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MIERCOLES  XVII  T.O

MIERCOLES XVII T.O

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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS

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Francis of Assisi requested Pope Honorius III to grant a plenary indulgence to anyone who confessed and entered the Porziuncola church in Peru. This indulgence, known as the "Indulgence of the Porziuncola" or "Pardon of Assisi," was significant as it offered forgiveness through peace and generosity instead of war or donations. Three years later, Francis had a friendly dialogue with the Sultan of Egypt during the siege of Damietta, which resulted in the Franciscans being allowed to remain in the Holy Land even after other Christians were expelled. The peace and forgiveness of God's grace give people a gentle and conciliatory disposition that resolves conflicts. This is the teaching and testimony that Francis shared from the Porziuncola church, the birthplace of the Franciscan family. Let us live out the Gospel and be inspired by Francis' example. The Franciscans in Toledo embrace you with peace and goodwill. Palabra de vida hoy, miércoles decimoséptimo del tiempo ordinario. Fiesta de Santa María de los Ángeles, la Porciúncula. Al pan por la palabra. En julio de 1216, Francisco de Sís pidió en Perú a el Papa Honorio III, que todo el que con trito y confesado entrara en la iglesita de la Porciúncula, ganara gratuitamente una indulgencia plenaria. Como la ganaban quienes se enrolaban en las cruzadas, o aquellos que sostenían con grandes donativos las iniciativas de la iglesia. De ahí el nombre de Indulgencia de la Porciúncula o Perdón de Asís. La importancia de este logro de San Francisco es mucho mayor de lo que se suele considerar. Cuando los príncipes cristianos llamaban a la guerra para reconquistar los santos lugares, y el Papa concedía indulgencia plenaria a los que sumeran sus fuerzas a esa lucha, o hicieran donaciones, San Francisco de Asís propuso al Papa y consiguió la obtención de dicha indulgencia por el camino de la paz y la gratuidad. Tres años después de conseguir la indulgencia de la Porciúncula, tuvo lugar otro acontecimiento directamente relacionado con este. Cuando los cruzados asediaban la ciudad egipcia de Damieta, San Francisco entró hurtadillas en la ciudad sitiada y dialogó con el sultán. Un diálogo que debió ser cordial pues no le costó la vida al cristiano, sino que le ganó la admiración de su interlocutor. Muestra de ello es que cuando todos los cristianos fueron expulsados de Tierra Santa un siglo después, sólo los franciscanos pudieran permanecer hasta hoy en la que fue la tierra de Jesús, como fruto del encuentro en Damieta entre Francisco y el sultán, y fruto del talante que manifestaban los hijos de San Francisco. La paz del alma y fruto del gratuito perdón de Dios otorga al hombre un talante manso y conciliador, que no sólo no suscita conflictos sino que los disuelve y vence. Esta es la enseñanza y el testimonio que nos ofreció hoy San Francisco de Asís desde la iglesita de la Porciúncula, cuna de toda la familia franciscana merecida por Nuestra Señora de los Ángeles. Releamos el Evangelio del domingo pasado y tratemos de hacerlo vida, como hice el santo de Asís. Interpelados, como siempre, por el enorme testimonio de San Francisco, los franciscanos desde Toledo os abrazamos con la paz y el bien. ¡Suscríbete y activa la campanita para recibir notificaciones de nuevos videos! ¡Suscríbete y activa la campanita para recibir notificaciones de nuevos videos! ¡Suscríbete y activa la campanita para recibir notificaciones de nuevos videos! ¡Suscríbete y activa la campanita para recibir notificaciones de nuevos videos! ¡Suscríbete y activa la campanita para recibir notificaciones de nuevos videos!

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