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This week we start Unit 2, which focuses on the practical application of behavior modification programs. These programs aim to improve attitudes and outcomes of students. However, their effectiveness varies within the educational community. Research is being conducted to develop more effective behavioral programs and evaluate their impact. These programs aim to improve the learning environment, prevent disruptive behavior, and address behavioral issues in schools. Different strategies, such as individual or small group interventions, classroom management techniques, and anti-bullying programs, are used. It is important to consider the specific needs of each student and involve teachers and other professionals in implementing these programs. Additionally, the unit will cover behavioral programs for students with ADHD, disabilities, and gifted students. Excursions and field trips negatively impact academic performance and increase the likelihood of dropout. Preventive programs focusing o Estudiantes, bienvenidos a esta semana donde empezamos la unidad 2, cuyo tema es aplicación concreta de los programas de modificación de conducta. Normalmente, los problemas de actitud de algunos alumnos, cuando perduran en el tiempo, perjudican siempre el proceso educativo. ¿Mejoran los programas conductuales las actitudes y los resultados de los estudiantes? ¿Qué sabemos de la efectividad de estas intervenciones? ¿Cuáles funcionan mejor? La respuesta a estas preguntas siguen siendo muy variadas dentro de la comunidad educativa. Además, se está investigando cómo poder avanzar hacia programas conductuales más efectivos y cómo evaluar estos programas. Las denominadas situaciones conductuales o actitudinales son planes cuyos propósitos generales son mejorar el clima de las relaciones y el aprendizaje, e incrementar así las oportunidades educativas de los estudiantes. Asimismo, tienen como objetivo principal prevenir o reconducir problemáticas conductuales que se manifiestan en el entorno escolar. Como ya hemos venido analizando en la unidad número 1, las conductas disruptivas de indisciplina o incluso de agresividad distorsionan el funcionamiento óptimo de la clase y comprometen las condiciones de enseñanza y aprendizaje de todos los estudiantes. Asimismo, resulta evidente que las manifestaciones sostenidas de mala conducta representan un perjuicio importante para el progreso y las oportunidades educativas de todos aquellos protagonistas que son los estudiantes. Un escenario distinto y seguramente más preocupante es el que encontramos cuando la problemática conductual se manifiesta en forma de violencia física, verbal o psicológica. ¿Pero cómo funcionan estos programas conductuales y actitudinales? Va a depender mucho el éxito de cómo están ajustados sus enfoques y las actividades a las características de las problemáticas conductuales que se deben enfrentar. Es decir, hay que fijarse mucho en las particularidades de cada estudiante. Convendría reforzar determinadas respuestas de tipo focalizado. En este caso, la apuesta debería ser por programas que trabajen de forma individual o en grupos reducidos. Aparte de la estrategia focalizada, también es importante promover estrategias de gestión del aula centradas en la definición de marcos normativos, actos adaptados o actividades de sensibilización y autocontrol, así como juegos cooperativos, trabajar en la mediación entre iguales, la capacitación de los docentes, entre otras. Además, los programas antiacoso escolar de tipo universal pueden también tener un gran impacto dentro de la reducción de la problemática en diferentes colegios. Sin embargo, su éxito no está garantizado. Por otro lado, las excursiones de clase o del colegio perjudican el rendimiento académico de los estudiantes e incrementan su probabilidad de abandono. Asimismo, habría que consolidar la apuesta por actuaciones universales de carácter preventivo, dirigidas a trabajar aquellas competencias socioemocionales que puedan ser precursoras del buen o del mal comportamiento. También hay que considerar el profesorado, ya que es una pieza fundamental en el desarrollo efectivo de los programas conductuales o actitudinales en todas sus modalidades y en todas y cada una de sus fases. Además, otros profesionales pueden también contribuir de manera crucial al éxito de estos programas. Y de aquí es que nace la idea que siempre hemos venido analizando en clases de trabajo disciplinario, multidisciplinario e interdisciplinario. Dentro de esta unidad estaremos revisando todos aquellos programas conductuales que están dirigidos a estudiantes con trastornos de hiperactividad, también para aquellos estudiantes con necesidades educativas específicas asociadas a la discapacidad y a todos aquellos estudiantes que tienen múltiples discapacidades y superdotación.