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Once upon a time, there was a boy with beautiful green eyes that were as bright as light, captivating anyone who looked at him. However, over time, that brightness faded, leaving only darkness, fear, and hatred. Legend has it that on a lovely summer afternoon, perfect for spending time with friends and family, ten-year-old William, with brown hair and green eyes like his deceased father, was playing with a ball given to him by his mother for Christmas. The ball accidentally bounced out of the garden onto the street, and as William chased after it, a white van blocked his path. Two men dressed in white with masks on their faces quickly captured him. They covered his eyes and mouth, leaving him restrained and in darkness. When they finally removed the blindfold, William found himself surrounded by unfamiliar people. Hacía una vez, un niño de hermosos ojos verdes, eran tan brillantes como la luz, dejando hipnotizado a cualquiera que lo mirara. El problema fue que tiempo después ese brillo se apagó, dejando solo oscuridad, miedo y odio. Cuenta la leyenda que era una linda tarde de verano, perfecta para salir con amigos y familia. William, un niño de diez años, de cabellos castaños y ojos verdes, al igual que su padre fallecido. El pequeño William jugaba con una pelota que fue regalada en Navidad por su madre. El pequeño se divertía por horas en la bebedera de su casa, disfrutando del día y del momento, hasta un falso golpe a la pelota hizo que ésta rebotara fuera del jardín hacia la calle. William, sin pensarlo, corrió detrás de la pelota en busca de ella, pero sin darse cuenta una camioneta de color blanco como la nieve se paró frente a él impidiendo su camino. William se detuvo de golpe viendo al vehículo con curiosidad por tal acción, pero lo que lo sorprendió más fue cuando dos hombres vestidos de blanco y con mascarillas que tapaban su rostro, William retrocedió rápidamente intentando escapar de esos hombres, pero ellos fueron más rápidos, logrando atapar al pequeño niño que luchaba por escapar de sus manos. Uno de los hombres sacó un pañuelo y lo colocó en la nariz del pequeño, haciendo que pronto el anterior nombrado fuera perdiendo fuerzas y terminando cayendo en los brazos de Morfeo. Todo era oscuro, el lugar olía a desesperación y miedo, cuando William abrió los ojos vio todo completamente oscuro, una venda tapaba sus ojos evitando que viera y una cinta tapaba su boca evitando cualquier sonido por parte del pequeño. Se sentía débil por algo que lo retenía, sentía como si estuviera atado a una silla, sus tobillas y muñecas dolían al sentir una fuerte presión en ellos, él solo podía escuchar pasos, murmullos y ruidos de cosas golpeando algo de metal, haciendo sonar un fuerte sonido. Alguien o algo le quitó la venda de los ojos a William, dejándolo ver por completo el lugar y las personas que lo rodeaban, al mirar.