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Es un espacio para dejar que la Palabra de Dios resuene. Hoy nos centramos en recoger los frutos después de haber ido a la misión que Jesus nos encarga
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Es un espacio para dejar que la Palabra de Dios resuene. Hoy nos centramos en recoger los frutos después de haber ido a la misión que Jesus nos encarga
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Learn moreJesus invites his disciples to go to a secluded place to rest. However, they are interrupted by a large crowd and Jesus feels compassion for them. The message emphasizes the importance of finding a balance between mission and rest, and the need to care for those who are suffering. The Gospel confirms that the Lord is always there to replenish our strength and the importance of prayer. The passage also highlights the need to be attentive to those around us and to be a source of love and compassion for others. Vengan conmigo, ustedes solos, a un lugar apartado y descansen un poco." Con esta frase pronunciada por Jesús a sus discípulos, iniciamos nuestra reflexión del día. ¡Feliz domingo para todos, en especial para todos los niños y niñas de nuestra bella tierra Venezuela! Muchas bendiciones para los consentidos del Señor. Bien, atendemos la invitación que nos hace el Maestro de Nazaret, y dispongo a pasar un rato a solas con Él. Siempre será de provecho estar en un lugar apartado, donde me sienta sereno y atento. Escuchemos con atención el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Marcos, en el capítulo seis, versículos del treinta al treinta y cuatro. Al regresar de su misión, los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo, vengan ustedes solos a un lugar desértico para descansar un poco, porque eran tanta la gente que iba y venía que no tenían tiempo ni para comer. Entonces, se fueron solos en la barca a un lugar desértico. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron hasta ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre, y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato. Palabra del Señor. En el relato de hoy, San Marcos nos presenta una escena muy peculiar. Los discípulos vuelven con Jesús muy entusiasmados después de la experiencia misionera que al principio les inquietó muchísimo. Hay tanto que contar. Las vivencias fueron de gran impacto para ellos, pero también para los que se toparon con ellos en el camino. Es un momento especial de recoger los frutos, y para ello necesitan darse el tiempo para expresarlos. Jesús sabe que debe ser en un lugar que les permite estar atentos a cada uno, entonces les propone retirarse a descansar juntos en un lugar que esté lejos del bullicio, pero al intentarlo se ven sorprendidos por un gentío inmenso que se lo impide. Las personas les tropean todo el plan de retirarse, pues de todas las aldeas salieron a su encuentro. Recordamos que estamos en el domingo 16 del tiempo ordinario. La liturgia nos sigue animando a pensar sobre la misión, de allí lo importante de sentirnos enviados por Jesús y que debemos reposar en Él para reponer las fuerzas gastadas entre tantas personas que sufren. Valdría la pena preguntarnos en tiempo de vacaciones, ¿me desligo de lo que sucede para un merecido descanso o sigo con una mirada compasiva atento a lo que acontece a nuestro alrededor? ¿Qué tiempo estoy dedicando para alimentarme de los valores del reino? Jesús no duda en atender al necesitado. Nunca le estorba a la gente. En esa muchedumbre desorientada reconoce rostros cansados y heridos. Son hombres y mujeres sin renombre. Fija su mirada en la multitud y cobran gran valor. ¿Cómo abandonar a los que sufren sin el cuidado de su pastor? Aunque el descanso es necesario, hay momentos que amerita dar un poco más de tiempo y atención a quien lo requiere. Esta gente y las actuales, es decir, nosotros, necesitamos alimentarnos de la palabra que nos llene el corazón y nos transforme en ciudadanos del reino. Hoy en día, con nuestros ritmos acelerados, debemos tener un equilibrio entre misión y oración. La misión nos empuja a servir al otro que se desdibuja ante la barbarie, y la oración a mantener la fuerza interior que nos conecta con la trascendencia y nos recuerda quien nos anima. También se nos invita a no perder de vista el binomio actividad descanso, dar de nuestro esfuerzo donando lo recibido gratis, y destacando siempre que debemos darnos por entero. Una vez más, el Evangelio nos confirma que el Señor es la fuente donde reponer nuestras fuerzas. Está dispuesto a atendernos en todo momento. Citemos esta bonita oración titulada, Estabas conmigo. Señor, te estoy llamando, de la manera que lo he aprendido. A cualquier hora te busco, desde mi despertar hasta la madrugada. No tardas en acudir, ya estabas conmigo, habitándome por entero. No fueron necesarios gritos de auxilio, gestos desesperados, palpas mis heridos, cumpliendo mi necesidad, dándome no lo que te pido, sino lo que realmente me falta. Un día los doce volvieron de enseñar cuánto ocurrió le iban contando. Mas no podían ni comer ni descansar, de tantos que a Jesús iban buscando. Vamos aparte, debemos descansar, les dijo y en una barca. Montó con ellos, pero apenas al llegar, en el otro lugar más lo esperaban. Porque estaban, como ovejas sin pasto, anhelando su palabra, su mensaje de perdón y conversión. Y el Señor les mostró su compasión, y sin descanso les hablaba al corazón. Tantas ovejas hoy buscan un pastor, en casa, escuela o trabajo. Con más esfuerzo tu descanso no es razón, para que se disperse algún rebaño. Desentenderse no es propio del amor, serás guardián de tu hermano. Si alguien te busca, dale amor, atiéndelo y hagamos este mundo más humano. Porque estaban, como ovejas sin pasto, anhelando su palabra, su mensaje de perdón y conversión. Y el Señor les mostró su compasión, y sin descanso les hablaba al corazón. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org