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Amén. Amén. Qué bueno, ya estamos transmitiendo, vamos a saludar a toda la familia de la fe en otras naciones que nos siguen a través de las redes sociales, desde aquí les enviamos un aplauso, un saludo, puedan compartir esta transmisión para más personas y en más lugares. Seguimos la semana pasada, estuvimos compartiendo una temática que le pusimos renovando el entendimiento. Y esta semana dijimos que continuábamos, ¿OK? Para las personas que se suman, esta vez, ¿Verdad? La palabra cuando se suma el entendimiento es ir creciendo en un entendimiento correcto, acuerdo al reino al que pertenecemos. Escúcheme, iglesia, Jesús dijo, Jesús dijo, mi reino no es de este mundo. A Jesús lo quisieron hacer rey, ¿Verdad? Lo quisieron de alguna manera darle publicidad, el el mismo Satanás en el desierto lo tentó diciéndole mira todos los reinos de la tierra, te los doy si solo me adoras, si solo te postras, si me adoras. Pero evidentemente Jesús dijo y para OK, sino para hacer la voluntad. La renovación del entendimiento que está ocurriendo en tu vida, te expone. La semana pasada dijimos que las élites del mundo, ¿Verdad? Los gobiernos del mundo trabajan por conquistar la manera de pensar de las masas. Escuche esto, quien tiene, quien conquista tu manera de pensar te conquistó a ti. Porque tú eres lo que piensas. La Biblia dice como un hombre piensa en su corazón antiguo, la huella dactilar, el DNI, que a ti te identifica en el mundo, es tu manera de pensar. Por eso Dios quiere renovar, transformar tu manera de pensar para que darte un pensamiento conforme a su propósito ¿Cuánto quiere entiendo? Para eso nos sentamos en estos espacios a oír palabra de fe porque la palabra trabaja en nosotros. ¿Amén? Hubo un un que se llama, se llamó Descartes y luego existo, pienso y luego porque realmente es el pensamiento el que define lo que nosotros somos. Anteriormente, hace setenta, ochenta años, el mundo trabajaba por el material, por el materialismo, ¿Verdad? El capitalismo y rompió con fuerza clases, lucha de clases y que gobierna ahora talla por tu forma de pensar, por conquistar tu corazón y te enseñarán a través de canciones, a través de series, a través de documentales, a través de de como decían los jesuitas, como decía Mao Zedong en China ¿Por qué? ¿Verdad? Yo le enseñaré cómo pensar y lo tendré para el resto de la vida. La única forma de nosotros ser libres para cooperar en este reino al que pertenecemos es por medio de la renovación del entendimiento y por medio de recibir luz para mejorar tu vida. Póngale cuidado a esto, ay pastor, pero yo pensaba que la iba a mejorar. Él no vino a reparar tu vida, él vino a dar que si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Dios borró, terminó con una forma de vida cuando te trasladó. Digo, pastor, es que usted no me conoce. Si usted me conociera, entiende, pero Dios sí te conoce. Delante de Dios estamos desnudos. Él conoce tus pensamientos, tus ideas, él sabe los. Dígale al que está a su lado, Dios ya sabe cómo termina tu vida. Por eso estás aquí, tú no sabes. Tú te comes las uñas porque no sabes. No sé cómo va a pasar, pero Dios ya lo vio. Y si te tiene aquí es porque tiene propósito contigo. Es porque tu vida tiene un sentido y un valor en su reino. ¿Cuántos dicen amén? Diga, no estoy aquí por lástima. Estoy aquí por propósito. Dios me trasladó a su reino. Yo no vine a ver cómo me iba. Una razón, un propósito de vida me trajo a este lugar. Aleluya. Por favor, quiero que veamos en primera, segunda de Reyes, capítulo cinco, en el versículo uno. Quiero que, quiero que puedas ver en tu, que puedas abrir tu corazón porque cuando comenzamos a ver, usted sabe que nosotros somos expertos en ver los errores de los demás. Pero cómo nos puede reconocer los nuestros. A ver, es gente que no entendían frente a lo que estaban. No entendían, hermano, y si tú no entiendes la oportunidad que tienes delante, si tú no entiendes el sentido de tu vida, tú siempre vas a tener un vacío y vas a tener una insatisfacción. Amados, ustedes saben qué es, qué es la depresión. La depresión es como cuando somos espichados por dentro, ¿verdad? Que no, no sentimos nada, no sentimos una razón de vida, no sabemos qué hacer y se empieza a vaciar de razones de vida. Y sabe qué es la motivación, aunque nosotros no somos motivadores, pero sabe qué es la motivación, tener abundantes motivos para vivir. Tener abundantes razones para levantarme el lunes. Tener razones por qué luchar. Antes de leer, yo quiero decirle a usted, había, hay un hombre que es un psicoanalista que se llama Víctor Franz. ¿Alguien lo conoce? ¿Alguien ha leído Víctor Franz? ¿No? Víctor Franz fue un judío que que él soportó cadenas de de los nazis. Soportó muchos años presos, estuvo en tortura, estuvo en cámaras de gases, hizo por todo, vivió. Tenía un hijo, tenía un hijo que era autista y él decía yo no me puedo permitir morir. Tenía una niña pequeñita que estaba cuidando y tenía un hijo. Y le metieron corriente en los testículos, electricidad, lo metieron en cámaras de gases, lo metieron en... Y él dice que el hombre, la humanidad, el ser humano, la fortaleza de su vida es tener un objetivo, una razón por qué vivir. Dice que cuando uno no tiene una razón por qué vivir, al final quiere quedarse dormido. Yo sé que usted nunca lo ha pensado porque se le ve en la cara de fe. Pero hay gente que dice Dios mío, me quisiera dormir y levantarme con Pablo, con Pedro allá en el cielo. Huir de esto. Y eso es porque nos desenfocamos, nos perdemos en el camino. La renovación del entendimiento es la obra que el Espíritu hace en nosotros para que nosotros comprendamos la magnitud del peso que sobre nuestros hombros recae como iglesia. Hermano, pero no un peso opresivo, no un peso fatigoso, sino el peso del llamado, el peso de la herencia, el peso de la gracia, el peso de todo lo que Dios nos ha dado participación. Entonces, Víctor Franz decía que cuando una persona no tiene razones para vivir, le da lo mismo, no tiene y se muere de cualquier cosa. Pero cuando una persona ora y le dice Señor, esta adversidad que estoy pasando, Padre de Gloria, yo sé el respaldo que Tú me has dado, yo sé dónde Tú me has parado, yo sé, y no estoy orando por mis fuerzas, no estoy orando porque los Gonzales somos bravos, estoy orando porque se me reveló el propósito para el que Tú me trajiste a la existencia, estoy orando porque se me reveló el reino, estoy orando, amados, la vida, diga conmigo, la vida, pero no lo diga con educación, grítelo, la vida consiste en superar obstáculos. Si tú eso no, mientras más tarde lo entiendas vas a pensar, es que esto que a mí me pasa, a nadie en la humanidad le pasa, al coyote y a mí, es que estas cosas que a mí me pasan y el enemigo nos va engañando, te va diciendo, sí, solo a ti, solo a ti, otra vez a ti, te das cuenta, te cayó, te ganaste el bingo otra vez, y entonces los 70 o los 90 que estamos en esta sala, si caemos en el engaño y decimos, solo a mí, los 90, solo a mí, es verdad, solo a mí, pero háblale el que está a tu lado para que vea, escuche iglesia, diga conmigo todos, que es todos, que es todos, todos, todos los que estamos en este auditorio, absolutamente todos, estamos luchando en algún área de nuestra vida, todos tenemos luchas, pero no todos son conscientes del favor que los respalda, porque cuando el enemigo engaña nuestra mente, nos dice, estás solo, solo, solo, solo, un eco, solo, pero el Señor dice, es aquí yo estoy contigo, yo soy tu papá, cuando naciste yo te guardé, de aquella infección yo te guardé, de aquel accidente fui yo que te guardé, porque te amo, porque te he dado utilidad en mi propósito, porque tú tienes un sentido, un valor, entonces todos, todos, todos estamos, todos hermanos, pues yo quiero hoy estimularte a que puedas abrir tu corazón y que no sólo me oigas con las orejas, que me oigas con tu corazón también, cuántos dicen amén, amén, vamos allá, vamos, antes de comenzar, porque sólo es el inicio, vamos a orar, vamos a orar, levante su mano por favor, levante su mano y diga padre, tengo la necesidad de que me hables, tengo la necesidad de que tu palabra renueve mi entendimiento, ayúdame Señor, a ver cómo tú ves, a entender desde tu propósito, todo lo que tengo por delante y con mi corazón abierto recibo tu palabra, en el nombre de Jesucristo y la Iglesia de Dios dice, amén, gloria a Dios, aplauda al Señor, así debo agua yo. Ok, otra cosa, otra cosa, la palabra que voy a predicar no es para los evangélicos, es para todos los que estamos aquí y para todos los que nos oyen, amados, Dios no es evangélico, Dios es un papá, Dios es un padre, Dios es un rey, Él reina, lo que pasa es que no todo el mundo reconoce su paternidad, amén, pero todos los que reconocen la paternidad de Dios, amén, esta palabra es para ustedes y los que no, el Espíritu Santo les dará convicción también, amén, ok, les pongo en contexto, Naamán, el personaje que vamos a hablar, era un, era como decir, el primer ministro o el ministro de defensa, era un militar, un general de gran valor, ok, en un reino, y este hombre era valiente, entendido, sabio, influyente, pero era leproso, usted sabe que la lepra no tenía, no tenía cura, verdad, sin embargo, esta condición médica de este hombre, verdad, era azotado por una enfermedad, y Dios por medio de una muchacha le trae una solución, pero vamos a ver cómo somos nosotros y cómo es la mente humana frente al, al, al proceder de Dios, la semana pasada les dije, cómo le diría a usted, verdad, cómo le explicaría a usted a un ciego de nacimiento del color de mi chaleco, cómo le explicas tú a un ciego de nacimiento, alguien que no ha visto ningún color nunca, alguien que en su mente no tiene la carta de colores, cómo le explicas tú el color de mi chaleco, si él nunca ha visto ningún color, si él no tiene registrado ningún color, cómo lo puedes comparar, es imposible, así es de imposible que la mente natural, que la mente racional del hombre entienda el evangelio, por qué, porque Dios escondió de la sabiduría humana las riquezas del evangelio, dice que, Pablo dice que a Dios le plació que el hombre no conozca, no conozca el evangelio por mente, por medio de la sabiduría humana, sino que sea por la locura del evangelio, que el hombre conozca su propósito, su reino, por la locura del evangelio, intencionalmente el espíritu llama locura al evangelio porque para la mente humana todo lo que Dios dice no tiene sentido, porque es una mente evidentemente castrada, inhabilitada para entender o para digerir eternidad, como el estómago de un niño de tres meses no tiene la capacidad de digerir un trozo de carne, así la mente humana no tiene la capacidad de digerir sabiduría espiritual, inteligencia espiritual, por eso Dios, diga por eso Dios me ha dado su espíritu para que me ayude a entender las verdades de Dios, amén, vamos allá, vamos a leer, dice Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor y lo tenía en alta estima porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria, era este hombre valeroso en extremo pero leproso y de Siria habían salido bandas armadas y habían llevado cautivas de la tierra de Israel a una muchacha la cual servía la mujer de Naamán, esta dijo a su señora, si rogase mi señora al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra, entrando Naamán a su señor, él le relató diciendo, así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel, y le dijo el rey de Siria, anda ve y yo enviaré cartas al rey de Israel, salió pues él llevando diez talentos de plata y seis mil piezas de oro y diez mil, perdón, y diez mudas de vestidos, tomó también cartas todo esto era un presente para llevársela al hombre que podía administrarle o darle sanidad, ¿no? Ok, tomó también cartas para el rey de Israel que decían, cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a mi siervo, a ti, mi siervo Naamán para que lo sanes de su lepra, luego que el rey de Israel leyó las cartas rasgó sus vestidos y dijo, ¿soy yo Dios que mata y debida para que envíe a mí que sane un hombre de lepra? Considerada ahora y ved cómo busca ocasión contra mí, cuando el liceo escuchó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey, ¿por qué has rasgado tus vestidos? Venga ahora a mí y sabrá que hay profeta en Israel. Y vino Naamán con su carro y se paró a las puertas de la casa del liceo. La palabra de Dios está bendecida. Pónganle cuidado, el rey de Siria cuando escuchó, ¿verdad?, que había la posibilidad de que el ministro de defensa de su ejército podía ser libre de aquella enfermedad, porque todos sabemos que tú puedes tener muchas cosas, si no tienes, al final todo está afectado, todo se ve afectado, ¿ok? Y este hombre era un leproso y lo primero que hizo fue, recojan plata, oro, vestidos reales y llévenselos. Ya ahí empieza, y tú me das a mí la sanidad. Nosotros nos movemos, nosotros no podemos entender la obra de la cruz que es un regalo. ¿Ok? La razón, lo lógico es, mira, si ahí hay un hombre y tú llegas con las manos peladas, no te van a entender. Ahora si tú llevas seis mil platas de oro, seis mil piezas de oro, tantos ciclos de plata, tantos vestidos reales y las cartas mías, hombre, te van a recibir de una vez. Y tu problema va a ser. Ese es el ámbito donde nosotros nos movemos. Cuando vamos a una entrevista de trabajo, cuando vamos a un lugar, siempre es mejor, oye que me manda, Lisbella me mandó, tu amiga, la que se graduó contigo, sí, sí, esa misma. Siempre queremos ir apadrinados por algo. Pero la que no está mal, y yo no estoy predicando en contra de eso, pero tú tienes que ser consciente del favor de Dios en tu vida. Diga, ¿debo transicionar del apadrinamiento al favor de Dios? Amados, cuando nosotros comenzamos a ser conscientes del favor de Dios en nuestras vidas, las credenciales, el respaldo, las palancas como le digan, o chapeao, no sé cómo se llame en algún lugar, ¿verdad? Eso es secundario. Imagínate que a ti te envía el hermano del dueño de la empresa. Dice otra parte, voy con el hermano del dueño. ¿Para qué voy a orar? ¿Para qué le voy a decir, señor, ábreme puerta? Así que me está mandando. Es más, dijo que, ves, ese es el ámbito donde nosotros nos movemos. Y ese ámbito es un sustituto del favor que Dios te ha dado a ti. ¿Qué? ¿Cuál fue la sorpresa de este hombre? No me quites el tema, por favor, desde el diez en adelante. Entonces Eliseo, perdón, el nueve, y vino Namán con sus caballos y con sus carros y se paró a las puertas de la casa de Eliseo, ¿verdad? Avanzamos. Entonces Eliseo le envió un mensajero diciendo, ve y lávate siete veces en el Jordán y tu carne se restaurará y serás limpio. Paramos ahí, mire, Eliseo ni lo salió a recibir. No salió a recibir al hombre. Y lo primero fue que le mandó a alguien, ve a lavarte, te sumerges siete veces en el Jordán y vas a ser limpio. Avanzamos. Y Namán se fue enojado diciendo, he aquí, yo decía para mí, es que esa es mi forma de pensar, yo estaba pensando, ¿verdad? Y que estando en pie invocaría el nombre de Jehová, su Dios, y alzaría su mano y tocaría el lugar y sanaría la lepra. O sea, él se hizo una película, él se hizo un pensamiento y como no salió como él pensaba, se enojó, se defraudó, se ofendió. Quiero explicarte cómo opera la ofensa en tu mente. Cuando tu mente se ofende, tu corazón se cierra a cualquier otra voz. Hermano, este hombre, que era un hombre principal del reino de Siria, no estaba acostumbrado a que lo mandaran, le dieran órdenes. Y ahora usted va a ver las razones que comienzan a perjudicarlo interiormente. Porque la lepra, él tenía lepra por fuera, pero tenía también un entendimiento incorrecto por dentro. Y ¿sabes qué? Lo exterior, hermano, siempre va a estar sometido a lo interior. Aunque ninguno diga amén. Tú ves lo que tienes por delante, tú ves las adversidades o ves las situaciones de acuerdo a lo que tienes dentro. Si tú tienes confianza en el Señor, si tú tienes una paternidad definida, si tú tienes una identidad afirmada en Cristo, hermano, lo que tú tienes por delante lo vas a ver completamente distinto. ¿Sabes que la gente sufre? Estamos cansados de decirlo. La gente sufre más por lo que se imagina que por lo que pasa. Póngales cuidado a esto. Noventa ID te preocupan y que te quitan el sueño y que a veces genera ansiedad y que comemos sin hambre. 95% de esas cosas que tú le tienes temor nunca llegan a pasar. Pero el efecto del temor es brutal contra nosotros. Por eso es urgente que nosotros renovemos el entendimiento, nos alineemos con la palabra de Dios porque si no, no vamos a poder disfrutar la vida que Dios nos ha dado, no vamos a poder participar en su reino como hijos. Amados, la renovación del entendimiento no es un lujo, es una urgencia. Mamán se fue enojado. Avanzamos, por favor. Dice Abaguas de Israel, si me lavaré en ellos no seré tan bien limpio y se volvió y se fue enojado. ¿Cómo voy a venir yo para acá cargado de oro, de plata, de vestido a que me digan que me metan en ese charco? Yo, un general. ¿Cómo? Y me manda a decir, ni siquiera viene él. Te das cuenta que un pensamiento incorrecto, diga conmigo, un pensamiento incorrecto genera una vida incorrecta. Hermano, hay gente que matan a otros por un pensamiento incorrecto. Se aloja un pensamiento incorrecto. En Caín se alojó un pensamiento incorrecto y lo llevó a matar a su hermano. Los hermanos de José lo vendieron porque había un pensamiento de envidia sobre él. Y decía Ercis Proulx, un tremendo maestro que ya no está entre nosotros, ya volvió a casa, terminó su misión aquí en la tierra, pero él decía que la envidia, la envidia es peor que el que roba, porque el que roba se sirve para él veciarse de los bienes de otros, pero la envidia es cuando una persona pasa con un lapicero o con una llave y raya los coches porque no los puede tener, porque ve un Ferrari, ve un tremendo coche y la impotencia de no tenerlo, de no poder comprarse, la envidia es lo más corrosivo que hay, la envidia es un reconocimiento de inferioridad delante de otra persona. Una persona que envidia, ustedes no son envidiosos, pero una persona que envidia es, reconozco que no tengo el cuerpo que ella tiene, gorda, fea, reconozco que no tengo su familia, y la envidia es peor hermanos, si hubieran cárceles para la envidia, el mundo estaría más limpio. Y José, y eso es un pensamiento incorrecto, si tú envidias lo que la gente tiene por fuera, ignorando lo que tú tienes por dentro, es porque te ha ganado la mente, te ha goleado. Amados, cuando este hombre empieza a comparar los ríos de su país, donde él estaba, se llama Havana y Farfar, dice ríos cristalinos, y verdaderamente, el Jordán es un riachuelo muy pequeño, donde mucha gente hacía uso, y era un río que depende de las épocas, a veces hasta se secaba, quedaba un hilito, nada, y sucio. No tenía una fama de ser wow, pero en el mundo entero se conoce, y Dios le dijo, porque muchas veces, póngale cuidado, iglesia, a veces Dios dirá que tu mente se ofenda para revelar lo que hay en tu corazón. Todas las personas, decía este pastor, decía, todas las personas tenemos minas terrestres por dentro, y a veces uno va caminando y explotan, porque pisaron donde no era. Cuando tú renuevas tu entendimiento, tú tienes un hijo de Dios, de una persona, de una nueva criatura, de un nuevo hombre, de una nueva mujer, tienes conciencia del favor que recae sobre tu vida. Hermano, tú estás en este lugar, porque Dios está interesado en que renueves tu forma de pensar, para que cambie tu manera de vivir. En internet alguien dijo amén? Dígale al que está a su lado, cuando cambias tu forma de pensar, cambia tu manera de vivir. Dele un aplauso al Señor, amén? Porque Dios puede usarte a ti, Dios puede usarte a ti para grandes cosas, cuando tu forma de pensar se alinea a su propósito. Pastor, pero quién soy yo para que me use, hermano, si me usa a mí, te usa a ti, seguramente, porque Dios no ve ninguna diferencia, el problema está en cómo nos vemos a nosotros mismos. Si no tenemos conciencia de un nuevo hombre, si el pasado, si lo que hicimos el 24 de enero del 87, nos sigue acusando, nos dejamos a transicionar. Entonces, ya anterior, Havana y Farfá, ríos de Damasco, no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavaba en ellos, no seré tan bien limpio? Y se volvió y se fue enojado. Aquí se trata, hermano, aquí se trata de que sigas una instrucción y a él le ofende que le den una instrucción y ni siquiera directamente, sino que se la mandó a decir. Peor todavía, y luego que se meta en un charco. La mente de este hombre no entiende que en el reino de Dios, la obediencia es parte, vital, fundamental, que te conecta con la bendición, la obediencia. Estoy diciendo, tú no eres bendecido porque obedeces a Dios, tú eres bendecido cuando te alineas a la realidad de Dios. Evidentemente, vas a obedecer por causa de obediencia, no es un sacrificio en tu vida, sino un placer. Es un placer caminar bajo la paternidad de Dios, es un deleite y Dios nos dará instrucciones. ¿Amén, iglesia? ¿Avanzamos? Más sus criados... Diga, ¿quién se le acercaron? Y le hablaron diciendo, Padre mío, si el profeta te mandara a caminar por una pared, a escalar un árbol, una palmera, algo difícil, alguna gran cosa, no lo harías, evidentemente no te va a poner a caminar, camina por el techo, no vas a poder. Entonces te están diciendo, pero ¿cuántos más diciéndote, lávate y serás limpio? ¿Quién se lo dijo esto? Los criados, la humildad, ve las soluciones donde la soberbia se atraganta. La humildad ve la puerta y ve la solución cuando el orgullo se atee, porque decirle a un criado, haz esto, lo va y lo hace. Pero a un general, que tú le mandes, eso era lo que le ofendía. Era igual que le hacían con el favor. Él tenía en mente la película, cuando yo llegue, saldrá el varón, invocará a Dios y vendrá fuego y lo limpiará. ¡Wow! Y yo le doy el oro y la plata y le digo, escucha, bajen todos, todos. A él se veía como pagando su favor. La semana pasada les dije que lo que Dios nos da, diga, todo lo que Dios me da, es por su gracia, es su amor, es un regalo. Cuando tú intentas pagar el favor, hermano, nunca relaciones tus ofrendas o tu hago hacienda, no voy a tributar en el reino de Dios. Busca miles de razones para tributar en el reino de Dios, pero nunca para pagar un favor. Nunca relaciones el favor de Dios con el dinero. Tú participas, de alguna manera respaldas que el reino de Dios avance, pero no relaciones tu identidad o el favor de Dios. Es como decir, si Dios le doy diez mil, imagínate, va a mandar dos arcángeles a que me guarden. En cambio, si le doy diez, como mucho que el pastor ore. Entonces relacionamos, porque esa es la razón humana. Y este hombre cargado con tanta riqueza, era la razón por la que él se ofendía. Y los siervos le decían, oye, te están diciendo, lávate y serás limpio. Diga conmigo, cuando pienso en humildad, veo soluciones. El Espíritu Santo resiste al soberbio y da gracia y favor al humilde. Francisco, ven un momento, por favor. Camina de allá para acá. Mire lo que es, mire lo que el Espíritu Santo con el soberbio, se le para en frente. Intenta caminar para acá, y yo lo sigo resistiendo. Hermano, imagínate, ¿dónde vas tú si Dios te resiste? Si Él se te para en frente, Él dice, yo abro puertas y nadie las puede cerrar. Yo cierro puertas y nadie las puede abrir. Cuando uno dice, ya vas a ver cómo, aunque me quede como me quede, se va a enterar. O sea, no importan las consecuencias. Y entonces el Espíritu Santo avanza, yo lo resisto, yo lo resisto. Y Él intenta, y te puedes esforzar, y Él te resiste. Hay personas que si tienen un problema con Él, y esa persona dice, ¿quieres un café? No, no. Y se le hace la boca agua con el café, pero yo no le acepto un café a este. En la vida, nunca. ¿Tienes hambre? Cuando uno actúa así, Dios te resiste, que se te para en el camino. Y entonces cuando Él te resiste, uno ora al Dios que te resiste. Señor, ábreme puertas. No, no, no. Déjame avanzar, quítate del medio. Gracias, Fran. ¿Por qué hago las ilustraciones? Porque a veces nosotros vemos, y entendemos que es Dios, y reprendemos al diablo, y es Dios. ¿Avanzamos en el texto, por favor? Entonces, descendió el hombre, entró en razón. Diga conmigo, en la multitud de consejos. ¡Ay, sabiduría! Una pregunta, ¿a quién le pides consejos cuando no sabes qué hacer? ¿Deshoja la margarita? ¿Qué hago? ¿Piedra, papel o tijera? ¿Bajo qué criterios te mueves? Hermanos, el consejo es la forma donde Dios guarda sabiduría para ti. Ahora, tú no le puedes pedir consejos, un principio de sabiduría. Nunca le pidas consejos a alguien que ha fracasado en lo que tú estás intentando. Pídele sabiduría a alguien que tenga armonía, que tenga coherencia, su vida, su discurso, su manera de ser. Los siervos le dieron consejo a este hombre, y entonces descendió, me imagino de su caballo, de su carreta, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios. Diga conmigo, conforme a la palabra, conforme a la palabra del varón de Dios. Y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó, y quedó, diga conmigo, en la obediencia hay riqueza, hay favor. Amados, yo no te estoy diciendo, si tú lo obedeces Dios te va a dar esto, no, Dios te ha dado todo. Pero cuando tú caminas en lo que Él te está diciendo, se empieza a manifestar a tu favor todo lo que Dios te ha concebido. Hermanos, ¿sabes qué? Aquí hay una palabra, aquí hay algo que tiene el detonante, lo que siempre buscamos, y es conforme a la palabra. Cuando en la pesca milagrosa Jesús le dijo a Pedro, boga mar adentro, pon a tu derecha, echa las redes, y dice que atrapó gran cantidad de peces. Hermano, ¿cuánto nos cuesta a nosotros recibir instrucciones? Diga, levante su mano, diga Señor, ayúdame a recuperar el deleite de obedecerte. Que no sea un esfuerzo, que no sea un sacrificio, sino que sea placentero el obedecer a tu palabra, el caminar en tu verdad. Hermano, porque esto es lo que nos conecta. Cuando este hombre no se encerró en su mente, rectificó, entonces nosotros vimos cómo la sanidad vino a su vida. Avanzamos, avanzamos en el texto, dice, y volvió el varón de Dios, y él y toda su compañía se puso delante de él, y dijo, aquí, he aquí, ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo. Mas él dijo, vive Jehová en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré, y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso. Póngale cuidado, hermano, esto es un, esto es una evidencia de la gracia de Dios. Cuando Eliseo dice, vive el Señor, que no aceptará, es, yo no quiero que tus relaciones, el oro, la plata, los vestidos, con tu sanidad, porque cuando tú pagas por algo, tú dices, bueno, aquí está, ¿no? Pues hay gente que a los camareros no le da gracia, dice, él está aquí trabajando. Pero Eliseo, Dios, el Espíritu, no quería que relacionarse, quería que entendiera la gracia, porque se le había dado el favor. La gracia es favor inmerecido, ese era el mensaje, en la renovación del entendimiento tú tienes que entender que hay un favor inmerecido para ti. Cuando uno, nosotros normalmente entendimos el evangelio así, póngale cuidado a esto, dice uno, ¿tú te quieres ir para el cielo? Sí, ven a la iglesia, lee la Biblia, ora, haz estas cosas, canta, deja el orgullo, perdona, y tú te vas para el cielo. ¿No te quieres ir para el cielo? Bueno, haz lo que quieras, al final, ¿qué es lo que determina tu manera de vivir? Tu querer. ¿Para dónde me quiero ir? De acuerdo a lo que yo quiera, pero en ese modo de entender el evangelio, ahí no participa el propósito de Dios. Ahí lo que determina nuestro proceder es nuestro querer. ¿Qué quieres? ¿Para dónde te quieres ir? De acuerdo a lo que tú quieras, actúa. Pero Dios, cuando nos envía su gracia, es, amados, es para que nosotros podamos tener participación en su reino. Diga, Dios me ha trasladado a su reino. Dios me ha dado una identidad de hijo. Renovar el entendimiento forma parte de entender la gracia. Ahora usted va a ver la desgracia, porque ahora estamos viendo la gracia, pero ahora usted va a ver la desgracia. Entonces Namán dijo, te ruego, pues, que de esta tierra no se dará, perdón, ajá, te ruego, pues, de esta tierra no se dará a tu siervo la carga de un par de mulas, porque de aquí en adelante tu siervo no sacrificará a holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses, sino al que me sanó, a Jehová. En esto, perdone Jehová a tu siervo, que cuando mi señor rey entrar en el templo de Rimón para adorar en él y se apoyare sobre mi brazo, si yo también me inclinare en el templo de Rimón, cuando haga tal, Jehová perdone en esto a tu siervo. Le está diciendo, escúchame, a mi jefe le gusta que yo lo acompañe al templo donde él va. Yo sé que el único dios es Jehová, por favor, ora, para que el señor entienda que yo lo voy a acompañar a él, no voy yo a apostrarme, mi jefe se coge del brazo. Hay personas aquí, seguramente, que alguna viejita se las lleva a misa, le llevamos y le dice, ay padre, señor, tú sabes que Dios conoce nuestro corazón, hermano, o que se lo lleven a otro lugar y usted va con un corazón servicial. Les voy a abreviar esta historia. Eliseo tenía un ayudante que se llamaba Gesi, y él cuando vio y dijo, wow, está rechazando oro, plata, vestidos. Y dice que él se fue, cuando Namán se fue con toda esa carga y sanito, con la piel como un bebé, aquel se le persiguió. Y cuando estaba por allá, más o menos lejos, le dijo, oye, que dice mi señor que si hay algo por ahí, que llegó unas personas y le quiere... Y le dio unos vestidos, algo le dio. El hombre sabía que eso no había nacido del varón de Dios, pero es ahí donde entra la codicia, por las cosas. Cuando él volvió, cuando volvió, le dice, ¿dónde estabas? Gesi, ¿dónde estabas? No, no, no, nada. Estaba por ahí, no he ido a ningún lado. Y le dijo, escucha, ¿no estaba mi corazón contigo cuando fuiste a pedir en mi nombre? ¿Por qué hiciste eso? Ahora, la lepra, que se le sanó a él, viene contigo. Y vas a ser leproso desde ahora, para siempre tú y tus hijos. Renovar el entendimiento. Diga conmigo, cuando Dios le da a otras personas, no me ha quitado a mí. Hay personas que no celebran el avance de otro, porque dice que Dios está usando al pastor Albert. Él piensa que le ha quitado unción, gracia o favor a él. Prende a celebrar las cosas buenas que le pasan a la gente que tú amas. Escuche esto, un consejo que le doy. La gente que se mantiene en silencio cuando a ti te ocurren cosas buenas, realmente no te ama como tú crees que te aman. La gente que te ama celebra lo bueno que a ti te pasa. Como tú, diga como yo, cebro las cosas. Cuando yo veo que mi hermano se compra algo que no digo nada, eso es envidia, se llama. ¿Cómo se llama? A usted nunca le ha dado, pero a mí sí. ¿Por qué surge la envidia? Por la falta de renovar nuestro entendimiento. Hermano, si tú supieras todo lo que está a tu nombre en el reino, tú no envidiarías a nadie. Si tú supieras el favor y el amor que Dios tiene por ti, tú no envidiarías a nadie. Si tú supieras la gracia y el valor que tienes a los ojos de Dios, cómo Dios habla de ti, cómo Dios se goza cuando te ve tomando decisiones sabias. Hermano, tú nunca te compararías con nadie. Diga sobre mi vida. Hay favor abundante. Hoy queremos hablar de la renovación del entendimiento en cuanto a asuntos gloriosos, pero si no entendemos esto básico... Voy a avanzar. Hermano Antonio, por favor, ayúdame con Lucas capítulo 9 versículo 52. Lucas capítulo 9 versículo 52. Jesús tuvo que revelarse en la vida de los apóstoles para que ellos pudieran transicionar a esta realidad del reino. Los apóstoles tenían envidia, recelos. Póngale cuidado a esto. Dice y envió y envió mensajeros delante de él los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos, mas no les recibieron porque su aspecto era como de ir a Jerusalén. Viendo eso, sus discípulos, dice que él envió a sus discípulos a Jacobo y a Juan y no les recibieron en un lugar. Viendo esto, sus discípulos Jacobo y Juan dijeron, Señor, ¿quieres que mandemos que descienda? Él los reprendió diciendo, ¿vos sois? O sea, no me recibieron, me dijeron, no eres bienvenido. Señor, ¿quieres que ore para que caiga fuego y los queme como un sapo y queden ahí fritos? El Señor le dijo, ¿pero de qué espíritu sois? Hermano, cuando la iglesia no entiende la naturaleza del reino al que pertenece operan estas rivalidades. Somos enviados, y ese era Juan, el discípulo que se le había revelado el amor de Dios. Los discípulos, antes de la transformación que experimentaron por la revelación, eran arbitrarios, eran revanchistas, eran, en vez de ser competente, competían entre ellos. Un día le dijeron, Señor, te queremos pedir una petición. Y Jesús le dijo, sí, dime, ¿qué quieres que haga por ti? Que en tu reino yo me siente a la derecha y el otro dice, yo a la izquierda. O sea, déjanos que salgamos en la foto donde tú estás, que él esté a la derecha y yo a la izquierda. Hermano, la gente que no entiende la posición de honra que en Cristo se le ha dado, busca lugares, busca ser visto, ser promovido. Cuando tú eres, cuando tú eres consciente del amor con que Dios te ha tratado a ti, la gracia. Hoy yo sé que el Espíritu Santo está administrando vidas aquí, y no solamente aquí, a todos los que nos ven. ¿Sabe por qué? Porque Dios no puede mandarte a una misión, a una misión a tu familia en un lugar cuando tú eres sensible a la ofensa, cuando tú eres sensible, Señor, como Jonás. Jonás Dios dijo, mira, quiero salvar esta nación. Ve y diles que se arrepientan. Y dice que Jonás empezó a predicar en Nínive. Y dijo, Dios dice así, si no se arrepentís vas a perecer toda la nación. Y el rey de esa nación dijo, escúcheme, de ahora en adelante todos vamos a hacer un ayuno. Y todos, niños de pecho no van a comer, gallinas no van a comer, vacas no van a comer, nadie va a comer. Y vamos a invocar un ayuno y nos vamos a arrepentir delante de Dios, porque este hombre ha traído un mensaje que estamos errando en nuestro comportamiento. Y cuando Jonás vio que toda la gente se arrepintió, se indignó. Y dijo, Señor, pero qué es esto y se arrepienten. Él quería ver el holocausto, él quería ver cómo el fuego caía y los consumía. Cuando el hombre no renueva su entendimiento, no entiende el favor que Dios le da a otro. Dice, es que no se lo merece. Cómo es posible que yo trabaje en el Señor, que yo haga esto, que yo haga esto. Y a esta que le viene a abrir las puertas. Definitivamente debemos renovar nuestra manera de pensar. Definitivamente debemos renovar nuestra manera de pensar. Diga, esto es para mí. No estará pensando usted, qué bueno está esto, Paquel. Esto es para mí. Yo necesito renovar mi forma de pensar. Iglesia, voy concluyendo con esto. Las armas de nuestra Iglesia, de nosotros como Iglesia, no pueden ser humanas. Inteligencia humana, estrategia humana, habilidad humana. Amados, la Iglesia anda con el Espíritu, para que el Espíritu nos ayude a caminar en armonía con lo que Dios tiene para nosotros. La renovación del entendimiento es la manera como el Espíritu transforma y limpia el sistema de pensamiento que nos gobierna. Cuando uno se ve, cuando los apóstoles se veían a sí mismo, rivalizaban. Cuando Cristo fue formado en ellos, empezaron a amarse unos a otros. Empezaron a amar a la gente. La paz, la paz de Dios es resultado de entender cómo Dios ve, lo que Dios ve. Nuestra paz, diga conmigo nuestra paz. Es Cristo obrando en nosotros. Es su Espíritu obrando en nosotros. Es la transformación de nuestras vidas. La renovación del entendimiento es lo que te conecta, de alguna manera, con el sentido de vida que Dios quiere que tú tengas. Todos los hombres, todas las personas aman su forma de pensar, incluso su forma de pensar. Y por el Espíritu nos muestra su realidad, nuestras vidas cambian. Nuestras vidas cambian porque nosotros solamente vemos lo que tenemos delante de nuestros ojos. El pueblo de Israel rechazó a Dios como rey y decía queremos tener un rey como todas las naciones de la tierra. Queremos tener un rey como todos, que el rey pasa en su caballo y nosotros le tiramos flores. Eso de tener un rey así que no lo veamos, no, no, no, como todos. Y Dios les dio a Saúl, el primer rey de Israel. Y Saúl era bien guapo, altísimo. Todos los habitantes de Israel, el mayor como mucho le llegaba al hombro. Dice que del hombro para arriba sobrepasaba a todos los hombres. Se los dio guapísimos con una cabellera, con una presencia, con un porte y todos estaban contentos. Wow, el rey, que viva el rey. Pero con Saúl empezó una decadencia en Israel porque cuando nosotros satisfacemos nuestros sentidos, descuidamos el espíritu. Cuando yo vivo para mis ojos, para mis sentidos, descuido el sentido del espíritu. Tal vez tú estás en un lugar y no ves el propósito de Dios, pero tú dile Señor, yo soy una semilla que por del reino, no es el lugar donde yo llegue, es lo que yo porto por tu gracia. No es el ambiente donde yo llegue, es lo que tú me has depositado dentro. Con Saúl empezó una decadencia, hermano. Cuando uno camina conforme a los sentidos, uno nunca puede acceder a las riquezas del reino. Cuando uno, confiando en la obra del Señor, tú puedes llegar a lugares donde tu fuerza ni tus habilidades te pueden llevar. Días conmigo, la fe me abre puertas. Que las fuerzas no pueden, que el dinero no puede, que las palancas, las palancas es cuando uno va chapeado, ¿no? Encomendado por alguien, que nada puede, pero la fe te abre puertas. La fe te da acceso, la confianza en el Señor te da acceso en el Señor. Nunca jamás serán avergonzados. Nunca, jamás. Es su palabra, eso nos calla. Péngase sobre sus pies. Quiero decirle algo en esta mañana. Sobre cada uno de nosotros, hay algo que el Espíritu está haciendo. Levanta su mano y diga, estoy sometido a un proceso de transformación permanente. Diga, el Espíritu Santo está transformando permanentemente mi vida. Quiero que veas esto. Los discípulos llegaron a testificar en una reunión que Jesús se les había aparecido. Y Tomás, uno de los discípulos de Jesús, le dijo, que Jesús, que el Señor resucitó y que se les apareció. Y él dijo, si yo no lo veo, vista, sentidos, si yo no lo veo, yo no creo. Ver mis dedos en su herida, tacto. Si a mí los dedos, cuando yo toque, si a mí me dicen, pero eso de creer a una palabra, no. Eso no va conmigo. Y él no había terminado de hablar y Jesús se apareció en ese lugar. Y les dijo, paz a vosotros. Y Tomás los vio. Y Jesús le dijo, Tomás, ven, toca. Cuando tocó, cayó sobre sus rodillas y empezó a llorar. El Señor le dijo, no, no, levántate, levántate. Deja de llorar y levántate. Y le dijo, Tomás, bienaventurados, los que creen en mi palabra, los que necesitan el testimonio de los ojos. Porque yo soy espíritu. Dios es espíritu. Y cuando tú eres capaz de someter la razón a la palabra de Dios, la renovación de nuestra mente empieza a acelerarse. Si tú sometes la palabra de Dios a tu razón, va a ser difícil. Porque Dios te va a decir cosas que para la mente no tienen sentido. Todos los que estamos aquí, todos los que han oído la palabra, todos los que creen dar nuestras manos. Señor, estamos orando y estamos creyendo como iglesia que necesitamos seguir creciendo en esta renovación del entendimiento. A veces hay términos, hay palabras que no entendemos, pero no queremos movernos solamente por lo que razonamos. Que tu Espíritu Santo siga transformando nuestras vidas. Que nuestras mentes sigan siendo renovadas. Que podamos seguir caminando en este camino de fe. Señor, el mundo, el mundo camina bajo el engaño y caminan seguros y defienden su engaño. No queremos ser tímidos ante las realidades del reino. Ayúdanos a entender. Dígale, Señor, eleva nuestra fe. Ayúdanos a caminar en la fe que hereda. En la fe a la que nos has trasladado. Y que tu reino sea la realidad que gobierna mi vida. Que tu reino sea la realidad que gobierna todo lo que hacemos. Danos la capacidad de caminar en esta realidad. Ayúdanos, Señor, en este mundo convulso. En este mundo donde hay tantas voces. Donde hay tantas opiniones. Donde hay tantas razones. Ayúdanos a agudizar. Dígale, Señor, ayúdame a agudizar. Para oírte. Tú eres nuestro Padre. Y creemos a tu palabra. Y caminamos en tu palabra. Y nos gozamos en tu palabra. Y hayamos sentido en tu palabra. Padre, yo te pido, Señor, que tu Espíritu Santo transforme nuestras vidas como generación. No solamente la de nosotros. La de nuestros hijos, Padre de Gloria. Gracias por ayudarnos a crecer en este entendimiento. En el nombre de Cristo Jesús. Y la Iglesia del Señor dice. Y la Iglesia dice. Amén. Del Unatroide, Gloria.