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Entrevista Machi Betiana Coluan (Débora Nunes, Pressenza, Feb23)

Entrevista Machi Betiana Coluan (Débora Nunes, Pressenza, Feb23)

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This is a story about a young woman named Machi who was born with a spiritual gift in the Mapuche community. She explains that being a Machi is not something one can choose, but rather something that is inherited and passed down through generations. Machi talks about her own journey of discovering her gift and the challenges she faced, including illness and the persecution of Mapuche spiritual authorities. She shares her experience of being trained by a Machi and learning about her culture and spirituality. Machi also discusses the difficulties she faces in being understood and accepted by society, as well as the current situation of her community. No es algo que uno se pueda autoprogramar, o que uno solo se pueda nombrar, digamos. Ninguna persona se puede autonombrar. Tiene su trabajo, pero no que uno pueda elegirse, sino que es un don con el que uno nace, y que no se puede negar a ese rol espiritual. Es como algo que viene con uno familiarmente. Es porque algún antepasado tuyo cumplió ese rol y se hereda. Entonces, pasan las generaciones y el nieto vuelve a hacer ese trabajo. Y se ve desde la panza, desde su nacimiento, ya viene con ese destino. Y otro machi se reconoce. Entonces, otro machi te ve y te dice, bueno, esto es el don que tiene, digamos. Porque cada persona dentro del pueblo mapuche nace con un rol definido. Con un don, con una fuerza, con algo que hacer en esta vida, ¿no? Y cada uno, es importante cada rol. Pero sí, después de la conquista, acá en este lado, donde se llama Argentina, exterminaron, mataron, hubo mucho genocidio. Y dentro de eso, los más perseguidos fueron las autoridades, tanto como que encabezan al pueblo, y tanto como espirituales. Las autoridades espirituales mapuches. Que ese es un poco el rol que viene a hacer uno machi. Y así, es como un don, pero a la vez también, el pueblo mapuche lo ve como un castigo, ¿no? Porque no es algo fácil. Para que se descubra ese don, generalmente, todos los machis, todas las personas que tienen roles espirituales así, primero se le manifiesta la enfermedad en su cuerpo. Así como yo nací con ese don, también nací con enfermedad. Yo nací, sí, con dos tumores en distintos lugares del cuerpo. Y fui trasladada con mi mamá a un hospital de máxima complicidad, en la capital de Buenos Aires. Y, sin embargo, ella creía esto, ¿no? Por un lado, lo que dicen médicamente, y por el otro, lo espiritual. Mi mamá conoció a un machi muy grande ya en ese tiempo. Ahora ya paseció. Bueno, esto fue hace más de 20 años atrás. Cuando la machi llegó acá, a esta zona, a Pueblo Mapuche, ella era de Chile, de Pueblo Mapuche. Vino acá, y antes de que naciera yo, ella ya había anunciado que iba a nacer una machi. Y después, posteriormente, cuando me conoce, me dice, bueno, acá está, ella es la machi. Y en ese momento, hasta mi misma madre no creyó esa palabra y dudó. Dijo, esto no puede ser. Pero al crecer, nunca estuve bien, siempre fui muy enfermita. Tenía esa enfermedad de machi. Y, bueno, en el momento de tratar mi enfermedad física, la respuesta del machi que me dio posteriormente para levantar mi trabajo y este camino, me dijo, o acepta el don que tiene, el rol que tiene como machi, lo trabaja, lo aprende, lo aprende a desarrollar, y algún día ejercer también su trabajo, o la enfermedad la va a matar. ¿Estás curada? Sí, luego fue muy chica mi formación, porque mi don me lo descubren ya desde el nacimiento. Entonces, solo era esteráfice, crecía toda la infancia. Fue igual que los demás niños. Hay cosas que se te permiten y cosas que ya no se te permiten, de hecho. Cuando vas creciendo, bueno, hay cosas dentro de la cultura de uno que no son iguales para los niños. Entonces ya muy temprano ya no podía jugar, no podía andar afuera a ciertos horarios. Era como muy cuidada, muy cuidada, protegida, digamos. Y ya después de cerca de los 11, 12 años, la enfermedad explotó, digamos. Ya no tenía solución médica occidental, digamos. Ya empezó a cambiar la enfermedad por una cuestión más espiritual. Ya no solo era lo físico del cuerpo que andaba mal, sino que ya eran cosas espirituales, ¿no? Que, por ejemplo, el médico occidental dijo, ya está loca, ya no tiene solución, tiene que empezar a pastillarse y ya está. Y, sin embargo, ahí fue el momento donde mi madre me llevó a otro machi y dijo, bueno, esto es porque ya está, es el momento de preparación y formación. Fue ahí donde tuve que cambiar y dejar toda la vida que conocí hasta ese entonces. Y irme a internar en la casa del machi. ¿En Chile? Sí, en Chile. Y a esa edad, a los 2 o 3 años, empecé a empezar todo. Empecé a empezar la escuela, a empezar una vida como occidental y así. Y viajar a prepararme a Chile, ¿no? Dejar mi familia, dejar todo, ¿no? Las costumbres, a esa edad igual uno todavía capaz que le faltan muchas cosas por saber, aprender, tiene intención de hacer otra vida. Y, sin embargo, ya no podía ser una niña, ya no podía andar jugando, nada de eso ya. Nada de eso se me permitía. Y empezar mi formación. Entonces ahí tuve que ir ya a internar donde el machi. ¿Y cambiaste cuánto tiempo? Y ahí estuve cerca de 4 o 5 años viviendo con el machi. Donde nada, salía con él, aprendía, cambió toda la rutina. Ahí era a las 6 de la mañana, 5, hasta de 10, trabajando en todo lo que tenía que ver con una vida más propia del pueblo machista. Tanto como en el campo, como con los remedios, como con todo lo que tenía que ver con nuestro ser espiritual, ¿no? Hasta ahora empezábamos nosotros a trabajar. Y a imitar, a copiar al principio porque desconocía mucho eso de mi cultura. Había nacido en una ciudad y no sabía nada. Y ahí aprendí a crecer. ¿La lengua también? La lengua, sí, también. Eso fue lo que más me costó porque no es como ir a una escuela, que te van a enseñar en el pizarrón o con escribiendo. Todo lo contrario, no me dejaba anotar, no me dejaba escribir. Y así tuve que aprender. Mirando, incluso, porque no me explicaban tampoco qué es lo que tenía y qué no tenía. Solo tenía que mirar, observar y hacer. Y dejar que dentro de uno haya algo, una experiencia, un conocimiento guardado, ¿no? Ahí es donde uno empieza a desarrollar su espiritualidad, su poder, su nivel. El machi recibía a mucha gente. Él atendía martes y miércoles, ¿me acuerdo? Y nos teníamos que preparar previamente y posteriormente también porque él recibía a cerca de 60 personas en esos días. Entre los dos días recibía un día a veces 20 y al otro día 40 y así. Pero nunca bajaba ese número de pacientes. De lo cual, había que atender los de distintas enfermedades, preparar los labores, los remedios, buscar los remedios. Y todo lo que implica, iban desde niños, jóvenes, personas adultas, ancianos y a atender distintas enfermedades. Y a aprender después, porque yo por lo menos a esa edad, de joven, desconocía la salud en su totalidad. Y realmente es ahí donde se te mueven muchas cosas. Es decir, ¿cómo voy a hacer el día de mañana? Ahí iba la guía del machi, que me guiaba, me acompañaba. El día de mañana lo voy a tener que hacer sola, lo sabía yo. Al principio, hasta incluso decía yo, ¿cómo voy a hacer esto si yo no lo sé hacer? No confiaba en mí misma. O sea, ¿cómo voy a saber qué enfermedad tiene la persona? Y todo eso se va desarrollando. Se hace como que el mismo espíritu, el mismo don que uno tiene, se va manifestando y se va dando conocimiento para poder saber las enfermedades que tiene la persona y cómo llevarlas, tratarlas. Y así sacar a enfermos adelante, poder levantar a los enfermos. Y ahí podemos sacar adelante muchas cosas. Eso igual era lo que te llenaba, por lo menos a mí me llenaba mi espíritu de alegría, de bienestar. Poder ver a una persona mal y poder ayudarla con los remedios, tratarla y acompañarla en el proceso de reacción y ver su mejora. Ver que las enfermedades iban mejorando, la persona se iba aliviando, se iba curando. Y de todo tipo de enfermedades y de todo tipo de tratamientos aprendí. ¿Cuándo te sentiste lista? Creo que todavía no me siento del todo lista. Creo que es un proceso que todavía no termina. ¿Qué edad tienes? Yo hoy tengo 21 años. ¿Sola? Sí. Y creo que toda mi vida, desde que tuve conciencia, me empezaron a formar para el camino que iba a tener que hoy tengo. Dime, ¿la prensa en Argentina ha venido a verte, a escucharte, a ver tu historia? Sí, pero es muy difícil que las personas comunes puedan comprender lo que están mirando. A menos que quieran entender, sino es como algo muy cerrado, como que no pueden creer. Y a veces es también muy... Un preconceito. Claro, como que ponen en disputas, como que decir, no, no puede ser una macho tan joven, una persona que tenga esta fuerza tan joven. Y en realidad, entonces, ¿qué tendría que nacer? ¿Viejita? ¿O qué? Tampoco es así, ¿no? Pero salieron cosas positivas sobre ustedes. Sí. Sí, hay un movimiento para defenderte. Sí, también hubo eso, ¿no? Muchas personas que pudieron comprender y ayudar. ¿Hiciste ceremonias con la gente de acá? Sí. ¿Dónde exactamente? Y por eso mismo, hace cinco años, levanté mi espacio espiritual, mi REUE, que está ahí en el territorio donde están con tanta fuerza, no solo nosotros como comunidad, sino muchas otras personas de distintas comunidades, gente mapuche y no mapuche también, están retrabando y están pidiendo eso, que ese espacio no lo sigan atropellando y que podamos nosotros retornar a ese espacio, a ese REUE, a ese espacio espiritual, ¿no? ¿Y la situación actual? ¿Ustedes están detenidas acá o más o menos? ¿Cómo se llama? Nosotros estamos detenidas, sí. Se nos permitió el beneficio de estar en prisión domiciliaria, que realmente este no es nuestro domicilio, nuestro domicilio es ahí en el lugar donde está nuestro REUE, donde vivíamos, y como no teníamos otro lugar y nuestras casas fueron destruidas, demolidas, nos prestaron esta casa, una organización mapuche urbana, que tenía este espacio como talleres, ese REUE, nos prestaron para que nosotros podamos estar transitoriamente acá. Acá al lado hay un lugar de destacamento que es la policía provincial de destacamento, donde nosotros tres días a la semana vamos ahí a firmar nuestra presencia, que estamos acá. ¿En la justicia cómo está la situación? ¿Tiene un buen abogado? Sí, nosotros tenemos abogados, que es una organización que defiende justamente casos así como de injusticia social. Nosotros estamos por esto, ¿no? Es decir, nosotros no podemos ser usurpadores en nuestro propio territorio, donde a nosotros nos vino como el Colón en su momento, toda la historia que reconoce el mismo Estado de Argentina, donde fue fundada, que ellos vinieron acá a nosotros a usurparnos. Es por eso que hoy nosotros nos encontramos enfrentando una causa de usurpación, nosotros no estamos detenidas por ser usurpadoras, supuestamente, y por eso nos mantenemos acá, si son domiciliadas. Pero esto, si el Estado tuviera la voluntad política de decir, bueno, realmente reconocemos que somos un pueblo preexistente, ya eso tendría que caer, porque el único motivo que necesitamos caer, por supuestamente usurpar, y que nosotros decimos recuperar nuestro territorio, cuando se reconozca que ese territorio era ocupado por nuestra gente antiguamente, y que lo devuelvan, ya está, ya estaría todo. ¿El actual presidente cambió la mirada? El actual presidente recibió a una comitiva que fue a reclamarle justamente esto, porque lo que pasa acá es que ellos creen que es una sola comunidad y que no importa, pero no, esto es una lista de pueblos, es algo que reclama todo un pueblo. Es eso lo que hace falta, que se repare, porque ya entendemos que hubo un daño ya hecho, un genocidio, nosotros somos descendientes de un genocidio, mataron a nuestros antepasados y los que resistieron, bueno, gracias a los que resistieron es que hoy nosotros vivimos aún, ellos reconocen que hubo un genocidio en el pasado, entonces hoy ya eso no va a poder, nadie no va a poder cambiar el pasado, pero hoy ellos pueden reparar y cambiar el futuro. Es una lucha muy internacional. Sí, con todos los pueblos, en todas las zonas, y más porque vienen por la destrucción de los territorios. Nosotros nos consideramos defensores de la tierra, defensores de los espacios naturales, y estamos peleando contra grandes poderosos, contra el estadounidismo en sí, capitalismo. Sobre tu formación política, porque veo que entiendes, es muy joven, ¿cómo esto, cuando estuviste con el machi, se desarrolló esta visión más geopolítica, histórica? Esta visión política e histórica creo que es enseñanza y atropello que hemos vivido, porque entendemos que antiguamente nuestra gente ocupaba libremente, lo que hoy se llama, lo que hoy nos podemos decir Nuevo Mapu, que vendría a ser una zona donde hoy están conformados países, tanto como Argentina y Chile, como provincia. Nos dividieron, siempre nos dividieron, y así pudieron avanzar. Entonces, nunca terminó el atropello y el sufrimiento que pasó a nuestra gente y que también nos tocó pasar a nosotros. Cuando a mí me tocó ir a formarme a Chile, pasar una frontera impuesta por dos estados, sufrí mucho atropello también, discriminación, y vi mucho el atropello que sufren las comunidades en distintas partes, tanto como en Chile, que son así de fuertes, venden a balazos, matan siempre a gente mapuche, siempre los muertos los ponen el pueblo mapuche. Y esto hace reflexionar, a mí me hizo abrir mucho los ojos, ver cuánto atropello sube la gente. Y siempre tuve, por suerte, que siempre mi madre, mi padre, fueron muy fuertes, nunca se dejaron pasar por encima. Entonces cuando tenían una mínima discriminación en lo cotidiano, porque acá es así, vas al doctor común y ya te discriminan porque sos más moreno, porque tenés un apellido originario, vas al banco, vas al cotidiano, a la escuela, lo que sea, y ya tenés esa discriminación. Entonces yo siempre tuve el consejo de que nunca dejes que te pasen por encima. Y desde ahí empieza esta formación política, una visión que ya tiene nuestro pueblo, un ideal, una forma de vida donde aspiramos a eso, y ya nosotros lamentablemente tuvimos que nacer de rodillas, como así, dominados, discriminados, nacimos ya oprimidos. Entonces nacimos en una ciudad, en un país, ya oprimidos. Nos pusieron una nacionalidad que no es nuestra, un idioma, una educación, una salud, que no es nuestra. Entonces ¿por qué tenemos que seguir aguantando eso? ¿La propuesta de los mapuches es un Estado plurinacional como en Bolivia? No para todos. Yo creo que no todos aspiramos para eso. Yo por lo menos en lo personal tengo una idea política personal, porque igual hay autonomía de pensamiento y decisión dentro de todo lo mapuche. No hay un partido mapuche, sino que hay una autonomía de pensamiento dentro de las comunidades. Y por eso nuestra comunidad, mientras pudo recuperarse y pudo desarrollarse, autónomamente lo hizo así. Hoy estamos hablando de una opción, de que somos prisioneros del Estado. Por eso tenemos que adecuarnos al diálogo con el mismo Estado. Pero nosotros creemos que todavía el pueblo mapuche puede tener una autonomía dentro de su territorio. O sea, desarrollarse en su territorio autónomamente, sin depender del Estado y justamente esto, ¿no? No formando parte de una nación impuesta. Nosotros estamos en juego con su cultura, con todo lo que necesita para desarrollar su vida, con la forma de educación, de salud, de organización, de vida, de política. Creo que ya lo tenemos. Me gustaría también hacer unas preguntas personales sobre tus padres, por ejemplo. ¿Cómo cambió la relación de madre-padre de tener una macho en casa? Porque es al mismo tiempo la hija, pero es una autoridad también. ¿Cómo hacen eso? Al principio hubo un desconocimiento, porque ellos también le pusieron otra creencia, otra forma de ver la vida y fue difícil. Pero pasado el tiempo, pasaron los años y cada vez hubo más entendimiento, conocimiento, comprensión. Y justamente eso, ¿no? Ellos siempre tuvieron un cariño hacia mí y, bueno, hacia mis hermanos igual. Y entendieron que parte de uno, de nuestra federación espiritual, de lo que nos llena y lo que nos genera bienestar, es esto, ¿no? Es nuestra raíz, es Mapuche, nuestra cultura Mapuche. Entonces, bueno, hoy la cultura de ellos es acompañar. Tuve yo que resistir igual, al igual que nosotros, todos estos tropezos. Pero siempre tuve consejo, la compañía, la ayuda de ellos. Y siempre, como les digo, tuve como ese consejo de no te dejes nunca tropezar, como la dignidad. Ellos me enseñaron la dignidad, ¿no? Y también fue difícil, sí. Pero yo creo que no fue tanto, porque pude ganarme el respeto de ellos, ¿no? Pasar a esa transición de cerveza y que ellos me ordenen y que hasta el día de hoy me ordenan igual, pero de otra forma, a pasar a ser opuestamente, ¿no? A ordenarlos y decirles, bueno, vamos a hacer esto, vamos a avanzar nuestra forma. No voy a decir que estuvieron 100% de acuerdo cuando recuperamos la tierra, porque fueron padres igual y tuvieron miedo de lo que nos llegase a pasar. Porque sabían a qué nos estábamos enfrentando. Sí, sobre tu compañero. Es como algo muy difícil, tocar ese tema. Hoy yo tengo, sí, dos hijos, pero sí es muy difícil. No puedo tener una vida normal como cualquier persona que forme una pareja y forme una familia y puede como amoldarse a la otra persona. En mi caso, la otra persona se tiene que amoldar a mi forma de vida o complejidad con la que uno vino. No todas las personas son compatibles, no todas las personas son aceptadas. Inclusive, bueno, yo no pudiese tener una pareja o un compañero que no fuera mapuche. Sin embargo, siempre me dijeron que eso no era mi prioridad. Mi prioridad era encargarme de mis cosas, de mis cosas mapuche, del rol que tengo. Primero es mi rol, digamos. Yo me casé con mi pueblo, digamos. Primero yo le tengo que rendir a mi pueblo. Y después el resto. Después mi madre, después mis hijos y después tengo una pareja. Después, como que primero es mi rol, mi trabajo, mapuche, demachi. Eso siempre, siempre fue así. Y de hecho, al principio, cuando yo acepté esta forma de ser, a veces me permitía tener pareja. Después, bueno, es como que no tuve ese trabajo. Tampoco es esto, ¿no? Es muy difícil llorar una pareja de gente cuando solo tiene que amoldar este trabajo. Y no viceversa, no. Yo no puedo amoldarme a otra persona, a otra forma de vida. ¿Y esto es pesado para ti? Sí, sí. En algún momento fue todo hasta una cuestión sufrida. Igual porque uno también es gente y siente. Y tiene sentimientos, tiene una idea, una intención. Uno quiere que las cosas sean de una forma, ¿no? Pero hoy ya es como tantos años de consejos que me han dado muchas personas mayores. Y ya es como que logré aceptar esto, ¿no? De lo que me toque bien. Y si no, igual también, digamos. Pero siempre me enfoco en mis cosas, en mi trabajo. Este local, ¿qué esperaste? Era un local, un espacio importante para la espiritualidad de Macri, ¿no? Sí, es porque ya forné un vínculo. Y como que con ese espacio ya forné un vínculo que no se puede romper. Ya ahí está mi ruegue, mi espacio donde me muevo. ¿Ruegue en qué? Es como el corazón del ministerio espiritual. Es donde yo renuevo la fuerza. Y es donde el lugar ese me permite resaltar mi trabajo sana, curar. Es como un lugar formado como un altar. ¿Y tú lo escogiste? Es como que ambos, el lugar a mí y yo al lugar. La posibilidad de recuperar este lugar. Está, claro, están luchando por eso. Pero, ¿tú qué sientes? ¿Vas a volver? Sí, desde siempre sentí que este lugar es mi lugar. ¿Qué sientes sobre el destino Mapuche? De tu pueblo. ¿Qué imaginas de las cosas? Que va a haber mucho sufrimiento. Hoy se ha tocado a nosotros como comunidad. Y mañana va a ser en otro espacio, en otro lugar, con otra gente. Pero esa es la ventaja igual de ser joven. Yo por lo menos lo que me llena y lo que me hace bien, lo que es mi propósito de vida, es acompañar eso. Y hoy con la experiencia que uno... Esto lo dio, digamos, que me dio pasar todo esto. Y yo voy a estar a disposición y voy a acompañar siempre que lo necesiten. Que pueda, donde yo pueda, lo voy a hacer. Y esa es la ventaja igual de ser joven. Es que me queda mucho más por acompañar, andar. ¿Y tú tienes una especie de consejo de gente mayor que esté contigo? El macho de Chile. Sí, mucha gente mayor y bueno, el macho. Mucha gente con el que siempre le pido consejo. Y además que toda la gente igual que me rodea me da consejo. Y esa es parte de lo que uno como remueve en su vida cotidiana. Porque igual uno se desvanece de repente. Y bueno, y ahí la gente como que tiene que estar firme para cuando sale uno, volver al camino y volver a fortalecerse y estar firme para esto.

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