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Buddhism is a philosophy of compassionate love and solidarity, which can only create value when practiced in real life. A key concept is the relationship between mentor and disciple, aiming to lead people to happiness and growth. Having a mentor in life is important for learning and personal development. The mentor-disciple relationship is not hierarchical, but based on mutual trust and shared purpose. The mentor's role is to encourage disciples to have conviction in their potential and overcome obstacles. This bond is essential for personal growth and achieving enlightenment. The Soka Gakkai follows this principle, with each individual applying Buddhist principles in their daily lives. The key to progress is aligning our hearts with the mentor and working together to promote peace. The mentor-disciple relationship has been crucial throughout history, leading to significant changes. However, disciples should not simply imitate the mentor but make efforts in various aspects of their liv El budismo es una filosofía de amor compasivo y de solidaridad, pero esos principios sólo pueden crear valor cuando se asumen en la conducta real. La forma de vida que propone el budismo consiste en respetar a lo semejante, guiarlos y alentarlos hacia el gran camino de la felicidad. En esta actitud recibe la esencia de la práctica budista. Uno de los conceptos fundamentales en la filosofía budista es el vínculo entre maestro y discípulo, que tiene por metalear a las personas a la felicidad y al desarrollo. El lazo entre el mentor y el discípulo nace a partir del ferviente anhelo de luchar conjuntamente por la dicha del género humano. Pero, ¿por qué es tan importante tener un mentor en la vida? A lo largo de la vida nos encontramos con muchos maestros, que cumplen un rol muy importante en el aprendizaje de saberes y para la vida en su conjunto. Tal es el caso de la escuela, los deportes, las artes marciales y la música, entre tantas otras disciplinas donde adoptamos diversos referentes para seguir su ejemplo. Si pensamos en ellos, posiblemente recordemos algunos en particular con quienes hemos sentido más afinidad y confianza. Este vínculo tan presente en nuestra vida cotidiana es fundamental, ya que nos permite acelerar nuestro proceso de aprendizaje para crecer y superarnos. De igual modo, para vivir de la manera más significativa y valiosa es evitar la presencia de un buen mentor, es decir, un maestro de la vida que nos enseñe y nos oriente sobre los valores y actitudes esenciales como seres humanos. La inseparabilidad entre maestro y discípulo es la esencia del budismo de Nichiren. En las enseñanzas budistas este profundo lazo se plantea como una inseparabilidad. No es una relación jerárquica donde el maestro está arriba y los discípulos abajo. Antes bien, son individuos que comparten una misma aspiración y avanzan conjuntamente hacia ella, sobre el cimiento de la confianza mutua y un mismo propósito. En tal sentido, la misión del maestro consiste en alentar permanentemente a sus discípulos a tener convicción en su ilimitado potencial interior, permitiéndole extraer un caudal inagotable de valentía, sabiduría y amor compasivo inherente a su vida. De este modo, a través del ejemplo del mentor como fuente de inspiración, los sucesores pueden trascender cualquier duda y superar las barreras que surgen en el camino hacia el logro de la Budeidad a través de entonar Nam-myoho-renge-kyo. En tal sentido, este vínculo resulta esencial para realizar la revolución humana y elevar el estado de vida. Este lazo presente desde los orígenes del budismo, permitió que se transmitieran fielmente las enseñanzas a lo largo de los siglos hasta la actualidad, siendo el eje transversal de la práctica budista. Shakyamuni, fundador del budismo, comprendió la profundidad de la ley fundamental del universo, condesada en el Sutra del Loto, y dedicó su existencia a transmitirla a sus discípulos. En uno de sus pasajes, «Duración de la Vida», que recitamos diariamente durante la práctica del Gon-kyo, expresa, «Mi pensamiento constante es cómo hacer para que los seres vivos accedan al camino insuperable y adquieran rápidamente el cuerpo de un Buda». El verdadero deseo de Shakyamuni fue permitir a todas las personas lograr el mismo estado de Budeidad que él adquirió. El budismo es una enseñanza humanística centrada en las personas. Un Buda es un ser humano como cualquiera de nosotros, que al tomar conciencia de la ley mística, la comparte buscando que quienes lo rodean puedan elevar de igual manera su estado de vida. De esta forma, ambas manifiestan conjuntamente el estado de Budeidad. La Soka Gakkai está conformada por diversas personas donde cada una brilla fiel a sí misma, aplicando los principios del budismo en cada ámbito donde se desarrolla cotidianamente. ¿Pero cuál es la clave para continuar avanzando juntos? Es la unión de distintas personas con un mismo propósito. Se trata de alinear nuestro corazón con el mentor y profundizar la determinación de promover el Kosan Rufu con su misma dedicación, alentándonos mutuamente en este desafío. Esta es la clave para lograr una unión tan sólida capaz de activar el ilimitado potencial de la ley mística. En conclusión, el vínculo de maestro y discípulo es el camino primordial de la vida. Los grandes cambios a lo largo de la historia han sido protagonizados por los esfuerzos conjuntos entre maestros y discípulos. En el budismo, aunque ambos son individuos distintos espiritualmente, son inseparables. En su compromiso espiritual no hay diferencia entre ellos y siempre avanzan juntos. A esto se refiere el término de inseparabilidad entre maestro y discípulo. Pero esto no quiere decir que debamos imitar superficialmente al mentor u obedecer una serie de pasta de conductas específicas. Existen infinidad de diferentes esfuerzos que podemos llevar a cabo en nuestra vida cotidiana como discípulos. Por ejemplo, dar lo mejor en el trabajo y preservar en los estudios sin dejarnos vencer por las dificultades, forjar vínculos sinceros de confianza y armonía con nuestra familia, crear amistades duraderas, no permitir la violencia y dialogar con valentía por la felicidad de quienes nos rodean, entre tantas otras iniciativas. Al basarnos en el daimoku y esforzarnos por triunfar en cada tarea que tenemos por delante, poniendo en práctica las guías de nuestro maestro, podemos lograr sin falta la victoria personal. Esto con el tiempo se convierte en la fortaleza y la sabiduría para contribuir a la paz mundial en el lugar en donde estamos.