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Estudiantes: Bustos, Vanesa Carricaburo, Daiana Gallardo, Dayana Ferreyra, Adriana Ferreyra
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Estudiantes: Bustos, Vanesa Carricaburo, Daiana Gallardo, Dayana Ferreyra, Adriana Ferreyra
A group of students from the Instituto Rojas analyze the cultural consumption of children through screens, focusing on a series called "Esquiviri Toilet." The series, created by a YouTuber, features episodes that can be watched on YouTube Shorts and TikTok. The students discuss their personal opinions on the series and how it relates to the concept of taste and cultural construction. They also explore how the series extends beyond the original videos through transmedia storytelling and how factors like age and access to technology influence its appeal. The students reflect on how their generation's relationship with technology differs from previous generations and how this affects their consumption of digital content. Hola qué tal, buen día. Somos Dayana, Adriana, Vanessa y Dayana nuevamente, estudiantes del Profesorado de Educación Primaria del Instituto Rojas y en el siguiente podcast analizaremos el consumo cultural infantil mediado por las pantallas. Esquiviri Toilet, un fenómeno que asesina a los niños y aterra a los padres. ¿Qué es Esquiviri Toilet? Es una serie creada por el youtuber gregoriano Alexey Gerasimov que consta al menos de 15 temporadas, cada una compuesta de varios episodios cortos que están acompañados de una canción muy pegadiza. Estos episodios pueden ser vistos en YouTube Shorts y en TikTok. Cada vídeo dura entre 15 segundos y menos de 3 minutos. El canal de YouTube tiene actualmente más de 300 millones de visitas, algo increíble para el poco tiempo que tienen en red. Los protagonistas son inodoros con cabezas humanas algo tenebrosos, que saltan a la pantalla, hablan de una manera extraña y combaten en guerras con armamentos tejados. Para mí, Esquiviri Toilet es un discurso animado extraño, ya que son inodoros con cabezas humandes. Yo esto no lo consumo, pero si hablo de este tema porque me da un poquito de gracia. Y bueno, eso, para mí es un discurso animado extraño. Hola, soy Juana y para mí los Esquiviri Toilet son unas cabezas inodoros que hablan, que cantan una canción muy rara y nada. Eso. Veo Esquiviri Toilet, pero no es que lo veo y veo un montón de cosas. Yo lo veo y cuando sale un nuevo capítulo, yo lo veo, si, todo bien. Y veo hasta reacciones de YouTubers que ven eso y después me lo veo un poquito, pero no lo veo un poquito hasta que YouTube me avisa que salga un nuevo capítulo. Los Esquiviri Toilet a mí me gustan, y algunos de ellos también, que son cabezas que salen del inodoro. Bueno, chicas, no sé ustedes, pero la verdad que después de escuchar todo lo que dijeron las instancias me quedé sorprendida. Mal, mal, mal. Yo te digo, no conocía este fenómeno, lo conocí raro, raro, y lo estoy conociendo ahora. Y la verdad es que todo lo que vimos, lo que aprendimos de los chicos, lo pude relacionar con lo que habíamos visto en clase con la autora Carolina Duer. Cuando ella habla del concepto del gusto y nos dice que aquello que a los chicos o a las chicas les gusta está relacionado con los discursos que les rodean, las experiencias que tienen y las vivencias que realizan en su vida cotidiana. Y bueno, esto lo vimos claro cuando habla con Dante, con Juana, con Juli, con Diego. Todos coincidieron en que les gustaba o lo miraban porque en la escuela sus compañeritos lo hacían o les compartían los videos. Incluso creo que fue Diego el que dijo que lo veía porque le aparecían las notificaciones cada vez que había un episodio nuevo. Y siguiendo con la idea del web, cuando habla del gusto dice que es una construcción cultural y por eso es cambiante, es dinámico. Si pensamos en nosotras, no nos gusta lo mismo hoy que ayer o que hace tres años. Nuestro gusto va cambiando. Y esto es lo que sucedió con estos chicos también porque por ahí en off nos decían, por ejemplo a mi sobrina me dijo, no tía, esto ya pasó de moda, no lo miro más. Yo te lo cuento pero yo ya no lo miro. Entonces bueno, ahí podemos ver cómo es esta construcción del gusto, el tango pasajero. Pero lo miran porque otros lo tienen mirando. Bueno, pero también esto lo podemos relacionar con el concepto de la conversación narrativa de Buckingham. Dice que esta serie de videos cortos no se quiere hacer en una plataforma. Si no que los chicos ahora lo pueden ver en TikTok, en memes, en las redes sociales, en discusiones, en foros de línea. Esta narrativa espiritoide se extiende más allá de esos videos originales, permitiéndole a los espectadores interactuar con la historia de manera variada, la cual es una característica esencial de la narrativa transmedia, ¿no? No, pero además lo que podemos ver es que, hablando del concepto, del palabra Buckingham, que es el de la venta digital. Hay esta diferencia que existe entre la serie y otras organizaciones militares. Y que además hay factores como la edad, la educación y la situación económica que influyen muchísimo. Si bien el contenido va a ser accesible para cualquier persona en la competencia de internet, el mayor impacto se va a ver en aquellos que están en el marco de una cultura digital. Principalmente los jóvenes, nuestra generación, la generación de nuestros padres, abuelos, aquellos que tienen menor acceso a las tecnologías digitales, pueden no entender completamente el atractivo o el funcionamiento de la serie. Seguro. También lo podemos relacionar, ahí que ya me diste el pie, a otro concepto muy importante de Buckingham, que sería la generación digital, en la cual estos chicos, los jóvenes, crecieron rodeados de las tecnologías de diferentes maneras. No como la generación de nosotros, nuestros abuelos, nuestros padres, que solo tuvieron la tele. Esto influye de una manera increíble en el consumir los contenidos. Por eso la popularidad de los tiktokers nos ilustra muy bien cómo esta generación interactúa con este contenido digital de una manera muy fluida. Consumen, comparten, juegan. Hay merchandise de esta serie de una manera muy natural la consumen. Algo que nosotras, que somos de otra generación, nos parece un poco rara, muy poco atractiva e incluso a veces sin sentido. La verdad es que sí.