæquĆ© produce? ĀæSabes quĆ© es la paciencia? La capacidad de esperar en Dios con la actitud correcta. Porque uno puede esperar maldiciendo, renegando, Dios mĆo, esto nada mĆ”s me pasa a mĆ.
Esto es impresionante, yo no salgo de una para entrar en otra. Y maldiciendo, ¿no?, y renegando, pero la paciencia, ¿qué es la paciencia? Con la actitud correcta. Otra vez, ¿qué es la paciencia? La capacidad de esperar en Dios con la actitud correcta. ¿Entendieron ustedes algo? La capacidad⦠Amén, un pollo asado se ha ganado Liliana ya. Diga conmigo, la tribulación produce la capacidad de esperar en Dios con la actitud correcta. Aleluya, gloria al Señor. Pasamos. Y la actitud, la capacidad de esperar en Dios con la actitud correcta produce, ¿qué? ¿Sabes qué es la prueba? ¿Alguien me puede decir qué es la prueba? AjÔ, muy buena, esa estÔ buena.
La prueba es la capacidad de esperar en Dios con la actitud correcta. AjÔ, usted sabe⦠AjÔ, muy bien, excelente. La prueba, la prueba, diga conmigo, revela de qué estamos hechos. Diga conmigo, la prueba revela de qué estamos hechos. Escúcheme, la adversidad, diga conmigo, la adversidad revela la dirección en la que yo me muevo. O sea, hermano, mira, allÔ hay cinco jugadores de fútbol y aquà cinco. ¿Ok? Aquellos se llaman adversarios. ¿Ok? Y esto es el equipo.
¿Ok? Nosotros somos cinco, nos vamos pasando la pelota, tenemos que burlar al adversario para llegar al propósito, a la meta, que es poner la pelota bajo los tres palos, ¿no? Y se llama gol. Cuando uno tiene adversidades, las adversidades son las acciones del adversario que impiden que uno llegue a la meta. ¿Ok? Entonces, ¿qué estoy diciendo? El adversario se opone, pero revela que tú estÔs yendo en la dirección correcta. Porque si usted estÔ trayendo la pelota para el lugar donde el adversario quiere que esté, él no se te va a oponer.
¿Por qué hay adversidades en nuestra familia? ¿Por qué hay adversidades en nuestros ministerios, en nuestras familias? ¿Por qué hay adversidades en nuestros ministerios, en la obra? ¿Por qué hay adversidades en la fe? Porque vamos en la dirección del propósito. Entonces, aquà el apóstol estÔ diciendo la capacidad de esperar en Dios con la actitud correcta revelarÔ de qué estamos hechos. Y nos equipa. ¿Con qué? Con esperanza. Y la esperanza no avergüenza. Bendito sea el Señor. Avanzamos. Dice, ¿y la esperanza qué? No avergüenza.
Levante su mano. Y diga, los que esperaron en Dios no fueron avergonzados. Hay una canción que yo no sĆ© si ustedes la han escuchado. Creo que es de JesĆŗs, AdriĆ”n Romero, que dice asĆ. Esperar en ti, difĆcil sĆ© que es. Mi mente dice no, no es posible. Pero mi corazón confiado estĆ”. TĆŗ siempre has sido fiel, me has sostenido. Y esperarĆ©, paciĆ©nteme con la actitud correcta. Aunque la duda me atormente, yo no confĆo con la mente, lo hago con.
Y esperaré en la tormenta. Aunque tardaré tu respuesta, yo confiaré en tu providencia. Tú siempre tienes el control. ”Aleluya! Baby y José estÔn preparando el CD a la venta por 10 euros. Termina el servicio. Solo 10 euritos el CD. Aleluya. Entonces la esperanza no da vergüenza, diga, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones. ¿Por quién? ¿Quién derramó el amor de Dios en tu corazón? ¿Quién derramó el amor de Dios en tu corazón? ¿Sabes qué es derramar el amor de Dios? Es como quebrar el frasco del perfume para que todo tu corazón se llene del amor de Dios.
Aleluya. Diga conmigo, soy un hijo amado. Dios es un padre amoroso. Bendito sea el SeƱor. Bendito sea el SeƱor. Bendito sea el SeƱor. Ha sido derramado en nuestros corazones por el EspĆritu Santo que nos fue dado. Hermanos, yo me acuerdo que yo fui a un retiro, un ayuno, para que nos iban a bautizar el EspĆritu Santo. Y tenĆamos que ir en ayunos, y uno empezaba a orar, y gloria a Dios, y a orar, y SeƱor, y habla en lengua, y diga gloria a Dios rĆ”pido, gloria a Dios, gloria a Dios, hasta que arrancaba, Āæno? Como un camión que usted lo empuja, me empuje y hasta que arranca, Āæno? Pero hermano, era porque yo no conocĆa que ya me habĆa sido dado.
Diga que el EspĆritu Santo nos fue dado. O sea, hermanos, ĀæsabĆ©is quĆ© pasa? Que a veces nos dicen que si no hablamos lengua, no tenemos el EspĆritu. Pero el EspĆritu nos ha sido dado. Diga, ya lo tengo. Levante su mano, diga, lo tengo, me fue dado. Este es el sello. Diga, el EspĆritu Santo en mĆ es la manera como Dios me selló para Ćl. Ā”Aleluya! Aprenda a honrar aquel que camina con usted. AmĆ©n. El EspĆritu Santo siempre estĆ” contigo.
Es tu maestro interno. Siempre te enseƱa. Siempre te guiarĆ” a toda verdad. Ćl es tu maestro interno. Siempre te enseƱa. Siempre te guiarĆ” a toda verdad. Ćl trae luz a nosotros. Ā”Aleluya! Avanzamos, por favor. Porque Cristo, cuando aĆŗn Ć©ramos dĆ©biles, diga conmigo, Ćl no esperó que yo fuera fuerte. DĆgalo, dĆgalo. Ćl no esperó que yo valiera la pena. Diga, cuando Ćl murió por mĆ, yo era esclavo, dĆ©bil. En eso mostró su amor para con nosotros. ĀæSabes por quĆ©? Porque si hay que morir por una persona brillante, tiene sentido.
Pero morir por un pecador, ĀæcuĆ”l es la virtud? Por eso su amor no se parece a nosotros. Nosotros amamos al que es recto, al que es correcto, al que tiene virtudes. Pero es difĆcil que nosotros amemos a un vagabundo. En esto mostró su amor para con nosotros. Ā”Aleluya! Avanzamos, por favor. Porque Cristo, ĀæAcaso ignorĆ”is hermanos, pues hablos con los que conocen? El 6, el 6. Porque Cristo aĆŗn Ć©ramos dĆ©biles a su tiempo y murió por los impidos.
Ok, el 7. Ciertamente, apenas morirĆa alguno por un justo, con todo pudiera ser que alguno se atreva a morir por el bueno. ĀæOk? Mas Dios, vamos a leer todos juntos, dos, tres. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aĆŗn pecadores, Cristo murió por nosotros. Otra vez. Otra vez. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aĆŗn pecadores, Cristo murió por nosotros. Ese aĆŗn es un eterno presente. No es que ya pasó.
Es que aĆŗn. Es que aĆŗn. Diga conmigo, es que aĆŗn. Ćl murió por nosotros. AĆŗn siendo pecadores. ĀæSabe por quĆ©? Porque Dios quiere que no confundas. Mira. Te voy a poner el ejemplo de Abraham. Abraham era un viejito de 75 aƱos. Y su mujer se llamaba Sara. TenĆa por ahĆ 60, vamos a ponerle. Y Dios le dijo, escĆŗchame, vete de tu familia, vete de esta nación. Yo voy a hacer de ti una nación. Yo voy a hacer de ti un pueblo.
Y le dice, Señor, gracias por la oportunidad, pero te informo, como si Dios no supiera, te informo que mi esposa es estéril. Y yo tengo 75 años ya. ¿Ok? Y el Señor dice, bueno, yo voy a hacer una nación de ti. Y él va y le cuenta eso a Sara, y Sara dice, bueno, llégate a Agar, que queda un cartucho, aún, llégate a Agar, tienes un hijo, y que cuando vaya a dar a luz, lo dé sobre mis piernas.
Y asĆ Dios nos da el hijo. Todo estĆ” calculado, frĆamente calculado. Y Abraham, bueno, todo por la patria, le obedece. Y cuando lo tiene, gloria a Dios. Y Dios se le aparece despuĆ©s y le dice, ĀæquĆ© pasó? Ya estaba, Ismael ya estaba grande. Y Dios le dijo, no, no, yo te voy a dar el hijo, todavĆa, del que yo te hablĆ©. Ā”AhĆ este! Eso nació de tus, de tus fórmulas, de tus especulaciones. Pero Isaac no nació hasta que Abraham tenĆa 100 aƱos.
De 25, de 75 hasta 100, ĀæcuĆ”ntos aƱos hay? Hermano, una cosa es que un joven de 20 espere 25 aƱos, hasta 45 todavĆa puede, Āæno? Pero 75, 85, 95, vamos que oĆmos mal. Y, Āæsabes quĆ©? Dios esperó a que Abraham llegara a 100 aƱos para que Ć©l no se confundiera. Dice la Biblia que cuando ya estaba casi muerto, ese muerto es al cuadrado, en todos los sentidos. Muerto, muerto es. Cuando estaba ahĆ, en ese punto dice, ahora va a salir embarazada Sara, porque tĆŗ no vas a confundir a sacar pecho de Isaac.
Cuando venga la viejita que se marea, no te vas a confundir. Porque Dios no quiere, diga, Dios no quiere que su obra se confunda con nuestro obrado. O sea, lo que estÔ diciendo es que Dios muestra su amor con nosotros, que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros, porque él dice aún, para que no nos confundamos. Porque Dios quiere vacunarnos de la confusión para que nunca confundamos el obrar de él con nuestra rectitud. Cuando Isaac nació, Dios le dijo, ok, ahora dame a tu único, a quien amas.
ĀæCuĆ”ntos hijos tenĆa? Dos. ĀæQuĆ© le dijo Dios? Dame tu Ćŗnico. ĀæSabes por quĆ©? Porque lo que no es nacido de Dios, Dios no lo reconoce como suyo. Levante su mano, diga, Dios solo reconoce como suyo lo que nace del EspĆritu en nosotros. Otra vez, diga, Dios solo reconoce como suyo lo que del EspĆritu nace en nosotros. A Dios solo le glorifica lo que nace del EspĆritu. Por eso es que dice, aĆŗn, siendo aĆŗn pecadores, Cristo murió por nosotros.
Avanzamos, por favor. Pues mucho mÔs, estando absueltos en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Aleluya. Diga, yo seré salvo de la ira por su sangre, por su obra, porque me compró, porque me justificó, porque me absolvió, por gracia. AplÔudale a él, amén. AplÔudale a él. Ahora Pablo sigue diciendo para que no se mezclen nuestras virtudes, dice, porque si siendo enemigos, primero dice, éramos pecadores, dice, porque si siendo enemigos fuimos reconciliados por Dios por la muerte de su hijo, mucho mÔs, diga mucho mÔs, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Siguiente texto, por favor. Y no solo esto, sino que tambiĆ©n nos gloriamos en Dios por el SeƱor, nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. ĀæSabe quĆ© es la reconciliación? Cuando una relación estĆ” rota y alguien vuelve a unir. Le voy a decir algo para que usted lo googlee. En Japón hay una cultura que una vez yo leĆ y me pareció espectacular. Hay jarrones japoneses que tienen muchĆsimos aƱos que se hicieron, se rompen, y entonces los vuelven, cogen todos los pedazos y los vuelven a unir.
Y en las grietas van haciendo un diseƱo, le ponen oro, le ponen cosas, le ponen para decirles que aquella reconciliación, que aquella vida nueva tiene mĆ”s peso que antes. O sea, la intención es que el jarrón, antes de romperse, no tenĆa oro. Pero ahora se llenan de oro esas grietas para que tenga un mayor valor. En el reino al que fuimos trasladados, nosotros creemos que los que no se equivocan tienen mĆ”s conciencia de rectos que nosotros.
Pero no es asĆ. Cuando una persona piensa que Ć©l no se equivoca o que Ć©l no ha cometido errores o que Ć©l no, Ć©l estĆ” confiando en sĆ mismo. Autojusticia, justicia propia, meritocracia. Y eso es un estorbo a la gracia y al favor de Dios. Cuando una persona sabe y tiene conciencia de que sus errores fueron reparados no con oro, sino con la sangre del cordero, esa persona eleva sus criterios y sabe que tiene un mayor valor porque fue comprado a precio de sangre.
ĀæQuĆ© estoy diciendo con esto? ĀæQuĆ© estoy diciendo con esto? Que en la parĆ”bola del hijo pródigo, aquel muchacho que pidió su herencia por adelantado cuando volvió, Āæse acuerdan que volvió a casa? El padre vio que venĆa y salió corriendo el papĆ” a buscarlo. Y el hijo dijo, este nunca ha corrido por mĆ. Y viene el vagabundo y corre por Ć©l. Por mĆ ni una gallina ha matado. Y ahora da la orden a que cojan un becerro gordo, grande y lo maten y hagan fiesta.
A mĆ no me ha dado nada. Y se quita el anillo, hermano. Y se lo pone. Le da el calzado, un vestido nuevo. Y dice, vamos a celebrar. Porque este, mi hijo, muerto era y ha revivido, ha resucitado. Cuando uno no tiene conciencia de hijo, uno para toda la fiesta. No, no, papĆ”, no es para tanto. Realmente yo, papĆ”, yo no quiero el anillo. Yo quiero porque uno no acepta la honra porque uno no se lo merece.
Dios dice, espĆ©rate, el anillo no es porque tĆŗ eres recto. El anillo no es porque tĆŗ eres recto. El anillo es porque mi amor cubre tu falta. El vestido no es porque tĆŗ eres perfecto. El vestido lo que quiere decir es que te he dado una nueva vida. La fiesta es para celebrar. Porque cuando un hijo se pierde, y yo quiero por favor dejarte esto en tu corazón. ĀæCuĆ”ntos hemos estado perdidos alguna vez? Hay algunos que no, pero la mayorĆa, Āæno? ĀæSabes algo? ĀæSabes algo? Cuando tĆŗ estuviste perdido, el padre es el que sufre la pĆ©rdida.
Porque el hijo que se va de casa, Ć©l estĆ” en su mundo. Pero cuando se pierde un hijo, el padre es el que sufre la pĆ©rdida. La oveja perdida, la moneda perdida. Si la moneda estĆ” perdida, ĀæquiĆ©n sufre? ĀæLa moneda o al que se le perdió la moneda? La moneda no llora por sĆ misma. Cuando nosotros estĆ”bamos perdidos, la pĆ©rdida la asumĆa el SeƱor. Por eso vemos al padre en la parĆ”bola celebrar. Porque Ć©l es mayor que nosotros.
Porque cuando nosotros estamos perdidos, Ć©l es el que sufre la pĆ©rdida. Dios nos salvó a nosotros porque Ć©l asumirĆa la pĆ©rdida si no nos salvaba. Porque el esclavo nunca va a extraƱar el palacio. Porque nadie extraƱa lo que nunca ha tenido. Nadie extraƱa lo que nunca ha tenido. El que es esclavo nació en medio de la esclavitud y Ć©l nunca va a extraƱar la libertad porque Ć©l no sabe. Mira cuĆ”l es el amor tan grande de Dios que te salva, te introduce a palacio, renueva tu mente, te da un corazón nuevo, te hace nacer de cimiento incorruptible para que conozcas el sentido y el valor de la libertad y entonces puedas ser un hijo con una nueva vida.
Aleluya. Pero si tu mente permaneciera nublada por el pecado, nunca tĆŗ extraƱarĆas la justicia. Nunca tĆŗ extraƱarĆas la casa del Padre. Nunca tĆŗ extraƱarĆas la casa del Padre. ĀæA cuĆ”ntos de nosotros a veces dejamos de formarnos en Cristo y el EspĆritu Santo nos inquieta? Albert, Miriam, Eli, MoisĆ©s, no deberĆas estar allĆ”. ĀæY sabes por quĆ© Ćl te habla asĆ? Porque Ćl espera que usted alcance una madurez donde Ćl pueda usarte, donde Ćl pueda confiarte recursos, una asignación, una misión, donde Ćl pueda usar y hablar a travĆ©s de ti.
Vamos a cruzar la lĆnea, hermanos, de ser creyentes nominales. Vamos a cruzar la lĆnea de ser creyentes que consumen una palabra para ser hijos entendidos, para ser hijos con madurez. Fuimos amados, fuimos comprados, fuimos equipados, fuimos trasladados a Palacio. Vamos a aprender esta gloriosa vida y vamos a vivir esta vida que Dios ha apartado para nosotros para que este glorioso Evangelio no sea una religión, sino que sea una realidad, una experiencia en nosotros. Ā”Aplausos! Ā”Aleluya! No sigamos nosotros pensando como el muchacho, yo aquĆ comiendo o me dan ganas de comer esta algarroba y en la casa de mi padre tantos jornaleros.
Esta era la motivación de Ćl, pero realmente el que estaba perdiendo era el Padre. Cuando el Padre pierde a un hijo, el corazón del Padre es el que asume el costo. Por eso el Padre celebró de esa forma, porque ya no iba a perder a un hijo. Un hijo inmaduro o un hijo lleno de temores, de condenación, es lo mismo que un hijo perdido, porque no es Ćŗtil, porque no puedo hacerle participar. Pero Dios quiere, hermanos, que usted sea entrenado, que usted goce de la vida, que usted sea entrenado, que usted goce de la fidelidad que el EspĆritu produce en ti, que usted goce y que usted cuide la obra que el EspĆritu estĆ” haciendo en usted.
Amados, cuando uno en verano va para la playa, hay gente que hace castillos de arena. ImagĆnate, la persona pasa todo el dĆa y en la noche a las dos de la maƱana viene alguien y lo tumba. Eso es lo que Dios quiere evitar, Luz, que alguien tumbe lo que Ćl estĆ” construyendo en ti. Ćlvaro, lo que Ćl estĆ” construyendo en ti. Que desarrollemos conciencia de que Dios estĆ”, por su EspĆritu, trabajando en nuestros corazones. ĀæCuĆ”ntos celebran eso? ĀæCuĆ”ntos celebran eso? Denle un aplauso al SeƱor y póngase de pie, por favor.
Póngase de pie, denle un aplauso al SeƱor por la obra que Ćl ha hecho en nosotros. Aleluya. Vamos a levantar nuestras manos al SeƱor y vamos a decirle, Padre, gracias, porque tu EspĆritu ha sido derramado en mi corazón como un instructor interior. Diga, Padre, gracias, porque Ćl me guĆa a toda verdad. He aprendido hoy que cuando yo estaba perdido, tĆŗ me compraste y me trasladaste al reino y me estĆ”s enseƱando a vivir en este reino glorioso, donde no hay condenación, donde nada me puede separar de ti.
Hoy he aprendido que en cada tribulación tiene la semilla de una nueva etapa. Gracias, SeƱor, porque estoy aprendiendo dĆa a dĆa a vivir en este glorioso reino. Te agradezco, Padre, porque soy una generación bendita, porque mis ojos han sido alumbrados con este glorioso Evangelio, porque he sido separado, apartado desde que estaba en el vientre de mi madre y mucho antes fui separado para esta gloriosa realidad. Te bendigo, Padre. Estoy agradecido. Digale, SeƱor, ayĆŗdame a ser constante, a no fluctuar, a no ser inconstante en mis caminos en el nombre de Cristo JesĆŗs.
Renuncio a ser un hombre o una mujer de doble Ć”nimo. Yo soy determinante. Estamos afirmados, fortalecidos, entrenados y perfeccionados por la obra que tu EspĆritu hace en nosotros. Gracias, SeƱor, por darnos a tu Hijo. Gracias por darnos tu EspĆritu. Bendecimos tu nombre. Dele un aplauso al SeƱor. AmĆ©n.