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AUDIO-2022-04-10-22-37-19

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ლელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელელე� Meditación de sanación por Dora Restrepo y María Dolores la Fuente Sientate en una posición cómoda, con la espalda recta y los ojos cerrados. Relaja tu cuerpo, desde la cabeza hasta los pies. Relaja el cuello, los hombros y brazos, la espalda y los brazos. Relaja la cabeza, las caderas, las piernas. Siente tu cuerpo libre de toda tensión. Respira profundo por la nariz. Exhala y haz una pequeña pausa. Exhala y haz otra pequeña pausa. Sigue respirando de manera consciente y disfruta cada respiración. Mantén tu boca cerrada y con la punta de tu lengua, toca el paralar superior. Durante la meditación, con los ojos cerrados, dirige la mirada hacia el entrecejo. Tu respiración es lenta, profunda y consciente. Ahora que estás relajado, entra tu atención en el corazón. Visualiza una escena, una persona o una mascota que te inspire amor y ternura. Y permite que ese sentimiento te llene de gozo. Con la conciencia en tu respiración, continúa sintiendo ese amor y ternura. Dirige ahora tu atención hacia arriba, encima de tu cabeza. Y visualiza tu alma como una luz brillante. Al inhalar, visualiza que más allá de tu alma, está la chispa del Espíritu. Y cómo su luz blanca diamantina desciende hacia tu alma y a tu cabeza, llenándola con la cualidad del amor sanador, que ahora va descendiendo lentamente por tu frente y toda tu cara. Siente cómo esa luz baña tus mejillas, tus orejas, tus labios y fluye hacia tu garganta. Tus hombros y brazos, las sientes en tus manos. Desciende hacia tu pecho, llenando el tórax, acariciando tu corazón y tus pulmones. Ahora, dirige esa luz hacia el abdomen y siéntela permear el hígado y la vesícula del cerebro. Desciende hacia tu pecho, llenando el tórax, acariciando tu corazón y tus pulmones. Desciende hacia tu pelvis, pasando por los riñones, la vejiga, las glándulas reproductoras y los genitales. Ahora, al exhalar despacio, dirige la energía hacia atrás, hacia tu coxis y contrae ligeramente los músculos de tu pelvis y del abdomen inferior, haciendo que esta energía luminosa ascienda por tu columna vertebral y se expanda al llegar a tu cabeza. Ahora, tu cráneo y tu cerebro están dentro de una esfera de luz blanca. Conociendo la dinámica, hazlo tres veces de manera continua según tu ritmo respiratorio, con plena conciencia. Inhala mientras desciendes la luz blanca, diamantina, de amor puro. Siéntela a llenar tu cuerpo hasta la zona de tus genitales. Y exhala, moviendo la energía hacia el coxis, ayudando con la presión muscular de la zona y de tu abdomen inferior, a que esa energía ascienda por tu columna vertebral hasta la cima de tu cabeza. Ahora, en la inhalación, siente que expandes tu conciencia, al permitir que la luz que desciende del espíritu, al llegar a tus genitales, siga fluyendo hacia tus piernas, incluyendo las rodillas, los tobillos y los talones. Y sigue descendiendo. Siente cómo se expande debajo de tus pies, iluminando el planeta Tierra, la Madre Tierra. Siéntelo. Estás en esa luz blanca diamantina, líquida y brillante. Y desde tu ser, llenas todo con esa luz divina. Integras el espíritu infinito con la materia, con la Madre Tierra, con la naturaleza. Tu cuerpo se llena más y más de esa luz de amor vibrante y radiante. El espacio entre tus células es un mar luminoso. Todos los tejidos de tu cuerpo se receneran con esa luz pura, que se nutre del cielo y de la tierra. Siente cómo en cada respiración liberas aquello que deseas cambiar, resolver o curar. Así lo entregas a la luz infinita y te liberas de las limitaciones autoimpuestas, enfermedades y de toda condición, emoción o sentimiento que te limite. Todo lo que impida la expresión de tu ser real. Lo que necesitas liberar, lo entregas y disuelves en la luz infinita. Durante tres respiraciones completas, lentas y a tu ritmo, en la inspiración desciende la luz del espíritu, pasándola por todo tu cuerpo y el planeta Tierra. Y en la expiración das un giro a la energía, ascendiéndola desde la Madre Tierra hacia tu columna vertebral y tu cabeza. Siente tu cuerpo, tu respiración. El secreto es sentir y elevar la vibración. Al inhalar trae lo infinito del espíritu a lo finito de la materia, del cielo a la tierra. Desciende el espíritu y lo integras en la tierra de tu vida. Al exhalar ofreces tu yo al infinito. Liberas y disuelves los pensamientos, emociones y sensaciones en la luz. Así, asciendes tu tierra al cielo. Desciende la luz del espíritu. Ahora, centra tu atención en el corazón. Y reaviva el sentimiento de amor y ternura. Ese sentimiento asciende como luz desde el corazón a través de tu garganta, hacia el centro de tu cabeza. Mantente consciente de esa conexión. Al inspirar atrae hacia el centro de tu pecho la luz blanca diamantina del espíritu y el amor de la Madre Tierra. Y al expirar irradia esa luz blanca con una tonalidad dorada desde tu corazón al espacio. Tu cuerpo es de luz blanca y dorada. Siente como irradias alegría, salud, paz, vitalidad y amor incondicional. Respira visualizando este milagro de transformación cuando desciende la energía del cielo. Y de transmutación cuando asciende la energía de la tierra. Y este milagro se realiza en tu corazón. Respira. Disfruta de este privilegio de ser el instrumento que integra en tu corazón la energía del cielo y de la tierra. Respira. Eres un ser lleno de amor. Respira visualizando este milagro. Siéntelo. Siente tu cuerpo. Es el templo de la luz divina. Guarda en la memoria de tus células esta experiencia espiritual de amor. Siente gratitud y agradece al universo esta experiencia. Sin prisa y muy despacio puedes empezar a moverte. Desde los pies haz pequeños movimientos para tomar conciencia de tu cuerpo. Y de la aquí y ahora. Estira tus brazos. Abre tus ojos suavemente. Toma conciencia del entorno, del lugar. Y busca algún elemento de color tierra. Observa su forma, color. Siente su textura. Y siente como te conectas con el aquí y ahora. Observa su forma, color. Y busca algún elemento de color tierra. Observa su forma, color. Y busca algún elemento de color tierra. Observa su forma, color. Y busca algún elemento de color tierra. Observa su forma, color. Y busca algún elemento de color tierra. Observa su forma, color. Y busca algún elemento de color tierra. Observa su forma, color. Y busca algún elemento de color tierra.

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