The transcription discusses the internal and external fall of individuals, emphasizing that internal falling occurs first in the mind before external actions take place. It highlights the addictive nature of ministry and the importance of rest and seeking help during times of crisis. The speaker shares their personal experience of restoration after a public scandal in their marriage and the process of uncovering the underlying issues. They also mention the concept of the "dance of marriage" and the occurrence of periods of dissatisfaction or disconnection in long-term relationships. Overall, the transcription emphasizes the need for self-reflection, seeking assistance, and addressing underlying issues in relationships.
Nunca nadie ha caído externamente sin que haya caído primero internamente. Nosotros tenemos una caída interna, de pensamiento, moral, porque obedecemos a nuestras emociones y sentimientos, y como hemos dicho, dejamos de ver a Dios, nuestros ojos se han desviado, hemos creado ídolos. Pero eso ocurre primero en mente, eso ocurre primero en el interior. Y luego yo voy y vivo lo que ya yo he aprobado en mi interior, porque toda acción es precedida por un pensamiento. Cuando yo cultivo ese pensamiento, cuando yo abro el lente de las posibilidades a esa tentación, me vuelvo creativo de cómo yo puedo llevar mi pecado a la realidad, de cómo yo puedo llegar a realizar esto, quizás sin que nadie se entere.
Y ahí ya hemos hecho un cambio. La Biblia, el líder y su restauración después de una caída. Yo salía 48 semanas del año para predicar afuera. Llegaba los sábados a la medianoche para predicar tres servicios el domingo en nuestra iglesia. ¿Qué usted cree que era lo que llegaba a la casa el lunes en la mañana? Un hombre agotado, cansado. Un hombre que pasa por periodos de estar cuatro o cinco días en la cúspide de una administración, para luego el lunes estar en las profundidades de una depresión.
¿Por qué? Porque nos dicen los expertos, escuchen ministros, que nosotros cuando nos adictamos a lo que hacemos, hay un efecto hormonal que produce en nosotros adrenalina. La adrenalina te lleva a altos niveles de funcionamiento, pero te adormece. Te va quitando la sensibilidad. Por eso muchos ministros no pueden estar quietos, no pueden descansar. Nosotros espiritualizamos eso. Cuando yo le dije a la terapista, me dije, es que este es mi tiempo, a esto fue que me llamó Dios, y el Señor me ha fortalecido para esto en esta hora.
Y ella me dice, lo que usted le llama unción, nosotros le llamamos adrenalina. Y entendí que yo me había adictado al ministerio. Cuando no había nada que hacer, buscaba algo para el hacer. No podía estar quieto en casa. Siempre estaba haciendo algo. La teología que prediqué fue la misma teología que me hizo daño. ¿Por qué? Porque yo no quise escuchar. Esta es la razón por la cual en la Biblia el descanso es importante. El Ministerio Radial y Podcast, hasta que el día sea perfecto.
Conducido por nuestros hermanos Reinaldo Nisbet y sus colaboradores, les invitan a escuchar la Biblia, el líder y su restauración después de una caída. Escuchemos todos los sábados a las 10 de la noche y los domingos a las 9 por radio.tierrademilagros.org hasta que el día sea perfecto. Cuando llegaba a casa estaba tan agotado porque ya le había dado mi mejor tiempo a la gente. Y ahora quien le tenía que dar mis mejores energías no tenía nada para ofrecer.
Hasta que el día sea perfecto. Quiero que oremos por favor y recibamos al hombre de Dios encargado de esta palabra para recibir de lo que Dios le ha dado. Padre, te damos gracias, Señor. Una vez más nos ponemos delante de Ti, Dios, para demandar la palabra, Dios, en labios, Señor, de Tomi Moya. Dios que lo use en gran manera, Señor. Para gloria de Tu nombre, en Cristo Jesús. Gracias. Nos han convocado a esta hora con un propósito particular.
Porque cuando estamos hablando acerca de afirmar la pareja, de fortalecer nuestras relaciones, de tratar de entendernos, de tratar de sanar de las heridas que podamos tener, que podamos haber causado o que podamos haber recibido, eso requiere la total asistencia del Espíritu de Dios. ¿Cuánto ustedes lo creen conmigo? Por lo tanto yo he orado al Señor en este día que cualquiera que sea tu mayor necesidad, cualquiera que sea la mayor urgencia que tú puedes estar necesitando hoy de parte de Dios por causa de una intervención del Espíritu, ya sea una frase, una palabra, una declaración, un texto, algo el Espíritu de Dios lo pueda usar para imprimirlo en tu corazón, y ya sea que comiences un proceso de sanidad o que cierres un ciclo para comenzar otra etapa en tu matrimonio y en tu vida.
Amén. Así que yo no pretendo que en 30 minutos se resuelvan situaciones que han tomado toda la vida. Mucho menos que de alguna manera u otra pueda tocar las múltiples necesidades que se encuentran en este cuarto en esta tarde. Imagínense, aquí hay matrimonios que quizás llevan un año de casado y hay otros que llevan 30 años de casado. Por lo tanto no es igual dirigirse a un matrimonio de un año de casado que a una pareja que lleva 30 años de casado.
Por lo tanto aquí las necesidades son múltiples y variadas. Por eso dependemos de que el Espíritu de Dios en esta tarde pueda tomar algo, ya sea de lo que compartamos o nuestra propia experiencia vivida, y pueda aclarar, afirmar, si usted está fuerte, que se fortalezca más. Si usted está pasando por momentos de dificultad, que sea hoy iluminado para poder identificar qué áreas hay que trabajar para evitar que las cosas se puedan complicar más. La pureza sexual en el matrimonio es innegociable.
Cuando nosotros estábamos en nuestro proceso de restauración, a las dos semanas de nuestra noticia salir en público, nosotros fuimos a restaurarnos a un centro de consejería. Allí estuvimos dos semanas en terapia intensiva. Fue un tiempo muy difícil. Llegamos allí, imagínense, en una caída tan violenta, en una vergüenza tan intensa, en un sentido de culpa irresistible. Por más de cuatro meses yo no salí de mi casa, no me atrevía ni a tocar la parte de afuera de la puerta de mi casa.
Todo era una noticia. El grito, el ruido, las noticias, la radio, la televisión local. Todo aquello estaba arropando mi vida. Mi familia lastimada profundamente, mi esposa atravesando un dolor insoportable, mis hijas una vergüenza pública, y en medio de esta realidad nos fuimos a este centro de terapia. Cuando llegué delante de la terapista le quise hacer una pregunta, porque ella me preguntó, ¿y qué usted espera recibir de este tiempo con nosotros? Yo iba en pedazos. El hombre que había estado en la cúspide, que había visitado los mejores escenarios, que venía de un matrimonio hermoso, 20 años de casado, sin nada de qué quejarme, sin nada de qué reprochar un matrimonio que disfrutábamos.
De hecho, nos habíamos convertido en un modelo para muchas personas en nuestra iglesia. La gente veía nuestro matrimonio, nuestra vida, la forma en que disfrutábamos nuestra relación matrimonial, y muchos querían que eso también sucediera con ellos. Cuando llego allí ella me pregunta, ¿y qué usted espera? Y yo le dije, lo que yo quisiera saber es cómo un hombre que se ha protegido toda la vida, cómo un hombre que puso todas las defensas que yo entendía que tenía que poner, puede haber caído en una situación tan vergonzosa como esta.
Las palabras que ella me dijo nunca se me olvidarán. Recuerdo que mirándome a los ojos me dijo, el pecado, señor Moya, nunca se puede justificar, pero tampoco se forma en un vacío. Vamos a trabajar por las próximas dos semanas y vamos a descubrir qué fue lo que disparó esa situación en usted. Aquello fue como agua en mi desierto. Aquello fue el comienzo de una jornada que por las próximas dos semanas fue quitando tapa tras tapa. Era como tomar una cebolla, usted sabe la pelita de la cebolla, y empezarle a quitar a la cebolla cosas que se habían formado, situaciones que se habían pegado, cosas de mi casa de origen que yo no había entendido, cosas que traje por causa de la forma en que llevé a cabo el ministerio que se me pegaron que nadie me había explicado, que creía que lo estaba haciendo bien para luego descubrir que estaba cometiendo un error.
Allí en ese momento leímos un libro, un libro que lo escribe Dave Carter. En inglés se llama Torn Asunder. Es cuando algo es roto violentamente. Y en el libro él hizo una declaración que yo quiero comenzar con ella hoy. Si usted cree que su matrimonio no está en peligro, entonces su riesgo es mayor. Lo repito otra vez. Si usted cree que su matrimonio no está en peligro, entonces su riesgo es mayor. Descubrimos en medio de nuestra jornada de restauración que ningún matrimonio entra en crisis de la noche a la mañana.
No hay tal cosa como que uno se acostó de una manera y se levantó de otra. Estos son procesos que se vienen dando progresivamente. La mayoría de las veces esos procesos no los sabemos identificar. No sabemos a veces cuál es el génesis, cuál fue el punto de inicio, dónde fue que hubo la desconexión, qué fue lo que sucedió en el proceso. Ningún problema matrimonial se desarrolla de la noche a la mañana, pero tampoco ningún problema matrimonial se forma en un vacío.
Hay cosas que lo están alimentando. Hay situaciones que están sumándole a esas cosas que un matrimonio va viviendo de día en día. A esto usted le suma que todo matrimonio pasa por diferentes ciclos. De hecho, una de las cosas que más a nosotros nos iluminó cuando estaban trabajando nuestra situación es lo que los terapistas le llaman la danza del matrimonio. La danza del matrimonio es un evento inconsciente que toda pareja vive. Toda pareja vive momentos de altura en su matrimonio y también vive momentos de bajeza en el matrimonio.
En otras palabras, son ciclos que suben y ciclos que bajan. A eso ellos le llaman la danza del matrimonio. Una de las cosas que sucede en esa danza del matrimonio es algo que quizás algunos de ustedes están viviendo y no lo han podido identificar. Se llama la desafección. La Biblia, el líder y su restauración después de una caída. ¿Qué es la desafección? Eso se define como un estado de insatisfacción. Es un alejamiento inconsciente. Es una separación que se va dando.
Es una insatisfacción que a veces uno no sabe de dónde es que proviene. ¿Cuál es la molestia? ¿Qué es lo que incomoda? ¿Cuáles son las cosas que no están gustando? Miren lo sinónimo para esta palabra. Antipatía, desacuerdos, descontentos, no le gusta, hostilidad, resentimiento y hasta repugnancia. Hay temporadas en las cuales la pareja está pasando por tiempos de desafección. Escuche bien. Mientras más años usted lleva en el matrimonio, más propenso es a pasar por periodos de desafección.
¿Por qué? Porque las necesidades van cambiando. Las exigencias y expectaciones han cambiado. De repente usted va acumulando experiencias en la vida que vienen causando una erosión lenta pero segura. Por eso es que las estadísticas revelan que la mayoría de los matrimonios hoy no se está divorciando en los primeros cinco años, sino después de veinte años de casado. ¿Por qué? Porque entran a vivir lo que le llama Cristina Sabater en el nido del síndrome vacío. ¿Qué es el nido del síndrome vacío? Cuando una pareja ha pasado toda su vida criando sus hijos, en muchas ocasiones sus hijos se convierten en la excusa para no trabajar con las situaciones verdaderas del matrimonio.
Por lo tanto, cuando esos hijos se casan, cuando esos hijos se van, aunque esa pareja lleva veinte años viviendo, no se conocen emocionalmente, no se conocen íntimamente, no han separado tiempo para alimentar su relación matrimonial porque lo están escondiendo en una relación con sus hijos. Por lo tanto, los matrimonios, a la medida que va avanzando el tiempo, van experimentando diferentes etapas, diferentes ciclos que hay que poderles prestar atención si queremos manejarlos correctamente. ¿Qué es lo que esto significa y qué esto representa para nosotros? Que lo que usualmente la pareja está enfrentando no es el verdadero problema, es una pared de humo.
Lo que usted pueda estar sintiendo hoy no necesariamente es el problema que está manejando, sino las situaciones que se han venido formando detrás de todo eso. La pregunta que habría que hacer es, ¿qué alimenta una crisis matrimonial? ¿Qué puede estar sumándole a una desafección? ¿Qué es lo que puede estar alimentando esas cosas que se van formando que te pueden disparar una crisis cuando menos tú te lo esperas, cuando menos tú te esperabas? ¿Qué es lo que puede estar sucediendo? Bueno, mire alguna de las cosas que son factores que alimentan una crisis en el matrimonio.
Número uno, la falta o escasez de dinero. Dicen las estadísticas que es el problema número uno dentro de la relación matrimonial. Segundo, los altos niveles de estrés. Tercero, los hijos y la crianza. Cuarto, cualquier enfermedad consistente que parece que está tomando la mejor energía de esa persona o de esa pareja. Sexto, los padres de ambos se pueden convertir en aquello que alimenta una crisis en el futuro. Séptimo, experiencias pasadas. Ocho, abusos del pasado. Nueve, expectaciones irreales.
Y décimo, ataques del enemigo. Esto no es lo que destruye una relación. Esto lo que hace es que provoca el alejamiento. Esto lo que hace es que los separa emocionalmente. Esto lo que hace es que los va debilitando día a día. A mí me pasó. El Ministerio Radial y Podcast, hasta que el día sea perfecto. Conducido por nuestro hermano Reinaldo Nisbet y sus colaboradores, les invitan a escuchar La Biblia, el líder y su restauración después de una caída.
Escuchemos todos los sábados a las 10 de la noche y los domingos a las 9 por radio.tierrademilagros.org. Hasta que el día sea perfecto. El líder y su caída. Yo salía 48 semanas del año para predicar afuera. Llegaba los sábados a la medianoche para predicar tres servicios el domingo en nuestra iglesia. ¿Qué usted cree que era lo que llegaba a la casa el lunes en la mañana? Un hombre agotado, cansado. Un hombre que pasa por periodos de estar cuatro o cinco días en la cúspide de una administración para luego el lunes estar en las profundidades de una depresión.
¿Por qué? Porque nos dicen los expertos, escuchen ministros, que nosotros cuando nos adictamos a lo que hacemos, hay un efecto hormonal que produce en nosotros adrenalina. La adrenalina te lleva a altos niveles de funcionamiento, pero te adormece. Te va quitando la sensibilidad. Por eso muchos ministros no pueden estar quietos, no pueden descansar. Nosotros espiritualizamos eso. Cuando yo le dije a la terapista, me dije, es que este es mi tiempo. A esto fue que me llamó Dios.
Y el Señor me ha fortalecido para esto en esta hora. Y ella me dice, lo que usted le llama unción, nosotros le llamamos adrenalina. Y entendí que yo me había adictado al ministerio. Cuando no había nada que hacer, buscaba algo para el hacer. No podía estar quieto en casa. Siempre estaba haciendo algo. La teología que prediqué fue la misma teología que me hizo daño. ¿Por qué? Porque yo no quise escuchar. Esta es la razón por la cual en la Biblia el descanso es importante.
Esta es la razón por la cual en la Escritura al séptimo año había que dejar descansar la tierra. Este es el principio del descanso del séptimo día. En otras palabras, ningún ser humano puede correr en altas revoluciones por largos periodos de tiempo sin tener consecuencias en su cuerpo. Yo las viví. Cuando llegaba a casa estaba tan agotado porque ya le había dado mi mejor tiempo a la gente. Y ahora quien le tenía que dar mis mejores energías no tenía nada para ofrecer.
Mi esposa se había concentrado en la crianza de nuestras niñas, educándolas en la casa. Fue un acuerdo mutuo que nosotros hicimos. Lo que no nos habíamos dado cuenta era que aquella ocupación estaba ocupando todo su tiempo y el ministerio estaba ocupando todo mi tiempo. ¿Qué usted cree que había ahora cuando nosotros nos acercábamos? Dos seres cansados, agotados, drenados, porque no hay nada más drenante que estar educando a los hijos en la casa. No hay nada más drenante que un ministerio de empuje, de avanzada, de crecimiento.
Pues seguramente poco a poco nos fuimos alejando emocionalmente. Nos fuimos drenando emocionalmente. Seguro que la gente nos veía con las manos tomadas y pensaban que todo estaba bien. Lo que no sabían era que por dentro nos habíamos alejado. Emocionalmente estaba desconectado. La realidad no me había permitido ver qué era lo que estaba sucediendo. Seguí drenando mis energías hasta que fui vulnerable a una caída y a un fracaso moral. Eso no se dio de la noche a la mañana.
Eso no se dio porque yo me levanté un día y dije yo voy a pecar hoy para echarlo todo a perder. Nadie se levanta de esa manera. Mucha gente hoy está caminando hacia allá y no se ha dado ni cuenta. ¿Por qué? Porque no ha podido identificar cuáles son las cosas que en el camino están alimentando esa desconexión. Pero yo he orado a Dios que en este día alguien sea detenido en esa avanzada y Dios arreste tu vida, tu mente, tus emociones.
Crees donde debes de estar y puedas hacer decisiones que eviten una catástrofe ministerial y una catástrofe familiar. Lo que puedes estar viviendo hoy no es verdaderamente el problema que estás enfrentando porque el problema se está dando detrás de esos factores que están disparando esa desafección. Esto nos enseña dos cosas. Número uno, que todo problema y dolor en el matrimonio comienza con un secreto. Y segundo, la mayoría de las parejas no saben que se están desconectando emocionalmente.
Ojo con esto. Todo problema se da en un secreto. Y nosotros los varones somos especialistas en eso. Porque se nos hace difícil exteriorizar lo que verdaderamente sentimos. Y nuestras esposas con la facilidad que ellas lo dicen, que lo exteriorizan, de hecho esa es su composición emocional. La mayoría de ellas, no todas, pero la mayoría de las mujeres tienen una facilidad de exteriorizar sus emociones, de poder decir, esto está mal, esto no debería de ser así. ¿Sabe cuántas veces mi esposa me dijo, Tommy no deberías de seguir haciéndolo de esa manera? ¿Para qué hay que seguir saliendo tantas veces al año? ¿Para qué tienes que estar predicando tantas veces en diferentes lugares? Y yo le decía, no, el año que viene va a ser diferente.
Y el año que viene era peor, seguía aumentándole la carga. Ella me decía, pero es que lo que tú antes guardabas con tanto amor, ahora lo estás comprometiendo. ¿Por qué ahora no pasas la misma cantidad de tiempo? No, es que este es el momento de Dios para nuestra vida, tú verás que esto va a cambiar. Y nunca cambió, lo contrario, era como una bola de nieve que seguía llevando. ¿Por qué? Porque esto gusta, esto te trae, esto como que te jala.
Y mientras más arriba vas, la gente te está aplaudiendo. Y tú crees que eso es lo que tienes que estar escuchando, el aplauso de la gente. Y el señor allá diciéndote, tranquilo papá, tranquilo, que yo puedo hacer esto sin tanta actividad tuya. Tranquilo, nos quemamos en el ministerio, nos quemamos en lo que estamos haciendo. Y no tenemos energía emocional para responder a lo que tenemos en el momento presente. Y ahí uno se calla y empieza a usar excusas espirituales.
Es que no me entiende. Es que ella no comprende mi llamado. Si ella supiera, y empezamos a qué, a justificarnos. Y empezamos a buscarle excusas a todo esto y nos callamos. Por eso es que todo problema matrimonial comienza con un secreto. ¿Cuál es el secreto? Lo que no estamos exteriorizando. Lo que no decimos. Y la mayoría de las parejas no saben que se están desconectando emocionalmente. Cuando uno está desconectado emocionalmente, escuche bien esto, se alteran los patrones de comunicación.
Se alteran. Por eso es que hay muchas parejas que hace años no han tenido comunicación íntima. Porque todas sus conversaciones, ¿a qué giran? Especialmente nosotros los creyentes. La iglesia, los hermanos y el ministerio, o los hijos. Dado que hay tanta inmoralidad sexual, cada hombre debería tener su propia esposa y cada mujer su propio marido. El esposo debe satisfacer las necesidades sexuales de su esposa, y la esposa debe satisfacer las necesidades sexuales de su marido. La esposa le da la autoridad sobre su cuerpo a su marido, y el esposo le da la autoridad sobre su cuerpo a su esposa.
No se priven el uno al otro de tener relaciones sexuales, a menos que los dos estén de acuerdo en abstenerse de la intimidad sexual, por un tiempo limitado, para entregarse más de lleno a la oración. Después deberán volverse a juntar, a fin de que Satanás no pueda tentarlos por la falta de control propio. Hay gente que se lleva a la iglesia para la cama y solamente está diseñada para dos personas. Hay que sacar a la iglesia de la cama, hermano.
No hable de los hermanos de la iglesia en su cama de intimidad. Sáquelo, que ellos están durmiendo lo más tranquilito por allá. Entonces, nuestras conversaciones, ¿en qué giran? Giran en lo simple, en lo superficial. ¿Cómo te fue hoy? Bien. ¿Y cómo te fue el ministerio? Súper. ¿Y cómo están las cosas en la oficina? Tremendas. Esas son conversaciones simples, básicas. No hay una intimidad emocional, no hay algo más allá. No sabes lo que te preocupa, lo que te está molestando, lo que te está molestando.
No hay algo más allá. No sabes lo que te preocupa, lo que te está molestando, lo que te causa temor. Las inseguridades que tienes, las presiones que tienes, las cosas que te disgustan. ¿Por qué? Porque tenemos miedo. Y el problema es que cuando operamos desde esa plataforma, estamos abriéndole la puerta para un sinnúmero de problemas que están deseosos por entrar a tu relación matrimonial para destruírtela cuando menos tú te lo imaginas. Por lo tanto, los patrones se afectan.
Ahora, miren lo que dicen los expertos, porque esto no es idea mía, esto es lo que ellos han concluido, que el ciclo de desafección, las cosas que van sucediendo, que van drenando tu energía y que van comprometiendo tu estabilidad emocional en el matrimonio, empiezan a lastimarse en las cosas diarias que uno está viviendo. Miren las cosas que suceden. Miren las cosas que le ponen presión a eso. El estrés, los ataques del enemigo, las falsas expectaciones, el egoísmo, el pecado y las demandas de tiempo.
Cuando eso está alimentando ahí, miren cuál es la respuesta. Crítica, contención, defensiva y bloqueo. Por eso es que hay gente hoy que está más tiempo hablando con sus amistades en Facebook que lo que están hablando entre ellos. Por eso. ¿Por qué? Porque es una relación a sí mismo virtual. ¿Sabes la cantidad de matrimonios que se han destruido hoy por gente haber reencontrado a la parejita que habían conocido 15, 18 años atrás y que le despertó aquellas cositas que le traía, maripositas en el estómago y le corrían por la sangre esas cositas que le pecaban? ¿Se acuerdan, verdad? ¿Saben cuántos matrimonios hoy están siendo amenazados? De hecho, Apóstol, escuché esta estadística hace un par de meses.
Una de las razones principales para el divorcio de matrimonios contemporáneos son los medios sociales. Ahora, esto usted le suma que su esposo tiene una cuenta que usted no sabe, que su esposa tiene una cuenta que nadie tiene acceso, que usted se molesta si la esposa le dice con quién está hablando en Facebook, que ella se molesta cuando usted le pregunta y por qué lleva tanto tiempo en la comunidad. Porque donde quiera que haya un secreto, las obras de las tinieblas van a estar metidas ahí.
Donde quiera, todo pecado se forma en un secreto, toda caída se forma en un secreto, toda cosa que va eventualmente a provocar una caída tiene que estar gobernada por las tinieblas. Por lo tanto, ¿qué sucede cuando esto no se trabaja? Se recurre a qué, a la crítica, a la contención, a la defensiva, al bloqueo. Cuando una pareja está continuamente en este estado, en el bloqueo, ¿qué es el bloqueo? Que uno se calla, uno se calla, pues ¿para qué yo voy a seguir peleando con esto si esto no está caminando, si esto no está avanzando? Uno se calla, el bloqueo.
Luego está la defensiva, todas esas paredes que se elevan, luego está la contención cuando viene, esa continua, ese continuo intercambio de cosas y de palabras, y luego está la crítica. No hay nada que destruya más a una pareja que la crítica. De hecho, les voy a recomendar unos cuantos libros en el proceso. Escriba este. Lo que todo esposo quiere es que su esposa conozca. Y el opuesto es para el varón. Lo que toda esposa quiere, mejor dicho, que el esposo conozca, y lo que todo esposo quiere es que su esposa conozca.
Hay cinco necesidades primarias de toda mujer y hay cinco necesidades primarias de todo hombre. Por lo tanto, donde esas necesidades primarias no se están cubriendo en el matrimonio, se abre la puerta para que alguien las cubra. Por lo tanto, tenemos que tener pendiente esto. Cuando esto es así, ¿cuál es la condición de esta pareja? Están cansados, vacíos, expectantes, no quieren ser lastimados más, y no se sienten seguros o valorados por causa de la desafección. Ahí es que entran los reclamos.
Muéstrame de alguna manera que me amas. Se forman las impresiones y expectaciones del amor, el deseo de escuchar las palabras de la mujer, el deseo de escuchar las palabras y ver las acciones que la pareja acostumbraba a hacer. Por eso es que el noviazgo es una fantasía. ¿Usted se acuerda en el noviazgo? Estaban tres horas hablando por teléfono. Después que se casan y llevan dos años, ¿cómo está? ¿Bien? Se le acabó la conversación. ¿Cuál es la evidencia de que algo no está bien en el matrimonio? ¿Frustración, coraje, amargura, sentimientos de culpa y vergüenza? ¿Qué empieza a suceder? Que la relación se evalúa negativamente.
Todo lo que se menciona es negativo. Y entramos a lo que se llama las generalizaciones. Es que tú siempre, es que tú nunca, es que tú siempre, es que tú nunca, es que tú, tú, tú siempre eres así. Las generalizaciones. Entonces se empieza a señalar lo negativo y se dejó de celebrar lo positivo. Se dejó de celebrar aquellas virtudes que en un momento... Escúcheme bien, hermano. Una de las cosas que nosotros descubrimos cuando estábamos delante de nuestra terapista es que muchas de las cosas que nuestro matrimonio lo había mantenido hermético se fueron comprometiendo poco a poco, poco a poco.
¿Sabe cuál fue nuestra respuesta cuando nos dimos cuenta que nos habíamos desconectado? Nos volvimos a reconectar más que nunca. Volvimos a lo principal, al primero, a lo más esencial, a lo básico. Esto no va a requerir, hermano, una revelación de último modelo. Esto lo que requiere es un entendimiento básico de que hay cosas que hemos dejado de hacer, que hay cosas que hemos permitido que hayan entrado, que hay cosas que no hemos manejado correctamente, que hay cosas que yo soy responsable de ellas.
No es mi pareja, no es mi esposa, no es mi esposo. Es mi problema, es que yo no hablo, es que yo no expreso, es que yo soy muy agresiva, es que yo lo critico delante de la gente. Hoy alguien aquí tiene que tomar responsabilidad y decir mi matrimonio es algo que yo voy a guardar y a preservar, pero yo voy a hacer mi parte. Mira el que está a tu lado y dile, mi amor, vamos a hacer nuestra parte.
Cada cual hará la parte, cada cual corresponderá a lo que le pertenece para poder trabajar en esas situaciones. Aumenta la necesidad de autopreservación cuando el matrimonio está en esa situación. ¿Y qué sucede si alejan más para protegerse? Crece espiritual y emocionalmente, escuchando siempre hasta que el día sea perfecto. Por Radio.TierraDeMilagros.org Sepa también que puede escucharnos todos los días, a todas horas, por nuestra plataforma de podcast como iBook, Google Podcast, Spotify, entre otras, hasta que el día sea perfecto.
Hay gente que prefiere estar más tiempo en la iglesia que en la casa. No es porque aman tanto al Señor es porque no quieren estar con la pareja. De hecho, cuando usted empiece a sentir que a usted le agrada estar más con ciertas personas que con su pareja, usted puede identificar que ahí se comenzó un problema. Cuando el varón está más a gusto hablando con las hermanas de la iglesia que con su esposa, ahí comenzó un problema.
Cuando la hermana está más a gusto hablando con el varón de la iglesia, ahí comenzó un problema. ¿De dónde empieza la cosa? Ahí no es que a mí me gusta como el hermano Georgie habla. Por eso es que toda infidelidad no comienza en la carne, comienza en las emociones. Porque tiene que haber una atracción inicial. Tiene que haber unos vacíos que se están llenando. Por eso usted va a ser alerta. Por eso usted va a ponerle ojo a este asunto.
Por eso usted le va a poner pizca a esta cosa. Y cuando usted vea que usted siente más atracción estando con ciertas personas, usted tiene que decirse adentro de usted, algo aquí me está pasando a mí. ¿Qué es lo que a mí me está atrayendo? Que yo prefiero estar hablando con Yeya que estar hablando con mi esposa en la casa. ¿Qué es lo que me está sucediendo a mí? Que prefiero estar hablando con el líder del ministerio o con mi esposo.
Algo usted tiene que empezar a identificar. Porque por ahí es que se va a meter el enemigo. Por ahí es que va a empezar a corroer, a destruir, a desestabilizar. Empieza a corroer esa base y ese fundamento hasta que todo viene colapsando. Cuando eso sucede, tenemos que tomar iniciativas. ¿Cuál es el resultado de esto? Que lo que un día los protegió, ahora los aleja. Lo que antes disfrutaban, ahora ya no lo disfrutan. Se empieza a comprometer lo que un día los estaba protegiendo.
¿Y cómo trabajamos esto y empezamos a cerrar esta reflexión? Número uno, desvistiéndose emocionalmente. El poder de esta conferencia no está aquí, está en la mesa de su casa. No es acá. Es cuando usted regrese a la casa y diga, nosotros tenemos que hablar. Hay cosas que nosotros tenemos que compartir. Porque hay cosas que me preocupan. Hay cosas que me molestan. Escúchame bien, varón. Cuando tu esposa te diga, ten cuidado con esta, ten cuidado. Ponle ojo. Ponle ojo.
Si Herodes hubiera escuchado a la esposa, no crucificaría a Cristo. Necesitamos que desvestirnos, hablar lo que nos preocupa, lo que nos molesta. Escúchame bien, no lo tomes personal. Y yo sé que esto son generalidades, y yo estoy manejando esto, créame, con puntillas. Porque yo estoy enviándolos a ustedes a hacer algo que probablemente necesite un consejero. Pero yo no sé si usted tenga tiempo para encontrar un consejero. Pero tiene que tratar de hacerlo. Y si no puede hacerlo, tiene que buscar ayuda.
¿Por qué? Porque de alguna forma usted tiene que comenzar a romper ese silencio. Esa pared que lo aleja. Eso que lo está alejando emocionalmente. Y tiene que desvestirse, desvestirse emocionalmente. Tú y yo necesitamos compartir. Tú estás ocupado tanto en la iglesia, en el trabajo, en la empresa. No tenemos tiempo para nosotros. Apenas nos vemos en la semana, y cuando nos vemos, hablamos de todo menos de nosotros y nuestras necesidades. Tenemos que reconectarnos, mi amor. Óigame, con tanta playa que usted tiene aquí, de vez en cuando, escápese.
Que le toma la mano a su parejita y se va en una de esas puestas del sol. Se sienta con tantos pajaritos preñados y empieza a hablar de las cosas que usted tiene que sacarse del sistema. Tiene que desvestirse. Tiene que romper esos silencios. ¿Por qué? Porque a veces vienen año tras año, acumulándose. Segundo, tienen que recompensarse el uno al otro. Regresar a lo que habían dejado. Este es el punto de lo que el Señor le dice a la iglesia.
Has caído de tu primer amor. Por lo tanto, arrepiéntete y vuelve al punto donde te caíste. En otras palabras, ¿qué fue lo que lo desconectó? ¿Qué fue lo que los separó? ¿Qué cosas se intervinieron? ¿Qué fue? ¿Un nuevo trabajo? ¿Un nuevo negocio? ¿Alguien que llegó a tu familia? ¿Algo que sucedió en tu vida? ¿Alguna enfermedad? ¿Algo que está trayéndole presión? Tienes que hablarlo y compartirlo para que puedas comenzar a hacer lo que habían dejado de hacer y recompensarse.
Y disfrutar que están juntos. Y disfrutar el uno al otro. Tercero, si estás pasando por una crisis patrimonial, entiende que el Señor comprende el quebrantamiento y la traición y camina con ustedes esa jornada. El Señor la entiende. Porque Él también fue traicionado. Él comprende lo que es el dolor de una traición. Crece espiritual y emocionalmente escuchando siempre hasta que el día sea perfecto. ¿Qué es la mujer? Si algo yo admiro en esta mujer, y la he admirado toda la vida, calladita ahí donde está, nunca ha sido una mujer de púlpito, pero es una mujer de una sabiduría impresionante.
Cuando yo he estado en el piso, metido en un apartamento, las noticias ha puesto el corriendo por el mundo entero, esa mujer aparece con mi hija menor y me dice, yo no he venido aquí. Como tu esposa, yo he venido aquí como tu hermana en Cristo, porque la Biblia dice que cuando un hermano cae, nosotros los espirituales lo levantemos. ¡Qué carácter! El predicador era yo y el mensaje lo daba ella. Cuando ella llegó allí empezamos y luego fuimos a nuestra terapia, empezamos a recompensarnos, a disfrutar lo que habíamos dejado de hacer, y entendíamos que el Señor estaba caminando con nosotros en nuestro dolor.
Ese primer año fue mortal. Por eso usted no puede pretender que donde hubo una traición, las cosas de la noche a la mañana, ya vamos para el quinto año y somos una pareja completamente sana, nuestras hijas completamente sanas. En el mes de enero sale un libro familiar, por primera vez se escribe un libro de un ministro que pasa por una situación como esta. Ella escribe un capítulo, mis hijas escriben otro capítulo, y yo escribo también las lecciones de esta experiencia, que es lo que les estoy diciendo, que el Señor conoce tu dolor, el Señor conoce dónde es que tú estás dolido y dolida, pero ahí viene sanidad de Dios, ahí viene el Señor a caminar contigo y a cruzar ese valle de sombra de muerte a través contigo.
Honra la jornada, honra al Señor en la jornada. Son tiempos difíciles y complicados, pero honralo, haz lo correcto delante del Señor, deja que la palabra y el Espíritu te dirijan, deja que la palabra y el Espíritu te dirijan, no importa cuál sea tu etapa o tu condición en el matrimonio, deja que la palabra y el Espíritu te estén dirigiendo. Séptimo, expresen el amor que ha sido depositado en ustedes. La Biblia dice que el amor de Dios ha sido derramado ¿dónde? En nuestros corazones.
Por lo tanto, nuestro amor no es solamente un amor de sentimiento y de emoción, no es un amor fileo, no es solamente un amor de atracción física, es un amor agape, un amor capaz de perdonar y capaz de reconciliar. Primera de Pedro 3.9 dice, no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuiste llamado para que heredeseis bendición. Tres consejos finales y con esto termino. Número uno, editen el comportamiento negativo.
Se requieren cinco actos positivos para borrar un acto negativo. Quiere decir que cada vez que tú le dices a tu pareja algo negativo, se requieren cinco actos positivos para borrar ese. Qué impresionante el poder de lo negativo. Ahora imagínense si la pareja siempre está criticando al otro y siempre está subestimando al otro y siempre está buscándole la falta al otro. ¿Cuántas cosas? Hay gente que estará toda la eternidad y no le va a dar el tiempo.
Pues todo es negativo. Pero hay que empezar a buscar las cosas buenas, dignas, las cosas que se pueden reconocer, porque el menos o el que más siempre tiene virtudes que cuando usted las reconoce elevan a esa persona a querer ser la persona que Dios quiere que esa persona sea. Editen el comportamiento. Segundo, reconecten a nivel emocional. Creen oportunidades para esto. Lleven los niños a cuidar con su mamá. Busquen un tiempo para ustedes. Váyanse de vacaciones. Desen un tiempo juntos para compartir, para hablar, para reconectarse.
Vuelvan otra vez a reconectar emocionalmente. Y tercero y último, cada uno tenga dominio propio. Esto no es culpa de nadie. Mi pecado no es culpa de mi esposa. Es responsabilidad mía. Es responsabilidad mía. Mi situación no es por causa de lo que mi papá hizo. Es responsabilidad mía. No es el ambiente, no es la iglesia, no es la situación que yo pueda estar viviendo. Es responsabilidad mía. Cuando yo asumo responsabilidad, me doy a la tarea de crecer.
Oiga bien, pero crezcan mutuamente. No solo uno. Por lo tanto, lean libros que los alimenten. Estudien la palabra juntos para que la compartan. Uno de los grandes problemas en las parejas es que muchas veces hay un desnivel y uno está más adelantado que el otro. Pues, por supuesto, no tienen nada en compatibilidad. No tienen nada de qué hablar. No tienen nada de qué conversar. Por lo tanto, la distancia se sigue aumentando el uno al otro. Y ahí es donde usted entra a intencionar mente con dominio propio.
Vamos a leer juntos por lo menos un libro cada dos meses. Y vamos a compartir lo que estamos aprendiendo. Y vamos a intimar en lo que cada uno está aprendiendo. Y vamos a dialogar sobre lo que estamos haciendo para que nuestra relación, nuestro matrimonio y nuestra comunión entre nosotros pueda ser cada día mejor. Los problemas del matrimonio no se resuelven de la noche a la mañana. Pero si no se comienzan, nunca se podrán lograr. Por lo tanto, yo declaro en el nombre del Señor que cualquier cosa que pueda estar en este momento afectando tu relación, el Señor te dé iluminación para que tomes autoridad sobre eso.
Para que tomes responsabilidad y para que puedas caminar hacia un matrimonio sano, saludable, restaurado y bendecido por el Señor. Yo quisiera que inclinemos el rostro por un momento. Nadie aquí va a ser expuesto. Nadie aquí va a ser avergonzado. Es muy serio y muy importante. Pero la verdad del asunto, queridos hermanos, es que hay muchos matrimonios en dolor. Hay muchos matrimonios en crisis. Quizás por nuestra experiencia, la gente se identifica con nosotros ahora en otro nivel.
Y semanalmente nos escriben. Líderes, pastores, hermanos, hermanas, compartiendo sus luchas, buscando un consejo. A veces simplemente ventilando. Porque las presiones que tienen no se las pueden compartir ni a la gente de la Iglesia. Porque lo primero que hacen es que los juzgan, que los condenan. Pero yo estoy declarando que en esta noche el amor de Dios que sobrepasa todo entendimiento arresta tu corazón. Y si te has desconectado de tu pareja, hoy hay una reconexión. Se reconectan los lazos emocionales, físicos, espirituales.
Vuelve un nuevo comienzo, hay un nuevo renacer, hay un nuevo caminar. Vas a disfrutar esta jornada en el nombre del Señor. Yo declaro que si hay alguna tentación que te está zarandeando, en este momento tú vas a tomar dominio propio y vas a tomar control sobre esa actividad de la carne. Yo declaro en el nombre de Cristo el Señor aquellos que están pasando por un proceso de restauración, aquellos que han sufrido el dolor de una traición, que hoy el Señor te da paciencia para terminar esa jornada, que el que causó el dolor se arrepiente y su comportamiento cambia y la que recibió o el que recibió el dolor tiene la sanidad del Espíritu para caminar el resto del camino con él o ella.
Yo declaro en el nombre del Señor que tú no vas a ser una estadística más, que tú no vas a ser uno más de los que deja su familia, de los que vuelven atrás, sino que tú vas a honrar a Dios y vas a honrar a tu matrimonio. Que aun si has caído y te has levantado, el Señor te ha perdonado y has comenzado una vez más. Asegúrate de no volver atrás, de no caer otra vez y de entender que el pecado no se forma en un vacío, que tienes que aprender las lecciones que dispararon esa actividad para que no vuelvas a repetir ese comportamiento.
Padre, yo te doy gracias por estas parejas, por estos hombres y mujeres ministeriales, hombres y mujeres, Señor, que quizás han estado atravesando por los periodos que hablamos. Señor, aquellas cosas que agobian, que cansan, que drenan, aquellas cosas que a veces espiritualizamos que necesitan ser vistas desde una luz práctica y sencilla. Señor, que no vayamos a confundir la fortaleza de tu Espíritu con quemarnos en el ministerio. Que no vayamos, Señor, a amar más a la esposa de Cristo que a nuestras esposas en la casa.
Señor, que podamos ser sensitivos y sensitivas y poder crear un balance sano, saludable y propio para que nuestra vida, Señor, pueda ser un reflejo de tu relación con la Iglesia. Señor, sabemos que el matrimonio no es un fin en sí mismo, sino es el medio por el cual al mundo tú le dices la relación tuya con tu Iglesia. Gracias Dios, queremos honrar lo que tú honras, queremos celebrar lo que tú celebras y declaramos familias bendecidas, prósperas, en crecimiento y en aumento, que van de más a más en el nombre del Señor.
Yo te bendigo en el nombre del Señor, adelante a lo mejor, porque lo que quedó atrás no te volverá a visitar. Adelante en Cristo, en el nombre del Señor. Escuchemos todos los sábados a las 10 de la noche y los domingos a las 9 por radio.tierrademilagros.org hasta que el día sea perfecto. En la década de 1830, la Junta Estadounidense de Comisionados para Misiones Extranjeras prohibió a las personas solteras IR al campo misionero. La Junta creía que los misioneros casados podían sobrellevar mejor las dificultades y las tentaciones.
Por lo tanto, requirieron que los jóvenes se comprometieran al menos dos meses antes de ingresar al campo misionero. Para ayudar a los posibles misioneros a encontrar esposas, la organización tenía una lista continua de mujeres con mentalidad misionera, que eran consideradas jóvenes, piadosas, educadas, en forma, y razonablemente guapas. A menudo estas parejas viajaban al campo misionero una semana después de su matrimonio. La pregunta para nosotros hoy es ¿La labor ministerial debería condicionar el matrimonio? o ¿El matrimonio debería condicionar la labor ministerial?