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Listen to Renovando el entendimiento - Pr by Centro de Gloria MP3 song. Renovando el entendimiento - Pr song from Centro de Gloria is available on Audio.com. The duration of song is 01:03:26. This high-quality MP3 track has 758.563 kbps bitrate and was uploaded on 22 Oct 2023. Stream and download Renovando el entendimiento - Pr by Centro de Gloria for free on Audio.com ā your ultimate destination for MP3 music.
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AmĆ©n. AmĆ©n. QuĆ© bueno, ya estamos transmitiendo, vamos a saludar a toda la familia de la fe en otras naciones que nos siguen a travĆ©s de las redes sociales, desde aquĆ les enviamos un aplauso, un saludo, puedan compartir esta transmisión para mĆ”s personas y en mĆ”s lugares. Seguimos la semana pasada, estuvimos compartiendo una temĆ”tica que le pusimos renovando el entendimiento. Y esta semana dijimos que continuĆ”bamos, ĀæOK? Para las personas que se suman, esta vez, ĀæVerdad? La palabra cuando se suma el entendimiento es ir creciendo en un entendimiento correcto, acuerdo al reino al que pertenecemos. EscĆŗcheme, iglesia, JesĆŗs dijo, JesĆŗs dijo, mi reino no es de este mundo. A JesĆŗs lo quisieron hacer rey, ĀæVerdad? Lo quisieron de alguna manera darle publicidad, el el mismo SatanĆ”s en el desierto lo tentó diciĆ©ndole mira todos los reinos de la tierra, te los doy si solo me adoras, si solo te postras, si me adoras. Pero evidentemente JesĆŗs dijo y para OK, sino para hacer la voluntad. La renovación del entendimiento que estĆ” ocurriendo en tu vida, te expone. La semana pasada dijimos que las Ć©lites del mundo, ĀæVerdad? Los gobiernos del mundo trabajan por conquistar la manera de pensar de las masas. Escuche esto, quien tiene, quien conquista tu manera de pensar te conquistó a ti. Porque tĆŗ eres lo que piensas. La Biblia dice como un hombre piensa en su corazón antiguo, la huella dactilar, el DNI, que a ti te identifica en el mundo, es tu manera de pensar. Por eso Dios quiere renovar, transformar tu manera de pensar para que darte un pensamiento conforme a su propósito ĀæCuĆ”nto quiere entiendo? Para eso nos sentamos en estos espacios a oĆr palabra de fe porque la palabra trabaja en nosotros. ĀæAmĆ©n? Hubo un un que se llama, se llamó Descartes y luego existo, pienso y luego porque realmente es el pensamiento el que define lo que nosotros somos. Anteriormente, hace setenta, ochenta aƱos, el mundo trabajaba por el material, por el materialismo, ĀæVerdad? El capitalismo y rompió con fuerza clases, lucha de clases y que gobierna ahora talla por tu forma de pensar, por conquistar tu corazón y te enseƱarĆ”n a travĆ©s de canciones, a travĆ©s de series, a travĆ©s de documentales, a travĆ©s de de como decĆan los jesuitas, como decĆa Mao Zedong en China ĀæPor quĆ©? ĀæVerdad? Yo le enseƱarĆ© cómo pensar y lo tendrĆ© para el resto de la vida. La Ćŗnica forma de nosotros ser libres para cooperar en este reino al que pertenecemos es por medio de la renovación del entendimiento y por medio de recibir luz para mejorar tu vida. Póngale cuidado a esto, ay pastor, pero yo pensaba que la iba a mejorar. Ćl no vino a reparar tu vida, Ć©l vino a dar que si alguno estĆ” en Cristo, nueva criatura es. Dios borró, terminó con una forma de vida cuando te trasladó. Digo, pastor, es que usted no me conoce. Si usted me conociera, entiende, pero Dios sĆ te conoce. Delante de Dios estamos desnudos. Ćl conoce tus pensamientos, tus ideas, Ć©l sabe los. DĆgale al que estĆ” a su lado, Dios ya sabe cómo termina tu vida. Por eso estĆ”s aquĆ, tĆŗ no sabes. TĆŗ te comes las uƱas porque no sabes. No sĆ© cómo va a pasar, pero Dios ya lo vio. Y si te tiene aquĆ es porque tiene propósito contigo. Es porque tu vida tiene un sentido y un valor en su reino. ĀæCuĆ”ntos dicen amĆ©n? Diga, no estoy aquĆ por lĆ”stima. Estoy aquĆ por propósito. Dios me trasladó a su reino. Yo no vine a ver cómo me iba. Una razón, un propósito de vida me trajo a este lugar. Aleluya. Por favor, quiero que veamos en primera, segunda de Reyes, capĆtulo cinco, en el versĆculo uno. Quiero que, quiero que puedas ver en tu, que puedas abrir tu corazón porque cuando comenzamos a ver, usted sabe que nosotros somos expertos en ver los errores de los demĆ”s. Pero cómo nos puede reconocer los nuestros. A ver, es gente que no entendĆan frente a lo que estaban. No entendĆan, hermano, y si tĆŗ no entiendes la oportunidad que tienes delante, si tĆŗ no entiendes el sentido de tu vida, tĆŗ siempre vas a tener un vacĆo y vas a tener una insatisfacción. Amados, ustedes saben quĆ© es, quĆ© es la depresión. La depresión es como cuando somos espichados por dentro, Āæverdad? Que no, no sentimos nada, no sentimos una razón de vida, no sabemos quĆ© hacer y se empieza a vaciar de razones de vida. Y sabe quĆ© es la motivación, aunque nosotros no somos motivadores, pero sabe quĆ© es la motivación, tener abundantes motivos para vivir. Tener abundantes razones para levantarme el lunes. Tener razones por quĆ© luchar. Antes de leer, yo quiero decirle a usted, habĆa, hay un hombre que es un psicoanalista que se llama VĆctor Franz. ĀæAlguien lo conoce? ĀæAlguien ha leĆdo VĆctor Franz? ĀæNo? VĆctor Franz fue un judĆo que que Ć©l soportó cadenas de de los nazis. Soportó muchos aƱos presos, estuvo en tortura, estuvo en cĆ”maras de gases, hizo por todo, vivió. TenĆa un hijo, tenĆa un hijo que era autista y Ć©l decĆa yo no me puedo permitir morir. TenĆa una niƱa pequeƱita que estaba cuidando y tenĆa un hijo. Y le metieron corriente en los testĆculos, electricidad, lo metieron en cĆ”maras de gases, lo metieron en... Y Ć©l dice que el hombre, la humanidad, el ser humano, la fortaleza de su vida es tener un objetivo, una razón por quĆ© vivir. Dice que cuando uno no tiene una razón por quĆ© vivir, al final quiere quedarse dormido. Yo sĆ© que usted nunca lo ha pensado porque se le ve en la cara de fe. Pero hay gente que dice Dios mĆo, me quisiera dormir y levantarme con Pablo, con Pedro allĆ” en el cielo. Huir de esto. Y eso es porque nos desenfocamos, nos perdemos en el camino. La renovación del entendimiento es la obra que el EspĆritu hace en nosotros para que nosotros comprendamos la magnitud del peso que sobre nuestros hombros recae como iglesia. Hermano, pero no un peso opresivo, no un peso fatigoso, sino el peso del llamado, el peso de la herencia, el peso de la gracia, el peso de todo lo que Dios nos ha dado participación. Entonces, VĆctor Franz decĆa que cuando una persona no tiene razones para vivir, le da lo mismo, no tiene y se muere de cualquier cosa. Pero cuando una persona ora y le dice SeƱor, esta adversidad que estoy pasando, Padre de Gloria, yo sĆ© el respaldo que TĆŗ me has dado, yo sĆ© dónde TĆŗ me has parado, yo sĆ©, y no estoy orando por mis fuerzas, no estoy orando porque los Gonzales somos bravos, estoy orando porque se me reveló el propósito para el que TĆŗ me trajiste a la existencia, estoy orando porque se me reveló el reino, estoy orando, amados, la vida, diga conmigo, la vida, pero no lo diga con educación, grĆtelo, la vida consiste en superar obstĆ”culos. Si tĆŗ eso no, mientras mĆ”s tarde lo entiendas vas a pensar, es que esto que a mĆ me pasa, a nadie en la humanidad le pasa, al coyote y a mĆ, es que estas cosas que a mĆ me pasan y el enemigo nos va engaƱando, te va diciendo, sĆ, solo a ti, solo a ti, otra vez a ti, te das cuenta, te cayó, te ganaste el bingo otra vez, y entonces los 70 o los 90 que estamos en esta sala, si caemos en el engaƱo y decimos, solo a mĆ, los 90, solo a mĆ, es verdad, solo a mĆ, pero hĆ”blale el que estĆ” a tu lado para que vea, escuche iglesia, diga conmigo todos, que es todos, que es todos, todos, todos los que estamos en este auditorio, absolutamente todos, estamos luchando en algĆŗn Ć”rea de nuestra vida, todos tenemos luchas, pero no todos son conscientes del favor que los respalda, porque cuando el enemigo engaƱa nuestra mente, nos dice, estĆ”s solo, solo, solo, solo, un eco, solo, pero el SeƱor dice, es aquĆ yo estoy contigo, yo soy tu papĆ”, cuando naciste yo te guardĆ©, de aquella infección yo te guardĆ©, de aquel accidente fui yo que te guardĆ©, porque te amo, porque te he dado utilidad en mi propósito, porque tĆŗ tienes un sentido, un valor, entonces todos, todos, todos estamos, todos hermanos, pues yo quiero hoy estimularte a que puedas abrir tu corazón y que no sólo me oigas con las orejas, que me oigas con tu corazón tambiĆ©n, cuĆ”ntos dicen amĆ©n, amĆ©n, vamos allĆ”, vamos, antes de comenzar, porque sólo es el inicio, vamos a orar, vamos a orar, levante su mano por favor, levante su mano y diga padre, tengo la necesidad de que me hables, tengo la necesidad de que tu palabra renueve mi entendimiento, ayĆŗdame SeƱor, a ver cómo tĆŗ ves, a entender desde tu propósito, todo lo que tengo por delante y con mi corazón abierto recibo tu palabra, en el nombre de Jesucristo y la Iglesia de Dios dice, amĆ©n, gloria a Dios, aplauda al SeƱor, asĆ debo agua yo. Ok, otra cosa, otra cosa, la palabra que voy a predicar no es para los evangĆ©licos, es para todos los que estamos aquĆ y para todos los que nos oyen, amados, Dios no es evangĆ©lico, Dios es un papĆ”, Dios es un padre, Dios es un rey, Ćl reina, lo que pasa es que no todo el mundo reconoce su paternidad, amĆ©n, pero todos los que reconocen la paternidad de Dios, amĆ©n, esta palabra es para ustedes y los que no, el EspĆritu Santo les darĆ” convicción tambiĆ©n, amĆ©n, ok, les pongo en contexto, NaamĆ”n, el personaje que vamos a hablar, era un, era como decir, el primer ministro o el ministro de defensa, era un militar, un general de gran valor, ok, en un reino, y este hombre era valiente, entendido, sabio, influyente, pero era leproso, usted sabe que la lepra no tenĆa, no tenĆa cura, verdad, sin embargo, esta condición mĆ©dica de este hombre, verdad, era azotado por una enfermedad, y Dios por medio de una muchacha le trae una solución, pero vamos a ver cómo somos nosotros y cómo es la mente humana frente al, al, al proceder de Dios, la semana pasada les dije, cómo le dirĆa a usted, verdad, cómo le explicarĆa a usted a un ciego de nacimiento del color de mi chaleco, cómo le explicas tĆŗ a un ciego de nacimiento, alguien que no ha visto ningĆŗn color nunca, alguien que en su mente no tiene la carta de colores, cómo le explicas tĆŗ el color de mi chaleco, si Ć©l nunca ha visto ningĆŗn color, si Ć©l no tiene registrado ningĆŗn color, cómo lo puedes comparar, es imposible, asĆ es de imposible que la mente natural, que la mente racional del hombre entienda el evangelio, por quĆ©, porque Dios escondió de la sabidurĆa humana las riquezas del evangelio, dice que, Pablo dice que a Dios le plació que el hombre no conozca, no conozca el evangelio por mente, por medio de la sabidurĆa humana, sino que sea por la locura del evangelio, que el hombre conozca su propósito, su reino, por la locura del evangelio, intencionalmente el espĆritu llama locura al evangelio porque para la mente humana todo lo que Dios dice no tiene sentido, porque es una mente evidentemente castrada, inhabilitada para entender o para digerir eternidad, como el estómago de un niƱo de tres meses no tiene la capacidad de digerir un trozo de carne, asĆ la mente humana no tiene la capacidad de digerir sabidurĆa espiritual, inteligencia espiritual, por eso Dios, diga por eso Dios me ha dado su espĆritu para que me ayude a entender las verdades de Dios, amĆ©n, vamos allĆ”, vamos a leer, dice NaamĆ”n, general del ejĆ©rcito del rey de Siria, era varón grande delante de su seƱor y lo tenĆa en alta estima porque por medio de Ć©l habĆa dado JehovĆ” salvación a Siria, era este hombre valeroso en extremo pero leproso y de Siria habĆan salido bandas armadas y habĆan llevado cautivas de la tierra de Israel a una muchacha la cual servĆa la mujer de NaamĆ”n, esta dijo a su seƱora, si rogase mi seƱora al profeta que estĆ” en Samaria, Ć©l lo sanarĆa de su lepra, entrando NaamĆ”n a su seƱor, Ć©l le relató diciendo, asĆ y asĆ ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel, y le dijo el rey de Siria, anda ve y yo enviarĆ© cartas al rey de Israel, salió pues Ć©l llevando diez talentos de plata y seis mil piezas de oro y diez mil, perdón, y diez mudas de vestidos, tomó tambiĆ©n cartas todo esto era un presente para llevĆ”rsela al hombre que podĆa administrarle o darle sanidad, Āæno? Ok, tomó tambiĆ©n cartas para el rey de Israel que decĆan, cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envĆo a mi siervo, a ti, mi siervo NaamĆ”n para que lo sanes de su lepra, luego que el rey de Israel leyó las cartas rasgó sus vestidos y dijo, Āæsoy yo Dios que mata y debida para que envĆe a mĆ que sane un hombre de lepra? Considerada ahora y ved cómo busca ocasión contra mĆ, cuando el liceo escuchó que el rey de Israel habĆa rasgado sus vestidos, envió a decir al rey, Āæpor quĆ© has rasgado tus vestidos? Venga ahora a mĆ y sabrĆ” que hay profeta en Israel. Y vino NaamĆ”n con su carro y se paró a las puertas de la casa del liceo. La palabra de Dios estĆ” bendecida. Pónganle cuidado, el rey de Siria cuando escuchó, Āæverdad?, que habĆa la posibilidad de que el ministro de defensa de su ejĆ©rcito podĆa ser libre de aquella enfermedad, porque todos sabemos que tĆŗ puedes tener muchas cosas, si no tienes, al final todo estĆ” afectado, todo se ve afectado, Āæok? Y este hombre era un leproso y lo primero que hizo fue, recojan plata, oro, vestidos reales y llĆ©venselos. Ya ahĆ empieza, y tĆŗ me das a mĆ la sanidad. Nosotros nos movemos, nosotros no podemos entender la obra de la cruz que es un regalo. ĀæOk? La razón, lo lógico es, mira, si ahĆ hay un hombre y tĆŗ llegas con las manos peladas, no te van a entender. Ahora si tĆŗ llevas seis mil platas de oro, seis mil piezas de oro, tantos ciclos de plata, tantos vestidos reales y las cartas mĆas, hombre, te van a recibir de una vez. Y tu problema va a ser. Ese es el Ć”mbito donde nosotros nos movemos. Cuando vamos a una entrevista de trabajo, cuando vamos a un lugar, siempre es mejor, oye que me manda, Lisbella me mandó, tu amiga, la que se graduó contigo, sĆ, sĆ, esa misma. Siempre queremos ir apadrinados por algo. Pero la que no estĆ” mal, y yo no estoy predicando en contra de eso, pero tĆŗ tienes que ser consciente del favor de Dios en tu vida. Diga, Āædebo transicionar del apadrinamiento al favor de Dios? Amados, cuando nosotros comenzamos a ser conscientes del favor de Dios en nuestras vidas, las credenciales, el respaldo, las palancas como le digan, o chapeao, no sĆ© cómo se llame en algĆŗn lugar, Āæverdad? Eso es secundario. ImagĆnate que a ti te envĆa el hermano del dueƱo de la empresa. Dice otra parte, voy con el hermano del dueƱo. ĀæPara quĆ© voy a orar? ĀæPara quĆ© le voy a decir, seƱor, Ć”breme puerta? AsĆ que me estĆ” mandando. Es mĆ”s, dijo que, ves, ese es el Ć”mbito donde nosotros nos movemos. Y ese Ć”mbito es un sustituto del favor que Dios te ha dado a ti. ĀæQuĆ©? ĀæCuĆ”l fue la sorpresa de este hombre? No me quites el tema, por favor, desde el diez en adelante. Entonces Eliseo, perdón, el nueve, y vino NamĆ”n con sus caballos y con sus carros y se paró a las puertas de la casa de Eliseo, Āæverdad? Avanzamos. Entonces Eliseo le envió un mensajero diciendo, ve y lĆ”vate siete veces en el JordĆ”n y tu carne se restaurarĆ” y serĆ”s limpio. Paramos ahĆ, mire, Eliseo ni lo salió a recibir. No salió a recibir al hombre. Y lo primero fue que le mandó a alguien, ve a lavarte, te sumerges siete veces en el JordĆ”n y vas a ser limpio. Avanzamos. Y NamĆ”n se fue enojado diciendo, he aquĆ, yo decĆa para mĆ, es que esa es mi forma de pensar, yo estaba pensando, Āæverdad? Y que estando en pie invocarĆa el nombre de JehovĆ”, su Dios, y alzarĆa su mano y tocarĆa el lugar y sanarĆa la lepra. O sea, Ć©l se hizo una pelĆcula, Ć©l se hizo un pensamiento y como no salió como Ć©l pensaba, se enojó, se defraudó, se ofendió. Quiero explicarte cómo opera la ofensa en tu mente. Cuando tu mente se ofende, tu corazón se cierra a cualquier otra voz. Hermano, este hombre, que era un hombre principal del reino de Siria, no estaba acostumbrado a que lo mandaran, le dieran órdenes. Y ahora usted va a ver las razones que comienzan a perjudicarlo interiormente. Porque la lepra, Ć©l tenĆa lepra por fuera, pero tenĆa tambiĆ©n un entendimiento incorrecto por dentro. Y Āæsabes quĆ©? Lo exterior, hermano, siempre va a estar sometido a lo interior. Aunque ninguno diga amĆ©n. TĆŗ ves lo que tienes por delante, tĆŗ ves las adversidades o ves las situaciones de acuerdo a lo que tienes dentro. Si tĆŗ tienes confianza en el SeƱor, si tĆŗ tienes una paternidad definida, si tĆŗ tienes una identidad afirmada en Cristo, hermano, lo que tĆŗ tienes por delante lo vas a ver completamente distinto. ĀæSabes que la gente sufre? Estamos cansados de decirlo. La gente sufre mĆ”s por lo que se imagina que por lo que pasa. Póngales cuidado a esto. Noventa ID te preocupan y que te quitan el sueƱo y que a veces genera ansiedad y que comemos sin hambre. 95% de esas cosas que tĆŗ le tienes temor nunca llegan a pasar. Pero el efecto del temor es brutal contra nosotros. Por eso es urgente que nosotros renovemos el entendimiento, nos alineemos con la palabra de Dios porque si no, no vamos a poder disfrutar la vida que Dios nos ha dado, no vamos a poder participar en su reino como hijos. Amados, la renovación del entendimiento no es un lujo, es una urgencia. MamĆ”n se fue enojado. Avanzamos, por favor. Dice Abaguas de Israel, si me lavarĆ© en ellos no serĆ© tan bien limpio y se volvió y se fue enojado. ĀæCómo voy a venir yo para acĆ” cargado de oro, de plata, de vestido a que me digan que me metan en ese charco? Yo, un general. ĀæCómo? Y me manda a decir, ni siquiera viene Ć©l. Te das cuenta que un pensamiento incorrecto, diga conmigo, un pensamiento incorrecto genera una vida incorrecta. Hermano, hay gente que matan a otros por un pensamiento incorrecto. Se aloja un pensamiento incorrecto. En CaĆn se alojó un pensamiento incorrecto y lo llevó a matar a su hermano. Los hermanos de JosĆ© lo vendieron porque habĆa un pensamiento de envidia sobre Ć©l. Y decĆa Ercis Proulx, un tremendo maestro que ya no estĆ” entre nosotros, ya volvió a casa, terminó su misión aquĆ en la tierra, pero Ć©l decĆa que la envidia, la envidia es peor que el que roba, porque el que roba se sirve para Ć©l veciarse de los bienes de otros, pero la envidia es cuando una persona pasa con un lapicero o con una llave y raya los coches porque no los puede tener, porque ve un Ferrari, ve un tremendo coche y la impotencia de no tenerlo, de no poder comprarse, la envidia es lo mĆ”s corrosivo que hay, la envidia es un reconocimiento de inferioridad delante de otra persona. Una persona que envidia, ustedes no son envidiosos, pero una persona que envidia es, reconozco que no tengo el cuerpo que ella tiene, gorda, fea, reconozco que no tengo su familia, y la envidia es peor hermanos, si hubieran cĆ”rceles para la envidia, el mundo estarĆa mĆ”s limpio. Y JosĆ©, y eso es un pensamiento incorrecto, si tĆŗ envidias lo que la gente tiene por fuera, ignorando lo que tĆŗ tienes por dentro, es porque te ha ganado la mente, te ha goleado. Amados, cuando este hombre empieza a comparar los rĆos de su paĆs, donde Ć©l estaba, se llama Havana y Farfar, dice rĆos cristalinos, y verdaderamente, el JordĆ”n es un riachuelo muy pequeƱo, donde mucha gente hacĆa uso, y era un rĆo que depende de las Ć©pocas, a veces hasta se secaba, quedaba un hilito, nada, y sucio. No tenĆa una fama de ser wow, pero en el mundo entero se conoce, y Dios le dijo, porque muchas veces, póngale cuidado, iglesia, a veces Dios dirĆ” que tu mente se ofenda para revelar lo que hay en tu corazón. Todas las personas, decĆa este pastor, decĆa, todas las personas tenemos minas terrestres por dentro, y a veces uno va caminando y explotan, porque pisaron donde no era. Cuando tĆŗ renuevas tu entendimiento, tĆŗ tienes un hijo de Dios, de una persona, de una nueva criatura, de un nuevo hombre, de una nueva mujer, tienes conciencia del favor que recae sobre tu vida. Hermano, tĆŗ estĆ”s en este lugar, porque Dios estĆ” interesado en que renueves tu forma de pensar, para que cambie tu manera de vivir. En internet alguien dijo amĆ©n? DĆgale al que estĆ” a su lado, cuando cambias tu forma de pensar, cambia tu manera de vivir. Dele un aplauso al SeƱor, amĆ©n? Porque Dios puede usarte a ti, Dios puede usarte a ti para grandes cosas, cuando tu forma de pensar se alinea a su propósito. Pastor, pero quiĆ©n soy yo para que me use, hermano, si me usa a mĆ, te usa a ti, seguramente, porque Dios no ve ninguna diferencia, el problema estĆ” en cómo nos vemos a nosotros mismos. Si no tenemos conciencia de un nuevo hombre, si el pasado, si lo que hicimos el 24 de enero del 87, nos sigue acusando, nos dejamos a transicionar. Entonces, ya anterior, Havana y FarfĆ”, rĆos de Damasco, no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavaba en ellos, no serĆ© tan bien limpio? Y se volvió y se fue enojado. AquĆ se trata, hermano, aquĆ se trata de que sigas una instrucción y a Ć©l le ofende que le den una instrucción y ni siquiera directamente, sino que se la mandó a decir. Peor todavĆa, y luego que se meta en un charco. La mente de este hombre no entiende que en el reino de Dios, la obediencia es parte, vital, fundamental, que te conecta con la bendición, la obediencia. Estoy diciendo, tĆŗ no eres bendecido porque obedeces a Dios, tĆŗ eres bendecido cuando te alineas a la realidad de Dios. Evidentemente, vas a obedecer por causa de obediencia, no es un sacrificio en tu vida, sino un placer. Es un placer caminar bajo la paternidad de Dios, es un deleite y Dios nos darĆ” instrucciones. ĀæAmĆ©n, iglesia? ĀæAvanzamos? MĆ”s sus criados... Diga, ĀæquiĆ©n se le acercaron? Y le hablaron diciendo, Padre mĆo, si el profeta te mandara a caminar por una pared, a escalar un Ć”rbol, una palmera, algo difĆcil, alguna gran cosa, no lo harĆas, evidentemente no te va a poner a caminar, camina por el techo, no vas a poder. Entonces te estĆ”n diciendo, pero ĀæcuĆ”ntos mĆ”s diciĆ©ndote, lĆ”vate y serĆ”s limpio? ĀæQuiĆ©n se lo dijo esto? Los criados, la humildad, ve las soluciones donde la soberbia se atraganta. La humildad ve la puerta y ve la solución cuando el orgullo se atee, porque decirle a un criado, haz esto, lo va y lo hace. Pero a un general, que tĆŗ le mandes, eso era lo que le ofendĆa. Era igual que le hacĆan con el favor. Ćl tenĆa en mente la pelĆcula, cuando yo llegue, saldrĆ” el varón, invocarĆ” a Dios y vendrĆ” fuego y lo limpiarĆ”. Ā”Wow! Y yo le doy el oro y la plata y le digo, escucha, bajen todos, todos. A Ć©l se veĆa como pagando su favor. La semana pasada les dije que lo que Dios nos da, diga, todo lo que Dios me da, es por su gracia, es su amor, es un regalo. Cuando tĆŗ intentas pagar el favor, hermano, nunca relaciones tus ofrendas o tu hago hacienda, no voy a tributar en el reino de Dios. Busca miles de razones para tributar en el reino de Dios, pero nunca para pagar un favor. Nunca relaciones el favor de Dios con el dinero. TĆŗ participas, de alguna manera respaldas que el reino de Dios avance, pero no relaciones tu identidad o el favor de Dios. Es como decir, si Dios le doy diez mil, imagĆnate, va a mandar dos arcĆ”ngeles a que me guarden. En cambio, si le doy diez, como mucho que el pastor ore. Entonces relacionamos, porque esa es la razón humana. Y este hombre cargado con tanta riqueza, era la razón por la que Ć©l se ofendĆa. Y los siervos le decĆan, oye, te estĆ”n diciendo, lĆ”vate y serĆ”s limpio. Diga conmigo, cuando pienso en humildad, veo soluciones. El EspĆritu Santo resiste al soberbio y da gracia y favor al humilde. Francisco, ven un momento, por favor. Camina de allĆ” para acĆ”. Mire lo que es, mire lo que el EspĆritu Santo con el soberbio, se le para en frente. Intenta caminar para acĆ”, y yo lo sigo resistiendo. Hermano, imagĆnate, Āædónde vas tĆŗ si Dios te resiste? Si Ćl se te para en frente, Ćl dice, yo abro puertas y nadie las puede cerrar. Yo cierro puertas y nadie las puede abrir. Cuando uno dice, ya vas a ver cómo, aunque me quede como me quede, se va a enterar. O sea, no importan las consecuencias. Y entonces el EspĆritu Santo avanza, yo lo resisto, yo lo resisto. Y Ćl intenta, y te puedes esforzar, y Ćl te resiste. Hay personas que si tienen un problema con Ćl, y esa persona dice, Āæquieres un cafĆ©? No, no. Y se le hace la boca agua con el cafĆ©, pero yo no le acepto un cafĆ© a este. En la vida, nunca. ĀæTienes hambre? Cuando uno actĆŗa asĆ, Dios te resiste, que se te para en el camino. Y entonces cuando Ćl te resiste, uno ora al Dios que te resiste. SeƱor, Ć”breme puertas. No, no, no. DĆ©jame avanzar, quĆtate del medio. Gracias, Fran. ĀæPor quĆ© hago las ilustraciones? Porque a veces nosotros vemos, y entendemos que es Dios, y reprendemos al diablo, y es Dios. ĀæAvanzamos en el texto, por favor? Entonces, descendió el hombre, entró en razón. Diga conmigo, en la multitud de consejos. Ā”Ay, sabidurĆa! Una pregunta, Āæa quiĆ©n le pides consejos cuando no sabes quĆ© hacer? ĀæDeshoja la margarita? ĀæQuĆ© hago? ĀæPiedra, papel o tijera? ĀæBajo quĆ© criterios te mueves? Hermanos, el consejo es la forma donde Dios guarda sabidurĆa para ti. Ahora, tĆŗ no le puedes pedir consejos, un principio de sabidurĆa. Nunca le pidas consejos a alguien que ha fracasado en lo que tĆŗ estĆ”s intentando. PĆdele sabidurĆa a alguien que tenga armonĆa, que tenga coherencia, su vida, su discurso, su manera de ser. Los siervos le dieron consejo a este hombre, y entonces descendió, me imagino de su caballo, de su carreta, y se zambulló siete veces en el JordĆ”n, conforme a la palabra del varón de Dios. Diga conmigo, conforme a la palabra, conforme a la palabra del varón de Dios. Y su carne se volvió como la carne de un niƱo, y quedó, y quedó, diga conmigo, en la obediencia hay riqueza, hay favor. Amados, yo no te estoy diciendo, si tĆŗ lo obedeces Dios te va a dar esto, no, Dios te ha dado todo. Pero cuando tĆŗ caminas en lo que Ćl te estĆ” diciendo, se empieza a manifestar a tu favor todo lo que Dios te ha concebido. Hermanos, Āæsabes quĆ©? AquĆ hay una palabra, aquĆ hay algo que tiene el detonante, lo que siempre buscamos, y es conforme a la palabra. Cuando en la pesca milagrosa JesĆŗs le dijo a Pedro, boga mar adentro, pon a tu derecha, echa las redes, y dice que atrapó gran cantidad de peces. Hermano, ĀæcuĆ”nto nos cuesta a nosotros recibir instrucciones? Diga, levante su mano, diga SeƱor, ayĆŗdame a recuperar el deleite de obedecerte. Que no sea un esfuerzo, que no sea un sacrificio, sino que sea placentero el obedecer a tu palabra, el caminar en tu verdad. Hermano, porque esto es lo que nos conecta. Cuando este hombre no se encerró en su mente, rectificó, entonces nosotros vimos cómo la sanidad vino a su vida. Avanzamos, avanzamos en el texto, dice, y volvió el varón de Dios, y Ć©l y toda su compaƱĆa se puso delante de Ć©l, y dijo, aquĆ, he aquĆ, ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algĆŗn presente de tu siervo. Mas Ć©l dijo, vive JehovĆ” en cuya presencia estoy, que no lo aceptarĆ©, y le instaba que aceptara alguna cosa, pero Ć©l no quiso. Póngale cuidado, hermano, esto es un, esto es una evidencia de la gracia de Dios. Cuando Eliseo dice, vive el SeƱor, que no aceptarĆ”, es, yo no quiero que tus relaciones, el oro, la plata, los vestidos, con tu sanidad, porque cuando tĆŗ pagas por algo, tĆŗ dices, bueno, aquĆ estĆ”, Āæno? Pues hay gente que a los camareros no le da gracia, dice, Ć©l estĆ” aquĆ trabajando. Pero Eliseo, Dios, el EspĆritu, no querĆa que relacionarse, querĆa que entendiera la gracia, porque se le habĆa dado el favor. La gracia es favor inmerecido, ese era el mensaje, en la renovación del entendimiento tĆŗ tienes que entender que hay un favor inmerecido para ti. Cuando uno, nosotros normalmente entendimos el evangelio asĆ, póngale cuidado a esto, dice uno, ĀætĆŗ te quieres ir para el cielo? SĆ, ven a la iglesia, lee la Biblia, ora, haz estas cosas, canta, deja el orgullo, perdona, y tĆŗ te vas para el cielo. ĀæNo te quieres ir para el cielo? Bueno, haz lo que quieras, al final, ĀæquĆ© es lo que determina tu manera de vivir? Tu querer. ĀæPara dónde me quiero ir? De acuerdo a lo que yo quiera, pero en ese modo de entender el evangelio, ahĆ no participa el propósito de Dios. AhĆ lo que determina nuestro proceder es nuestro querer. ĀæQuĆ© quieres? ĀæPara dónde te quieres ir? De acuerdo a lo que tĆŗ quieras, actĆŗa. Pero Dios, cuando nos envĆa su gracia, es, amados, es para que nosotros podamos tener participación en su reino. Diga, Dios me ha trasladado a su reino. Dios me ha dado una identidad de hijo. Renovar el entendimiento forma parte de entender la gracia. Ahora usted va a ver la desgracia, porque ahora estamos viendo la gracia, pero ahora usted va a ver la desgracia. Entonces NamĆ”n dijo, te ruego, pues, que de esta tierra no se darĆ”, perdón, ajĆ”, te ruego, pues, de esta tierra no se darĆ” a tu siervo la carga de un par de mulas, porque de aquĆ en adelante tu siervo no sacrificarĆ” a holocausto ni ofrecerĆ” sacrificio a otros dioses, sino al que me sanó, a JehovĆ”. En esto, perdone JehovĆ” a tu siervo, que cuando mi seƱor rey entrar en el templo de Rimón para adorar en Ć©l y se apoyare sobre mi brazo, si yo tambiĆ©n me inclinare en el templo de Rimón, cuando haga tal, JehovĆ” perdone en esto a tu siervo. Le estĆ” diciendo, escĆŗchame, a mi jefe le gusta que yo lo acompaƱe al templo donde Ć©l va. Yo sĆ© que el Ćŗnico dios es JehovĆ”, por favor, ora, para que el seƱor entienda que yo lo voy a acompaƱar a Ć©l, no voy yo a apostrarme, mi jefe se coge del brazo. Hay personas aquĆ, seguramente, que alguna viejita se las lleva a misa, le llevamos y le dice, ay padre, seƱor, tĆŗ sabes que Dios conoce nuestro corazón, hermano, o que se lo lleven a otro lugar y usted va con un corazón servicial. Les voy a abreviar esta historia. Eliseo tenĆa un ayudante que se llamaba Gesi, y Ć©l cuando vio y dijo, wow, estĆ” rechazando oro, plata, vestidos. Y dice que Ć©l se fue, cuando NamĆ”n se fue con toda esa carga y sanito, con la piel como un bebĆ©, aquel se le persiguió. Y cuando estaba por allĆ”, mĆ”s o menos lejos, le dijo, oye, que dice mi seƱor que si hay algo por ahĆ, que llegó unas personas y le quiere... Y le dio unos vestidos, algo le dio. El hombre sabĆa que eso no habĆa nacido del varón de Dios, pero es ahĆ donde entra la codicia, por las cosas. Cuando Ć©l volvió, cuando volvió, le dice, Āædónde estabas? Gesi, Āædónde estabas? No, no, no, nada. Estaba por ahĆ, no he ido a ningĆŗn lado. Y le dijo, escucha, Āæno estaba mi corazón contigo cuando fuiste a pedir en mi nombre? ĀæPor quĆ© hiciste eso? Ahora, la lepra, que se le sanó a Ć©l, viene contigo. Y vas a ser leproso desde ahora, para siempre tĆŗ y tus hijos. Renovar el entendimiento. Diga conmigo, cuando Dios le da a otras personas, no me ha quitado a mĆ. Hay personas que no celebran el avance de otro, porque dice que Dios estĆ” usando al pastor Albert. Ćl piensa que le ha quitado unción, gracia o favor a Ć©l. Prende a celebrar las cosas buenas que le pasan a la gente que tĆŗ amas. Escuche esto, un consejo que le doy. La gente que se mantiene en silencio cuando a ti te ocurren cosas buenas, realmente no te ama como tĆŗ crees que te aman. La gente que te ama celebra lo bueno que a ti te pasa. Como tĆŗ, diga como yo, cebro las cosas. Cuando yo veo que mi hermano se compra algo que no digo nada, eso es envidia, se llama. ĀæCómo se llama? A usted nunca le ha dado, pero a mĆ sĆ. ĀæPor quĆ© surge la envidia? Por la falta de renovar nuestro entendimiento. Hermano, si tĆŗ supieras todo lo que estĆ” a tu nombre en el reino, tĆŗ no envidiarĆas a nadie. Si tĆŗ supieras el favor y el amor que Dios tiene por ti, tĆŗ no envidiarĆas a nadie. Si tĆŗ supieras la gracia y el valor que tienes a los ojos de Dios, cómo Dios habla de ti, cómo Dios se goza cuando te ve tomando decisiones sabias. Hermano, tĆŗ nunca te compararĆas con nadie. Diga sobre mi vida. Hay favor abundante. Hoy queremos hablar de la renovación del entendimiento en cuanto a asuntos gloriosos, pero si no entendemos esto bĆ”sico... Voy a avanzar. Hermano Antonio, por favor, ayĆŗdame con Lucas capĆtulo 9 versĆculo 52. Lucas capĆtulo 9 versĆculo 52. JesĆŗs tuvo que revelarse en la vida de los apóstoles para que ellos pudieran transicionar a esta realidad del reino. Los apóstoles tenĆan envidia, recelos. Póngale cuidado a esto. Dice y envió y envió mensajeros delante de Ć©l los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos, mas no les recibieron porque su aspecto era como de ir a JerusalĆ©n. Viendo eso, sus discĆpulos, dice que Ć©l envió a sus discĆpulos a Jacobo y a Juan y no les recibieron en un lugar. Viendo esto, sus discĆpulos Jacobo y Juan dijeron, SeƱor, Āæquieres que mandemos que descienda? Ćl los reprendió diciendo, Āævos sois? O sea, no me recibieron, me dijeron, no eres bienvenido. SeƱor, Āæquieres que ore para que caiga fuego y los queme como un sapo y queden ahĆ fritos? El SeƱor le dijo, Āæpero de quĆ© espĆritu sois? Hermano, cuando la iglesia no entiende la naturaleza del reino al que pertenece operan estas rivalidades. Somos enviados, y ese era Juan, el discĆpulo que se le habĆa revelado el amor de Dios. Los discĆpulos, antes de la transformación que experimentaron por la revelación, eran arbitrarios, eran revanchistas, eran, en vez de ser competente, competĆan entre ellos. Un dĆa le dijeron, SeƱor, te queremos pedir una petición. Y JesĆŗs le dijo, sĆ, dime, ĀæquĆ© quieres que haga por ti? Que en tu reino yo me siente a la derecha y el otro dice, yo a la izquierda. O sea, dĆ©janos que salgamos en la foto donde tĆŗ estĆ”s, que Ć©l estĆ© a la derecha y yo a la izquierda. Hermano, la gente que no entiende la posición de honra que en Cristo se le ha dado, busca lugares, busca ser visto, ser promovido. Cuando tĆŗ eres, cuando tĆŗ eres consciente del amor con que Dios te ha tratado a ti, la gracia. Hoy yo sĆ© que el EspĆritu Santo estĆ” administrando vidas aquĆ, y no solamente aquĆ, a todos los que nos ven. ĀæSabe por quĆ©? Porque Dios no puede mandarte a una misión, a una misión a tu familia en un lugar cuando tĆŗ eres sensible a la ofensa, cuando tĆŗ eres sensible, SeƱor, como JonĆ”s. JonĆ”s Dios dijo, mira, quiero salvar esta nación. Ve y diles que se arrepientan. Y dice que JonĆ”s empezó a predicar en NĆnive. Y dijo, Dios dice asĆ, si no se arrepentĆs vas a perecer toda la nación. Y el rey de esa nación dijo, escĆŗcheme, de ahora en adelante todos vamos a hacer un ayuno. Y todos, niƱos de pecho no van a comer, gallinas no van a comer, vacas no van a comer, nadie va a comer. Y vamos a invocar un ayuno y nos vamos a arrepentir delante de Dios, porque este hombre ha traĆdo un mensaje que estamos errando en nuestro comportamiento. Y cuando JonĆ”s vio que toda la gente se arrepintió, se indignó. Y dijo, SeƱor, pero quĆ© es esto y se arrepienten. Ćl querĆa ver el holocausto, Ć©l querĆa ver cómo el fuego caĆa y los consumĆa. Cuando el hombre no renueva su entendimiento, no entiende el favor que Dios le da a otro. Dice, es que no se lo merece. Cómo es posible que yo trabaje en el SeƱor, que yo haga esto, que yo haga esto. Y a esta que le viene a abrir las puertas. Definitivamente debemos renovar nuestra manera de pensar. Definitivamente debemos renovar nuestra manera de pensar. Diga, esto es para mĆ. No estarĆ” pensando usted, quĆ© bueno estĆ” esto, Paquel. Esto es para mĆ. Yo necesito renovar mi forma de pensar. Iglesia, voy concluyendo con esto. Las armas de nuestra Iglesia, de nosotros como Iglesia, no pueden ser humanas. Inteligencia humana, estrategia humana, habilidad humana. Amados, la Iglesia anda con el EspĆritu, para que el EspĆritu nos ayude a caminar en armonĆa con lo que Dios tiene para nosotros. La renovación del entendimiento es la manera como el EspĆritu transforma y limpia el sistema de pensamiento que nos gobierna. Cuando uno se ve, cuando los apóstoles se veĆan a sĆ mismo, rivalizaban. Cuando Cristo fue formado en ellos, empezaron a amarse unos a otros. Empezaron a amar a la gente. La paz, la paz de Dios es resultado de entender cómo Dios ve, lo que Dios ve. Nuestra paz, diga conmigo nuestra paz. Es Cristo obrando en nosotros. Es su EspĆritu obrando en nosotros. Es la transformación de nuestras vidas. La renovación del entendimiento es lo que te conecta, de alguna manera, con el sentido de vida que Dios quiere que tĆŗ tengas. Todos los hombres, todas las personas aman su forma de pensar, incluso su forma de pensar. Y por el EspĆritu nos muestra su realidad, nuestras vidas cambian. Nuestras vidas cambian porque nosotros solamente vemos lo que tenemos delante de nuestros ojos. El pueblo de Israel rechazó a Dios como rey y decĆa queremos tener un rey como todas las naciones de la tierra. Queremos tener un rey como todos, que el rey pasa en su caballo y nosotros le tiramos flores. Eso de tener un rey asĆ que no lo veamos, no, no, no, como todos. Y Dios les dio a SaĆŗl, el primer rey de Israel. Y SaĆŗl era bien guapo, altĆsimo. Todos los habitantes de Israel, el mayor como mucho le llegaba al hombro. Dice que del hombro para arriba sobrepasaba a todos los hombres. Se los dio guapĆsimos con una cabellera, con una presencia, con un porte y todos estaban contentos. Wow, el rey, que viva el rey. Pero con SaĆŗl empezó una decadencia en Israel porque cuando nosotros satisfacemos nuestros sentidos, descuidamos el espĆritu. Cuando yo vivo para mis ojos, para mis sentidos, descuido el sentido del espĆritu. Tal vez tĆŗ estĆ”s en un lugar y no ves el propósito de Dios, pero tĆŗ dile SeƱor, yo soy una semilla que por del reino, no es el lugar donde yo llegue, es lo que yo porto por tu gracia. No es el ambiente donde yo llegue, es lo que tĆŗ me has depositado dentro. Con SaĆŗl empezó una decadencia, hermano. Cuando uno camina conforme a los sentidos, uno nunca puede acceder a las riquezas del reino. Cuando uno, confiando en la obra del SeƱor, tĆŗ puedes llegar a lugares donde tu fuerza ni tus habilidades te pueden llevar. DĆas conmigo, la fe me abre puertas. Que las fuerzas no pueden, que el dinero no puede, que las palancas, las palancas es cuando uno va chapeado, Āæno? Encomendado por alguien, que nada puede, pero la fe te abre puertas. La fe te da acceso, la confianza en el SeƱor te da acceso en el SeƱor. Nunca jamĆ”s serĆ”n avergonzados. Nunca, jamĆ”s. Es su palabra, eso nos calla. PĆ©ngase sobre sus pies. Quiero decirle algo en esta maƱana. Sobre cada uno de nosotros, hay algo que el EspĆritu estĆ” haciendo. Levanta su mano y diga, estoy sometido a un proceso de transformación permanente. Diga, el EspĆritu Santo estĆ” transformando permanentemente mi vida. Quiero que veas esto. Los discĆpulos llegaron a testificar en una reunión que JesĆŗs se les habĆa aparecido. Y TomĆ”s, uno de los discĆpulos de JesĆŗs, le dijo, que JesĆŗs, que el SeƱor resucitó y que se les apareció. Y Ć©l dijo, si yo no lo veo, vista, sentidos, si yo no lo veo, yo no creo. Ver mis dedos en su herida, tacto. Si a mĆ los dedos, cuando yo toque, si a mĆ me dicen, pero eso de creer a una palabra, no. Eso no va conmigo. Y Ć©l no habĆa terminado de hablar y JesĆŗs se apareció en ese lugar. Y les dijo, paz a vosotros. Y TomĆ”s los vio. Y JesĆŗs le dijo, TomĆ”s, ven, toca. Cuando tocó, cayó sobre sus rodillas y empezó a llorar. El SeƱor le dijo, no, no, levĆ”ntate, levĆ”ntate. Deja de llorar y levĆ”ntate. Y le dijo, TomĆ”s, bienaventurados, los que creen en mi palabra, los que necesitan el testimonio de los ojos. Porque yo soy espĆritu. Dios es espĆritu. Y cuando tĆŗ eres capaz de someter la razón a la palabra de Dios, la renovación de nuestra mente empieza a acelerarse. Si tĆŗ sometes la palabra de Dios a tu razón, va a ser difĆcil. Porque Dios te va a decir cosas que para la mente no tienen sentido. Todos los que estamos aquĆ, todos los que han oĆdo la palabra, todos los que creen dar nuestras manos. SeƱor, estamos orando y estamos creyendo como iglesia que necesitamos seguir creciendo en esta renovación del entendimiento. A veces hay tĆ©rminos, hay palabras que no entendemos, pero no queremos movernos solamente por lo que razonamos. Que tu EspĆritu Santo siga transformando nuestras vidas. Que nuestras mentes sigan siendo renovadas. Que podamos seguir caminando en este camino de fe. SeƱor, el mundo, el mundo camina bajo el engaƱo y caminan seguros y defienden su engaƱo. No queremos ser tĆmidos ante las realidades del reino. AyĆŗdanos a entender. DĆgale, SeƱor, eleva nuestra fe. AyĆŗdanos a caminar en la fe que hereda. En la fe a la que nos has trasladado. Y que tu reino sea la realidad que gobierna mi vida. Que tu reino sea la realidad que gobierna todo lo que hacemos. Danos la capacidad de caminar en esta realidad. AyĆŗdanos, SeƱor, en este mundo convulso. En este mundo donde hay tantas voces. Donde hay tantas opiniones. Donde hay tantas razones. AyĆŗdanos a agudizar. DĆgale, SeƱor, ayĆŗdame a agudizar. Para oĆrte. TĆŗ eres nuestro Padre. Y creemos a tu palabra. Y caminamos en tu palabra. Y nos gozamos en tu palabra. Y hayamos sentido en tu palabra. Padre, yo te pido, SeƱor, que tu EspĆritu Santo transforme nuestras vidas como generación. No solamente la de nosotros. La de nuestros hijos, Padre de Gloria. Gracias por ayudarnos a crecer en este entendimiento. En el nombre de Cristo JesĆŗs. Y la Iglesia del SeƱor dice. Y la Iglesia dice. AmĆ©n. Del Unatroide, Gloria.
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