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Por eso no quiero decir que esta pistola no tenga importancia, creo que esta pistola nos imparte cierta carga, cierta visión acerca de la estructura y el origen de la vida cristiana. Por ejemplo, cuantos de nosotros sabíamos o conociamos que nuestra vida cristiana tiene una estructura? Verdad? Eso lo vemos en el capítulo 1, en el artículo 9, perdón, en el artículo 3, Dice lo siguiente, acordándose y sentarse delante de Dios y Padre Nuestro en nuestra obra de fe. Este es el primer elemento de nuestra vida cristiana, la obra de fe. Número 2, de nuestro trabajo de amor. Este es lo segundo y lo tercero de nuestra perseverancia en la esperanza de nuestro Señor Jesucristo. Estas tres cosas son la estructura, la base de nuestra vida cristiana. Todo esto es una obra de fe. Esto quiere decir dos cosas. Por un lado, las cosas en las que nosotros creemos, los puntos de la fe común, creemos que la Biblia es la palabra de Dios, creemos en Dios, en el Señor, creemos que el Espíritu y el Espíritu son tres cuales uno, creemos en la obra salvadora de nuestro querido Señor, creemos en la Iglesia. Entonces, todos estos aspectos son los puntos de nuestra fe común, son los puntos de lo que nosotros creemos. Por eso está el objetivo, verdad, es algo que nosotros creemos. Por eso ahora decía aquí Jesucristo también es algo subjetivo dentro de nosotros. Es lo que nos lleva a creer. Luego, nuestro trabajo de amor y nuestra perseverancia en la esperanza. Y algo que yo, es lo que quería decirte, es que tienes razón, es que esa vida que tiene su origen, que tiene su estructura, necesita crecer. ¿Verdad? Es como un bebé, es que este bebé tiene todas las capacidades de la vida, por ejemplo, este bebé que yo le quiero rellenar. ¿Verdad? Él tiene vida, pero la vida humana que está en él necesita crecer, necesita desarrollarse. Cuando nosotros recibimos al Señor, nosotros en cierto sentido, llegamos a ser infantes espirituales, ¿verdad? Recibimos la vida de Dios, por esa vida necesita crecer, por esa vida necesita desarrollarse. Y es aquí donde entra nuestra función. Por un lado, de manera personal, necesitamos ir en nuestra búsqueda, ¿verdad? Personal, de tocar al Señor, de disfrutarlo cada día, de amarlo cada día, de leer sus palabras. Pero por otro lado, hermanos, necesitamos darnos cuenta de estas dos cosas. Por un lado, cada uno de nosotros necesita tener una madre y un padre espiritual. Y número dos, necesitamos nosotros ser para alguien un padre y una madre espiritual. Esto quiere decir que alguien tiene que ayudarnos a aumentar el crecimiento de esta vida en nosotros. Es como este bebé, si el padre y la madre no lo alimentan, ¿ustedes creen que va a poder crecer sano? No, necesitan la labor tanto del padre como de la madre. Y esto en los versículos de Nehemiah 2, es que aquel apóstol Pablo dijo que fue como una nodriza para los estadounidenses. ¿Verdad? Es una nodriza que amamazaba y le cuidaba con ternura. Parece ser que la labor de una nodriza no es algo muy visible, ¿verdad, hermanos y hermanas? ¿Qué tan visible es la labor de una madre? No es algo que se activa públicamente, ¿verdad? Es una labor, ¿dónde? En la casa, en el hogar. Ahí está la madre cuidando, sufriendo todo lo que necesitan los hijos. Pues es una labor sumamente necesaria para aumentar el crecimiento de esta vida en nosotros. Número dos, tal vez el trabajo de un padre, podríamos pensar que es algo, tal vez un poquito más visible, pero en cierto modo no es tan visible. Muchas cosas de la explotación de los padres, no es de manera pública, es de manera, ¿dónde? En nuestro hogar. Así que quiero hablar con todo, con este transformador, hermanos. Número uno, que necesitamos cada uno de nosotros crecer en la vida divina. Necesitamos madurar en esta vida que ha sido instalada en nosotros. Pero número dos, y con esto tal vez podamos compartir otros asuntos, es que necesitamos ser estas madres y estos padres espirituales para la siguiente generación que está entre nosotros. Eso quiere decir que debemos tener un corazón de amor. En el libro de Cultivar la Siguiente Generación se nos menciona que debemos tener una fe positiva. ¿Qué quiere decir eso? Que tal vez a mis ojos, tal joven, tal adolescente, me pareciera ser que para mí no tiene un futuro muy prominente, pero yo debo tener una fe positiva en ese joven. No verlo con mis ojos naturales, sino verlo según Dios los ve. Por eso necesitamos ser una madre, ¿verdad? Necesitamos ser un padre que cuida y que mamás dan con ternura. Entonces, yo solamente quería abrir este tiempo, tal vez ahorita vamos a compartir algunas otras cosas, pero quisiera poner esto como de trasfondo. Tenemos una vida que está en nosotros, una vida que necesita crecer, pero tal vez ahora nuestra función, por un lado, de seguir fomentando nuestro crecimiento, necesitamos ayudar a fomentar el crecimiento de otros. Número uno, siendo una madre que mamanta, y número dos, siendo un padre que exhorta, ¿verdad? Exhortar no está relacionado con reprender o regañar, ¿verdad? Exhortar quiere decir palabras que infunden aliento, tal vez sí cierta corrección, pero que también infunden aliento a fin de que nosotros podamos seguir creciendo en la vida divina. Qué bendición que tenemos la palabra de Dios, hermanos y hermanas, que tenemos ejemplos de cómo podemos nosotros avanzar y crecer en esta vida divina. Y ser factor para que otros que están tal vez más jóvenes que nosotros o más jóvenes espiritualmente, nosotros seamos un factor por el cual ellos puedan crecer. Siendo estos padres y estas madres que amamantan y que cuidan con ternura, y siendo estos padres, ¿verdad?, que exhortan, que alientan a fin de que esta vida divina crezca en nosotros. Amén. Amén. Es bueno estar aquí, Santos. ¿Saben cuál es el mayor problema entre los creyentes y las iglesias hoy en día? ¿Saben cuál es el problema? El problema número uno es que no estamos llenos de Cristo. ¿Están de acuerdo? El problema número uno. El problema número dos es que no todos están funcionando. ¿Están de acuerdo? Porque estamos carentes de Cristo y no funcionamos de manera apropiada. Si usted le pregunta a los cristianos, ¿está usted lleno de Cristo? Incluso ellos no saben de lo que usted le está hablando. Ellos quizás digan, yo soy un cristiano, yo iré a los cielos. Eso es lo que a ellos les interesa. Un hermano joven le estaba hablando a su amigo el día de ayer. Él tiene catorce años. Y la pregunta que su amigo le preguntó fue, ¿cuál es la diferencia entre la recuperación del Señor, que es donde usted está, y otros cristianos? ¿Cuál es la diferencia entre el recobro del Señor y el cristianismo? Pero él no tuvo una respuesta el día de ayer. Así que él me preguntó el día de hoy. Yo le dije, la mayor diferencia es que nosotros disfrutamos a Cristo. Y ellos están esperando ir al cielo. Así que ellos no saben lo que significa disfrutar a Cristo hoy. Y el segundo problema más grande es que ellos no saben cómo funcionar como miembros del Cuerpo de Cristo. Pero nosotros sí. El problema es que lo sabemos, pero no disfrutamos tanto a Cristo. Y tampoco funcionamos tanto. ¿Qué piensan los discípulos? Estuvo bien que usted se levantara a leer algo. Sin que se le pidiera. Es muy bueno. Debemos hacer eso todo el tiempo. Usted no espera que los hermanos responsables le digan qué hacer. Usted disfruta un versículo de parte del Señor y usted solo lo lee. Usted tiene una experiencia de Cristo, compártala. Usted tiene una oración, pues ore. Usted tiene un himno que ha estado cantando durante el día, pues pida ese himno. Usted no viene a la reunión y dice, oh, tenemos que cantar un himno, veamos cuál. Eso es algo religioso. En 1 Corintios 14 lo dice. Que usted, venga, cada quien tiene un himno, un salmo. Si usted venía cantando en el camino, entonces pida que todos nosotros cantemos con usted. ¿Qué tal una reunión como esa? Usted no espera a los hermanos responsables para que pidan un himno. De hecho, yo he escuchado en algunos lugares que dicen, las hermanas no pueden pedir himnos. ¿Han escuchado tal cosa? ¿No? Alguien me dijo eso. Anteriormente, incluso la semana pasada. Yo estaba allá dando clase en el entrenamiento de tiempo complejo y uno de los entrenantes me dijo eso. ¿Usted puede encontrar un versículo en la Biblia que diga que las hermanas no pueden pedir un himno? ¿Podemos encontrar otro versículo que los santos deben esperar hasta que los responsables inicien la reunión? No hay tal versículo. ¿Qué es lo que la Biblia dice? En Efesios 4.14 La cabeza nos dio muchos dones. Y el versículo 12 dice, para el perfeccionamiento de los santos. Los santos. Usted es un pequeño santo. Pero es un santo. Mientras usted haya sido salvo y bautizado, usted es un santo. Para que los santos puedan hacer la obra del ministerio. Cuando usted escucha acerca de la obra del ministerio, usted puede estar pensando, oh, sí, el hermano Lee, sí, sí, sí, el hermano Lee, sí. Y el hermano Lee está con el Señor ahora. Bueno, el hermano Lee ya pasó a estar con el Señor y ahora quizá pensemos, sí, el hermano Ron Kangas. Oh, sí, son los colaboradores. Los colaboradores están para perfeccionar a los santos. En este salón, ya tenemos a ella. Y desde aquí hasta donde están nuestras hermanas, todos ustedes son los santos. ¿Y qué es lo que los santos hacen? Ellos hacen la obra del ministerio. ¿Cuál es la obra? Es ministrar a Cristo. Porque disfrutamos a Cristo, entonces ministramos a Cristo. Es para que permitir que el agua fluya. Porque bebemos del agua viva y esta agua viva fluye. Es para permitir que el vino fluya. Bueno, supe que están en la semana cuatro. Y eso de este vino que fluye está en la semana cinco. Pero ustedes no tienen que ir a la semana dos. Eso ha estado ahí en la Biblia por más de dos mil años. Cuando ustedes hacen eso, ¿qué sucede? Este vino alegra a Dios y a los hombres. Dios está contento y los hombres también están contentos. Bueno, ahí dice que de tal manera Dios amó al mundo. Dios amó a todo el mundo. Pero nosotros no podemos amar a todo el mundo. Porque somos muy pequeños. Pero tenemos familiares. Que aún no han sido salvos. Necesitamos amarlos. Permita que el vino fluya ahí. Tenemos niños, bebés. Estos dos pequeños bebés son miembros potenciales del Cuerpo de Cristo. Entre más jóvenes, más potencial tenemos. Porque el Señor lo dijo. A menos que seas como un niño. No podrás entrar al Reino de los Cielos. Nosotros somos personas ya mayores. No tenemos tanto potencial. Bueno, ellas tienen más potencial que yo. ¿Saben eso? ¿Sabías eso? Es que sí. Entre más jóvenes, mejor. Porque ustedes tienen más tiempo para leer la Biblia. Para conocer al Señor. Para disfrutar, conocerle, disfrutarle, orar. Más años que los demás. Cada uno de nosotros debe ser perfeccionado. El problema es que la Biblia nos dijo eso, pero hasta hoy, año 2024, la mayoría de nosotros todavía no funciona bien. Todavía esperamos a los líderes, a los líderes. A los hermanos responsables que nos guíen. ¿Saben? El verdadero líder es Jesucristo. Solo dice en la Biblia. Él es nuestro líder. Y está viviendo dentro de nosotros. Pero necesitamos perfeccionamiento. Necesitamos dejarle que nos perfeccione. Y ser guiados por él. Y el resultado del ministerio de los santos es la edificación del cuerpo de Cristo. En teoría conocemos que todos somos miembros del cuerpo de Cristo. Pero en experiencia, somos cortos. ¿Saben quién edifica el cuerpo? Cada miembro. El hermano Félix no puede edificar el cuerpo. La noche anterior él dio un testimonio ahí en el MSM. ¿Qué fue lo que pasó después de eso? Yo le dije a alguien acerca de su testimonio. No esta mañana. Yo oré con algunos hermanos y les estaba argumentando acerca de su testimonio. Bueno, él trajo muchas de sus familias al Señor. Muy bien. Pero eso no es suficiente. Todos nosotros tenemos que hacerlo. No sólo digamos, oh el hermano Félix es muy bueno. No, todos necesitamos ser buenos. Bien. Bueno, yo supe que ustedes han estado orando por un equipo de recinto. Eso es maravilloso. ¿Quiénes están en los recintos? Bien, yo era joven una vez. Cuando yo estaba en la universidad, tenía como tu edad. Un poco después tenía como la edad de ellos y ya tuve un bebé. ¿Pero quiénes son parte del equipo de recinto? De hecho, cuando yo era universitario, yo era parte de un equipo de recinto. Porque yo tenía como unos 18 o 20 años. Yo estaba pastoreando a algunos estudiantes. Y mientras estaba en la universidad, yo pastoreaba a la gente. Orábamos cada mañana. Y teníamos una reunión para comer cada día. Y luego íbamos a todas las reuniones de oración. Y luego pastoreábamos a los estudiantes. Y después de que me gradué, yo estaba trabajando por un tiempo. Y me casé. Y me casé. Y me mudé cerca del recinto. Yo estaba predicando el Evangelio ahí. Y pastoreando a los nuevos. Ese es un equipo de recinto. Yo tenía un trabajo. Estaba trabajando. ¿Estás esperando a que los recintos vengan? ¿A ser tu equipo de recinto? ¿Estás esperando? ¿Estás esperando hermano? No esperemos. Quizás ellos nunca vengan. Pero usted puede. Todos ustedes que aman al Señor. Pueden ser el equipo de recinto. Toda la iglesia puede ser el equipo de recinto. No esperemos por alguien. No esperemos que los responsables vengan y pidan los signos. No esperen a los colaboradores que vengan y les digan que hacer. No espere por los de tiempo completo y espere que los del equipo de recinto. Así que cuando usted está esperando eso, es una señal de degradación. ¿Sabían eso? Cuando todavía usted está esperando, usted está en degradación. Cuando usted comienza a orar. Ahorita pedimos un guiño de orar. Cuando usted comienza a orar. Cuando usted comienza a orar. Es un himno para orar. No solo cante aquí. Levántese en la mañana y ore. Nos gusta cantar los himnos, pero no nos gusta hacer lo que dice ahí. ¿Es correcto eso? Venimos aquí a las reuniones y decimos muchas cosas. Y vamos a la casa y no hacemos nada. Eso se le llama hipocresía. ¿Saben lo que hacen los hipócritas? Si dicen algo en la boca, no lo dicen en el corazón. Así que yo podría llamar a nosotros mismos, muchos de nosotros, hipócritas sin intención. Hipócritas sin intención. Los hipócritas tienen la intención de decir algo, pero quizá no lo sientan. Pero quizá no queremos ser hipócritas, pero lo practicamos. Porque cantamos un himno que dice, orar, orar, más. Y vamos a nuestra casa y hacemos algo más. A fin de funcionar, necesitamos a Cristo. Sin Cristo, todo lo que hagamos está bajo la condenación del Señor. Dios sólo está contento con Cristo. Y todos nosotros vamos directo a la cruz. Necesitamos estar llenos de Cristo a fin de funcionar, a fin de edificar la iglesia. Pero no tenemos a Cristo. Y número dos, no tenemos la intención de funcionar. Así que cuando carecemos de Cristo, somos débiles. La noche de ayer yo leí una porción, recuerda Mano Félix, que usted nos trajo. Mano Lee nos dijo que estamos aquí no sólo para disfrutar a Cristo, debemos estar desesperados por el aumento en la iglesia. Él usó la palabra desesperados. Muchos de nosotros no estamos desesperados por funcionar. Así que estamos esperando. Así que no funcionamos. Y muchos de los incrédulos no son salvos. Yo estaba pensando, cuando estábamos orando y cantando, ¿Has leído a todas estas personas alrededor de ti? ¿Esta calle aquí? ¿Esta calle por allá? ¿Les han predicado a ellos? ¿Qué ha pasado? ¿Por cuántos años ha estado este local de reunión aquí? ¿15 años? ¿20 años? 20 años. Las personas están muriendo cada año. Las personas están muriendo cada año. Ellos no escuchan el Evangelio, entonces mueren. Ellos no escuchan el Evangelio y mueren. Otros no escuchan el Evangelio y mueren. Sería bueno que se junten en grupos vitales, equipos vitales, y vayan y prediquen a las personas. Alrededor de las dos y media muchos jóvenes vienen a esta tienda. ¿Acaso les han predicado a ellos? Este es nuestro problema. Número uno, carecemos de Cristo. Estamos carentes de la carga de predicarle a las personas. Yo no sé a quién estamos esperando para que les prediquen. Habían muchos de ellos ahí. Hermanos, deberían de tener ahí cerca de la puerta muchos tratados. Pongan ahí algunas cajas, cajitas, y cárguenlos con tratados. Después de la escuela usted viene aquí y reparte tratados y predica el Evangelio. ¿Qué tal de sus vecinos? Hermano Watchman Lee y hermano Witness Lee esperaban que el 10% de la población fuera salva. Aquí en todo el país de México hay 140 millones de personas. Y hay alrededor de 14 millones de cristianos. ¿Qué tal de sus vecinos? Viven ahí en su calle. Hay 20 casas ahí. Usted debe de esperar que al menos dos de esas casas sean salvas. ¿Correcto? Debe de orar por ellos. Debe ir a conocerlos. Debe de ser de sus amigos. Y invítelos a su hogar para un café. Le da pequeños obsequios. Y luego tiene que predicarles el Evangelio. Esperemos que al menos el 10% de ellos sea salvo. Yo me acabo de mudar a un nuevo apartamento ahí cerca del entrenamiento de tiempo completo. Y ahí alrededor tenemos cerca de 20 casas. Estamos conociendo a las personas uno a uno. Hemos conocido alrededor de 5. De algunos jóvenes. Niños. Queremos hablarles a ellos y darles algunos obsequios. Queremos invitarlos a nuestro hogar. Y por el tiempo queremos tener una reunión de vecindario ahí con los niños. ¿Qué tal eso? ¿Una reunión de vecindario para niños? Yo creo que ellos tienen una. ¿Correcto? Ellos dos tienen una reunión ahí en los apartamentos. Estoy tan contento de escuchar eso. Bien. Lo que estoy diciendo aquí es que necesitamos más Cristo. Número uno. Y número dos. Necesitamos funcionar. No espere por otros. Digamos Ellos tienen bebés. Y una vez que el bebé ya está afuera ¿qué es lo que usted hace? Usted cuida del bebé. De manera física. Y luego de manera psicológica. Pero con el tiempo debe llegar a ser una relación espiritual. Algunos de ustedes no tienen bebés aún. Ustedes son adolescentes todavía. Lo mismo. Con el tiempo ¿quién se supone que debe cuidar de los niños y los adolescentes? Ustedes, hermanos. Correcto. Es su servicio. Su función. El hermano Lee al final de sus días dijo los colaboradores deben de amarse unos a otros. Eso significa que todos los hermanos deben de amarse unos a otros. Y él dijo las esposas deben de amarse unas a otras. Y al final también él dijo tenemos que amar los hijos de los unos de los otros. Saben que en la resurrección este bebé no será su hijo. Disfrútenlo en tanto ustedes puedan. Pero en la resurrección él será un hijo de Dios. Y todos nosotros tenemos los hijos de Dios. Tenemos la virgen, la novia de Cristo. Así que ustedes, hermanos, no pueden decir este es su bebé. Necesitamos amar los bebés de los unos de los otros. Correcto. Esto es así como usted edifica la iglesia. Ustedes tienen que servir a todos los niños y también servir a sus amigos. ¿Usted tiene algunos amigos en su escuela? ¿Alguna vez los ha traído a su casa? Usted debería traerlos a su casa. Había una hermana joven en Australia y ella casi tiene la edad de nuestra hermana. Un día después de la reunión vino a mí y él me preguntó ¿Cómo puedo predicarle a mis amigos? Así que yo invertí 15 minutos con ella. Y la siguiente semana ella trajo una amiga a su casa. Y la siguiente semana su amiga invocó el nombre del Señor y fue salva. Y el siguiente mes su madre escribió diciendo que ya le estaban hablando a sus padres. Su esposa estaba testificando esto ayer. Deben de unirse al MSM para aprender mucho. ¿Cuántos de ustedes están en el entrenamiento del MSM? ¿Cuántos estuvieron ayer? ¿Cinco? ¿No están interesados en funcionar? ¿Cómo usted no se unió? Ven. Usted, hermana, trajo esta porción en el himno pero va a su casa y todo queda ahí. Regístrense. Únanse. Únanse al entrenamiento para el próximo miércoles. Bueno, su esposa estaba testificando de que algunos niños vinieron a su casa. ¿Cuántos? A la reunión. Seis o siete niños. Yo escuché que ya una familia vino a la vía de iglesia. Muy bien. Amad a vuestros vecinos. El Señor dijo, amad a vuestro prójimo como a ti mismo. Amén. Debemos de servir a los niños y a los jóvenes en la iglesia. Y a través de ellos sirvamos a sus amigos. Esta semana leíamos este asunto acerca del vino que alegra a las personas. Necesitamos alegrar a nuestros vecinos. Ahí dice que alegra a Dios y a los hombres. Hacen que Dios y los hombres estén contentos. ¿Y cuál es el primer mandamiento? Amar a Dios. ¿El segundo? Amar a tu prójimo como a ti mismo. Todo esto se conecta. Cuando usted tiene este vino que fluye, usted hace que Dios esté alegre y los hombres estén alegres. Primero hagan que sus niños estén contentos. Y hagan que sus amigos también estén contentos. Yo les digo, esto es importante. No esperen que los de tiempo completo vengan. Es su trabajo. Es su labor. Cada uno tenemos una labor. Yo tuve un negocio después de que me gradué de la universidad hasta que tuve 45 años. No había hermanos de tiempo completo. Nosotros éramos los de tiempo completo. Entretanto, éramos salvos. Teníamos que servir a Dios. Algunos de nosotros tenemos trabajos. Otros no lo tienen. Pero todos sirven. Y usted es un estudiante. Usted también tiene que servir. Usted también es un estudiante. Tiene que servir. Ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, ya sea joven o mayor, Gracias hermanos, principalmente, con la presencia de quien está aquí con nosotros, somos pastoreados, estamos en la iglesia, estamos en el MSF, algunos queremos continuar animando a los hermanos que oramos, como en el día de la fe oramos, para quemarnos, digamos los grupos invitados, digamos, es el punto principal, uno ha morido con el señor, y de ahí viene la carga, con los grupos invitados, si hay algunos que ya están, o ya están añadiendo, están añadiendo a los hermanos, a los grupos, pero tenemos que, estamos orando para que más, hay que mucho de qué resentimos, hay mucho de qué resentimos, pero tenemos que seguir adelante, estamos contentos de que nos haya visitado, un pastoreo también para nosotros, estamos contentos, así como el niño alegrador, el niño, queremos que el señor también esté contento, estamos contentos del señor estar aquí con nosotros, a ver si tenemos algunas oraciones, señor, agradecemos que estés en nuestro espíritu, que nos guste más hasta que estemos llenos de espíritu, para que podamos servir a Dios y a los hombres. Señor, nos resentimos de no tomarte y de no estar desesperados, que nos pastoreara a nuestros jóvenes, que nos muevan, que nos recuperaran los sueños de tiempos, que nos levanten como en la iglesia, y que nuestros jóvenes y niños reciban un cuidado propiado por el propaganda evangélico. Señor, nos resentimos, señor, por no buscar ser llenos de amor, o por no tener una carga como el del mar, pero gracias a que tú tienes misericordia, tenemos la oportunidad una vez más. Señor Jesús, le decimos que sí queremos avanzar, queremos proseguir. Señor, queremos proseguir, nos resentimos y hemos perdido nuestro primer amor, señor, porque no hablan de salvación. Le decimos que un día delante a los niños nuevos, a los hermanos que vienen, a los hermanos que están y a los que están, nos vamos a poner uno ante el otro con tanta fuerza y con tanto amor. Señor, nos resentimos, señor, por no tener un confinamiento normal en la vida del ser. Señor, ayúdanos a arrojar los rostros, a arrojar los rostros. Señor, gracias a ti nos encircularemos de manera automática. Señor, nos resentimos, señor, porque queremos ser transparentes, hablar una cosa y hacer otra. Señor, nos resentimos, señor, porque cada día nos dan la oportunidad de mostrar a nuestros habitantes sus bienes, de visitar su iglesia, de ser cuidados por los niños, de ser cuidados por los jóvenes, de ser cuidados por los niños, señor. A usted su nombre, señor, de ser cristianos normales, de ser cristianos nacionales. Señor, queremos avanzar, porque tú siempre nos hablas de manera fresca y nueva. Señor, gracias por abrirnos tu corazón. Señor, refleja tu corazón en el vuestro. Señor, queremos avanzar justamente contigo. Señor, tomándote a ti como nuestro suministro. Señor, tarde nos arrepentimos. Señor, perdónanos. Señor, límpianos por tu sangre preciosa. Señor, dejemos de llevar una vida rutinaria. Señor, dejemos de la inmersión rutinaria. Señor, que no suceda nada así. Señor, queremos ser esos que estamos llenos de Cristo, de aceite, con los que funcionamos de manera normal en la iglesia. Señor, pastoreando a otros, perfeccionando a otros, cuidando a nuestros niños, a nuestros jóvenes. Señor, predicando el Evangelio también a tiempo y hora de tiempo. Señor, damos esta vida de iglesia rica. Señor, cuando necesitamos una vida de iglesia normal. Señor, que nos queden los asuntos de la vida nuestra. Señor, que no nos arrepentimos. Señor, para los que decimos que en el mal ojo nos equivocamos, lo excluyemos. Señor, nos arrepentimos por esta decadencia de 20 años. Señor, aunque este loco no haya creído en ningún vecino. Señor, por favor, vuelve a nosotros. Señor, liberanos para hablarles a las personas. Señor, que tratamos todos los asuntos. Señor, que empecemos a funcionar. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. Señor, Jesús. 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